Partida Rol por web

Pasadas más de dos horas de viaje, tal y como había dicho el soldado, podía notarse como los tanques deceleraban y giraban por algun camino algo mas inestable. Acto seguido la radio del soldado que os acompaña sonó, era una comunicación al parecer de la lider del convoy con alguna central.

<<Aqui la sargento Nathalya Brightman a bordo del convoy Fourhope solicitando entrada, transmitiendo codigos de acceso por linea 601>>

<<...>>

<<Solicitud de entrada confirmada... bienvenidos de vuelta a casa, FourHope>>

<<Es todo un honor, central>>

Quizá la ultima frase de la sargento no sonó tan militar, sino mas bien con un toque de emoción y aunque no se le podía ver por el casco, el soldado que acompañaba a los superviviente sonreia al igual que el resto de soldados del convoy.

Luego la sensación era de que el tanque se movía sobre una superficie metálica y con mucho eco, ya casi parados comenzaron a oirse algun tipo de maquinas hidraulicas alrededor, y tras dos fuertes zarandeos, la radio del soldado volvió a sonar.

<<Asignada ruta de descenso tres, ¿Traen personal no militar?>>

<<Cuatro civiles, central, preparen un reconocimeinto>>

<<Solicitud confirmada>>

De pronto una sensación de vació dentro del vehiculo indicaba a los presentes que estaban descendiendo y por el sonido podría afirmarse que era algun tipo de plataforma con railes. El soldado se levantó y fue a donde estaban los supervivientes rescatados, estiró el brazo para agarrar una manilla en una de las paredes del tanque y tiró con fuerza, retirando una placa metálica tras la cual había un grueso cristal en una abertura estrecha que permitía ver hacia el exterior. Una vez abierta se giró a los presentes.

-Bienvenidos a su nuevo hogar, bienvenidos a Elysium.

Lo que se podía ver a traves de esa pequeña ventana superaba las espectativas de cualquiera, era una obra de tal magnitud que incluso contando con la tecnología existente antes del gran terremoto, era dificil de creer. Un gran espacio bajo tierra, una cupula de varios kilómetros de diametro, sobrecojedora, grandiosa, espectacular. En el centro estaba el edificio mas llamativo, una enorme construcción en forma de piramide y otra estrecha y vertical al lado, alrededor había mas edificios, un gran lago y bosque alrededor. En comparación al desolado paisaje de la superficie durante los ultimos 10 años, en verdad podría parecer un paraíso.

Estaba atardeciendo, por los pocos pero enormes accesos de luz solar entraba luz anaranjada que daba una visión casi mistica de aquel bastión oculto. El convoy bajaba en una especie de tranvía montacargas que descendía por la pared de la faraónica cupula.

La luz que entraba por la pequeña ventanilla se reflejaba en el casco del soldado, que estaba de pie, estatico observando el paisaje, con una mano agarrandose a un asa del techo y con la otra cerrando el puño a la altura de su corazón, en un gesto disimulado pero con mucho trasfondo.

  No pude evitar agolparme contra la ventanilla para observar, podía dar la impresión desde mi espalda que estaba completamente maravillado, emocionado, inquieto por bajar, por ver todo lo nuevo que deparaba aquel camino, aunque había permanecido musitando cosas inaudibles y en quietud ahora podría reflejar cierto nerviosismo o espectación puede que incluso...esperanzas.

  Mi nariz casi llegó a tocar con el cristal, mis ojos ascendían con su mirada hacia arriba, a los lados, a la sustención del convoy en su marcha, mis labios eran inapreciables en el reflejo de la pequeña ranuda por la que se colaba la luz, puede que dibujasen una sonrisa o simplemente estuviesen sellados, inexpresivos, lo que si podía verse con claridad era el reflejo nítido de mis ojos, curiosos desplazandose para no perder detalle aún cuando mis párpados estaban abiertos sólo hasta media altura, quizás presa del cansacio.

   Coloqué las manos sobre la pared del vehículo, aferrandome con fuerza. ¿Es qué había otro mundo allá fuera?

 Fruncí el ceño...y emití un suspiro que anunciaba mi debilidad,tenía hambre, estaba sediento y hacía días, quizás en mi mente, meses, que no tomaba un descanso de más de cinco minutos, que no dormía, las ojeras eran profundas y marcadas , puede que aquella imagen hubiese acabado por terminar con lo que podía soportar.

  Sin más..dejé caer mi trasero contra el asiento, dirigí la vista al suelo, escondí las manos en la gabardina hasta hacerlas desaparecer e, inspirando no muy discretamente por la nariz y expulsando el aire por la boca recuperé de nuevo la misma postura y posición que hubo conservado todo el viaje.

  ...Estamos condenados...esto sólo hará que se enfaden más...sólo es cuestión de tiempo que lo encuentren....sólo es cuestión de tiempo que lo destruyan...

 La fría lógica no suele ser optimista, suele ser cruda...como la realidad. Quizás las cosas fuesen diferentes dentro del corazón de aquel muchacho...

Ryan no pareció muy satisfecho con la respuesta del soldado, pero no dijo nada.

¿Ni del ejército ni del Gobierno? ¿Entonces de dónde han salido, del espacio?

...

Bueno, igual sí. Después de todo, creo que debía ser el único sitio seguro.

Miró a Max y sonrió tranquilizadoramente, revolviéndole el pelo, y saludó a la mujer y al silencioso muchacho cordialmente, hasta que escuchó la conversación.

Hay que joderse, veinticuatro años con una metralleta en la mano y una placa al cuello, y resulta que soy un civil.

Pfff...

Entonces el tanque pareció empezar a 'caer' por unos raíles, y Ryan vio cómo el soldado se levantaba y les abría una ventana... una ventana a un lugar con un aspecto... verdaderamente maravilloso.

¿Qué...!?

Ryan no daba crédito, ilusionado, alucinado, e hizo un hueco a su hijo para que viera. Mira, Max... un... un lago, y bosques y... ¿Qué...? ¿Qué es este lugar...? Max no veía un bosque desde que tenía seis años, y mucho menos un lago, como mucho el mar, y los restos calcinados y arrasados de Central Park.... o en fotografías y vídeos recogidos en algunos refugios.

Si su padre lo había hecho alguna vez, Ryan no lo recordaba, pero él sí quería llevar a Max a pasar un día relajado si le era posible. ¡Qué diablos! ¡Él también necesitaba un día libre!

Entonces, casi de repente frunció el ceño cuando pensó en algo
¿Y cuánto hace que está operativo?. Demonios, a dos horas de las afueras de Nueva York, y han tardado cuatro años en recogernos..? ¿Porqué tanto!?
Se giró hacia el soldado y preguntó

¿Cuánto hace que está esto en marcha? ¿Y cuánto que están recogiendo gente?

Esperaba que a esas preguntas sí las pudiera responder.

Balakia levantó de nuevo la vista entornando los ojos cuando la luz anaranjada del atardecer entró a raudales por la apertura que hizo el soldado y sus cejas se enarcaron ligeramente. Pareció hace run esfuerzo por levantarse y dirigirse al cristal, apoyando un brazo sobre él y la frente en éste.

"¿Elysium?"

Hacía años, demasiados años que no veía un bosque, demasiados que no veía vida en lugar de destrucción. Demasiados... Aunque su cara no parecía ilusionada, si no más bien ligeramente melancólica por aquello.
Negó imperceptiblemente con la cabeza. ¿Resulta que había sido construído un nuevo bastión humano bajo tierra? ¿tan inmune lo consideraban a ser descubierto por los demonios? ¿tan diferente sería del Vaticano o de cualquier otro? realmente le habría gustado creer en que aquello era cierto, se habría forzado a creer en que aquello era cierto, pero después de todo por lo que había tenido que pasar y lo cansada que estaba le resultaba demasiado dificil... tener fé en algo.

Fué entonces cuando en su rostro se dibujó una expresión más bien sombría y su otra mano rozó acariciando con la punta de los dedos la espada que colgaba de su cinturón con aire ausente.

"Parece que las cosas siguen poniéndose oscuras... " suspiró hondamente cerrando los ojos "...hasta con toda esta luz"

Volvió a abrirlos y en ese instante el hombretón con el muchacho que había sido recogido el último, dijo algo que a ella le rondaba también por la cabeza lo que provocó que mirase en aquella dirección.
 

Ryan:

"Buena pregunta..."

El soldado permaneció de pie preparado para abrir la escotilla de atras del tanque para salir en cuanto se detubieran.

-El FourHope lleva haciendo misiones de rescate dos meses, es la segunda vez que vamos a Nueva York, la primera el convoy fue atacado y tubimos que retirarnos, respecto a Elysium, le darán información mas detallada...

El montacargas que transportaba los tanques del convoy se detubo y el tanque volvió a zarandearse, la radio del soldado sonó de nuevo.

<<Hangar uno>>

Al fin el soldado abrió la escotilla, aquel hangar era realmente enorme y los 4 tanques estaban aparcados a la misma altura, de todos comenzaron a salir los tripulantes, muchos otros soldados acudieron para recivir a sus compañeros, muchos se abrazaban y se daban la mano, tambien muchos, entre ellos el soldado que os acompañaba se quitó el casco para saludar a sus recividores, tenía el pelo muy corto, con todo el aspecto de un marine americano, era bastante joven.

Entre los que se acercaban a los tanque se podía distinguir una mujer bestida con un traje blanco que se acercó en primer lugar a hablar con otra mujer de entre los soldados del convoy, la cual señaló hacia vosotros, luego aquella "doctora" se acercó para reciviros.

-Bienvenidos, soy la doctora Elisabeth Sunders, supongo que estarán cansados del viaje, vengan, haremos un reconocimiento medico rapido y luego podrán comer algo.

Comenzó a andar esperando que la siguieran. Tras recorrer casi de punta a punta el enorme hangar, el grupo entró en un pasillo que terminaba en una sala donde se efectuaban los escaneres medicos.

-Bien, pasen de uno en uno.

Luego en la sala se escuchó una voz que salia por algun pequeño altavoz dirijiendose a la doctora. Era un hombre que estaba tras un cristal al fondo de la sala, parecía ser el encargado de los escaneres.

-Todo listo doctora.

Aquel proceso duraba apenas un minuto por cabeza y por las reacciones de ambos no parecía haber nada anormal. Tras escanear a cada uno, la doctora Sunders os condujo a la siguiente sala, era un comedor bastante grande, en uno de los extremos había un cocinero preparando comida y poniendola a disposicion en una especie de buffet libre, para que cada uno pasara con la bandeja y se sirviera. La doctora se quedó a la puerta y dijo antes de irse:

-El general vendrá ahora a informarles, tendrán los resultados médicos en breve.

Sin mas cerró y los dejó en aquel comedor en el que facilmente había sitio para un batallón, cuatro personas no llenarían ni la mitad de los asientos de una sola de las mesas.

  Con parsimonia avanzó, parecía drogado, cualquiera diría que lo estaba. Sus pasos eran débiles, mas no pidió ayuda para sortenerse en pie por cuenta propia. Zarandeó la cabeza una única vez, quizás para despertar, su gabardina estaba realmente sucia, como sus mitones, sus manos adultas no impedían que en sus ojos se viese la inocencia de un crio, apenas habría logrado la mayoría de edad aunque su estado era mucho más degradable que el de aquel muchacho que acompañaba al que podría suponerse su padre o mentor.

   No necesitó mucho tiempo para empezar a servirse cosas directamente a la bandeja, ni platos, ni cubiertos, ni utensilios para limpiarse, todo directamente a la bandeja, iba rápido sin embargo los movimientos de su mano derecha eran torpes al servirse la comida con los cubiertos a la disposición de las bandejas de comida. Pasta, carne, pescado, hortalizas, cogió un poco de todo, cuando la bandeja estaba a punto de rebosar, se dio media vuelta, en silencio, absorto en sus pensamientos, con aspecto de poder caer rendido allí mismo. Dejó su trasero contra uno de los asientos, no muy lejos de la comida a disposición de todo el mundo, colocó la bandeja muy cuidadosamente sobre la mesa. Sus parpados se mantenían a media altura, su mirada clavada en la comida. Se tomó sólo un suspiro para desacerse de los mitones, dejandolos a un lado de la mesa. Los observo un instante..

  Quizás no vuelva a necesitarlos...

 Y sus manos cayeron como un demonio sobre un grupo de humanos sobre la comida, cogiendo la pasta entre sus dedos para llevarsela a la boca, se agachaba, inclinando la cabeza hacia la bandeja, practicamente para comer directamente de ella, empujaba los alimentos hacia sus labios donde la lengua los recogía, apenas masticaba y todo apuntaba a que si seguía así se atragantaría.

  Sus ojos despertaron pronto por el ansia de comida, y sus movimientos se volvieron más rápidos y precisos.

 - Mmm..Mmm..Mmñ - Murmuraba mientras movía la boca masticando, miraba a los lados, con muchisima curiosidad mientras lo hacía y luego volvía a al ataque. La mujer, el hombre y el niño despertaban su curiosidad y no tenía reparos en mirarlos a los ojos directamente, pero en general todo en aquel lugar le resultaba fascinante, sobretodo...¡la comida!

Ryan asintió, sin dejar de mirar con detalle por la ventana.

Dos meses.... bueno, en cuanto pueda, me uno a éste o cualquier otro convoy para rescatar supervivientes. En su seno sabía que los Estados Unidos ya no significaban nada, pero si incluso se negaba a admitir que ya no era un soldado si no un civil superviviente... ¿Cómo iba a aceptar dejar la lucha? Aunque era la principal razón, no luchaba solo por su hijo, habían otras muchas personas ahí fuera que debían ser salvadas.

Aún emocionado, bajó del blindado y observó con agrado la camaradería con que se trataban aquellos soldados de "Elysium". Una punzadita breve de envidia le recorrió al recordarse a sí mismo en situación similar, tiempo atrás.

No se separó de Max, que lo miraba todo francamente atónito. Incapaz de recordar demasiados detalles del mundo antes del 2131, ese lugar se le hacía... extraterrestre.
Cuando llegó la doctora, Ryan se irguió y escuchó, sonriéndola con agradecimiento.

Pasaron el test médico, y con sus escasas pertenencias llegaron al comedor. Pese a lo aparatosa que pudiera parecer, la coraza de combate no era tan molesta como para tener que quitársela, y aún así lo hizo, al menos la parte del torso. Poder quitársela con tranquilidad, daba una gran sensación de libertad.

Vamos Max, aaaa comer! Se sirvió al principio no demasiado, por no acaparar, pero cada vez que miraba, se echaba un poco de otra cosa.

Demonios, ¿Hace cuánto que no pruebo de esto...? Y... esto ya no sé ni cómo sabia, joder qué hambre me está dando!

 Papá, ¡esto es un sueño! ¡No habia visto tanta comida en mi vida!! -Exclamó Max, llenando su plato hasta los topes.

Jajaja, y que lo digas!
Por supuesto, hacía diez años que no se paraban a comer en un 'bufé'.

Con los platos llenos, se sentaron junto al otro chico, y Ryan le miró un momento.
Ninguno de los dos ha dicho media palabra desde que han subido a bordo. Los hay que... lo han llevado bastante mal, por lo visto.

Tampoco era exactamente cierto que no hubieran dicho nada, pero al menos Ryan no los había oído. Luego miró a la muchacha que tan bien lucía, mientras se servía su bandeja, y sonrió un poco levantando las cejas para sí mismo.

Hey, aún quedan cosas dignas de ver en el mundo...
Rió un poquito entre dientes, de veras estaba más animado.

Mientras la mujer llegaba, dio una palmadita al muchacho que comía ansiosamente, mientras su hijo lo hacía también, aunque con cubiertos.
¡Eeeh muchacho, vas a atragantarte...! Calma, que no te la quita nadie, jajajaja

La mujer llegó con ellos, y Ryan la saludó con la mano mientras empezaba a comer, con más apetito a cada bocado que daba.
Espada... mmm... desde luego no parece una Templaria.
Mientras comía iba pensando, recordando a algunos de sus compañeros templarios, y cómo a menudo eran de los primeros en 'pringar', inevitablemente.

Tras echar un trago de agua limpia y 'saborearla', habló a la chica.
¿Espada, mmm? jeje, yo andaba tan acostumbrado al rifle de asalto que no me dediqué a probar armas nuevas, que no estaba la cosa como para experimentar. ¿Qué tal van realmente esas cosas?

Por cierto, me llamo Ryan, y él es Max.
Miró a los dos desconocidos, como si la presentación fuera para ambos.

Balakia bajó del vehículo también, giraba la cabeza suavemente de un lado a otro, mirándolo todo, había pasado tantísimo tiempo entre las ruínas de la civilización humana que un lugar en perfecto estado parecía casi una alucinación.

"¿Dos meses en hacer esto? si claro, y yo soy la que da el tiempo por la tele..."

Sus movimientos eran algo lentos, cansados, pero elásticos y sin torpeza no obstante. Caminó detrás del chico que parecía más bien un zombi deambulante y del hombretón acompañado por el que debía ser su hijo. Muy pocos tenían la gran suerte de conservar algo tan valioso.
Tras el extraño escaneo les dejaron en una sala repleta de mesas por la que flotaba un olor a comida que hizo rugir las tripas de la muchacha de cabello azabache, se llevó una mano al estómago con disgusto como si se estuviese regañando a si misma mentalmente pero no tardó en coger una bandeja.

"Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que tomé algo... sin preguntarme antes si sería comestible"

El recelo por aquél sitio podía esperar, estaba hambrienta y su cuerpo le pedía a gritos algo de nergía aunque ella sí se tomó unos segundos para coger una servilleta, un cuchillo y un tenedor.
Se hizo con tres grandes y jugosos pedazos de carne humeante de una fuente de asado con guarnición de patatas que era perfectamente comestible con los ojos... por un momento pareció que no fuera capaz ni de sostener la bandeja con los brazos puesto que al levantarla, el vaso de agua que también puso en ella temblequeó un poco. Pero aun con todo la llevó hasta la mesa donde se sentó junto al tipo que antes había declarado ser ex-militar.

No tardó en empezar a comer, tenía la sensación de que si pasaba un solo minuto más oliendo aquel manjar sin hincarle el diente, se desmayaría. Aunque ella se mostró algo más discreta, no comía con tantísima avidez pese a que ganas no le faltaban, de hecho esperaba a tragar un trozo de carne antes de morder el siguiente. Eso sí, no demoraba ni un segundo en hacerlo.

En ese momento el hombretón se dirigió a ella.

Ryan:

 
La mano que Balakia tenía libre se posó sobre el pomo del arma acariciándolo con la palma y el cuidado de que quien acariciará una reliquia. Pareció un poco desconfiada, como si estuviera temiendo que se la iban a pedir prestada o algo así... dejó de comer un momento mirando al ex-militar con sus ojos azules aunque como la petición no llegó, pareció perder el recelo... aunque la respuesta fue un tanto extraña

—No la uso...—musitó casi como si se avergonzara de decir aquello—...pero supongo que no va mucho mejor que una aguja contra un elefante.

Ryan:

 
La muchacha separó despacio la mano de la espada y volvió a llevársela al estómago con una mueca de fastidio cuando éste rugió recordándole que había dejado plantado el asado.

—Balakia—respondió haciendo una pausa para quitarle la miga al pan y comérsela, no continuó hasta haber tragado—encantada... de encontrar a gente viva después de meses.

  El muchacho llenó la boca de forma que sus mejillas se hincharon por el contenido de la misma, de reojo observó como el hombre de gran tamaño y su hijo avanzaban hacia allá, tenían modales, era algo que no había pasado por alto. Quieto, tomandose unos instantes para respirar pues era evidente que su palidez no era del todo natural, se había olvidado incluso de aquello, sintió la palmada sobre su gabardina, no la rechazo, tampoco se inmutó aunque su mirada viajó ávida hacia el rostro de aquel que se hubo identificado poco después con el nombre de Ryan.

  Asintió, conforme, como si pretendiese obedecer su sugerencia que más le había parecido una orden que no podía rechazar, y aquel mismo momento un ruido sordo y gutural anunció que había engullido de una sola vez todo lo que tenía en la boca, en un instante, literalmente, se deshinchó, siendo el único movimiento, junto el de sus ojos que había llegado a cabo.

  - De...Deacuerdo...- Musitó, aunque no parecía para nada intimidado, su mirada reflejaba una falta de temor que podía resultar inquietante, era una mirada profunda, parecía ver más allá de los simples detalles, los ojos se desplazaban en sus cuencas apenas milímetros, con movimientos mecánicos muy específicos y certeros, cuando hubo terminado de analizar a Ryan comenzó con Max y haría lo mismo sin variar su expresión indiferente pero ligeramente afable cuando le llegó su turno a "Balakia".

  Utilizando nuevamente la diestra, ocultando la siniestra bajo la mesa, no sin haber escondido algo de pan en el bolsillo de su gabardina en aquel momento de forma discreta como si estuviese prestando atención a la conversación y las presentaciones, comenzó a comer lentamente de nuevo. Sonrió levemente con confianza, puede que incluso demostrando alegría al sentirse acompañado, y comía con mucha más tranquilidad, trozos más pequeños y fingida educación, incluso llegó a coger los cubiertos para imitar a Max y Balakia, los observaba primero y luego lo intentaba él...se le había olvidado algo así o simplemente nunca lo había aprendido.

  Hablan sobre una espada, abandona los cubiertos y vuelve a las manos, Ryan parece estar más interesado en Balakia y se pierde la calma, como directamente del plato y vuelve a llenar por completo su boca. Al final tendría que lamentarlo pero no pensaba perder bocado.

 - MmMucho..mmmM ..gusfto. - Sonrió asintiendo mientras hablaba con la boca llena, sólo se detuvo un instante para hablar y masticar, luego tragó de nuevo, teniendo que extender el cuello y dar la cabeza hacia atrás, apenas si podía tragar todo lo que se estaba introduciendo en la boca.

 Cuando Ryan pudo cruzar su mirada con la suya en espera de una presentación el joven simplemente se encogió de hombros, parecía desconocer su propio nombre.

El acceso al comedor se abrió, y entraron cuatro personas, dos de ellas eran facilmente reconocibles como soldados, que iban cargados con cuatro petates (dos cada uno) dejandolos en una de las mesas, luego salieron por donde habían entrado, sin embargo las otras dos personas eran bien diferentes, no hacía falta ser militar para saber que eran dos cargos realmente importantes.

El hombre con bigote y perilla se acercó a la cabecera de la mesa, para entonces, ya había habido tiempo mas que suficiente a comer. Ryan pudo distinguir los galones, eran los del general, y su acompañante era teniente.

-Buenas noches, soy el geneal Eric Brown y él es el teniente Andy Jones.

Hizo una pequña pausa y repasó con la mirada a cada uno de los presentes.

-Se encuentran ahora mismo en la fotaleza oculta mas avanzada construida por la humanidad, el proyecto Elysium comenzó en el 2061 ante la amenaza de una guerra nuclear a gran escala, estas intalaciones han sido equipadas con la vanguardia tecnológica en todos los aspectos en cuanto supervivencia y conservación asi como mantenida en secreto y preparada para ser utilizada como ultimo recurso, ovbiamente esto sucedió en el 2137, la mayoría de supervivientes que se trasladaron aqui son excombatientes de la fortaleza del Vaticano, de la cual salieron cuatro transportes aereos blidados cuando se declaró invadida. Aqui en Estados Unidos se hizo un llamamiento a los mandos supervivientes y nos trasladamos aqui, para convertir Elysium en la fortaleza secreta que ven ahora, donde fueron guiados los cuatro transportes.

El general hizo otra pausa recapacitando acerca de como seguir.

-Elysium se declaró completamente operativa en Enero del 2138, mucha de la tecnología proviene de los avances llevados a cabo por el MAGGIE, esto incluye la central de energía equipada con el sistema Galaxy, para que lo entiendan es un sistema de energía inagotable que requiere un mantenimiento minimo y no contamina. Ustedes fueron recojidos por el proyecto FourHope que se inició hace un año, tiempo que se tardó en contruir los primeros acorazados con esta tecnología, hasta ahora contando con ustedes han sido encontrados 67 supervinientes en toda esta zona de la costa este, y esperamos encontrar mas en futuras misiones del FourHope. Bien.... pasemos al siguiente punto.

El general se detubo mirando a los presentes.

-Desde que entran aqui estan obligados a respetar cada una de las normas de la ciudad, de la cual deben saber que corre a cargo, principalmente de mandos militares y un consejo de maestros. Si no estan dispuestos a acatar las leyes, o si no desean permanecer aqui, este es el momento de decirlo, se les entregarán suministros y equipamiento para varios dias y les devolveremos a la ciudad de Nueva York. Pero dado que no creo que ninguno de ustedes sea tan estupido, daré por echo que acatarán las normas y aceptarán sus deberes como ciudadanos de Elysium, tambien sus derechos.

Todos ustedes, por su condición de refugiados tendrán derecho a una vivienda digna y a una paga, pero tambien estan obligados a colaborar prestando servicio militar, deacuerdo a sus informes medicos serán asignados a una de las siete escuelas que se dividen en 3 alas, la de los Cabalistas, los Templarios, y los Cazadores, ahí recivirán formación militar, especializada e intensiva, de forma que esten preparados para servir con nuestras fuerzas armadas lo antes posible. A partir del momento que crucen esa puerta lo harán como soldados de Elysium, tanto dentro como fuera deben respetar a sus superiores, esto incluye a los maestros de cada escuela, los cuales serán sus tutores durante su intrucción, tambien deben saber que la desobediencia sera castigada y multada, y la traición es penada con la muerte.

El general miró el reloj y se detuvo un instante, acto seguido, la doctora Sunders entró por la puerta con un monton de papeleo. El cual entregó al teniente, luego el general terminó.

-Bien, el teniente Andy Jones supervisa la administración de cada escuela, les asignará un destino, cualquier duda se la resolverá.

Sin mas salió por la puerta, sin duda era un hombre ocupado.

El teniente hizo un saludo militar al general cuando se marchaba, luego cojió los resultados que le había entregado la doctora Sunders.

- Bien, en esta bolsa encontrarán una tarjeta de identificación digital, que estará actualizada en todo momento segun su identidad, rango, y permisos dentro de la ciudad, por lo que veo todos ustedes figuran en el registro de ADN del que disponemos: Ryan McAllister, Max McAllister, Adirael Doomsday y Balakia Stormrage.

Luego se quedó mirando a Max y hechó un vistazo a su ficha.

-El servicio militar no empieza hasta los 18 años asi que ... Max... serás asignado a un instituto de formación elemental, doy por hecho que viviran juntos, señor McAllister.

Dijo dirigiendose a Ryan.

- Su tarjeta de identificación tambien funcionará como tarjeta para todo tipo de pagos, tienen en sus cuentas 500 creditos, para que se hagan una idea el valor de un credito es un poco mayor que un dolar americano, mientras cumplan con su deber cobraran un sueldo base de 900 creditos mensuales. Tambien encontraran ropa y accesorios de higiene en su bolsa.

Bien si tienen dudas este es el momento, ah, antes de que lo pregunten, su vivienda se situará en el ala de su escuela correspondiente. Ahora les diré sus respectivos destinos.

Aguardó con el papeleo en la mano, con un gesto serio, esperando dudas hasta lo explicado.

 —Balakia. Encantada... de encontrar a gente viva después de meses.

Ryan sonrió a la muchacha. Lo que imaginaba, un rifle de asalto, granadas y entrenamiento eran mucho mejor.
Lo mismo digo, Balakia... lo mismo digo.

El chico, por su parte, simplemente se encogió de hombros. Aparentaba unos veinte años, así que tendría unos ciez cuando el gran terremoto, y la chica unos quince.

Dos chavales que no han vivido paz, como aquél que dice. El chico debía de estar con el béisbol y las consolas, y Balakia con trapitos y cantantes guaperas en la carpeta del instituto.
Mientras terminaba de masticar, miró a su hijo. Y Max con muñecos de acción y aquél patinete con forma de avión... 

Notó el bulto de la mochila a un lado, allí conservaba las placas de Sayonara, César, Rambo, Supermario y Hawk, los últimos de su equipo que cayeron.

Sólo teniais que haber aguantado un poco más, hermanos...
Su mirada bajó un poco, pero una palmada de Max, que conocía aquella expresión, le devolvió a la realidad.

 No pienses en eso  Susurró el muchacho.

Ryan asintió, su hijo tenía razón esta vez. Y quizá aquí lograra dormir a pierna suelta por primera vez en mucho tiempo.

Siguieron comiendo, y cuando Ryan ya había terminado y estaba descansando, sacándose discretamente comida de entre los dientes con la lengua, apareció un General, el escalafón máximo, y que merecía el mismo respeto.
Respetuosamente, y contento de poder volver a hacerlo de nuevo, Ryan se levantó y plantó los pies en el suelo, cruzando las manos a la espalda, con la mirada hacia el oficial, saludando con la cabeza.

Max hizo lo mismo que Ryan, si su padre respetaba de esa manera a alguien por el mero hecho de ser general, él haría lo mismo, o al menos lo aparentaría.

Las explicaciones del General Brown satisfacieron completamente a Ryan. Quien quisiera cubrirse en este techo, debería ayudar a defenderlo, lo que no le gustaba un pelo que contaran a Max para ello. Desde ese punto de la charla, su expresión fue más preocupada. Sonaba bien que mandasen militares y maestros de instrucción, en lugar de políticos pejigueras: Los militares eran lo más indicado para una situación como esa.

El General se marchó, y Ryan también le despidió con el debido saludo militar, escuchando entonces al teniente, quien tomó la palabra comentando asuntos más triviales.

Una de las primeras cosas que mencionó, aparte del nombre del muchacho desconocido, fue que Max estaba exento de servicio hasta por lo menos dentro de un par de años... lo que le hizo suspirar largamente, y asintió a la suposición del Tte Jones de que vivirían juntos.

Cuando les dijo lo que contenían las bolsas, asintió mirándolas aún din abrirlas, y formuló algunas preguntas que le rondaban la cabeza.

¿Hay más refugios como éste? ¿Cuántos somos en Elysium? Y... La siguiente pregunta se debatió entre "¿Podré tomarme un día con Max antes de comenzar?" y "¿Cuándo comenzamos?", pero finalmente, la segunda pareció más oportuna. Suponía que tendrían tiempo libre. ¿Cuándo comenzamos? Supongo que lo sabrán porque estará en la base de datos, pero era Capitán del Ejército de Tierra, no creo que necesite mucha formación a estas alturas para comenzar a buscar supervivientes... o lo que el Mando crea conveniente.

  Adirael no se cuadró ante el general, aceptaba de buen grado su rango de civil, tomó en cuenta como iba vestido cada uno de ellos, los galones y trató de memorizar todos los ribbons que llevaban en las hombreras y la solapa, tendría que confiar en su buena memoria si es que podía decirse que fuera buena. Se mostró respetuoso en todo momento, y no se podía ocultar que había quedado perplejo, completamente petrificado cuando oyó su nombre...e incluso...su apellido...

  ¿Pero como cojones...?

 Hasta el momento le parecía una fantasía, o quizás una suerte poco duradera, los demonios llegarían, siempre les encontraban y lo arrasarían todo, no confiaba en que la mitad de la parafernalia que usaban valiese para algo pero aquello fue como un jarro de agua fría para el joven. Se había limpiado un poco, pero para asegurarse restregó sus manos en el exterior de la gabardina, después de que el teniente hablase y mirandole con serenidad y curiosidad dio una vueltaa su alrededor, analizandolo...después cogió la bolsa que se supone le pertenecía...

  Escuchó con atención las palabras de Ryan y no dudó en intervenir, su tono era afable y no parecía tener intención de molestarle con su réplica.

 - Tranquilo viejo. Siempre hay mucho por aprender, comprenderlo es el primer paso para seguir vivo. - Posiblemente haya compensado su falta de formación específica contra los demonios con la que se generó para que los humanos se destruyesen los unos a los otros. ¿Habrá matado mucha gente...?

 Adirael era pura inocencia, o más bien simplemente era fría lógica y curiosidad desmedida. Escuchó la puja de ryan y subió, todo mientras urgaba entre las que decían eran sus nuevas pertenencias, sacandolas para que todos pudiesen verlas pero sin ánimo de mostrarselas directamente, más bien para verlas con total claridad:

 - ¿Y cuánto se supone que dura el entrenamiento? ¿Tendremos que pagar por un entrenamiento avanzado? ¿tenemos a nuestra disposición la tecnología de la base? - Dijo de carrerilla, sin prestarle atención a nada salvo a los utensilios para la higiene personal mientras enarcaba una ceja- ¿Se ha comprobado si existe parentesco directo entre alguno de nosotros con los habitantes de la base? ¿Elysium fue el nombre que se le dio a un volcán y una planicie de Marte...algo de lo que teneis aquí procede de allí o es sólo en referencia al término griego?

 Ah...por cierto, ¿Se ha salvado algo de la humanidad además de la esperanza de poder volver a luchar y morir? quiero decir...¿teneis alguna biblioteca o algo donde ponerse al día de todo lo que habeis hecho por aquí...?

 dejó todo en la mochila y empezó a urgar en su interior hasta meter la misma cabeza dentro, sus parpados caidos aún le mostraban cansado, parecía totalmente descolocado y quizás sedado, pero hablaba con ansia de conocimiento.

 - ¿La ciudad se guía por un sistema económico capitalista?

  Y...bueno...¿Se supone que después de nuestra formación seremos considerados militares? - su última pregunta podía interpretarse de dos formas muy distintas o estaba terriblemente motivado en ser un militar o no tenía ni una sola gana de pertenecer a ese gremio...

 Cuando hubo terminado mostró una cálida sonrisa angelicar y miró al Teniente.

Balakia tampoco se cuadró por supuesto, ella nunca había sido militar... pero sí le prestó atención al tal Eric Brown cuando éste se presentó.
Escuchaba la disertación de aquella gente en el más absoluto de los silencios, con la barbilla descansando sobre una mano cuyo codo a su vez se apoyaba en la mesa, como si sostener el peso de la cabeza fuera demasiado pedir para su cuello. No obstante, los ojos de la muchacha miraban fijamente a cada persona cada vez que hablaba.
 

General Eric Brown:

"Toma ya, y sin respirar... este tipo debió de ser campeón de buceo en sus años mozos"

Cambió la barbilla de mano y se frotó un poco la sien, ¿a caso esperaba que asimilasen todo aquel ladrillo histórico de golpe?

 
Generla Eric Brown:

 
Aquello provocó que los ojos de la mujer se entornasen hasta convertirse en dos finas rendijas azules.

"Y tiene el valor de llamarlo 'decisión' y a nosotros 'refugiados', hay que joderse..." pensó con socarronería "Nos ofrece entre quedarnos y actuar como soldados o abandonarnos a nuestra suerte en un erial repleto de monstruos... ahí no hay decisión posible"

Soltó un suave suspiro aunque su rostro no expresó aquel ribete mezcla de desdén y resignación que sentía, su ceño andaba algo fruncido lo que podía acusarse perfectamente al cansancio.

"Ya decía yo que estos tíos no eran hermanitas de la caridad, aquí nadie está salvando supervivientes, esán reclutando soldados. Tarjetas de identificación, códigos, números... Si hasta saben nuestros malditos nombres, ¿qué coño pretenden adornándolo con eufemismos?"

En su fuero interno se preguntaba qé harían con quien no tuviese madera de guerra ¿mandarlo a pudrirse? bueno, quizá pudiese hacer alguna especie de trabajo comunitario... limpiar las instalaciones, lmantener los vehículos, el armamento, ayudar con las cargas, el papeleo y demás florituras barrocas de todo aquella inmensa mini-ciudad... pero francamente, tenía sus serias dudas puesto que el General no había hehco mención a eso en ningún momento.

Ryan preguntó lo evidente y por un momento creyó que no haría falta que se pronunciase pero en ese momento la voz del muchacho que antes había estado tan callado interrumpió sus pensamientos... casi manifestándolow en voz alta.
 

Adirael:

Balakia parpadeó levantando ligeramente la barbilla de la mano y mirando al recién conocido como "Adirael"

"Coño, si habla" pensó "y hasta sin pelos en la lengua y todo"

Lo cierto es que fue todo un torrente de preguntas el que salió de aquel muchacho que de pronto parecía haber revivido o algo así pero no estaba muy segura de por qué. Había preguntado por todo, por TODO en absoluto, y no era mala idea, aunque había cosas que a ella le parecían algo extrañas como lo del... sistema político... pero se limitó a mirarle conforme había hecho con el General

El teniente fue por orden, contestando las preguntas (las que estimó pertinente) y entregando a cada uno los papeles de su reconocimiento. El primero fue Ryan.

-Es probable que mas paises tengan refugios nucleares, pero le aseguro que no como este, en cualquier caso no ha habido ningun contacto en estos tres ultimos años. El censo de Elysium es de 1320 personas, con ustedes asciende a 1324.

Miró detenidamente su ficha.

Comenzarán su instrucción cuando su maestro lo estime conveniente, respecto a su formación... Capitan Ryan McAllister numero de identificación 741081 pelotón E8-775, solo le diré, que se consideraban de las mejores, al igual que la del resto ejercito terrestre de Estados Unidos, sin embargo, el resultado de esa formación al igual que la impartida en todos los paises del mundo fue la de el 99,9% de la población mundial exterminada, en otras palabras, su formación le va a valer para, quizá, afrontar algo mejor su entrenamiento, "SOLDADO".

Luego le tendió los papeles a Ryan para que los cojiera junto con los de su hijo.

-Escuela de cazadores, departamento A-47, presentesé a su oficial al llegar, su despacho está en la sala común.

No dijo mas en lo que concernía a Ryan, lo cual se podía interpretar como que era momento de ir donde le había dicho, presentarse y descansar, tan solo continuó con las rspuestas justas, y los papeles de Adirael en la mano.

-Como ya he dicho TODOS los aspectos de su entrenamiento, como cuando empieza, cuando acaba o cuan intensivo o especializado debe ser es decisión de su maestro correspondiente. No hemos detectado ningun parentesco de sangre entre ustedes y algun miembro de la ciudad, si desea información puede acceder al ordenador central de Elysium o visitar (con el debido permiso) la biblioteca templaria. El resto de preguntas puede hacerselas a su maes...

Al teniente se le cortó el habla un segundo, luego miró a la doctora Sunders que permanecía de pie a escasos metros con un gesto interrogante mostrando la ficha de Adirael, la prefesora respondió ante la pregunta que al parecer estaba implicita en la expresión.

-Si... lo he revisado señor, son correctos.

El teniente alzó las cejas mirando de nuevo a la ficha.

-... aunque es posible que no obtengas... todas las respuestas.

Terminó el teniente, realmente parecía algo mil veces peor pero suavizado con palabras.

-Escuela de Psiquicos, en el ala de los cabalistas, departamento A-02, preséntese y... bueno, llevele tambien.... emm... doctora...

Volvió a mirar a la doctora Sunders, la cual ya estaba mas cerca tendiendole una caja de plastico negra cerrada, con una etiqueta que pone E-40.

-Lleva esto junto con el papeleo, puede que te sea de ayuda.

Sin dar tiempo a Adirael a decir que si o que no, le cargó con la caja y puso los papeles encima.

-Suerte chaval...

Por ultimo solo le quedaba un papel en la mano y era la ficha de Balakia.

-Usted será tambien asignada al ala de los cabalistas, escuela de Evocadores, departamento A-27.

Una vez entregado el papeleo habló de nuevo para todos los presente.

-Recuerden que desde que salen de aqui ya obtienen el rango militar de soldados, incluso aunque no tengan formación alguna o su formación sea incompleta podrá requerirse de sus servicios en cualquier misión de emergencia si se diese el caso, respeten las normas y a sus superiores y no tendran problemas. La base está bien señalizada, no tendran problemas para llegar a sus destinos.

El teniente dió por concluida la charla y se encaminó hacia la puerta para salir por donde había entrado, en el comedor quedó la doctora Sunders, que se acercó a la barra a servirse un cafe bien cargado, luego se sentó en una mesa y comenzó a teclear en una PDA a una velocidad propia de un robot.

  No pudo evitar sonreir con cierta socarronería cuando al "viejo" le ponían ligeramente en su sitio recordandole lo que era la humanidad, un conjunto de animales culturales que aunque habían luchado habían perdido y por muchos valores que aquello representase o muchos recuerdos que se guardasen eramos unos perdedores y si no estabamos extintos era cuestión de adaptación. Cuando se habla de las cucarachas siempre se dice que se aferran a la vida con tenacidad, los humanos son las cucarachas para los demonios, nos adherimos a la vida como una mala mancha de sangre en la ropa pero no podemos negar que lo único que nos queda es la mera subsistencia. Pensar en Elysium podía crear falsas pretensiones y representar un nuevo renacimiento, en el que se abandona todo con una crisis de valores que lo revoluciona absolutamente todo y nos conduce a un cambio que muy pocos podrían asegurar si es para bien o para mal...

  Almenos me alegro por ti, Viejo. Serás militar, podrás volver a empuñar un arma, salir a ver como tus compañeros palman ahí fuera y si tienes suerte morir tu antes dando tu vida por ellos en un acto heroico que deje huerfano a tu hijo. Suerte.

 Cuando llega mi turno no me muestro nervioso, respirar de forma lenta hace que mi corazón no pueda bombear sangre más deprisa, no es un control sencillo del cuerpo humano pero resulta en pocos minutos, de igual forma nada que me dijesen iba a darme un infarto. Enarqué una ceja ante la actitud de duda del Teniente pero no dije nada, sin embargo aproveche para extender la mano derecha con el puño cerrado hacia Ryan, si no era un jodido dinosaurio sabría que bastaría con golpear suavemente mi puño con el suyo.

  - Espero que nos volvamos a ver, tipo duro. No superes el entrenamiento el primer día o el resto de los años de tu vida los pasarás bastante aburrido.

 A Max me conformaría con guiñarle un ojo y formar un gesto simbólico, como si le disparase, con la mano izquierda. No tardaría en volver mi atención al Teniente, podía parecer distraído pero podía estar a unas cuantas cosas a la vez, por ejemplo escuchando la conversación seca y corta que tenían.

  - ¿A-02? Peculiar. - Dijo encogiendose de hombros mientras pensaba...¿Psíquico? ¿Pero que clase de jodida secta es esta?

 A-02....la confrontación, la dialéctica y un índice de tensión, encima tomandonos de irracionales...

 Negó ligeramente con cierta discrección mientras miraba con cierta sorpresa la caja negra. Obvió el hecho de que si preguntaba no conseguiría gran cosa, lo mejor sería caer en su trampa y llevarlo tranquilamente hasta mi ¿tutor? Otra cosa es que consiguiese hacerlo sin sucumbir a la tentación de abrirlo.

 - A mandar mi teniente... - Su voz no era precisamente de convencimiento, dedicó una mirada calmada a Balakia, puede que caminasen un rato junto aunque Adirael se adelantó para no tener que rellenar el vacio de sus pasos con conversación banal, aquella mujer podría dar escalofrios pero por el momento no era motivo de su curiosidad.

  Cargado con bolsa, caja y papeleo, que a duras penas lograba sujetar con las manos y el mentón, se puso en marcha sin más dilación.

Y como las cucarachas...de nuevo adaptandonos...

 Y a decir verdad, a Adirael no le costaba demasiado más cuando posiblemente obtuviese respuestas pronto.

 Pedir permiso...hum...tendré que hablar con alguno de esos templarios. Por como suena tienen pinta de estirados...

 Podía notarse como hablaba consigo mismo en sus pensamientos pues hacía muecas discretas y de vez en cuando se encogía repetidas veces de hombros.

En Elysium siempre había gente por los pasillos de un lado para otro atareados en lo quiera que estubieran aciendo, sin embargo, son pocos, demasiado pocos como para que los tremendamente anchos pasillos lleguen a colapsarse, Adirael no tendría que molestarse en esquivar personas mientras corre, hay espacio de sobra.

En su apresurada carrera se cruza con varias personas, algun grupo de soldados hablando, gente de oficina, y posiblemente estudiantes de todas las escuelas, al llegar a la sala central de donde salen los pasillos generales a cada ala, puede incluso distinguir a lo lejos a Yehudit hablando con un grupo de soldados, tan alegre y sensual como siempre. Sin embargo Adirael no pasó lo suficientemente cerca como para que esta o alguno de esos soldados se diesen cuenta, aquel lugar era muy amplio.

En el centro hay una columna con carteles que señalizan destinos como el comedor, las instalaciones medicas y el laboratorio anexo, los gardines, la cantina, y por supuesto, las señalizaciones de las tres alas con menciones a las respectivas escuelas.

Si el psiquico había ido todo el camino corriendo es probable que notara algo de fatiga al llegar por fin al comedor, sin embargo, justo antes de atravesar sus puertas, alguien sale, lo suficientemente antes como para evitar un choque (por poco).

Tras conseguir mi preciado café salía tranquilamente del comedor cuando me topo con aquel chico que viene corriendo, ¿es posible que tenga tanta hambre?, bueno, puede tener su lógica, acostumbrado a depender de su astucia y en parte su velocidad para conseguir comida durante todo este tiempo, el hecho de que se apresure para ir al comedor no me sorprende.

-Hey... la comida no se va a terminar y se preocupan de mantenerla caliente...

Digo sonriendole. Lo siguiente no estoy segura si comentarlo podría ponerle en un compromiso, pero lo pensé tarde.

-¿No comes con Eva? ella siempre come en la sala común de "su escuela" bastante antes que los demas...

Las razones de porque la joven maestra hacía eso eran bastante evidentes si te parabas a mirar a su alrededor, pero eso es algo que su nuevo alumno no tiene porque saber.

-En fin...

Muevo el café con la cucharilla de plastico.

-Ahora estoy con su reconocimeinto médico, supongo que despues volverá a la escuela, por si quieres verla.

Dicho aquello voy de camino al hospital a continuar con las pruevas.

- ¿Reconocimiento médico? ¿Se encuentra mal? - Preguntó sin pensarselo dos veces, avanzó un par de pasos, pasos que se le antojaron dificiles después de haberse detenido tan cerca de la doctora, no recordaba su nombre, si es que lo conocía, pero no le daba importancia a eso, no la tenían, no por el momento, y muy pocas veces en los nombres de los antiguos Estados Unidos.

  Mi rostro era inexpresivo en muchos aspectos, pero incluso entonces mostraba un ápice de preocupación, pensasen lo que pensasen el vínculo entre maestra y aprendiz se había formado con rapidez inusitada, era tal, que tenía la necesidad de preocuparse por ella, más, muy posiblemente, que por cualquier otro en la base. Sentía, de igual forma, cierta responsabilidad para con Ryan, su hijo y Balakia, aunque aquello había sido circunstancial. No sabría expresar, y aquello no pasaba por regla general, lo que experimentaba cuando hablaba o estaba cerca de Eva.

 - Quizás consigamos que ella coma con nosotros alguna vez, estoy seguro de que todos saldriamos ganando. - El cuerpo de Eva resultaba joven, pero su mente era la de una persona madura, quizás demasiado, en muchos aspectos, una mujer envejecida, y por tanto, dificil de tratar. Adirael tampoco pensó aquellas palabras, que surcaron sus cuerdas vocales raudas antes de poder detenerlas, eran sinceras, y amables...

 - ¿Podría acompañarla? Me interesa la medicina, aunque no sé demasiado, quizás pueda echarla una mano o...o...almenos aprender algo de provecho. - Adirael no insistiría si ella se negaba, sabía que existía algo similar al secreto profesional, pero el joven psíquico estaba más interesado en posibles dolencias, tratamientos y, ante todo, el tipo de ordenadores y herramientas mecánicas de las que disponían que de otras banalidades.

No negaría que aquella petición me había sorprendido, la preocupación por la unica persona que puede enseñarte ciertas cosas es lógica, aunque el interés por "la medicina" ya no es algo tan común.

-Uhmm... como quieras...

Señalo ligeramente con el dedo en la dirección del centro médico.

-Bueno Eva está bien de momento, pero llevamos mucho tiempo haciendola chequeos periodicos, su cuerpo es bastante debil y tiene problemas en el sistema inmunológico, aunque... bueno si quieres verlo por ti mismo...

En la sala de pruevas sería mas facil de explicar.