Partida Rol por web

A comienzos de su tercer día fuera de la ciudad, los aventureros siguen la senda lateral que Atara y Fenrin habían encontrado. El camino no parecía dividirse, por lo que en principio no iba a ser necesario seguir buscando las huellas, ni perder el tiempo en ello. Aunque sí que podría ser posible que en algún momento se desviasen y entonces sí que estarían perdidos.

Las niebas se abren para revelar un campo de batalla entre un grupo de escombros, apenas reconocibles como un antiguo poblado. Aunque está completamente derruido, el lugar es perfecto para una emboscada.

Todo lo que queda de la batalla son cadáveres y una bandada de cuervos hambrientos. Los cuerpos parecen ser de orcos en su mayoría, aunque un caballo muerto, medio envuelto en la bruma, yace en medio de los cadáveres, y algo grande y peludo está olisqueando cerca de él.

Lezard amanece hambriento, de camino se fija en los arboles a ver si encuentra una fruta que pueda comer y matar la ansiedad...

uuuh... ¿Que demonios es eso?

Mientras preguntaba en voz baja desde una distancia prudencial, desenrollaba el latigo.

¿Un perro?

La pregunta quedó en el aire mientras intentaba agudizar la vista.

El camino era claro y no parecía dividirse, la labor de Atara se hacia mas fácil, no tendría que ir mirando constantemente las huellas, por lo que aprovecho para de nuevo buscar algo de comida en este entorno tan marchito.

Los pasos del grupo les habían llevado a un campo de batalla en lo que parecía ser un pequeño poblado, cuando vio el caballo Atara se alarmó. ¿y si es el caballo era de uno de los nobles?

Rápidamente Atara y Fenrir se esconden para observar mejor y prepara una flecha en su arco, apuntando ala bestia peluda que olisqueaba al caballo. Atara tiene una empatia con todos lo animales, pero con un animal salvaje posiblemente hambriento y con una presa a sus pies.....el animal acabaría atacando.

Por suerte el camino era fácil de seguir para nuestra guía y su compañero. El camino fue tranquilo hasta que en un momento observa la terrible imagen que dejo la batalla. En un principio no se había dado cuenta de la bestia que allí se encontraba y lo que estaba comiendo, pues era un caballo y esperaba que no sea de ninguno de los jóvenes de Melvony que estaban buscando.
Rapidamente se coloca su escudo en el brazo izquierdo y toma su hacha con la mano derecha para acercarse a la par de sus compañeros.
- Tened cuidado. No sabemos que podemos llegar a encontrarnos. Les dice a sus compañeros susurrando.
 

La noche volvió a pasar sin ningún contratiempo y la semielfa agradeció por ello en silencio a su tótem, se levantó con la salida del sol y, después de aliviar su vejiga, se pertrechó para el camino. El día empezó como el anterior: ruedas y ruedas de camino sin desvío posible, Xan volvió a colocarse en la retaguardia del grupo con la lanza presta para lo que hiciese falta mientras mordisqueaba parte de sus provisiones.

En un momento dado llegaron a un lugar donde la niebla recién comenzaba a levantarse y Xanaphia aguzó sus sentidos, el grupo se detuvo de repente y la mujer pudo ver, por encima de las cabezas de los que la precedían, como delante de ellos se podían percibir los restos de un poblado. Estaba por preguntar a sus compañeros el motivo de la parada cuando escuchó los comentarios de éstos y vió como Atara se ocultaba rápidamente, miró fijamente el lugar donde un ser peludo daba buena cuenta de los restos de un caballo, intentando averiguar qué era, mientras aferraba fuertemente el astil de su arma dispuesta a lanzarla su fuese preciso.

-Espero que podamos auyentarlo -susurró, no le apetecía matar a un animal que solo estaba siguiendo el ciclo de la vida, a no ser que no fuese solo un animal.

Al ver como todos se guardan Lezard decide dejar de concentrarse en la comida y dedicarse a lo mismo...

Rápidamente deja de juego y se coloca al lado de Atara...

Atara se encargó de encontrar comida suficiente para que todos fueran capaces de pasar el día. Se había levantado temprano para buscar algo junto a su hermano lobo, y tras unas escasas horas lograron cazar un par de conejos famélicos que pasaban por allí. La comida fue ligeramente escasa, pero fue suficiente para que ninguno tuviera que pasar hambre durante todo el día¹

Atara, su compañero animal y el mago se escondieron entre los espinos que había por la zona, mientras que Khalam se acercaba ligeramente al animal. Jairee y Xanaphia se limitaron a observarlo detenidamente, para comprobar si era amigo o enemigo.

Aquella criatura seguía comiendo tranquilamente, ajeno a vuestra presencia.

Esta criatura posee un grueso abrigo diseñado de pelaje y plumas. Su cuerpo es parecido al de un oso, pero tiene cabeza de ave con unos grandes ojos redondos y un pico ganchudo. Su piel es de color marrón oscuro, y su pico de color marfil apagado. Mide casi tres metros de alto y debe pesar unos 700 kilos. Al fijarse un poco más en él, se puede apreciar que tiene los ojos inyectados en sangre, como si estuviera sufriendo algún estado de locura o frenesí.

Esta criatura posee un grueso abrigo diseñado de pelaje y plumas. Su cuerpo es parecido al de un oso, pero tiene cabeza de ave con unos grandes ojos redondos y un pico ganchudo. Su piel es de color marrón oscuro, y su pico de color marfil apagado. Mide casi tres metros de alto y debe pesar unos 700 kilos. Al fijarse un poco más en él, se puede apreciar que tiene los ojos inyectados en sangre, como si estuviera sufriendo algún estado de locura o frenesí.

Esta criatura posee un grueso abrigo diseñado de pelaje y plumas. Su cuerpo es parecido al de un oso, pero tiene cabeza de ave con unos grandes ojos redondos y un pico ganchudo.

Cuando la línea de visión de Xanaphia se despejó y pudo ver bien al ser que estaba alimentándose del caballo, su opinión al respecto de poder ahuyentarlo* se desvaneció. Aquel bicho no iba a irse sin pelear, a pesar de eso susurró a sus compañeros aún con la esperanza de evitar un combate que, en el mejor de los casos, solo los desgastaría y retrasaría.

-Si nadie tiene un hechizo para alejar a la bestia lo mejor es atacar cuanto antes. -dijo poniéndose a la par que Khalam y deteniendo su avance**, si alguen tenía que acercarse que fuese el animal.

Ante la negativa de los miembros del grupo*** y con un asentimiento de cabeza para indicar el comienzo, agarró una de las dos lanzas que sobresalían de su espalda y la lanzó. Acto seguido sus ojos emitieron un destello verdoso y se quedaron de ese color mientras aferraba bien la lanza plantándola en el suelo, esperando una previsible carga.

Tanta mala leche no es buena para el corazón , incluso para un oso emplumado, no creo que se le pueda calmar.

Con calma comprobó que sus armas estaban donde debían y empezó a tocar un ritmo animado con el tamboril.

Atara vio los ojos inyectados en sangre del animal, es posible que tuviese la rabia o alguna otra enfermedad, aunque no le gustaba era mejor acabar con la vida de la pobre criatura.

-Sus ojos, padece alguna enfermedad, hay que acabar con su sufrimiento, pero atacara y lo hará brutalmente.- Les susurro a sus compañeros mientras soltaba dos flechas, esperando que fuesen lo bastante certeras como para matar a la bestia sin que sufriese.

Observando como sus compañeros empezaban el ataque, este se puso en linea recta entre sus compañeros y la bestia, para el caso de que atacase, tendría la oportunidad de lanzar un buen ataque y así cortar el ataque.
- Al suelo bestia, no te muevas.. Le dice cuando pasa a su lado.

Jairee comenzó a tocar su tambor que sonó de manera animada y clara. Todos sintieron como ése ritmo les llenaba de valor y de energía para combatir contra aquella mala bestia. La criatura dejó de comerse al caballo y alzó la vista al escuchar la música. Debido a las brumas del pantano no fue capaz de enfocaros con precisión, y entonces la jabalina de Xanaphia voló para clavarse en un brazo de la criatura. Detrás de ella, dos flechas provenientes del arco de Atara se clavaron en su pecho.

Así fue como esa bestia bípeda se puso en pie y cargó contra el grupo de aventureros. Xanaphia y Khalam ya le estaban esperando, y para cuando la bestia llegó, Khalam descargó un par de golpes que lo desplumaron y le llenaron de cortes y heridas muy graves. Los aventureros pensaron que seguramente aquello fuera suficiente para acabar con la bestia, pero se equivocaron.

Con gran soltura, golpeó a Khalam en plena cara y entonces sitió como si su piel estuviera recubierta de ácido, porque pudo comprobar como sus plumas se quemaban y escocían. La bestia aún seguía en pie, herida de gravedad, pero con más resistencia de la que cualquiera hubiera esperado de una criatura así. Quizá ese combate iba a ser más difícil de lo que se esperaba.

¡Vamos compañeros, no hay dolor Khalam, no tardará en caer!

No podía luchar y tocar a la vez, así que por el momento se concentró en ofrecer una buena actuación y animar a sus compañeros. Si era necesario desenvainaría, pero quería demostrarles que la su música servia para más cosas que para despertarles por la mañana.

Xanaphia sintió la música hinchar su pecho e instantes después la jabalina lanzada se incrustaba en una de las extremidades de la bestia, que debido al ruido había dejado de comer y estaba husmeando la dirección de la que provenía el sonido. La semielfa no pudo ver las dos flechas impactando, pues su mente se dividía entre no perder de vista la silueta del animal y prepararse para una carga.

La carga llegó, pero para su mala suerte la silueta del humano le debió parecer mas atractiva al bicho, ya que le eligió como objetivo. Viendo como el hacha y las garras se cruzaban en sendos ataques hirientes, Xan clavó su lanza con toda la fuerza de la que fué capaz entre las plumas.

Khalam sufre el daño producido por la bestia al cargar y el dolor que tiene en la piel no para, a la vez que siente que se quema en donde se han producido los contactos.
Luego escucha la música de su compañero y por un momento hace que el dolor desaparezca y se sienta con nuevas fuerzas que lo se acerca nuevamente a la criatura y lanza un nuevo hachazo sobre la misma impactando fuertemente en la espalda.
 

Ambas flechas se clavaron en el pecho de la criatura, a la vez que escuchaba una agradable serenata interpretada por Jairee, pero todavía harían falta mas para darle muerte.

La criatura había cargado contra el grupo y el pobre Khalam fue el que recibió los saludos de la bestia, el objetivo estaba en combate con sus compañeros y Atara no quería herirlos, tenia que asegurarse el disparo. 

Cogiendo una nueva flecha, Atara apunto a la cabeza de la bestia y activo sus guanteletes de impacto verdadero.

-Sonríe hideputa!!

Por su parte, Fenrir se mantenía al lado de Atara con los músculos tensos y preparado por si la bestia se acercaba a su dueña.