Partida Rol por web

Eón

DÉMETER

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26/03/2019, 00:39
Titania de Basa'rab y Danesti

Las niñas le desvistieron y peinaron con la naturalidad de quien lo ha hecho mil veces. El camisón dio la sensación de desprenderse de su piel, como si al separarlo de ella se convirtiera en una escama muerta, o una cáscara de un fruto seco.

Le hicieron ponerse de pie para vestirla. Hubo un momento en que quedó totalmente desnuda, cuando la perfumaron con la ayuda de una pequeña esponja marina. Todo formaba parte de una rutina, de un rito. Por algún motivo Darya sabía que las niñas estaban conteniendo el impulso de cantar.

Era más una sensación que una percepción pero conforme se lo ponían el vestido pareció cobrar vida. Notó como si el calor de su cuerpo cambiara las propiedades del tejido y lo hiciera más liviano, más terso, más parte de ella, como su cabello o sus uñas. Era eviente que había sido cosido para ella.

En lugar de sus cicatrices Darya encontró un enrojecimieto en su piel, más parecido a la erupción típica de un eczema que a la huella de una herida en la piel.

—Ovidio es hijo monoparental del sóter y Mirtcha es hijo de otra mujer, Aïda. Ambos son jóvenes, pero más mayores que Beatrice.

Sentada Darya, Titania se arrodilló frente a ella para ponerle los zapatos. Tocó sus pies con tal delicadeza que le pareció a Darya que si hubieran sido de agua no se habrían vertido sobre el piso.

Desde abajo la miró, solícita.

—La única melliza de Beatrice es Angela.

- Tiradas (1)
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26/03/2019, 10:55
Darya Gevorkian
Sólo para el director

Darya se dejó hacer sumisa, disfrutando de la sensación de embriaguez que lejos de atenuarse se incrementaba por el trato recibido, por la alegría de las niñas a quienes le hubiera encantado escuchar cantar, por el aroma de aquel aire increible lleno de esencia de flores y el del perfume con el que parecían estar consagrándola.

El vestido no sólo había sido confeccionado para ella sino que su tejido parecía dotado de vida propia y al igual que el resto de lo que la rodeaba se diría que deseaba reconfortarla. Cuando Titania se agachó para ponerle los zapatos se incomodó al verla a sus pies. Hizo un breve ademán para disuadirla pero se refrenó temiendo cometer una falta. La respuesta que recibió a sus preguntas no la alejó por completo de su anhelo por ver a alguien parecido a Stephan; esperaba poder conocer a los hijos de Sóter en algún momento y salir de dudas. El aspecto de sus cicatrices le resultó de lo más extraño; parecían haber desaparecido y dejado tras de sí apenas una leve erupción cutánea.

Muchas gracias, señora. Alteza —dijo mirando a Angela con una inclinación de cabeza—. Beatrice —sonrió por último a la pequeña no pudiendo evitar darle un toquecito cariñoso en la nariz como Milla hacía siempre con ella cuando era una niña. Se levantó y echando el chal sobre sus hombros -el escote era tan generoso que no se atrevía a salir luciéndolo de buenas a primeras- se dirigió una vez más a Titania.

Perdonad mi ignorancia pero no estoy segura de entender lo que significa, ¿qué quiere decir que un hijo sea monoparental?

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27/03/2019, 00:00
Faraz Snowden

Observo con atención el trabajo del doctor Knox, así como todo el aparataje del que se rodea. La estricta meticulosidad con la que procede es la que cabría esperar de un profesional científico, pero su manera de hablar de sus descubrimientos es más propia de un artista. Coopero con él en todo momento, aunque no sé muy bien qué pensar de las evasivas que no hemos dejado de recibir. Primero, «las respuestas tendrán que esperar un poco más», y ahora «solo los iniciados pueden escuchar el fluir de la vida»… Soy plenamente consciente de que hemos accedido a someternos a pruebas médicas sin haber sido informados del procedimiento ni del cometido de las mismas, cosa que en mi opinión dista bastante de una decisión libre. Knox lo sabe. Tengo la sensación de que se nos está ocultando algo deliberadamente, tal vez como medio para lograr precisamente nuestra colaboración. Necesito saber más.

—Teniendo en cuenta el estado en el que nos encontrábamos, debió de ser bastante complicado traernos hasta aquí —digo con toda la inocencia del mundo—. ¿Cómo se las arreglaron?

Lanzo una mirada de complicidad a mis compañeros.

- Tiradas (1)
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27/03/2019, 13:42
Titania de Basa'rab y Danesti

Titania se levantó y tomándola de una mano invitó a Darya a que fuera con ella. Dio un par de pasos hacia la puerta, meditativa. Luego se detuvo y, siempre mirándola a los ojos, se explicó.

—Significa que sólo tiene un padre, que ha sido fruto de una fecundación autogámica. Así se tiene un hijo biológico que no es un clon sino una variación del propio linaje. En mujeres es un rasgo artificial pero naturalizado, heredable. En hombres la fecundación era inducida pero que sepamos siempre hizo falta una mujer para la concepción.

Sonrió, pendiente de la reacción de Darya.

—Ya imaginarás lo que eso significa. Mi ADN contiene el tuyo, mia cara.

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27/03/2019, 14:45
Darya Gevorkian
Sólo para el director

En… tiendo… —titubeó comprendiendo los términos pero sin poder explicarse cómo algo así era siquiera posible—. Beatrice habló de un misterio, el misterio de nuestro nacimiento —se giró a mirar por un momento a la niña sin poder ocultar la confusión en su rostro—. Entendería que ella haya nacido así si es que eso es posible pero, ¿por qué soy como ella? —miró de nuevo a Titania con un gran interrogante en su mirada—. ¿Cómo pude nacer lejos de aquí? Porque debe ser lejos, ¿no es así? Mi madre… —calló. ¿Qué podía decir de ella? ¿Acaso podía ser Milla su madre biológica si era cierto lo que decía aquella mujer?— ¿Qué es una bóveda del Sheol? -inquirió de pronto. Negó enseguida con un gesto de la cabeza comprendiendo que se estaba dejando llevar por el desconcierto. Hacía preguntas para las que necesitaba una larga y detenida explicación.

Por favor, decidme que me contaréis todo cuanto sepáis de mí —su mirada se tornó suplicante. Los labios temblaban ligeramente—. Necesito comprender.

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27/03/2019, 14:25
Ryu Akahoshi

Escucho silenciosamente el intercambio entre el doctor y mis compañeros al tiempo que los observo. Los movimientos del galeno me recuerdan a mí mismo al pintar y pienso que debe ser una forma de arte también aquello que hace, o al menos puedo presentir que él lo piensa así por la forma en la que se expresa al respecto: habla de un Renacimiento, de un fluir, de disciplina y técnica, e implícitamente de talento para poder apreciar los matices de aquella música interior que al parecer nos habita. Y de pronto me suenan todas las alarmas cuando se refiere a los "iniciados", la palabra me produce un ligero escalofrío.

Me imagino al doctor Knox como una suerte de alquimista, o como me los imagino que serían y que he leído en algún artículo que se piensa que fueron (si es que existieron), pero que en vez de buscar transformar los metales en oro, desea transformar el mundo en una gran sinfonía... Solo espero que las disonancias tengan espacio en ese concierto. No puedo dejar de preguntarme qué es aquello que ha escuchado en nosotros y que no había oído hasta ahora y si eso acarreará alguna consecuencia...

La pregunta que formula Faraz me trae de nuevo a la realidad y me saca de mis cavilaciones, es del todo interesante y me sorprende cómo a su manera mis dos compañeros tratan de sonsacar la información que pueden, de manera mucho más hábil que yo, me temo.

Miro al doctor Knox esperando su respuesta, con sumo interés.

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28/03/2019, 00:35
Dr. Julius Knox

El doctor sonrió con complicidad.

—Fue…si me permiten la frivolidad, curioso. Nuestro sóter los hizo trasladar desde la Ciudad Universitaria de Sion, a unos doscientos cincuenta kilómetros, con el argumento de que ustedes no estaban muertos y que en todo caso no se les podía cosificar. Y se montó cierto revuelo con el Consejo Rector, que argumentó que se les trataba con toda la dignidad debida y que tenerles allí era por un bien elevado. El argumento del bien mayor está pasado de moda y se vieron obligados a ceder pero lograron imponer una cierta tutela científica que les representa. Y así es como me mandaron a vivir aquí, desde mi Sion natal. Vinimos en el ekranóptero personal del sóter.

Pero ya he hablado demasiado. Ahora vístanse y mantendremos esta conversación como es debido.

Abrió un armario de madera y sacó un traje para cada uno. Constaba de unos calcetines largos, unos zapatos marrones con un ligero tacón, unos pantalones que llegaban un poco más bajo de la rodilla, una camisa de cuello alto, amplia, de un tejido finísimo, mangas abombadas y puños ajustados, un chaleco marrón o beige con un sutil bordado en hilo de oro y un pañuelo blanco para el cuello. El conjunto se complementaba con una casaca color arcilla o ámbar -que se quedó en el armario porque había salido una mañana calurosa- y un sombrero de copa hecho de paja o un gorro a medio camino entre un sombrero y una boina, de un tejido fresco, casi vegetal, y un color beige y marrón, o ámbar y blanco.

El mismo médico les ayudó a vestirse. Su indumentaria era más manufacturada y menos artística. Más de tipo moderno, en el sentido de "industrial".

Cada prenda, una vez puesta, resultaba sorprendentemente cómoda. Eran trajes que evidentemente estaban hechos a medida y que parecían adaptarse a ellos con naturalidad. A pesar de su extrañeza, era fácil olvidarse de la ropa que uno llevaba puesta.

Notas de juego

1 de 3

Editado: he corregido algún detalle sin información adicional y alguna falta de ortografía.

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28/03/2019, 00:59
La Cándida Rosa

Bajaron una escalera con la baranda de madera hasta un gran salón con las paredes llenas de cuadros y un enorme piano de cola negro brillante.

Salieron al exterior ajardinado que Darya había visto desde su ventana. Allí el aroma era todavía más fuerte y se podían ver las plantas creciendo hasta en las juntas de las baldosas.

Entraron en otro ala de la casa por una doble puerta de madera y tras atravesar un hall y un pasillo acristalado que daba al lago entraron en la biblioteca, un salón muy amplio, de unos seis metros de alto con las paredes cubiertas de estanterías y libros, alguna que otra obra de arte e instrumentos musicales, entre los que había también un piano, este de pared.

Tras cruzar una puerta acristalada salieron a una terraza, una especie de porche cuya baranda de piedra quedaba unos tres metros sobre el agua. Un poco más adelante había un pequeño embarcadero, formado por dos columnas sinuosas y una escalinata de piedra que se sumergía en el lago, junto a una barca de madera flotando, amarrada a un vistoso poste de madera pintada de rojo y azul.

Allí estaba la chica que le había charlado con ella, exprimiendo limones y vertiendo su zumo en una jarra de cristal. Sobre la mesa también había una bandeja con pastas y pan duro, que las niñas utilizaron para lanzar migas al agua. El limón, la miel y los frutos de los dulces eran tan aromáticos que perfumaban la estancia a pesar de estar al aire libre.

Darya pudo ver como multitud de peces, unos pequeñitos y otros de un tamaño respetable, salían de las profundidades en busca del alimento.

Beatrice y Angela les ponían motes despectivos y simples “el enorme” “el finústico” y le ofrecieron pan a ella, para que se lo echara.

Estaba en ello cuando entraron cuatro hombres, uno con un fino bigote y un traje más “contemporáneo” y otros que llevaban chalecos y camisas claras de mangas abombadas con pañuelos al cuello.

Notas de juego

1 de 2

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28/03/2019, 01:09
La Cándida Rosa

Salieron al rellano y bajaron por el lado de la escalera “de herradura” que tenían más próximo. Abajo había un enorme piano de cola y las paredes estaban plagadas de cuadros, sobre todo retratos y paisajes pero también abstractos, algunos con signos que parecían caligráficos cuyo estilo Ryu no había visto nunca. Todos tenían algo original no tanto en el sentido de novedoso sino de único. Comparado con los cuadros de esas paredes todo el arte que el crítico hubiera visto antes parecía mera copia.

Igualmente cuando salieron y caminaron por un rellano exterior, ajardinado, que conducía a otra ala de la casa, las plantas, creciendo incluso entre las juntas de alguna baldosa descuidada, con su aroma y su verde tan intenso contra el azul del cielo pareciéronle a Faraz más vivas que las que conocía, más presentes, como si todo lo que en su vida hubiera cultivado hubieran sido como esas burdas réplicas de plástico que apenas se parecían a una verdadera planta y que la gente con mal gusto que no podía permitirse un vegetal decorativo o una flor, se solía colocar en su casa.

Entraron por una puerta doble a una pasillo acristalado desde el que se podía ver el lago y de ahí a una gran sala de más de seis metros de altura plagada con estanterías, algún cuadro e instrumentos musicales varios, entre los que había un piano de pared.

Otra puerta, acristalada, daba a una terraza, o más bien un porche, que a su vez daba al lago, unos metros más abajo.

Allí había una mesa de forja en la que una chica de piel muy blanca, ojos almendrados y pelo pajizo tirando a rojizo, ondulado, vestida con un sombrero de paja y una extraña falda pantalón con la cintura casi bajo el pecho, exprimía limones terminando de llenar una jarra de cristal. Y apoyadas en la baranda de piedra estaban Titania y otra mujer, también pelirroja pero de pelo liso y con un vestido de un estilo similar a la de la chica del zumo pero mucho menos sport, lanzándoles pan a una multitud de peces del lago, que acudían en tropel a por las migas*.

Notas de juego

(*) Ninguno de los personajes ha visto en su vida peces en libertad.

2 de 3

Editado: he corregido algunas cosillas sin imporancia :-)

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28/03/2019, 01:25
Ayischa Rønning

A un gesto del ama de la casa la joven del gorro de paja dejó de exprimir, tomó a las niñas de ambas manos y saludando con una leve inclinación de cabeza se las llevó al interior del edificio dejándolos a solas.

Titania sonrió a los recién llegados, entre expectante y satisfecha.

Notas de juego

Ya podéis postear.

:-)

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28/03/2019, 11:44
Darya Gevorkian

La belleza de todo cuanto contenía aquella casa y su arquitectura misma maravillaron a Darya. Estancias espaciosas con techos altísimos, obras de arte, cristaleras, objetos de artesanía y sobre todo los exteriores con aquel jardín imposible que parecía cuidado y salvaje a un tiempo y el porche en que se detuvieron y que se alzaba sobre el lago. Por un momento dejó que sus pupilas recorrieran el horizonte montañoso respirando profundamente, permitiendo que el aire limpísimo y cargado de aromas la llenara por completo hasta que llegó a sentir un leve mareo con el que se deleitó como si estuviera saboreando un buen vaso de vino.

Las niñas se detuvieron junto a la baranda y comenzaron a alimentar a los peces con migas de pan. Darya tomó el pedazo que le ofrecieron y se sentó de lado sobre la piedra para contemplar todas aquellas criaturas que tan acostumbradas parecían a tomar ese almuerzo. Como ocurría con la vegetación su multitud y variedad eran sorprendentes.

Sonrió divertida al escuchar los motes que las niñas inventaban para ellos y señalando a uno de color oscuro que parecía lucir unos grandes bigotes y pasear orgulloso su envergadura, dijo: —"Fanfarrón".

El sonido de unos pasos a su espalda hizo que se volviera. Cuatro hombres salieron al porche y Darya se levantó despacio sin poder apartar la atención de ellos. Su rostro sonriente hacía sólo unos segundos palideció y los ojos relampaguearon de emoción mientras su mirada pasaba de uno a otro ávida por reconocer unos rasgos que en realidad no conocía. Entreabrió los labios para hablar pero las palabras se detuvieron en su garganta. Al fin una sonrisa esperanzada se dibujó en su boca. Tenían que ser ellos, los tres que vestían ropas similares. Y tenían buen aspecto.

Caminó a su encuentro recordando la palabra con que la señora de la casa había descrito a Ryu. Su sonrisa se amplió y señalándolo en primer lugar dijo:

Ojos rasgados color café. Rostro triangular. Pelo negro… ¿Ryu? —le tendió la mano apretando con fuerza la suya, buscando la familiaridad en aquel contacto que la había ayudado a alzarse del suelo. No podía evitar mirar firmemente a sus ojos aunque no supiera qué estaba buscando en ellos.

Miró después al hombre más corpulento y recordó otra de las descripciones. Tenía un agradable rostro redondo y cabello castaño claro ensortijado. Parecía rodeado de un aura de afabilidad. Tenía que ser él.

¿Erik? —esperó ver algún gesto de asentimiento y tras un breve titubeo reprimió el abrazo que habría querido darle y en su lugar le estrechó la mano. Tal vez no pudiera imaginar cuán agradecida le estaba por haberla traído de vuelta de la boca de un pozo oscuro.

Pasó la mirada por el hombre del bigote saludándolo brevemente con la cabeza y fijó su atención sobre el último de ellos observándolo con curiosidad indisimulada. Entornó los ojos como para enfocarlo mejor y miró con atención los suyos. Su rostro tenía una cualidad apacible y a Darya le pareció que hasta su porte la tenía. Adrien no podía ser, debía ser sólo un muchacho y no parecía alguien tranquilo. Su postura corporal tampoco le recordó a la impresión que transmitían los gestos de Danny. «¿Comandante?», pensó, pero no pronunció en voz alta esa palabra:

¿Forest? ¿Faraz? —le ofreció igualmente la mano con una sincera sonrisa.

Notas de juego

Edito: he cambiado erratas.

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28/03/2019, 12:50
Erik Du Mont

Erik observó al doctor Knox con una mezcla de asombro e interés. Sus gestos medidos y sus cortes bien planificados en la información le dejaban claro que sabía perfectamente lo que estaba haciendo y quería provocar en ellos más curiosidad de la que ya tenían. Le pareció hasta divertido querer mantener el misterio en esa situación, aunque podía entender que para sus compañeros podría resultar algo desesperante la falta de respuestas. Pero el doctor estaba seguro de que la curiosidad que tenían ellos tres era perfectamente equiparable a la de los habitantes de aquel palacio. 

Los nombres le hicieron dudar aún más de su localización exacta. Debían de estar realmente lejos, ya que no había oído hablar de ningún lugar así antes, y la mención de la Ciudad Universitaria le hizo preguntarse cómo habían llegado a ella en primer lugar. ¿Realmente pensaban que estaban muertos? ¿Qué había pasado durante su dudoso sueño espacial? Dejó que Knox se explicara y se mantuvo en silencio, esperando al resto de las respuestas más tarde, acompañadas por unas ricas pastas. 

Para la ropa, escogió los tonos marrones, algo sorprendido de que las prendas se ajustasen tan bien a él. No sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero resultaba extraño que se hubiesen molestado en hacerles trajes a medida. Esperaba que aquello también se lo explicaran, aunque le gustaba pensar de corazón que simplemente se trataba de gente extremadamente pudiente y amable. 

La visita por las habitaciones del palacio no hizo más que contribuir a la primera idea que tenía de sus habitantes. Erik era un simple aficionado al arte, pero aún así podía apreciar la belleza de los cuadros, incluso aquellos que no representaban nada en concreto. Desde que había oído hablar a Knox sobre su "música", le daba la sensación de que aquel lugar se había dejado llevar más por el arte que por la ciencia, algo contrario a lo que estaba acostumbrado... Y sin embargo, no le disgustaba. 

Nada más llegar al porche, se quedó observando con curiosidad al lago y cómo las dos mujeres le tiraban pan a una multitud de bocas húmedas que salían de las aguas reclamándolo. ¿Eso son... peces? Erik tuvo que parpadear un par de veces y forzar algo la vista para poder verlos mejor sin sus gafas. La forma en la que boqueaban podría resultar incluso agobiante y se llegó a plantear si serían peligrosos... Aunque por la tranquilidad de ambas mujeres, dedujo que no debían de serlo.

Le dedicó una sonrisa y una leve inclinación de cabeza a la mujer que había estado exprimiendo limones, al igual que a las dos niñas que se llevaba, antes de centrar su atención en la desconocida restante. Por su aspecto, y sabiendo que habían llegado en el mismo "grupo", apenas le quedaban dudas sobre su identidad pero esperó a que hablase ella mirando a Ryu, reconociendo su voz al instante. Esbozó una amplia sonrisa alegre, a punto de carcajada, y asintió cuando ella preguntó, dándole un firme apretón de manos. 

- Darya, supongo. - respondió él sin poder quitar la sonrisa. Se giró a los otros dos después de que terminaran de saludarse, bromeando - Parece que ella tiene mejor ojo para reconocernos que nosotros. Aunque no tienes la nariz tan respingona. - repuso de forma amable, mirándola de nuevo. Erik soltó un breve suspiro, alegre. Era de las primeras con las que se había encontrado en su "despertar" y con quien más había conectado en aquel breve tiempo en el espacio. Sólo podía sentirse feliz de que estuviera sana, con ellos y visiblemente contenta de estar en ese lugar.- Bueno, es costumbre preguntar, aunque parecías bastante entretenida con los... ¿peces? - preguntó todavía dudando, se le seguía haciendo raro que hubiese allí. Rápidamente sacudió la cabeza, volviendo a la pregunta que quería hacer - ¿Te encuentras bien?

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29/03/2019, 11:36
Darya Gevorkian

Darya sonrió ante el comentario de su nariz. Era extraño recordar lo ocurrido en el espacio aunque para su impresión hubiera estado allí hacía tal vez menos de una hora. Era una realidad vívida y reciente pero bajo la luz del sol y sobre todo ante las sensaciones naturales de su propio cuerpo, el recuerdo no se convertía en irreal pero sí en lejano, aunque no en el tiempo, sino de una forma que apenas podía explicarse, como si le hubiera ocurrido a otro y a ella al mismo tiempo, aunque no tuviera sentido.

Estoy bien, físicamente me encuentro muy bien, gracias Erik. Vosotros tenéis muy buen aspecto —miró por un momento a la señora de la casa como buscando confirmación a su impresión sobre ellos—. Por lo demás… —buscó la palabra apropiada—. Confusa, como todos, imagino. Pero también contenta de encontraros.

Notas de juego

Respondo para que el diálogo quede más natural.

Perdón, he asumido que los PJs tienen buen aspecto (como le ha pasado a ella), pero si no es así me comentáis y lo corrijo.

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29/03/2019, 13:31
Ryu Akahoshi

Las respuestas del doctor me dejan todavía más confundido que antes: ¿Que viajamos en un qué? ¿Hubo un debate sobre si estábamos muertos o no? ¿No nos quisieron cosificar? ¿Que nos hizo trasladar quién? ¿Qué es un sóter? Al menos sí sabía lo que era una Ciudad Universitaria y el hecho de que hubiéramos estado allí, "reposando" no me hizo ninguna gracia...

Fruncí las cejas y parpadeé un par de veces tratando de asimilar lo que nos estaba contando el médico y al mismo tiempo tenía la impresión cada vez más creciente de que no estábamos en casa, a pesar de que Erik seguía hablando como si todavía estuviéramos en el Eón, pero las ropas, las palabras, los objetos que se nos presentaban, la señora Titania, todo cuanto nos rodeaba estaba fuera de lugar, era ajeno a nosotros, a lo que nosotros conocíamos. Miré a mis compañeros con estupor preguntándome cómo es que no se daban cuenta y luego oculté mi desazón, no podía alarmarlos, no en este momento. Pero cuando estuviéramos solos...

No fui capaz de expresar la angustia que experimenté por un breve instante, como si pudiera ver por el rabillo del ojo un evento terrible aproximándose pero sin poder definir bien qué era, una ola creciendo sobre la línea del horizonte y acercándose silenciosa. Sin embargo, cerré los ojos con fuerza y alejé la sensación de mi corazón porque una parte de mí todavía me llamaba a estar alerta y no podía concentrarme en el aquí y ahora si me hundía en mis cavilaciones y en mis impresiones.

Por un instante odié toda la situación. Quise regresar a mi casa, a mi trabajo, a escribir mis artículos de crítica de arte y a acostarme con quien se me antojaba. De pronto el arte del Eón no me pareció tan anodino y regular, sino estable. Seguro. Quise volver a los edificios de duro cemento y a la cara de taenia solium de Cósimo Zimmermann totalmente ido en drogas como la última vez que lo vi. Me vestí mecánicamente y por completo de tonos claros, salvo los zapatos.

Y luego, salimos fuera a la misma escalera. En la sala del piano me detuve a admirar los cuadros hasta que tuvieron que tirar de mi brazo para hacerme avanzar, la desazón que sentía se esfumó a la vista de toda esa inconmensurable belleza, de esos guiños de lo que solía llamarse el "espíritu humano" fijados en diversos soportes. Tuve muchas preguntas, interrogantes que supe que no podían ser contestadas en ese instante y nuevamente, como cuando salimos a contemplar el enorme planeta Héspere y sentí que mi vida tenía otro sentido que revolcarme en el barro de la mediocridad artística, me vi abrumado, confundido, esperanzado. Si hubiera podido arrancar todas esas pinturas y comérmelas lo hubiera hecho y la idea me pareció de lo más irracional pero un claro reflejo de la urgencia de abrazar toda aquella singularidad en mí.

Me sentía sucio. Me sentía conmovido. Y supe que ya no podría ser como había sido, que ya era otro, que un proceso se había desatado en mí... Y tuve miedo.

Y más que antes, la sensación de que no estábamos en casa se apoderó de mí. Todo este arte no lo había visto jamás, y eso solo podía significar que no existía en el Eón, sería rechazado por su misma originalidad (y eso yo lo sabía más que ninguno de mis compañeros), "¡Por Dios! Lo tendría contrabandeado en la habitación en la que me recluyo a pintar", pensé casi riéndome. A menos que existiera una conspiración de algún tipo para ocultar todo esto del público general... pero eso quedó descartado al volver a contemplar la belleza de la vegetación, el sonido del viento en mis oídos y de las aguas chapoteando abajo... La magnificencia impúdica de las montañas y el calor de la piedra de las columnas de la galería bajo la caricia del sol, que recorrí con mis manos ansiosas.

Apenas presté atención a las personas que estaban en la terraza mientras trataba de soportar lo que acontecía en mí, con la vista esquivé a todos y me concentré en lo que me rodeaba hasta que reparé en los peces, entre el estupor y la maravilla deslicé una sonrisa genuina. Luego levanté la vista por costumbre al oír la palabra "Fanfarrón" y me encontré con la señora de la casa a la que saludé con una inclinación de cabeza, y a otra mujer que la acompañaba, ¿Nuestra compañera?

Con la sonrisa en mis labios aún la vi acercarse y estrechar mi mano, su expresión fue demudando de una seria a una esperanzada y pensé qué sola se debería haber sentido hasta este momento. Puse mi mano libre sobre la suya y traté de darle algo de calor -Sí, soy yo -dije mirándola a los ojos y, a pesar de que mis labios sonreían no pude evitar transmitirle algo de mi turbación, de esa ansiedad y desasosiego que había estado experimentando en mi interior y tratando de ocultar, aunque sabía que mi mirada estaba vidriosa. No quise alterarla. Apreté su mano que descansaba entre las mías para reconfortarla -Eres Darya -reconocí, no solo por la descripción que había dado de ella misma antes, sino porque intuí que la mano que había estrechado en la nave fue la de ella -Qué bueno es tenerte con nosotros -musité y la dejé ir haciéndome a un lado para que saludara a los otros.

Me tomé las manos en la espalda y me recreé un poco más en el paisaje al tiempo que también observaba el saludo a Erik y a Faraz.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho la tirada para matizar la percepción de Ryu sobre lo que está ocurriendo, si no corresponde me dices dire.

*Agregué un pequeño detalle.

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31/03/2019, 23:35
Faraz Snowden

Escucho las explicaciones del doctor Knox sin interrumpirlo ni tratar de hacer juicios apresurados, pero no puedo evitar sentir un nudo en el estómago que cada vez aprieta más. Tras oír su relato y entender, o eso creo, las implicaciones del mismo, tengo la sensación de que todo lo que una vez conocí y amé se encuentra ahora en un lugar y un tiempo muy lejanos, como si de un sueño se tratase. De repente, es como si me hubiera quedado sin suelo bajo mis pies, sin nada que me sustente, y estuviese precipitándome al vacío. Mi familia, mis niños, las calles cuyos nombres conocía de memoria... ¿Qué hacíamos inconscientes, aparentemente muertos, en una ciudad universitaria? ¿Nos exponían como si fuésemos alguna clase de reliquia antropológica? A modo de respuesta, mi mente no puede dejar de revivir una y otra vez el recuerdo del rostro cadavérico de la pantalla de aquella nave, el rostro de una mujer que llevaba muerta cinco mil años. Hay que ser muy ingenuo para no ver el parecido, para no pensar que a nosotros puede habernos ocurrido algo similar. Inspiro profundamente. No puedo dejar que esto me supere. Miro durante un instante al doctor, pero enseguida aparto la vista. No quiero que se dé cuenta de que, en este preciso instante, como si él hubiera tenido algo que ver con nuestra situación, lo odio. Decido que no voy a hacer ninguna pregunta más, porque Knox no parece muy dispuesto a dar respuestas. Y porque no quiero que nadie se percate de cómo me está afectando esto. Y sobre todo, porque no quiero oír ninguna verdad horrible que este hombre tenga que decirme.

Me visto en silencio de colores claros y sencillos, y evito los sombreros y los pañuelos. Cuando salimos al aire libre, me siento momentáneamente incapaz de apreciar la inconmensurable belleza que nos rodea, como si no fuera más que un escaparate diseñado para nublar nuestro juicio, pero, a medida que avanzamos hacia el lago, mi amargura va disminuyendo, al menos superficialmente. Al fin y al cabo, ¿qué culpa tienen los árboles, las flores, los peces, de que hayamos perdido nuestras vidas? Al instante, sonrío tristemente ante el curioso pensamiento. Mi vida es aquí. Mi vida es ahora. Y más vale que me acostumbre, porque transcurrirá igualmente, tanto si quiero como si no.

Ahogo un nuevo suspiro cuando veo a tres mujeres junto al lago, per solo reconozco a Titania, la mujer de aspecto extraño que hablaba en lenguas extrañas. Sin embargo, una de las otras nos mira de repente y sonríe como si nos conociese. ¿Es posible que…?

—Darya —digo en respuesta a su presentación, tomando afectuosamente su mano entre las mías e inclinando levemente la cabeza con una débil sonrisa en los labios—. Soy Faraz.

Silencio. Ya ha dicho que se encuentra bien, y dudo que sepa algo más que nosotros, así que no es preciso molestarla con más trivialidades o preguntas. Y en cualquier caso, sospecho que Titania se encargará de iluminarnos.

No sé si es lo que quiero.

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01/04/2019, 00:27
Titania de Basa'rab y Danesti

El ama de la casa le presentó a Darya el doctor y éste informó a su señora que la revisión médica había ido muy bien. Ella le dijo que igualmente, Darya estaba perfectamente de salud y les pidió a todos que se sentaran a la mesa. Sirviendo la limonada a sus invitados, en vasos de fino cristal esmerilado, comenzó a hablar.

—Señor Ryu, usted preguntó dónde se encontraban y para qué están aquí. Trataré de empezar dando respuesta a esas dos preguntas. Están en la residencia de verano del sóter de Suiza y Lombardía1. Ustedes no sabrán lo que es un sóter. Un sóter es un noble que tutela el gobierno de una región, uno de los Transhombres Junzi que derrocó al Gólem en la Revolución Silenciosa*.

Esperó a que todos estuvieran sentados para seguir.

—Disculpen, nuestra joven nación2 habla en sus nuevos mitos… Llamamos Gólem al Gobierno Sutil del Estatismo Dataísta y Revolución Silenciosa al su desmantelamiento, levantamiento que duró nueve años y que puso fin a la época de Automatismo, que llamamos la Noche del Laberinto Espejado.

Apoyó las manos en el respaldo de su silla para hablar.

—Estamos en la orilla del lago Como, a ocho de mayo del dos mil trescientos treinta y siete3. Ustedes han estado, probablemente, treinta años en sopor, quizá más. Hace quince años les encontraron en unas instalaciones dedicadas al desarrollo tecnológico aeroespacial que con el desmantelamiento quedaron abandonadas bajo las montañas, a poco más de diez kilómetros de la Ciudad de Meyrin, en Suiza, casi en la frontera con Francia. Para nuestros Nuevos Mitos el lugar en que les encontramos se bautizó con el nombre de Bóveda del Sheol.

Ahora queda la otra respuesta, señor Ryu. Para qué están aquí.

Están aquí para que me hablen de qué es lo que les causó ese sopor, para saber yo cuál era la misión a la que les sometió el Gólem antes de dormirse y también para ayudarles a que se incorporen como hombres libres a la Restauración de la Humanidad bajo el auspicio de nuestro sóter.

Notas de juego

(1) Ninguno de vuestros personajes tiene ni idea de qué lugares son esos. Incluso que se remarque tanto un lugar, como si fuera algo único, les resulta extraño. 

(2) Los términos en cursiva son en un argot desconocido para vuestros personajes. Para saber el significado de nación hay que superar una tirada de Razón más Cultura Académica dificultad 9. Esta misma tirada con otras dificultades nos servirá para otras cuestiones del post.

(3) Para que vuestros personajes sepan que en la época histórica se medía el tiempo así, en la tirada anterior han de haber superado la dificultad 7 (aunque fallen sois libres de que lo intuyan). Con haber sacado un nueve o más sabrán que desde que se contabilizan los ciclos han pasado cien, es decir, diez mil años. Sólo si han sacado 15 o más, y si tiene sentido que lo hayan estudiado, podrán saber que se estima que el final de la historia fue probablemente a principios del segundo milenio.

Editado: he cambiado la dificultad en una tirada de este último punto.

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01/04/2019, 18:09
Darya Gevorkian

La mirada de Darya se mantuvo fija en el rostro de Titania. Era todo tan extraño, tan inesperado por mucho que supiera que la explicación no podía ser sino fantástica que temía que un pestañeo le impidiera comprender. Nada la había preparado para afrontar el momento en que la dama habló acerca de dónde estaban. Les había indicado el año imaginando que podrían calcular cuánto tiempo habían permanecido en sopor, tiempo que ella estimaba en treinta años. Pero la fecha que dio no tenía sentido.

Cuando la dama terminó Darya sintió su corazón acelerarse. Miró a sus compañeros azorada. ¿De qué hablaba aquella mujer? Ese año que indicaba pertenecía a la historia, diez mil años atrás, ¿no era así? Darya sintió que no sabía nada de sí misma o del universo y por un momento volvió la vista al interior de sus muñecas como si en ellas estuviera la respuesta a lo que estaba ocurriendo. Su angustia se transmitía en cada gesto por mucho que hubiera querido contenerse al mismo tiempo que su razón le decía que el paisaje que les rodeaba, la vegetación, lo peces, los pájaros, no podían sino pertenecer al mundo antes del Eón. Había querido imaginar que se encontraban en alguna especie de oasis del que nadie conociera la existencia. Ahora sabía que el mundo mismo era un oasis de esplendor y por un instante aquello que tantas veces quiso imaginar, la abundancia sin límites de un mundo exuberante, superó su ánimo y sintió una tensión imposible de confrontar.

Océanos llenos de vida, selvas, semillas y semillas fértiles, animales salvajes, insectos, naciones, miseria, confrontación, cambios, guerras…

Era de una guerra de lo que hablaba aquella mujer. Un levantamiento que había puesto fin a una época de “Automatismo”, la Noche del Laberinto Espejado de la que había hablado Beatrice cuando preguntó a la niña cómo había llegado hasta allí. La Bóveda del Sheol, que también había nombrado la pequeña, era al parecer una instalación de investigación aeroespacial. Bien, eso lo podía comprender pero, ¿y ellos?, ¿quiénes eran?

No podían responder por completo a las preguntas de la dama por mucho que hubieran querido. ¿Podría conocer esta gente de la existencia de Héspere? ¿De Jericó, Aión y Pitón? A su mente volvió el mensaje de los cinco mil años del cadáver que flotaba en el espacio y sintió el vértigo redoblado. ¿Qué había sido primero? ¿Era posible que sus compañeros y ella pudieran viajar en el tiempo? Y si todo ello era un secreto, ¿podían confiarle a Titania y el sóter lo que les había ocurrido?

Entonces tuvo miedo. Miedo de revelar algo que no debiera ser revelado. Miedo de que lo que se contara hiciera que ya no desearan “incorporarlos como hombres libres” ni mantenerlos bajo su protección. ¿Y si los consideraban enemigos, un producto del “Automatismo”, engendros del Laberinto Espejado o como quiera que pudieran llamarlos? ¿Sería Titania capaz de condenar a quien podía ser la clave del misterio del nacimiento de Beatrice? “Estás bajo mi protección y en lo que dure nuestro camino juntas, considérate mi hermana”, había dicho. Pero esa protección, ¿incluiría a sus compañeros?

Había quedado de manifiesto que se conocían pero nunca antes había visto sus rostros, ¿qué explicación podía tener ésto si sólo quisiera hablarle de su vida en el Eón, si hubiera querido omitir todo lo referente al espacio?

Miró a sus compañeros con la angustia reflejada en la mirada. Después observó por un instante al doctor Knox. Si Titania hablaba frente a él era porque estaba de acuerdo con que escuchara la respuesta, aunque esto tal vez fuera, pensó, porque la dama no era capaz de imaginar cuál era en verdad la respuesta.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo una tirada de empatía para tratar de leer emociones en el rostro del doctor.

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01/04/2019, 19:43
Ryu Akahoshi

Cuando la ama de la casa se dirige a mí en particular me envaro en el asiento, me cruzo de piernas elegantemente y junto las manos delante de mí, entrelanzándolas con suavidad dispuesto a darle toda mi atención. Soy consciente de que quizás Titania piense por mi actitud en nuestro primer encuentro que soy el líder de este grupo y no voy a manifestar lo contrario hasta que me asegure de que la capitana y mis compañeros no sufrirán peligro alguno, sospecho que ella tiene esa designación porque sus conocimientos son más valiosos que los míos, como ya demostró en la nave, y no pienso arriesgarlos sea el motivo que sea el que nos haya traído hasta aquí.

Sin embargo, no estoy para nada preparado para las respuestas que la dueña de casa iba a darme, a lo que estas suponían y al hecho de que no eran respuestas en absoluto... O quizás sí, pero no era lo que esperaba.

Mientras escuchaba sus palabras mantuve mi semblante impertérrito como un acto de defensa contra todo lo que ocurría y escuchaba, atento pero no altivo traté de retener mis emociones y no desvelar nada de cuánto sentía, pero por dentro... Por dentro quería morirme. No entendía nada de cuánto ocurría y el colofón de la fecha, que me resultó alarmante -no solo porque no sabía cuándo había sucedido eso, sino porque no estaba contado en ciclos- me hizo tomar aire largamente por la nariz moviendo mis hombros, llenando mi caja toráxica para luego exhalarlo lentamente. Mis dedos tamborilearon sobre el borde de los apoyabrazos de las sillas un breve segundo y alcé el mentón. Diez mil años, diez mil malditos años, tenía que ser una broma... O una pesadilla.

Quería mirar a mis compañeros, pero hubiera sido peor, probablemente me hubiera quebrado; mantuve mi vista en ella, en Titania y la desvié levemente al doctor, solo un instante. Y la pregunta iba dirigida a mí, así que estimaba que debía ser yo quien intentara contestarla. ¿Qué decir? ¿Cómo dar con las palabras correctas? Una vez mi padre me había dicho que una media verdad era más efectiva que una completa mentira.

-No he tenido la oportunidad de hablar sobre esto con mis compañeros así que hablaré por mí mismo -me hago cargo, dejando la puerta abierta para que el quiera se repliegue a lo que voy a decir -Quizás sea a causa del sopor al que fuimos sometidos pero no puedo recordar nada, no solo no sé qué es un sóter, sino que no tengo idea de cómo llegué a esa instalación de la que me habla, señora de Basa'rab y Danesti, menos aún cuál era la misión a la que estábamos destinados. En este momento, ni siquiera sé qué es un Gólem ni ninguna de las referencias que nos ha dado usted, o el doctor... -colmado, dejo salir algo de la angustia que me invade y me revuelvo en el asiento para inclinarme hacia adelante un poco, apoyo mis codos sobre mis rodillas e inclino la cabeza para mirar al suelo, luego la levanto -Siento mucho no poder darle las respuesta que anhela, quizás con el paso de los días pueda recordar... -y me encantaría hacerlo, si es que tengo una misión que cumplir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si hace falta una tirada más me dices, dire.
 

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02/04/2019, 09:57
Director

Se sintió como tinta negra caída en agua, cambiando su forma al sumergirse, estirándose hasta convertirse en un hilo que gira conforme se hunde, serpenteante.

Le despertó su propio corazón y no porque le doliera el pecho. Latía tranquilo. Era su presencia. Podía notar incluso la sangre corriendo por sus propias venas, su calor.

Tumbada en una cama sentía la calidez de la luz del sol atravesando sus párpados cerrados. La tensión de su pelo en su cabeza, apoyada sobre una delgada almohada.

Y el levísimo picorcillo de sus pestañas. El tacto de una tela amable, suave, con su piel. Sus pies descalzos acariciados por una sábana fresca y cálida a la vez. Notó sus uñas, dientes, garganta. La humedad en su boca, el sabor sutil, a flores, del aire. Su propia piel limitando los confines de su cuerpo, pero también abierta como una ventana al mundo, captando ahora el calor de la luz.

Todavía con los ojos cerrados oyó el revoloteo de unos pajarillos que de vez en cuando piaban como si tuvieran un rifirrafe. No estaban confinados en una jaula, se oían libres.

Y entre todo ese milagro notó la tensión de otra presencia humana, la levísima respiración de alguien, el ruido de sus ropas al cambiar su postura. A un lado, no en su cama, probablemente sentado en una silla.

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03/04/2019, 00:06
Titania de Basa'rab y Danesti

—Cuando el orden del mundo fue desmantelado una parte de su investigación y desarrollo se perdió en el silencio que había otorgado el secreto. Ahora luchamos por recuperar el control sobre una tecnología que llegó a superar nuestro entendimiento y a someter nuestra voluntad.

Miró fijamente a Ryu, inquisitiva.

—Intuimos un peligro latente en lo que fuera que les hicieran y por eso necesitamos saber. Cada gobierno dedica recursos para este tipo de hallazgos y existe un organismo internacional que coordina los esfuerzos de todos.

Se giró para contemplar el lago dándoles la espalda a todos. El doctor observaba la escena con las manos entrelazadas contra el pecho y cara de espectador entusiasta.

—Dicho esto deben saber que valoramos su libertad y su dignidad por encima de todas las cosas y que son muy libres de hablar o de callar, lo que quieran y cuando quieran, y por supuesto de quedarse el tiempo que necesiten sin que se sientan en absoluto en deuda con nadie.

Se giró y se sentó, pensativa. Ahora no miraba a Ryu ni a nadie en particular, quizá a la jarra de la limonada.

—Pero para serles franca he de decirles que en su caso hay algo que me afecta personalmente. Como una de tantos, he sido víctima del Gólem. Mi cuerpo es producto de la ingeniería y fuy educada y diseñada para comportarme como un objeto para otros.

Hace unos años hice un descubrimiento que me liga a ustedes. Es por eso por lo que les traje a mi propia casa, a ustedes y al doctor.

Tomó uno de los vasos que les esperaban sobre la mesa, llenos, y se lo acercó.

—Darya, querida, eres libre de contárselo. Eso sí, les ruego que me guarden el secreto. Esto no debe saberse más allá de esta casa.

Sonrió a los presentes, ahora más relajada.

—Me muero de sed.

Notas de juego

He publicado antes para agilizar. Como siempre, si alguien siente que le atropello los turnos, que me lo diga.