Partida Rol por web

Eón

DÉMETER

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20/06/2019, 10:54
La Cándida Rosa

Se sentaron alrededor de la mesa de patas de forja y tabla de mármol. Sobre ella había té, café, tazas, miel cucharillas y hielo. La luna se reflejaba en el lago que estaba tranquilo como un espejo y en el metal del casco de la nave que seguía anclada en el mismo sitio, un metro sobre la superficie.

El sóter fue el primero en hablar.

Notas de juego

1 de 3

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20/06/2019, 10:55
Mihai Razvan, sóter de Basa'rab

—No sólo me liga a vosotros el honor y las obligaciones de mi título sino también el destino de mi familia, con la que compartís herencia. Al ser una cuestión de mi propia sangre tengo derecho a formar parte de la investigación, no como autoridad, que la tiene el Consejo de Investigación y Seguridad Tecnológica, sino como parte afectada.

Os presento a mi amigo, el cáusata Darío Muzio, y ya conocéis a vuestra rescatadora cuya misión nos ha unido esta noche.

Madame.

Notas de juego

2 de 3

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20/06/2019, 11:27
Cáusata Nin Kundara

—Tendréis mil preguntas que hacerme así que adelante, iremos respondiéndolas como podamos, una a una.

Notas de juego

Iré respondiendo por los pnj's conforme surja. :-)

3 de 3, ya podéis postear.

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20/06/2019, 13:53
Darya Gevorkian

Ante la expectación de los presentes, Darya miró fugazmente a sus compañeros. Apoyando el antebrazo sobre la mesa, hizo un leve gesto de reconocimiento al sóter —indicando a su vez que quería hablar—, e inclinó después el cuerpo en dirección a la cáusata para dirigirse a ella:

Señora Kundara, ante todo creo que necesitamos hacernos una composición de las circunstancias en que nos encontró. Por ejemplo, ¿qué han podido averiguar acerca de aquellas instalaciones u otras similares? ¿Estábamos conectados a algún tipo de equipo? ¿Habían allí otros como nosotros en sopor u otras personas vivas o muertas? —después de consultar esto último volvió a mirar a los demás. Habían decidido que tenían que contar todo así que se decidió a continuar.

Nos gustaría saber si tienen algún censo de personas rescatadas. Necesitamos conocer el paradero de unos compañeros nuestros —se dirigió a la cáusata con expresión de ruego en su mirada—. Si no fuera así tal vez se encuentren en alguna otra instalación todavía por descubrir.

Mil preguntas más se agolpaban en su mente pero debía dejar hablar a sus compañeros y a su rescatadora. Respiró hondo, guardó silencio y se obligó a recostarse contra el respaldo de su asiento.

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20/06/2019, 14:14
Darya Gevorkian

Un rato antes de la reunión, durante la cena.

A pesar de que la respuesta de la niña se correspondía casi a la perfección con lo que había fantaseado, no esperaba que la presunción de que Sylvain tuviera cierta naturaleza animal concordara con la realidad. Cuando la pequeña habló de olfatear, Darya frunció el ceño y sonrió de lado entre divertida, asombrada y disgustada.

¡Uf!, Beatrice… —respondió a la niña cuando terminó su historia—. En verdad que tienes que ser valiente para haberte atrevido a “recriminar con brusquedad” a alguien así de fiero —se preguntó por un momento si ella no habría hecho lo mismo de niña si alguien hubiera hecho llorar a Stephan. Otra cosa habría sido que alguien lo hubiera conseguido—. Contigo de... de... dam desham* —repitió consciente de que no habría pronunciado aquel título que le dijera Beatrice ni medio bien— está claro que su alteza no tiene nada que temer...

Tuvo que reprimir las ganas de darle un beso.

Notas de juego

*Dame de la Chambre

Pongo a todos de destinatarios porque cualquiera podía participar si quiere en este hilo (en principio por mi parte no pensaba continuarlo más).

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21/06/2019, 04:59
Ryu Akahoshi

Un rato antes de la reunión, durante la cena.

Sonreí a mi vez en agradecimiento a su gentileza e incliné suavemente la cabeza. Me pensé cómo abordar el tema pero sentía que no había otra forma de hacerlo que directamente, quizás debería haber ensayado una introducción o palabras más rimbombantes... Aunque esa mirada que nos había dado a todos al bajar de la nave me había hecho sentir que cualquier subterfugio condescendiente hubiera sido una afrenta.

-Esta tarde, en busca de alguna iluminación sobre nuestra situación fuimos a la biblioteca junto a mis compañeros y allí leí uno de los volúmenes de la biografía del sóter, para tratar de comprender mejor lo que fue la Revolución y a los junzis que la llevaron a cabo, el mundo en el que se sucedió que era desconocido para nosotros -comencé mi explicación, de pronto me sentí muy estúpido y me arrepentí de haber comenzado a hablar, de importunarla con mis tonterías, pero ya no podía detenerme -Y allí el sóter explicaba que el arte lo había mantenido vivo en el vacío y la mentira de su existencia bajo el pie del Gólem -mantuve mis ojos en los suyos resistiendo el impulso de bajarlos -Luego, está usted -hice un ligerísima pausa -Que si no me equivoco es poetisa -en realidad lo había deducido pero podía estar equivocado, mis ojos buscaron algún gesto de confirmación -Quería saber si los otros junzi habían encontrado una vía de escape a través del arte también -manifesté por fin mi duda -¿Cree que hay una conexión directa entre ambos, el arte y la evasión del Gólem?

Dejé que un breve silencio se asentara y agregué -Tanto mi hermano como yo sentíamos que algo estaba mal en el mundo en el que vivíamos, pero él se entrega a ello mientras que yo lo negaba -reconocí amargamente y se me hizo un nudo en la garganta -Pero ambos expresábamos a través del arte, o yo por lo menos lo intentaba, aquello de lo que hablaba el sóter: "Sólo la belleza calmaba mi sed. La buscaba con un ahínco maníaco pero el éxtasis nunca era pleno. Lo veía todo como desde fuera de mi propio cuerpo. Como el resto de mis coetáneos, me había convertido en un mero espectador de mi propia vida" -cité y el recuerdo de Ken se me hizo tan vívido que sentí que casi no podía respirar.

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21/06/2019, 05:49
Ryu Akahoshi

Un rato antes de la reunión, durante la cena.

Había estado escuchando la conversación de Darya con la pequeña Beatrice de refilón pero luego de la audaz pregunta de la capitana tuve que contener una risa y presté más atención a la respuesta de la niña que fue más extraña de lo que hubiera podido imaginar. Abandonando mi pose despreocupada me di vuelta rápidamente, sin ocultar mi indignación, e inquirí -¡¿Qué hizo qué cosa?! -un hombre pegando a una niña indefensa era algo inconcebible para mí, además de considerarlo profundamente cobarde.

Temiendo que la niña malinterpretara mi exabrupto me obligué a serenarme y a explicar -De donde nosotros venimos esas conductas no son aceptables -me puse en cuclillas bajando a su altura para que pudiera verme a la cara -No se puede pegar a los niños -miré alrededor y apreté los labios en una línea -Tampoco se puede hacerlos trabajar como si fueran sirvientes -me di el gusto de expresar mi descontento por fin. Seguramente tenían una justificación muy bonita para ello pero en ese momento me importaba poco.

Luego agregué como buscando una satisfacción a una afrenta -Supongo que vuestro padre o vuestra madre castigaron de alguna manera al señor Sylvain, ¿O no?

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21/06/2019, 11:18
Erik Du Mont

Erik se sumó a las conversaciones de la tarde animadamente, escuchando sobre todo lo que los nuevos invitados tenían que contar. A pesar de ser de mundos distintos, al doctor le sorprendió lo accesibles y amables que se mostraban con ellos, no dudando en responder cualquier duda que pudieran tener. Había tanto conocimiento por descubrir que Erik no sabía por dónde comenzar a preguntar, si es que había una buena forma de hacerlo para la cantidad de preguntas que tenían todos ellos. Con calma, todo se explicará.

La comida de nuevo contenía carne, aunque esta vez de un pez. El doctor se preguntó si aquel sería de los mismos que habían visto anteriormente en el lago, sintiendo algo de pena y mirando a las niñas por si ellas parecían preocupadas. Al fin y al cabo parecían llevarse bien con aquellos animales que tanto le habían impresionado antes. Igual que antes, decidió probar del plato, antes de sorprenderse por la cantidad de espinas que éste contenía. Le parecía algo peligroso de comer, ya que cualquier podría pincharse con ellas, y terminó preocupándose más por las niñas mientras comían que por la conversación. 

Las piezas tras la cena fueron tan maravillosas, exóticas y vivas, que Erik tuvo que contener lágrimas de emoción, más aún tras la interpretación de Hélène. La música del Eón era buena y al doctor no le disgustaba en absoluto, pero no cambiaba. Tal vez era en ese momento que empezaba a ver la diversidad como algo bueno, algo que, a pesar de romper con lo establecido y posiblemente crear algún tipo de caos o malestar, era... ¿necesaria? No, natural. Aquel lugar era más natural que en el que había vivido toda su vida y se veía incapaz de decir por qué. ¿Tal vez por el sentimiento de libertad que todos mantenían en su interior? ¿Por la flora y fauna descontrolada? ¿O ambas...?

Tras la interpretación, se acercó un momento a hablar con la intérprete del violoncello, para felicitarla y hablar de algo más, antes de pasar a la conversación con el sóter. Dejó que su "capitana" se adelantara con una sonrisa, esperando la respuesta para que pudiera ponerles algo más en contexto de su existencia allí.

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21/06/2019, 11:29
Erik Du Mont

Erik se acercó con su sonrisa habitual a felicitar tanto a Charlie como a Hélène.

- Una interpretación exquisita, desde luego... A mi parecer, dista mucho de lo que conocemos nosotros en el Eón, aunque creo que no soy tan artístico como otros para poder decirlo de forma tan clara. - desvió su mirada hacia Ryu por un momento, y luego a Faraz, aunque no tenía claro por qué. Pero le parecía mucho más sensible que él mismo - Os agradezco mucho poder haber disfrutado de este momento. - sonrió a los dos músicos, quedándose con la mirada fija en Hélène un segundo de más. Esperó a que Charlie se marchara antes de hablar directamente con ella sin resultar maleducado - Es la primera vez que veo a alguien tocar el violoncello en directo. Debo decir que ha resultado un momento especial para mí. La melodía y la forma de interpretarla... Ha sido grandioso. - sonrió, intentando no sonar demasiado pomposo. 

Desde la comida, había tenido la sensación de que esa mujer parecía querer decirle algo, así que se mantuvo expectante a lo que ella quisiera decirle, atento a cualquier gesto de ella.

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21/06/2019, 17:21
Cáusata Nin Kundara

—Vale, tenemos un buen comienzo. Por favor, preguntadme cualquier cosa que no entendáis.

El sóter se levantó de su asiento y se puso a servir el té preguntando con un gesto preciso a cada cual si quería y cómo lo quería.

Ella hizo una pequeña pausa mientras el sóter le preparaba el suyo. Prefería el café con un poco de miel.

—Ya en los primeros años de los tres siglos que duró estado dataísta la especialización y la burocracia automatizada se hicieron tan complejas que ningún humano tuvo una visión de conjunto, ni siquiera los junzi. Los espacios psicogeográficos estaban trazados por los sistemas automáticos y las vidas planificadas discurrían con interacciones controladas de una forma previsible y funcionalmente engranada. Tras tanto tiempo alienados de la sociedad, sus proyectos y sus leyes, tras generaciones viviendo en la inercia que se había diseñado para cada cual, somos ignorantes de la mayoría de cosas que ocurrieron a nivel macrohistórico. Heredamos un rompecabezas de infinitas piezas y unirlo es uno de los mayores retos de nuestro tiempo.

Juntó las manos cruzando los dedos.

—Conforme los sóteres iban liberando el territorio durante la revolución destruían las interfaces automatizadas, las máscaras perceptivas y las asistencias cognitivas. También las infraestructuras, todos los automatismos tecnológicos, todas las redes. Aeropuertos, trenes, satélites… Todo, todo paró. Los sistemas más básicos como el agua potable y el saneamiento se recuperaron relativamente pronto pero la producción y distribución de alimentos que era globalizada, la sanidad que dependía de tecnologías que desconocemos… Eso fue más duro. Tardamos en darnos cuenta de que el sistema contaba con una masa de estructuras burbuja ocultas, no sólo las sociedades experimentales, que también sufrieron el apagón. También polígonos industriales, centros de investigación y bases aeroespaciales. Fue en una de estas últimas donde os encontré, hace quince años, cuando analizaba una red de transporte subterránea. Investigaba un nodo bajo las montañas a diez kilómetros de Meyrin, cerca de la frontera con Francia.

Bebió algo del café que le había servido el sóter.

—Había sido un importante centro de investigación relacionado con el desarrollo de tecnología aeroespacial y la física de partículas que contaba con lo que en un principio pensamos que podría ser un reactor nuclear de fusión fría. Una máquina que nos está dando muchos quebraderos de cabeza porque quince años después todavía no sabemos para qué servía. Encontramos allí, bajo esa montaña, mil doscientos cadáveres esqueletizados, personal de la base que había muerto por falta de aire. Vosotros reposábais tumbados en camillas, en un lugar de acceso muy restringido, sin estar conectados a nada, sin aire respirable ni alimento ni agua.

Habían tres camillas más.

Aporreó levemente los dedos de una mano contra el mármol de la mesa.

—Mirad, creo que ocurrió así. La base se aisló en una rutina automática diseñada para defenderse de un ataque exterior que no le valió durante el desmantelamiento de los sóter, hace treinta años. Con todos los sistemas automáticos fundidos aquello quedó parado sin nadie vivo más que vosotros cinco y tres más que fallecieron en algún momento durante esos quince años de abandono. Murieron de algo que bautizamos como “segmentación distal explosiva”. Sus órganos se replicaron y su cuerpo creció, sospechamos que en contra de la ley de conservación de la masa. No tenemos datos de la investigación que se llevaba a cabo allí pero encontramos un depósito de cadáveres dedicado a conservar otros treinta y siete esqueletos de fallecidos por segmentación explosiva así que podemos pensar que vuestro estado no es por un efecto colateral al ataque de los sóter y que podéis llevar mucho más de de treinta años allí. Un siglo no sería disparatado.

Bajó la vista a la mesa y luego volvió a pasear la mirada por ellos.

—En el sopor la dinámica de vuestro cuerpo era extremadamente lenta, vuestra melodía, lo que llamamos “espectro Moshen”, se parecía más al de un cristal que al de un ser vivo, pero no era estático. El estudio predictivo de su devenir nos ha dado motivos para pensar que ese crecimiento enloquecido y vuestro estado actual son dos caminos diferentes de una encrucijada que ya ha ocurrido. Si vuestro sopor era una lenta melodía, acababa o bien con la segmentación explosiva o con el despertar. Creemos que estáis fuera de peligro y no tenemos motivos para pensar que seáis un riesgo para nadie más. Tampoco es probable que vayáis a volver al sopor porque en la vida no hay reversibilidad pero nos movemos en un territorio de gran incertidumbre que ya podría haber contradecido, al menos en apariencia, las leyes de la física de una manera que no entendemos. Así que aunque tenemos que convivir con un margen de duda hay motivos de peso para ser optimistas.

Tomó la taza de café  y bebió otro sorbo.

—Con respecto a la siguiente pregunta, las otras cuatro personas que se conocen en vuestro estado han despertado también hoy, como vosotros. Están a salvo. Se encontraron en otra base similar, en un búnker del desierto, cerca de una base de lanzamiento de misiles, en otro país.

Por supuesto que hay instalaciones por descubrir, hemos encontrado miles. Desde aldeas en bosques hasta ciudades subterráneas o bases de lanzamiento de naves espaciales con cientos de cohetes en plataformas de lanzamiento. Bases submarinas, plataformas en el mar. Tenemos un censo de todo. Los nombres de los rescatados, los mapas y los planos de lugares. Incluso hay instalaciones en el espacio que podemos ver desde aquí pero a las que no tenemos recursos para acceder, al menos por ahora.

Notas de juego

Se reinicia el turno.
 

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22/06/2019, 03:07
Sibyl Hadue

Un rato antes de la llegada del sóter.

Sibyl se sintió un poco culpable por dejar que Charlie creyese que había sido tan sólo un sueño, pero tampoco encontraba en su interior otra forma de explicarlo mejor. Había estado dormida, perdida en el agua, y había despertado en un sueño, sólo para volver a perderse después. Quizá, cuando comprendiese mejor lo sucedido, cuando todo cobrase algún sentido que pudiera expresar con palabras, podría sacarle de aquel error. Si es que realmente era un error. 

Se sintió también algo extraña con su mención a un posible don. No le llevó la contraria, pero su expresión incrédula fue reveladora. No parecía ir dirigida a la existencia de ojos interiores o dones, sino más bien a la posibilidad de que ella poseyera algo así. «Imposible», parecían decir sus ojos, «soy demasiado corriente».

Se acercó un poco más para poder ver lo que el hombre se disponía a escribir en la libreta y apoyó una mano con delicadeza sobre el piano. 

—Son sólo unas pocas notas en realidad —se justificó antes de empezar—, pero sonaba así...

Llegado ese punto cerró los ojos de nuevo y buscó ese punto en su interior en el que sentía esa melodía que la definía de alguna manera difícil de explicar. «La canción de la medusa», pensó. Se llenó de la serenidad que emanaba y respiró profundo antes de entreabrir los labios y empezar a tararear el fragmento al que se aferraba. Hizo una pausa al terminar y volvió a repetirlo, esforzándose porque sonase lo más parecido a lo que sentía. 

Abrió los ojos, mirando a Charlie con un interrogante danzando en sus pupilas. ¿Sería insuficiente el trozo que podía recordar? ¿Sería él capaz de continuar esa melodía que sentía como su misma esencia? La expectación erizaba el vello de su nuca y la mantenía en vilo.

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22/06/2019, 03:27
Sibyl Hadue

La culpa que había sentido al comer aquel bocado de carne durante la comida, esa sensación de haber sido cómplice de un asesinato, volvió con fuerza cuando se encontró con un pez en su plato. No podía repetirlo, sentía que si lo intentaba la invadiría una náusea y tendría que vomitar. 

Así que se limitó a comerse las verduras que acompañaban el plato. Esquivaba las miradas directas, temerosa de tener que dar alguna explicación al respecto. Se disculparía, de ser el caso, pero tenía la esperanza de que el detalle pasara desapercibido. Al fin y al cabo, había mucha gente allí, y todos le parecían más llamativos que ella.

No probó el vino. Era tentadora la idea de beber hasta que todo perdiese el sentido. O lo ganase. Pero quería estar despejada para la reunión que iban a tener con el sóter, así que se limitó a beber agua. 

Después de cenar se mantuvo cerca de sus compañeros, escuchando aquí y allá, pero sin llegar a comenzar ninguna conversación por sí misma. Todo parecía ir fluyendo de un modo tranquilo, hasta que Charlie la sentó a su lado junto al piano. Sus mejillas se encendieron dando a su tez tostada el color de una cereza madura y agradeció interiormente que el hombre comenzase a tocar enseguida, atrayendo así la atención de todos hacia él. Durante todo el tiempo que duró el pequeño concierto, Sibyl permaneció mirando hacia sus dedos que se movían por las teclas del instrumento. Cuando la emoción de la música se hacía tan intensa que la embargaba hasta sentir que iba a derramarse, cerraba los ojos y trataba de respirar esas notas que se metían bajo su piel. 

Lamentó que la última canción llegase a su fin y se acercó a Charlie con los ojos brillantes para darle las gracias en voz baja. Después volvió a fundirse con la marea de gente que la llevaba de un lado a otro. 

Cuando llegó la hora de la reunión caminó hacia el porche con los demás, su mirada ensoñada con la imagen de esa luna ajena, tal vez falsa, quizás tan real como la que ella conocía. Para esa hora tenía los ojos llenos de hermosas imágenes, los oídos llenos de música y voces, el pecho lleno de suspiros. 

Sonrió un poquito al escuchar a Darya empezar a plantear las preguntas. No necesitaba ver junto a su cabeza el cartelito con su rango para sentir que era una mujer a la que seguiría ciegamente. Quizá en ese lugar sumergido en plena historia podría convertirse en una comandante a caballo, con su melena de fuego al viento, dirigiendo ejércitos. No era una imagen más extraña que algunas de las cosas que ya habían visto o de las que habían oído allí. 

Estuvo a punto de ofrecerse para ser ella la que sirviese las bebidas, por una mezcla entre deformación profesional y la extrañeza de que alguien importante la sirviese a ella. Pero no quería ofender a aquel hombre si aquello era algún tipo de tradición arcaica, así que se limitó a pedir un té con leche y rodear la taza con los dedos cuando le llegase, sintiendo en las yemas el calor de su contenido. 

De tanto en cuando su mirada viajaba hacia el sóter. Había algo que había dicho y de lo que habían hablado ya antes que no terminaba de comprender. Si Beatrice tenía... ¿qué? ¿once años como muchísimo? ¿Eso quería decir que habían clonado a Darya después de encontrarlos? ¿Por qué? ¿Y entonces por qué el sóter hablaba como si no hubiera tenido que ver en esa circunstancia? Tuvo que apartar todas aquellas dudas, dejarlas a un lado con todos los demás cabos pendientes que iba almacenando, y centrar su mirada en Nin Kundara.

Escuchó el relato de la cáusata con atención, intentando imaginar los lugares y situaciones que ella describía. Escuchándola, de repente sintió una profunda lástima por los tres que habían perdido antes de llegar siquiera a conocer. Más que por los otros mil doscientos que habían muerto en la instalación. La imagen vívida de la aberración de la nave volvió a sus retinas al escuchar hablar de esa segmentación explosiva y un escalofrío se deslizó por sus hombros. Para cuando la mujer terminó de hablar se sentía algo abrumada y permaneció algunos segundos en silencio, asimilando toda aquella información. 

—Disculpe, Nin. ¿Por qué...? —comenzó a hablar, pero se detuvo un instante para asegurarse de que no estaba cortando a nadie que quisiera hacerlo antes de reformular su pregunta—. ¿Para qué cree que estábamos en ese estado de conservación? ¿Cree que había algún motivo o finalidad? —Hizo una pausa y lanzó un breve vistazo hacia el sóter antes de continuar—. ¿Y hay más... clones? ¿Más como nosotros entre ustedes? ¿O Beatrice es la única de la que tienen noticia?

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22/06/2019, 05:34
Ryu Akahoshi

Escuché atentamente la respuesta de la Cáusata, sus primeras palabras estaban llenas de sustancia y me costó digerirlas: una vida reglada delimitada por un ambiente artificial ideado para sugerir cierto tipo de conductas, pero si me lo pensaba bien cuajaba mucho con la idea del Eón en la que la vida ya de por sí estaba sometida por el medio.

Cuando llegó el turno de que el sóter me sirviera una bebida acepté a regañadientes porque su amabilidad me intimidaba más que cualquier otra actitud. Pedí un té, me parecía que agregar cafeína a una situación así solo podía empeorar la ansiedad que me provocaba la conversación misma.

Traté de imaginarme esas máscaras perceptivas, esas interfaces automatizadas y se me ocurrieron como engranajes y piezas de materiales parecidos al gel o a la parafina que iban discurriendo dependiendo de la forma a tomar. Se me ocurrió fascinante y espeluznante.

Entonces los detalles viraron hacia nuestro rescate y el apagón que los junzi iban provocando del sistema, eso bien podía ser lo que nos pasó aquella última noche de Fin de Ciclo pero ¿Cómo es que habíamos quedado atrapados en la inconsciencia de un estado de hibernación y en una base espacial? Recordé la nave y me recorrió un escalofrío.

Mil doscientos cadáveres, y nosotros cinco. Qué horror. ¿Y los otros tres quiénes eran? Porque los de la nave eran cuatro... Quizás no había sido tan malo no despertar allí adentro, y una parte de mí no puede evitar sentir que la angustia regresa. Luego pasa algo increíble: el relato de alguna forma empeora.

Sus órganos se replicaron y su cuerpo creció, sospechamos que en contra de la ley de conservación de la masa.

La imagen del robot con el casco roto vino a mi mente en un flash. Y los robots que estaban en posiciones extrañas, ¿Estarían destinados esos recipientes a trabajadores fallecidos? ¿A los otros treinta y siete cuerpos para estudio?

Me crucé de brazos y miré a la mesa. Como si me fuera imposible quedarme callado susurré -Un siglo... -o sea un ciclo. Todos a quienes conocíamos estaban muertos. Cerré los ojos y alcé la frente al cielo estrellado suspirando largamente, sentía que me ardía el rostro pero no estaba seguro si era de frustración, dolor o simple angustia.

Sentí que mi mente me pedía a gritos evadirme y lo hice hacia algo que me llamó la atención: el espectro Moshen. La clave antes de despertar... Una pregunta se formuló en mi mente: ¿Qué tan derrotado estaba el Gólem? Esperaba que lo estuviera definitivamente pero tenía un horrible presentimiento de que lo que había manifestado horas antes seguía teniendo sentido; quizás estaba en algún lugar del espacio, reagrupándose. Sus palabras luego no me consuelan por más que sé que eso es lo que tal vez se propone: en ese momento no podía pensar en reintegrarme a ninguna sociedad.

Sin embargo, luego habla de cuatro personas más en sopor que habían despertado también durante aquel día, "¡Tienen que ser ellos!", pienso mientras miro a mis compañeros. Y las palabras de la mujer que vinieron luego revelaron la existencia de bases con plataformas de lanzamiento, naves y bases en el espacio. De alguna forma todo comenzaba a encajar.

Intento reordenar mis pensamientos luego de que la cáusata finalizara de hablar, Sibyl realizó su intervención dominada por esa mesura llena de dulzura que me hacía sonreír, sus preguntas eran del todo pertinentes y me alegré de no ser yo quien siempre secundara a la capitana, a veces tenía miedo de estar apabullando a los demás con mi ímpetu y mis urgencias.

Cuando ella acabó de hablar y me sentí preparado para hacerlo yo dije con sinceridad -Señora Kundara, le agradezco infinitamente sus explicaciones -la miré a los ojos -Desde que despertamos me he sentido ajeno, extraño a este mundo a pesar de su innegable belleza -sostuve -Y las explicaciones que había recibido sobre cómo se había desvanecido aquello que creía mi vida, aunque sumamente poéticas -miré al sóter con un gesto disculpa, aunque en realidad el gesto estaba dirigido a su esposa -Me resultaban tremendamente crípticas. Sobre todo teniendo en cuenta que nosotros provenimos de una comunidad de las que ustedes denominan experimentales -o eso nos han dicho- y no tuvimos contacto con toda esa apabullante tecnología de la que habla -pasé a explicarme -En nuestra comunidad los avances tecnológicos estaban limitados así que se imaginará que esas máscaras e interfaces de las que habla no significan nada para mí -sostuve -No había tales avances en nuestra comunidad -repetí por si servía de algo.

Decidí cambiar de tema -Aunque no se sepa cuánto tiempo hemos estado en sopor, ¿No sería posible que le demos a usted los nombres de nuestros seres queridos para... -sentí que se me había ido la voz repentinamente pero me obligué a seguir luego de una pausa en la que tragué saliva -Para saber si podemos contactar con descendientes de nuestras familias? -pregunté con tacto, después de todo había dicho que llevaban registros. -Éramos de la Conurbación Dongan-Verne-Toluca -agregué por si también servía.

-Y sobre esas personas en sopor de las que habló, las que han despertado, ¿Podríamos saber sus nombres o verlos a ellos directamente para saber si se tratan de nuestros compañeros? -pregunté tentativamente.

Luego miré a mis compañeros y tragué saliva, -También hay algo más de lo que queremos hablar, algo relacionado a una experiencia que tuvimos cuando estuvimos en sopor -declaré por último y esperé a que Erik o Faraz agregaran algo si lo deseaban.

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23/06/2019, 22:32
Faraz Snowden

Durante la cena, miro a Sibyl con un discreto aire de complicidad cuando me doy cuenta de que ella tampoco prueba la carne del pez de su plato, y las comisuras de mis labios se arquean casi imperceptiblemente. Con todo lo que nos está pasando, es natural que nos sintamos unidos unos a otros, hermanados por un extraño vínculo afectivo que tiene mucho de instinto de supervivencia, pero pensándolo fríamente, tan solo hemos compartido un único evento desafortunado, y la realidad es que no sé prácticamente nada de ninguno de ellos… ni ellos de mí. Somos cinco extraños que la suerte o el destino han unido, al parecer de manera completamente fortuita. Son pequeños detalles como el que ahora he observado en Sibyl los que me permiten aferrarme a la necesaria ilusión, al anhelo no expresado, de que realmente tengo algo que ver con estos desconocidos que empiezan a no serlo. Del único mundo que hemos conocido, y que nadie más ha vivido, solo quedamos cinco personas. Es aterrador, y al mismo tiempo, una razón muy poderosa para no querer perder a ninguna de ellas.

Darya plantea a la cáusata unas cuestiones muy pertinentes, y agradezco en silencio que ella haya abierto la conversación, ya que yo ni siquiera sé qué le habría preguntado. Pero a medida que la anciana ofrece sus respuestas, tengo la sensación de entender cada vez menos.

¿Humanos genéticamente seleccionados? ¿Estructuras burbuja? ¿Cuatro supervivientes más rescatados en otro «país»? Las preguntas se agolpan en mi cabeza hasta formar un remolino mareante y enloquecedor, y me siento incapaz de verbalizar ninguna de ellas. Incapaz, porque solo una ocupa el primer plano en mi mente, mientras el ácido de la ira y la frustración ascienden por mi esófago como nunca lo habían hecho desde que estoy aquí. Sea lo que sea que signifique «aquí».

—Si lo he entendido bien —digo con voz grave y un rostro inexpresivo como el mármol—, las ciudades del Eón fueron… cayendo… a consecuencia de los esfuerzos de los sóteres por «liberarlas». —Enuncio la última palabra de modo que las comillas son plenamente audibles en mi voz—. En algún momento, fuimos transportados a una base, que activó una especie de protocolo de seguridad frente a vuestros ataques… que también falló… —Me cuesta un esfuerzo sobrehumano controlar el temblor en mi voz—. ¿Todo para liberar a cinco personas y matar a mil doscientas? —Hago una pausa para recobrar el aliento—. Solo tengo una pregunta, cáusata.El título arde en mi garganta—. En realidad tengo muchas, pero solo una de la que necesite una respuesta totalmente sincera: ¿mató la Revolución Silenciosa a mi familia?

Tengo la certeza de que nunca he mirado a los ojos a nadie con tanta intensidad como miro a Nin Kundara en este preciso instante.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No sabía muy bien qué tirar en esta ocasión, ya que Faraz no está realmente tratando de ocultar sus emociones, sino ahogándolas activamente. Por así decirlo, le está dando la ocasión a Nin de darle la «respuesta correcta» antes de dejarse arrastrar por la ira que ha estallado de pronto en su interior. Tengo Contenido y/o Paciente, por si alguna de las dos aplica.

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24/06/2019, 01:43
Cáusata Nin Kundara

La mujer ponía un gesto serio, pensativo.

—No tengo manera de saberlo.

Bajó la cabeza un segundo y volvió a levantarla para hablarle mirándole a los jos.

—Aunque el hambre mató a muchos la mayoría de las víctimas lo fueron porque no pudieron soportar el silencio que vino después, sin las máscaras perceptivas ni los apoyos cognitivos…

Una de las exigencias de una sociedad aislada es la autosuficiencia, por lo general en ellas el hambre tras la revolución ha sido un problema menor que en la sociedad general. Por lo que me decís y por lo que observo en vosotros no os habéis criado en una sociedad asistida por máscaras. No sabéis ni lo que son ni tenéis ningún signo de haber sido sometidos a una. Así que es muy probable que la revolución de los sóter no matara a tu familia aunque seguro que hubo un antes y un después para ellos, como para nosotros. Y si os seleccionaron y os indujeron el sopor un siglo antes de la revolución, ésta no les afectó a ellos sino a sus descendientes.

El sóter miraba al lago con pesadumbre, callado. La cáusata bebió un trago y siguió.

—Tenemos censos. No sólo los nombres, vendría bien una descripción geográfica del lugar: si tiene río, si hay montañas, especies de planas, animales silvestres, clima, por dónde se pone el Sol… Todo puede ser útil. Y por supuesto, esa experiencia durante el sopor, es fundamental.

Es muy posible que los otros cuatro sean sus compañeros. Nos dijeron que eran en total nueve. Se llaman Egra, Adrien, Danny y Forest y también vienen de la Conurbación Dongan-Verne-Toruca.

Notas de juego

Creo que para la tirada de Faraz habría sido mejor Introspección más Agredir porque el personaje quiere "matar" sus propios sentimientos.

Edito: he añadido la respuesta a Ryu, en el último párrafo.

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24/06/2019, 23:45
Erik Du Mont

La explicación de la Cáusata resultaba mucho más práctica comparada con la forma en que había leído la revolución a través de la descripción poética del sóter. El corazón de Erik se encogió al imaginarse de manera más vívida cómo habría sufrido toda aquella gente durante la revolución, no sólo privados de todo el funcionamiento de la vida que conocían hasta el momento, sino desnudados ante una verdad totalmente inimaginable. El individuo es racional por dentro, pero la masa...

Las referencias de la historia parecían entrelazarse con los detalles que ellos conocían: la base aeroespacial, los cuerpos explosionados de esa forma, su espectro Moshen... Y los cuatro compañeros cuyos nombres coincidían con los que habían conocido en la nave. Todo ello parecía visto desde otra perspectiva, una que entendía más que ellos y a la vez había experimentado su despertar de forma muy distinta. Más piezas para el puzzle. 

Antes de hablar, dejó que los demás se adelantaran, fijando la vista en Faraz un momento. La forma en que hablaba denotaba odio, uno justificable pero irracional. Ellos no son los verdaderos culpables si es que los hay... Le habría gustado confortarle en aquel mismo momento, pero ni él mismo tenía claro si tenía razón o no. Si era cierto que había pasado un siglo, sus familias... Es posible que ya ni siquiera existan. Se contuvo de preocuparse por ello en ese momento, había una duda que rondaba su mente y era la forma en que habían acabado en aquellas instalaciones. Los clones, la imagen que había visto Sibyl de su "otra vida", esa extraña base y los avances de los que apenas conocían nada... Se echó un poco hacia delante y miró a los demás, esperando una confirmación silenciosa antes de contar lo que sabían.

- Antes de estudiar nuestra situación geográfica exacta, creo que es necesario poneros en nuestro contexto, nuestro punto de vista durante el sopor. - tomó aire algo preocupado, recapitulando por dónde empezar y cuánto resumirlo. Levantó de nuevo la mirada a la Cáusata y se decidió a hablar - Ocurrió poco antes de la celebración de Fin de Ciclo. Es la forma que tenemos de celebrar el paso del tiempo, una vez cada lo que aquí llamáis siglo. 

>> Mis compañeros y yo perdimos repentinamente la conciencia y nos despertamos en un cuerpo que no nos pertenecía, un cuerpo totalmente metálico, sin órganos ni rostro, pero manteniendo nuestra propia consciencia y con la capacidad de movernos y hablar. Cada uno disponía de un rango militar, un alias y un número que nos identificaba como distintos "Testigos", aún desconocemos su significado. 

>> No se trataba de ninguna instalación aeroespacial o militar donde nos despertamos, se trataba de una nave, en mitad del espacio. El Espectro Moshen que has mencionado nosotros lo conocimos como un sonido, una especie de música, sí, pero asignada al planeta Héspere y a sus lunas, que se podían ver desde el casco de la nave. 

>> El concepto de segmentación distal explosiva también nos resulta desgraciadamente familiar. En el interior de la nave había otros androides, cuerpos como los que teníamos en ese momento, pero inactivos por fallos del sistema. Uno de ellos se extendía un cuerpo tal y como lo has descrito, con partes del cuerpo replicadas, hecho de tejido orgánico a pesar de que sería imposible que cupiese un cuerpo humano dentro del metal. 

- Nos gustaría poder decir o pensar que aquello era algo totalmente nuevo, una especie de experimento que intente llevar nuestras conciencias a un cuerpo distinto y que nadie "real" ha sufrido daños, pero... - Erik bajó un poco la cabeza, intentando concienciarse. Cada paso más en el tiempo agravaba y aquello podría dolerles tanto a sus anfitriones como les había dolido a ellos - Según encontramos en los datos de la nave, había una persona humana al menos, una mujer que había muerto hacía... cinco mil años, después de haber pasado doscientos en animación suspendida. - dejó un momento de silencio y que sus compañeros decidieran añadir todos los detalles que había intentado resumir en aquellos largos minutos, mientras cruzaba las manos entre sí y volvía a sentarse algo erguido en la silla.

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25/06/2019, 11:32
Darya Gevorkian

Darya trataba de imaginar el día a día en el estatismo dataísta. Se daba cuenta que no comprendía cuál podría haber sido la verdadera dimensión de la implantación del sistema en la población, y ya no tanto en la población en general sino en el individuo particular, si éste era capaz, cuando el sistema se desconectó, de preferir quitarse la propia vida. Y según la cáusata ésta había sido la principal forma de muerte. Entendió que existía una “burbuja vital” para cada cual tan bien afinada que habían llegado a desarrollarse tecnologías y proyectos sumamente avanzados sin que al parecer ningún ser humano tuviera una visión de conjunto. Imaginaba la inteligencia del Gólem asignando esas burbujas y manteniendo a la humanidad en la oscuridad de su propio quehacer y su propio destino, sin capacidad de oposición o verdadera reacción y se preguntó cuál habría sido el punto de inflexión que había llevado a los junzi a la decisión de que todo debía parar. Recordó que Beatrice había dicho que Terpsícora tenía trescientos años y pensó si el sóter también tendría esa edad. Si habían mejoras genéticas, como les habían explicado, tal vez no fuera descabellado que los junzi fueran los mismos desde el inicio del sistema. Sin embargo habían pasado trescientos años hasta que decidieron ponerle fin.

Por las intervenciones de Ryu y Faraz, Darya comprendió que a pesar de lo que habían hablado en la biblioteca, a pesar de la vehemente presencia de la luna llena en el cielo, seguían aferrados a la idea de que el Eón era una comunidad aislada y había sufrido el apagón de la revolución. No podía culparlos. Para ella sin embargo todo parecía encajar mejor si ésta Tierra no era su Tierra aunque para ello fuera necesario creer una cosa imposible: que no sólo habían viajado en el espacio sino también en el tiempo. Escuchó a Erik narrar lo ocurrido en la nave y se angustió al recordar las sensaciones de su cuerpo mecánico. Recordó aquellas otras carcasas que habían sufrido fallos de asignación y el cuerpo monstruoso que ahora parecía explicarse no sólo como un fallo a bordo sino también en la base en la cual les habían encontrado. Y aunque no había vuelto a pensar en aquellas palabras después de que Sibyl las dijera, un escalofrío la recorrió al recordar cómo la chica sintió en las carcasas vacías un deseo de ser que la asustó profundamente.

Mientras Erik hablaba, Darya miró a Sibyl. De nuevo pensó que no le había preguntado acerca de la respuesta sobre la música que la llevó a quedarse más tiempo a bordo. Había algo en ella, en su presencia aparentemente humilde y su deseo patente de pasar desapercibida, que contrastaba con algo enigmático a lo que Darya no sabía dar forma ni nombre pero parecía extenderse por su persona y mostrarse, como un indicio apenas revelado, en su aire candoroso y apacible y el brillo de sus ojos. Si el término hubiera existido en su mundo mental, habría dicho que había en ella algo angelical.

Por último Erik habló de lo que la nave había bautizado como “contacto Kennedy”: el cadáver momificado de quien llevaba cinco mil años muerto.

Esto último —volvió a hablar tras la intervención de Erik—, parece cambiarlo todo. Si la nave no mintió al dar los datos, y siendo piezas de la misma no entiendo por qué debería habernos mentido, la misión que estuviera llevando a cabo había durado miles de años. Sin embargo el Gólem sólo duró trescientos —miró a todos buscando leer la reacción a sus palabras en sus gestos—. Creo que esto indica que aunque en la Tierra se haya acabado con él, podría haber sobrevivido más allá, en ésta misión espacial en que estuvimos y quién sabe si en alguna misión más. El hecho de que los únicos casos en el mundo que conozcan de personas en sopor como nosotros sea el de nuestro grupo nos da esperanzas de que tal vez ésta que vimos sea la única misión, pero podría haber más bases todavía por descubrir —matizó recordando las palabras de Nin—. Y deben saber —fijó la mirada en el sóter y los dos cáusatas buscando que percibieran su total sinceridad—, que hasta el  momento en que nuestras consciencias despertaron en la nave ocupando aquellos cuerpos no sabíamos absolutamente nada de ello, ni de que fuera posible, ni de lo que ustedes nos han contado, ni de la historia siquiera. De allí de donde venimos se nos ha contado que todo sigue igual desde hace miles de años. Efectivamente no sabemos nada de las interfaces automatizadas, máscaras perceptivas o asistencias cognitivas —dio la razón a la suposición de la mujer—, pero si nuestro mundo no es una comunidad aislada del modo como lo es el resto, entonces sería posible que el Gólem no sólo hubiera sobrevivido en aquella nave en el espacio —miró a sus compañeros con gesto grave antes de continuar—. Excelencia —se dirigió al sóter—, esto es una teoría pero… Creo que no todos mis compañeros la comparten y es entendible el porqué… —respiró hondo antes de poder continuar—. Verá, los mapas que hemos podido consultar en su biblioteca, los datos geológicos y geográficos, las informaciones en relación al sistema solar y la propia luna —señaló al cielo—, no coinciden con lo que conocemos —después de decir esto buscó la mirada de la cáusata—. Si el Eón, si la Conurbación de que hemos hablado no forma parte de sus censos, entonces al igual que viajamos al espacio en el futuro a otros cuerpos, creo que hemos viajado hasta éstos, en nuestro pasado. A estos que son genéticamente iguales a los nuestros —su rostro encendido de rubor contrastaba con su mirada enérgica—. No sé si lo que digo es verdad o siquiera si tiene sentido —miró de nuevo al sóter y después a sus compañeros-. Sólo sé que si el cómputo de tiempo es real y si éste mundo no es el nuestro, no encuentro otra explicación.

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26/06/2019, 01:16
Caúsata Darío Muzio

Habló el cáusata que había estado callado hasta entonces, Darío, partiendo de una cuestión que Nin no le había respondido a Sibyl.

—Debe haber muchos más clones aunque sólo conocemos el caso de nuestra petite Beatrice. Nació fruto de la fecundación autogámica, es decir, ha sido concebida sin padre, descendiente únicamente del linaje de su madre. Pero su fenotipo es tan diferente al de Titania como el de cualquier otro desconocido.

Hizo una pequeña puntualización.

—Autoreproducirse es una de las herencias transhumanas que se han naturalizado. El ADN de Titania contiene el de usted, madame —se apoyó en un gesto para enfatizar que se refería a Darya—. Y es posible que el de Ángela también, al menos una porción.

Y siguió.

—Una forma de naturalizar un genotipo es hacer que se manifieste en el ovocito y el fenotipo sea viable sólo si se cumplen unas condiciones concretas, como que la gametogénesis se desencadene en luna llena y el nacimiento sea de mellizos, por ejemplo. Eso hace que el genotipo en cuestión se dé cada muchas generaciones y no sea detectable pues está encriptado en una población que no lo manifiesta. Incluso podría estar fragmentado y confluír en un individuo cientos de generaciones después.

Es una estrategia con que el Gólem aseguró la herencia transhumana, imitando a la naturaleza... Aunque se exterminara a todos los fenotipos de una generación seguirían naciendo y cuando se relajara la purga cultural la herencia transhumana volvería a manifestarse.

Se levantó y caminó hacia la barandilla, mirando la luna.

—El Gólem utilizó infinitos recursos para una carrera espacial que en gran parte desconocemos así que la hipótesis de la colonia en otro planeta por mucho que nos asombre no se debe rechazar sin un análisis en profundidad. Es más, existe una hipótesis plausible que necesita ser confirmada pero me atrevería a pedirles, con permiso de mi colega Kundara, que se preparen para asimilar que en efecto, han viajado en el espacio-tiempo, hasta aquí. Pronto la hipótesis tendrá más base y entonces se la haremos saber, como es su derecho, pero nuestro juramento de cáusata el que nos obliga a ser cuidadosos con las especulaciones. Mañana mismo podremos hacer una teoría sólida y ofrecerles el principio de una explicación.

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26/06/2019, 01:39
Mihai Razvan, sóter de Basa'rab

Mihai habló con su voz calma, primero a los cáusatas.—Lo siento pero hay algo que no puede esperar —, que asintieron como dando la conformidad, ante lo que continuó el sóter, ahora mirando a sus protegidos—. Noto algo… Sé que es pedir un imposible, pero no quiero que os asustéis. No es algo a lo que debáis temer, pero implica una obligación, una responsabilidad nueva.

No sois los ecos lejanos que escuchaba en vuestros cuerpos mientras dormían, al menos no de una forma sencilla... Quiero decir con eso que no penséis que habéis estado en sopor este tiempo. Los cuerpos que habéis ocupado en vuestra... encarnación... en efecto, no os pertenecen, al menos, no sólo a vosotros. Tampoco estáis ocupando cuerpos deshabitados, cultivados ex profeso para vuestra llegada. Tuvieron una vida antes de caer en el sopor… éste no los mató, ni vuestra llegada. Con cada uno de vosotros duerme un otro, vivo. Me sorprende pero no lo siento como algo terrorífico ni como una abominación contranatura. No sé si es resignación, quizá se sacrificaron...

Prefiero exponeros al shock que arriesgarme a que no lo podáis entender si existe un canal interior, un vínculo con ellos que dada la falta de violencia en vuestra melodía es algo de esperar. Quizá esa sintonía con el huésped es lo que os hizo viables frente a los que murieron de segmentación explosiva. En todo caso, es algo que debéis saber.

También tenéis dotes transhumanas. Conforme se manifiesten os ruego que os lo toméis como un don y que busquéis un significado más allá del rol que el Gólem pudo haber tramado para vosotros. Insisto en que siempre podréis contar con nuestra ayuda incondicional.

Notas de juego

2 de 2, ya podéis postear.

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27/06/2019, 01:40
Sibyl Hadue

Cuando Ryu primero y Faraz después intervinieron la mirada de Sibyl se elevó, buscando esa faz plateada que tenía rasgos distintos a los que debería tener. Contemplándola la sensación que había tenido en la biblioteca con las palabras de Darya se acentuó. «No. No están atrás. Están delante. Están ahí fuera, ahí mismo»

Reafirmada en ese pensamiento volvió a bajar la mirada para atender a la respuesta de la cáusata. Lo cierto era que durante su infancia y adolescencia se había acostumbrado a que sus preguntas fuesen consideradas inoportunas o irrelevantes. Había aprendido a preguntar los porqués hacia dentro y no hacia fuera. Así pues no le dio demasiada importancia al hecho de que la señora Kundara no respondiese sus preguntas. No se sintió ofendida, ni siquiera avergonzada. Simplemente consideró que no debían ser pertinentes y las almacenó en su interior para otro momento mejor. 

Reconoció algunos de los nombres que pronunció la mujer y sus ojos brillaron con ese reconocimiento. Se sentía aliviada por saber que estaban bien, que estaban, como ellos, en aquel lugar, a la vez. Le pareció que si lograban encontrarse con ellos, si estaban todos juntos, lograrían encontrar las respuestas que se les escapaban. 

En cuanto comenzó el relato de Erik sus ojos volaron hasta él. Lo escuchó con atención. Quería comprender cómo había vivido él su experiencia en la nave, cómo lo había sentido. Le agradeció mentalmente que no hablase de lo que le había pasado a ella cuando se quedó a solas, pues no estaba segura de estar preparada aún para contárselo a esa gente y sentir sus miradas sobre ella, por mucha gratitud que sintiese hacia ellos. 

Dejó de mirar a Erik cuando sintió los ojos de Darya sobre sí. Le dedicó una pequeña sonrisa y se dispuso a escucharla cuando tomó la palabra. Sintió cierta sintonía con ella, con sus hipótesis y teorías. Tal vez fuese porque ambas tenían la necesidad de creer que podían volver a casa, o quizás porque tenían menos miedo a abandonar la lógica. Pero, como fuese, Sibyl se sorprendió apoyando sus palabras con un asentimiento de cabeza. 

Cuando el cáusata que había permanecido en silencio empezó a hablar respondiendo esas preguntas suyas que habían quedado en el aire, las mejillas de Sibyl se colorearon un tanto, pues ya no esperaba que las respuestas llegasen. No lo entendió todo. La biología y la genética no entraban en su campo de estudio más que superficialmente. Pero sí creyó entender lo suficiente, aunque de nuevo le parecía todo como de ciencia ficción. Su mirada se movió desde ese hombre hacia el sóter con una leve confusión. Antes Mihai había dicho que Beatrice era de su sangre, pero si realmente había sido autoengendrada, o como fuese eso... entonces debía haberse tratado de un modo de hablar, pues no sería su hija en realidad. 

Volvió a mirar al cáusata y asintió con la cabeza, aceptando ese tiempo que les pedía antes de lanzar su hipótesis. Comprendía que necesitasen estudiar las posibilidades antes de darles algo a lo que seguro se aferrarían con fuerza.

Gracias —le dijo en voz baja, un instante antes de que el sóter tomase la palabra atrayendo su atención. 

Sus ojos se fueron abriendo cada vez más a medida que el hombre iba hablando, pues cada revelación era más chocante aún que la anterior. Contuvo la respiración en la garganta, donde sus manos se encontraron como recogiéndola en un nido. Las preguntas de repente se multiplicaban. De nuevo se sentía perdida, perdida dentro de un cuerpo que era el suyo y no lo era, sólo que esta vez no estaba hecho de metal. Se sintió intrusa, invadiendo un lugar que no le pertenecía, que alguien le había cedido... ¿resignada? ¿obligada? Y se acordó de la otra, de la Medusa del vídeo. 

Vació sus pulmones en una exhalación lenta con las últimas palabras del sóter. 

¿Un don? —repitió, separando las manos de sí y mirándolas. Desde luego ella no se sentía como si tuviese ningún don, pero a esas alturas su razón ya había dejado por completo el mando a su instinto—. ¿Quiere decir que estos cuerpos no nos pertenecen? ¿Y que son transhumanos? —Mucho por asimilar, demasiado, pero con un pestañeo centró la mirada de nuevo en el sóter—. ¿Usted puede escucharlas, nuestras melodías?

Se volvió entonces hacia su interior, buscando esa presencia de la que hablaba el hombre, tratando de escuchar por sí misma esa canción ralentizada que sería suya. De ella, y no de Sibyl. 

- Tiradas (1)