Partida Rol por web

Fue dulce, fue bonito, fue suave. Pero al final, el beso terminó. Cuando Parriwimple enderezó la espalda que tuvo que encorvar para ponerse a la altura de Ida, la vió abrir sus ojos y sonreír.

Te quiero...-dijo medio balbuceando.

Entonces Parriwimple se encontró mal. Como mareado. Quizás eso sea amor. Bobby describió una vez el amor como un montón de mariposas en el estómago. Las piernas del Burgomaestre cedieron, y Parriwimple se desplomó en el suelo.

¡Parriwimple! Pa... Paparrriwimple... ¿Qué te pasa? ¡Dididime algo!

Urik no sintió trazas de caos en ninguno de los pájaros. El misterio seguía resultando irresoluble. Pero entonces Hurrn, viéndose capturado por las manos del paladín, empezó a confesar...

¡No es culpa mía! ¡Soy un pájaro inocente! Aaaaaack. ¡Yo soy la víctima! ¡Strahd me poseyó! Anidó en mi mente como un huevo de cuco. Los cucos dejan sus huevos en los nidos de otros pájaros para que los incuben por ellos. ¡Dominación mental! ¡Hipnotismo! ¡Burundanga!

Strahd me obligó a mentir, y a decir que yo no había encontrado al fantasma de Irina vigilando como un halcón a Jacqueline Montarri. Pero la realidad fue que vimos a vista de pájaro a Montarri montar su campamento, y después Irina quiso visitar el castillo. Strahd capturó a Irina, y me dominó mentalmente, como un pajarillo amaestrado.

Irina debió conseguir escapar más tarde, y esconderse de Strahd poseyendo el cuerpo del herrero Paolo. Sin embargo, la confesión fue interrumpida por unos gritos del exterior. Se trataba de la voz de Aida.

¡Parriwimple! Pa... Paparrriwimple... ¿Qué te pasa? ¡Dididime algo!

Al salir al exterior, hallaron a Parriwimple en el suelo, mareado y pálido. Aida estaba arrodillada junto a él.

Había sido tan agradable, y de pronto... ¿qué? ¿qué había pasado? Sintió una oleada de intensa debilidad apoderándose de él, que lo derribó al suelo como un muñeco con las cuerdas cortadas. Solo milagrosamente, pudo contener el dolor. Pero no se atrevió a levantarse.

- Parriwimple... ¿enfermo?

No, desde luego, la comprensión de la causalidad no era una de las mejores bazas de Parriwimple y, ¿quien sabe?, quizás fuera mejor así.

Salgo al exterior todavía con Hurnn entre mis manos y veo que Parriwimple parece estar recuperándose de un vahído.

- "¿Se encuentra bien, Herr Parriwimple? Veréis, Maese Hurnn ha confesado haber mentido por orden del Conde vampiro. Él dice que lo hizo dominado por la magia del mal, pero lo cierto es que no podemos saber si ahora está libre de su influjo o si todavía le sirve como espía...

Maese Hurnn tampoco ha aclarado de quién es Familiar, porque está claro que mi cuervo sagrado no es. Ese es Hack, aquí presente.

Hack, si prometes portarte bien y no intentar picotear a Hurnn, le diré a Ivalic que te suelte." -

Abrazó a Vjelkus con ternura, haciendo que apoyara la cabeza contra su pecho para darse cuenta que la cabeza de su hijo alcanzaba ya el hueco entre el cuello y el hombro. Una vieja sensación de satisfacción y pérdida la alcanzó. Su hijo se hacía un hombre y nada podría evitarlo. Era ley de vida. Pese a ello, y por un tiempo, seguiría siendo su pequeño, una situación que se prolongaría por más tiempo del que quizá a un Vjelkus ya barbado le gustaría.

-Lo siento, hijo. No debería haberte hecho pasar por esto. No he sido justa contigo pero pese a todo, me siento orgullosa de ti, de tu fuerza, de tu entereza. Estás entrando a marchas forzadas en el camino de la hombría, de la adultez. Atrás han quedado los tiempos de los juegos me temo, cariño mío -dijo abrazada a él e inclinada sobre su oreja-. Quiero pedirte perdón por haberte pedido que pelearas mis batallas pero quiero que entiendas que la que ahí yace estaba corrompida por el mal y que deseaba extenderlo a toda costa. Ahora, ayúdame con su cuerpo. Ocultémoslo bajo el matorral en el que quiso sorprendernos y después de orar por su descanso, juntos, partiremos en busca de los demás. Recojamos sus cosas y guardémoslas en tu bolsa de contención.

El cuervo Hurrn confesó su historia e Ivalic se quedó sorprendido ante sus revelaciones. ¿Hasta donde llegaba el poder y la influencia del Conde? Se enfrentaban a un gran enemigo pero cada vez era más y ganaban experiencia, de momento conseguían salir adelante de todos los apuros en los que se veían involucrados, que no era poco.
Iba a decir algo sobre todo aquello y a preguntarle a Herr Urik que pensaba hacer ahora con el cuervo Hurrn cuando los gritos de Aida hicieron que todos corrieran hacia afuera de la casa para ver al grandullón tendido.

-¡Parriwimple! ¡Parriwimple! ¿Que te pasa? ¿Estás enfermo?

No podía hacer nada más que agacharse para interesarse por su estado pues tenía las manos ocupadas agarrando al cuervo blanco.

Estáis cometiendo un error, Herr Urik de Teudeldorf. Pero dejaré de atacar a Hurrn hasta que muestre su verdadera naturaleza. Sabed que se puede romper el control mental de un vampiro con los hechizos "protección contra el mal" y su versión más poderosa "círculo de protección contra el mal". Ya podéis decirle al niño que me suelte...

Hurrn, por su parte, no abrió el pico. No reconoció ni refutó las acusaciones sobre sus vínculos familiares con ningún mago, ni si dejaba de ser cuervo sagrado o no, de Urik o de cualquier otro Caballero del Cuervo.

Tras ocultar el cadáver de Aida, madre e hijo siguieron por el camino hasta que en un requiebro torció al norte. En ese recodo se internaron en la arboleda del margen izquierdo. No destacaban por su sentido de la orientación pero al cabo de un par de minutos escucharon y ubicaron la dirección en la que una voz llamaba por Parriwimple....

Entre los árboles vieron a Vjelkus y Helene acercarse. Ellos dos, a su vez, vieron la cabaña por cuya puerta salió otro niño...

Y delante de la casa, Helene y Vjelkus también vieron al resto de sus habituales. Urik portaba en las manos el cuervo negro desaparecido, Hurrn. Ivalic tenía agarrado al cuervo blanco Hack. Parriwimple se encontraba en el suelo. Por último, una presencia inesperada: Ida, la frutilla roja que tartamudeaba.

¡La seseseñora vieja!-exclamó, señalando al resto el lugar por el que venía Helene para ponerles en sobreaviso.

Parriwimple se empezó a encontrar mejor, y pudo levantarse por su propio pie.

- "Por favor, Ivalic, puedes soltar a Hack, ha prometido dejar de atacar a Maese Hurnn. También me ha dicho que se puede romper el control mental de un vampiro con un hechizo de Protección contra el Mal o uno de Círculo de Protección contra el Mal. Ojalá tuviésemos acceso a esos conjuros.

Maese Hurnn, no es mi deseo teneros como prisionero, pero habéis confesado haber servido al Mal y seguramente no podemos confiar en vos. Además, tampoco nos habéis dicho quién es el mago que os creó como Familiar.

En fin, Maese Hurnn, ahora os soltaré, pero no volváis a actuar en nuestra contra u os tendremos que entregar a Firan Uthurlan para que os convierta en su mascota, o tal vez en su Familiar de Mago..." -

Diciendo esto libero al cuervo Hurnn.

Viendo que la señora Helene se acerca la saludo con una cortés reverencia.

- "Sed bienvenida, Frau Helene." -

Recorrieron la distancia hasta las voces entre matojos, arbustos y árboles de distinto pelaje en tamaño y forma. Ambos estaban serios, algo circunspectos. Eran muchas las cosas ocurridas y que debían interiorizar y aprender a gestionar. Helene avanzaba con una mano protectora sobre el hombro de su hijo, que mostraba un rostro en el que el descontento, la culpa y la incomprensión se mezclaban, amén de un estatus de madurez que una hora antes no tenía. Helene también mostraba culpa, pero de un grado distinto y su aura de maternidad parecía multiplicada por mil.

Cuando llegaron hasta sus compañeros, fueron testigos de lo que allí había. Los dos cuervos, el blanco y el negro, supuestamente traidor. Un muchachito y una frutilla.

-Hola nuevamente a todos -dijo en referencia a sus amigos-. ¿Quién es ese muchachito que os acompaña? Y veo que vuestro cuervo hace acto de presencia una vez más, Herr Teudeldorf -la frialdad en la voz al referirse al paladín no había variado-. Y tú, vuelve a llamarme vieja y te daré un pescozón -la mano que empuñaba la lanza mostró unos nudillos blancos, por la fuerza aplicada, algo no justificado por su simple comentario-. ¿Qué haces aquí, tan lejos de la protección de tu monasterio y de Baba Selenna?

- "Frau Helene, os presento a Firan Uthurlan, Mago y último descendiente de los Uthurlan después de que un lobo huargo matara a su abuelo, con el que vivía en esta cabaña. Precisamente ahora íbamos a enterrarlo.

Hurnn estaba prisionero de Firan en una jaula, pero Ivalic logró impresionar favorablemente al último Uthurlan con su magia y éste accedió a liberar al cuervo.

Maese Hurnn afirma habernos espiado para Stradh, pero dice que no lo hizo por voluntad propia, sino dominado mentalmente por el Conde. Hack cree que podemos romper la dominación mental de un vampiro con un hechizo de Protección contra el Mal o similar.

En cuanto a Ida, ella y una compañera con patas de insecto nos emboscaron un poco torpemente y conseguimos capturarla cuando huía. Al parecer Madame Montarri decapitó a una de los frutos rojos y se encuentra ahora en la Colina de Lysaga, en el convento donde Baba Yelena intentaba invocar al Demonio del Verdor. Es un gran peligro y además parece que está escoltada por demonios vulnerables al hierro frío.

En cuanto a la cueva que vimos ayer, la que estaba custodiada por lobos, ahora sabemos que oculta una sima al infierno en la que podríamos encontrar hierro frío. Hierro que el herrero de Barovia podría usar para crear un arma capaz de combatir a ciertos demonios y hadas." -

En cuanto Herr Urik le dio permiso el niño abrió sus manos y dejó volar al cuervo blanco que había retenido hasta ahora. Después negó con la cabeza pues él no conocía ninguno de los hechizos que necesitaban para quitar de Hurnn el dominio del Conde.
El niño sonrió cuando su amigo Parriwimple comenzó a sentirse mejor y se volvió hacia el bosque ante la noticia de la llegada de su amigo Vjelkus y su madre. Les sonrió y saludó efusivamente con la mano. Habían pasado muchas cosas desde que se habían separado y no veía la hora de ponerles al día de todo.

-¡Vjelkus! ¡Señora Helene! ¡Venid! ¡Venid! Este es nuestro amigo Firan. -Dijo señalando al niño y viendo que su nombre no les decía nada a los recién llegados añadió más señas.- Firan Uthurlan. Señora Helene, es él a quien usted busca, es el único Uthurlan que queda, su abuelo falleció atacado por unas bestias y debemos enterrarlos y esta casa y los terrenos de por aquí son suyos. Además es un gran mago y tiene un libro de hechizos y todo, ha dicho que vendrá con nosotros y si le demuestro que soy también un gran mago me dejará ojear su libro. ¡A que soy un gran mago Señora Helene! -Ivalic se volvió hacia el nuevo miembro del grupo.- Firan, este es mi amigo Vjelkus, ahora puede ser tu amigo también y ella es su madre, la Señora Helene. ¿Por casualidad tu no conocerás alguno de los hechizos que necesitamos para curar al cuervo Hurnn? -Ese era otro tema distinto del que debía poner al día a la Señora Helene.- El cuervo Hurnn esta bajo el influjo del Conde y necesitamos lanzarle un hechizo para que quede libre y no tenga que espiarnos. Firan lo había atrapado, pero porque no sabía que era el cuervo de Herr Urik, si no no lo habría hecho. ¡Vjelkus! ¡Tenías que haberme visto! ¡Cuando llegamos aquí Firan pensó que lo íbamos a atacar y me lanzó un hechizo que me hizo vomitar todo! -Ivalic señaló los restos de vómito que habían quedado en la entrada.- Pero ahora estoy ya bien. Señora Helene, el que no está bien es Parriwimple, se acaba de desmayar y caer al suelo ¿Puede mirar si está enfermo? -Como buena madre Ivalic sabía que podría saberlo con una simple mirada, al menos la suya siempre acertaba.- Y a Ida ya la conocéis. Al parecer les faltaba un fruto rojo para poder hacer la invocación porque Madame Montari apareció y le quitó la cabeza a una de ellas, así que debemos tener cuidado porque puede estar cerca. Y como les faltaba un fruto rojo salieron al camino a buscar más chicas, pero nosotros los descubrimos y conseguimos que huyeran. ¡No te lo vas a creer Vjelkus! ¡Una tenía las piernas como si fuera un saltamontes, se las pusieron así de pequeña! Pero Ida nos ha dicho que ella las tiene normales ¿Verdad que si Ida? Y la hemos convencido para que nos acompañe, así que ahora les faltan dos frutos rojos para poder hacer la invocación y podemos estar más tranquilos. ¡Ah! ¡Y Ida y Parriwimple no son novios!

El niño se quedó pensativo repasando todo lo que había pasado e intentando que nada se quedara en el tintero, pensó que así era y si recordaba algo importante más adelante ya les diría. Pero por otro lado también tenía curiosidad por lo que había pasado en el puente.

-¿Y vosotros? ¿Como os fue? ¿Pudisteis estar en la reunión? ¡Contárnoslo todo!

Todo era confuso, como de costumbre. Parriwimple miró a Helene, sin atreverse aún a levantarse, pero notando la preocupación de Ida, tomó de la mano a la joven.

- Pariwimple haberse sentido enfermo, pero ya mejor. Helene mirar, porque saber mucho enfermedades. También contar pasar con gente mala en reunión. Parriwimple contento ver Helene y Vjelkus. Pero preocupado, ambos tener caras preocupados- miró entonces a Ida- Ida amiga, buena amiga, y ayudarnos. Ella no intentar irse, y quedarse con nosotros, y ayudar gente. Ella pensar Baba Selenna ser buena, igual Parriwimple pensar ser bueno tio Bildrath. Ella no hacer mal y ahora estar con nosotros.

-Han ocurrido muchas cosas, pero entenderéis que no desee hablar delante de vuestro cuervo. Tampoo poseo el poder necesario para romper ese control mental del que habláis y hasta ese momento, salvo que cortéis las plumas de las alas de Hurnn impidiendo así que vuele hasta el conde, me abstendré de decir nada ante él que pueda ser comprometedor. Respecto a esa frutilla, éramos ya conscientes de lo que ocurría y de sus intenciones para el ritual que querían celebrar esta noche y que me temo se postergará. No son solo dos la frutas rojas que faltan para esa invocación del demonio, sino tres. Y ambos fuimos testigos, Vjelkus y yo, de esa extraña mutación en las piernas de mano de una las barraganas que trataron de secuestrarme para cubrir la vacante de su círculo infernal -dijo Helene-. De la reunión, hablaremos más tarde, en privado. Pero adelantaré que fue una emboscada y aún no sé cómo seguimos vivos mi hijo y yo. Estoy agotada y me temo que he consumido la mayor parte de mi poder en este escaso tiempo en el que nos hemos separado.

Solo entonces se volvió hacia el muchacho, al cual sonrió cálidamente. Se acercó a él y se acuclilló a su lado.

-Hola, Firan. Soy Helene -dijo tendiendo la mano como si de un adulto se tratara para estrechársela-. Lamento lo de tu abuelo. Le daremos una adecuada despedida y rezaré por él para que su viaje sea halagüeño. No te conocía, pero tenía muchas ganas de saber de ti.

Frunció el ceño ante el comentario sobre el estado de salud de Parriwimple.

-Está bien -dijo alzándose y acercándose a Parriwimple-. Veamos qué te pasa -señaló y empezó a comprobar el estado de salud del gigante.

Ivalic asintió con la cabeza dando la razón a la señora Helene, era peligroso decir algo y que después el cuervo Hurnn saliera volando y eso le daba mucho pesar porque al niño le gustaba hablar abiertamente con sus amigos. Entonces se le ocurrió una idea que vino acompañada de un pequeño salto y un grito.

-¡Ya se! Firan tenía a Hurnn metido en una jaula, podemos llevarlo allí y así no podrá ir a contarle nada al Conde. Hurnn, no te enfades pero es lo mejor para ti antes de que el Conde te haga algo malo, allí podremos protegerte hasta liberarte del hechizo. Además tienes todavía muchas preguntas que responder y deberás hacerlo si quieres seguir siendo nuestro amigo.

Aquel problema podía ser solucionado si los adultos sopesaban su idea y les parecía correcta, así que dejó la resolución de todo en sus manos mientras meditaba en las palabras y novedades de la Señora Helene.

-¡La intentaron raptar a usted! Menos mal que no lo consiguieron Señora Helene, pero de haberlo hecho todos habríamos ido a rescatarla, no se preocupe, además ahora ya no tiene nada que temer, Herr Urik y Parriwimple la protegerán si los frutos rojos vienen a por usted, nadie se mete con las madres de nuestros amigos. ¡Entonces pudisteis verle las piernas! ¿Y no os dieron un poco de cosa? Era algo muy raro...

Después dejó a la Señora Helene tranquila mientras observaba el estado de Parriwimple y se acercó a su amigo Vjelkus a ver si él podía darle algo más de información.

-¡Eh! ¡Vjelkus! ¿No me puedes contar algo más? No nos escuchará nadie...

- "Toma, Ivalic, hazlo tú." - Pongo a Maese Hurnn entre las manos de Ivalic para que lo ponga en la jaula.

- "Yo iré a envolver al abuelo de Firan en una manta para poder enterrarlo detrás de la casa." -

Paso al interior de la cabaña y busco una manta y una pala. Después envuelvo el cadáver del abuelo en la manta y salgo al jardín trasero, donde busco un buen lugar para cavar una tumba poco profunda.

Ivalic dejó por un momento las confidencias con su compañero de penalidades y meriendas para atender a Herr Urik y recibir el cuervo entre sus manos, era importante que no se escapara volando.

-Vjelkus ¿Me ayudas a meterlo en la jaula? ¿Quien tiene la llave? ¿La tienes tu Firan? ¿O la tiene usted Herr Urik? Tendremos que cerrarla.