Partida Rol por web

Eón

DÉMETER

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16/06/2019, 00:43
Erik Du Mont

Desde aquel merecido descanso mental, Erik se había paseado entre los libros de la biblioteca, observándolos con curiosidad pero sin atreverse a leer otro en ese momento. La verdad había acabado doliéndole mucho más que el desconocimiento y en aquel momento no tenía nada claro, excepto que debía descansar. Eligió el último cuarto disponible para él y sin estar muy seguro de qué hacer en él, se quedó sentado en la cama, mirando por la ventana. No podía ver mucho más lejos lo que había en ella y tampoco esperaba ningún tipo de respuesta por parte del paisaje. Simplemente se quedó allí, asumiendo todo lo aprendido y las consecuencias. 

Y lloró. Lloró en silencio, lágrimas claras rodando por sus mejillas y la vista perdida en todo lo que había dejado en algún sitio lejano. Su ciudad, su trabajo, su madre, su marido, su hija... Su vida. No lloraba por haberla perdido. Lloraba porque la echaba de menos y por los que también le habían perdido a él. No había perdido la esperanza de volver a encontrar todo aquello, de vuelta de un mal sueño o de un largo viaje. 

Recordó la primera vez que había dejado a Kiara en el colegio y había terminado llorando por no tenerla en casa, llegando incluso media hora antes a recogerla. Y ella... Ella salió a su hora, dando saltos, feliz y riéndose y lo primero que me dijo fue: "¿Cuándo podemos volver?" Erik se rió y volvió a la realidad, sonriendo de nuevo y enjugándose las lágrimas. No tenía sentido llorar por el momento. Aunque fuese un sueño o un imposible volver, lo importante era lo bien que había estado entonces y lo mucho que había podido disfrutar aquella vida. Aunque espero que sea pronto, Kiara...

Después de lavarse la cara y pasar un breve tiempo más de reflexión, se dispuso a prepararse para la ocasión especial. Eligió tonos castaños y claros, con los que solía sentirse más cómodo. Le sirvió con un solo vistazo a la luna de ese mundo para saber que no estaban donde deberían... No, donde quisiera estar. No debía pensar en aquel lugar como en "el otro mundo", como el sitio extraño y desconcertante del que debía escapar. Debía pensar en las nuevas posibilidades que le daba éste, todo lo que podía aprender y buscar en primer lugar qué significaba.

La comitiva era más extensa de lo que Erik esperaba en un primer momento, pero saludó a todos ellos con su habitual sonrisa confiable e imitando la forma en que saludaban a otros, sin querer romper las costumbres de allí. Aunque en algunos casos se podía ver que las costumbres dependían de cada uno de los individuos. La presencia del sóter le resultó sorprendentemente como esperaba: regia y beatífica. Sus memorias encajaban con su persona y a pesar de lo extraño que pudiera resultar alguien así, podía entender de cierta forma el trato especial que se le daba.

Cuando llegó el turno de la Cáusata, Erik se quedó pensando en los muchos años que les habrían estado estudiando y los muchos quebraderos de cabeza que les habría causado su mera existencia e incluso sintió el impulso de disculparse por ello, como si hubiese sido capaz de evitarlo de alguna forma. 

- Yo soy Erik. - se presentó, asintiendo a las palabras de Darya - No tiene de qué disculparse. Tal vez hayamos "nacido" hoy, pero creo que esta es una situación especial para todos. - dijo con su habitual humor. 

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16/06/2019, 20:56
Sibyl Hadue

Un rato antes de la llegada del sóter.

Sibyl había fruncido el ceño, extrañada ante esas palabras que no había comprendido, pero al escuchar la explicación su expresión se relajó y asintió. Aunque lo cierto era que en apenas esas frases el hombre había logrado incrementar las preguntas sin respuesta que se iban acumulando en ella. Se preguntó si él entonces se consideraba un noble, esa figura arcaica que en el Eón era algo tan lejano que sonaba a fantasía. También pensó en preguntar por el asunto de las lenguas, pero no quería desviar el asunto que la había llevado a él, así que almacenó esas dudas para otro momento y le siguió hacia la sala del piano. 

Al cruzarse con las niñas les dedicó una sonrisa suave que nacía de la ternura que le provocaban los niños. Como en un chispazo llegaron a su cabeza algunas de las últimas palabras que había compartido con Josef, esas en las que hablaba de que sería la madre de sus hijos, y la respiración se le atragantó en la garganta por un instante. 

Pero todo eso desapareció cuando el hombre empezó a tocar el piano. Sibyl suspiró entre dientes y con cuidado posó sus dedos sobre la superficie del piano, sintiendo sus vibraciones. Cerró los ojos despacio y se dejó llevar, recreándose en esa melodía que parecía dar vueltas y ramificarse sobre sí misma. 

Aún cuando Charlie paró de tocar, ella permaneció algunos segundos con los ojos cerrados, sintiendo cómo las fibras de su ser vibraban con los ecos de las notas que aún persistían. La voz del hombre la sacó de su ensimismamiento y al abrir los ojos de golpe tuvo que pestañear, reacostumbrándose de nuevo a la luz. 

—Por favor —le respondió, moviéndose hasta ponerse donde pudiera ver lo que él hacía en el cuaderno. 

Mientras lo miraba escribir cifras y notas se dio cuenta de que estaba decepcionada. Ni siquiera sabía qué había esperado al querer escuchar esa melodía, pero sí que había esperado... algo. Había sido un impulso instintivo, quizás había creído que a eso se refería la Medusa que había visto en el vídeo de la nave, tal vez esperaba que al comprender las resonancias de ese número podría abrir esa puerta que se había cerrado en sus narices. Y ahora, además de decepcionada se sentía estúpida por haber esperado algo tan absurdo. A lo largo de su vida habían sido escasas las ocasiones en que se había dejado guiar por su instinto, desde pequeña había sentido que sus ideas no eran tenidas en cuenta, que eran ridículas o ilógicas. Y así se sentía una vez más, como si tuviera la mirada reprobadora de su madre en la nuca.

Así que se esforzó en centrarse en lo que aquel hombre tan amable le estaba enseñando. Quería comprender lo que hacía, cómo podía expresar realidades con música de esa manera que a ella se le antojaba tan alienígena y al mismo tiempo tan orgánica, como si algo en su interior lo entendiese como lo más natural del mundo. 

Es impresionante —dijo al fin cuando él terminó de hablar, contemplando fascinada la libreta. Acarició la hoja con los dedos, como si así pudiera comprender lo que él había hecho, y luego lo miró a él, con franca admiración—. Muchas gracias, Charlie. Una vez escuché la música de los planetas, ¿sabes? Orbes descomunales que giraban creando una melodía particular, distinta y maravillosa —Le contó, con una sonrisa suave, antes de dar la única explicación que podía dar—. En un sueño. 

Lo miró a los ojos, en silencio, mientras una idea iba tomando forma en su cabeza. Trató de no ilusionarse con la posibilidad, pero sólo pensarlo hacía que sus ojos chispeasen. 

¿Si te tararease el inicio de una melodía serías capaz de aprehender su esencia y continuarla? ¿O, al menos, de tocarla en el piano? ¿Y crees que yo podría aprender a escuchar así?

- Tiradas (3)

Notas de juego

La primera tirada es para conectar con la música cuando cierra los ojos. La segunda tirada no es nada, es que se me escapó el dedo mientras borraba el motivo para hacer la siguiente, sorry. La tercera es para tratar de comprender las operaciones que realiza Charlie para convertir los números en notas. 

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16/06/2019, 21:45
Sibyl Hadue

Cuando el sóter y todo su séquito empezaron a presentarse Sibyl se sintió algo abrumada. Por primera vez desde que había despertado en ese lugar se hizo consciente de que tal vez ese despertar había sido un acontecimiento para esas gentes. Algo tan remarcable como para que algunas personas quisieran verlos con sus propios ojos. Podía comprender ese sentimiento. Ella misma, de estar en su lugar, se habría sentido emocionada. Pero las sensaciones habían sido tan irreales que hasta ese momento no se había hecho realmente consciente de lo que debía significar para ellos. 

Saludó a todos, uno por uno, con una sonrisa cálida y agradecida. Era difícil comprender la magnitud del tiempo que habían pasado dormidos bajo los cuidados del sóter y su familia, pero habían sido sumamente amables con ella desde que había abierto los ojos. Le era imposible no sentir gratitud hacia esas personas capaces de cuidar a un grupo de desconocidos en sopor durante años. 

Sibyl trataba de no llamar demasiado la atención, en la medida de lo posible. Dejaba que los demás acaparasen las miradas con su presencia o su labia. Las miradas de algunos la intimidaron, esa mujer que parecía ver en su interior con sus ojos llenos de magnetismo, o la otra que era tan alta que debía mirarla desde abajo. Pero la última en ofrecerle su mano le resultó, por algún motivo más cercana. Su sonrisa se amplió un poquito al escuchar que ella les había encontrado. Tal vez ella podría relatarles con detalle cómo había sido su rescate

—Sibyl —se presentó cuando llegó su turno al tiempo que tomaba la mano de la mujer con las dos suyas y la apretaba por un instante.

No dijo nada más, poco podía aportar que mejorase las palabras de Darya y Erik, pero sus ojos hablaban por ella con expresividad, desvelando su gratitud, su curiosidad y su timidez. 

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17/06/2019, 14:24
Cáusata Nin Kundara

Las conversaciones se siguieron con relativa naturalidad. A pesar de la situación la gente se dejaba su espacio y charlaba amigablemente invitando a cualquiera a unirse a la conversación. La cáusata les explicó que ella, en último término, era la responsable -y la máxima autoridad- de la investigación de su caso y de su integración en la nueva sociedad, que no se sintieran apabullados por la gratitud del sóter, que eran libres y que todo en su misión estaba supeditado a garantizar que esa libertad fuera real y plena.

Suponiendo que no sabían nada del significado del título con la que la habían presentado les contó que que "cáusata" antes del nombre indicaba que tenía una dote transhumana que había sido cultivada por los maestros en ella con supervisión del consejo de los sóter. El título garantizaba que ella tenía pleno dominio sobre su don y que lo ponía al servicio de quien lo necesitara. Sus formas de captar y procesar la información, su capacidad de razonar sobre cuestiones relacionadas con la causalidad era “distinta”. Podía captar y manejar una masa ingente de datos y relacionarlos con lógicas que resultaban enigmáticas, indescifrables para la forma de pensar común.

Notas de juego

Uno de varios. En el último vendrá una explicación para vuestro posteo.

:-)

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17/06/2019, 14:30
Romeo Malfitano

Las niñas comenzaron a servirles bebida. El joven alto se acercó tras pedir a la mujer permiso con un gesto de la cabeza y metió baza:

—En los últimos siglos se diseñó la herencia de nuestra especie con genotipos de cualidades diferentes a las del humano natural, al que se le llegó a llamar “silvestre” o “salvaje”. Si durante toda la historia ha habido racismo y xenofobia es de esperar que en el proyecto a largo plazo del dataísmo se quisiera instaurar una sociedad de castas eternizada no sólo por la fuerza de la costumbre o las instituciones, sino también por las diferentes utilidades de cada uno biológicamente determinadas en su herencia... Fenotipos naturalizados funcionalmente diferentes, especializados, en un totalitarismo utilitarista darían lugar a una transformación de la sociedad humana en un enjambre. Hoy en día un cinco por ciento de la humanidad tiene algo transhumano en su herencia. Un desafío para nuestra sociedad es evitar a toda costa que algo así pueda llegar a ocurrir.

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17/06/2019, 14:35
Terpsícora

Durante el atardecer Terpsícora recitó algo parecido a una poesía que hablaba de una barca en la que un dios representado por el Sol se adentraba en el oscuro mundo de los muertos. Allí ese ser de cabeza de halcón y de nombre Ra y su séquito se enfrentaría al caos encarnado como una serpiente gigante a la que debían vencer pero a la que no se podía matar. De su victoria dependía el nuevo amanecer y en esa lucha participaba todo ser existente. Los versos casi cantados se decían ya parte de ella, como un himno para su victoria.

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17/06/2019, 14:39
Mihai Razvan, sóter de Basa'rab

Ya de noche cenaron en el salón de la casa. El sóter, sentado junto a su esposa apenas habló pero se mostró abierto y amable. Las niñas sirvieron la cena, esa noche les ayudó Ayischa y el propio doctor Knox, que había sido el cocinero. El plato central era un pescado exquisito, acompañado de verduras.

La bebida era vino tinto y agua. Su sabor era increíble y el efecto de su alcohol muy fuerte y sutil, pasando desapercibido hasta que no era demasiado tarde*.

Notas de juego

(*) Sois libres de hacer que la bebida afecte a vuestros personajes. En ese caso podéis hacer una tirada de Fuerza más reaccionar dificultad según lo que vuestros personajes hayan bebido.

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17/06/2019, 14:41
Beatrice Danesti

Ángela y Beatrice estuvieron siempre accesibles, haciendo bromas y ofreciéndose a contar cosas sobre los invitados pero no había manera de saber cuánto era real y cuánto leyenda en las historias que ellas contaran. Por ejemplo, afirmaban que Terpsícora era la persona más vieja del mundo y que tenía trescientos años, pero no le gustaba hablar de su edad.

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17/06/2019, 15:37
Sylvain van Giersbergen

Sylvain parecía esforzarse en huírles la mirada. Era alguien difícil de imaginar manso pero se le notaba inquieto en su presencia, violento. Como si estuviera conteniéndose para no llegar a resultar desagradable.

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17/06/2019, 15:39
Areta Leichtle

La joven Areta no se separaba de él, a veces, después de algún encuentro visual con ellos, había conseguido amansar su gesto con algún comentario.

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17/06/2019, 15:40
Charlie

Tras la cena Charlie se puso al piano. Les pidió a los cinco que se sentaran en primera fila como invitados de honor. Luego se lo pensó mejor e hizo levantar a Sibyl para que se sentara junto a él, en una butaca alta desde la que podía ver cómo pulsaba las teclas del piano.

Esa decisión causó cierta admiración entre el público. Parecía tener una importancia que se les escapaba.

Empezó con la pieza que le había pedido Ryu,

Y el resto del repertorio tenía tanta fuerza como pudiera tener esa.

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17/06/2019, 15:42
Hélène Hunziker

En la última canción se unió Hélène al violoncello.

Que interpretó con una sensibilidad contagiosa y apabullante.

Tras una ovación contenida, los invitados comentaron la belleza de la música y se fueron retirando poco a poco, guiados por Titania y las niñas a sus aposentos.

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17/06/2019, 15:44
Mihai Razvan, sóter de Basa'rab

El mismo sóter les animó a salir a dar un paseo a la luz de la luna hasta el porche junto al lago, donde tendrían la reunión de la que les había hablado Titania. Allí, en la mesa, se sentarían ellos cinco, el sóter, y los dos cáusatas. Darío se había mantenido en segundo plano toda la noche.

Notas de juego

Vamos a hacer algo un poco "experimental". Sois libres de poner vuestras impresiones y de abrir un post (o no) para conversar con cualquier invitado, sea pj o pnj. Seleccionar sólo a los que estén en esa conversación.

Si no pasa nada raro el miércoles por la noche/jueves por la mañana abriré la reunión con otro post mientras jugamos en paralelo las conversaciones que hayáis empezado y que abandonaremos cunado os parezca.

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18/06/2019, 00:09
Faraz Snowden

Saludo a los recién llegados conforme se van presentando, siempre con el máximo respeto y sin invadir jamás su espacio personal. No rehúyo el contacto físico, pero tampoco lo impongo en quien no tome la iniciativa en ese sentido, y en general, me dedico a intercambiar comentarios amables mientras me esfuerzo por no sentirme como pez fuera del agua.

A la hora de la cena, me queda claro que la carne es una parte muy importante de la dieta para esta gente. Esta vez me esfuerzo por no hacer aspavientos ni actuar de forma que pueda ser tomada como descortés por ninguno de los presentes, y me limito a ingerir algo más de pan del que comería habitualmente y a dar buena cuenta de los acompañamientos de verduras.

Tal vez solo sean imaginaciones mías, pero, conforme avanza la noche, una nueva sensación, desconocida o al menos ignorada hasta ahora, me sobreviene: la de ser una rareza en una exhibición, una especie de animal exótico, que al igual que mis compañeros, se ha convertido sin pretenderlo en el centro de atención de la velada. Porque es indudable que toda esta gente se ha desplazado hasta aquí para ver a estos extraños vestigios del Estatismo Dataísta que, inexplicablemente y tras quince años en un estado indistinguible de la muerte, han despertado de pronto. Casi puedo oír los interrogantes en su cabeza: ¿Por qué ahora? ¿Con qué fin? Y lo que es más importante, ¿suponen un peligro? Somos un rompecabezas para ellos tanto como ellos lo puedan ser para nosotros, y esta cena es, ante todo, un ajuste de piezas.

Nunca lo hago, pero, con más razón esta noche, decido no excederme con el alcohol, pues presiento que necesitaré estar sereno para las verdades que están por llegar. En vez de eso, me relajo en mi asiento y disfruto de la música, pero mis ojos buscan instintivamente a la cáusata Nin Kundara. Desde que la vi por primera vez, me ha parecido sentir una especie de vínculo o conexión inexplicable con ella, más fuerte que con ninguno de los presentes (exceptuando a mis compañeros, claro está). Ignoro la razón, pero creo que sabe muchas cosas que podrían ayudarnos. Que podrían ayudarme. A qué, aún no lo sé, pero no me importaría averiguarlo.

Notas de juego

Faraz tomará como mucho un vaso de vino; el resto, agüita clara XD. Mi intención es reunirme con Nin después de la cena, aunque no tiene por qué ser una conversación privada, y quien quiera puede unírsenos. Ya si eso, a lo mejor luego hablo con alguien más, siendo ahora mismo Charlie y Mihai los candidatos más probables.

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18/06/2019, 13:37
Charlie

Un rato antes de la llegada del sóter.

—Distinguir los sueños verdaderos de los falsos es un arte así que no diré que haya que hacerles caso siempre pero desde luego que se merecen toda nuestra atención. Esa música que escuchaste puede ser la señal de un don, un ojo interior que quiere abrirse.

Sonrió y se rascó lentamente una ceja, mostrándose pensativo, intrigado.

—Adelante, adelante.

Tomó la libreta y se dispuso a escribir.

—Primero cántalo todo y luego, la segunda vez te haré parar y repetir para captar detalles. Después la tocaré y tú me corregirás y volveremos a modificar.

Así hasta que el piano cante con su voz lo que escuchaste en tu sueño.

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18/06/2019, 14:30
Darya Gevorkian

A pesar de que la comida le devolvió parte de las fuerzas, Darya no consiguió que la sensación de ensoñación la abandonara. Rehuyó el vino sabiendo que no podría ayudarla en absoluto a recuperar el sentido de la realidad y probó el pescado —cuya textura más suave que la de la carne le daba menos impresión. Hubiera querido apurar no solo un vaso sino una botella entera y perder la consciencia, no tener que preocuparse de que dijeran unos y otros o qué verdades iban a ser reveladas. De tanto en tanto trataba de evitar sumirse en el recuerdo de la última cena que había probado; la que tomara en casa de su madre junto a ella, Oskar y Athina. Recordó el brindis de Oskar y el efecto del vino sobre los demás y cómo tuvo que abstenerse al tener que ir en moto después hasta casa de Julius. Pero allí sí había bebido su última copa: brindando con Jesu por el amor verdadero. El solo olor del vino estuvo a punto de hacerla llorar, aunque no estaba muy segura ya de por qué.

Buscando algo exterior para evadirse se encontró fugazmente con el gesto esquivo de Sylvain. Tenía la impresión de que su antipatía hacia ellos iba más allá del peligro potencial que pudieran representar al mismo tiempo que algo le decía que tal vez no habría tenido otra actitud aunque no hubieran estado presentes. Fantaseó por un momento con que era en realidad una bestia salvaje a la que le habían dado forma humana, que a duras penas era capaz de contener sus instintos, y que aquella chica de semblante amable, Areta, era la única que podía evitar que aullara a la luna y asesinara a alguien.

Una de las veces que Beatrice se le acercó, Darya recordó lo que había sentido al despertar. La niña había llorado de alegría y ella sentía las lágrimas de la pequeña tan suyas que percibió, de forma poco racional pero genuina, que esas lágrimas de algún modo le pertenecían. Con todo lo que había ocurrido desde entonces apenas había tenido tiempo de recordarlo o hablar con Beatrice, y aunque para todos tanto sus compañeros como ella eran un misterio, pensó que para la niña el misterio iba más allá e implicaba, como para Darya misma, su propio ser.

La miró con dulzura y acarició su rostro con el dorso de los dedos antes de llegar a pensar si sería un gesto apropiado o no. Ahora ya estaba hecho. Le sonrió:

Cuéntame la historia de Sylvain —susurró para no ser escuchada. Recordando el aire fantástico del resto de sus comentarios preguntó cómplice—: ¿es un hombre-lobo?

Notas de juego

Edito: he corregido una errata.

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19/06/2019, 05:46
Ryu Akahoshi

Las conversaciones se desarrollaban a nuestro alrededor pero me sentía extrañamente ajeno a todo aquello, como contemplándolo desde una distancia inexplicable. Comprendí poco y nada de los conceptos de los que hablaba el joven Malfitano aunque entendí básicamente la idea que nos exponía y que venía a esclarecer la condición de la Cáusata Kundara: pensé que su don nos vendría muy bien para tratar de esclarecer el porqué y el cómo de nuestro despertar, aunque del para qué no estaba tan seguro.

No estaba de humor para la carne aquella noche pero me obligué a probar algunos bocados para reponer fuerzas y comí todo el resto de lo ofrecido tratando de no desmerecer los esfuerzos del cocinero. De pronto, las intervenciones de las personas que se iban acercando a nosotros me dieron una sensación de acorralamiento que traté de disipar con vino, logrando un estado de desinhibición moderado que experimentó altibajos durante el resto de la velada.

La sensación se acentuó cuando nos sentaron delante de todos en la primera fila para el concierto y se desvaneció en cuanto la música comenzó a sonar porque ya había sido transportado a otro lugar dentro de mí en el que me sentía seguro. Anhelé nuevamente el poder retirarme a pintar y, otra vez, me contuve.

Allí, dejando que la música me arrastrara, me pregunté si acaso esto era un sueño y yo solo estaba delirando, temí por todo y por todos allí alrededor, la belleza de todo cuando me rodeaba era innegable y la vida en libertad que experimentaban estas personas se me ocurría preciosa, aunque a veces enigmática. Las melodías pulsantes del piano y vibrantes del cello se mezclaron con las palabras del poema de la junzi Terpsícora y nuevamente me vi conmovido casi hasta las lágrimas.

El gesto de Charlie me resultó llamativo y tomé nota para preguntar sobre su significado después, aunque suponía que por el comentario que el joven Malfitano había hecho antes debería tratarse de una elevación simbólica y relacionada a las castas que intentaban abolir.

Antes de que los invitados se disiparan del todo me acerqué a la junzi para hacerle una pregunta que me había estado rondando la cabeza desde que leyera las memorias del sóter aquella tarde.

- Tiradas (1)
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19/06/2019, 06:28
Ryu Akahoshi

El aire vigorizante del lago y la luz de aquella luna, hermana de la mía, me impulsó a darle alcance a la junzi como si fuerzas cósmicas me empujaran -Señora Terpsícora -la llamé mientras apresuraba el paso hacia ella. -Siento molestarla pero tengo una pregunta qué hacerle, si dispone de unos minutos...

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20/06/2019, 10:45
Terpsícora

Un rato antes de la reunión, durante la cena.

 

Se detuvo, inclinó levemente la cabeza y habló casi en un susurro.

Dispongo de todo el tiempo del mundo, monsieur. Y se lo regalo.

Su olor afrutado ahora tenía un toque más vegetal que recordaba a los piñones que había comido en la guarnición.

—Dígame, s'il vous plait.

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20/06/2019, 10:48
Beatrice Danesti

Un rato antes de la reunión, durante la cena.

Beatrice miró hacia él con temor y le contestó en voz baja, con palabras de adulto.

—Es un “guardián de la revolución”. Vigila todo el rato.

Se marchó y volvió al rato, cuando el sóter se excusó un momento y Sylvain abandonó también la cena.

—El primer día que vino a La Cándida Rosa el Sóter nos hizo llamar a Ángela y mí y le ordenó que nos olfateara. Cuando el señor Giersbergen metió la nariz en su axila ma petite Princesse se puso a llorar y yo le recriminé con brusquedad por lo que me envió al otro lado de la sala de un guantazo. No he tenido tanto miedo en mi vida, huímos y nos escondimos debajo de una cama. No salimos hasta que no vino el mismo Sóter a consolarnos. Es mitad hombre mitad animal este Sylvain. Dicen que a veces se marcha al bosque y vuelve cubierto de sangre... A Ayischa le gusta.

Notas de juego

Quien quiera puede dar por hecho que su personaje ha escuchado la conversación e intervenir. Esta conversación la jugamos en paralelo, la principal es la de la reunión.