Partida Rol por web

La sacerdotisa selunita se mantuvo a tu lado agarrándote la mano y acariciando tu frente, que sudaba a espuertas a pesar del frío ambiental del lugar.

Te encontraron tirado en el camino, delirabas llamando a tu hija.. a tu mujer.. Un grupo de caballeros de Amaunator te recogió, te llevó a Arabel.. al encontrar el símbolo de Selûne en tus ropas se pusieron en contacto con las capillas cercanas. Supe de ti y me dirigí enseguida a por ti.

¿Venir a por ti? La capilla de Chelen en Proskur, a dos semanas de Arabel. ¿Cuanto tiempo habías pasado ausente? La mujer te miraba preocupada, expectante a tus reacciones.

Llevas un mes inconsciente, Henry. No sé que clase de magia oscura te lanzaron.. pero has estado dormido durante todo ese tiempo. ¿Qué ocurrió? ¿Quién te hizo esto?

¿Un mes? No es posible.

Lo que decia Chelen no podía ser cierto. No podía haber pasado un mes. Como mucho unas horas. Pero ella no le mentiría. Entonces... ¿Qué había pasado?

Recibí un mensaje de Freeda. Quería que me reuniera con ella. Yo...Accedí. Estaba muy preocupada. Al parecer alguien se había llevado a Elora, la habían raptado. Ibamos hacia la casa para ver si encontraba alguna pista y...
Me cuesta recordar. Tengo mezcladas imagenes de hace tiempo. Pero, me parece que había unos hombres registrando la casa. Querían llevarse a Freeda, peleamos. Y luego...

Luego no sé qué paso. Noté algo detrás mio y luego...¿Me desperté aquí?

Henry miró a Chelen asustado. Y no era facil asustarle. Pero lo estaba en verdad. Porque si realmente había pasado tanto tiempo, las posibilidades de encontrar a su hija, posibilidades ya de por sí escasas, habían menguado mucho más.

El guardabosques trató de levantarse.

Debo volver allí, tal vez haya algo que pueda encontrar.

La sacerdotisa no quiso impedir el impulso de Henry por levantarse, sabía de su tenaz defensa por su autonomía y ahora la necesitaba más que nunca. Con preocupación, Chelen te contestó tratando de suavizar la realidad.

Cuando te encontraron ya no había nadie, solo restos de sangre que no eran tuyas. La gente dijo que vio unos mercenarios vestidos de rojo salir de esa casa.. a uno de ellos se le vio un tatuaje en la muñeca cuando alguno se detuvo en la posada. Dos eslabones entrelazados. hizo una pausa expectante a tus reacciones, su mano se posó sobre la tuya agarrando con fuerza. ¿Sabes quienes son? ¿Les conoces? Lo siento, Henry.. tu exmujer.. Freeda, no había ni rastro de ella.

La selunita apretó los labios sin saber como encajarías aquello, mas si tampoco había habido rastro de Elora en aquella estéril búsqueda. 

Envié a Sheeana a investigar el lugar, no encontró nada relevante.. ha pasado un mes, Henry. No te impediré ir, pero temo que el rastro se haya enfriado. dijo con tristeza. Lo que te ha pasado.. quien te hizo esto.. es peligroso, Henry. No sabes cuanto, he visto esta magia antes, Selûne de plata, y es el estigma de la Dueña de la Noche.

Henry se detuvo un momento sopesando las palabras de Chelen, dulce Selune cuanto la había echado de menos. Su tranquilidad y firmeza al darle las noticias le hacian siempre recapacitar. No le ocultaba las cosas, pero trataba de decirlas siemrpe de la mejro manera posible. No tendría que haberse separado de ella. Pero si no lo hubiera hecho jamás se habría enterado de lo de Elora.

No obstante la advertencia sobre la Dueña de la Noche no era valadí. El explorador suspiró.

El rastro de Elora ya estaba frio antes de que sucediera esto, no tenía esperanzas de encontrarlo. Y si Sheeana no ha encontrado nada sobre Freeda es que esos mercenarios se la han llevado. No sé qué es el simbolo ese que comentas. Pero me parece un buen lugar para empezar. Buscaré a esos mercenarios.

En cuanto a lo otro. No sé por qué me hizo esto la señora de la Noche. Pero desde luego no por ello voy a dejar de buscar a mi hija. Es la primera noticia que tengo en cinco años. Y no pienso abandonar.

Acabó de vestirse y se volvió a la sacerdotisa.

Chelen yo...Gracias.
Gracias por venir. Por haberme ayudado. Pero tengo que hacer esto. ¿Lo entiendes? Necesito hacerlo.

La sacerdotisa encogió los ojos con dulzura al mirarte, te atrajo hacia ella y te besó la mejilla con el infinito cariño que sabías que te guardaba. Una ternura que iba más allá que el que brindaba a los fieles, una ternura mucho más personal e íntima.

Eres un hombre valiente y bueno, Henry. Sé que has de hacerlo, lo entiendo, pero deja que te ayude. Deja que Nuestra Señora de Plata te ayude en tu búsqueda, pues ella brilla cada noche para nosotros para que no estemos perdidos en la oscuridad. la mujer te llevó de la mano a un pequeño escritorio que había en la habitación, encima había un sobre cerrado y lacrado por un símbolo fácilmente reconocible para ti: el de un dragón rampante, el emblema de Cormyr y su familia real. Chelen tomó el sobre y te lo entregó.

La regente de Cormyr se ha puesto a investigar las desapariciones, ha mandado estas cartas a cada una de las Iglesias que se han interesado en la búsqueda.. para aunar esfuerzos. Es un salvoconducto para Nueva Tílverton, Sheeana está en camino desde Mársember. La búsqueda la dirige el barón Augustus Corbuser, él podrá ayudarte.

Mientras te hablaba, la otra mano no se había soltado de la tuya. La apretaba con intensidad, había esperanza en aquella intensidad.

Es posible que allí también te encuentres a mi mentora, Etein Luna Hibernal. Ella también podrá ayudaros, es cuanto puedo hacer ahora.. yo también buscaré, te lo mereces, te lo debo.. quiero hacerlo. 

El calido beso que le dio Chelen era un balsamo para su malestar interior mejor que cualquier conjuro de sanación que pudiera lanzar. Y lo atesoró como lo que era. La posibilidad y la promesa de un futuro.
Acaba (según había experimentado él) de ver a Freeda. Y aunque no podía evitar recordar el cariño que se tuvieron, sabe que el dolor fue más  fuerte y cerró esa puerta para siempre. Elora era lo único que la ataba a ella.
Pero lo de Chelen no había terminado de manera tan abrupta, se habían separado por las circunstancias, no por un odio o un malestar. Y si la señora de plata quería, tal vez en un futuro podrían volver a estar juntos.

Pero ahora estaba Elora, y eso tenía prioridad sobre todo lo demás.

Chelen, no puedo pedirte que lo hagas. Es mi busqueda, mi locura. No tengo derecho a que lo dejes todo por mi.

Pero la cara de Chelen dejaba bien claro que ya lo tenía decidido. Y la conocia lo suficientemente bien para saber que no iba a dar su brazo a torcer.
Él también le apretó la mano con cariño.

Gracias. Muchas gracias.

No había nada más que decir. Tan solo ponerse en marcha.

Chelen se quedó en Arabel, te despidió con un profundo pesar, pero al partir te regaló la mejor de sus sonrisas. De esas que reconfortan, te animan a dar el siguiente paso y te susurra que no está todo perdido. Allí, en algún lugar, estaba Elora.. también Freeda. 

Fue un viaje largo, solitario, asaltado por continuas pesadillas que oprimían cualquier oportunidad de descanso placentero. Sentías como un oscuro peso no se quería separar de ti, pero hiciste de tripas corazón para seguir adelante sin nunca titubear.

Era tu hija la que ibas a encontrar algún día, y eso era a lo que te agarrabas con todo el convencimiento del mundo.

A la mañana de la semana de viaje llegaste a la empalizada de Nueva Tílverton, un nuevo paso en el camino..