Partida Rol por web

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos

Urk preguntó al dueño o el empleado del local más visible sobre si habia visto un tal Noshi.

Nada, allí tampoco le conocían.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos

Al llegar a la posada me sorprende el descarado lujo con el que está decorado y empiezo a preguntarme si realmente me dejarán entrar allí con el aspecto deslucido y sucio que llevo. En cualquier caso, ya que estoy ahí, intentaré sacar unas monedas de algún rico bolsillo con alguna canción.

Entro y observo todo con gran atención, desde el ambiente general y el tipo de personas que se encuentran en la posada, hasta las caras particulares de cada uno, por si alguno me resulta de interés o familiar. Tras un vistazo me dirijo al posadero y con voz grandilocuente le pido que me permita tocar un rato en y animar el ambiente.

- Mi Señor, sé que una persona como yo no es digna de mancillar este lugar con su presencia, pero espero que tenga usted a bien que toque alguna canción, pues como ve es mi forma de vida y de generosos señores es ayudar a las pobres almas que no tienen la fortuna que el destino guarda para las gentes de bien como ustedes.

Digo con humildad esperando que me permita tocar alguna canción.

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenida al Cuervo de Plata, señor. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero que dirige esta taberna y como has podido apreciar esta es una posada de gran lujo. Lo siento mucho, pero aquí solo permitimos a bardos de lujo y previo contrato. Quizá debas ir mejor a otra taberna donde puedan atenderte mejor. Si fuera por mi de verdad te dejaría pero mis clientes puedes quejarse y no quiero arruinar mi negocio. Vaya usted a otra posada, quizá allí le dejen tocar más tranquilamente. Dice terminando el discurso con una gran sonrisa y evitando ser antipático.

- Muy bien Maese, es mi más hondo deseo agradar a su clientela y por supuesto si mi presencia puede causar algún malestar prefiero no interpretar frente a estos distinguidos caballeros. Muchas gracias por su amabilidad.

Digo con mi habitual tono suave y melancólico. Me despido con una educada reverencia y me voy doblando la calle hacia el norte para dar un paseo mientras pienso adonde dirigir mis pasos.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos

Un edificio ostentoso, seguramente acorde con un posadero venido a más. Un lugar prometedor para un buen músico. Seguro que necesitan a alguien para amenizar las veladas, o incluso las comidas. Para empezar podría estar muy bien, aunque obviamente van a necesitar una buena exhibición para convencerse. Respiro profundamente y agito las manos para liberar tensión, trato de limpiarme un poco el polvo del camino, compongo mi mejor sonrisa y entro con paso seguro al edificio.

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenido al Cuervo de Plata, señor. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero. Has llegado a la taberna de ensueño de Tormentos Cristalinos. Nuestras habitaciones son suites con tres departamentos; un sala de estar, un dormitorio y un baño privado. En el precio se incluya desayuno, masaje, baño caliente y servicio de lavandería. Cada habitación está asegurada con una cerradura a prueba del más habilidoso de los ladrones. Nadie ha entrado jamás a robar pues resulta imposible.

Y todo esto, ¡por el módico precio de 10 piezas de oro! Una oferta que nadie puede rechazar.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos

-Saludos Hoskin. Aunque me encantaría hospedarme aquí, no es ese el motivo de mi visita a este bello establecimiento. Quisiera saber, si no es molestia, si disponéis de músico para amenizar la estancia en la posada. Sin duda algo de música de ambiente, o incluso unos conciertos nocturnos, marcarían la diferencia con sus competidores en la ciudad y mejorarían aún más, si cabe, la clientela que estaría dispuesta a venir a este establecimiento. Y yo soy el músico que podría hacer tal cosa... ¿Queréis una demostración? -digo ilusionado, asintiendo con una sonrisa en la boca- Discúlpeme, mi instrumento está un poco alterado por el viaje... Ahí voy...

Lictea se quedó parada delante de la puerta del Cuervo de Plata. Aunque en su vida había tenido poco contacto con la sociedad, tenía bastante sentido común, y éste le decía que en esta posada no encajaría demasiado. Sabía perfectamente que la plata era un mineral bastante preciado, por lo que imaginó que los que se alojaran en ella sería gente importante  para la ciudad, ya que en ésta lo que más importaba era el sucio dinero. Se imaginaba que hospedarse bajo su techo sería caro. Con un movimiento ágil de su mano sopesó el peso de su bolsa de monedas. La llevaba oculta, temerosa de que una rata de ciudad se hiciera con ella sin que se diera cuenta. ¿Se estaba dejando llevar por la codicia del oro? En campo abierto no necesitaba  dinero para sobrevivir, pero la ciudad era diferente. La ciudad transformaba a las personas.

Se quedó observando un rato la gente que entraba en la posada. En comparación con ellos, la joven loba llevaba el pelo sucio y enmarañado, con la ropa remendada y de aspecto andrajoso. La gente olía a cosas muy raras. Mujeres que olían a flores, hombres que olían poco a hombres y ella…Arrugó la nariz olfateándose….ella olía a lo que tenía que oler…a lobo.

Después de observar un rato se decidió a entrar en la posada. Trató “arreglar” un poco su aspecto. Se recogió el pelo en una coleta, como algunas de las mujeres que había visto. Se lo estiró lo más que pudo ayudándose de su propia saliva.  Con un poco de agua se lavó la cara, las manos, los brazos y las rodillas magulladas. ¿Acaso era capaz de matar a un jabalí sin más ayuda que la de su cimitarra, comerse su corazón crudo y ahora le temblaban las piernas por las delicadas costumbres de la ciudad? Sí, las leyes de la naturaleza podían se crueles a veces, pero también sencillas e inmutables. Las de la ciudad eran complejas y variables. 

Cuando entró en la posada sintió como las miradas se clavaban en ella. Por un instante le dieron ganas de gruñir y mostrar los dientes como se hacía en la manada, pero se contuvo y sonrió de manera forzada. Una amplia sonrisa que mostraba sus dientes amarillentos y torcidos. Se dirigió a la barra y preguntó al que pensó que pudiera ser el jefe ahí:

¿Quién manda aquí?

¿Cuánto cuesta alojarse?

¿Permiten animales? Supongo que sí, siendo la imagen de la posada un cuervo.

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenida al Cuervo de Plata, señora. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero. Has llegado a la taberna de ensueño de Tormentos Cristalinos. Nuestras habitaciones son suites con tres departamentos; un sala de estar, un dormitorio y un baño privado. En el precio se incluya desayuno, masaje, baño caliente y servicio de lavandería. Cada habitación está asegurada con una cerradura a prueba del más habilidoso de los ladrones. Nadie ha entrado jamás a robar pues resulta imposible.

Y todo esto, ¡por el módico precio de 10 piezas de oro! Una oferta que nadie puede rechazar.

En cuanto Lictea  consigue hablar con el encargado de la posada y viendo que era prácticamente imposible que pudiera alojarse allí, le comenta en privado.

He oído que ha habido algunos incendios provocados en la ciudad. El fuego es peligroso, acaba con todo, aquí como en los bosques.- el semblante de Lictea es serio. La manada odiaba el fuego. Y el fuego en manos de los hombres era aún peor. Los lobos lo sabían bien.- Necesito dinero. Puedo proteger su negocio a cambio de alojamiento, me da igual en los establos.- Realmente prefería en los establos. Ahora mismo prefería compañía animal – Podría investigar sobre el pirómano.
¿Qué me puede decir de un tal  Blagh? ¿Querría perjudicar a esta posada?

Por si el hombre no se fiara demasiado de su aspecto continuó.
Soy dura y más fuerte de lo que aparento.

La música del bardo resonaba por toda la taberna mientras el mediano habla con la mujer de aspecto lobuno. El mediano parecía mover sus dedos al ritmo de la música mientras hablaba con la mujer.

¿Desea proteger mi negocio? La verdad que no me vendría nada bien algo de protección, y más después de los extraños sucesos que están ocurriendo en la ciudad. Pero tampoco puedo arriesgarme a contratar a cualquiera. Aunque... el mediano se lleva la mano a la barbilla, y por unos largos segundos se queda bastante pensativo.

Quizá usted esté dispuesta a hacerme un favor, y en función de que me demuestre su valía, puedo ver si la contrato o no. ¿Le parece bien?

Finalmente el bardo terminço y el mediano aplaudió. El resto de parroquianos le miraron algo sorprendidos, a pesar de que la cara que le dedicaban a Lictea no resultaba tan agradable como a él.

Hoskin se acercó al bardo y le dio unos golpecitos en el hombro. ¡Vaya! Parece que a mi clientela le ha gustado tu interpretación. ¿Qué tal si te pasas esta noche a amenizarnos un poco la velada? Si se te da bien puedes sacarte unas monedillas extra. En cuanto a lo de dormir en mi posada es algo más complicado, puesto que no podría pagar una jornada de un bardo al mismo precio de mis habitaciones. Aunque quizá si te diera para descansar en otros tipos de posadas mas humildes.

Después, Lictea volvió a interrumpir y habló sobre Blagh.

¿Acaso crees que ese enano de Blagh puede estar inmiscuido en las extrañas columnas de fuego que aparecieron en la ciudad antes de anoche? ¿Estás insinuando que él tiene algo que ver con la destrucción de la Cabra de Mimbre?