Partida Rol por web

Tras el día de descanso pertinente y las monsergas de aquel mutante que os traía la comida día tras día, se os condujo de nuevo a aquella celda con armas y armaduras, aunque en esta ocasión no estaba lo que sería vuestro equipo enemigo, sino que estabais solos.

Tras elegir vuestro equipamiento y ponéoslo, se abrió la puerta, y pudisteis comprobar el porqué esta vez no estabais con aquellos a los que debíais matar. Resultaban ser todos orcos, demasiados barbáricos para cohabitar en cualquier celda con cualquier no piel verde. No los habíais visto antes en otras celdas o en los barcos que os trajeron como esclavos, por lo que podrían haber estado de antes o puede que fueran esclavos vendidos por los enanos del caos y sus hobgoblins. Sea como fuere, todos iban igual, espada, escudo y sin armadura, solo sus harapos a modo de ropa o pieles a modo de armaduras.

A pesar de haber salido todos ilesos, les habían dado un día de descanso, lo que unos agradecerían mas que otros. Cuando fueron llevados nuevamente a la armería, Skreek se equipó igual que la vez anterior, aunque en aquella ocasión se aseguró de coger también una pequeña daga que ocultó entre sus harapos.

Al salir a la arena la confianza del skaven flaqueó seriamente, una cosa era enfrentarse a un puñado de humanos y otra muy distinta, a un grupo de orcos. Los únicos pieles verdes que había visto alguna vez eran los goblins nocturnos, pero sabia que incluso el orco más débil era un enemigo considerable, y los más fuertes eran incluso mas peligrosos que un ogro.

Contra esos enemigos no pensaba arriesgar y nuevamente adoptó una posición defensiva tras el ogro, esperando su oportunidad para atacar, pero intentando preservar su pellejo lo máximo posible.

Los orcos parecían un enemigo muy interesante, se relamia por la sangre que iba a ser derramada, su resistencia era legendaria aunque eso paro de golpe sus expectativas.

La dificultad de matarlos no iba a compensar el sufrimiento que pudiera causar y disfrutar, eran demasiado estúpidos para sufrir, poco iban a aportar en placer, poco iba a sacar en claro su dios con esto.

Una terrible decepción que le hizo hacer una mueca de disgusto.

Vería de qué manera podría servir a su dios.

Por el momento haciendo uso de sus dones.

Y se encomendó a ellos justo antes de empezar.

¿Enano y Ogro?

Por fin les llevaron a la sala-armería, allí donde pudieron armarse tal cual el día anterior. En esta ocasión, además de la armadura de cuero (a falta de una mejor), y el pico, cogió también un escudo y un hacha de aspecto enano, aunque estas dos últimas armas las guardó, prefiriendo seguir de momento con el pico.

Una vez equipados, pudieron ver a sus contrincantes, una pandilla de orcos. Si había algo a lo que odiaba más que a las ratas, era a los puñeteros Orcos. - Jodidos marranos sobredesarrollados, lo voy a atravesar. - prometió, señalando a uno de ellos con el pico. 

Al saltar al ruedo, el público de nuevo se puso a animar, y Dökar, que le había cogido el gusto al tema, elevó los brazos y alentó a la gente a seguir haciéndolo. Señaló al orco de uno de los estremos ostensiblemente y con una risa bien visible y casi maniaca, se lanzó a la carga hacia él casi a la vez que sus compañeros, bueno, quizá algo más lento, pero más rápido que el Orco que parecía estúpido ahí quieto mirándole. 

El ataque no tenía demasiadas florituras, simplemente saltó en el último momento y apuntó la punta del pico entre ceja y ceja del orco, golpeando casi con todas sus fuerzas. Sus piernas lo molestaban ligeramente, pero se acostumbraría.

Grogg volvia a estar hambriento. Sin embargo, los pieles verdes no parecian demasiado apetecibles para el. Esperaba que alguno de sus "colegas" cayeran en la arena para poder comerselos sin ninguna represalia por parte de los administradores del coliseo.

Corrio hacia el primer orco que vio para atizarle con su mangual, impactando en la verde y asquerosa carne de aquel ser menudo y dentado que tan poco sabroso se veia. Obviamente, si no tenia nada mas que comer, Grogg acabaria alimentandose de esos seres, pero preferia cualquiera de los otros. Todos menos la rata, que escondida tras de el como cobarde ser que era, ataco de forma exitosa a un orco.

- Oh! El buen raton sabe pelear! - rugio Grogg cuando Skreek golpeo al rival.

El grupo inició muy bien el combate con el hombre rata no haciendo nada y con el humano desapareciendo, pero a pesar de ello el ogro convirtió a uno de los orcos en papilla mientras que el enano consiguió un certero impacto en la cabeza de otro de los orcos. Estos, ya con uno menos y otro más tonto que nunca, se entorpecieron en sus ataques evitando así que pudieran hacer daño alguno, ni tan siquiera a la rata.

Del público se elevaron gritos de entusiasmo cuando, entre el ogro y él, prácticamente acabaron con la mitad de los orcos en apenas unos instantes. En verdad parecían unos elegidos por los Dioses, y su destreza en el combate, por encima de la media. 

Los orcos eran duros de pelar, bien lo sabía Dökar, pero por alguna razón ellos parecían muy superiores a ellos. Con una mueca de odio cruel, el matador enano golpeó con furia, odio y rabia a su oponente de nuevo, pues el sentimiento de ira era demasiado fuerte en él ante la visión de estas horrendas criaturas para pensar en otra cosa que no fuera machacarlas hasta que no quedara una en pie. - HASHUT! TOMA ESTA MUERTE PARA TI! - gritó al inscrustar el pico en el costado derecho del Orco. 

El ser verde, atontado por su anterior golpe, no tuvo ni una oportunidad, la punta del pico salió por el otro lado y al retirarse, sendos chorros de sangre surgieron como un surtidor, provocando de nuevo un griterio entre el público. Dökar elevó los brazos y gritó con Furia - HASHUT!HASHUT!HASHUT! - provocando que parte de los espectadores más cercanos se sumaran a sus gritos aclamando al Dios elegido por el matador. 

Giró ligeramente para encarar al orco que estaba enfrentándose a Harold, y con una sonrisa siniestra se prepararó para cargar.

El skaven comenzó el combate igual que el anterior, luchando a la defensiva, temiendo un ataque de los fornidos orcos. Pero rápidamente uno de sus rivales cayó antes el poderoso ataque del ogro y otro fue malherido por el enano, lo cual hizo que se desconcertaran y empezasen a moverse erráticamente.

Uno de los orcos se abalanzo a por su enorme compañero, ignorando completamente a Skreek, cosa que este aprovechó para rodear al ogro y lanzar un certero ataque por debajo del escudo del orco. La potente estocada se hundió en el brazo del piel verde hasta la empuñadura, atravesando también las cotillas y causándole grandes daños internos.

De un fuerte tirón arrancó la espada de su victima al mismo tiempo que un enorme chorro de sangre empapaba al rátido, entonces gritó eufórico al cadáver del orco mientras se desplomaba inerte en el suelo, para después girarse y gritar hacia el publico.

La ira le embargaba, la mala suerte acompañaba a cada uno de usu golpes y estaba perdiendo el control. La ayuda del enano oscuro era bienveníida, claro pero solo ponía de manifiesto su incapacidad para acabar con el piel verde en condiciones ventajosas.

¿Qué pasaría cuando llegaran los enemigos de verdad?

Ataco con saña, olvidando cualquier tipo de defensa, machacando como si fuera un árbol.

El orco parecía el.

Y su dios parecio escuchar su frustracion.

El ogro aulló de emoción al ver que la rata se había puesto las pilas por fin, y asestó una estocada a uno de los orcos con tal ferocidad que lo dejó seco en un instante.

- ¡Sabes pelear! - lanzó una risotada y echó a correr, arrastrando a la rata consigo, hacia uno de los orcos que quedaban en pie para lanzarle un buen golpe de mangual y arrancarle la cabeza del todo - Rata fuerte. ¡Come conmigo, te hará más fuerte! - dijo mientras se arrodillaba sobre uno de los orcos para comerse los restos de este, empezando por las vísceras abdominales.

El ultimo en atacar fue el ogro, el cual realizó un buen golpe haciendo papilla al orco (*), pero la cosa no quedó ahí, rápidamente el trio de humano, rátido y enano aunaron ataques para despachar lo antes posible a los orcos antes de que tuvieran la brillante idea de colaborar entre ellos.

La colaboración del trio no se quedó atrás en comparación con la eficacia matando del ogro, se compenetró de una manera exacta, tanto que Harold vio la gracia de su dios en la hermosura de la sincronización, la rata cornuda había favorecido a su elegido con una habilidad antinatural en comparación con el combate anterior...ahora sabía lo que era ser un favorito de la gran rata y la gran diferencia que había con un skaven común, y Dokar pudo ver que ese derramamiento de sangre satisfizo a Hashut como afianzación del pacto que habían hecho la noche anterior.

En pocos segundos, el ogro ablandaba un orco que aún se resistía a saber que había muerto por manos de la rata al no saber que la estocada de este era totalmente letal a pesar de que la rata si lo supiera instintivamente, a tal nivel era la estupidez del orco común que no sabían si habían muerto. Por su parte, Dokar celebraba la victoria haciendo que su vítore contrastara con el agudo chillido de la rata. Ambos gritos despertaron al humano del extasis momentaneo de la muerte de los enemigos.

Los espectadores estaban atónicos, no habían visto un desenlace tan rápido en los días que llevaban de celebración, por lo que tardaron un momento en vitorear y aplaudir al cuarteto mientras también se deleitaban del espectáculo que daba el ogro comiendo.

El grupo de guardias encargados de escoltar a todos de vuelta les mostraban más respeto, esperando que el ogro cogiera lo que quisiera de los cuerpos de los orcos para comer y que los demás hicieran lo que quisieran mientras el público les seguía vitoreando y aplaudiendo. Con el tiempo, los ánimos se fueron calmando, y con ello la actitud del grupo que entró por propia voluntad satisfecho con lo hecho en la arena y saboreando las mieles de esta victoria.

El combate fue mucho más rápido y sangriento de lo que nadie esperaba, por suerte era la sangre de los orcos la que regaba la arena de combate.

Skreek nunca había probado la carne de orco, aunque esperaba que fuese tan correosa como la de los goblin. Pero debían sobrevivir y estar bien alimentados era el primer paso para ello, por lo que cortó un trozo de la carne del orco que el mismo había matado, descubriendo que no solo era correosa, sino que estaba mucho mas dura que la de los canijos pieles verdes.

Mientras devoraba el trozo de carne verde observaba al público, sin duda se acababan de convertir en los favoritos de muchos, lo que podía ser muy bueno si cumplían las expectativas, pero también peligroso en cuanto no lo hicieran.

Una vez en el interior se dirigió a sus compañeros, al menos a los que le entendían.

—Sí, sí, sí. Este el camino, sí. Una manada fuerte siempre vence.

No era buena, no. Pero sus mandíbulas estaban diseñadas para devorar la carne más dura, así que tampoco le resultó demasiado difícil devorar un orco entero. La mutación lo hizo todo más complicado, así que simplemente posó la cara sobre el orco caído y lo empezó a comer desde la frente. Era algo tedioso para los ojos, pero al cabo de un rato se acostumbró a evitar que la sangre le salpicara. Su compañero de grilletes se le unió, y juntos acabaron con un orco y parte (pequeña) de otro.

Una vez volvieron a las celdas, todos les vitoreaban, y Grogg se permitió hacerles un cumplido a sus compañeros.

- Para no ser ogros, luchasteis bien - le habían caído en gracia al público. Él sabía lo que significaba eso, era un ogro listo. Seguramente pudieran ganarse la libertad luchando, como él había hecho ya en el pasado.

Dökar estaba exultante, sintiendo en su interior que a su Dios le habían satisfecho los nuevos sacrificios, y además, el público estaba encantado con ellos. Eso era bueno. Si seguían así, pronto saldrían de allí. Cortando un par de piernas orcas, se las llevó como si fueran jamones curados, una en cada hombro, para devorarlas tranquilamente en la celda...aunque su idea era ofrecerle una al ogro y a la rata, como ofrenda de paz y amistad. 

Si no eran un grupo unido y fuerte, no sobrevivirían, y Dökar quería sobrevivir para poder tomarse su venganza contra su propio clan, su familia, los que le habían expulsado por meras nimiedades. - Son de mente corta, cerrada, bastardos cejijuntos...pero os enseñaré lo abierto de miras que soy yo, me burlaré de vuestras creencias, pisaré vuestras oraciones, me alimentaré de vuestros hijos...y luego os sacrificaré, uno a uno, a Hashut. Sí...eso voy a hacer. - rumió, mientras entraban en las celdas. 

- Tomad, comed tranquilamente, nos lo hemos ganado. - les dijo una vez dentro al Ogro y a la rata. Quizá sus palabras no fueran del todo entendibles, aunque la rata sí que le entendía perfectamente, pero el gesto era inconfundible. Luego se sentó y empezó a comer a bocados la pierna aún caliente, con una sonrisa siniestra en la boca, mientras pensaba lo que les haría a sus familiares cuando los atrapara.