Partida Rol por web

-No se preocupe.-Digo.-El golpe ha sido contundente, pero estoy bien. Zarus, ¿Puedes llegarte a la Catedral de Pelor de una carrera? Si la sacerdotisa se entera de la suerte de Intissar es posible que pueda ayudarlo y traer una cuerda de paso.

Soy Amber, por cierto, amable desconocido.

La altura era demasiada para alzar el cuerpo de Intissar entre los allí presentes, así que Zarus se fue por la ciudad en busca de una cuerda, pero no tuvo que ir demasiado lejos para conseguirla, la poca gente que estaba por la ciudad a esas altas horas de la noche no dudaron ni un minuto en acercarse y echar una mano a los viajeros. Entre todos lograron subir el cuerpo del hermano de Layla y escapar de la zanja.

Ahora por fin, aquellos cuatro hombres podían trasladar a algún lugar a Intissar para que todos pudiesen descansar. 

-De acuerdo.-Digo.-Vamos todos a la catedral de Pelor. Allí podré ayudar mejor a Intissar. Aunque... esperad un instante, creo que puedo hacer algo aqui por él... y por mi.

Comienzo a concentrarme y a entonar una oración. Instantes después una luz me envuelve y a continuación aparece dos veces sobre Intissar.

-Ya está, podemos irnos.

-De a cuerdo- dice asintiendo a las palabras de Amber, para luego mirar al resto de los acompañantes. -Estas del todo bien?- el rostro preocupado de Zarus se posa esta ves sobre Layla, esperando escuchar una respuesta alentadora despues de tanta incertidumbre.

Cuándo Intissar fue sacado de la zanja y Ámber usó sus poderes en él, respiré realemtne aliviada tras tanto estrés. Nunca tendría suficiente para agradecer a esas personas que se encontraban a mi alrededor lo que habían hecho por mi hermano. Zarus entonces puso su atención sobre mí, y tras la situación tan tensa sumado a la alegría de verle despierto y al parecer en forma, no pude hacer otra cosa que saltar a sus brazos con un largo abrazos

- ¡Oh Zarus, no sabes cuánto me alegro de ver que estás bien! ¡Y de que hayáis venido y salváseis a mi hermano! ¡Mil gracias, de verdad! - me separé de él entonces unos centímetros - Y sí, yo estoy perfectamente. Debo tener la suerte de mi lado, pero no se traspasa al resto... 

Pensé en el hecho de haber saltado la zanja sin problemas cuándo Intissar cayó en ella, y que justo en el momento de intentar bajar Jorgen apareciese y me ayudase, para acabar sin ningún rasguño.

Mas tranquila la cosa ya, Jorgen cae en la cuenta de algo.- ¿Amber? ¿Conoces a Iborian y a un tal Argot?- Pregunta a la joven que les habia ayudado- Por cierto, mi nombre es Jorgen Stormfire, de la compañia de la tormenta, e Iborian me ha encaminado al herizo borracho para comentarte que Argot te busca, y que a ver que podemos hacer para ayudar... aunque la hora que es, preferiria buscarlo por la mañana.

Ayuda en el transporte del joven herido, llevandolo junto los demas al templo que decia la joven.

El rostro de Zarus termina por sonrojarse ante la afectuosa muestra de agradecimiento de Layla. -Yo…- titubeando ante la incomodidad del desconcierto que le producía tener cerca a aquella mujer, tratando al mismo tiempo de soportar el dolor que le producían algunas de sus heridas. -Me alegra mucho que estés bien- dice relajándose un poco y correspondiendo mas tranquilo a su abrazo, finalmente lo que importaba era que ella esta a salvo… De que serviría decirle lo preocupado que estaba y la desesperación que sintió por encontrarla, el momento no daba para ser tan emotivo con tales palabras.

Una vez Layla se separa, Zarus intenta ocultar cualquier muestra de sonrojo o inclusive de la nostalgia que le producía verle después de sortear todas esas situaciones peligrosas. -Estoy seguro que Intissar se repondrá, lo mejor será que vayamos al templo y tanto tu hermano como nosotros descansemos- lo cierto era que Zarus aun no se sentía del todo bien, pero aun así siguió mostrándose como si nada le pasar para no preocupar a Layla y transmitir confianza en que todo iba a mejorar.

-Pues no, no los conozco, pero creo que deberíamos encargarnos de eso mañana.-Digo con una sonrisa.-Cuando los hoyos se vean mejor. Ahora vamos a la catedral tan deprisa como se pueda. Allí podré hacer algo por Intissar... al menos por la mañana.

- Pero la sacerdotisa dijo que no tenía espacio con tantos heridos...por eso íbamos camino de un amigo herrero de Intissar. 

Tras los momentos de estrés, la adrenalina me había abandonado y un gran bostezo salió de mis labios.

- Ui...lo siento... supongo que necesito dormir, no importa dónde. E Intissar un techo.

-No te preocupes, layla.-Respondo.-Si está herido podremos hacer algo para que nos dejen quedarnos. Mañana por la mañana podremos ocuparnos de él. Demonos prisa.

Por otro lado... ¿Sabes  si podría Intissar conseguirme una armadura mañana?

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

Al estar en plena mañana, el mercado comienza a llenarse, la multitud se apiña en este lugar mientras los vendedores anuncian su mercancía. Los miembros de la guardia de la ciudad patrullan el lugar bastante a menudo, aunque quizá no sea suficiente ante la posibilidad de carteristas que puede haber en la zona.

Busco la zona de los panaderos, a ver si logro averiguar donde tiene su tienda Mires.

Parece que todo le mundo te habla muy bien de Mires.

Resulta que Mires es un gnomo muy enérgico que siempre está en el Gremio de Panaderos (16). Es un ciudadano reciente de Tormentos Cristalinos, se mudó a la villa desde las colinas Kron; su habilidad con la masa le había ganado un puesto en el gremio antes de terminar la primera semana de estancia. Ascendió en sus filas con rapidez pasmosa, y en apenas tres meses fue nombrado Maestre Gremial.

Así que, de encontrarlo, debería estar allí.

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

Al estar en plena mañana, el mercado comienza a llenarse, la multitud se apiña en este lugar mientras los vendedores anuncian su mercancía. Los miembros de la guardia de la ciudad patrullan el lugar bastante a menudo, aunque quizá no sea suficiente ante la posibilidad de carteristas que puede haber en la zona.

Cuando llegan al mercado, los olores de los productos expuestos se mezclan en el ambiente, junto a las voces de los comerciantes vendiendo sus productos. Los chiquillos corretean de aquí para allá y los mayores hacen tratos, transacciones y hablan de chismorreos. Y para eso han ido al mercado, para los chismorreos y recabar información que les dé alguna pista sobre qué es lo que hace que los fieles no acudan a los templos, pues en el templo de Kord, el sacerdote también les advirtió sobre la falta de feligreses.

Khrirm se mueve de puesto en puesto poniendo la oreja y comentando sobre la fé en los dioses. Pero un guerrero de musculosos brazos y un gran hacha a la espalda, no es de lo mas discreto. 

El chico se dio cuenta que eran el blanco de muchas miradas. Dos guerreros fuertemente armados por medio de aquel mercado hacía ese efecto.

Sujetó fuerte la pequeña bolsa de oro que llevaba al cinto. No quería que le pasara lo mismo que a Khrirm.

Se paró delante de algunos puestos, haciéndose el interesado por algunos de los productos que por allí se exhibía e intentando escuchar algo de interés.