Partida Rol por web

Lilypurr iba confiada, pués no resbalaba con el musgo, pero, Ay! pobre de ella, sobreestimo sus rasgos felinos y cuando intentó saltar, se fué directa al agua.

Esta vez no reunia las fuerzas necesarias para vencer a la corriente y la cascada la empujaba hacia el fondo sin que ella pudiese impedirlo. La pobre veía como su vida se esfumaba y lo único que la salvaría es un milagro.

Lomenar contempló estupefacta al oso disecado ¿qué haría allí una cosa como esa? Solo se le ocurría que alguien lo hubiera dejado allí para asustar a un posible ¿ladrón? pero ¿qué podría haber aquí dentro?

Leokas seguía sin responder.

- Leokas, tenemos que ayudar a nuestros amigos, necesitamos una cuerda.

Lomenar buscaba cualquier cosa que pudiera servir para ayudar a llegar allí a sus compañeros, al vez que calibraba si podía mover al oso y apoyarlo junto al último muro que había superado o si había otro camino para llegar.

Al clérigo no le iba nada bien en eso del nada, no se atrevía a arriesgarse a entrar nuevamente al agua, pero deseaba, sin duda, poder hacer algo por la chica gato. HAY QUE AYUDARLE, SE ESTA AHOGANDO! dice esperando que aquel grito pudiera llegar a oídos de los que estaban arriba, mientras intentó rodear el lago por la orilla, para ubicarse en un punto mas cercano a Lilypur.

Lictea miró a Kranstar como si fuera a fulminarlo con la mirada. Ese hombre no tenía arrestos.

- Ya me ocupo yo. Tú vigila, anda.-  Le contestó como si fuera una damisela en apuros. Se entretuvo en buscar algún palo o liana que pudiera usar el clérigo para ayudarlas y después se dirigió a la que se estaba ahogando- Aguanta ahí niña, ya voy.- Esta vez se dirigía a Lilypurr, quien parecía ahogarse por la corriente que ejercía la catarata. Pero la druida no se lanzó al agua así de primeras , sino que pilló a Lico, su lobo, por el pescuezo y le empujó a la orilla.- ¡Trae!- Le dijo señalando a la félido Pero éste se resistía moviendo el cuello como un caballo salvaje desbocado, tanto que logró soltarse del férreo agarre de su hermana humana.- ¡Cago´n  to!- Bufó Lictea, augurando una paliza a Lico cuando pudiera entretenerse en ello. Elevando los ojos al cielo pidió a la Diosa que le diera paciencia con su lobo y que le ayudara a nadar como las truchas que a veces pescaban en los ríos. Dejó su escudo, armas y armadura a un lado y se zambulló en el agua para ayudar la la pobre Lilypurr. el caso es que con la ayuda de Lico podría haber domado a las salvajes aguas pero no resultaba nada fácil.

- Glub, glub, glub.- Maldecía la lobuna mujer bajo el agua.

Al parecer a ninguno le iba bien con eso del nadado, ni siquiera el lobo de Lictea se quiso atrever, pero la druida era de esas personas obstinadas, y sin pensarlo mucho se echó al agua. Había que hacer algo y había que hacerlo pronto.

Los arboles cercanos podrían ser de utilidad, tal vez alguno fuera fácil de arrancar o encontrar algún tronco que les ayudara a flotar. RESISTAN! exclama el clérigo, mientras sigue en la búsqueda de algo que sea de utilidad.

Leonas estaba ensimismado, tanto que ni siquiera se había dado cuenta de que Lomenar había logrado seguir sus pasos hasta el hueco de detrás de la cascada. -¿Qué...? Eh... no, no te preocupes. Está disecado.- Le dijo a la joven con una sonrisa nerviosa e involuntaria por el incómodo momento de haberlo cogido con la guardia baja.

En cuanto Lomenar le pidió una cuerda, el semielfo rebuscó casi de manera inconsciente pero enseguida recordó que no tenía ninguna en su mochila. La miró y negó con la cabeza con el gesto torcido por la decepción. -Tendremos que buscar otra manera de ayudarlos a subir. Quizás entre los dos podamos sujetarlos mientras suben.- Le dijo a la chica mientras se disponía a salir de la cascada para ayudar al resto.

Leokas asomó primero la cabeza y luego el resto del cuerpo hasta acercarse al límite vertical que con una mezcla de habilidad y buena fortuna había logrado sortear antes. Buscó con la mirada a la compañera medio felina de Lomenar, a Lictea y a Kranjstar. -¿Cómo puede ser que en un grupo de cinco aguerridos aventureros no haya una sola cuerda?- Preguntó burlón con los brazos en jarras. -A ver si entre Lomenar y yo podemos subiros al resto.- Dijo mientras se agachaba junto al borde para descolgar sus brazos esperando a que el primero se acercase para ser aupado. 

Lomenar sujetaba a Leokas para que no cayera ayudando al resto de compañeros.

- Te sujeto - comentó mientras lo agarraba con fuerza.

Licte seguía luchando contra la corriente que generaba la cascada, sin preocuparse ya más por Lylipurr, suficiente tenía con ella, pero no había manera de domarla. Eso sí, la druida era cabezota como pocas y no iba a rendirse tan fácilmente. Bajo el agua escuchaba hablar a sus compañeros. ¿Habían vuelto Lomenar y Leokas?

Lilypurr se estaba ahogando, mientras que Lico y Lictea nadaban hacia ella y hacían todo lo posible por ayudarla. Pero la presión de la catarata hacía que la muchacha lobuna también empezase a ahogarse. Por suerte, cada vez que se ahogaba lograba salir a flote para recuperar algo de respiración, pero de seguir así terminaría ahogándose también. 

Leokas y Lomenar salieron de detrás del hueco de la catarata para encontrarse con semejante situación.

Mientras tanto Kranjstar se ocupó de buscar alguna madera o algo que sirviera de ayuda para sus amigas, pero cuando se quiso dar cuenta, estaba rodeado por la manada de lobos que llevaban tanto tiempo acechándoles. Ahora que habían visto una víctima sola y cuya superioridad numérica era más que aceptable, fue cuando decidieron actuar. Eran seis contra uno. 

Muy probablemente la vida de los tres estaba sentenciada. A no ser que Leokas y Lomenar, bajaran y superasen los mismos obstáculos de antes para ayudarles a salvar el pellejo.

La cosa se había puesto mal entre sus compañeros, Lomenar tenía que actuar rápida.

Con un silbido llamó la atención de Arvak, que había quedado abajo y por una seña de la mano dió la orden a su fiel lobo de acompañar y proteger a Kranjstar. Desde donde estaba era muy difícil saber cual era el lobo alfa. Si Arvak lo vencía podría convertirse en el nuevo alfa.

Inmediatamente después tomó el oso disecado y lo sopesó. Normalmente se rellenaba con hojas y fibras, por lo que sabía que pesaba mucho, mucho menos que un oso normal... de hecho flotaría. Pidió ayuda a Leokas para arrojar el foso a la catarata para así ofrecer un punto de apoyo flotante a sus dos compañeras.

- Glú, glú.-Dijo Lictea bajo el agua a la vez que las burbujas de oxígeno que salían de su boca se mezclaban con las agitadas aguas de la catarata.

Kranjstar no lo sopesó dos veces; eran muchos para él. No estaba listo para una batalla, había aligerado su armadura para tratar de llegar hasta la cueva. Ahora solo le restaba huir apenas le fuera posible. 

Observó que el lobo de Lomenar venía al rescate, y tal vez Lico hiciera lo mismo, pero aún así estaban en desventaja. Aunque bien, el clerigo podía luchar a la distancia.

Todo el buen humor de Leokas se esfumó al instante al contemplar la surrealista escena que se desarrollaba fuera de la cascada. Lictea y Lilipur se enfrentaban al enemigo natural en el que se había convertido la corriente de agua mientras que Kranjstar estaba siendo hostigado por la manada de lobos que el semielfo pudo avista no mucho antes.

Lomenar enseguida reaccionó yendo a por él osos disecado. -¡Kranjstar, aguanta!- Le dijo antes de seguir a la Frida de vuelta al interior de la gruta para sacar lo único que podría ofrecerles un apoyo a las dos compañeras a punto de morir ahogadas. Luego podría ayudar desde la distancia, aunque esperaba que algún Dios aburrido los estuviera observando y tuviese el detalle de intervenir para nivelar un poco la balanza.

-Que aguante!?- Se repitió Kranjstar ante la solicitud del picaro.

El clerigo estaba realmente en aprietos. No sabía bien que hacer, así que intento retrasar un poco lo inevitable... Aquellos perros no se irían sin saborear algo de sangre.