Partida Rol por web

Antes de seguir avanzando deberíamos de acabar con esas bestias, la pregunta es cómo.  Le gustaba el grupo con el que se había internado en la torre, el pequeño y gracioso Fosco, Nikeras que había demostrado ser el miembro más útil del grupo y Flame, el miembro menos conocido del grupo pero que le causaba una buena impresión a la maga. Podría crear una luz que iluminara mejor la estancia…. Dijo pensativa la maga, pero creo que lo mejor que podríamos hacer es arrástralos a esta estancia, un lugar donde tengamos ventaja y sepamos que no nos pueden emboscar.

Asiento silencioso a las deliberaciones sobre como acometer la exploración de la torre y un breve asentimiento indica que estoy de acuerdo con avanzar por los niveles inferiores. Peersan parece alguien capaz de defender a la niña. Siento que me debo preocupar por ella. Nada me obliga por supuesto, pero, quizás por la responsabilidad que me tocó cuando mi clan fue atacado, tengo como un compromiso personal por proteger a los más débiles.

Con la improvisada antorcha facilitada por Nikeras en la mano izquierda, que también porta mi pequeño escudo, y una de mis fieles dagas en la diestra avanzo por los pasadizos de las mazmorras de esta torre.

- Yo puedo cumplir esa función.  - Es mi breve respuesta a la pregunta de la bruja.

Mientras avanzamos voy examinando las paredes del lugar, busco huellas, puertas secretas o posibles trampas y mi oído trata de localizar cualquier sonido extraño.

Ese cuerpo encerrado aquí es preocupante. Significa que alguien se ha asentado en este lugar. Cuando examinemos todo este pasillo deberíamos tratar de abrir la celda y averiguar quien es.

Flame suspiró profundamente al darse cuenta de que aquel endiablado mediano le había tenido que seguir hasta allí. Por alguna razón Fosco le recordaba al gnomo del Miseria, ese cuyo nombre, a día de hoy, le seguía resultando impronunciable y todavía se planteaba por qué narices no lo había liquidado cuando había llegado el momento.

Ahora le pasaba lo mismo con Fosco, pero debía ser simpática con él, pues aunque esto le costase la vida, no tenía muy claro si aún sería útil su vida o no.

Cuando todos dudaron de sus medios para la lucha, Flame sacó su espadón y su coraza de la grupa del caballo y se atavió con ellas para prepararse para la misión. Luego les sonrió a todos como dando a entender que no estaba desarmada y que mucho menos era una mujer indefensa. Aquello lo entendieron a la perfección y la permitieron avanzar en el grupo que subiría por la torre.

Flame seguía mirando a Fosco, no tenía muy claro como podría ayudarle con el gnoll, pero dejaría que hablase para entenderlo.

Alice, tú pareces ser una joven arcanista, puedes iluminar la estancia con tus luces danzantes y entonces yo ocuparé la primera línea de batalla. Ya me encuentro en plena forma y yo sola me bastaría para acabar con él. No tiendo a necesitar mucha ayuda de los demás, pero si queréis acompañarme tened una cosa muy clara. Dice señalando la escama de su frente. Ésta de aquí nos protegerá más de lo que pensais, solo que no tendréis que separaros mucho de mi, mientras su brillo os inunde estaréis más o menos seguros. Acabar con el gnoll será cuestión de segundos. Sobre todo si Ayash está conmigo.

Los niveles inferiores... se limitan a uno. Las promesas de una gran mazmorra que explorar se quedan en nada, cuando a la vista el pasillo termina unos cien pies más allá.

Frustrado, Klasius examina el extremo de la sala entre las dos últimas celdas. El muro no tiene ninguna puerta secreta. No hay más. Solo celdas vacías. Sin embargo, el enano nota algo raro. Las piedras de la mampostería no son del mismo periodo que el resto de la torre. Son de nueva construcción. Años después de que la torre estuviese terminada, alguien vino aquí y tapió el hueco de una puerta con bloques de roca nueva. Es un muro grueso. Se necesitarían picos... o un conjuro de pasamiento, para llegar al otro lado.

Con todos los ojos absortos en la pared, llega el sobresalto cuando de una de las celdas se escucha una voz femenina.

A... yu... daaaa...

Una mujer intenta reunir fuerzas para que la liberen. Sus brazos están en alto y sus muñecas están presas por grilletes que cuelgan del suelo. Pero lo sorprendente son las tres lanzas que atraviesan su cuerpo, sin que se la vea sangrar ni una sola gota desde los puntos de entrada ni salida de las armas.

Dos de ellas entrar por los abdominales, y las puntas de metal asoman tras los omóplatos opuestos. Seguramente se rozan sus mangos uno sobre el otro en alguna zona de sus intestinos o su estómago, cruzándose. La tercera lanza le entra por la base de la espalda, y su pica correspondiente atraviesa su esternón. La estructura mantiene una forma de trípode que sostienen a la mujer sin que sus pies toquen el suelo.

Como otras celdas, esta también está cerrada. No hay mucho más que puedan hacer los presentes por liberarla, más allá de hablar con ella y dar esperanzas. Y quizás obtener algunas respuestas.

Mi nombre es Victor Wachter, y esta es mi hija: Lovina. ¿Ha cuánto está la aldea más cercana...? Veamos... Creo que es Vor Ziyden. ¿Ha cuanto queda Vor Ziyden de aquí? Es urgente que me ponga en contacto con las autoridades para prevenirles sobre Leo Dilisnya y las Brumas...

Tranquilo... tranquilo... Más despacio. A buen paso, en tres días llegaréis al pueblo. Por lo demás... No tengo ni idea de lo que hablas, pero me enviaron aquí para investigar esa niebla. Hemos visto durante demasiado tiempo a los picos de las Balinok cubiertas por la niebla y algunos empiezan a temer que se trate de un mal augurio, o de algo antinatural y peligroso. ¿Vosotros venís de las montañas Balinok? ¿Qué sabéis de la niebla? Contadme, por favor...

Fosco iba con pies asustadizos por un castillo que no hubiese entrado en la vida. Subir cada escalón había sido un calvario, pero había insistido tanto en ir, que nunca reconocería su miedo. El mediano lo miraba todo antes de pisar, se fijaba en el más mínimo detalle que hubiese en la sala, no quería que nada le pillase de primeras, tanto mirar se dio cuenta de que había algo en la mirada de Flame que no le gustaba. Ya había visto a Onfale decir algo y pensar lo contrario, aunque seguramente sólo hubiese sido el rifo rafe de abajo. Ella sonaba a amable, pero parecía peligrosa. Cuando volvieron abajo de nuevo Alice expuso su opinión y Flame le contestó. Las palabras de Flame rebosaban confianza. Realmente parecía una asesina que no tenía miedo a un Gnoll, que aunque Fosco no supiese que era tal cosa, no le pintaba bien. Además parecía que el tatuaje de la frente servía para algo...¿Cómo funcionaría tal cosa? ¿Un brillo nos inunda? ¿Cuánto tiempo?¿Es muy grande el brillo?¿Inundará toda la habitación?¿Cómo puede brillar esa cosa? Fosco estaba lleno de dudas mientras se rascaba la cabecita. Quería ponerse a preguntarlas todas, pero entre el espadón de Flame y su mirada hosca, prefirió asentir a sus palabras, estarse callandito y atento. Cuestión de segundos repitió el mediano. En sus palabras parecía haber cierta incredulidad. ¿Tan mortífera era aquella señora?

 Nikeras, un hombre más dado a sentarse y fumar la pipa, dibujar flores, a tocar su flauta o a pasear por el bosque, se alarmó al escuchar aquel gruñido tan parecido a una disonante risa. 

 En lugar de retirarse o esconderse, su mano enguantada aferró más fuerte el asta de su lanza, con la otra acarició el morro de Zicko.

 - No mujer, no te dejaremos solos, Zicko y yo estaremos allí delante también.- A pesar de sus palabras, no es que eso le hiciera especial gracias.- Pero eso será después de que entremos y tomemos posiciones en la habitación, para que cuando llamemos la atención y la criatura salga, la podamos emboscar a la par que Alice ilumine.

 Mirando a Fosco comentó.

 - Necesitaría que, a nuestra señal llegues subiendo por las escaleras armando un poco de jaleo. Para llamar la atención del gnoll, en cuanto asome.- Mira a Alice.- Tú que estarás a cubierto en las escaleras, podrías iluminar la estancia para que Flame, Zicko y yo demos cuenta de él.

 Miro a todos y asintió. Entonces se percató de la metálica armadura de Flame, aquello sería un inconveniente, por mucho cuidado que tomaran, ella podría dar al traste con la estrategia.

 - Mejor cambiaros tú y Fosco. Fosco escóndete por la habitación, conmigo y Zicko, Flame, tu serás el señuelo que subas por las escaleras. Tapa su acero con la capa para que no resultes tan amenazante. ¿Os parece bien a todos?

Fosco escuchó a Nikeras sus ojos se ponían como platos al pensar que tendría que subir la estancia y que un ser llamado Gnoll le perseguiría... su rostro estaba ruborizado, pero a los pocos segundos el plan parecía cambiar. Soltó un resoplido de alivio. Aquel cambio le gustó, ya que Flame parecía más experimentada en el combate y tenía ese tatuaje en la frente que le protegía... Nikeras había soltado pocos segundos que Fosco se escondiera cuando rápidamente fue a un sitio que hace tiempo visualizó como posible escondite... Desde allí miró y esperó a saber como es aquella criatura llamada Gnoll...

 Con Fosco por delante, Nikeras le imitó, con su perro lobo pegado a él. Con los ojos acostumbrados a la penumbra de la estancia, se dirigió a un lado de la puerta, dejando que el mediano se escondiera al otro lado, quedando fuera del campo de visión por parte de alguien que abriera la puerta. Zicko siguió silencioso a su compañero. 

 Una vez situado intentó posicionar a Fosco... pero no lo encontraba, por todos los dioses, el mediano había desaparecido. Igual que hiciera días atrás cuando nos encontramos con Víctor y la pequeña... Con una leve sacudida de hizo fuera esos pensamientos y se preparó par alo que estaba a punto de acontecer.

 Céntrate hombre, que díria de ti Clorette sino.

 Antes de que fueran a más cortó el hilo de sus pensamientos y se centró.

 Entonces, con un gesto preestablecido, Alice Iluminó el escenario y empezó la función.

 Todo apuntaba a que tenía que ir bien cuando Alice nos miró con una cara de sorpresa y medio susto, Nikeras no pudo evitar mirar hacia la puerta por si había salido el gnoll, que los hubiera pillado por sorpresa tramando el plan... pero por suerte, no era eso. Con un quedo murmullo dijo que no podía... que ya no podía hacer luz.

 Contra todo pronóstico, Nikeras no se alarmó. Tomó un paño y una piedra de su bolsa de piedras de la honda, se la llevó a los labios y tras una pequeña plegaria murmurada dio un soplo de vida a la piedra entes de taparla con el paño. A pesar de estar cubierto por la ropa, un tenue resplandor verdoso escapaba de él.

 Con un guiño le tendió la piedra envuelta con el paño, para que cuando fuera el momento, la descubriera e iluminara la escena.

Fosco desenvaina su estoque y mira alerta la puerta esperando que entre el Gnoll tras Flame

Parecía que este pasadizo acababa en una pared firme pero el enano nos llama la atención sobre los distintos colores de las piedras.

Inteligente apreciación... debí haberme dado cuenta yo.

Pero lo que realmente llama mi atención es la imagen que presenciamos a continuación. Un lastimero murmullo nos llama desde una de las celdas y mi mirada se queda helada al ver la horrenda imagen de una mujer empalada por 3 picas que la atraviesan de lado a lado y la mantienen a unos pasos del suelo.

¿Quién puede ser tan macabro de hacer algo así? Bueno, ya se sabe que la maldad puede ser infinita en los corazones más oscuros pero sí que es inexplicable es que se mantenga con vida y que no haya sangre.

Dubitativo trato de preguntar algo a la prisionera.

- ¿Quién eres? Y ¿Quién te ha hecho esto?

-¡Por las barbas de mi abuelo!--exclama el enano dando un fuerte respingo de susto al escuchar la penosa solicitud de auxilio.

Cuando recobra la compostura, el viejo se acerca un poco para ver mejor a la mujer desde la puerta de la celda pero no termina de fiarse por completo de la situación.

-¡Qué extraño! ¿Dónde está la sangre? ¿Por qué diantres sigue viva?

Al ver que el mediano ya ha iniciado la conversación, el tipo de la cadena armada se mantiene atento en estado de alerta por si aquella damisela en apuros pudiera transformarse en... en... en lo que sea. ¡Cosas peores se han visto recientemente, oiga!

Flame sonrió ante el plan de Nikeras. Aquel hombre parecía un bravo guerrero o al menos un bravo estratega, algo que hacía mucho tiempo, quizá demasiado, que no encontraba en su camino. Con él podía hacer buenas migas y quizá pudieran arrimar hombro con hombro y luchar juntos. Flame estaba harta de no dar con nadie lo suficientemente buena para ella, o para que al menos le acompañase, pero aquel hombre empezaba con buen pie. Al menos le echaba ganas al asunto.

Flame asintió ante la estrategia del hombre y cuando le dieron la señal ascendió por las escaleras para alcanzar el centro de la sala y hacer de señuelo ante la criatura. La escama que tenía en la frente comenzó a brillar con un leve tono amarillento y éste se extendió a todos sus compañeros. Era un brillo que no iluminaba, pero que sí recubría la piel de cada uno de los presentes y que estuviera de su lado.