Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Interludio de Sara: El Frío de Estigia

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01/08/2016, 00:39
Narrador

Una semana después...

Los días pasaron en el Liceo. Pese al suceso que había marcado el principio del curso, los estudiantes no tardaron en habituarse al ritmo de las clases. La mitad de las asignaturas eran las que se encontraban en el currículum cualquier centro de secundaria. Sin embargo, la otra mitad hacía del día a día de los estudiantes una aventura.

Algunas asignaturas eran más tediosas que otras. Centurión, el profesor de Ética, se encargaba de aburrirles – a la mayoría – dos horas a la semana, mientras que E.S.T.H.E.R. les mostraba las maravillas de la tecnología de una forma práctica y didáctica. Las clases de Hécate sobre las dimensiones y cómo viajar entre ellas resultaban un tanto confusas para aquellos estudiantes que no sabían mucho de ocultismo y magia.

El Director Richmond se encargaba de hacerles sudar en Educación Física y Bosch, el temible profesor de Entrenamiento de Combate, les había hecho ya magullarse hasta el límite de lo educativamente aceptable. En clase de Vuelo, valga la redundancia, aprendían a volar. Ya fuese con sus propios poderes o con jetpacks u otros artilugios proporcionados por la escuela. K’Sha, la profesora Shi’Ar, se encargaba de instruirles en los entresijos de la aerodinámica, de las maniobras y de las piruetas.

Como era de esperar, unas de las clases más interesantes era Técnicas de Rescate Civil, donde simulaban escenarios peligrosos en los que debían usar sus poderes para rescatar a las víctimas de accidentes o desastres naturales. El profesor de esta asignatura variaba con cada escenario, contando siempre con la asistencia de E.S.T.H.E.R. a los mandos de la Sala del Peligro.

Había pasado poco más de una semana desde el inicio de las clases. Era una tranquila tarde de otoño en el Liceo. Los estudiantes, de las formas más variadas, pasaban el tiempo después de las clases… 

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01/08/2016, 00:45
Hécate

Sancta Sanctorum de Hécate 

De todas las profesoras del Liceo, Hécate era la más misteriosa. Con su actitud serena enseñaba a los estudiantes los entresijos de los viajes dimensionales, y hacía de tutora de todos aquellos adolescentes que mostraban talento para lo místico.

Los poderes de origen sobrenatural podían ser caprichosos, caóticos y muy difíciles de controlar. Hécate era una hechicera experimentada, por lo que era ella quien orientaba y ayudaba a los poseedores de dones místicos.

El hielo fantasmal de Sara parecía provenir de algún tipo de dimensión mística, por lo que Hécate se había encargado de supervisar a la alicantina cuando practicaba con su poder.

Sara había mostrado hasta el momento un refinado control de sus poderes. Quizá por eso a Hécate le sorprendió tanto que la muchacha quisiese verla para hablar sobre su don.

Por la tarde, después de las clases, la profesora de blanco recibió a Estigia en su despacho.

El despacho de Hécate era un lugar extraño. Una vez cruzabas una anodina puerta en el pasillo central de la segunda planta, encontrabas un gran espacio – más grande de lo que esperarías – detrás. La sala era circular, con el techo abovedado y la pared surcada por elegantes columnas de estilo griego. En el centro de la bóveda, en el punto más alto, había una claraboya por la que se filtraba sin timidez la luz del sol, bañando de dorado el blanco mármol del suelo.

Algunas de las paredes estaban cubiertas, de arriba abajo, por estanterías repletas de libros. El despacho, además, estaba lleno de todo tipo de objetos cotidianos en apariencia. Un espejo gran espejo de pie, un globo terráqueo de aspecto antiguo, un arpa plateada al fondo de la sala… Todo parecía estar en su sitio, nada desentonaba.

Olía a lavanda y, aunque no había agua a la vista, se oía de fondo el fluir de un riachuelo. A veces, incluso, se oía el dulce cantar de un pájaro.

En el centro de la sala circular había un escritorio de madera clara como la luna, casi camuflándose en el espacio en el que estaba. Sentada junto al escritorio, la figura de Hécate se perfilaba bajo los rayos de sol. Vestía una larga toga blanca que recordaba a los ropajes de la antigua Grecia. Tenía la mirada fija en un libro que reposaba sobre su escritorio, parecía increíblemente concentrada.

La puerta se cerró sola detrás Sara, sin hacer ruido alguno. Sin embargo, como si un gran estruendo hubiese llenado de pronto el despacho, Hécate alzó la mirada.

Al ver a Sara una amable sonrisa se dibujó en el rostro de la profesora. Extendió la mano hacia la muchacha y le hizo un gesto para que se acercara.

- Ven, Estigia. Te estaba esperando.

Frente al escritorio había una pequeña butaca de un blanco impoluto. Hécate se puso de pie y señaló el asiento que había dispuesto para su estudiante. La invitaba a sentarse.

El libro que tenía al frente se cerró lentamente y comenzó a levitar, volando de vuelta a su sitio en la estantería del lado derecho de la sala.

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01/08/2016, 17:39
Sara Carrión

No esperaba encontrar a Hécate en un lugar como ese, tan cargado de libros. Luego, ese otro tomo que parecía volar. De acuerdo que la mujer enseñaba las artes místicas, pero Sara pensaba que eran algo innato en ella, como si fuera una diosa, o una elementalista. Ahora le parecía que había mucho estudio detrás de sus poderes.

Cuando le ofreció la silla, sonrió débilmente y fue a sentarse.

- Gracias por recibirme en su despacho. Es un lugar impresionante. Verá, profesora, seré directa. Siempre he sabido que mis poderes tienen un lado maligno, y por eso estoy aquí. Para descubrir de qué se trata, antes de que me hagan daño, o dañen a los que están cerca. Esto... creo que es necesario investigarlo.

Ya sabía, por la reacción de Averno del otro día, que el joven tenía alguna pista, y quizá también Hécate. Sara había tomado algo de miedo desde entonces, pues si sus poderes eran de naturaleza malvada, ¿no arruinaría eso su deseo de usarlos para el bien?

Se quedó a la expectativa. Tenía fé en que la profesora sabría algo. Ella era una gran mujer, eso saltaba a la vista. Si tuviera fotos suyas, ya las habría puesto en su carpeta, al lado de Tormenta.

 

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01/08/2016, 20:32
Hécate

Cuando Sara se hubo sentado Hécate hizo lo mismo. Adoptó una postura relajada, apoyando los codos sobre el escritorio y entrelazando los dedos con delicadeza. Su rostro sereno y su mirada atenta indicaban que la profesora estaba concentrada en atender a su estudiante.

Hécate asintió levemente a medida que Sara hablaba, pero pareció disgustarse cuando la muchacha dijo que sus poderes tenían un “lado maligno”.

- Oh, Estigia… - la voz de la profesora destilaba cierta pena -. No digas eso de tus poderes.

Sus palabras sonaban como una reprimenda. Suave, sí, pero reprimenda al fin y al cabo. La profesora guardó silencio durante unos segundos. Miraba fijamente a su estudiante a los ojos.

Cuando finalmente comenzó a hablar, Sara se dio cuenta de que hasta ese momento el despacho había estado en completo silencio, como si la sala misma hubiese contenido la respiración.

- Los dones que poseen los estudiantes de esta escuela, pueden provenir de los más diversos orígenes. Tu compañero, Zenitram, es mutante. Los poderes de Cráter son fruto de la radiación cósmica. Tu compañera Ms. Justice es…

Hécate volvió a callar, esta vez a media frase. Parecía haberse dado cuenta de algo.

- … es especial a su manera – finalizó vagamente -. La verdad es – puntualizó alzando un dedo - que no es el origen de nuestros poderes lo que determina si son buenos o malos… - sonrió - sino el uso que les damos.

La profesora se levantó y se acercó al espejo de pie que había en el despacho. Con un leve gesto le indicó a Sara que se acercase.

- Mírate en el espejo, y dime qué ves…

Notas de juego

El espejo parece completamente normal.

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03/08/2016, 17:50
Sara Carrión

No sabía porqué, lo que se le pasó en ese momento por la cabeza era si Hécate realmente era inmortal y venía de la era antigua. Tenía toda la pinta de que sí, pero quizás era sólo una apariencia.

Al acercarse al espejo sólo se podía ver así misma. Sara tenía un pasado duro, aunque ese peso trataba de contrarrestarlo queriendo ser jovial. Lo primero que quiso decir es que veía a una joven maldita, pero aquello era tan gris que no podía mencionarlo.

- Una chica que no entiende qué le pasa, pero que le intenta sacar el mejor provecho que puede.

Eso era triste y positivo a la vez. Lo había dicho con un estado de ánimo más bien bajo, porque no era lo que ella quería. Ojala tuviera el mismo poder que alguno de los otros, y no este "don" de enfriar y quebrar las cosas, que además le hacía parecer un personaje Disney.

Suspiró, pero no era una boba y sabía que la mayor parte de sus problemas eran superables. Solo que tenía miedo, por si esos poderes eran el síntoma de algo oscuro que la poseía.

- ¿Y si soy una agente de la muerte, o algo así? No le quiero causar daño a nadie.

Aunque no pretendía ser pesimista, los muros que la protegían de sus miedos comenzaban a ceder y ella misma fue consciente de eso.

- Aunque sé que con el entrenamiento eso no pasará. Me alegro de estar aquí y de que usted también esté aquí.

Dijo para tratar de encauzar un poco la conversación hacia algo más amigable.

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04/08/2016, 21:57
Hécate

Mientras Sara hablaba podía ver su propio reflejo en el espejo, así como el reflejo de Hécate a un lado, detrás de ella.

La profesora asintió, dejando entrever cierta tristeza en su sereno rostro, a medida que Sara le confesaba sus inseguridades.

- Es natural que pienses así – dijo Hécate mientras posaba una mano en la espalda de Estigia, con delicadeza, tratando de reconfortarla -. Es algo usual entre la gente que posee dones peligrosos, pensar que pueden hacer daño a los demás si pierden el control.

El frío de Sara le permitía crear objetos y estructuras de gran belleza. Pero también era un poder capaz de congelar a sus enemigos y extinguir la vida. No tenía sentido decir que Estigia no era peligrosa.

- Me temo que el origen de tus poderes no es algo tan sencillo como ser mutante. En tu caso… - Hécate puso sus manos sobre los hombros de Sara y miró hacia el espejo.

Sara tuvo la extraña sensación de que Hécate no la miraba a ella a través del espejo, sino que miraba más allá.

- En tu caso es algo más complicado… Es algo místico, sí. Capto sensaciones, retazos de algo que… no sé describir. Sin embargo, me resulta familiar – en aquel momento parecía que la profesora hablaba más para ella misma que para su propia alumna -. Pero…

Su mirada se enfocó entonces en los ojos de Sara. Ahora sí que la estaba mirando a ella.

- Podemos tratar de descubrirlo juntas, de dónde viene tu poder – dijo con solemnidad -. Creo que tengo una pista a seguir, he estado consultando mi biblioteca desde que me dijiste que querías hablar conmigo.

La mirada de Hécate volvió a perderse en el reflejo del espejo.

- Ya sospechaba el tema que me querías consultar, así que hice los deberes – añadió con una leve sonrisa.

Hécate rodeó entonces a Sara, situándose entre ésta y el espejo. La miró fijamente a los ojos y le tendió una mano.

- Pero sólo podemos embarcarnos en este viaje si estás completamente segura de que es lo que deseas, el saber más, conocerte a ti misma y al poder que guardas en tu interior. Te advierto, puede que sea peligroso.

El rostro de la profesora reflejaba con fidelidad la seriedad de sus palabras.

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06/08/2016, 12:23
Sara Carrión

Sara sintió que había llegado al sitio adecuado. Aquella mujer tan poderosa estaba de su lado y le iba a ayudar, así que la joven sonrió.

- Hay que descubrirlo. Sí. Quiero hacerlo. Cuanto antes, mejor.

Llevaba años angustiada por la idea de cuál sería la naturaleza de sus poderes. Ahora en el Liceo la iban a ayudar. Era una estupenda noticia. Sara deseó coger su carpeta, quitar todas las fotos y dejar tan sólo la de Hécate. ¡Ella era su heroína!

- Muchas gracias. Haré todo lo que pueda. Mis poderes ya están controlados, así que estoy lista.

Sara seguía con la idea de que era una de las pocas que tenía un buen dominio de sus habilidades.
 

Notas de juego

De paso, dime si te pareció bien el gasto de puntos de experiencia.
 

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08/08/2016, 12:54
Hécate

Cuando Sara aceptó el ofrecimiento de la profesora, ésta sonrió.

- Dame tu mano – dijo con su serena voz.

Estigia obedeció, no era cuestión ahora de llevarle la contraria a Hécate. Justo un segundo después de que sus manos se tocasen, Sara tuvo una extraña sensación.

- No me sueltes – ordenó Hécate, usando un tono más severo.

El espacio comenzó a deformarse. Le recordó a cuando Rachel Summers los llevó a su “salón telepático”, pero aquella vez era distinto.

Todo el despacho de Hécate pareció retorcerse, adoptando una forma cónica que apuntaba hacia el espejo frente al que se encontraban. El espejo comenzó crecer, ¿o eran ellas dos que se volvían diminutas? Quizá eran las dos cosas al mismo tiempo, porque en un instante el espejo se había vuelto tan grande como un edificio de tres pisos. Sin embargo, y pese a la deformidad del espacio, seguía reflejando el despacho de Hécate como si nada hubiese pasado.

Sara notó como Hécate apretaba levemente su mano, afianzando su agarre. Y entonces, comenzaron a caer.

Pero no hacia abajo, sino hacia un lado, hacia el espejo. Sara tuvo la sensación de que se iban a chocar contra su superficie, pero simplemente siguieron cayendo, y cayendo, y cayendo. Por la distancia que habían recorrido ya deberían haber llegado hasta el espejo, pero éste siempre parecía quedar más allá.

- Los viajes dimensionales son extraños – comentó Hécate, sin soltar en ningún momento la mano de su alumna -. Cuesta acostumbrarse.

Tras lo que pareció ser un minuto interminable, posiblemente el minuto más extraño de la vida de Sara, llegaron a tocar la superficie del espejo. En lugar de romperse, como podría haber sucedido si chocasen con un espejo normal y corriente, lo atravesaron como si fuese la superficie de un lago, ondeando a su paso.

Sara se sintió como si se hubiese lanzado en una piscina, pero estaba seca. Al otro lado del espejo se encontraron completamente a oscuras. Sara notó como una leve brisa las envolvía a ella y a Hécate, mientras descendían lentamente hasta tocar un suelo pedregoso.

Una llama anaranjada se encendió de pronto en la mano libre de Hécate, alumbrando el lugar como si fuese una antorcha.

Se encontraban en lo que parecía el interior de una cueva. Estaban en un túnel de piedra negra que se extendía hacia el frente unas decenas de metros. El techo estaba decorado con estalactitas, negras lanzas de piedra que amenazaban con caer en cualquier momento sobre los viajeros incautos.

A sus espaldas no quedaba ni rastro del espejo. Tan solo podían andar hacia el frente.

Hécate soltó la mano de Sara y buscó su mirada.

- Sara, estamos muy lejos del Liceo. Confío plenamente en tus capacidades, pero debo pedirte que no te separes de mí – la profesora no sonaba preocupada tras su máscara de serenidad.

Sopló con ternura sobre la llama que tenía en la mano y el fuego se extendió por la cueva, iluminando el lugar.

A la luz del fuego de Hécate, la cueva no parecía sobrenatural, ni siquiera fuera de lo corriente. La profesora de blanco comenzó a andar, sin prisa, hacia el frente.

- Vamos.

Avanzaron por el túnel de piedra hasta que llegaron a una abertura. El pequeño túnel se convertía en una gigantesca cueva cuyo techo no se podía llegar a ver. A lo lejos, un ancho río oscuro les cortaba el paso.

La llama de Hécate las acompañaba, flotando sobre sus cabezas como un fuego fatuo. Sin embargo, el lugar entero parecía iluminado por un extraño brillo verdeazulado.

Sara advirtió en la distancia figuras que se movían. Parecían personas. Recorrían la orilla del río, vagando de un lado para otro.

Hécate no dijo nada, simplemente anduvo hacia el río.

Notas de juego

Si quieres hacer una tirada de Conocimiento sobre lo místico para tratar de descubrir algo puedes hacerlo.

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09/08/2016, 20:19
Sara Carrión

Aquella experiencia fue totalmente desconcertante. No había imaginado que la realidad se distorsionaría de esa forma. Todo se movía, y luego caían. Ella se intentaba mantener cerca de Hécate.

El inesperado viaje terminó en la oscuridad más abyecta, lo que aceleró su corazón y le hizo gemir. Incluso creyó ver figuras oscuras moviéndose hacia ella*. Cuando la hechicera encendió la luz, Sara estaba más pálida de lo habitual y tomó una gran bocanada de aire. Se quería calmar lo antes posible, porque ella le estaba diciendo que confiaba en sus capacidades, pero todo aquello era difícil de asimilar, así de primeras.

Asintió a las palabras de la mujer. Si estaban allí era porque sabía lo que estaba haciendo. La joven caminó junto a su profesora, manteniendo el ritmo y más interesada en no perderla de vista que en fijarse en los detalles.

La gruta, el río y las figuras le hicieron pensar que estaban en el lugar de sus sueños. Aquello semejaba el río de los muertos, mas no era un lugar tan frío como esperaba. También había un brillo verdiazulado, que no sabía lo que significaba.

- Esto se parece al lugar con el que suelo soñar.

Ya le confirmaría ella si realmente era el verdadero río estigio. Lo cierto era que si veían a Caronte aparecer en una barca, no sabía si soportaría su visión, pues lo más seguro es que fuera espantoso. Enseguida se dió cuenta también de que su corazón ya estaba acelerado al máximo y su frente sudaba. Pero tenía que seguir a Hécate, así que no quiso expresar nada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

* La complicación de Sara es el miedo a la oscuridad completa.

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11/08/2016, 17:22
Hécate

Si la profesora advirtió el miedo que sentía Sara no dio muestras de ello.

- Es posible que sea el mismo lugar con el que sueñas – comentó Hécate mientras seguía avanzando.

Aquella fue quizá la última pista que le faltaba a Sara para saber dónde se encontraba. Estaban junto a la orilla del río Estigia, la barrera que los separaba el Inframundo.

Las misteriosas figuras que vagaban junto a la orilla del río debían de ser las almas abandonadas que no podían pagar al barquero. Incapaces de llegar hasta su destino, deambulaban por toda la eternidad.

El brillo verdeazulado… le parecía inexplicable.

Mientras avanzaban hacia la orilla Sara pudo sentir un frío espantoso, rodeándolas, envolviéndolas. Parecía que venía del río. Hécate también pareció sentirlo, porque se detuvo y chasqueó la lengua, disgustada.

- Maldita sea… - musitó.

Sara pudo vislumbrar un atisbo de duda en el semblante de la profesora. Algo, al parecer, había salido mal. Hécate puso su mano sobre el hombro de Sara.

- Lo siento, no debería haberte traído aquí.

Hécate sonaba… preocupada.

Hizo ademán de andar hacia atrás, de desandar lo andado, de volver a casa. Pero algo surgió de las aguas del río. Una figura oscura, demasiado alta para ser una persona corriente.

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11/08/2016, 17:22
????

Su cuerpo, protegido por una armadura gris, rezumaba energía verdeazulada. Parecía una especie de coloso. Con pasos lentos y decididos salió del agua, arrastrando tras de sí unas pesadas cadenas doradas.

Las cadenas, aprisionando su cuello y sus miembros, serpenteaban hacia el interior del río, perdiéndose en sus profundidades.

- … ¡TÚ! – resonó una poderosa voz, llenando aquella enorme caverna en un instante.

Sara pudo ver cómo la llama que flotaba sobre sus cabezas se estremecía.

Hécate se giró de pronto en dirección al río. Asegurándose de dejar a Sara a sus espaldas se encaró al extraño ser.

- ¡TÚ ME ENCERRASTE AQUÍ!

De nuevo, la voz fantasmal hizo que el corazón de Sara se encogiese. En presencia de aquel ser sentía un frío tan intenso que incluso a ella le resultaba molesto. El ser alzó un brazo, amenazador, y señaló a Hécate.

- HE ESPERADO DURANTE CIENTOS DE AÑOS A QUE REGRESARAS. MAQUINANDO, LIBERÁNDOME DE MIS ATADURAS, PREPARÁNDOME PARA ESTE MISMO MOMENTO.

La cadena dorada despidió extraños destellos a medida que el ser gesticulaba con su brazo. Se le veía enfurecido, pero también dichoso en aquel momento.

- SABÍA QUE VOLVERÍAS – añadió con un tono de voz que hizo estremecerse incluso a Hécate.

Sin previo aviso el ser extendió el brazo hacia Hécate en un violento gesto. Un torrente de esquirlas de hielo surgió de su mano y se abalanzó contra profesora y alumna.

Antes de que a Sara le diese siquiera tiempo a reaccionar, Hécate extendió las dos manos hacia el frente. La pequeña llama que flotaba sobre sus cabezas creció en tamaño y comenzó a girar a gran velocidad a su alrededor, formando una barrera de fuego que detuvo el gélido ataque.

- VEO QUE A PESAR DE LOS AÑOS SIGUES EN FORMA – se mofó -. ASÍ SERÁ MÁS ENTRETENIDO DESPEDAZARTE A TI Y AL FENÓNEMO QUE TAN INÚTILMENTE INTENTAS OCULTARME.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Entramos en combate, tiro Iniciativas.

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11/08/2016, 17:25
Hécate

La mirada de Hécate se endureció cuando el extraño ser se refirió a Sara como "fenómeno". Dio un paso al frente y, aún blandiendo la llama que había usado para defenderse del gélido ataque, conjuró una gran bola de fuego que lanzó contra su enemigo.

Tras la explosión el ser de la armadura se veía... como si nada.

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11/08/2016, 17:31
????

El ser de la armadura comenzó a reír.

- LAS AGUAS DEL RÍO ME HAN HECHO INMUNE A TUS LLAMAS, BRUJA. NO PODRÁS DERROTARME IGUAL QUE LA ÚLTIMA VEZ. 

Agarró con fuerza la cadena dorada que le colgaba del brazo derecho y la lanzó contra Hécate y Sara, barriendo el terreno en arco. A pesar de su apariencia destructiva, el ataque tenía como objetivo atraparlas.

Hécate, sorprendida por la maniobra, quedó atrapada parcialmente. Sara pudo ver como apoyaba una rodilla en el suelo, aparentemente debilitada.

Notas de juego

Hécate y Sara son objetivo de un ataque en Área. Debes hacer dos tiradas de Dodge. Una para reducir a la mitad el efecto del área y otra para no sufrir su efecto en cuestión. El ataque es Cone Area Snare 8 (por lo que las dificultades son 18 y 18). Las consecuencias por fallar la resistencia son las condiciones Hindered y Vulnerable o Defenseless e Immobilized según la diferencia.

Después de resolver este ataque es el turno de Sara. 

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11/08/2016, 18:50
Sara Carrión

Aquella figura no era la de Caronte, pero era igualmente temible. Hécate ya había estado aquí antes y había dejado a ese monstruo verdiazulado que se había apoderado del río, impregnándolo de su luz. A pesar de su fealdad y del miedo que producía, peor habría sido que su figura fuera oscura, pues Sara se habría quedado petrificada entonces.

La cadena habría logrado atrapar a su mentora y ella misma pensó que sufriría el mismo destino. La pudo ver aproximándose a gran velocidad y cuando creía que era tarde, se impulsó hacia arriba. El metal rozó contra su pié, pero lo había logrado esquivar. ¡Lo había hecho!

- ¡Cómo osas atacarme!

En realidad, le iba a gritar: "¡cómo osas atacarme en mis dominios!" pero pensó que si Caronte estaba cerca y le escuchaba, cogería un rebote del quince, así que omitió eso último.

Sara voló hacia aquél ser, dispuesta a encerrarla en una jaula de hielo que les diera tiempo a escapar.

- ¡Contempla mi poder!

Exclamó tratando de parecer una enemiga temible. Esa frase, además, era como propia de un supervillano y eso la hacía más impactante. La joven voló hacia él y generó todo un bloque de hielo. Si lo atrapaba, podía haber suerte y salir de allí ambas. Por el momento, parecía que la magia de la hechicera no le estaba sirviendo de mucho.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Bueno, he gastado 1 pto de héroe, así que la tirada es 16+4= 20. Con suerte le impacto y ahora él se tiene que salvar. Ya me puedes restar el punto.

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16/08/2016, 19:22
Narrador

Sara, a pesar del inmenso frío que sentía, voló directa hacia la oscura figura que las había atacado a ella y a Hécate. Con gran habilidad tejió las hebras de hielo que surgían de sus manos, envolviendo a su enemigo y atrapándolo en una translúcida cárcel. 

A través del hielo se percibía el sobrenatural brillo verdeazulado. Desde dentro de la gélida cárcel se oyó un rugido furioso.

- ¡Sara, aléjate! - ordenó Hécate desde atrás, todavía tratando de liberarse de la cadena dorada.

La cadena parecía brillar ténuemente alrededor de la profesora de blanco. Por la expresión de su rostro Sara pudo aventurar que se trataba de algo más que una atadura común.

- Tiradas (1)

Notas de juego

- Sara atrapa con éxito al enemigo misterioso en la cárcel de hielo.

Turno 2

- ???? ruge con furia. ¿Estará preparando algo?
- Hécate intenta, sin éxito, de liberarse de las cadenas doradas.

Turno de Sara.

PD: Disculpa la tardanza, Voreno. Al saber que ibas a estar de vacaciones me relajé un poco de más contigo.

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17/08/2016, 10:57
Sara Carrión

No entendía porqué Hécate quería que ella se alejara. Si la hechicera perdía contra ese ser, ella se quedaría atrapada allí, ¡sin luz! Pensar aquello era mucho más aterrador que enfrentarse al monstruo.

- Nos tenemos que ir ambas...

Exclamó volando hacia ella, pues quería ayudarla a escapar. Parecía evidente que su enemigo trataba de tomar fuerzas para liberarse del hielo de una sola vez. Se preguntó si, además, los cascotes serían peligrosos. Se imaginaba que iba a explotar todo y eso era espantoso.

Pensó en alzar un muro de hielo frente a su mentora, interponiendo una nueva barrera, pero aquello parecía alargar más la agonía. Si ayudaba a Hécate a escapar, sería mucho mejor. O eso pensaba.

Notaba que el corazón se le había acelerado. Las consecuencias de fallar en esa "misión" eran terribles. ¡Se podría quedar atrapada en otra dimensión! Acabaría realmente en Estigia, sin saber qué hacer.

Notas de juego

Finalmente no me pude ir de viaje, así que sigo por aquí.

Me gustaría hacer un team check y darle +2 a su intento de escapar (haz tu la tirada, para avanzar más rápido). Si no es posible, formaría un muro de hielo frente a ella.

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18/08/2016, 18:34
Narrador

Mientras el ser misterioso permanecía en la prisión de hielo de Sara, la muchacha trató de ayudar a su mentora a liberarse de las cadenas. 

Al ver que Sara se acercaba a ayudarla Hécate negó rápidamente con la cabeza, pero fue demasiado tarde. Cuando Estigia posó sus manos sobre los eslabones dorados que aprisionaban a la hechicera se sintió extraña. Le pareció notar que su energía fluía de su propio cuerpo hacia las cadenas, como si éstas no sólo atrapasen su cuerpo sino su alma. 

Era una sensación increíblemente desagradable, incitaba al desasosiego y a la apatía. Era como si con sólo tocar aquellas cadenas cualquiera pudiese perder las ganas de vivir.

- LO SIENTES, ¿VERDAD? - resonó la voz desde el interior de la prisión de hielo -. LAS CADENAS TE VUELVEN SUMISO, TE HACEN OLVIDAR QUIÉN ERES Y PARA QUÉ VIVES.

Con la ayuda de de Sara, Hécate consiguió liberarse de las cadenas doradas. Soltarlas finalmente y dejarlas caer al suelo fue una de las sensaciones más agradables que Sara había vivido en su vida. 

- Sara... - dijo Hécate, apenada - No quería que tuvieses que enfrentarte a esto...

Sus palabras parecían sinceras.

- Pero gracias - el semblante de la profesora se volvió más sereno, si cabe -. Al encerrarlo en tu hielo nos has dado un tiempo valiosísimo. El río le apoya pero no puede someterlo a su voluntad - dijo confiada, como si aquello tuviese todo el sentido del mundo.

El hielo de Sara se quebró entonces, con un sonido grave. La gélida prisión se rompió en pedazos, revelando en su interior un gran estallido de luz verdeazulada. 

Los cascotes de hielo cayeron sobre la roca grisácea, estallando en miles de diminutas esquirlas. 

Hécate, rauda, blandió sus llamas para protegerlas a ambas. El fuego danzó a su alrededor y las cubrió, derritiendo parte de las esquirlas y facilitándoles la labor de evadir el ataque.

Aunque la profesora salió airosa, Sara se vio herida por su propio hielo.

La figura misteriosa reía, deleitándose en la ironía de lo sucedido, lo cual aprovechó Hécate para conjurar un poderoso relámpago que llenó de luz blanca la caverna. El rayo danzó entre las manos de la hechicera antes de ir volando a buscar a su objetivo, el ser de la armadura.

Sin embargo, el enemigo alzó una mano y desvió el ataque mágico de la profesora con inusitada facilidad. El rayo se estrelló contra una de las paredes de la caverna, provocando gran estruendo y haciendo que una estalactita se precipitase hacia el río. 

- Cúbrenos, Estigia - ordenó Hécate tras fracasar en su ofensiva. 

El contraataque del enemigo se acercaba.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Turno 2

- Sara ayuda a Hécate a liberarse de las cadenas.

Turno 3

- ???? se libera de la prisión de hielo, haciéndola estallar en una lluvia de esquirlas (Ataque en área: Burst Area Damage 6).
- Hécate reacciona, dando a ella y a Sara el beneficio de la ventaja Evasión (+2 a Dodge para evitar ataques en Área) contra el ataque.

Como resultado del ataque, Sara recibe 1 Herida y queda Dazed durante 1 turno.

- Hécate ataca al enemigo con un relámpago, pero falla. 

Turno de Sara.

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18/08/2016, 23:31
Sara Carrión

Sus temores se habían cumplido y el hielo había estallado, jugando a favor del monstruo. Claro que había ganado algunos segundos con los que lograr que Hécate se liberara. El problema es que seguían en las mismas condiciones que al principio. Aquél ser no dejaba de reir y poco a poco esta escena se iba convirtiendo en la peor en la que se había visto inmersa. Peor que el ataque al auditorio, contra todos esos robots de Ratchet.

La profesora quería que les cubriera. Tenía dos formas de hacerlo, completa o parcialmente. Se imaginó que lo que le planteaba era una semicúpula, así que de sus uñas formó todos esos hilos que se iban hebrando, expandiéndose después, forjando de esa forma todo un domo helado.

- Sí, le intentaré estorbar un poco más.

Le dijo esperando que aprovecharan para largarse. No tenía mucho sentido quedarse a luchar, pues no ganaban nada. Si el monstruo ya estaba apresado en esta cueva, ¿de qué servía vencerlo de nuevo? Imaginó que ella lo sabría y que en el momento adecuado abriría un portal, pero... ¿y si no podía abrir ese portal en estas condiciones? Supo entonces que si Hécate seguía con la pelea, sería porque no podría escapar hasta finalizarla.

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22/08/2016, 17:49
Narrador

Sara tejió una nueva estructura de hielo. Esta vez, una semicúpula destinada a protegerlas a ella y a su profesora.

Cada vez que usaba sus poderes Sara notaba como el frío que había sentido en presencia de su enemigo iba tornándose cada vez menos incómodo.

Protegida por el muro, Hécate le dirigió una rápida sonrisa a Sara y comenzó a gesticular en el aire. La llama que flotaba sobre ella comenzó a titilar hasta casi apagarse. Lo único que permaneció en el ambiente fue la tenue luz verdeazulada.

- ¡NO PODÉIS ESCONDEROS DE MÍ! – bramó el enemigo.

La alicantina oyó un fuerte ruido de piedra contra metal. No veía bien desde detrás del muro de hielo, tan sólo advirtió una sombra negra posándose al otro lado. Y de pronto…

“¡BAM!”

Un golpe atronador contra su muro. El hielo se resquebrajó al instante, dejando paso al metálico puño de su enemigo. La semicúpula se derrumbó hacia los lados, privada de su estabilidad estructural. Profesora y alumna estaban al descubierto.

- UN MERO ENTRETENIMIENTO ANTES DEL FINAL – sentenció la voz resonante.

- ¡Tu final! – matizó Hécate con un grito, en respuesta mientras ponía ambas manos sobre su pecho.

Sara le había dado a su profesora tiempo suficiente para prepararse. Pero, ¿para qué?

El tiempo y el espacio comenzaron a dilatarse. Estigia sintió como el frío a su alrededor desaparecía. Y entonces, luz.

Una luz pura, blanca y radiante, inundó la gran caverna en la que se encontraban. No parecía provenir de ningún lugar en concreto, pero Sara tenía la sensación de que era cosa de su profesora.

El ser de la armadura alzó un brazo, tratando de evitar quedar cegado por la luz.

- La última vez que te derroté tan sólo blandía el poder de los cuatro elementos – dijo Hécate mientras daba un paso al frente.

Entonces se percató Sara de que su profesora no se veía como siempre. Sobre su túnica de un blanco impoluto portaba una marmórea armadura. Sobre su cabeza, un yelmo. Y en sus manos, un cetro y una cadena dorada.

- El fuego no te derrotará ahora – admitió -. Pero has cometido un error enfrentándote a mí allí donde soy juez y verdugo.

- ¡NO ME RENDIRÉ ANTE TUS TRUCOS! – gritó la voz fantasmal.

Aunque trataba de sonar seguro, el enemigo dudaba en ese instante. Sara notó que las tornas habían cambiado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Turno 3

- Sara levanta una semicúpula de hielo para cubrirse del enemigo.

Turno 4

- ???? se lanza contra el muro de hielo y lo rompe de un puñetazo. 
- Hécate activa un poder misterioso. Ahora todo el lugar se considera iluminado con luz diurna.

Turno de Sara

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23/08/2016, 08:49
Sara Carrión

Hécate era una fuente constante de sorpresas. Sara había creído que era una maga con poderes elementales y climáticos, pero ahora se rodeaba de esa armadura luminosa. Casi parecía un ángel, pero ella no podía ser tal cosa. Le sorprendió aquello de que era la juez y verdugo de este lugar ¿dominaba ella esta dimensión? El nombre de Hécate sonaba a antiguo, pero había concluido que ella no era de esa época. La verdad es que estaba un poco confusa.

La chica quería combatir pues si se quedaba quieta sería una decepción. Pero también sabía que si se acercaba sería presa fácil y el monstruo la trataría de usar como rehen, si es que era inteligente. Fue por esa razón que quería hacer algo, pero manteniendo las distancias.

Se intentó elevar unos metros para impedir que la pudiera coger. Lo que le gustaría sería atacar desde bien lejos con su soplo helado, pero tenía la sensación de que no iba a servir contra él. Como el techo estaba alto, quiso subir todo lo posible y entonces crear un buen bloque de hielo para soltarlo. Iba a hacer un poco como un bombardero, al menos estos segundos en los que los dos oponentes se mantenían separados.

Esta vez no dijo nada, por si el enemigo estaba tan concentrado en la hechicera que no veía venir su ataque desde arriba.

Notas de juego

Si el techo no está alto entonces cambiaría la acción (quiero estar más bien lejos del bicho).

Hago un bloque de hielo y lo dejo caer. Tiene que salvar contra dodge 14, si la saca no hay efecto, y si falla, pues una herida de efecto 19.