Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 2: Pérdidas y bienvenidas

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08/11/2014, 17:47
Amber Blackwell

Amber, ya con el teléfono en la oreja, miró a Ethan cuando le tendió el botiquín, como si no entendiese por qué se lo llevaba a ella. Sin embargo, en ese momento le respondieron al otro lado, así que se encogió de hombros y apartó los ojos del muchacho, caminando por el césped del jardín.

Apenas un par de minutos después entró en la casa y guardó el teléfono en su bolsillo. - Vienen para acá. - Informó, mirando a Émille y dejando el botiquín sobre una mesa. Después sus ojos se posaron en Nora y Ethan. - Traerán un antídoto para despertarlos. Tenemos que cerrar bien las puertas y estar atentos por si vuelven. ¿Habéis comprobado a la mujer? ¿O encontrado algo nuevo? - Preguntó, mirándoos a los tres.

Finalmente se quedó mirando a Nora. - ¿Has vuelto a notar algo como lo de antes? Si puedes ver la magia podrías ser capaz de rastrearla o de ver imágenes residuales. Es una pena que no estés entrenada todavía. Ahora nos vendría genial algo así. - Comentó para terminar mirando a su alrededor.

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08/11/2014, 18:26
Gareth Herondale

La niña asintió con una enorme sonrisa y empezó a levantarse para acompañaros a Carlo y a ti, pero antes de que os diese tiempo a marcharos Gareth entró de nuevo. Su expresión era seria y en sus ojos había un brillo de excitación que reconocías bien: el mismo que habías sentido en tu propia piel antes de un combate.

- Han atacado la casa de los padres de Ethan. Por lo que parece ha sido un grupo de Scorpiors. Se han llevado a su familia. Hay un par de mundanos supervivientes. Tenemos que interrogarlos y echar un vistazo antes de que lleguen más mundanos. - Dijo en general. Entonces miró a su hija mayor y empezó a organizarlos con naturalidad, como si fuese él el director y no su esposa. - Alice, ve a buscar a los chicos y que se preparen. Nos vamos de expedición. Avisa también a Ivy. Coged antídoto. - Miró a su mujer y a Jo. - Vosotras quedaos aquí por si llega algún mensaje de la Clave. Que se quede también Scott. - Su mirada se centró en su esposa y le dedicó una sonrisa de medio lado, entre traviesa y tierna. - Te tendré informada. 

Sus ojos se detuvieron en vosotros dos y frunció el ceño dudando por un instante. - Vosotros acabáis de llegar de un viaje largo. Podéis quedaros si queréis. Aunque si queréis venir, también seréis bienvenidos. 

Volvió a dirigirse a la puerta y antes de salir por ella miró a todos. - En la puerta dentro de cinco minutos. Todo el que vaya a venir con traje de combate y armado. 

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09/11/2014, 12:40
Émille Lalique

Cuando la camarera respondió me quedé mirándola durante unos segundos, aún con el ceño fruncido. Yo no terminaba de entender cómo el salto entre prefiero creer y afirmo que, además de lo poco maduro que me parecía. Sin embargo no iba a decir nada: quizá simplemente todo le estaba superando. Era lo normal cuando se trabajaba con mundanos: no eran capaces de asumir prácticamente nada.

Al entrar Amber me giré hacia ella, escuchando sus palabras. - No, aún no hemos comprobado a la mujer. - Dije mirando de soslayo a la porculera una vez más. Decía querer ayudar y cuando se le pedía algo pasaba del tema. Una vez más, mundanos. Me dirigí yo mismo a la mujer para examinar su cuello por delante y por detrás. Si no encontrase nada probablemente ampliaría mi búsqueda, pero esperaba que no fuera necesario.

- Aumentemos los dos sus habilidades. - Le propuse entonces a Amber. - Con poco que pueda hacer, si los dos la potenciamos, debería ver algo. - Afirmé, y dicho esto procedí a hacerlo conmigo primero y con ellas dos después.

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10/11/2014, 22:39
Andrea Youngblood

Dejé caer la mochila sobre el suelo después de que Gareth terminase de hablar. No sabía las intenciones de Carlo, que pensaría o si iba a venir pero yo desde luego quería ayudar, después de todo los amigos de mi familia eran por extensión mis amigos también. 

- ¿Quien es Ethan? - pregunté con un ligero sobresalto, mientras comenzaba a rebuscar en mi mochila la ropa de excursión y los cuchillos de combate. - Bueno, no importa... Iré con vosotros, ya descansaré cuando esté muerto. - Lo dije muy confiado pero en realidad me daba una pereza tremenda tener que irme de excursión ahora. Por supuesto la pereza no era algo que me impidiera ayudar a mis semejantes, me consideraba a mi mismo una buena persona.

Dejé todo bien ordenado en la mochila en cuestión de segundos y brindé mi mejor sonrisa de primo a Jo. - ¿Jo podrías decirme donde dejar esto? - dije con los cuchillos y un saquito que contenía la ropa de combate en ambas manos.

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11/11/2014, 01:41
Ethan Evans

No entendía de lo que hablaban. Para variar. Ni entendía la inútil discusión entre Emille y Nora sobre mis padres. Deberían estar buscándolos, no discutiendo. Por lo pronto, parecía que iban a traer más gente rara a mi casa y no estaba del todo seguro de si eso era una buena idea. No, no he encontrado nada sospechoso en la casa. No se han llevado nada, salvo a mi familia. Decirlo hizo que mi pecho se encogiese. Y no sé porque una panda de bichos raros quiere llevarse a mi familia porque hasta ahora ni siquiera sabía que esas cosas existían. Estaba impacientándome. Lo que me parece más lógico es que me buscasen a mí. Mucha casualidad sería que justo el mismo día que ocurre todo esto ataquen mi casa. Aunque eso no explica porqué la habitación de mi hermana está como está. Emilie...

Intenta despertarla. Dije, señalando a Cassandra, la criada que tantos escalofríos le había causado de niño. En realidad aún lo hacía, pero intentaba disimularlo. No parece estar herida. No podemos perder más tiempo. Estaba nervioso. No hacer nada y esperar me parecía la peor opción de todas.

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11/11/2014, 21:18
Carlo Greymark

Gareth salió por la puerta y Alice lo hizo inmediatamente después. Mientras tanto, Carlo parecía haber olvidado de repente todas sus quejas y su cansancio y dio algunos saltitos sobre sí mismo sin moverse del sitio.

Al escuchar tus palabras su sonrisa se amplió y miró a la pequeña mientras hurgabas en tu mochila. - ¡Pues claro que vamos! Ya tengo ganas de estirarme un poco. ¿Dónde podemos cambiarnos?

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11/11/2014, 21:19
Josephine Herondale

La niña asintió a ambas peticiones y se bajó del sillón para dirigirse hacia la puerta. - Claro. Os llevaré a vuestras habitaciones, podréis dejar allí vuestras cosas y cambiaros. 

Salió por el pasillo, esperando que la siguierais y desandó el camino que hicisteis antes, para llegar a la escalinata y empezar a subir por ella mientras recuperaba la facilidad de palabra con la que la habíais conocido. 

- Ethan es uno de esos nephilim que vinieron, sale en la tele y es famoso, pero no sabía que era un nephilim, se pensaba que era un mundano. Émille le hirió la pierna e Ivy lo curó, pero luego le pusieron un iratze y no se murió, así descubrimos que es un nephilim. - No dejaba ni un segundo en el que pudiérais interrumpirla antes de seguir hablando sin parar. - Las residencias están en el primer y segundo piso. Pero casi todas las habitaciones están vacías, así que el segundo piso sólo lo usan mis padres y a veces cuando vienen invitados de Alacante. Caben más de doscientas personas. 

Llegasteis a un pasillo con multitud de puertas, casi todas abiertas, que daban a habitaciones, ni grandes ni pequeñas, pero todas idénticas: una cama sin sábanas, una mesita de noche, un escritorio y un armario con las puertas abiertas. Al final del pasillo había algunas puertas cerradas y la niña os señaló las dos últimas. - Estas son las vuestras, mi madre las preparó hace días, pero no nos dijo que eran para vosotros. 

Abrió cada una y dejó que cada uno eligiese la suya. - La mía está allí, junto a la de Alice. - Dijo, señalando hacia el fondo del pasillo. - Si no os gustan estas y queréis estar más separados, luego podéis cambiaros. Derian y Stuart lo hicieron. Las suyas son esas. - Señaló dos puertas cerradas un poco más atrás. 

Finalmente os miró mientras se balanceaba sobre sus propios pies. - Bueno, pues voy a avisar a Scott de lo que ha pasado y ya os ponéis cómodos, ¿vale? - Y sin esperar respuesta saludó con la mano y se fue corriendo hacia la escalinata. 

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11/11/2014, 21:46
Carlo Greymark

Carlo miró a la niña correr hacia la escalinata y luego se giró hacia ti. - Me pido esta. - Dijo, señalando con la cabeza la habitación que parecía estar más cerca del lugar donde Jo había dicho que estaban la suya y la de Alice. - No me habías dicho que tenías una prima tan guapa. - Añadió antes de entrar en la habitación que había elegido. - Menos mal que es rubia. - Fue lo último que dijo con una carcajada.

Tu habitación era igual que las que habías visto al pasar, pero la cama estaba preparada con sábanas blancas y un edredón azul marino. Después de haber vivido gran parte de tu vida en un Instituto sabías que probablemente te permitirían personalizar tu cuarto durante el tiempo que estuvieras allí.

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12/11/2014, 20:44
Andrea Youngblood

La verdad es que me daba igual una habitación que otra, y la perspectiva de tener un poco más cerca a mis prima me traía sin cuidado. Todo y eso miré a Carlo con los ojos entrecerrados, iba a decirle algunas cosas sobre aquel comentario pero al final decidí dejarlo estar. La cosa cambiaba ahora que era mi familia.

Espero que no se refiera a Jo... Carlo entenderá que ahora que sé esto tengo que proteger el honor familiar inglés... ¿Además es como una ley no escrita, no? No te liarías con la familia de tu colega sin pedirle permiso antes, debería ser algo así...

Cuando entré en la habitación me sentí acogido, como en casa. Era sencillita y acogedora, lo suficiente para estar cómodo sin sentirme un extraño en la casa de otro. 

Lancé la mochila sobre la cama y empecé a desnudarme tan rápido como pude, no quería hacer esperar a Gareth el primer día (y mi primera misión). El traje de combate me quedaba como un guante, básicamente se componía de unos pantalones negros con algunas tiras donde podía enganchar las armas y una sencilla camiseta negra con la que podía moverme con la libertad necesaria para efectuar movimientos peligrosos sin caerme de bruces contra el suelo.

Tiré la ropa mundana sobre la cama y fui hasta la entrada únicamente con mis bienes más preciados: mis cuchillos serafín y mi iPhone.

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13/11/2014, 00:40
Nora Leiva

La explicación de Ethan era básicamente lo que yo acababa de decir, para mí no tenía sentido que fueran a por una familia que no sabía lo que eran. A no ser que sí supieran algo. No tenía ninguna gana de discutir y, mucho menos, de hacer que Ethan lo pasara peor de lo que ya lo estaba pasando, pero algo no encajaba. Esperaba que cuando llegar los demás cazadores tuvieran algo más de información.

-Eso es lo que yo decía, no tiene sentido que vengan a por ellos. No tengo ni idea de cómo funciona eso de los demonios pero solo se me ocurren dos opciones.  La primera que tengan algún método para localizar cazadores de sombras aunque no sepan que lo son, eso pondría en peligro a saber a cuanta gente. La segunda, Ethan no te ofendas, que sí lo supieran y lo hayan escondido. Voy a revisar a la mujer.- Sin añadir más de dirigí a la cocina.

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13/11/2014, 22:25
Amber Blackwell

Émille salió primero hacia la cocina y cuando volvió, lo hizo Nora. Ambos pudieron encontrar en la nuca de la mujer una picadura en la nuca de apariencia similar a la del hombre del jardín. 

Amber esperó dando pequeños pasos por el salón a que la muchacha volviera antes de hablar de nuevo. - Lo supieran o no... No es una casualidad. No puede serlo. - Dijo entonces, mirando a Ethan y haciendo una mueca con la boca. - Y si tú eres un nephilim, puede que tu hermana también lo fuese. Si venían buscándote a ti, tal vez encontrarla a ella fue un... Sucedáneo. No creo que podamos despertarla, pero van a traer el antídoto. 

Suspiró y miró a Nora, ladeando la cabeza. - Entre Émille y yo podemos aumentar tus habilidades si quieres, tal vez así seas capaz de ver algo más... ¿Te parece bien? Si no quieres podemos esperar a que llegue Ivy, pero las reminiscencias mágicas van perdiendo nitidez con el tiempo, así que cuanto antes mejor. 

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13/11/2014, 23:35
Narradora

Cuando saliste pudiste ver que la puerta de la habitación contigua se abría al mismo tiempo que la tuya. Por ella salió Carlo, vestido igual que tú con el uniforme de combate, con un cuchillo serafín y una estela en el cinturón y en la espalda sus dos espadas cortas. Sin embargo, lo que te hizo gracia fue su olor. Se le había ido la mano con la colonia, sin duda. Y lo conocías lo suficiente como para saber que su pelo cuidadosamente peinado y su sonrisa indicaban que quería impresionar a alguna chica. Probablemente rubia.

Caminasteis juntos hacia la entrada, donde ya se encontraban algunas personas reunidas, todas con el uniforme de combate y armadas. Estaba allí Gareth y además de los dos cuchillos serafines de su cinturón pudiste ver una espada en él y un extraño artilugio en la espalda. También estaba Alice, armada con una guadaña que sostenía con mano firme. 

Y junto a ellos había cuatro personas más. Una chica y tres jóvenes, dos de ellos parecían ser uno la antítesis del otro.

El primero era alto y rubio, con un atractivo que no dependía tanto de su evidentemente trabajado físico, sino del aura de seguridad en sí mismo que parecía envolverlo. Sus cabellos estaban húmedos y caían en descuidados mechones enmarcando un rostro de rasgos suaves pero masculinos. De sus labios colgaba una sonrisa fácil, de las que se contagian con una sola mirada. Y sus ojos, de un límpido azul cielo, parecían irradiar una luz lejana, como de otro mundo. Sin duda parecía un ángel. Vestía el uniforme, como los demás, pero en él parecía encajar como un guante y portaba también unas muñequeras que habías visto alguna vez y de las que sabías que aparecerían las hojas de dos katares.

Y si él parecía un ángel lleno de luz, el joven que estaba de pie a su lado debía ser un ángel caído. Tan sólo compartía con el primero su cuerpo, evidentemente trabajado y marcado con las mismas cicatrices blancas que todos parecían poseer y el azul de unos ojos que en el caso del segundo eran de un color más profundo. Sus cabellos eran oscuros y llevaba una barba de dos o tres días. Su postura lánguida chocaba con la correcta posición del otro. Mostraba una sonrisa de medio lado, pícara, pero con un leve aire cínico. Y su ceño se frunció con una clara curiosidad al ver entrar a la pequeña comitiva. En la espalda llevaba un carcaj y colgado del hombro un arco. Además pudiste ver en su cinturón brillar las hojas de varios cuchillos de pequeño tamaño.

La muchacha, de cabellos largos y oscuros y tez pálida, se encontraba también vestida con el mismo uniforme que los demás, aunque no parecía sentirse muy cómoda vestida con él. Parecía moverse con timidez o nerviosismo y sus ojos, tan oscuros y profundos que a simple vista parecían negros, se movían con rapidez por el lugar hasta que se detuvieron en vosotros durante un instante. Enrollado y sujeto en su cinturón llevaba un látigo de nueve colas, junto a su estela y un cuchillo serafín. 

Junto a ella, se encontraba un joven de aspecto frágil con rasgos orientales y el pelo oscuro y largo. Tampoco parecía estar tan seguro de sí mismo como los otros dos y sin embargo, parecía moverse con facilidad y comodidad dentro del traje de combate. En la cintura llevaba colgada una espada de buen tamaño, cuya vaina estaba cubierta por un dibujo intrincado, formado por runas y hojas. 

                   

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14/11/2014, 18:45
Gareth Herondale

Gareth sonrió al veros llegar. El brillo de sus ojos no había desaparecido y asintió con la cabeza. - Bueno, pues ya estamos todos listos. Stuart, Derian, Ivy y Milton. - Dijo, señalando a los cuatro que no habíais visto antes. Ellos hicieron leves gestos de saludo, pero podíais daros cuenta de que su atención estaba más en la misión que en vosotros. - Estos son mi sobrino Andrea y su amigo Carlo, vienen del Instituto de Florencia. Ya podréis conocerlos mejor en la cena, ahora tenemos prisa.

Dio un paso hacia la puerta antes de añadir algo más. - Están tan sólo a unas manzanas de aquí. Ivy, por favor, haz los honores. - La muchacha morena a su señal cerró los ojos y durante un instante la luz pareció fluctuar a vuestro alrededor. Era algo que habías visto hacer más veces, ahora los mundanos no podrían veros a ninguno mientras os mantuvierais cerca unos de otros. 

- Vamos allá. Seguidme. - Fue lo último que dijo el hombre antes de abrir la puerta y echar a correr. Alice lo siguió inmediatamente y los demás fueron detrás. Parecía que no era momento para demasiadas conversaciones.

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15/11/2014, 18:20
Andrea Youngblood

¿Uuuh?, pensé mientras arrugaba la nariz. ¿Y ese pestazo? - ¿Es que se ha roto el dosificador de la colonia? - dije en italiano y mirando a mi colega de toda la vida cuando nos detuvimos en la entrada.

Aproveché la presentación de Gareth para saludar con la mano en un gesto despreocupado, con la expresión del rostro apagada y la mirada clavada en los otros habitantes del instituto. Lo que más me preocupaba en ese momento era no encajar bien en un grupo tan bien formado, seguramente ya se conocieran todos desde hacía años. Por lo demás fue un fuerte alivio que Gareth me presentase como su sobrino y no como el sobrino de su mujer, al menos el señor Herondale parecía un buen tipo.

Alabados sean mi prima Jo y mi tito Gareth.

Claro está que también me fijé en Ivy del mismo modo que también habría hecho Carlo ya. La chica era morena así que por lo tanto estaba bajo mi jurisdicción, pero ya podría tratar de conquistarla más tarde.

Ahora lo más importante era ayudar a Ethan. Asentí a las palabras de mi tito antes de ponerme manos a la obra y salir corriendo detrás de él. 

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15/11/2014, 21:45
Émille Lalique

Después de un instante de concentración centré mi mirada en las dos chicas y encaucé mi poder hacia ellas.

- Mi parte ya está. - Anuncié entonces sin esperar a que la camarera diera su consentimiento.

- Si quien vino aquí vio el ataque del bar pudo sentir vuestro despertar. - Propuse. - Y deducir que sabiéndolo o no tu hermana o tus padres eran de los nuestros. - Luego alcé mis ojos hacia la porculera y hablé de manera rápida y seria. - Si tienes familia deberías ir llamándola. - Le sugerí. Probablemente la preocupase, pero me traía sin cuidado si eso iba a ayudarnos a esclarecer este asunto.

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15/11/2014, 21:56
Narradora

Un cosquilleo igual al que había encogido tu estómago en el exterior de la casa volvió a aparecer. Sin embargo, esta vez no te pilló tan de sorpresa y recorrió todo tu cuerpo con una sensación agradable que te hacía sentir mejor, más fuerte. Como si te hubieras expandido de una forma extraña.

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16/11/2014, 22:07
Ethan Evans

Hacedlo. Dije, cuando escuché las palabras de Amber. Claramente no tenía ni idea de lo que quería decir, pero si eso podía ayudar a mi familia, bienvenido fuese. ¿Y cómo voy a explicar todo esto? El ataque, la desaparición de mi familia, los criados inconscientes... Confiaba en que en breve todo aquello cobrase algo de sentido, pero cada vez todo parecía enredarse cada vez más y más.

Además, seguro que Nora no opondría resistencia. Llevaba toda la tarde diciendo que aquello era genial y maravillado por todo el rollo supernatural y todo eso. 

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20/11/2014, 00:39
Nora Leiva

Me encogí de hombros ante las palabras de Amber, no me importaba demasiado, lo que fuera con tal de salir de allí lo antes posible. Después de lo que había pasado en aquella casa y a esos empleados que no tenían nada que ver, tomé la decisión de alejarme de todo aquello. La sensación que me recorrió todo el cuerpo fue muy agradable, me gustó sentirme así pero todo se esfumó al escuchar a Emille.

-¿Crees que pueden haber llegado hasta España? No tengo familia en Londres, no deberían poder rastrearme hasta allí… ¿o sí?- El pánico me inundó, tan solo la idea de que mis padres y mis hermanos pudieran pasar lo mismo que había sucedido en esa casa, me puso los pelos de punta.

Inmediatamente cogí mi teléfono y envié el mismo mensaje a todos sus números tratando de resultar casual.

Eh, buenas a todos que tal por casa, ¿me echáis de menos?

Sabía que nunca se separaban de sus teléfonos, siempre estaban ocupados con sus trabajos. Si estaban bien contestarían rápidamente. Ahora solo me faltaba esperar, con el corazón en un puño, que todos estuvieran bien.

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20/11/2014, 00:50
Émille Lalique

- Las distancias no existen para los demonios. - Respondí a la chica mientras empezaba a pasear por la habitación intentando recrear mentalmente lo que había sucedido aquí. - Aún así llama también a la gente con la que vivas aquí: a lo mejor han ido a buscarte a casa.

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20/11/2014, 00:55
Nora Leiva

Ni se me había pasado por la cabeza pensar en Aubrey, me sentí fatal teniendo en cuenta que me había alojado casi sin cobrarme nada. Marqué el número de casa y esperé rezando para que cogiera el teléfono.