Partida Rol por web

El ogro se tomó mas o menos bien las amenazas del guardia, o al menos, pareció dispuesto a seguir las indicaciones. Entonces le sonrio. Para después preguntarle por su nombre, eso era una buena señal para el skaven, ya que segun su experiencia, nadie se molestaba en preguntar el nombre de quien se iba a comer o iba a aplastar.

(Reikspiel) —Skreek me llamo, Skreek Garrafango. Estamos en un foso de lucha, así que supongo que estamos aquí para pelear/luchar. Nos querrán para entrenar a sus guerreros/barbaros del caos, si, si, si. Pero quien sabe, si somos fuertes/listos, igual sobrevivimos lo suficiente como para salir de aquí. Por cierto ¿como se llama mi nuevo compañero/amigo ogro?

Frunció el ceño al ver que el ogro le ignoraba y continuaba hablando con la rata. No parecía que comprendiera el norse, lo cual significaba que no tenían manera de comunicarse con él. A menos que... no, eso no era una opción; pero tal vez lo acabase siendo. Y a la porra con sus ancestros revolviéndose en sus tumbas.

(Norse)- Ya, la mayoría de humanos pensáis que los raki son un mito hasta que os muerden el trasero - desconocía las historias mencionadas por Harold, pero no le sorprendía que los skaven fueran un reto para los débiles guardias humanos. (Norse) - Solo son peligrosos cuando te atacan mientras duermes, cuando usan magia o venenos, o cuando te superan cuatro veces en número. Pero nunca los verás peleando de otra manera - Un raki solitario y desarmado no suponía un desafío, pero el ogro ya era harina de otro costal. Lo más conveniente sería deshacerse de la rata y alimentar al ogro con su cadáver para congraciarse con él, pero no iba ser posible con los guardias vigilando. 

(Norse, susurrado) - Lo mejor sería sobornarle, pero si tenemos que enfrentarnos al ogro procura mantener las distancias y golpearle los brazos y las piernas. Tienen la cabeza casi tan dura como los orcos -

Era reconfortante pensar en matar y en hacer sufrir a otros seres. Tras todos aquellos meses de cautiverio sentía la necesidad de desquitarse con alguien, lo mereciese o no. Pero tal vez no tuviesen que enfrentarse a sus compañeros de celda. Tal vez hubiese suerte y pudiese llevarse con él al infierno a alguno de aquellos condenados bárbaros, o incluso a alguno de los elfos encerrados en las otras celdas. 

Al parecer el ogro se comportó de una manera civilizada, al contrario de lo que el mutante esperaba, por lo que se marchó disgustado por no ver al ogro lamiendo el suelo o mordisqueando los barrotes.

El tiempo pasaba lentamente, y mientras os ibais conociendo un poco el multicultural grupo que se formaba en cada celda. 

Varias horas después, volvió a pasar el mismo mutante repartiendo el mismo tipo de comida, pero además esta vez gritó en unos cuantos idiomas algo de información importante. Habló en norse, imperial y bretoniano, todo un políglota el mutante.

!Atención escoria¡ los dioses decidirán mañana vuestro destino. Olvidad a vuestros dioses y abrazad a uno de los cuatro o vuestra posibilidad de morir será mayor cuando se os arroje a luchar. Ni se os ocurra hacer tonterías, estáis demasiado lejos de cualquier lugar al que halláis llamado nunca hogar, y no importa con cuantos podáis acabar por fuerza bruta, fuera habrá suficientes para aplacar un ejercito, y más os vale no morir cagándoos encima y tirando la espada pues los demonios no dejarán de atormentar vuestra alma en siglos si no les brindáis espectáculo suficiente.

!Haced gozad al príncipe del placer con vuestros excesos¡ !Regalad sangre al dios de la sangre¡ !Dejad cadáveres para el señor de las moscas¡ !Matad y salid libres inclinándoos ante el arquitecto del destino¡

Nadie más os escuchará aquí, rezad pues solo así saldréis de la plaza que os espera mañana.

El mutante os montó un numerito en varios idiomas y a vivo pulmón mientras repartía la comida para que todos y cada uno pudiera escucharlo. Si alguno no sabía que futuro le deparaba, sus palabras lo sacaría de dudas y solo daba un camino para salir, o siquiera para mantenerse vivo un día más pues no sabíais cuantos días serían en realidad batallas, sacrificios o si realmente las batallas serían los propios sacrificios, o tal vez os tocaría luchar unos contra otros pues aunque solo habíais visto un número limitado de celdas a ambos lados del pasillo, suponíais que había más puertas con muchas más celdas pues la cantidad que estabais en este conjunto de celdas no se acercaba a la cantidad de presas que había cuando llegasteis a la ciudad además de que ya había otro seres, humanos, elfos, etc en otras celdas antes de vuestra llegada.

Sea como fuera, y lo que decidierais en el limitado tiempo que os daban hasta mañana, solo podíais hablar entre vuestras celdas o a gritos con las de otros los cuales casi nunca contestaban. 

La conversación se ve interrumpida por el carcelero al que escuchó con atención, lo que dijo, lo que no dijo y el por qué.

-Doble ración de comida e disuadir de que intentásemos escapar es que nos necesitan para mañana para dar un espectáculo, nosotros no gastamos tanta comida con los esclavos y les invitamos a que traten de escapara para tener un poco de cacería.  No es que les vaya a pasar nada fatal si no lo hacen, no tan fatal como a nosotros, claro.

Par la druchii, el tiempo de socialización con las demás razas finalizó y había el llegado el momento de tomar una decisión: o buscar un modo de huir o aceptar el destino que les tenian deparado a todos. 

-Puede que a otros se les de bien ser bueno prisioneros, mansos y resignados pero la verdad es que no es un estilo de vida que me encaje. -suspiro- ¿Me ayudais a buscar una fisura en la celda? ¿O a montar una pantomima para que el carcelero nos abra la puerta?

Poco a poco fue comprendiendo, sobre todo al ver las caras de disgusto del enano, que la conversación la tenía para él y para los otros ocupantes de la celda. Cuando llego a esa conclusión le dio por reír.

(Norse)-Pareces preocupado por el ogro y lo que le puede estar diciendo la rata esa que ha comido demasiado. Están hablando en Reikspiel, el idioma del Imperio, sabe los cuatro dioses como las han aprendido, aunque los ogros no son extraños en las unidades mercenarias del Imperio. La rata tiene tan poco aprecio por tu raza como tú por la de ella y creo que está intentando poner al ogro en tu contra. A mí también, al parecer, me encuentra deseable, aunque no como las rameras de Marienburg me temo. Y si, por lo que oigo, son tan retorcidos como dices, parecen bien inteligentes. Supongo que hay que serlo cuando eres tan canijo.

La visita de su carcelero y ver lo que se les venía encima le dejo un poco pensativo.

(Norse)-Lo de pelear parece que no va a ser opcional y parece que tenemos que encomendarnos a uno de los cuatro dioses. Para mí no es complicado, no te puedes imaginar como es mi cultura al respecto, todos los lerdos imperiales que creen hacer algo excitante con sus roces con el Caos deberían viajar al norte de vez en cuando- Aquí se quedó pensando unos segundos y murmuro-O mejor no y no pondrán en estos aprietos a inocentes guerreros norse.-y prosiguió en voz más alta-Si algo he aprendido de dioses, aquí y allí es que los cuatro existen y que su poder es real. He visto invocar a otros dioses y sinceramente no he visto su poder. No se cómo será de difícil dar ese paso para ti, los de otras razas parece que tienen mucha fe en los suyos. Mi pueblo valora la fuerza y los cuatro la tienen. Es más, al contrario que la mayor parte de mis paisanos no creo que el señor de los cráneos sea el más poderoso, eso lo vi en el Imperio, por poderoso que sean sus guerreros, otros tienen grandes guerreros que les pueden hacer frente pero el señor del placer…¿Quién se puede resistir a su poder?, ¿Quién da mayores recompensas?. De todas maneras salir vivos mañana va a ser muy complicado, todos tendremos que hacer elecciones complicadas, quizás, seria inteligente llegar a un entendimiento con esos dos de ahí. Si no aporta mucho la rata, por lo menos que no tenga que mirar por encima del hombro y si aporta al ogro a la lucha, ya de por si, es valioso. Si presentamos un frente unido quizás consigamos sobrevivir lo suficiente para que nos consideren valiosos. Piénsalo, todo.

El rátido se agazapó cuando escuchó gritar al mutante carcelero, pero cuando se dio cuenta de que les estaba dando un discurso se enderezó nuevamente con curiosidad. Su teoría de que les harían pelear era correcta, aunque aun quedaba ver contra quien.

Le extrañó que les dijesen que debían cambiar sus dioses por uno de los cuatro grandes, el era un hijo de la Rata Cornuda, que además estaba representada en la ciudad. Aunque tampoco tenia grandes problemas en adorar a uno de los cuatro dioses del caos, eso no era excluyente de adorar a la Gran Rata, aunque esta era una deidad bastante celosa.

El padre Nurgle era la opción mas previsible, pero le recordaba demasiado al clan Pestilens y eso no le gustaba. El dios de la sangre no era buena opción, sus guerreros eran locos que se lanzaban de cabeza al combate y esa no era la forma de luchar de los skaven. Quizás alguno de los oros dos podían ser buena opción, ni si quiera era capaz de pronunciar sus nombres, pero eran dioses mucho más taimados. Aunque pensándolo bien, tampoco es supiese realmente mucho de ninguno de los cuatro, ni siquiera sabia gran cosa de la Rata Cornuda, salvo que era el dios de todos los skaven.

Aunque en aquellos momentos lo que realmente le preocupaba era sobrevivir a los combates del día siguiente, si cualquiera de los cuatro o cualquier otro, le ayudaban a hacerlo, lo adoraría encantado.

Tras irse en mutante, y con groog lamentando la escasa comida que había, el más curioso de todos vio a un lejano primo. Una pequeña rata que deambulaba por las celdas, pero eso no era lo interesante, lo interesante es lo que podía ver en ella.

Era un rata común, tal vez más pequeña que el resto de ratas, claramente mutada con 3 colas, sin ojos en el ratuno rostro, 6 patas que usaba para desplazarse de forma rauda, llena de llagas y con 2 diminutos cuernos coronados por un fragmento puro de piedra de disformidad incrustado en su pequeño cráneo y que hacía parecer que eran 3 los cuernos. 

El fragmento de disformidad no brillaba, era negruzco y se podía deducir que era muy antiguo y a veces humeaba un poco con un desagradable olor haría vomitar hasta el ogro de tripa más dura y sin olfato, pero que al skaven le olía a un delicioso aperitivo. Y al contrario de que podría pensarse, se infiltró en vuestra celda con silencio y cautela en su rauda marcha parándose ahí a descansar.

(Reikspiel) Estas cadenas son bastante limitantes para hacer una pantomima, y por lo que parece no le importamos más que como sacrificios en combate, por lo que seguro que el fingir una enfermedad o la muerte no resultará más que un divertimento más dejando al superviviente atado a un lastre.

El alto elfo le contestó a la Druchii con la que se veía obligado a compartir celda. Estaba claro que no era de su agrado compartirla con ella, pero tampoco lo era estar aquí, con una elfa oscura, un enano y lo más tolerable, un humano. 

A saber que bestia del caos nos tienen preparada. Pero por ahora escapar no es una opción factible, sino el enano ya estaría usando nuestras cabezas para abrir un hueco. Creo que lo más lógico por ahora es mantener la calma, prepararse para luchar y hacer lo imposible para sobrevivir. Quien sabe si camino a la plaza o donde sea que nos lleven estaremos sin cadenas y armados, y puede que ante cientos de enemigos tengamos más posibilidades de al menos morir honorablemente y una mínima de que uno de nosotros salga vivo.

Las palabras del elfo sonaban pesimistas, estaba claro que ser capturado le había supuesto un trauma para él junto con todo lo ocurrido, pero al menos tenía pensado morir con un arma en mano, aunque una pequeña pizca de esperanza se vislumbraba en sus ojos firmes ya que al menos sería armado y tendría aunque fuera la más minúscula de las oportunidades de tratar de huir de este infierno en vida.

(Reikspiel) Sea lo que sea lo descubriremos mañana

Contestó el enano al elfo aunque sin ganas de hablar con un elfo y estando más centrado en conservar la energía para los futuros combates a la par que miraba a la elfa y negaba con la cabeza sus ideas de fuga.

La atención de Skreek se centró de repente en aquella pequeña rata que se paseaba por el lugar, aquella rata mutante con aquel trozo de piedra bruja incrustado en el cráneo, para él estaba muy claro, la enviaba la mismísima Gran Rata Cornuda.

La observó entrar en la celda y permaneció mirándola un rato, por suerte para él nunca había pasado demasiado cerca de ningún vidente, por lo que no sabia gran cosa de ceremonias o mensajes divinos. El trozo de piedra bruja se le antojaba delicioso, pero comerse un enviado de su dios podía ser algo blasfemo, quizás tenía que alimentarla y cuidarla para que le diese suerte. Aunque por otro lado, la Gran Rata Cornuda era la primera que devoraba a sus hijos si no la contentaban, o eso era lo que siempre había oído.

Finalmente decidió que aquel trozo de piedra bruja se veía demasiado delicioso, además aquello era algo que daba poder a los skaven, pero a lo que uno de su posición nunca tendría acceso. Así que se abalanzó sobre el pequeño roedor, agarrándolo con ambas manos y llevándoselo al pecho para que los demás no viesen lo que hacía. La rata se revolvió, lanzando mordiscos y arañazos al skaven. Hasta que Skreek le lanzó una dentellada con sus afilados incisivos a la cabeza, partiéndole el cráneo y arrancando el trozo de piedra, tragándosela de golpe para después dar cuenta del resto del roedor.

 Dökar escucho con ánimo sombrío las palabras del carcelero, pero tampoco dejo que eso le quitase el apetito. Al día siguiente iba a necesitar todas las fuerzas que le quedaban, por pocas que fueran.

(Norse) - Puede que tengamos que luchar junto a ellos o puede que tengamos que luchar contra ellos, aún no lo sabemos. Incluso puede que tengamos que enfrentarnos tú y yo. Pero si entiendes el idioma que utilizan habla entonces tú con ellos, humano - Empezaba a cansarle la incesante verborrea del nórdico. Cerro los ojos y se apoyo en la piedra, como si fuera a quedarse dormido allí sentado. Pero tenía demasiado en lo que pensar.

Uno no puede renunciar a lo que nunca ha sido suyo, y los dioses de los enanos nunca habían sido los suyos, no realmente. Incluso los débiles dioses de los débiles humanos eran más útiles y atentos. ¿De que servían unos dioses que no concedían poder alguno a sus sacerdotes, ni ayuda o protección alguna a su fieles? Tan solo eran figuras distantes de hosca santurronería, recordatorios permanentes para toda la enanidad de que no daban la talla y de que nunca serían lo bastante virtuosos, nunca serian dignos. Bueno, pues en lo que a Dökar respectaba podían coger todas sus virtudes inalcanzables y metérselas por donde nunca daba el sol.

Todas las historias y leyendas prevenían en contra de caer en la adoración de los poderes ruinosos. Sus cantos de sirena prometían poderes infinitos a cambio de serles fiel y rendirles culto; pero ocultaban la realidad de una vida de esclavitud, plagada de "dones" malditos y "regalos" envenados, que no conducía sino a la condenación eterna. Pero él ya era un esclavo y, según su gente, ya estaba muerto y condenado eternamente. Y sin duda podría darle uso a unos pocos regalos y dones, por malditos o envenenados que estuviesen. Sobre todo si eso le hacía salir con vida de allí.

Aquella había sido la palabra clave. Dökar no tenía inconveniente en regalar sangre o cadáveres, siempre que fuesen los de otros, y disfrutaba de los excesos como el que mas. Pero por encima de todo quería ser libre, sin importar a quien tuviera que matar para ello, ser dueño de nuevo de su propio destino.

 - Bien arquitecto del destino, parece que tenemos un trato. Matare en tu nombre si con ello obtengo la libertad. ¿Y quien sabe? Tal vez siga matando si con ello sigo obteniendo más cosas... - 

Absorto en sus pensamientos el enano ni siquiera reparo en la apestosa y mutada alimaña que se escurría por el suelo de la celda.

Tras devorar la cabeza de la rata, el eskaven tragó casi sin masticar la cabeza, pero antes de dar cuenta del resto del mutado cuerpo de la rata cayó al suelo convulsionando y saliendole espumarajos verdes por la boca. Durante unos segundos de intenso dolor de cabeza que apenas lo sentía por las convulsiones, 2 protuberancias brotaron de su cabeza y apenas un momento después de eso las convulsiones pararon y el aturdido skaven  volvió en sí con una nueva visión en su cabeza.

Tras morder y tragar la cabeza de la rata, sentiste un terrible dolor proveniente de la piedra bruja que pasaba por tu garganta quemando la, segundos después perdiste la consciencia y te adentrarte en un oscuro túnel al estilo skaven donde te hallabas solo en la terrible oscuridad hasta que el resplandor de la más pura de la piedra bruja te cegó y apareció ante ti una enorme rata demoníaca con cuernos con báculo y túnica, era como siempre había pensado que era la gran rata cornuda, poderosa, gigantesca, más intimidante que todos los señores de la guerra y vidente grises que hayas visto nunca juntos.

- (Chillones) Debes ser el skaven/siervo más afortunado-bendecido de este siglo. Usa todo lo aprendido y por aprender para sobrevivir y mostrarme a mi, tu Dios/amo, que he elegido bien. Apoya y guía a todas las cosas presas que sobrevivan contigo para enseñarles mi supremacía ante los otros dioses cosas del caos, aunque debas mentir/adorar a esos farsantes para que te bendigan también como a sus elegidos cosas humanas. 

-No importa los planes de los otros dioses cosas. La supervivencia -victoria al final será de la gran rata cornuda. Sobrevive-confabula con las otras cosas presas y funda tu propio reino/nido al sur. Sé un elegido/poderoso señor skaven. Demuestra que no pierdes/desperdicias el don que te he dado.

Su aguda, retumbante y chirriante voz por momentos parece que te va a hacer estallar la cabeza donde cada una de sus palabras te graba con un fuego verde hasta que tú mísera presencia no aguanta más cayendo por el tunes como si de un pozo se tratara hasta que antes los ojos y aún sientes la sangre tibia de la rata en tu mano y entumecimiento junto con espuma verde en tu boca.

(Reikspiel).-Todavía no sabemos ni siquiera donde estamos, huir ahora sería una locura, combatamos contra lo que nos pongan delante y ya empezaremos a idear algo cuando tengamos más información.-comenté viendo que empezábamos a estar en sintonía en cuanto a lo que hacer, aunque no hubiera muchas ganas de hablar para algunos, incluso en esa situación, las rencillas raciales estaban a flor de piel, aunque no se dijera nada. 

Apenas cerraste un segundo los ojos dispuesto a descansar cuando una gran oscuridad te envolvió dejándote en un mundo vacío, sin nada más que un pedazo de tierra similar al de la celda donde estabas hace apenas un segundo y con una tenue luz a tu alrededor dejando entre ver qué solamente lo que estaba a tu alrededor existía.

De la oscuridad, una cambiante llama rosa y azul danzaba hacia ti hipnotiza dote con su titular hasta que un río de sangre y cráneos quiso chocar contra la llama para apagarla iniciando una lucha.

Pero la lucha no duraría mucho.

Una bota negra de piel irrumpió en la lucha moterializandose tras ella una brillante armadura de gromril blanco y negro ante la que huyeron la llama y el río.

La armadura llevó su enguantada mano al yelmo y levantó la visera dejando ver tu rostro para acto seguido sentarse en un trono de craneos, junto al trono diablillos seductoras suplicaban tus atenciones y en ambas manos sujetaste una llama como la de antes enjaulada, junto a un enjambre de plaga. Esa visión acabo contigo riendo y volviendo a la oscuridad que comenzaba a clarear; cuando de repente volvió a enegrecerse todo de nuevo en aquella oscuridad, solo que la luz que había antes a tu alrededor paso de ser natural a luz de un fuego, como si tú fueras la propia llama. A su vez, otra llama igual , titilante, surgió en la oscuridad acercándose a ti.  Cada vez las llamas eran más grandes y más intensas dejando ver la cabeza astada de un enorme toro del cual sus ojos y fosas nasales expelia ese fuego.

- (Kazalid) Enternecedor ver que intentan reclutar te, hasta el renegado. Pero él no es tu familia. Tiempo ha otros enanos fueron abandonados y todos hicieron lo mismo que tú. Suplicaron a los 4 grandes, pero no acudieron, ni tan siquiera el renegado acudió. Pero yo los recogí en mi seno, les di el poder para dominar al caos, no para servirlo. Ahora tus parientes reniegan de ellos, pero aquella tribu enana ahora son temidos en todos los desiertos del caos. Te ofrezco el mismo trato, sin servidumbre ni esclavitud al caos. Sólo poder para dominarlo y poder hacer con tu vida lo que quieras, poder para dominar, poder para crear tu clan, tu trono, tu reino, al igual que tus antepasados hicieron en el norte tu lo harás en el sur. Serás recordado, amado y temido, respetado y envidiado. Y yo solo te pido que riegues mi palabra por el mundo, que hagas mi poder tu poder y que te labores tu propio destino. Doblega el caos, sigue siendo un enano, vuélvete un rey dios en mi nombre.

Súbitamente despertaste abriendo los ojos viendo que apenas había pasado unos segundos y que el skaven también despertaba de su viaje psicotrópico de rata mutada con piedra de disformidad.

El ogro simplemente se echó a dormir, ignorando al resto. Se dio la vuelta de forma que no vio a la rata, ni tampoco a Skreek comiéndosela y su mutación. Con suerte, descansaría hasta la siguiente comida, o hasta que los sacaran a luchar. Cualquier cosa valía... De hecho, la opción de la lucha le parecía más apetecible, pues así podría comer más que la miseria que le habían traido.

Observo con bastante asco como se comía la rata, y en su cabeza se preguntaba si eso no era canibalismo, pero pensó, también, que con el suficiente hambre podría haber sido el quien comiera esa rata.

Pero se asombró al ver los cambios en Skreek. A ver, no eran excepcionales las mutaciones en el norte y también había visto algunas en Marienburg en las reuniones clandestinas, menos y llevadas con discreción pero jamás había visto como se producían.

Aunque no parecía que fuera un gran regalo de los cuatro lo cierto es que esos cuernos le hacían parecer algo menos ridículo y por lo que contaba el enano no podía fiarse de las apariencias.

(Reikspiel)-Muy impresionante Skreek, ya veo que no has dudado mucho para hacer tu elección y escoger los regalos de los cuatro. Y si, hablo este idioma también, una temporada pasada con los sureños. Perdonad que haya escuchado vuestras conversaciones pero no susurrabais y la celda es lo que es. Te aseguro que debo saber muy mal. Nadie ha considerado comerme y será por algo. Aquí a lo mejor las cosas cambian. Parece seguro que nos van a sacar a luchar, no sabemos cómo, si la lucha es individual pues tendremos que matarnos los unos a los otros y poco más hay que hablar. Pero si la lucha es más general seguramente sería buena idea formar un frente común. Tendríamos muchas más opciones si no tenemos que estar mirando por encima del hombro, al menos al principio. Después ya veríamos. Supongo que puedo convencer a mi compañero, que tiene tan mala opinión de ti como tu de él. Pero las cosas están, aquí, son bastante diferentes. Supongo que Groog vera ventajas en una alianza que puede traerle más comida. Al fin y al cabo, cuatro cosechan mas que uno y ni mi compañero ni yo somos, en condiciones normales, de comer a los caídos. ¿Como lo ves?

Aquella visión era terrible, su voz apabullante y sin embargo, también fascinante. Durante todo en tiempo que duró aquella visión el pequeño Skreek permaneció postrado, temblando de miedo, pero también de emoción. Él, un simple skaven entre los millones de skaven mundo, había llamado la atención de la Gran Rata Cornuda, no solo eso, le había otorgado su bendición.

Tan rápido como había llegado allí, había vuelto al mundo real y allí, con la cara pegada al suelo y la boca llena de espuma, consiguió balbucear una sola cosa.

—Así se hará.