El lugar no tenía altar, al menos no la planta superior, pero sí que había algunas estatuas y algunos catres que podrían usar para bloquear la entrada. Pero aquello no impedía que los no muertos, en caso de que fueran inteligentes como Elianne había supuesto, pudieran retirarlos para escapar de allí.
Mientras tanto, Elianne y Zarus salieron fuera en busca de alguna puerta secreta o salida secundaria del templo, pero no parecía haber ninguna, o si la había, no habían sido capaces de localizarla.
Finalmente Lucrecia decidió lanzar el conjuro de invisibilidad sobre Namarra para que bajara las escaleras y se hiciese con el supuesto botín que había ahí abajo. Tenía que ser rápida y ágil o de lo contrario la invisibilidad desaparecería y la dejaría a merced de los muertos andantes que había en el piso inferior.
Namarra echó a correr rápidamente hasta llegar al piso de abajo y allí ya se toma un momento para prepararse y se mueve con sigilo mientras permanece atenta.
Tirada oculta
Motivo: mov sigilosamente
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+8)=14 [6]
Tirada oculta
Motivo: escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+4)=10 [6]
Tirada oculta
Motivo: buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+7)=26 [19]
Te recuerdo que usé retirada expeditiva antes de que me echaran el invis.
No sé si me da tiempo a empezar a moverme con sigilo porque no tengo referencias de las distancias. Tú dirás lo que veo.
Mi prioridad serán las bolsas de los muertos y las cosas caras, como las armas.
Raellia estaba lista para intervenir, o todo lo listo que se podía estar en aquellas circunstancias. Probablemente, más que lista estaba nerviosa. Aquello podía torcerse muy rápidamente, y en función de la cantidad de seres que intentaran atacarles puede que no fueran capaces de aguantar. Pero lo intentarían.
Lucrecia estaba inquieta. No había pasado ni un minuto desde la desaparición de Namarra cuando se puso a deambular sin rumbo, pasito, pasito, pasito, rápidamente, deteniéndose de repente, media vuelta o cuarto de vuelta y a continuar, como si estuviese dibujando un patrón geométrico esotérico en el suelo del templo.
Recuerdo al menos a un sacerdote aventurero en la ciudad, dijo, tratando de distraer la mente del incierto destino de la mediana. Creo que andaba con un par de mujeres druidas. Si sigue en Tormentos Cristalinos, tal vez podamos convencerlo para que venga a poner fin a la infestación. Antes de que esos monstruos decidan salir y encuentren un poblado del que alimentarse...
El Kraken volvió con las manos vacías. Del bandido atado no quedaba ni rastro, aparentemente. El gigantón se mostraba frustrado y un poco desanimado.
-EL KRAKEN NO ESTÁ CONTENTO POR TENER QUE IRSE!
La enana lo tranquilizó dándole golpecitos en la espalda.
-Tranquilo, grandote! Volveremos!
- Pues podéis seguir roleando -
Namarra descendió por las escaleras para llegar hasta el pasillo que en un principio habían encotrado infestado de enemigos. En el suelo no había ni rastro de ningún cadáver, aunque sí que estaba lleno de sangre y vísceras. Resultado del combate que habían tenido el día anterior.
Namarra podría acceder a cinco habitaciones diferentes, la última de todas era la que habían abierto sus enemigos para liberar a las repugnantes criaturas que habían puesto fin a aquel encuentro. El resto de puertas parecían habitaciones del templo.
Y al fondo, el pasillo doblaba noventa grados. Por ahí había sido donde habían ido apareciendo más enemigos.
La invisibilidad no duraría eternamente y tan solo le daría tiempo a revisar a conciencia una de las habitaciones. Pero lo que sí que tenía tiempo era para avanzar por el pasillo y averiguar qué mas salas escondía aquel templo.
Namarra cogió fuerzas e ignoró las salas más cercanas, decidida a llegar lo más profundo que pudiera.
Tirada oculta
Motivo: sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+8)=21 [13]
Me la juego y me adentro para investigar mas salas.
—Bueno, no hemos descubierto ninguna entrada secreta. No en los alrededores al menos ¿Alguna noticia de Namarra?
Lucrecia sacudió la cabeza.
Todavía hay tiempo, dijo. ¿Qué pensáis hacer si no vuelve antes de que el conjuro se disipe?
-Irnos. Nadie más va a bajar ahí abajo. Ella sabía el peligro que corría cuando decidió bajar. Pero dadle un voto de confianza, hasta ahora no nos ha fallado nunca.
Lazarus regreso de su búsqueda sin ningún hallazgo, lo que le hizo decidir que no tenía mas caso estar en estar lugar. -Pues creo que si puedes decirle que regrese de una vez, sería mejor que mejor. Debemos regresar a la ciudad y volver con refuerzos. Acabar con esas asquerosas criaturas y con los bandidos, si es que aún siguen ahí. Pero no habrá nada que impida que esas criaturas salgan de ahí, así que si las vamos a enfrentar, lo mejor será ir y volver cuanto antes.- replicó resignado.
-Podemos dejar un montón de cosas encima y con eso verificar a nuestro regreso si las criaturas, efectivamente, se han hecho camino para salir. No creo que podamos hacer mucho mas.-
Iríamos a la catedral de Pelor? Yo no puedo opinar mucho de hacia donde ir xq sería metarolear xq sé a donde está con exactitud Kranjstar y las 2 druidas.
En cuanto Namarra giró por el pasillo dio a uno nuevo que volvía a girar otros noventa grados. Esta vez mucho más pequeño que el anterior. Ahí al lado tenía una puerta, justo la que habían abierto sus enemigos el día anterior para liberar a los dos seres repungantes que le habían atacado.
Además, cuanto más se adentraba en el interior del edificio, el olor era mucho más desagradable y a cada paso que daba se hacía más y más insoportable. Un hedor a muerte y descomposición que no había que ser muy inteligente para saber que tenía que proceder de aquellos seres. Aunque de momento, Namarra no había visto a ninguno de ellos.
Podía seguir investigando algo más, pero el conjuro de invisibilidad no duraría mucho.
- Podéis seguir roleando -
Namarra tragó saliva y se metió en la habitacion de donde habian salido esas cosas. Los halflings eran famosos por no tener miedo pero debía reconocer que le estaban entrando ganas de hacerse un poco de pipí.
Me la juego. Necesitamos algo que vender, tio. Tiene que haber algun cuerpo por ahi
A la muchacha no le quedaba más que esperar, pero desde luego frunció el ceño cuando se sugirió abandonar a la mediana. No estaba dispuesta a dejar a nadie atrás, y si no volvía, alguien tendría que sacarla de allí.
No puedo, replicó a Zarus. Se ha marchado sin lanzar el conjuro de comunicación. Y una vez era invisible, no podía lanzárselo yo, por razones más que evidentes...
Lucrecia miraba hacia las escaleras con preocupación. ¿Qué sentido tenía aquello? Incluso si encontraba el botín de los ladrones, ¿qué iba a hacer? ¿regresar cargando un cofre que debía de pesar más que ella? Eso, suponiendo que existiera tal botín. Tal vez lo habían invertido, o repartían el oro y lo gastaban.
Podemos dividirnos y buscarlos por la ciudad, dijo. A él o a otro. No tenemos muchas más opciones. Eso, o dejarlo por imposible y confiar en que la situación aquí no empeore.
—Creo que los no-muertos tienden a reproducirse rápido...—dijo elianne con preocupación— pero es cierto que hay varias horas de bosque entre este lugar y Puente Brandon. Si resolvemos esto en un par de días, quizás podamos evitar que se propaguen. Pero si, creo que vamos a necesitar un profesional.
Vaya que tanto demora esa niñata? pensaba Lazarus mientras veía hacia las escaleras. Iré a ver qué ha pasado con ella. Esta tardando demasiado.
Lazarus se empezó a preparar para bajar, mientras escuchaba a Elianne. Tomó su arco con escepticismo pues sabía que muy poco se podía hacer contra aquellas criaturas.
Ya su Invisibilidad habrá acabado, no? Cuanto tiempo ha pasado?