Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 6: Cirith Gorgor, el Paso de los espectros

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23/04/2020, 17:04
Grimbeorn

Turno 604

Grimbeorn andaba lamentándose por el pobre desayuno que había dispuesto con las provisiones que tenían y aquel endiablado lugar les permitía. Recogía sus cosas y las cargaba sobre su montura o aprovechaba su proximidad a algún objeto para pasárselo a uno de sus compañeros cuando éste lo requería. Lo que venía a ser, en definitiva, la rutina que se iba asentando en aquella persecución. El animista no confiaba en que aquella jornada fuera a ser diferente a las anteriores, a pesar de que el sentido común aconsejaba precaución. Lo peor que podía pasarles era que se confiaran por aburrimiento.

Fue entonces cuando el quedo aviso del enano a Larrid llegó a sus oídos. Consiguió a duras penas reprimir el impulso de mirar hacia el lugar que el naugrim indicaba y avisó al resto en contra de hacerlo en el mismo tono que Gwalin había empleado. Instruyó a Leofred, Hallfrid y Edan para que siguieran con lo que estaban haciendo aunque, al dirigirse a cada uno, gesticuló apuntando a algunos fardos y señalando alforjas, mochilas o caballos. Luego se acercó a Larrid con la excusa de entregarle una manta recién enrollada.

- Hagamos lo que hagamos, debemos procurar que no varie mucho nuestra rutina. No sabemos cuántos días han podido estar observándonos y cualquier cambio en nuestra forma de actuar podría alertarles de que les hemos detectado. - Su tono fue bajo, como Gwalin había hablado, y le extendió la manta al rohir con naturalidad.

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23/04/2020, 23:17
Leofred

Turno 604

La noche dio paso al día casi con más rapidez de la que había llegado. El bardo había dormido sin soñar, y se había levantado con la extraña sensación de que apenas había pasado el tiempo desde que montasen el campamento. También resultaba difícil desperezarse para ser recibido por el frío matinal, pero no había más remedio que rendirse a sus obligaciones y comenzar a levantar el campamento. Leofred estaba asegurando las última de las correas en su alforja cuando Gwalin les llamó la atención.

- ¡Trescientos metros! ¿De qué están hechos esos ojos tuyos, maese Gwalin? - casi le parecía más impresionante que fuera capaz de estimar las distancias. Sin darse cuenta se había quedado mirando unos segundos en aquella dirección hasta que Grimbeorn le indicó sutilmente que dejase de hacerlo; sabía que no distinguiría nada, pero resultaba difícil resistirse a la tentación de mirar.

- ¿Estamos seguros de que os han visto? - Leofred casi se recriminó a sí mismo por aquella pregunta, según Gwalin les observaban desde una cierta altura, y anoche habían encendido una hoguera, por supuesto que les habían visto - ¿Y qué hacemos? No podemos fingir que no les hemos visto y caminar directamente a una emboscada como la última vez vez. Si además están apostados entre las rocas con aquellos arcos, para ellos será como hacer prácticas de tiro. -

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24/04/2020, 03:04
Larrid

Turno 604

- No sabemos cuanto tiempo llevan allí, pero si no han acabado con nosotros ya, es que traman algo mas efectivo - dijo pensativo, mirando por el rabillo del ojo al lugar señalado por el enano - Quieren tendernos una trampa, no lo dudo, y les haremos creer que pueden hacerlo.

El soldado siguió como si nada, cargando las cosas en los caballos e instando a los demás a hacer lo propio, como si nada ocurriese.

- Esto es lo que haremos - llamo la atención de todos - seguiremos, pero bajaremos el ritmo - comenzó a explicarse - Iremos juntos, ellos se habrán dividido, aprovechémoslo.

- Estad siempre alerta, vigiladlos, pero sin que se note - sugirió - No se si nos atacaran a plena luz del día, por dos frentes, o esperaran a la noche - el momento había llegado - Si lo hacen durante la noche, se llevaran una buena sorpresa, los estaremos esperando. - seria fácil hacerles creer que todos dormían - Si lo hacen en el camino, nos ahorraremos un paseo por Mordor, antes o después nos tendremos que enfrentar a ellos - estaba decidido a hacerlo.

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24/04/2020, 08:46
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 604

Edan se puso en tensión, al principio siguió las directrices de Grimbeorn al pié de la letra, demasiado temeroso de echar por tierra la ventaja que suponía el descubrimiento de Gwalin, pero para cuando se reunieron con Larrid, ya le habia dado tiempo a procesar la información. Si las estimaciones del enano eran ciertas, y no habia razón para pensar lo contrario, los orientales estaban demasiado lejos como para diferenciar poco mas que sus siluetas. Siempre y cuando no fuesen demasiado evidentes en sus maneras, no habría manera para ellos de saber si estaban mirando en su dirección, o simplemente continuaban con sus tareas. Obviamente debian evitar cualquier signo de agitación, como ir corriendo de un lado a otro o señalar con las manos en la dirección en que se encontraban. Pero eso era algo que no hacía falta recordar.

Asi pues, una vez terminada la pequeña discusión, mientras recogía sus pertrechos, aprovecharía para revisar la zona que el enano les habia indicado. Tal vez él pudiese encontrar a algun salvaje más escondido entre las rocas.

Escuchó atentamente las directrices de Larrid, aunque no pudo compartir su optimismo. En aquella ocasión estaba más en sintonía con el bardo.
No estaba seguro de que seguir adelante todos juntos fuese la mejor idea. Entre otras cosas, porque probablemente eso era lo que los orientales esperaban. Demasiado reciente permanecían en su retina las imagenes de Freagul, Ional y el malogrado Ibenar, atravesados como alfileteros por las flechas de los salvajes. Y aunque podía ver la ventaja en la hipotesis de fingirse dormidos si eran atacados por la noche, le parecía ahora una ventaja vaga y poco probable.
Edan no se sentía con mucho peso dentro del grupo por lo que había aportado hasta entonces, pero cuando su vida estaba en juego no le gustaba permanecer en silencio.

-No estoy seguro de que continuar sin más sea la mejor opción.-

dijo finalmente, esperando que las palabras de Larrid fuesen solo el principio de un plan mas elaborado.
Todos vimos lo que ocurrió con Freagulf e Ional... habia quedado patente que los Sagath eran buenos arqueros, incluso 3 de ellos habían logrado ponerlos en serios aprietos y poco les habia faltado para lamentar alguna baja más. Si no eran estúpidos, y no lo parecían, no volverían a cometer el mismo error. Ahora sabían que los seguían, y en que número. Edan estaba comvencido que si los emboscaban de nuevo, no se reservarían a nadie esta vez.

Estoy de acuerdo en lo de ir juntos. Ahora que nos han visto no tiene sentido intentar engañarlos...pero no pienso meterme entre las rocas para esperar a que nos lluevan flechas o algo peor. Entonces observó a sus compañeros, como si los estuviese revisando. Contaba en voz baja.
Por suerte todos portaban escudo. Edan estaba seguro de que lo iban a necesitar, aunque no le hubiese importado que fuesen un poco mas grandes para la ocasión.
Si hemos de enfrentarnos a ellos,prefiero hacerlo aquí en la llanura, y no entre las rocas, donde a buen seguro nos estarán esperando...aunque no se como podríamos...

La preocupación del rohir estaba clara. No le gustaba el hecho de saber que se encaminaban a una trampa, por mucha ventaja que les diese el hecho de conocer aquel punto, de nada servía si no hacian algo diferente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Percepción mirntras miro disimuladamentehacia donde el enano dijo. Por si hay suerte y veo algún oriental más.

Edan da su opinión al respecto. Con buen talante, buscando aportar ideas. Pero no se queda callado. La idea de seguir adelante sin más no le convence.

Por cierto, podrías describirnos un poco mejor esos riscos/rocas? Es una elevación hacia uno de los lados del camino? El camino pasa en medio como si fuera una especie de desfiladero? Bloquean el camino? Etc. Lo que me gustaría es saber si pueden arrojarnos rocas desde arriba o bloquearnos la retirada... Si se puede llegar a caballo...esas cosas para tenerlo mas claro.^^

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24/04/2020, 17:42
Gwalin

Turno 604

Gwalin fulminó con la mirada a Leofred cuando este habló de la ubicación y distancia de los orientales en alto. En vez de estrangularlo que era o que hubiera querido, se contentó con emitir su sempiterno gruñido mientras miraba al bardo reprobatoriamente -Gggggrrrrrrmmmmmmmmmgrrrr.

Luego escuchó a Edan y asintió. Él también veía necesario proponer un plan fijo para cuando estuvieran cerca y no improvisar cuando llegaran. El veterano guerrero se mesó la barba y luego habló.

-No sé cuántos son. Si están todos o solo han dejado a un grupo para retenernos y que los demás escapen...no me extrañaría -dijo encogiéndose de hombros-. Podríamos cabalgar hacia ellos y cuando estemos cerca de donde están, girar y acercarnos al otro lado, buscar y hacernos con sus caballos y luego hacerles salir -dijo sonriendo por lo que estaba pensando-. Cuando estábamos de viaje, un muchacho me enseñó una forma de sacar a un conejo de su madriguera. Era muy sencillo. Tapar las otras salida y echar humo por una de ellas. al final los conejos salían solos. Con los orientales podemos hacer lo mismo. Ir a por ellos, alejarnos de sus flechas y buscar sus monturas para que no escapen. Luego crear una hoguera con ramas verdes para que haga un humo denso y lo ponemos en la dirección del viento que les sople y se dirija hacia ellos. Aguantarán, pero no mucho y si lo hacen cuando vayamos a por ellos estarán asfixiados e incluso no nos verán llegar por el humo.

-Es solo una propuesta -dijo encogiéndose de hombros nuevamente.

Notas de juego

Uso mi experiencia para referirme a ese modo de capturar a la presas, no como sabiendo lo que se hace...dada mi inteligencia, claro.

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26/04/2020, 03:39
Larrid

Turno 604

 

Larrid fulminó con la mirada a Edan primero, ya al enano después. Parecía que ninguno de los dos sabían acatar ordenes, y comenzaba a preguntarse si su elección había sido la correcta. Ambos habían demostrado habilidades para el combate, cosa que necesitaban en aquellos momentos, pero les faltaba disciplina en su opinión.

- Bien, hagámoslo - dijo con resignación - Busquemos leña, encendamos un fuego, y roguemos a Manwë que detenga los vientos racheados, para que el humo que consigamos dentro de diez minutos se meta en los ojos del enemigo. - dijo con sarna, pero sin querer menospreciar al enano - Ah, y busquemos los caballos, seguro que los han dejado a la vista, y lo suficientemente lejos de ellos como para que sus flechas no nos alcancen.

- Prefiero la idea de Edan, quiero acabar con esto cuanto antes - dijo asintiendo con la cabeza - ¿Podrías llamarlos para que bajen? Este es un buen lugar para combatir, y además estamos lejos del alcance de los arqueros - dijo con rintintín - Espero que acepten, estoy harto de perseguirlos - añadió con ironía.

- Si queréis acabar con ellos me parece bien, vayamos directos a su caza - dijo ahora mas serio - Si creéis de verdad que subir a esos riscos es seguro, adelante, hagámoslo. Si nos dividimos lo lograremos. - realmente el mismo se había planteado aquello - pero si queremos acabar con todos, la mejor manera es hacerles pensar que no los hemos detectado, y tenderles nosotros la trampa a ellos. - volvió a insistir - y si nos atacan por el camino, tendremos el encuentro que asíais.

Miró de reojo al lugar donde podrían estar los orientales - Solo espero tener razón, y que sus flechas no caigan sobre nosotros, tienen un tiro muy largo, pero no imposible. - El paso de Morannon se abría bajo el acecho enemigo.

- Ahora de verdad, si consideráis prudente arriesgarnos para cogerlos, lo haremos - dijo finalmente montando en su caballo y buscando la opinión de los demás con la mirada. - Si no, seguiremos el plan

Notas de juego

Una imagen vale mas que mil palabras

En verde donde acampasteis. En rojo donde Gwalin dice haber visto los orientales. No sale La puerta Negra y de las dos torres solo queda lo que veis.

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26/04/2020, 10:31
Gwalin

Turno 604

-Grrmmm -gruñó levemente el enano ante la ironía de su líder. Sabía que en parte tenía razón, en situaciones determinadas no se podía discutir la decisión tomada por quien te dirigía, sobre todo si era en un combate y te encontrabas en su unidad. Así conseguías que todos hicieran lo mismo y se hiciera al momento.  Sobre todo en momentos como aquel que no tenían mucho tiempo para decidir qué hacer.

Gwalin se encogió de hombros, se montó en el caballo y sin decir nada se puso detrás de Larrid, esperando que éste iniciara la marcha. El guerrero esperaba que ésta vez Larrid tuviera razón y acabaran pronto con los orientales, pero si por el contrario el plan salía mal, Gwalin sabía que Larrid perdería mucha autoridad como Líder. Sobre todo aquel grupo que solo eran meros mercenarios, que se habían conocido hacía poco, no como una unidad de guerreros que seguían a un superior tras años de entrenamiento y convivencia.

El naugrim aferró las riendas y se colocó el escudo cerca de su costado, preparado para cogerlo al momento.

Notas de juego

Preparado ;)

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26/04/2020, 14:40
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 604

¿y seguir adelante como si el enano no hubiese visto nada, es mejor?
Protestó el rohir ante los desprecios del Etheod.

Ahora se sentía ridiculizado además de avergonzado. Él solo habia querido resaltar la evidencia. Estaba claro que quedarse donde estaban no era una opción, solo pretendía asegurarse de que el soldado había pensado en algo más que levantarse las capuchas y gritar "Sorpresa!" cuando los orientales cayesen sobre ellos.

Era evidente que las explicaciones de Larrid no lo habían convencido, necesitaba algo más, antes de meterse en aquella ratonera sin salida.

Negó un par de veces con la cabeza mientras escarbaba en la arena con el tacón de sus botas antes de calmarse.

Esta bien, lo tengo bien empleado. Despues de todo, no tengo ninguna idea mejor, salvo aligerar la carga de los caballos por si los necesitamos. dijo al fin. Sus ojos se clavaron en los del Etheod, casi desafiantes, pero no era eso lo que transmitían.
El muchacho sabia que aquél hombre queria salir de allí con los pies en el suelo tanto como él. La diferencia era que en sus decisiones cargaba con la responsabilidad de las vidas de todos.
Buscaba un compromiso, una prueba de confianza.
Adentrarse en aquel desfiladero sin conocer cuantos orientales acechaban entre las rocas, sin saber las armas que portaban, los caballos de que disponían...sin un plan, era poco más que un acto de fé. Edan no estaba seguro de querer jugarse la vida por unas cuantas monedas y la promesa de una canción que cantase sus hazañas y se preguntaba cuantos de sus compañeros pensaban lo mismo. Tres hombres, entre ellos dos soldados experimentados habian muerto ya por subestimar a aquellos salvajes, y él no pensaba correr la misma suerte.

¿y bien? ¿Cual es el plan?

Notas de juego

Gracias poe los mapas ^^

Pues como yo lo veo, eso es la boca de un desfiladero. Si nos atrapan ahí podemos pasarlo muy mal...

En fin, Edan protesta un poco, supongo que está herido en su orgullo, y no tiene muy claro cual es el plan de Larrid. Habla de tenderles una trampa, pero no es muy concreto. A ver si nos da alguna indicación para ganar confianza, supongo que con eso Edan entrará por el aro, no le queda otra xD.

No se me ocurre gran cosa. Pero propongo que al menos llevemos a los caballos ligeros. Podemos ponerles las alforjas y algunos sacos para disimular, pero que vayan vacíos. Por si necesitamos cargar o huir al galope.

Edito: Nagre, tengo un lio con el turno. Primero puse 603, luego ví que teniais el 602, pero el anterior fue el 604 x.x
A ver si me ayudas.xD

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26/04/2020, 15:26
Grimbeorn

Turno 604

El animista intervino cuando apreció la tensión que se acumulaba en el ambiente. Todavía tenía entre las manos un fardo que iba a cargar en su montura cuando volvió a aproximarse.

- Larrid tiene razón. - Aunque elevó un poco la voz, el norteño tuvo cuidado de no exaltarse y gritar. - Recoger leña nos llevaría tiempo y podría hacer sospechar a los orientales. Incluso pudiera darse el caso de que nos atacan mientras estamos dispersos y con los brazos llenos de ramas. La sugerencia de maese Gwalin - Ladeó suavemente la cabeza para mirar al enano antes de centrarse en el grupo. - es buena pero no funcionaría en este caso. Estamos al aire libre, lo que disminuye la efectividad del humo producido por un pequeño fuego, y no contamos con el viento; una ráfaga que baje de las montañas y los ahumados podemos ser nosotros. Nos guste o no, nuestra mejor opción es forzar la mano de los orientales, obligarles a mover bajo nuestras condiciones y no las suyas.

Fingió acercarse a recoger algo del suelo junto a Larrid cuando calló. Al incorporarse, aprovechó para susurrar al oído del rohir.

- La tarea de un líder no es ordenar y esperar obediencia ciega. Un buen jefe observa y también escucha a sus subordinados para luego, con la información que tiene, tomar la mejor decisión posible. - Cuando se separó de Larrid, Grimbeorn tuvo una sensación extraña. No podía dejar de pensar que, en cierto modo, había actuado como una Wuitan de su gente. Y eso era desconcertante, pues tradicionalmente se había asumido que la sabiduría residía precisamente en esas "mujeres sabias".

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26/04/2020, 23:20
Director

RESOLUCION TURNO 604
 

 

Con todo preparado, estaban dispuestos a partir. El descubrimiento de Gwalin, estaba seguro de haber visto al menos a dos orientales entre las lejanas rocas que flanqueaban el paso hacia el valle de Ûdun, obligo a tomar rápidas decisiones. El hecho de no haber sido atacados durante la noche, y que tratasen de esconder su presencia, dieron la impresión a Larrid de que preparaban algún ardid. Tenían dos opciones, seguir adelante, como creían que había hecho el enemigo, o enfrentarse a aquellos orientales. El etheod pensó que, si lo hubieran querido, habrían sido atacados por la noche. Seguramente planeaban un ataque mas directo, donde su habilidad de cabalgar les diese una mayor ventaja. Otra opción era que aquellos dos orientales fuesen rezagados, hubieran sido dispuestos allí para vigilarlos y acosar desde la retaguardia al grupo. Fuera como fuere, todo los empujaba a adentrase en Mordor. Entre dudas, tomo la decisión de seguir adelante, como si no los hubieran visto, hasta la noche. Si no eran atacados antes, y esperaban a estar descansando para ser atacados, serian ellos los que tendrían una buena sorpresa.

La decisión de Larrid, una vez transmitida, no fue bienvenida por algunos. El enano y el rohir, parecían tener otros planes. Una vez mas el mando del etheod estaba siendo cuestionado. En realidad, era cierto que tenia sus dudas sobre su propio plan, pero sin que el enemigo se mostrase, sin que diera un primer paso, solo les quedaba seguir su camino o ir a por los enemigos descubiertos. Optó por la primera opción, el tiempo diría si estaba equivocado. Tras discutirlo, el etheod fue bastante sarcástico con Edan y Gwalin, comenzaron al fin a avanzar.

Sus pasos los guiaron hacia el paso del Morannon, donde la Puerta Negra se alzó una vez, y donde ahora solo quedaba la desolación y la ruina. Piedras pertenecientes a las dos torres que estuvieron dispuestas a ambos lados de la entrada a la Tierra Oscura, estaban desperdigadas cerca de sus bases. De ellas apenas quedaban tres o cuatro filas de bloques, incluso las laderas de la roca donde estuvieron asentadas habían cedido.

No dejaban de mirar, inconscientemente, hacia el lugar dese donde estaban siendo observados. Lo hacían disimulando, como el que mira con simple recelo la estrechez de las montañas al adentrarse en un desfiladero. No podía llamarse desfiladero en si mismo, el lugar donde estuvo la puerta media casi una centena de metros y aunque parecía estrecharse, podía verse como al poco de pasarla el terreno se abría en un ancho valle. Lo atravesaron temerosos de que las flechas cayesen en cualquier momento, pero no lo hicieron. Era un disparo largo, con pocas probabilidades de dar en algún objetivo.

Al cabo de un rato rebasaron el paso, y se plantaron de lleno en el valle del Infierno. Era un valle de una redondez cuasi perfecta, con cerca de setenta y cinco kilómetros de diámetro. Estaba rodeado de montañas negras, de roca basáltica llena de aristas afiladas y de gran altura. Antaño podría haber sido un volcán, ahora tan solo la tierra seca y el polvo negruzco cubrían un yermo territorio. Tan solo algunas zarzas crecían allí, cerca de las estribaciones de las montañas. En ellas, multitud de agujeros estaban horadados en las paredes, cientos de cuevas un día habitadas por los orcos. El camino discurría desde el paso de Morannon hasta otro paso al sur. Eran las únicas entradas o salidas de aquel lugar.

Aceleraron el paso, no era un buen lugar en el que demorarse, y tenían que mantener la pantomima de la persecución. La mañana fue pasando, no vieron en ningún momento que los siguiesen, hasta que llegó el momento de detenerse. Una pausa para comer y dar descanso a las monturas. Estaban cargadas, de los alimentos, sobre todo de comida y abrigo, no podían prescindir de ello. No había muchos sitios en los que resguardarse, por lo que simplemente se echaron a un lado del camino.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 605

► Paráis a descansar. Es mediodía. No habéis llegado a la mitad del camino entre los dos pasos.

► Tiradas de percepción.

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 29-04-20

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27/04/2020, 02:38
Gwalin

Turno 605

Avanzar por aquel desfiladero era ya una aventura en sí misma. La puerta negra se ubicaba hace mucho tiempo allí mismo, separando la linde entre el bien y el mal. Ahora solo quedaba un vestigio de todo ello, se dejaba intuir en el terreno, en las formaciones puntiagudas y su negra tierra, se notaba en su ambiente, seco, pestilente y mortal, se percibía en sus moradores poquísimas plantas y muchos menos animales, y se transmitía en el alma dejando una impronta de maldad inherente en todo lo que lo rodeaba todo y que ahogaba y agobiaba todo y en todo momento. Gwalin lo notó y sin proponérselo comenzó a hiperventilar. Debía relajarse y tranquilizarse si querían que su cuartada funcionara.

Y es que además del propio desfiladero, estaba el hecho de que el enano había divisado a dos orientales en una de las laderas del desfiladero lo que hacía aquella marcha mucho más inquietante. No sabían si les asaltarían, les emboscarían, les prepararían alguna trampa, o simplemente les vigilarían y les seguirían.

Tras superarles el guerrero sintió que algo no iba bien, pues nada había ocurrido -Quizás esperen el momento idóneo para asaltarnos -pensó el naugrim mientras cabalgaba con el grupo. 

Su cabeza era un hervidero de sensaciones por lo que su humor era tan negro como la tierra que pisaban. Paso el resto de esa jornada malhumorado sin apenas hablar siempre cabalgando en un segundo plano. Cada poco, volvía la cabeza, fijándose en todo su derredor, incluso a su espalda, por ver si veía a esos dos orientales que había visto al amanecer, pero su mente seguía trastornadole -¿Seguro que has visto a dos orientales ocultándose en la ladera? Estás viejo y casi senil, enano. Ahora ves al enemigo donde no lo hay... ¡Los he visto, estoy seguro! -se autorecriminaba Gwalin, mientras se debatía en su fuero interno y quebraba un poco más su delicada mente. Un sudor frío recorrió el cuerpo del guerrero quien se aferraba a su caballo para obtener calor, pero, sobre todo, para sentir la presencia de alguien vivo y más entero que él mismo.

Al detenerse para comer el enano volvió a mirar en todas las direcciones, pues esperaba que su mente no le hubiera jugado una mala pasada. Aun así agradeció el descanso y el cobijo que encontraron resguardados del viento, pues intensificaba el frío sudor que recorría su cuerpo.

- Tiradas (1)
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27/04/2020, 14:34
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 605

El nerviosismo se palpaba en el ambiente. Edan había contenido la respiración cuando cruzaron el umbral de lo que antaño habian sido las puertas al infierno de Mordor, y no la soltó hasta que dejaron atrás el estrechamiento y las paredes de roca se alejaron lo suficiente como para descartar cualquier ataque desde allí.

Sólo con imaginar las historias que había oído sobre aquel lugar un escalofrío le recorría el cuerpo de extremo a extremo.

Cuando el valle del infierno se abrió ante ellos una extraña sensación lo asaltó. Por una parte se alegró de dejar atrás las rocas y la amenaza que suponían, por otra, el ambiente opresivo que les recibió le produjo cierta angustia. El aire allí era viciado de un modo difícil de explicar. Se percibía tenuemente cierto olor sulfuroso como a huevos podridos, e incluso las rafagas de aire resultaban demasiado sofocantes para aquellas latitudes.

No perdía de vista el camino, se preguntaba cuanto tendrían que esperar antes de que los Sagath se decidiesen por caer sobre ellos.

Cuando se detuvieron a descansar, sacó algo de pan duro y envolvió en él un trozo de carne en salazón.

Los muy cerdos esperarán a que sea de noche, cuando estemos cansados... escupió entre dientes ...seguro que ahora duermen a pierna suelta, ¡Los dioses se los lleven mientras roncan!
El miedo lo había tornado más nervioso e irascible que de costumbre.
Escupió un trozo de cecina en mal estado y dió un trago a su cantimplora. Pronto re tomarían la marcha y tenía la garaganta seca.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Percepción.

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27/04/2020, 22:58
Leofred

Turno 605

El debate sobre cómo actuar se volvió poco a poco más acalorado a medida que los planes de unos y otros se cuestionaban, aunque nadie se pasó de la raya, dejaba entrever que todos estaban cada vez más nerviosos, tanto por el lugar donde se iban a adentrar como por sus enemigos. Al propio Leofred no le gustaba cómo sonaba la idea de forzar a los orientales a hacer el primer movimiento, pero al no tener en ese momento no tenía una idea propia con la que contribuir la aceptó sin quejas. Al fin y al cabo, lo que menos les convenía era quedarse quietos abrumados por las dudas.

Apenas podía contener su nerviosismo mientras atravesaban el lugar donde antaño estuviera la puerta negra. Más que un desfiladero era como un gran cañón y, aunque a cada segundo temía que comenzaran a llover flechas sobre ellos, completaron la primera parte de la jornada sin incidentes y sin rastro de sus enemigos por los alrededores, lo que era al mismo tiempo un alivio y una constante preocupación. Lo primero que hizo Leofred tras detenerse y dejar atados a los caballos fue cargar su ballesta - al menos tendré algo preparado si deciden venir por nosotros ahora. -

Solo comieron algunos bocados, pero tenían que esperar a que los caballos recuperasen alguna fuerza. En mitad de aquél valle desolado uno podía pensar que eran los únicos hombres que quedaban sobre la tierra; no se escuchaba ni un susurro, ni el graznido de un pájaro. Solo la voz de Edan, susurrando - Si ese es el caso, esta vez seremos nosotros quienes les prepararemos una sorpresa, te lo aseguro. - le respondió en un alarde de confianza. Había tenido tiempo de pensar en varias cosas durante el trayecto. - da la impresión de que les importa más retrasarnos que asestarnos un golpe definitivo; ellos también deben de tener prisa, o simplemente nos habrían emboscado con todos sus jinetes hace ya tiempo. Si aún no lo han hecho debe ser porque quienes se han quedado atrás son menos numerosos que nosotros, tal vez solo los dos que vio Gwalin, y no quieren enfrentarnos directamente. Debemos estar prevenidos y no bajar la guardia. - Todo eran elucubraciones, por supuesto. Ideas sueltas y fragmentos de sucesos pasados con sus familiares los dúnadan del norte en los que había sido observador, y que ahora lograba encajar en los acontecimientos que habían vivido para darles sentido, pero al menos era alentador pensar que no fueran a aparecer de pronto media docena más de orientales a combatirles.

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28/04/2020, 16:38
Grimbeorn

Turno 605

Grimbeorn era incapaz de decidir si era la presencia de los hostigadores orientales descubiertos por Gwalin o el aspecto tétrico y desolado del lugar lo que le enervaba. Puede que fuera una combinación de ambas cosas. Pero no había dejado de mirar a su alrededor mientras se internaban en aquella gárganta. Por muy amplia que fuera, el norteño no dejaba de recelar ante el temor de quedar atrapados allí. Si los orientales aparecían por uno de los accesos y los hostigadores por el otro...

Pasó el tiempo. Los caballos habían seguido trotando, tal como sus jinetes les instruían. Al menos, el hombre del bosque agradecía que la escasa vegetación que crecía en aquel lugar no proporcionase un buen escondite. Eso dificultaba un ataque por sorpresa desde muy cerca. Llegó el mediodía y no hubo signo alguno de alarma, pero la comitiva distaba mucho de estar confiada. La falta de vegetación implicaba también falta de leña, por lo que no hubo forma de preparar nada. Grimbeorn se limitó a mordisquear un trozo de cecina y una galleta mientras escuchaba a sus compañeros.

- Dudo mucho que estén durmiendo. Necesitan tenernos vigilados, saber qué camino seguimos. - Echó una mirada furtiva a aquel sitio. En realidad, no había mucho que pudiera considerarse senda y tampoco es que tuvieran la posibilidad de ir a muchos sitios desde allí. Quizás los dos orientales que quedaban debían de robarles los suministros para ralentizar su persecución o llevar a cabo una serie de golpes de mano para debilitarles; pero no tenía forma de saberlo ni de probarlo, por lo que optó por no mencionarlo. - Recordad lo que nos contaron Agranil y sus adláteres. Esos orientales han robado una armadura destinada al rey de Gondor para su coronación; su objetivo será, posiblemente, llevarla ante el grueso de su ejército como prueba de que pueden lanzar una ofensiva contra nuestras tierras y que no seremos capaces de repelerla. Nosotros no les interesamos, su misión es alejar esa armadura de Gondor. Cuanto antes lo hagan, mejor para ellos y peor para todos nosotros. - El animista confiaba en que eso fuera cierto y explicase por qué los orientales no hubieran vuelto sobre sus pasos para hacerles frente, eliminarles y seguir su camino.

- Tiradas (1)
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30/04/2020, 04:44
Director

RESOLUCION TURNO 605
 

 

Las rocas basálticas que componían todas las montañas circundantes, y su negrura, contrastaban fuertemente con el despejado cielo azul del mediodía. El sol brillaba alto, calentando los rostros de los cansados viajeros, algo de agradecer pues los vientos fríos seguían golpeando el valle. El desdibujado camino se cubría del mismo polvo negruzco que tapizaba todo el valle.

Comieron haciéndose a un lado, no muy lejos de la calzada, entre un pequeño grupo de zarzas. Por alguna razón, las leñosas y secas plantas daban una sensación protección, aunque por supuesto era un autoengaño. Comieron algo de carne ahumada, pan, queso e incluso un poco de la ultima fruta fresca que les quedaba. Tenían que coger fuerzas para lo que se avecinaba.

Les quedaba comida para al menos una veintena de días, eso sin tener que racionarla. Con el agua no tenían la misma bonanza, habían comprado un par de odres en Caras Gwildor, y sumando las cantimploras que cada uno llevaba, tendrían suficiente para cinco o seis días, eso sin contar lo que los caballos tenían que beber. En unos días tendrían que encontrar agua, y en aquel paraje eso parecía una tarea complicada. Tenían que dar con esos orientales, acabar con ellos y marcharse de allí cuanto antes.

Durante la comida, Larrid trató de explicar su plan, no le gustó como habían empezado el día. Sabían que estaban siendo vigilados y eso, aunque amenazador, les brindaba una esperanza. El etheod conocía un poco a los orientales, y sabia que su naturaleza guerrera podía serles ventajosa. No podrían resistirse a terminar con sus perseguidores, si estos les brindaban una clara oportunidad. De hecho, ya lo intentaron una vez, y terminaron con la vida de tres compañeros. En aquello se basaba el plan que Larrid tenia en mente, un plan muy arriesgado, cuya buena ejecución ponía en peligro la vida misma de cada uno de los integrantes. La idea era, cuando estuviese por llegar la noche, acampar en un lugar desprotegido. Lo harían antes de llegar al desfiladero sur del valle, en Carach Angren, Las Mandíbulas de Hierro. Allí ofrecerían un jugoso lugar para ser emboscados, durante la noche. Pero estarían preparados, cuando llegasen al campamento creyendo a todos dormidos, se llevarían una pequeña sorpresa. Bien ocultos, y preparados, caerían sobre ellos. Tendrían que ser cuidadosos, sigilosos, y revisar bien la posibilidad de que sus arqueros no tuviesen un lugar adecuado para ocultarse. Había que forzar un lugar idóneo.

Tras la comida, volvieron a ponerse en marcha. El ritmo esta vez fue algo mas bajo, calculado para que el atardecer cayese antes de llegar a La Garganta de Hierro. Los caballos estaban cada vez mas cansados, cargaban con demasiado peso y aun así su entereza no decaía. Los nobles animales estaban haciendo un gran trabajo. Las horas pasaron y kilometro tras kilómetro, descanso tras descanso, fueron acercándose al lugar elegido.

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 606

► Tiradas de percepción

► Se me hace tarde, dejo para el próximo turno una buena descripción del lugar. Podéis ir montando el campamento y demás, disculpas.

 

► Resolución del próximo turno: domingo 03-05-20

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30/04/2020, 12:55
Gwalin

Turno 606

Mientras comía, el enano escuchó el plan que Larrid había pensado. Su ceño fruncido y su mirada fija a una roca de aquel lugar árido y terrorífico, dejaban claro que el guerrero meditaba sobre ese plan, sobre los orientales y sobre las dudas u fantasmas que se urdían en su cabeza. Pero no dijo nada.

El sol engañaba con su presencia, haciendo que aquel viento frío que acompañaba ese lúgubre desfiladero pareciese más placido de lo que en realidad era. Pero Gwalin no prestaba atención a eso. No le importaba el calor o el frío. Le importaba saber si era real o no lo que había visto. 

Ya a lomos de su caballo, el guerrero naugrim cabalgaba a la cola del pelotón de gente que formaba su grupo. Su mirada preocupada barría el terreno que tenía a su alrededor, e incluso se permitía mirar hacia atrás, de forma casual, por si veía si alguien les seguía.

Al final la tarde fue plegando a la noche, lo que les indicaba que tenían que parar para montar su campamento. Y lo hicieron donde Larrid había pensado hacer su treta, un lugar abierto, poco protegido, antes de llegar al desfiladero sur del valle, en Carach Angren, Las Mandíbulas de Hierro.

Esta vez el guerrero no se quitó sus piezas de armadura, pero sí que se echó una manta sobre los hombros para quitarse el viento frío y para que no se le viera que aun llevaba su armadura. Montó un pequeño hogar, a modo de círculo de piedras altas puestas alrededor de un hoyo, donde situarían la hoguera. Ese fuego serviría para varias cosas, pues a parte del calor y la espiritualidad que transmite el fuego, daría una sensación de normalidad para sus perseguidores. Por eso también las piedras altas alrededor de la hoguera, así su luz no ayudaría mucho en el caso de que finalmente decidieran atacarles. Tras esto recogió algo de leña de los arbustos cercanos y sacó algo de comida y bebida.

Pero nuevamente sus pensamientos envueltos en dudas inundaron la mente del guerrero mientras comía, atenazando su cuerpo y dejándolo inmóvil. No era el frío, ni el miedo, era su mente. Deseaba que todo se hiciera realidad que por fin los orientales atacaran el campamento. Entonces y solo entonces, aquella paranoica sensación de que quizás estuviera equivocado y que fuera su mente la que le hacía ver enemigos escondidos tras aquellas rocas negras desaparecería. -Ojalá tenas razón viejo chiflado, ojalá vengan y se lleven al demonio que has creado y vive en tu cabeza -pensó el guerrero mientras masticaba su cena. 

Preparado para la escaramuza, con su hacha y escudo a mano, miraba de soslayo a los alrededores por si algo le decía que sus enemigos preparaban la emboscada.

- Tiradas (1)
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30/04/2020, 16:35
Grimbeorn

Turno 606

Tal vez fuera el lugar pero, en aquella ocasión, la comida le dejaba un regusto distinto en la boca al animista. No estaba seguro, pero el sabor no le satisfacía tanto como en otras ocasiones. O puede que sólo fueran los nervios, aunque esos normalmente se manifestaban con un nudo en el estómago.

En cualquier caso, cuando Larrid compartió con ellos su arriesgado plan, el norteño dudó unos instantes antes de exponer sus sospechas, de modo que el rohir tuviera en cuenta la posibilidad de que los orientales les hicieran una jugarreta, amañasen un ataque y aprovecharan para robarles provisiones o, incluso, caballos. O puede que sólo los ahuyentasen.

El conocimiento de la estrategia de Larrid hizo que montar el campamento fuera algo más tenso de lo habitual. Normalmente, tras las varias horas de viaje, aquella parada era bien recibida, una señal que anticipaba un merecido descanso. Pero aquella noche era poco probable que lo tuvieran. Grimbeorn batía el lugar que habían elegido para acampar y le ponía los pelos de punta. Como Larrid dijera, el sitio apenas ofrecía protección y les dejaba muy expuestos. Nadie en su sano juicio se detendría allí y el norteño empezó a temer que los orientales sospechasen ante las facilidades que les brindaba aquella "imprudencia" que los viajeros cometían.

Pero era lo mejor que tenían por el momento, así que se valió de cualquier excusa, como descargar un fardo o desensillar a un caballo, para otear los alrededores en busca de lugares que pudieran usar para emplazar a los tiradores o, de ser posible, montar una trampa.

- Tiradas (1)
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30/04/2020, 18:17
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 606

Arrastraron sus cansadas piernas hasta el lugar elegido por Larrid para montar el campamento. Estaban agotados, aunque el ritmo se había vuelto penoso hacía el final de la jornada. Edan se afanó en disponer las cosas tal y como lo habían planeado durante la comida.

Habían transcurrido ya varias horas desde entonces, pero al joven todavia se le revolvia el estómago después de escuchar el plan del etheod.

Solo la noche en que los anegados les asaltaron en el islote se habia sentido mas en peligro que entonces. Pero en aquella ocasión no habia tenido que lidiar con aquella tensión. Se acercaban a la boca del lobo, un lobo infernal con una manada detrás de la que desconocían absolutamente todo. Y lo peor es que lo sabían y aún así seguían adelante. La impotencia y la rabia le habian impedido probar bocado al mediodia. Estaba convencido de que terminaría sentandole mal si lo hacía.

Preparó su saco y ayudó a buscar algo de leña para alimentar la hoguera. Aquella noche no queria quedarse a oscuras, asi que se esforzó por acarrear cualquier ramita o arbusto que encontró en las proximidades.

Después de aquello se dedicó a los caballos como siempre. Los revisó uno a uno y puso especial dedicación en adecentar el suyo. Sentía que si todo se volvía en contra, aquella sería su única posibilidad de escapar. Aquella noche su montura dormiría con la silla puesta y unas cuantas provisiones para sobrevivir a una hipotetica huida desesperada.

Antes de ocupar su lugar en la hoguera, se acercó a Larrid y le preguntó sin levantar demasiado la voz:
-¿Como haremos con las guardias?-
Estaba claro que si pensaban mantener la pantomima hasta el final, debian seguir realizando sus guardias como siempre, o de lo contrario los orientales podrian olerse la tostada.

En cualquier caso nadie dormiría. Los nervios alejarían los fantasmas del cansancio, pero eso no lo volvería menos real. Los orientales estarían mas frescos y mas decididos. Edan no podia ver más que desventajas en todo aquello, pero estaba dispuesto a vender cara su vida.

El humo blanco de la hoguera ascendía zigzagueando contra el cielo nocturno, como una serpiente albina enroscada en un mástil imaginario cuyo cuerpo se desmenuzaba en jirones de escamas grises al chocar contra el techo del firmamento. Perfido Heraldo de la amenaza que los acechaba.
Un siseo permanente acompañaba la escena cada vez que las ramas secas crujian al calor de las ascuas, mientras la piedra de amolar del rohir arrancaba destellos incandescentes del filo de su hacha.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Percepción.
Obviamente no me quito la cota. Y me pondré el casco para recibirlos.

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01/05/2020, 22:18
Leofred

Turno 606

Entre susurros, Larrid les había hecho partícipes de su plan. Una jugada arriesgada, al fin y al cabo no querían que los orientales tuvieran demasiada ventaja sobre ellos permitiéndoles tenderles una emboscada, por muy preparados que estuvieran. Tendrían que ser doblemente astutos para compensar la trampa en la que estaban aceptando meterse. La única ventaja del plan, siendo generosos, era que la cabalgada de la tarde fue más relajada, ya que si forzaban el ritmo como las anteriores jornadas de viaje se adentrarían en los desfiladeros donde el plan de Larrid carecía de sentido. Al menos estarían algo más descansados aquella noche, y necesitarían estarlo para lo que se les avecinaba.

Como la mayoría de las noches anteriores Leofred preparó sus trampas de alarma, y en esta ocasión decidió probar algo diferente. Esperó hasta que las luces hubieron desaparecido del todo para sacar discretamente la cuerda que le habían quitado al explorador oriental y su propia ballesta. Hasta ahora no habían tenido la seguridad de que serían atacados en plena noche, pero esta vez al bardo se le había ocurrido montar una nueva trampa, más mortífera. Con el extremo de la cuerda en el gatillo, tensándola lo más posible alrededor de una roca y manteniendo la ballesta anclada al suelo apoyando peso encima y a su alrededor, podía prepararlo todo para que disparase una sola vez contra quien se acercase descuidadamente de una dirección específica. Primero lo preparó todo - Tened cuidado de no activarla por accidente. - Les advirtió Leofred tras haberla dejado preparada en la oscuridad, indicándoles el lugar para que lo evitasen. Con suerte, si los orientales veían que los vigilantes evitaban esa zona, intentarían acercarse por allí.

Viendo como los demás oteaban descuidadamente la oscuridad más allá de la hoguera, Leofred les imitó, aunque con poco éxito. Todos parecían demasiado nerviosos, varios de ellos con las armas a mano. No parecía probable que les atacasen antes de que comenzasen a dormir, de modo que intentó contribuir a relajar un poco el ambiente los últimos minutos antes de fingir acostarse. - ¿Aún tienes aquella baraja, Edan? Esta noche te aceptaría una partida, aunque me temo que mi bolsa está vacía. Si quieres podemos apostarnos nuestra posición en las guardias, o quien se libra de hacerla esta noche*. -

- Tiradas (3)

Notas de juego

*No pretendo hacer tiradas en la escena de naipes de marfil, es solo interpretativo a fin de pasar el rato esta noche.

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04/05/2020, 02:05
Director

 

RESOLUCION TURNO 606
 

 

El lugar en el que decidieron acampar no era mas que una planicie, cerca de la entrada a un desfiladero. Estratégicamente no era tan malo, las otras opciones eran, haberlo hecho entre las paredes del paso, aunque resultaría mas peligroso aun, o haberlo hecho mucho mas alejados de aquel lugar, aunque no conseguirían atraer al enemigo. Sea como fuere allí estaban, a la sombra de la cordillera interior que separaba el valle de Udûn de la meseta de Gorgoroth. La tierra estaba siempre cubierta por el polvo gris que emanó del Orodruin cuando estuvo activo. Aunque ahora, ya extinto, no despedía la oscuridad de antaño, sus huellas aun eran bien visibles.

Durante la jornada había hecho un esplendido y soleado día, que contrarrestaba el viento frio que sacudía el valle. Con la caída de la noche la temperatura volvió a bajar drásticamente, y la sensación de frio volvió tan dura como el inhóspito lugar en el que estaban.

Montaron el campamento, un sencillo y pequeño fuego en medio, serviría para calentarse. No había mucha leña, por lo que sus llamas alumbrarían lo justo para no tropezarse con nada. Las tres tiendas fueron dispuestas, como de costumbre, alrededor de la hoguera. Las montañas, sus rocas, estaban a apenas una centena de metros de donde se instalaron. Entre ellas y en los alrededores, tan solo había oscuridad y una llanura que las miradas no lograban abarcar. Sería fácil ver llegar a alguien.

Comieron algo de queso, pan y embutidos. No se pusieron a cocinar, si Larrid tenia razón, la noche estaría animada. Se irían pronto a descansar, aparentemente, pero lo que en realidad tendrían que hacer era permanecer despiertos y bien atentos en el interior de sus tiendas. Las guardias, como siempre, se harían de dos en dos, mismas parejas y mima rutina. Gwalin y Grimbeorn serian los primeros en realizar su imaginaria, les seguirían Leofred y Larrid, y terminarían Hallfrid y Edan. La idea, básicamente, era la de recrear una pantomima de guardias, sin poner demasiada atención, para propiciar el ataque enemigo. No solo buscaban sorprenderles, si no adelantar el encuentro con un buen señuelo, para no tener que perseguirlos por todo Mordor. Nada garantizaba que la estratagema fuese a resultar, pero poco más podían hacer.

La noche fue pasando, en vela, para todos. Las guardias se sucedieron sin mas sobresaltos que el lejano aullido de algún canido y el crepitar de las llamas haciendo añicos las secas ramas de las zarzas que usaron como leña. Una noche en la que todos estuvieron sobre alerta, despiertos y esperando ese ansiado ataque. Sin embargo, este no llegó. Larrid comenzaba a preguntarse si sus conocimientos sobre este enemigo no eran del todo certeros. Quizás sus suposiciones no eran correctas, o el enemigo demasiado listo como para caer en una obviedad como aquella. De todos modos, continuarían con su persecución. El cansancio podía verse en el rostro de los viajeros. Una noche sin dormir, mas aún tras las largas jornadas de cabalgadas, pasaban factura.

El sol despunto al alba. El primer rayo se elevó al este, sobre las montañas al comienzo de un nuevo día. Comenzaron a recoger apesadumbrados y, en cierto modo, moralmente resignados. El plan del etheod no había tenido efecto alguno, tan solo perdieron tiempo ya que el día anterior podían haber avanzado un poco más. Pero mientras doblaban las mantas para guardarlas en los caballos, antes incluso de desmontar las tiendas, el enemigo apareció con las primeras luces del amanecer. Desde retaguardia llegaban dos orientales, seguramente los que Gwalin había visto, cabalgaban hacia ellos. De frente venían cuatro más en un ataque casi sincronizado, en el que la luz del sol dio la señal para el asalto.

Esta vez, pudieron diferenciar dos tipos distintos de orientales. Junto a los sagath, con armaduras y yelmos similares a los que hasta ahora se habían encontrado, pudieron ver a otros cuatro hombres del este. Estos, vestían armaduras más recias, de cuero endurecido y placas de hierro, con protecciones en brazos y piernas. Tenían un yelmo menos ligero y [portaban férreas lanzas que señalaban sus objetivo. En el cinto, esperaban espadas anchas, algo curvadas y portaban escudos para protegerse]. Ellos no perdían el tiempo con arcos, seguramente todos lo que habían visto hasta ese momento no eran mas que exploradores, y ahora conocerían a los guerreros.

Dos flechas volaron, al parecer aquellos hombres tenían una gran habilidad para disparar aun cabalgando. Lo cierto es que lo hacían con bastante soltura, no necesitaban llevar las riendas para dirigir a las monturas. Desde vanguardia, una de ellas pasó muy cerca de Leofred, agujereando la tienda que estaba a su laco, clavándose en el interior vacío. Desde retaguardia, otra saeta surco el aire. Esta quedo demasiado corta y se estrelló contra el suelo algunos metros por delante de Hallfrid.

El ansiado momento había llegado, no como Larrid lo pensó, pero allí estaban.

- Tiradas (6)

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 607

► Enemigos:
- Vanguardia (noreste) 4: Tres guerreros aisdrags (#1, #2 y #3) y un explorador sagath (#4).
- Retaguardia (suroeste) 2: Un guerrero aisdrag (#5) y un explorador sagath (#6).

► Los guerreros aisdrags van equipados con armaduras de cuero endurecido, yelmo, grebas, brazales, lanzas y escudo. Como arma secundaria tienen una espada ancha.

► Los exploradores sagath van equipados con armaduras de cuero, yelmo, arcos compuestos. No llevan escudo, ni mas protecciones. Como arma secundaria llevan espada corta.

► La trampa de Leofred tiene un 80% de prob. De activarse durante el próximo turno. Leofred puede tirar el % y un ataque con su modificador de ataque para proyectiles (dada la buena tirada que sacó al realizar la trampa)

► Las maniobras de montar (MM montar) son:
- "Escasa dificultad" para las maniobras normales (galope, ataques...)
- El grado aumenta a "Dificultad Media" en caso de que se hagan con escudo embrazado además del arma (los dos brazos ocupados).
- Montar y atacar en el mismo asalto, penaliza con un -30 a la BO.

► Cansancio (N2): Tras no dormir por la noche, se realizarán tiradas de cansancio durante el combate, subiendo el nivel cada 10 asaltos. Para ambos bandos. Por el momento realizar una tirada incicial.
- Grimbeorn, Gwalin y Larrid a N2.
- Leofred subió a N3
- Edan bajó su TR a N3.
- Hallfrid bajó su TR a N2.
- Nadie tiene penalizaciones por cansancio.

Esquema de situación para el turno 606, Asalto 1

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 06-05-20

 

Edito entre corchetes [] la errata sobre el arma que llevan los enemigos. Prevalece el detalle de las notas.