Partida Rol por web

Et in Barcino Ego Origins

Preludio : Esquilo de Leucades

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16/06/2010, 12:01
Director

Espoleado por el miedo, cortas la cuerda que apresa al equino, agarrando con fuerza sus crines saltas impulsándote con ayuda de tu pierna izquierda.

Atrás sientes el jadeo del hombre lobo, no mirás, no lo necesitas para saber que está cerca muy cerca ... demasiado.

El caballo se impulsa en un frenético galope, apostarías todo lo que tenias y tendrás a que jamás a corrido ni correrá como lo hace ahora.

Con gran esfuerzo te mantienes sobre su lomo, agarrado a sus crines, rezando por no caer, sabes que de esta no saldrías tan bien parado como en la capilla Tremere.

Junto a tu pierna sientes una corriente de aire, al mirar a tu diestra, ves a pocos metros al temible hombre lobo, a pocos metros, en cuestión de segundos donde había una bestia de tres metros de musculo y pelo está un lobo negro, que se afana corriendo tras la estela del caballo, está a pocos metros y cada vez pierde más y más terreno.

Atrás escuchas el grito de la mujer, un solo grito, desgarrador, luego los niños. La mujer grita una sola vez, no da tiempo a una segunda, el lobo negro se para.

De su garganta surge un aullido de rabia, luego se da media vuelta para reunirse con sus hermanos de manada, apostarías a que se darán un festín con los cuerpos de la familia.

Asustado aprietas tu recuestas sobre el caballo, huyendo a toda prisa de la escena. Cabalgas durante toda la noche, espoleando al caballo por temor de que os persigan o intenten daros caza por la mañana.

El sol está a punto de salir, para cuando llegas a Figueres, a penas resta una hora para la salida del sol.

 

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18/06/2010, 00:15
Esquilo de Leucades

La potente musculatura del corcel se convulsionaba rítmicamente en la galopada que alejaba a Esquilo de aquella pesadilla. Ante sus ojos aparecía una y otra vez la enorme criatura, colosal, casi de leyenda, letal. A su memoria venía una y otra vez sus enormes garras clavándose en el suelo fresco del bosque, su fétido aliento tratando de alcanzar a su presa, sus ensangrentados ojos, clavados con determinación en la presa que se alejaba. Las historias de las viejas glorias se habían hecho realidad ante el griego, recreando las peores leyendas cainitas que relataban acerca de lo que habitaba los profundos bosques de la vieja Europa. El caballo redujo el ritmo tras un periodo de tiempo razonable. Sus flancos se encontraban empapados de sudor haciendo levantarse una leve neblina en el frío de la noche y de sus ollares se elevaban volutas con la condensación de su respiración. El ventrue descendió del caballo tras asegurarse de que este caminaba durante un pequeño trecho y se afanó en secar al corcel con sus propias ropas para evitar que el animal sufriera ningún percance, no podía permitirse que su montura se viera afectada, era su única oportunidad de salir de allí de una sola pieza.

 

A lo lejos, recortado sobre el horizonte se podía observar el campanario de Figueres, el edificio más alto de la población. La pequeña villa se extendía ente los ojos del cainita, invitándole a buscar un refugio en las proximidades de la misma. Con la soltura que da la experiencia se aproximó a una de las diminutas casas de campesinos que se diseminaban en la planicie. En su interior la actividad matutina ya había comenzado, las familias se preparaban para salir a trabajar de sol a sol y apuraban el exiguo desayuno. Su caballo se detuvo frente a la puerta del granero y Esquilo bajó de un salto, encaminándose hacia la puerta. Aquello no debería llevarle mucho tiempo, solo tenía que condicionar al ganado para que no le molestaran durante todo el día mientras se refugiaba en el frescor y la oscuridad del granero como tantas veces había hecho con su sire.

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18/06/2010, 18:59
Director

En silencio tirando del caballo te cuelas en el fresco granero cerrando la puerta tras tuya, el olor a ganado y heces impregna el lugar, un rápido vistazo te indica que se trata de una construcción de una sola planta, pero arriba tiene una pequeña plataforma sostenida por pilares para preservar el grano de las alimañas.

Las vacas nerviosas y asustadas mueven sus cuernos a izquierda y derecha haciendo sonar una campana de latón, muuuuu muuuuu muuuuu se quejan de la visita del intruso.

Haciendo caso omiso decides inspeccionar el granero detenidamente, asegurándote de que podrás descansar sin peligro. Tras echar una mirada detallada al granero cuentas unas quince vacas atadas a sendos maderos frente a ellas tienen una cuba a modo de bebedero,sobre el suelo se ha dispersado paja a fin de facilitar la recogida de excrementos, oro liquido para la tierra a modo de fertilizante, alrededor de las heces ves varias moscas revoloteando,cerca delos animales ves cubos y taburetes, dispuestos para ordeñar al animal.

Al llegar al final ves varios maderos vacíos, en el suelo no hay paja por lo que deduces que ningún animal ocupa ese lugar desde hace tiempo, echando un fugaz vistazo decides atar a tu caballo al madero.

Avanzas un poco más y ves un gran montón de paja, a su lado una orca así como un gran tonel repleto de agua, al lado de este un cubo de grandes dimensiones con el que llenan los bebederos, decidido llenas el cubo mojando tus ropas en el acto, una vez lleno pesa bastante por lo que te ves obligado a esforzarte metiendo tirando de él con tus dos manos.

Al avanzar cae agua a izquierda y derecha, pero queda suficiente para procurar que tu animal no pase sed, al llegar al bebedero vacías el contenido en él, aliviando de paso tus engarrotadas músculos, luego dejas el cubo al lado del tonel y coges algo paja con ambas manos para alimentar al animal.

Al aproximarte a la plataforma ves una escalera de mano echa de madera, con dificultad la colocas, te dispones a subir cuando la puerta del granero se abre, desde ella se filtra una luz junto con una silueta.

El caballo relincha, las vacas mugen dándose media vuelta a toda prisa cierra la puerta tras suya, a los pocos segundos escuchas

-Padre padre- escuchas.

Al instante la puerta vuelve a abrirse un hombre con una guadaña y un mozo con una hoz entran para inspeccionar el granero, el mozo llama la atención del padre señalando el caballo y la escalera situada frente a la plataforma.

-¿Quién va?- grita el hombre.

 

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21/06/2010, 20:20
Esquilo de Leucades

La paja crujía bajo los ligeros pasos de Esquilo mientras se desplazaba por el granero abrevando a su montura. El animal le había sacado del terrible encuentro que había sufrido en los Pirineos y, al menos, merecía una buena cena y algo de beber. El amanecer se aproximaba, casi podía sentirlo sobre su piel muerta, por lo que se apresuró para dejarlo todo preparado. Se encontraba acabando de llevar el agua a la montura cuando la puerta del granero se abrió de golpe.

 

Cita:

-¿Quién va?- grita el hombre.

 

-Acercaos. No temáis- dijo el griego mientras se giraba en redondo y dejaba que su esencia emanara alrededor suyo, como si de un poder ineludible se tratase. Observó a los humanos que se acercaban a él, fuego y hierro en mano. Su aspecto era el esperable para aquella humilde morada. Patanes, sucios, pobres. Aquellos infelices en realidad desconocían la fortuna que tenían, pues no podrían saciar la sed del cainita. Despacio, dejó que se aproximaran mientras su psique se filtraba en sus débiles mentes –Quietos, no os aproximéis más- dijo evaluando la distancia con ambas figuras –Tú, aproxímate ¿Quién mas hay en la casa?- Dijo mientras señalaba con un huesudo dedo al mas joven de los dos –Tráelos y vuelve, no te demores- Su tono, impetuoso, mostraba la fiereza inquebrantable que se dejaba entrever en su mirada. El joven no tardó en abandonar el granero corriendo.

Notas de juego

Utilizo presencia 1 para que se detengan ante mi y luego domino al hijo para que vaya a por los restantes miembros de la casa.

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21/06/2010, 20:28
Director

Notas de juego

Psss psss, presencia hará que les caigas bien, no el que se paren, con eso te puedes ganar su simpatia, en cuanto a dominar al muchacho debe de mirarte directamente a los ojos.

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21/06/2010, 21:17
Esquilo de Leucades

Uhmmm, he estado leyendo fascinación y dice que te conviertes en objeto de su devoción basicamente. Es lo que quería aprovechar para dominarles y que se paren. Con n quieto alternativo debería valer ¿No? Sino modifico las palabras de mi post.

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21/06/2010, 21:51
Director

Notas de juego

Ummm, un quieto suena a orden ... hay una diferencia entre fascinación y observar la palabra pronunciada.

Fascinación Carisma + Expresión

Observar la palabra pronuncida Manipulación + Intimidación

Se resume en :

Fascinación : tu carisma sobrenatural y tu expresión te convierten en un ser de veneración,  el tipo o el como depende, hay gente que venera al papa, santa teresa de Calcuta, es ese magnetismo que hace que la gente haga cosas por ti por voluntad propia, es como el magnetismo de los politicos que caén en gracia, de esos que no hay en España.

Observar la palabra pronunciada : simplemente te impones, impones tu voluntad sobre el otro, le metes miedo en el cuerpo y hace exactamente lo que pides.

No sé si me aclaro es algo dificil de explicar, y dificil de rolear la verdad.

Depende de como lo digas y hagas tendrás que tirar dados, tal como está ahora te haría tirar a dif 5 para Fascinación.

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22/06/2010, 19:01
Director

Notas de juego

Bueno ... te dejo hasta mañana para modificar el post, sino posteo yo ... que Lua nos lapida ...xd.

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23/06/2010, 12:36
Esquilo de Leucades

La paja crujía bajo los ligeros pasos de Esquilo mientras se desplazaba por el granero abrevando a su montura. El animal le había sacado del terrible encuentro que había sufrido en los Pirineos y, al menos, merecía una buena cena y algo de beber. El amanecer se aproximaba, casi podía sentirlo sobre su piel muerta, por lo que se apresuró para dejarlo todo preparado. Se encontraba acabando de llevar el agua a la montura cuando la puerta del granero se abrió de golpe.

Cita:

-¿Quién va?- grita el hombre.

 

-Acercaos. No temáis- dijo el griego mientras se giraba en redondo y dejaba que su esencia emanara alrededor suyo, como si de un poder ineludible se tratase. Observó a los humanos que se acercaban a él, fuego y hierro en mano. Su aspecto era el esperable para aquella humilde morada. Patanes, sucios, pobres. Aquellos infelices en realidad desconocían la fortuna que tenían, pues no podrían saciar la sed del cainita – Necesito alojamiento, puedo pagaros por él- dijo mientras separaba ligeramente los brazos de su cuerpo para mostrar que no constituía ninguna amenaza.

Los pasos de los hombres, dubitativos, comenzaron a aproximarse hacia el cainita, permitiendo que su rostro se iluminara con la llama de la antorcha y revelando los profundos pozos que constituían sus ojos. Despacio, dejó que se aproximaran mientras su psique se filtraba en sus débiles mentes –Quietos, no os aproximéis más- dijo evaluando la distancia con ambas figuras –Tú, aproxímate ¿Quién mas hay en la casa?- Dijo mientras señalaba con un huesudo dedo al mas joven de los dos –Tráelos y vuelve, no te demores- Su tono, impetuoso, mostraba la fiereza inquebrantable que se dejaba entrever en su mirada. El joven no tardó en abandonar el granero corriendo.

 

Notas de juego

A ver ahora que tal. Espero poder imprimir un poco más de ritmo que se que te estoy retrasando un pelin.

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23/06/2010, 12:54
Director

Notas de juego

Nada tranquilo con los preludios no hay tanto jaleo una vez la partida comience se respetarán más los turnos, puede haber consecuencias al saltarse el turno de otro.

Es algo asi como cuando en la vida real se le calienta la boca a alguién, y cuando tienes a gente más importante que tú pasan cosas.

Esta tarde-noche posteo.

 

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23/06/2010, 12:58
Esquilo de Leucades

Notas de juego

Ya, ya... es que me fastidia no poder postear mas, xD. A ver si acabo de una vez lo que tengo entre manos y me quedo solo con el curro normal, va a ser todo un alivio.

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23/06/2010, 18:57
Director

Los hombres se paran bloqueando la única salida disponible, y el muchacho sale corriendo más no llega, pasan lo minutos, afuera escuchas el trotar de caballos, un relincho precede al soldado que abre la puerta, espada en mano avanza.

-¿Que ocurre aquí?- pregunta el guardia

-Este buen señor no tiene techo donde cobijarse- responde campesino de la guadaña.

-El hombre te observa con prudencia desde donde estas- sin avanzar un paso más -dile al resto que entren-.

-En cuanto a vos- te señala - vendréis con nosotros -el señor querrá veros, desatad vuestro caballo y montad-.

Dos hombres más aparecen, todos armados, pero sus armaduras no son tan buenas como la de aquel que se dirige a ti.

Al pronunciar la palabra "señor" los campesinos se encogen de puro terror -volved al trabajo- ordena el guardia.

El alba está próximo apenas resta una hora, sea donde sea donde te dirigías rezas por estar cerca, finalmente decides ir con los hombres sin perder más tiempo, podrías hacerles frente, pero vendría otra patrulla al ver que no llegan.

Al salir fuera te recibe el rocío de la mañana, junto con el relincho nervioso de los equinos. Los hombres montan sin perderte de vista.

Con un hombre a la diestra y otro a la siniestra avanzas en pos del primer guardia, al cabo de pocos minutos llegas a un pequeño castillo, siendo conducido a la torre del homenaje.

El hombre guardia entra tras de ti, mientras los otros dos se quedan apostados a la puerta, un hombre vestido lujosamente levanta la mirada, a la luz de la antorcha observas que su tez es pálida.

-Domine- el guardia se dobla por la cintura -le encontramos en el granero de Pau-.

El hombre te mira fijamente, su mano se queda rígida, el canto de un gallo suena a lo lejos anunciando la salida del sol -llevadlo a lugar seguro- pausa -vigiladlo-.

Tus miembros se vuelven rígidos, casi a rastras te bajan hasta las mazmorras, tus miembros muertos no pueden hacer nada para resistirse, tus conciencia se debilita poco a poco, hasta ti llegan los quejidos del único reo, un chirrido metálico, y oscuridad ... .

[ear]7e96ce2[ear]

 

Alarmado y a la vez sorprendido abres los ojos, para tu fortuna aún sigues vivo, frente a ti una puerta de metal, la mirilla se abre para luego cerrarse rápidamente.

Los minutos pasan sin que nadie te reclame, al fin se abre la puerta en el dintel ves al conocido guardia, atrás su señor. El guardia se hace a un lado, dando paso al hombre

-¿Quién sois para irrumpir en mi dominio sin presentaros previamente?- su mirada es severa, algo te dice que de tu respuesta depende tu no vida.

 

 

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23/06/2010, 19:20
Esquilo de Leucades

Los tendones de los dedos comenzaron a tomar de nuevo su acostumbrada flexibilidad y permitieron que éstos se curvaran sobre la superficie en la que se encontraba tendido. La consciencia retornó de nuevo, arrancada de las entrañas que envuelve el sueño de todo cainita, y los ojos se abrieron ante su muda orden. La noche anterior había resultado ser casi la última de su no vida, demasiado próximo al amanecer casi parecía un milagro haber sido conducido a aquella hedionda mazmorra. Esquilo se irguió y movió su cabeza a uno y otro lado, haciendo crujir su cuello mientras se giraba en redondo para observar su celda. La habitación era apenas un agujero, un diminuto habitáculo que se veía iluminado por la luz que se colaba entre las rendijas de la puerta que le cerraba el paso.

 

El sonido que llegaba desde el exterior le indicó que alguien se acercaba hacia su celda. Apenas habían pasado unos minutos desde que se había despertado por lo que aquello le indicaba que su “benefactor” estaba deseoso de conocerle. Con un crujido, los goznes de la puerta hicieron que la hoja se desplazara en su giro y permitiera le paso al guardia a su señor.

 

Cita:

-¿Quién sois para irrumpir en mi dominio sin presentaros previamente?- su mirada es severa, algo te dice que de tu respuesta depende tu no vida.

 

-Saludos noble señor- dijo mientras fijaba su mirada en la figura que se erguía ante él. Sus ropajes eran dignos de, al menos, un barón, no cabía lugar a dudas de que era una figura importante e influyente en la región, un señor – Mi nombre es Esquilo de Leucades del linaje de los patricios- con un gesto elegante y diestro por la costumbre, el griego se dobló ligeramente mientras realizaba un saludo cortés. El gesto no era servicial, pero tampoco era orgulloso ni desafiante –Llegué anoche muy próximo al amanecer desde las montañas del norte. Desconocía siquiera la existencia de su fortaleza y no disponía del tiempo necesario para mostrar mis respetos  a su propietario, como correspondía- Esquilo cruzó sus manos frente a sí y adoptó una postura cómoda mientras se dirigía a su interlocutor –No era mi intención faltaros al respeto. Nunca rompería una tradición tan arraigada en mi como la del dominio. Espero que sepa disculpar mi falta de cortesía anoche-

Notas de juego

Genial, ^^.

Acabo de quitarme el punto de sangre por levantarme.

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23/06/2010, 20:05
Director

El señor de la fortaleza asiente a tu saludo -mi nombre es Peré Roman de Figueres del clan Ventrue- dice con tono solemne -sed bienvenido a mis dominios- pausa -este no es lugar para mantener una conversación civilizada-.

El noble da media vuelta girando sobre sus talones -seguidme- gira su cabeza sobre su hombro. Seguro avanza a largas zancadas, emitiendo un sonido metálico.

Al salir ves al criado con la cabeza gacha mirando al suelo, una vez abandonas la estancia cierra la puerta tras de si, avanzando un paso por detrás tuya, cerrando la comitiva.

Los pasos de Peré avanza por pasillos repletos de criados y soldados, a su paso todos agachan la cabeza al saludo de -Salve domine- Peré no da muestras de reparar en ellos.

Finalmente llegáis hasta una puerta de grandes proporciones, un par de guardias se sitúan a uno y otro lado, al ver a su señor se echan a un lado abriendo la puerta.

El criado entra en pos tuya dando una seña a los guardias los cuales cierran de nuevo la puerta con un crujido. Luego se situá en una esquina sin decir palabra.

Al entrar ves una pequeña sala, con un sillar sobre un plataforma de dos escalones, los muros están cubiertos de tapices, el suelo por contra está desnudo, no hay más asiento salvo el del señor de estas tierras.

-Por donde íbamos- dice tomando asiento  -decíais que cruzasteis los Pirineos- pausa -¿vos solamente?-enarca una ceja.

 

 

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25/06/2010, 08:37
Esquilo de Leucades

Esquilo realizó de nuevo una ligera inclinación de la cabeza al escuchar el nombre de su anfitrión y se dispuso a seguirle para continuar con la conversación. A medida que comenzaron a desplazarse por la fortaleza la riqueza y el poder de Pére se fue convirtiendo en la constante que les rodeaba. Tras la ultima puerta se abrió ante ellos una sala de grandes proporciones adornada con magníficos tapices representando escenas de caza, blasones nobiliarios y un sin fin de escenas en tonos ocres y dorados –Si, el infortunio me llevó a aventurarme yo solo a través de los Pirineos- dijo mientras adoptaba una posición frente al estrado, ni demasiado cerca ni demasiado lejos, tal y como tantas otras veces había hecho con su señor en las diversas cortes que habían visitado –He tenido mucha suerte de sobrevivir a un alarmante encuentro en esos bosques mi señor. El corcel que me ha traído hasta aquí, su velocidad y nobleza,   ha sido el único recurso útil contra el constante rastreo de los hocicos lupinos- dijo el anciano mientras notaba cómo un leve escalofrío le recorría la espalda.

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28/06/2010, 17:46
Director

El señor inmortal de estas tierras se recuesta en su improvisado trono, cavilando tus palabras, una mueca de desagrado aparece en su imperturbable faz al nombrarse a los lupinos, entonces y solo entonces parece mostrar algo de más interés en tu relato.

-Lupinos- dice saboreando la palabra -malditas bestias- su desprecio es más que patente, apenas es capaz de contener la ira -no respetan ... nada- escupe,su mano tiembla presa de la ira mal contenida -¿quienes son ellos para tomar aquellos que se les antoja? ... ¡quienes!- poco a poco comienza el temblor remite volviendo a mostrar el talante del que hiciera gala pasados unos minutos -disculpadme, no es de ellos de quienes hablamos sino de usted- dice en tono gélido.

-Solo un loco se aventuraría por esas montañas infestadas de lobos, y no todos a cuatro patas como ha tenido ocasión de comprobar- su cabeza se ladea, su mirada se vuelve suspicaz - o bien sois un loco, o ciertamente sois más de lo que aparentáis-

El silencio se hace tenso, al cabo de un momento el tirano da un pal de palmas, el hombre de la esquina reacciona, abriendo la puerta, a tu espalda escuchas un leve susurro, el silencio se hace insostenible, al cabo de unos minutos un par de guardias escoltan una niña, pese a estar limpia y perfumada la reconoces como lo que es : una campesina , su piel tostada bajo el sol denota su condición tanto como su la escasa carne que cubre sus huesos.

Con lágrimas en los ojos se acerca hasta el trono, lentamente extiende su brazo, sin dejar de mirarte Peré da un tirón de su brazo acercándola a si, sin piedad muerde a la chiquilla haciéndola chillar, no hay éxtasis en su beso, solo dolor ... mucho dolor, la muchacha grita presa de un dolor infernal, a los pocos segundos cesa su grito, como un saco vació cae a sus pies, apartándola con una leve patada.

-No hay nada como el candor de la inocencia, ¿no está de acuerdo?- dice con una sonrisa en los labios -supongo que no habéis tenido ocasión de tomar alimento, desea que le preparen algo ... ¿especial?- dice enarcando una ceja.

 

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28/06/2010, 23:17
Esquilo de Leucades

La figura del poderoso cainita resultaba imponente allí recostado sobre el respaldo de su trono. Educado en el camino de los Reyes, Esquilo no pudo evitar que un leve destello se apreciara en sus profundos ojos al recordar tiempos pasados en los que su sire le había llevado a postrarse ante los mas selectos tronos del continente.

 

El relato del griego parecía resultar anodino a los oídos de Pére hasta que este citó a los lupinos. El rencor y el despreció se mostró descarnado en su tono de voz al mismo tiempo que el interés volvía a su rostro –Nunca me había encontrado tan cerca de esas bestias, señor- dijo Esquilo con un hilillo de voz –Por desgracia no ha sido mas que la suerte y la previsión la que me ha ayudado a escapar de ellos. No quise detenerme a comprobar si mis habilidades serían efectivas ante sus fauces-  por un instante un leve temblor se apoderó de la ceja izquierda del cainita –Como comprenderá mi arte nunca ha sido el de la garra y la espada. Después del tiempo vivido no me pareció correcto cambiar mi senda- dijo mientras observaba la reacción de su anfitrión.

 

Los pasos de la niña resonaron levemente sobre la superficie empedrada de la gran sala. Casi asemejaba a un asustado cervatillo que se acercara dubitativa hacia las fauces de su depredador. Con un rápido gesto Pére dejó la dulce piel de su brazo al descubierto y clavó sus fauces profundamente. Esquilo, casi hechizado, no pudo retirar la vista del leve reguero de sangre que comenzó a recorrer el antebrazo en su camino hacia el haz de la mano. El anciano entreabrió levemente sus labios y dejó entrever ligeramente sus colmillos, ávidos de su dulce sustento. La bestia, concentrada en la sangre apenas percibió el grito que la desesperada muchacha emitía, lejos del prometido beso que todos los cainitas debían transmitir a sus víctimas- ¿No es así con todos? Vaya, siempre hay algo nuevo por encontrarme en el camino. Los ojos de Esquilo no se apartaron de la escena, los humanos eran meros recipientes sanguíneos para él, juguetes que utilizar y romper cuando era necesario. Asi se lo habían enseñado. Ensimismado asintió levemente ante las palabras del señor – Le agradezco mucho su ofrecimiento, la bestia que anida en nosotros esta deseosa de ser complacida, señor. ¿Sería mucho pedir la sangre de un buhonero o de un mero comerciante?-  Dijo en el tono más cortés del que era capaz ante el anhelo de alimentarse.

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03/07/2010, 01:28
Director

Los criados se acercan a retirar el cuerpo inerte de la pequeña, arrastrándolo como si de un objeto se tratase, sus ojos cerrados nunca volverán a ver la luz de la mañana, ni su piel ahora fría sentir el calor de sol, no habrá más dicha, no habrá más dolor, no pasará hambre ni conocerá el dolor y la alegría de los hijos, tan solo queda un recipiente vacío... vacío.

Una gota de sangre resbala por los labios de Peré, con la manga de su camisola la limpia, manchándola de liquido carmesí, atento escucha tu petición, la mirada del tirano se posa sobre su criado, quién obediente y discreto aguarda en la esquina.

-Ya habéis oído, buscad algo que satisfaga a mi invitado- el criado asiente sin decir palabra y desaparece por la puerta.

Una vez a solas continua con la conversación donde la dejasteis -habéis sido prudente Esquilo, por lo que decís de haberos quedado ahora mismo no seriáis más que un puñado de cenizas al viento, nuestros dones oscuros no funcionan con ellos como lo hacen con el resto de los mortales o aquellos de sangre más débil- .

Pere se incorpora, desenvainando lentamente su espada produciendo el característico ruido metálico -esto- dice mirándose en el filo de su espada -esto es lo único que sirve contra esas alimañas y la única lengua que entienden- sonríe con malicia -deberíais de procuraros una si decidís continuar vuestro viaje, si lo deseáis podéis tomar una de mi armería-.

Tras unos instantes sopesando el peso de la espada y su filo la envaina de nuevo dejando al acero reposar para mayor sosiego y tranquilidad -¿y a donde decís que os dirigís?- dice con tono desinteresado cambiando abruptamente de tema.

Tranquilamente vuelve a tomar asiento girando su pierna derecha sobre la izquierda, su mano bajo el mentón, observándote con cierta... curiosidad.

 

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11/07/2010, 18:26
Esquilo de Leucades

El sonido de los pequeños pies de la niña arrastrándose por el suelo trajo a la memoria de Esquilo gratos momentos del pasado. El tiempo había sido tan efímero en el último siglo que casi no se había dado cuenta de la profunda felicidad que le había embargado junto a su sire. Él le había dado todo, tiempo, fuerza, sabiduría. Nunca perdonaría a aquel que los había traicionado. Su venganza debía ser equiparable a su sentimiento de pérdida. La tristeza apareció levemente en sus ojos, el hambre y una media sonrisa a sus labios.

 

-Gracias por su hospitalidad, reconozco que es un verdadero golpe de suerte encontrar al alguien que conoce tan bien los gustos y necesidades de sus consanguíneos- dijo mientras observaba al asustado hombre que en ese momento hacían entrar en el salón del gran señor –Supongo que esta completamente en lo cierto, esas bestias tan solo responden ante la mordaz lengua del acero- Sus ojos se posaron en el comerciante y con una corta frase lo preparó para que se convirtiera en su aperitivo. Aquello no debía ser más que un mérito trámite, corto y sencillo –La verdad es que pretendía buscar algún lugar en el que hacer fortuna de nuevo. El sonido del dinero es algo que normalmente me tranquiliza, espero que no sea muy inoportuna si le pregunto acerca de la existencia de alguna ciudad que admita a los de mi condición- con un gesto de la mano indicó a los criados que ya podían retirar a su víctima, inerte una vez saciada su sed.

 

Notas de juego

BUenas. SIento de veras la espera. esta semana ha sido realmente infernal a nivel de curro. Espeor poder retomar el ritmo para no quedarme atrás respecto a los demás. Gracias por tu comprensión!

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12/07/2010, 19:24
Director

Desde su singular trono el señor de Figueres asiente a tus palabras, su brazo bajo su mentón, su pierna derecha cruzada sobre la izquierda.

Tus palabras mueren en la estancia, -por desgracia el comercio en mis dominios no es muy ... boyante ... estoy rodeado de campesinos- escupe la palabra -y hasta a eso debo de dar gracias, de no ser por mi férreo control la gran mayoría habría huido dejando las tierras sin cultivar, todo por culpa de esos animales, eso ... bastardos plagados de pulgas- pensativo rasca su mentón.

-Según tengo entendido su alteza Cneo ha levantado la prohibición de abrazar más chiquillos, incluso ha abierto las puertas de la ciudad a los extranjeros ... tal vez allí encontréis lo que buscáis- dice encogiéndose de hombros.

El sonido de las botas de los soldados es precedido por los lamentos y gritos de un hombre -vuestra alimento ha llegado, mantenedlo vivo, reemplazarlo me sería sumamente ... molesto- te advierte.

Las puertas se abren, el primero en entrar es el criado de Peré quién os saluda sin decir palabra, seguidamente dos guardias que llevan en volandas a un pobre desgraciado gimoteante.

-Piedad señor ... piedad- llora llevándose las manos a la cara -juro que no he hecho nada, lo juro por Dios ... piedad-.

Peré se levanta furioso -callaos desgraciado ... mostrad algo de hombría- su dedo señala al hombre -alimentaos rápido para que se lo puedan llevar de mi vista- el hombre torna su cara a ti, conteniendo el llanto, sus ojos abiertos, presa del miedo ... sabe lo es su señor, sabe lo que eres ... gimoteante intenta retroceder, pero los dos hombres lo sostienen con firmeza.

Notas de juego

Nada no te preocupes, de momento no importa, pero para la semana que viene tengo previsto empezar con el modulo. Ahi será más delicada la cosa, de todas formas os podeis incorporar más tarde, lo dificil es cuando andais metido en la escena.