Partida Rol por web

La flecha no había logrado ni impactar en la rana. Tenía que afinar mi puntería, así que me concentré en obtener un tiro más certero pero el cansancio empezaba a pasar factura...

Zarus se había escondido detrás de uno de los árboles del parque para clavar una flecha en el cuello de la rana. Era el primero que había logrado hacerle daño de forma física y sin recurrir a la magia. Sanya también intentaba ayudar a los aventureros con su arco, pero la flecha fue más que desviada. 

En ese instante una nube de oscuridad cubrió parte de la zona del combate protegiendo de los golpes y las flechas a Kranjstar y Riku. La muchacha aprovechó para encajar un par de golpes con su bastón, pero de nada sirvieron. Y nuevamente Akatosh logró encajar un proyectil sobre la piel escamosa de la criatura. 

Lomenar, Lictea, Duncan y un par de lobos combinaron sus ataques para dañar a la rana, con el mismo éxito que estaban teniendo el resto de sus compañeros, ninguno... 

La rana lanzó esta vez su lengua sobre el lobo recién convocado y se lo llevó al interior de su boca. Dio un par de mordisco y esta vez tampoco lo escupió. Una pequeña explosión de luz salió de la boca de la criatura, dando la impresión de que el lobo había terminado desvaneciéndose. 

Sanya disparó de nuevo e impactó pero dudaba que sus flechas pudieran perforar la piel del animal, visto lo visto. La enana decidió buscar un lugar mejor desde donde continuar el tiroteo. 

-No sé quien ha enredado a esa cosa pero que avise cuando esté a tiempo de liberarse y le prenderemos fuego a la maleza para quemarla! Diría que el fuego la dañará más que el acero!

Kranjstar se dispuso a hacer lo único que podía, ayudar a los que pudieran hacer algo para herir a la criatura -Oye tu! Porque no intentas comerme a mi, no eres mas que un estupido sapo, por muy grande que seas no me das miedo.-

El clérigo esperaba poder distraer a la criatura para que la chica que estaba cerca de él, pudiera acertar uno de sus golpes.

Lomenar constestó a Sanya

- No se cuánto durará el hechizo, de momento se mantiene pero no te puedo asegurar cuanto durará.

Lomenar no sabía que hacer, lanzó una nueva piedra desde su honda mientra Arvak seguía intentando hacer mella en la dura piel del sapo, aunque realmente se daba cuenta que sus tiradas eran acertadas, era el ser el que no sentía apenas sus ataques.

Con los nervios el lanzamiento desde su honda fue nefasto.

Zarus veía como su siguiente flecha se resbalaba ante la babosa piel del gran saco. Había necesidad de atacar con algo que tuviera mucha mas potencia. Guardó su arco y se preparó para sacar la ballesta que tiempo a atrás, perteneció al hermano de Layla.

Desde donde la chica llego, vio el total de la batalla y sin acercarse demasiado (no pretendía estar junto a esa enorme rana) tomó su báculo con la mano zurda extendió la diestra con el dedo indice apuntando al enemigo anfibio, inmediatamente y tras unas palabras de la hechicera un proyectil mágico salio de su dedo para volar por los aires y proyectarse sobre la rana.

Viendo que la rana es mas vulnerable a los ataques mágicos el joven Akatosh empieza a conjurar nuevamente y de su mano sale un pequeño dardo de color verdoso que impacta en la criatura haciendo que su piel empiece a derretirse. Igual, la resistencia que esta mostrando la criatura es de admirar, pues con todos los ataques que hemos hecho aun no cae.
Vamos compañeros, acabemos con esta cosa! Grita el guerrero 

Lictea se encorvó como si una corriente eléctrica le hubiera traspasado su enjuto cuerpo.  Al menos sabía que a su hermano lobo, el convocado por su aullido, no le había pasado nada. Estaría a salvo de nuevo en su plano. El campo de batalla era un completo caos. Todos y cada uno de los allí presentes estaba dando lo mejor para acabar con aquella inmunda bestia.

- Esta vez habrá que pedir ayuda alada, amigo.- Le dijo a su lobo Lico que seguía quieto junto a su hermana humana. En esta ocasión la salvaje mujer no emitió aullido alguno sino que simplemente elevó los brazos al cielo a la vez que si mirada se perdía en el cielo.

En ese momento fue Sanya la primera en lanzar una de sus flechas que a pesar de impactar en la piel no llegó a provocarle ni una pizca de sangre. Su piel ejercía una férrea resistencia y muchos de los golpes a penas lograban traspasarla. Mientras Kranjstar trató de hacer una maniobra de distracción y que así Riku saliera de la oscuridad para encajar un par de golpes a la bestia. 

Lomenar pudo ver como el pedrusco de su honda se perdía entre el follaje de los árboles, pero Arvak sí que lograba arrancar un trozo de la criatura. Ésta rugió dolorida y dirigió su mirada hacia el lobo. El primero había desaparecido entre sus dientes sin poder a dar cuenta de su sabor, pero Arvak parecía igual de apetitoso o quizá más que el anterior. 

Zarus continuaba usando su arco, sin ningún tipo de puntería. Lo que sí que se encajó fue un nuevo proyectil que llegó desde la lejanía, una hechicera había llegado en auxilio del grupo lanzando un proyectil con la misma habilidad que Akatosh, que junto a su salpicadura de ácido lograron encajarle también un buen impacto. 

A pesar de las numerosas heridas, la bestia seguía en pie y prácticamente sin inmutarse. Estaba sobreviviendo a todas aquellas heridas y parecía aún muy lejos de agotarse. Y finalmente, Lictea empezó a convocar a su aliado natural, confiando en que esta vez surtiera mayor efecto que antes.

La rana se dirigió hacia el pobre Arvak, que por cuarta vez lanzó su lengua para atraparlo e introducirlo en su boca. Dio un par de mordiscos y después lo escupió con su cuerpo chorreando sangre y babas. El pobre Arvak no pudo soportar el dolor, y aunque seguía con vida había caído desmayado. O alguien lo sacaba del combate, o sería una presa fácil para la rana y Lomenar sufriría una pérdida irreparable.

Milkahá observa temerosa como la bestia resiste los ataques de algunos de los que están peleando y como alcanza a uno de los que están mas cerca y lo mastica para luego escupirlo, nunca había enfrentado bestia tan grande. Sin tratar de acercarse pone su dedo frente a ella y apuntando a la rana gigante menciona algunas palabras cerrando los ojos para concentrarse y en cuanto menciona las palabras y abre los ojos otro proyectil sale de su dedo, el proyectil gira un par de veces para luego impactar al monstruo.
Una vez hecho el hechizo la chica busca entre los combatientes a Zarus, pero no logra avistarle.  

Zarus esta vez hizo uso de la ballesta de Itissar, era un arma que parecía prometer tener mas potencia, pese a que tomaba mas tiempo poder usarla, pero ahora había que atacar con todo, aquella bestia parecía resistirlo todo.

El virote salió disparado y pareció perforar la dura piel del batracio, pero sea como sea, aún no llega a ser suficiente para alcanzar sus órganos vitales. Que se podía hacer, debía tener una debilidad, pero cual?

El temible monstruo aún seguía en pie después de recibir el ataque del Lobo de Lomenar, que rayos pasaba con aquella criatura, acaso era inmortal?

Nuevamente la lengua del batracio sale de la boca, pero esta vez envuelve al can que hace un momento le había propinado una gran mordida. El pobre de Arvak, no resistió aquel ataque y cayó inconsciente. El clerigo se movió tan rápido como pudo para interponerse entre este y el sapo, tratando de suprimir un poco del daño que había recibido.

Lictea había convocado a una esplendorosa águila que apareció revoloteando por encima de la cabeza del monstruo dispuesta a arrancarle los ojos. Picoteó y lanzó las garras a la vez que mantenía la posición batiendo las alas desesperada. Mientras tanto, Lictea cargaba la honda con el pulso firme. Lico permanecía a su vera, protegiéndola, viendo el aciago destino que corría el lobo de la otra druida. Afortunadamente para él, su Hermana no le había mandado al frente de la batalla.

- ¡ACABEMOS CON EL!- Gritó furiosa. No entendía como algo así había podido aparecer en aquel estanque.

Sanya echo un vistazo a los arboles. Ninguno ofrecia garantias a la hora de trepar, asi que decidio simplemente colocarse tras uno de ellos, para gozar de algo de cobertura y volver a disparar con su arco largo. Esta vez la flecha volo, certera,hacia su objetivo. Sanya no sabia disparar mejor. Si aquello no penetraba la piel del anfibio, seria hora de retirarse.

Tras salir de la oscuridad vuelvo a intentar golpear a la criatura nuevamente con el bastón. En verdad era dura y estaba demostrándose terriblemente peligrosa.

Arvak por fin había conseguido hacer mella en la criatura y ocasionarle algo de daño, pero esta se había revuelto y atacado al feroz aliado con resultados desastrosos. Literalmente había sido masticado por la criatura.

El lobo cayó al suelo tras ser escupido, con graves heridas y fracturas y cubierto de sangre, su propia sangre. Lomenar notó como se le paralizaba el corazón, había vivido con su lobo desde que era un cachorro y se sentía como si le hubieran arrancado una parte de su propio cuerpo.

Obviando toda prudencia Lomenar corrió hacia donde había caído Arvak, como si el grotesco ser no estuviera presente. Rodeó el cuerpo del lobo con su propio cuerpo, protegiéndolo de un nuevo ataque. No pudo evitar las lágrimas al ver el estado en el que había quedado. Por fortuna el animal estaba desvanecido. Tomando suavemente el cuerpo de su compañero intentó alejarse del lugar, ignorando por completo y dando la espalda al ser que le había causado tanto daño.

Nuevamente el guerrero invoca su poder arcano para que de su mano salga un rayo de un color blanco que impacta en la criatura y se observa que se le empieza a congelar la piel donde impacto el ataque.
Ya casi lo tenemos, sigamos así. les dice a todos los presentes.