Mmm murmuró Aire, nada convencida. Sabía que la violencia era la respuesta. Si daba con el dedo a Aristóteles cuando estaba sobre su ropa, al final se quitaba. ¡Con ese brujo sería igual! Ella estaba dispuesta a darle con el dedo hasta que contara la verdad...
Pero no dijo nada más. Una mariposa pasó por su lado y Aire se puso a perseguirla
-pero si encontramos la estatua del que escribió la nota sera suficiente, y no tienes qur arriesgarte, si voy yo, estoy seguro de que mis poderes me protejeran, siempre lo han hecho- Tirk se acerco a Lydia- por favor, deja que caya yo, si me pasa algo tu podras explicar mejor que yo lo sucedido, y nadie en el templo dudaria de tu palabra....- Tirk miro a Lydia con ojos suplicantes " por favor, deja que te proteja" pensaba mientras la miraba.
Aire dejó de perseguir la mariposa porque esta se fue volando. Aristóteles la había seguid con la mirada, esperando que se pusiera a tiro para lanzar su lengua y atraparla, pero no hubo suerte.
Ohhh... dijo la joven cuando se detuvo. Volvió con sus compañeros.¿Aún discutiendo? ¿Ya no la haces feliz, Tirk? preguntó con inocencia
Lydia suspiró.
-De acuerdo, quizá mi idea sea una locura, pero no voy a dejar que seas tú el que la lleve a cabo. -miró a Aire- ¿Alguna idea mejor que no conlleve el uso de violencia?
Mmmm... Llamar a su puerta y preguntarle si hace conjuros raros a la gente dijo. Era otra opción y no había violencia, como sus compañeros habían pedido
-y si vamos dos? y le decinos que queremos ser sus aprebdices? si estamos juntos e intebta algo podemos defendernos entre nosotros, otra cosa que podriamos hacer seria seguirle cuando salga de casa para averiguar donde consigue esos pergaminos de los que habla la nota, ademas estoy pensando que algunos de esos seguidores de pelor desaparecidos podian estar entre las estatuas que tenga. -Tirk se quedo pensando otro rato- tambien podenos hacer lo que dice Aire, si llamamos y decimos que sabemos lo que hace, y que tenemos pruebas tal vez quiera negociar para librarse y asi consigamos mas pruebas, o si trata de hacernos algo estarenos juntos para defendernos.
-Muy bien. -dijo Lydia asintiendo- Primero probaremos a intentar ser sus aprendices, si no funciona le lanzaremos una amenaza... -se miró- Pero con mi ropa seré un estorbo para la primera idea... -dijo preocupada- Quizá deberíamos preguntar en el templo si me pueden prestar algo más discreto.
Aire bostezó. Se aburría de tanta charla y pocas decisiones.
Yo voy a llamar a su puerta y le voy a decir lo que se. Sin enseñarle la nota, claro, que la puede romper. ¿Vamos, Aristóteles? preguntó a su sapo, que le respondió con uno de sus habituales sonidos.
La joven salió del callejón y se dirigió hacia la casa de Desthen con pasos decididos, sin mirar atrás. Al llegar a su puerta, y si ninguno de sus compañeros había sido capaz de detenerla, llamó tres veces.
¡Hola! ¡Buenos días! ¿Otra vez usted por aquí? Dijo mirando a Aire. Y veo que trae compañía. Dígame, en qué puedo ayudarle. Dijo mostrando una amplia y blanquecina sonrisa.
Tirk miro a Lydia, y luego a Desthen, si Aire estaba decidida a contarle para que estaban alli, no podrian impedírselo, ademas Tirk era incapaz de mentir a nadie, asi que prefirió comenzar hablando el en lugar de Aire.- Buenas tardes señor, Mi nombre es Tirk Turan, queriamos hablar con usted respecto a una persona desaparecida, porlo que sabemos usted fue el último en hablar con esta poersona, podríamos entrar para hablar sobre esto en su casa? no es una conversación para tenerla en la puerta.- Tirk sonrio al hombre tambien con una blanca sonrisa que desprendia amabilidad y bondad.
¡Sí, he vuelto! ¡Y con grandes y poderosos guerreros y hechiceros! gritó Aire, señalando a sus compañeros.
He descubierto que usted es un poco mentiroso. ¡Tengo pruebas! ¡Ja! Se que usted ha hecho cosas malas a gente. ¡Los convierte en piedra! ¡Sí, señor! Tengo una carta de un hombre que se parece horriblemente a una estatua de piedra del museo. ¿Qué tiene usted que decir de eso? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eeeeeeh?
Cuando Aire soltó todo aquello, Lydia tuvo que intervenir.
-Saludos señor. Mi nombre es Lydia. Esta mujer lleva todo el día lanzando acusaciones de ese tipo contra usted, así que hemos decidido acudir a usted para aclarar este malentendido y traer finalmente algo de serenidad al alma de esta joven. -dijo con toda la diplomacia que supo.
Desthen se puso muy nervioso en cuanto Tirk comenzó a hablar. y la cosa no cambió cuando Aire lanzó las acusaciones. A punto estuvo de cerrarles la puerta en todas las narices cuando Lydia habló.
Mire señorita, dijo de una forma muy poco amable, si de verdad creen que soy un criminal, díganselo a la guardia. No tengo nada que ocultar, pero no voy a dejar pasar a cualquiera a mi casa. Así que, hagan el favor de marcharse de aquí. No quiero tener que ser yo quien llame a la guardia. Dijo cerrando, ahora sí, la puerta de un portazo.
¡Eh! empezó a gritar Aire cuando Desthen les cerró la puerta. Sin perder un segundo, cerró el puño y empezó a golpearla. ¡Abre! ¡Abre! ¡QUE ABRAS! Aire dejó de dar puñetazos para empezar a dar patadas a la puerta.
Ciertamente aquel hombre parecia estar ocultando algo, pues se puso muy nervioso con aquel tema, debian entrar en la casa, ya que podia destruir las pruebas de sus delitos, si entraban y se equivocaban, podria llamar a la guardia y se meterian en problemas, pero si ellos tenian razon, aquel hombre no llamaria a la guardia para que no vieran sus delitos, debian entrar, y averiguar que pasaba.
hay alguna ventana abierta en la casa? necesito saberlo para ver si hago algo
No parece que haya ninguna ventana abierta, ni tampoco se ve el interior de la casa.
Pues parece que nadie contesta XD
¿Necesitáis más pruebas? preguntó Aire, enfadada, mientras seguía dando patadas. Hay que entrar sí o sí. Creo que puedo conjurar una mano que tire una ventana... empezó a comentar, alejándose de la puerta y buscando piedras gordas para lanzar
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+1)=6
-Aire, no hagas nada que pueda atraer a la guardia sobre nosotros antes de que encontremos pruebas... -dijo Lydia tratando de calmar a la joven- Puede que me arrepienta de esto... pero deberíamos preguntar a Lylo y a Milo si nos podrían ayudar. Aquellos medianos parecían mucho más preparados que nosotros para entrar sigilosamente en la casa y buscar pruebas.