Partida Rol por web

La noche empieza a caer y esta dificulta la tarea de seguir el pobre rastro que queda de los asesinos. Tanto es así que avanzais muy lentamente.

Una aldea se vislumbra a vuestra derecha mientras que el rastro sigue en línea recta.

Laern niega con la cabeza mientras mira la aldea.

-No podemos perder el tiempo. El rasto, como habéis dicho, es bien débil. No podemos arriesgarnos a que llueva, corra el viento o pase un simple viajero y destruya nuestras esperanzas. Sin embargo, hemos de cerciorarnos de que a aquellos aldeanos no les ha pasado nada... ¿Algún voluntario de caballo raudo?

Mpfh, no me considero buen jinete pero podré llegar allí y preguntar si han visto pasar a algún grupo. ¿Alguien más viene? ¿Qué debo preguntar Elladan? ¿Por un grupo numeroso o reducido?

Realmente me interesa más ver que están bien pero si existe alguna posibilidad de obtener información no la despreciaremos.

- Siete u ocho hombres a pie, maese Görg, uno de ellos muy grande -dice sin apartar la vista ni la atención del suelo; con la noche, seguir el rastro iba a exigirle incluso más concentración.

Sin esperar más asiento con la cabeza y me acerco al trote rápidamente a la aldea, muy atento a cuanto pueda ver u oír en el trayecto. No espero encontrar otro macabro espectáculo como antes pero tampoco descarto alguna sorpresa. Sobre todo sabiendo que estos tipos emplean bandidos en su beneficio.

El grupo pasa de largo la aldea mientras el enano se dirige a ella en busca de información.

Un pequeño cartel a la entrada de la aldea decía "Kenston". El lugar era muy parecido a Nolvil, de hecho tendría el mismo número de habitantes a juzgar por el número de casas, aunque esta vez las viviendas estaban más cercanas.

Por fortuna no había muestra alguna de violencia, aunque no se veía actividad por la calle.

Me alivia comprobar que aquí no hay muestras de violencia pero eso no hace que me confíe. Busco alguna casa con luz encendida y ruidos que indiquen alguien que la habite.

En cuanto encuentre una donde haya bastante sonido bajaré del caballo y picaré a la puerta con delicadeza, que a veces se me va la mano.

Tras llamar a una de las casas escuchas un pequeño ruido, sin lugar a dudas alguien había dentro y seguramente se había desplazado hasta una ventana para observar quién podía ser el que llamaba a estas horas.

Sin abrir la puerta un hombre te dice desde el interior.

¿Qué quiere viajero? Es tarde.

Prudente medida aldeano. Vivirás más así.

Buena noche señor, sólo quiero hacer una pregunta rápida. He perdido a unos compañeros de viaje en el camino, se adelantaron porque iban a pie y no sé si han podido detenerse aquí a hacer noche o si les han visto pasar.

¿Han visto a un grupo de caminantes? Uno de ellos es muy grande.

Lo siento viajero pero usted es el primero que pasa por aquí desde hace semanas. Yo de usted buscaría en otra parte. Buenas noches y suerte.

Vuelves a escuchar los pasos del hombre, aunque esta vez se están alejando.

Tras la negativa del primer intento Görg se fue paseando por el pueblo preguntando en varias casas, pero por desgracia o por fortuna parecía que nadie había pasado por allí.

Uhm, yo diría que nadie ha visto nada. Al menos no hay rastro del grupo en la aldea.

Gracias de todos modos señores, sean cautos, hace apenas dos días atraparon a un grupo de bandidos y los entregaron a la justicia pero podría haber más.

Mientras salgo de la aldea aún echo un último vistazo por si hubiera algún rastro en el camino. Luego parto en diagonal para acortar y alcanzar a mis compañeros.

Había pasado un rato cuando el enano regresa con vosotros, venía solo y en perfectas condiciones.

Al acercarme al grupo reduzco el paso y me sitúo junto a Laern para dar novedades.

En la aldea de Kenston nadie ha visto ningún grupo de viajeros ni nada parecido. He preguntado a varios lugareños y ninguno tenía noticia de gentes en el camino ni he visto rastro alguno.

¿Hay alguna novedad?

Tras esperar la respuesta de alguno de sus compañeros, contesta Elladan:

- No -dice mientras sigue ensimismado examinando las huellas de los forajidos, tal y como estaba cuando Görg se marchó al poblado-. ¿Confirma acaso esto que la aldea de la Montaña Jorobada ocultaba algo, o como antes dijo el Mariscal solo trataban de dar un mensaje?

Sopesa cualquier contestación, aunque tampoco era necesaria ni la espera: solo podían suponer, iban a ciegas. Luego añade:

- Sigamos -y retoma la marcha al frente.