Partida Rol por web

En prendiendo una carrera el teniente Speedy, siguiendo lo que parecía ser una fuerte corazonada se había alejado de la vista de todos hacia la profundidad de los túneles. Solo Gawain que marchaba aun a su ritmo podía seguirle en cierta medida el paso y no estaba lejos del teniente aun. El resto de infantes avanzaban lo más rápido que podían dejando gran parte del terreno recorrido atrás.

Con Mkoll y el sargento mayor al frente a pocos metros de Gawain, el grupo de infantes empezaba a dispersarse mas pues el grupo que iba a la cola compuesto por el artillero Hightower y los fusileros ligeros estaban a casi 40m de la ubicación del agente de los servicios especiales.

A pesar de todo el caos generado por las prisas del teniente, si este tenia razón, pronto estarían en el corazón de la colmena, en el nido de la reina. Y de ser así la parte central de su misión iniciaría, sus fusiles estaban listos, las cargas nucleares estaban listas, los infantes estaban listos; lo único preocupante era si la reina también estaba lista.

CANAL DE MANDO:

Susurro por el canal de mando para no ser escuchado más allá del casco de mi traje y de las ondas de radio encriptadas:

- "¡Contacto enemigo! Un Guerrero en un túnel paralelo al que están ustedes, hacia el Sur de la posición del Teniente, quien, por cierto, está demasiado expuesto. No estoy seguro de si seré capaz de protegerle si no se detiene ahora mismo....

El bicho está patrullando y avanza hacia el camino por la derecha, milagrosamente todavía no nos ha percibido.

El camino a la izquierda parece dar a una amplia bóveda de donde llega el sonido de repiquetear de rocas, seguramente obreros trabajando, Señor." -

Avanzo con pasos ligeros y silenciosos, hasta rebasar por un momento la posición del Teniente.

Le pongo la mano en el hombro en indicación silenciosa de que debe detenerse a esperar al resto de nuestras tropas, o caeremos aquí nosotros dos solos contra este Guerrero...

O'Flaggerty siguió impertérrito su movimiento en bloque con Ramirez. Al menos, por ese lado no estaba todo perdido, se mantenía la formación, y llevaban las bombas, lo que significaba que la misión estaba vivita y coleando.

Hablaba despacio por el intercomunicador, por el canal de mando. Mantuvo la marcha, a pesar del trotecillo, muy discreta, sin mover piedras a su paso.

¿Cómo lo estarán pasando arriba? Se preguntaba.

CANAL DE MANDO

Esta vez James consiguió el tono que antes había buscado sin lograrlo. Como Gawain, susurraba.

Mi teniente, respire hondo. Piense. La reina desea que usted actúe como lo hace, a lo loco. Serénese y espere a Gawain. Es un buen hombre. Mi teniente, mejor juntos que por separado; confíe en su infantería, sabemos lo que nos hacemos.

El pensamiento asociado a dichas palabras, más bien la emoción asociada a sus muy medidas y razonables palabras, era bien distinto. Podría equivaler a: Para, cabrón, que nos pierdes, que pareces un elefante en una cacharrería, jodeeeer.

La situación se descontroló cuando el teniente comenzó a correr a lo loco, sin el menor reparo ni sigilo. Lo peor de ello era que seguramente nos dirigiéramos a una trampa preparada por la reina-bicho. No era un pensamiento agradable.

El canal de mando estaba saturado y el resto del escuadrón excepto unos pocos y los de la ligera avanzaron para salvar distancias y ayudar al teniente en su frenética carrera hacia donde diablos se dirigiera.

Ya era hora de acabar con esto y esperaba que no fuera por las malas.-Lo va a fastidiar todo el muy estúpido.-

En un segundo Evans salió como una exalación hasta sujetar al teniente por el cinturón del traje e intentar detenerlo sacándolo fuera del alcance visual del bicho. 

Afortunadamente, la torpeza de Burnette no había llamado la atención de ningún bicho, así que se levantó lo más rápidamente posible para no quedar atrás y continuó a la carrera desenfrenada en que se había convertido la misión. Deseó que sus miedos no se hicieran realidad, y que no surgieran bichos a través de las paredes para emboscarlos mientras estaban separados. Sin embargo, mientras corría, hizo más ruído del deseado.

La situación era correr para alcanzar cuanto antes a la reina, y el fusilero hizo lo propio: un rápido sprint para avanzar lo máximo posible.

Pensando que se quedaba atrás, el artillero olvidó que debían hacer el mínimo ruido posible y comenzó a correr. La armadura hacía ruido, tal vez por el agua había estropeado alguna de las juntas de la armadura. Las armas golpeaban contra ella haciendo un ruido estruendoso y para colmo parecía golpear todos los salientes rocosos que aquel maldito túnel tenía. Encima tenía que intentar ver si había bichos rondando las espaladas y con tanto infante ligero sólo preocupados en correr eso era una misión difícil. Cuando se quiso dar cuenta del ruido pensó que ya daba un poco igual pues ahora el nido debía saber que estaban allí. Sólo les quedaba esperar que la reina no hubiera llevado demasiados comensales al salón del trono.

Ya estaban todos apretando bastante más el paso para poder llegar lo antes posible hasta la cámara de la Reina, algo que se veía cada vez más necesario y apremiante. Incluso estaba tentada de moverse corriendo, pero eso levantaría mucho ruido. No podían permitirse que les descubrieran demasiado pronto. Joder, sí, ya sabían que estaban allí, pero aún tenían que encontrarles. Así que aún contaban con cierta ventaja.

El problema que ahora empezaba a verse era que muchos se estaban dispersando demasiado, excepto la mayoría de su propio grupo. Esperaba que eso no fuera a ser luego ningún inconveniente grave...

Mkoll siguió avanzando, algo más tranquilo al ver que prácticamente volvía a estar en vanguardia. Las indicaciones habían sido claras, y el explorador se deslizó como una sombra, en busca del nuevo camino que seguir para llegar a la reina, al menos, según las indicaciones del teniente.

"Y una vez allí, a ver qué encontramos..."

Me muevo intentando ser lo más sigiloso hasta ponerme al lado del Teniente mientras hablo por el comunicador:

 - "Teniente, espero que estemos cerca de la Reina. Si el bicho va rápido a donde vamos, podemos seguirle sin que nos note. Si no, habrá que matarle y correr donde su Majestad, lo que será un suicidio. Por el momento quiero discreción. Usted dirá a donde vamos."

Espero a que me conteste mientras sujeto con fuerza mi rifle. No quiero disparar pero la verdad es que un ataque cuerpo a cuerpo contra un bicho del tipo guerrero sería un virtual suicidio.

Parece que por una parte el grupo va tomando velocidad, pero por otra se va disgregando cada vez más pues no todos van con sus grupos y el Teniente se ha ido demasiado lejos para que los demás puedan seguirle, al menos su mayoría. De momento, no parece haber peligro en el camino que deben seguir y que pueden avanzar más distancia de la que han estado avanzando hasta ahora.

Intenta mantener junto a su grupo.

Nos movemos como una turba. No dudo en lo que dice el teniente, pero si avanzamos sin ningún tipo de orden todo puede acabar muy mal. Estamos en un nido de bichos y en el proximo cruce nos podemos encontrar cara a cara con un guerrero, un tigre o un tanke que abrase en un instante a medio equipo.

Afianzo bien la belcher en mis manos y avanzo con cuidado, hay quien me adelanta, pero hay quien se queda atrás. La tecnico Wallace, con carga incluida avanza con precaución, no puede quedar la última o si no perderemos oportunidades.

Izquierda, derecha y derecha. Voy conteando mientras camino junto a la Cabo. Uno eso al hecho de que los túneles son un condenado caos, y más nos vale tener un sitio decente para que nos recojan o hacerlo bien cuando todo salte por los aires. Si el giro anterior era la izquierda, ¿habrá que considerar el único camino como derecha? Sonia acelera el paso, y yo me pego a su lado, avanzando con todo el sigilo que puedo tras ella. A un lado y otro la gente pasa corriendo para detener al teniente o para ponerse en vanguardia, o quién sabe para qué. Básicamente, hasta hace un momento somos el único grupo que permanecía unido y a velocidad constante, todo gracias a la Cabo, he de añadir. Giro otra esquina siguiendo el camino. ¿Será esta la última derecha o todavía queda otra? Contemplo la bifurcación, y lanzo una amplia mirada por encima del hombro de Sonia hacia los dos caminos, tratando de discernir entre ellos. Ya no soy el guía, si mi brújula humana sale corriendo, y no puedo sino seguir preparado con ambos cuchillos por si hace falta un combate sigiloso.