Partida Rol por web

Viendo que la chica no podia ayudar a su hermano, refunfuña un momento y baja trepando por la pared hasta su lado. Los pocos conocimientos que tenia de curacion eran mas que nada el tratar algun que otro corte en los entrenamientos, asi que ayudó como pudo a la chica mientras seguia intentandolo.

Vamos, no te rindas. ¿Acaso el lo querria? Haz todo lo posible.-Le da animos a la chica, aunque no sabe como saldra la cosa

Con lágrimas en los ojos vi cómo el hombre que me había ayudado a bajar bajaba también y me animaba a seguir intentándolo. Asentí con toda la determinación que pude y me puse manos a la obra.

Gracias a su ayuda y su apoyo, conseguí que las manos me dejasen de temblar y pude vendarle con mayor precisión la herida de su cabeza.

La ayuda que le ofreció el guerrero no sirvió de mucho y Layla seguía tratando de aplicar los vendajes sin saber bien donde. Su hermano continuaba desangrándose y las manos de la chica se teñían de color carmesí haciendo que se pusiera cada vez más nerviosa. Al menos, ahora tenía a aquel hombre a su lado, que aunque fuera un completo desconocido, parecía que sus intenciones eran nobles y podría ayudarle si lo continuaban intentando.

La chica se ponia nerviosa y no atinaba a estabilizar a su hermano, por lo que se mete en medio e intenta hacerlo el. Mas calmado, pues a el en el fondo ni le va ni le viene el joven, empieza a hacer cosas que el recordaba de ver a los matasanos de la compañia, creyendo que tal vez sirviese para ayudarle.

Mirandolo bien, si salia bien podia conseguir algo de publicidad para su cometido.

Temblorosa y llorando, viendo cómo mi hermano se desangraba, vi cómo Jorgen me apartaba delicadamente y empezaba a tratarle él. Vi que tenía mucha más idea que yo en lo que hacía, pero no podía quedarme allí quieta, así que me dispuse a ayudar. 

Intenté darle más tela de mi vestido para los vendajes, pero entre el nerviosismo y las lágrimas apenas atinaba a darle colgajos de hilo y pedazos de tela manchada en barro. Nada útil, obviamente.

Vais de camino hacia El Erizo Borracho, la ciudad ya estaba bastante oscura y la iluminación era muy tenue, al pasar por uno de los callejones no os disteis cuenta de que una zanja muy mal señalizada atravesaba la calle.

Parecía que Jorgen era más diestro en la sanacióny logró evitar que Intissar dejara de sangrar. Al menos ahora ya no moriría, pero ahora venía el siguiente problema. Los tres estaban dentro de la zanja, y aunque subir no supondría demasiado esfuerzo si lo sería ascender el cuerpo casi inerte del hermano de Layla.

Al menos la chica podía respirar tranquila, parecía que su hermano sobreviviría.

Observé con alivio cómo mi hermano dejaba de sangrar y un gran suspiro salió de mis labios.

- Muchísimas gracias señor... Estoy segura que habría mue... -no quería pronunciar esa palabra - Si usted no nos hubiese ayudado. No sé cómo agradecérselo... No tenemos mucho... - "por no decir nada". - ¿Puedo saber el nombre del hombre al que estaré agradecida toda mi vida?

Esperé su respuesta y después observé la situación. Tres personas en una zanja, uno inconsciente y herido. Nadie alrededor, al menos no lo parecía y la noche caía cada vez más oscura. ¿Qué podíamos hacer?

Viendo el estado d nerviosismo de la chica, aunque su hermano estaba estable ya, Saul  comenta medio en broma.- Mi nombre es Saul, de la Compañia de la Tormenta. Por esta vez mis servicios son gratuitos, ya que he sido yo el  que ha intervenido- Media sonrisa aparece en su cara- La proxima vez, no se si podreis pagar mis servicios.

Una seca carcajada sale de Saul, mientras se levanta, sacudiendose las manos- Deberiamos llevar a tu hermano a algun curandero, o a alguien que conozcas, para que le arreglen bien la herida y se recupere. Mientras habla, mira a ver si la zanja tiene algun acceso mas facil por los alrededores, pues subir un cuerpo inerte porla pared podria costar bastante.

Camino con tranquilidad por la calle en dirección al erizo. Debería pasar por allí a ver si encuentro a Intissar y demás antes de dormir. Una vez entramos en un callejon, noto que no hay suelo bajo mis pies y me despeño.

Al llegar al fondo, abro los ojos.

-¿Zarus?.-Digo.-¿Estás bien? ¿Estás ahí?

Conocía a dos personas que podían ayudarle, pero el problema iba a ser salir de ahí sacarle a él.

- Hay una...guerrera... que puede lanzar hechizos curativos. También hay un templo dónde la sacerdotisa acepta heridos y los ayuda... Pero creo que lo peor va a ser cómo lo sacamos de aquí... Si tuviesemos unas cuerdas tal vez podríamos hacer algo. Sino, creo que necesitaré ayuda de varias personas con fuerza suficiente para levantar a un hombre inconsciente varios metros.

Zarus observa aquella zanja con escepticismo era un salto muy peligro estando en su condición... Amber se lanza al precipicio tropezando antes de saltar. el asunto no parecía estar nada bien. -Amber!!- le grita con desesperación -Tengo que sacarla de ahí!- intenta buscar la forma de como llegar a ella para ayudarle a subir.

Andabais tranquilamente de camino a la taberna cuando Amber cae por una zanja de una calle en construcción. Zarus para bruscamente en cuanto ve lo que sucede a su compañera y se queda en el risco del casi precipicio.

Amber parecía haber sobrevivido a la caida, el problema ahora sería ayudarle a escapar de allí.

Como si los deseos de Layla se cumpliesen con tan solo mentarlos un chillido sonó a escasos metros de allí, a pesar de la oscuridad pudiste reconocer de quien se trataba. Aquella mujer que os había ayudado, Ámber había caído también en la zanja. Por suerte había corrido más suerte que Intissar, pero eso no evitó que se hiciera una gran herida en pleno estómago.

Como si el dios Pelor os hubiese escuchado, Ámber había sobrevivido tras haber caido en la zanja, un profundo corte en su estómago la hizo que empezara a desangrarse, pero al menos no le llevaría hasta la inconsciencia.

Cuando la clérigo miró a su alrededor y Zarus miró hacia abajo, se dio cuenta de que varios metros más allá y dentro de la zanja estaba Layla junto a otro hombre y a su hermano inconsciente. Parecía que Intissar había corrido peor suerte que Ámber, aunque a juzgar por el estado parecía que ya no se estuviera desangrando.

Zarus se frena en seco apenas ve la tremenda zanja que se imponía frente a él y ante la cual cayo Amber. Luego de detenerse a observar con mayor cuidado, logra divisar a Layla dentro de aquella abertura de tierra, también se encontraba su hermano, el cual parecía haber perdido el conocimiento, y por el otro lado una figura desconocida.

El corazón del joven Zarus se emociona al ver finalmente el rostro de su en secreto amada. No había forma de llegar rapidamente hacia ella para ofrecerle su ayuda, solo podía tratar de calmarse para no desesperar en encontrar una solución lo suficientemente oportuna -Amber, te encuentras bien?! Crees que puedas llegar hasta donde están ellos? Tal vez tengan alguna cuerda que podamos usar para hacer mas facil el ascenso-

Despues de hablar con Amber, se mueve lo suficiente para ser escuchado por Layla y el desconocido a su lado -¿Se encuentran bien?!!- Dice dedicando una mirada supremamente preocupada a Layla, era seguro que debía estar desolada por ver a su hermano en condición semejante, no era mucho el tiempo en que le había vuelto a encontrar y si las cosas no mejoraban quizás podía perderlo y esta vez para siempre. -Tienen alguna cuerda a la mano?!- pregunta mientras sigue analizando la zona tratando de encontrar algún punto por el que fuese seguro tanto el ascenso o el descenso en caso de que tocase ir por ellos. O tal vez lo mejor sería ir por ayuda, tal vez el bardo contara con buenas herramientas para esta tarea, en todo caso vendría bien la ayuda de alguien en que se podía medio confiar.

La caída de Ámber me pillo completamente por sorpresa. Tras unos segundos de estupefacción, pude decir algo.

- ¿Amber? ¿Eres tú? ¿Estás bien?

Fui a arrodillarme junto a ella para ver como estaba cuándo otra voz familiar llamó mi atención. Alcé la cabeza y grata sorpresa, allí estaba Zarus. Una sonrisa iluminó mi rostro.

- ¡Zarus! ¡Estás aquí! ¡Y estás bien! ¡Oh, cómo me alegro!

Parecía que la mala suerte se disipaba poco a poco. Ahora tenían ayuda, si Amber no estaba demasiado herida.

- Yo no tengo cuerdas, Zarus, No sé si este amable hombre... Saul me dijiste, ¿no?- esperé a que contestase, para después seguir - Puede que mi hermano tenga algo útil entre sus pertenencias.

Me dispuse a rebuscar en busca de alguna cuerda u otro objeto útil.

Jorgen- Dice, aliviado por la ayuda.- Y no, no tengo cuerda. 

Mira a la chica que habia caido a su lado- ¿Estas bien? ¿Te hace falta ayuda?- Una vez estabilizado el tal Intissar, fue al lado de la mujer. Ahora que somos mas, a lo mejor no hace falta la cuerda. Yo puedo aupar al herido, y desde arriba vosotros dos tirar de el para subirlo al borde.Dice, señalado a Layla y al joven que acababa de aparecer- Y de paso, yo ayudo a la señorita...¿Amber ha dicho? desde aqui abajo y ustedes desde arriba..

Comprueba que se puede hacer el plan que ha pensado... tal vez no sean lo sufcientemente altos como para alcanzar al joven herido, y haya que pensar en otra cosa.