Partida Rol por web

Buenas tardes, dijo uno de los propietarios cuando llegó aquel grupo de mercenarios. ¿Deseáis tomar algo para comer o beber? Dijo mientras miraba a su alrededor y hacía gestos a un hombre para que se acercara a hablar con ellos. Tras esperar a las órdenes, Audo se marchó y dejó que el Sr. Cantohelado hablara.
 

Buenas tardes, dijo el Sr. Cantohelado en cuanto llegó a la mesa donde se encontraban aquel grupo de aventureros. Creo que preguntaban por mi. ¿Verdad? Dijo mientras les escrutaba con la mirada con sumo interés. Soy el Sr. Cantohelado. ¿En qué puedo ayudarles?

Mak seguía de pie, rascandose las orejas con fruición. Cuando el supuesto señor Cantohelado se acercó a la mesa pegó un ligero respingo.

-Asi es, sabemos que necesita de cierta ayuda- dijo con voz calmada y aguda- Mis amigos y yo, somos esa ayuda.

Me quedé cerca del mediano sin hacer mucho mas que esperar a que nos dijesen de que se trataba el trabajo. No habia mucho mas que hacer de todos modos. Asi que me dediqué a parecer un tipo duro que puede ayudar en tareas peligrosas, por si el trabajillo iba de eso. 

Por fin aparecio el tal Cantohelado. Filos esperaba que les contara cuanto pensaba pagarles, les señalara una direccion y el ya estaba dispuesto a hacer el resto.

Har miraba al viejo Cantohelado sin ninguna sorpresa, solo esperaba a que éste hablase pues su compañero mediano ha argumentado perfectamente nuestras intenciones.

... Veamos que tiene el viejo para decir.

- Por favor señor, siéntese - Dice Har al viejo amablemente mientras le hace lugar en la mesa.

El señor Cantohelado observó a todos los presentes y mientras retiraba los anteojos que llevaba los iba analizando uno por uno. Finalmente se detuvo en Har y le sonrió. Supongo que vos sois el caballero que rescatará a mi hija, y el resto deben de ser vuestros escuderos y acompañantes, ¿verdad? Dijo después torciendo el rostro. La verdad, no sé si seréis suficientemente dignos de ocuparos de mi hija, o si lograréis conseguir rescatarla. Después negó con la cabeza. Aunque me temo que no tendré más opción que dejaros intentarlo.

Cantohelado no estaba conforme con el grupo que había llegado, eso era más que evidente y no hacía muestras por evitar que se notara. ¿No conocéis a ningún caballero, o algún hombre digno de ir a rescatar a mi hija? Un caballero de altacuna. ¿Lo conocéis?

Filos hizo un esfuerzo por recordar. Le parecía haber matado a un tipo que respondía a la descripción pero no, no era de altacuna.

-No.

No conoci a ningun noble, por lo menos uno lo bastante cercano para que vistase a ese hombre. Por lo que nequé con la cabeza justo despues de que Filos le diese su propia negativa. 

A Jukka le molestaba la actitud de ese tal Cantohelado, era como si en realidad no le interesara recuperar a su hija sino para emparentarla con alguien con dinero. 

¿Cuanto? - pregunto sin rodeos - ¿Cuanto esta ofreciendo por rescatar a su hija? ¿quiere que le consigamos a su hija o a un noble? - dijo sin tapujos, a Jukka no le importaba que hiciera con su hija una vez rescatada, el solo quería que le dijeran cuanto y por donde. Ademas era claro que ahí mismo había otro posible trabajo, por las palabras que había mencionado el mediano que encontraron a las puertas de la ciudad.

- Somos sus caballeros, y somos capaces de traer a su hija sana y salva, recuerde que cada instante que pierde aquí es una oportunidad a los captores para decidir el futuro de su hija.- 

Har observa al hombre con ojos fríos, carentes de ternura y compasión.

dinos los detalles de lo sucedido respecto a tu hija.... 

El Sr. Cantohelado cada vez estaba más molesto con los aventureros que habían venido a buscar a su hija. Parecéis mercenarios sin corazón. ¿Acaso no es tarea suficiente para alguien ayudar a una bella doncella en apuros? ¿Es necesario que ofrezca una paga por su rescate? Esperaba que alguien con el corazón más grande fuera capaz de venir a ayudarnos. Además, la torre ya tendrá suficientes tesoros como para que yo ofrezca una recompensa que valga la pena. Pero si eso es lo que esperais, decidme, cuanto vale para vosotros esta misión, decidme lo que pedís por traer sana y salva a mi hija y veré si sois dignos de ir a rescatarla. Dijo molesto por tener que ponerle precio a la cabeza de su hija.

Respecto a lo que tenéis que saber sobre el secuestro, todo se debe a que mi mujer la tenía especial manía y decidió encerrarla en lo más alto de una de las torres del pueblo. Ahora está encerrada y sin capacidad para salir. Mi mujer es una bruja, y yo no lo sabía cuando me casé con ella. Y ahora no solo espero que traigan con vida a mi hija, si no que también me traigan la cabeza de su madrastra. Aunque eso sea ya para otro día y parte de otra misión.

¿En donde esta su esposa?¿en la torre también? - pregunta Jukka conteniendo una riza de la que solo se asoma una pequeña sonrisa burlona apenas perceptible en la comisura de sus labios.

¿Que mas sabe de esa torre? ¿a que nos enfrentamos? -sigue preguntando el que parecía ser el mas callados de los aventureros. Cruzo los brazos y espero atento a que respondiera el señor Cantohelado. No le ofendía el titulo de mercenario, no era el peor de los títulos que había llevado, incluso había unos peores que le enorgullecían.

-Este tipo es un cantamañanas. Nos ha hecho venir hasta aqui y quiere que trabajemos gratis.

Si, amigo, somos mercenarios, trabajamos por dinero. Si no hay recompensa no pienso mover un musculo y, ademas, me vas a pagar los costes de venir hasta aqui y volver a entrar en Tormentos Cristalinos.

... te entregaste a tu mujer con las mas nobles intenciones de tu buen corazón y ya vez lo que te pasó... Así que no esperes lo mismo, y respecto a la recompensa .... - Miro al mediano - 

No cabe duda alguna de que Har estaba dispuesto a ayudar al viejo, pero venga que de buenas intenciones no se sobrevive en este mundo caótico.

Me acerqué al hombre y le hablé con educación. 

- Mire señor Cantohelado. Soy cazarrecompensas. Soy bueno encontrando a gente y trayendola de vuelta, ya sea encadenada o por voluntad propia. Eso es un trabajo. Y creo que estamos todos de acuerdo en que para trabajar todos necesitamos un incentivo. Si nos paga trabajaremos, si no, no. - Hice una pausa para que le calaran esas palabras bien hondo. - El que exista la posibilidad de encontrar objetos valiosos allá donde vayamos nunca ha sido pago suficiente. Seria como pedirle a un panadero que le trajese el pan a casa y le dijese que le pagaria con lo que se encontrase de camino. 

Desconozco donde se halla ahora mi esposa, pero no me sorprendería que se hallara en la misma torre donde tiene custodiada a mi hija, aunque no lo sé con certeza.

Sobre la torre no os puedo dar mucha información, tan sólo el lugar donde se encuentra, pero conociendo a esa desgraciada bruja no creo que sea un trabajo sencillo. Seguro que ha puesto mil y una trampas para que nadie pueda rescatarla. ¡Por eso necesito a un caballero apuesto y valiente que logre rescatarla! Contestó a Jukka.

Después no se molestó en disimular una mirada de odio hacia Filos. ¿Disculpa? No te obligué a venir hasta aquí, y en ningún momento ofrecí una recompensa por ello. Pero si lograis derrotar a la bruja o si investigais en la torre, es muy probable que los tesoros que en ella se escondan sea pago más que suficiente para costearte el viaje. Dijo sin mucho interés hacia él. Pero como he dicho, decidme cuánto es necesario para que muevas un dedo por mi hija y veré qué puedo hacer. Al ver que el resto opinaba igual que Filos, miró hacia su alrededor, para que el resto entendieran que aquella pregunta iba dirigido a todos.

Filos se encogió de hombros. Le daba igual el tono del tipo. Había prometido oro y eso era todo lo que Filos le pedía.

-Yo nunca he tenido una hija, no sé lo que valen pero, como pareceis necesitado y tal, me conformaría con 20 monedas de oro.

Jukka entendía que podría ser peligroso, no solo era el viaje y entrar por la chica y salir por una ventana, era muy probable que esa bruja usara poderes arcanos o de otra naturaleza contra ellos y eso implica poder perder la vida, así que habría que cobrarse bien. 

Propongo 80 monedas de oro por lo menos, tendremos que hacernos con equipo y tal ves alguno de nosotros pueda caer en combate, eso implica gastos ¿sabe? la ganancia la podemos repartir entre nosotros como mas nos convenga. Por otro lado ¿Que quiere que hagamos con su esposa? ¿la capturamos, la desaparecemos? - pregunto de nuevo Jukka que siempre le daba por regatear.

- Tal vez teberiamos llevar a este hombre ante su esposa... Creo que ella estaria encantada de pagarnos adecuadamente. - Dije en un susurro lo bastante alto como para que me escuchara. Tal vez así se decidiera a ofrecer algo como lo que Jukka pedia.