Partida Rol por web

Apago el despertador con pereza y, sabiendo que intentar permanecer en la cama seria un inútil intento ya que Remiel se encargaría de molestarme lo suficiente como para que fuera imposible, me levanto de la cama. En la habitación el ambiente no es frio, incluso estar solo con el camisón que uso para dormir es agradable. Sin mucha prisa, ya que había puesto el despertador lo suficientemente temprano para despertarme y poder acudir a la escuela sin prisas me dirigí hacia el cuarto de baño para limpiarme la cara y despertarme del todo.

En una rutina cambiada por la nueva estancia en aquella casa y compartida con mis primos me dirigí y me limpie la cara mientras Remiel observaba desde unos metros, alejada del grifo del cual hacia uso. Me quede un momento mirando las cicatrices de mi cara como aquel que se lamenta de los hechos pasados  antes de secarme la cara y partir hacia el salón-cocina a preparar algo con lo que desayunar. Al llegar allí vi que mis primos aun no andaban por allí, había escuchado como sus despertadores habían sonado, no tardarían mucho en despertarse. No haría falta despertarlos…¿no?. Saque el brick de leche que había comprado ayer empecé a servirme un vaso de leche.  

Después de beberlo casi de un trago volví por el pasillo hacia mi cuarto para cambiarme, quizá en la habitación se estaba agradable, pero el salón  al ser mas grande, preciaba de una prenda de vestir mas gruesa. Mientras me dirigía hacia mi habitación la puerta de la habitación de Eithen se abría. Algo tímida por ir vestida únicamente con el camisón de dormir me cruce con él en el pasillo mientras me dirigía de nuevo a mi habitación.-B… buenos días.- Dije en casi un murmullo. Mientras me escurría en mi habitación y cerraba la puerta tras de mi.

Resultaba extraño convivir con alguien mas en la casa, después de la pregunta a la que no había respondido el día anterior, me había hecho pensar, Yuri me había preguntado si mi padre me había contado acerca de la técnica que usaba. Había vivido sola ya durante tanto tiempo que no recordaba ni el rostro de mi padre, no había sido capaz de responderle nada.

Intentando quitarme los pensamientos de la cabeza inicie mi cambio de ropa al uniforme que era requerido para la la academia, no tenia muy claro que pensar sobre lo que había comentado Yuri el día anterior, escuela para gente especial? Yo solo había escuchado que era una escuela bastante difícil a la que entrar… Aunque el encuentro de la chica cuando habíamos ido a comprar el dia anterior había sido algo extraño. Finalmente termine de vestirme y salí hacia el salón.

El despertador sonó temprano, por dios ¿por que tenian que levantarse a semejantes horas? Con gran esfuerzo de mi parte me levanté para apagar el depertador y sali de la cama y de la habitación  como única prenda la parte inferior del pijama, fue entonces cuando me topé con Hanako la cual la salude con un "bsmso dias..." sin apenas mirarla me dirijí a la cocina donde  llene un vaso de agua helada y fui a la habitación de mi hermano como sí fuera un automata.

---Despierta marmota....- digo todavia medio dormido mientras le lanzo el agua helada a la cara, no espero a que me responda sino que salgo corriendo de la habitación antes de que me coja del pescuezo y me refugio en  la cocina con la escusa de preparar el desayuno 

Estaba durmiendo plácidamente cuando sonó el despertador. Intenté levantarme en ese momento, pero la pereza podía conmigo y, mientras me colocaba una de las perneras del pantalón, apoyé un segundo la cabeza en la cama para simplemente bostezar y desperezarme, pero me volví a quedar completamente dormido

Lo siguiente que noto es como un jarro de agua fría empapa todo mi torso desnudo, despertándome completamente y obligándome, por reflejos, a pegar un salto y ponerme de pié- Serás hijo de...- "espera, ya no vivo solo con Ethien... pudo ser nuestra prima... No, no sería capaz"- ETHIEN!!!- Acto seguido, y después de colocarme bien el pantalón, salgo de la habitación dirección al baño, cruzándome con Hanako y escuchando a Ethien preparar el desayuno. Por variar, el desgraciado se ha escondido haciendo otros quehaceres. Ahora ya no tenemos más gente a la que echarle la culpa de sus bromas. Para la próxima lo pienso pillar y darle con mi espada en su cabezota.- Buenos días prima. Preparada para nuestro primer día en la academia?- Pregunto mientras entro en el baño y labo la parte superior de mi cuerpo. Es demasiado tarde para pegarme una ducha y ayer no he entrenado, así que esto servirá por el momento.- Vamos a desayunar, prefiero llegar algo temprano a no hacerlo tarde el primer día.- comento con una leve sonrisa, todavía sin nada que cubra la parte superior de mi cuerpo y preocupado por lo que nos puede esperar en el lugar.

Acabo de terminar de ponerme el uniforme de la escuela y estoy saliendo de la habitación cuando me encuentro con Yuri a medio vestir, un poco azorada le saludo. –B…Buenos. ¿Te.. te encuentras mejor del resfiado?- Pregunto mientras empieza a dirigirse hacia el baño y me quedo en mis pensamientos. “Por alguna razón parece que les gusta mostrar su cuerpo… ambos hermanos sin prenda en la parte superior.” Sin mucho mas que hacer empiezo a caminar a hacia el salón y me veo sorprendida una vez mas por mi hermano ofreciéndome ir a desayunar.- Yo ya desayune…  os esperare pero… intentemos llegar pronto…- Dije esto ultimo de manera tímida, confirmando las palabras de Yuri, era obvio que no quería llegar tarde el primer día de clase.

Sin mucho mas que hacer me senté en el sillón haciendo tiempo. Remiel revoloteaba alrededor mío mientras yo, distraídamente habia sacado un librito y pasaba las hojas una tras otra. En cierto momento Remiel se quedo mirando hacia mis primos y un segundo después había revoloteado hasta mi hombro y me susurraba algo. No puede evitar una pequeña risa ante su comentario mientras intentaba ocultar mi boca con mi mano derecha ya distraída de la lectura que había iniciado.

En nada llegan a la parada del autobús, que queda a unos pasos de la entrada del edificio, en una esquina. Allí no hay nadie más.

A los pocos minutos pasa el coche, también casi vacío. Está pintado con azul y gris, igual que la bandera de Ilmora, y lleva el número 360 en la parte frontal y a un costado, es ese el que deben tomar y pasa cada media hora, dice claramente en su letrero formado por luces naranjas "Mansión Fuuten", cambiando por "Zulan" y "Ruta 16".

En menos de media hora llegan a la academia, que queda en un descampado en las afueras de la ciudad. Es una enorme mansión rodeada por muros, la entrada está abierta recibiendo a los alumnos que no viven allí y viajan todos los días para concurrir a clase, como ustedes. Un profesor parado allí vigila que todo esté en orden.

Sin embargo, más que una escuela eso parece un asilo. Es un edificio muy viejo, aunque lo mantienen bien.

Como es el primer día de clase luego de las vacaciones de primavera, y por lo tanto el inicio del año lectivo, ven a varios alumnos repartiendo volantes e invitando a que los nuevos de primero se unan a los diversos clubes, y otros que han preparado pequeños puestos en los que enseñan las actividades de los mismos. Los clubes disponibles son muy variados, tanto los culturales como los deportivos.

Sin embargo hay un puesto que parece fuera de lugar. Simplemente... es como si no correspondiera al resto.

Primero que nada, no hay nadie allí. Solo está la mesita y la silla, nada más. Sobre la mesa hay un papel que dice "club de los insectos". Absolutamente nada más.

Avanzan mientras pasan por varios de los puestos y varios se les acercan ofreciéndoles la entrada a sus clubes. Y Yuri distraído a punto de dormirse mientras camina se lleva por delante una persona. Era evidente que iba a chocar con alguien si no ve por donde va.

Tan pronto choca oyen el ruido de un golpecito seco en el suelo, ven hacia abajo y hay un par de anteojos que han caído al piso y produjeron ese sonido. La dueña de esos lentes es la persona que Yuri acaba de golpear sin querer con el hombro, ella se agacha lentamente, los recoge, revisa que no se hayan roto, y se los pone.

Y se queda mirando al chico. Al principio no le pudieron ver la cara por el pelo tan abundante, pero ahora que la tienen de frente sí.
Sus bonitos ojos color avellana expresan una mirada calmada, un poco melancólica tal vez. Es alta, y viene vestida de manera desprolija con la camisa por fuera de la falda y el lacito amarillo del cuello del uniforme desatado. No parece que se hubiera molestado en peinar antes de venir.

Se oyen murmullos de alumnos cercanos, mirando a Yuri de reojo mientras comentan cosas entre ellos, algunos retroceden y se alejan de tu lugar. _{"Ay no..." "La golpeó??" "No, solo se la chocó" "Ayy pero..." "La doncella de hierro..." "Va a tener problemas seguro..." "Le queda un día de vida." "Pelea!"} Las voces que hablan muestran preocupación, o miedo. Probablemente sea miedo.

Luego de verlos a los ojos un par de segundos la chica da media vuelta y se va. Ahí notan que el pelo que le pasa las caderas lo lleva atado con un lazo blanco a la altura de la cintura.
Mientras camina los alumnos que estaban alrededor se alejan como si fueran repelidos por un imán para abrirle paso, todos con cara de susto, la ven a ella, y luego a ustedes. Ella ignora a todo el mundo.

Cuando la chica ya está lo suficientemente lejos la tensión se va y los alumnos poco a poco van regresando a lo que estaban haciendo.

-Oye, estás bien?- Uno de los alumnos que repartían panfletos del club de música ligera se les acerca y le pregunta a Yuri.

---Vaya vaya vaya, veo que Yuri ya está haciendo amigas- digo golpeando la espalda de mi hermano con la mano abierta y luego me apoyo en su hombro- No ha empezado las clases y ya estas llamando la atención ¿ves como no se te puede sacar a nada?- digo mirando al chico como sí me entendiera- ¿quien era esa chica? La habeis llamado doncella de hierro, no es un apodo muy imaginativo ¿eh?

-A mi no me hables, no se lo inventé yo.- En seguida se pone a la defensiva. -No la conoces? Deben ser de primero entonces, ustedes tres. Además es la primera vez que los veo.- El chico se frota la nuca, todavía le queda un poco de la cara de preocupación. -Esa muchacha es un monstruo, no se le acerquen nunca, en serio.

Ya más calmado toma uno de los volantes y se los muestra. -Por cierto, tocan algún instrumento? Quieren unirse al club de música ligera?- Pone una gran sonrisa a lo anuncio de tv. -Soy Kazuyoshi Garo, de segundo E, y toco el bajo!- Se señala a sí mismo con el pulgar inflando el pecho.

A primera vista parece un chico común, algo delgaducho, de metro setenta, pero tiene una dentadura bonita y se peina. Tampoco tiene acné encima.

A causa de mi cansancio y la sensación de estar sin hacer nada, pierdo la noción del tiempo y la concentración como para fijarme por donde ando, por lo que termino por chocar con alguien. Antes de poder reaccionar, la chica con la que he chocado parece que me ignora y se va, sin darme tiempo a disculparme, pero eso no es ningún impedimento para mi educación, aunque tardía

- LO SIENTO MUCHO!!- grito para que me escuche, mientras inclino todo mi cuerpo en una gran y firme reverencia, a forma de disculpas.- CUALQUIER COSA QUE NECESITES Y SIRVA PARA ENMENDAR ESTE TROPIEZO LO ACEPTARÉ!!- termino, pero los rumores por el resto del alumnado ya están en marcha y parece que realmente me he creado un enemigo bastante potente "Qué entenderán estos chicos por alguien fuerte? En qué nivel se encontrarán para decir eso?" En mis antiguos institutos y colegios yo siempre fui el más fuerte, incluso sin mi espada, siendo capaz de defenderme tranquilamente incluso de los yakuzas que intentaban tocarnos la moral a mi hermano y a mi

En ese momento, otro alumno se dirige a mi, preguntándome como me encuentro. Es raro... solo he tropezado y ni siquiera he tocado el suelo por ello.- Si gracias. Me encuentro bien.- le respondo con una amigable sonrisa.- Mi nombre es Yuri. Ishikawa Yuri, este es mi hermano Ethien y ella nuestra prima Hanako.- digo, señalándolos uno a uno.- Siento mucho lo ocurrido. De verdad me he metido en tales problemas nuestro primer día de clase? Y no, no toco ningún instrumento... hay algún club de kendo en la academia?

La chica hace oídos sordos a los gritos de Yuri y se dirige al gimnasio.

-Ah, esa costumbre de decir primero el apellido.- Kazuyoshi sonríe, ya se encuentra bastante más tranquilo ahora que aquella muchacha se perdió de vista. -Son de Varja entonces? Vienen desde bastante lejos, eh? Mi madre es de allá, pero ahora viven en Helenia, papá se la llevó a vivir ahí porque el aire del campo le hace mucho bien, es bastante más tranquilo que esa isla llena de bichos raros, ahaha!- Ríe como si hubiera hecho un chiste para agradar. -Ethien, no te pareces nada a tu hermano.

Ya quedan unos quince minutos antes de que suene la campana, así que los alumnos de los puestos de los clubes comienzan a recoger sus cosas y a ordenar. El que está hablando con ustedes también lo hace.

Como es el primer día la primera hora de clase será en el gimnasio, donde el director dará un discurso y se hará una pequeña ceremonia de inicio de año lectivo. Normalmente esto se haría el fin de semana anterior al inicio de clases, pero han corrido rumores de que el director de la academia es un poco despistado y lo olvidó.

-Es un placer conocerlos...s..- Levanta las cejas acercandose a Hanako para verla mejor. -Ey, tienes algo en la cara...- Quiere tratar de ver mejor el rostro de la chica pero la pregunta que le hace Yuri lo dirige a él de nuevo. -Msí... hay uno pero...
Mira de reojo en una cierta dirección, indicándoles. Allí está el puesto de reclutamiento del club de kendo, en estos momentos hay un muchacho de etnia daevar mirando en su mano uno de los panfletos y luego se pone a hablar con una mujer sonriente que está detrás de la mesita. El muchacho lleva el uniforme prolijamente acomodado y su cabello blanco atado en una cola baja con un lazo negro, eso y su tez morena resaltan bastante entre la multitud, no hay muchos daevar por aquí. Parece atractivo, pero su ceño fruncido y cara de pocos amigos no ayudan su apariencia.
La mujer es también muy hermosa, de cabello color lavanda recogido en una media cola, lleva puesto un gi con hakama, y un boken ceñido al cinturón. Su expresión es amable y relajada, responde alegremente a lo que le esté diciendo aquel chico.
-Por alguna razón al final del año pasado todos los alumnos se dieron de baja. No hay nadie en ese club ahora.- Continúa Kazuyoshi.

El daevar se va del puesto ese y se mete en el gimnasio donde ya muchos otros alumnos están entrando.

No teníamos clase asignada aun y ya estábamos llamando la atención, Yuri medio dormido había chocado contra una muchacha a la cual la gente de los alrededores había hecho cierto vacio. “¿Doncella de hierro?” La muchacha no parecía tener el aspecto que los comentarios insinuaban sobre ella. Quizá fuera mi inexperiencia pero, al escuchar como Ethien pregunta sobre el apodo al muchacho que se ha acercado a preguntar a mi primo si se encontraba bien, siento como se me hace un nudo en el estomago, “no se lo invente yo”. Me daba la sensación de que era el típico caso en el cual ciertos comentarios sobre una persona habían conseguido que el resto, sin saber porque, opinara mal sobre ella.

Aun estoy escuchando la conversación en tercera persona y sumergida en mis propios pensamientos cuando el chico que se ha presentado como Garo dice algo sobre mi aspecto y empieza a acercarse, por suerte se ve distraído por la pregunta de Yuri y no continua su cometido. Tímidamente empiezo a tirar de mi flequillo hacia abajo ocultando mis quemaduras, era un intento inútil, cualquiera  que tuviera ojos en la cara se daría cuenta de mi rostro, pero a cierto modo me tranquilizaba.- Quizá… deberíamos ir al discurso de inicio de año. Después de las clases seguramente tendremos tiempo de ver si hay algún club al que queramos unirnos.- Yo ya tenía planeado un club al que unirme, había visto el puesto al entrar, lectura, de las cosas que más me gustaban. Rezaría para que después de las clases aun quedaran plazas libres.

---Claro que no me parezco a mi hermano- digo como sí hubiera dicho una obviedad-Yo soy muchisimo más guapo que él, por favor¿crees que esta marmota tiene algo de atractivo?-digo cogiendole los mofletes a Yuri y aprentandolos...

---Bueno, es hora de irse, deberiamos ir al discurso de apaertura y ya luego ver los clubes que hay, no creo que se pierdan como bien ha dicho nuestra prima- digo empujando a mi hermano  y arrastrandolo al gimnasio, procuramos buscar un lugar cómodo, un poco lejos de todo, yo procuro no chocarme con nadie para no tener ningun accidente, ya despues del discurso averiguo que clase nos a tocado.

El gimnasio es enorme, con espacio para practicar varios deportes diferentes, dos campos con piso de parqué hermosamente lustrado y encerado. Aún se puede respirar levemente el olor de la cera, cosa que a Yuri le hace estornudar de golpe.

A la derecha de la puerta, pegados en la pared, encuentran una serie de papeles con listas escritas. Son los grupos de las clases, que van desde la A hasta la E, y ustedes pueden ver claramente que han entrado a la clase 1-C, sus tres nombres uno encima del otro en la lista del medio.

Hay sillas plegables dispuestas de forma ordenada para que los alumnos se sienten, y sobre la tarima está todo preparado para un discurso. La mitad de las sillas ya están ocupadas por los que se han ido sentando, y otros van y vienen, encontrándose con amigos, charlando, o solos, esperando que todo termine para poder seguir en lo que estaban o ir a clase.

A las ocho y media, cuando ya están todos sentados, suena una campana y aparece caminando sobre la tarima un viejo, con algo de barriga, calvo y con cejas prominentes, vestido con una camisa por dentro del pantalón y un chaleco café.

Levanta una mano para saludarlos a todos y sonríe. -Buen día!- Les grita a todos. El micrófono no parece estar funcionando bien porque se acopla, y rápidamente aparece otra persona que se acerca a ajustarlo mejor. Allí pueden notar ahora que sobre la tarima hay también más personas, y otras junto a ella. Personas muy, muy diferentes entre sí. Hay entre ellos un tipo enorme llevando lentes de sol, un pañuelo en la cabeza y chaqueta de cuero, una mujer con un uniforme muy formal y el cabello recogido en un rodete; otro trae una túnica que parece salido de un castillo medieval, y ya los demás parecen más normalitos.

-Ahora sí...- El hombre le da golpecitos al micrófono. -Buen día!- Grita de nuevo y se acopla otra vez. La mujer vestida de secretaria, que se ve algo molesta, le dice unas palabras al tipo, que se lleva la mano al cuello y ríe. Luego se acerca al micrófono a hablar de nuevo. -Lo siento, olvido que no es necesario gritar frente al aparato este.
-Bienvenidos!- Abre los brazos. -Otro año más a Fuuten, la mejor academia del universo.- Eso dice él, no está establecido en ninguna parte ese dato. -Y bienvenidos los novatos que ingresan por primera vez.

-Hmm.. Veo un montón de caras adormiladas... Bueno, debe ser porque es lunes. Les agradezco que hayan venido hasta aquí para escuchar a este viejo hablar...
No termina de decir eso y enseguida grita a los cuatro vientos. -Ni de coña!! Ustedes tontos, de verdad piensan que lo dejaría pasar así de fácil?! REZAGADOS!!- De nuevo el micrófono vuelve a sonar horrible. -Uy. Perdón.

-Parece que ya todos están listos para escuchar. Bien, bien.- Los estudiantes de segundo y tercer año ya están acostumbrados, pero los de primero y los transferidos quedan un poco sorprendidos por el arrebato.

-Hm, chicos, no tienen por qué estudiar si no lo desean. Estamos a mitad de abril, así que seguramente ya estarán cansados de estar estudiando. No lo hagan si no quieren.
Hace una pausa y continúa.
-Solo vivirán su vida de preparatoria una vez. Modérense y hagan lo que quieran.-

-La victoria en la vida está en si se divierten.- Continúa hablando. -...Pero, acaso no están ustedes hambrientos?- Mira hacia los alumnos, da la sensación de que está mirando a cada uno a los ojos al mismo tiempo.
-Hambrientos de honor, dinero, o poder? O qué me dicen de mujeres y hombres? Acaso no tienen hambre de ellos también? Está bien desearlos. Es totalmente correcto.
-Sean hambrientos! Trabajen duro para obtenerlos! Compitan y aprendan de otros. No podrán escapar del placer de la victoria, hace que la vida sea más divertida. El secreto detrás del éxito no son los sueños, sino la ambición.

-Pero el solo estar hambriento los hace igual que bestias. Mi deseo es el equilibrio entre la razón y el instinto, y el camino a una vida alegre.
-Si alguno de ustedes no está realmente hambriento, y todo lo que quiere es una vida normal y tranquila, eso también es bueno. Sería un desperdicio de espíritu, pero es una manera de vivir. Pero para llevar una vida así aún necesitan una cierta cantidad de educación y salud, y ahora es el momento de cultivarlas.
-Espero que todos ustedes sean gente hambrienta y con ambiciones.

El hombre deja de hablar, hay un total silencio en el ambiente.

-Ahora, para estimular esta consigna hemos decidido realizar una prueba de iniciación. Ahora mismo, cada uno de ustedes luchará a muerte con el alumno sentado a su der...- Lo interrumpe un golpe muy fuerte por parte de la mujer del rodete, que le deja un chichón considerable.
-Lo siento, no haremos eso, me he equivocado.- Apoya las manos en los bordes del atril. -Comenzaremos el año con mucho ánimo y ganas, de acuerdo? Sí, eso. Diríjanse ahora mismo a sus salones.

-Ah, es cierto, lo olvidaba! Soy el director de la academia Fuuten.

La mujer del rodete detrás de él se lleva la mano a la cara.

Me quede sentada en una de las sillas plegables, había tenido especial cuidado en sentarme entre mis dos primos, así ninguna mirada indiscreta por parte del resto de los alumnos podría hacer mucho inciso en mi cara. Parecía que el discurso del director iba a comenzar y empecé a relajarme. El que parecía el director y el resto de profesores, si es que lo eran tenían unas pintas bastante extrañas. Estaba distraída mirando uno a uno a las personas que había en la tarima cuando el señor que estaba hablando levanto de golpe la voz he hizo que casi saltara del sitio. El resto de la charla continuo normal, bueno, dentro de lo que podría considerarse normal hablar de comer y intentar realizar una lucha a muerte entre los alumnos. Me quede un momento pensando. Un momento si había que luchar a muerte con el que se tenía a la izquierda… eso conllevaría que te girases a la derecha para golpear cuando el golpe se iba a recibir por la izquierda… dando la espalda al enemigo. Me quede pensando si seria algún tipo de analogía, pero no me dio tiempo a pensarlo mucho porque había gente que ya había comenzado a levantarse dirección a clase.

Se supone que nosotros también debíamos ir a clase. Al menos mis primos estaban en la misma que yo, seguramente por el apellido, no les conocía mucho, pero no se habían mostrado antipáticos y que no hicieran ninguna mención a mis heridas era agradable. Me levante de la silla y mire a mis primos.- ¿Vamos a clase? Quizá podamos coger un buen sitio.- El algunas escuelas se colocaban los asientos dependiendo de la lista, pero también era posible que los elegidos el primer día se mantuviesen el resto del trimestre.

---A sido el discurso más raro y aburrido que he escuchado en mi vida- digo bostezando sonoramente, a continuación me giro hacia Yuri y lo sacudo con fuerza- Eh, marmota, despiesta, nos toca ir a clase- le sigo insistiendo hasta que lo despierto, la verdad es que no tenia ganas de ir a clase pero no podian empezar con mal pie.

--- La verdad es que me conformo con los asientos de última fila, siendo nuevos seremos el centro de atención, seguro que nos hacen presentarnos delante de todas la clase- digo caminando entre los dos parientes hacia la clase, cuando llegue, me pongo detras del todo.

El discurso principal parecía que iba a ser de lo más común. Un director algo extraño, pero parecía que estaba solo un poco senil y comenzaba a dormirme, pero sus palabras comenzaron ya a tornarse algo más oscuras y captó mi atención, sin saber qué sería lo próximo que podría pasar. En cierto momento ha estado a punto de decir que combatiésemos a muerte con uno de nuestro compañeros, por lo que por acto reflejo eché la mano a mi espada, con la única intención de proteger a mis compañeros, ya que estaba situado entre ellos dos y no tenía pensado luchar contra mi familia.

Al final parece que el hombre se tranquilizó y terminó como pudo, levantándose todos, pero sin perder en ningún momento una posición defensiva por si alguien terminaba haciendo algo. Que me hayan invitado a esta academia ya me parecía muy extraño, pero las cosas comienzan a cuadrar. Algo me dice que no soy precisamente de los más hábiles del lugar, incluso llego a pensar que puede que sea de los más débiles.

- Creo que es buena idea. Mejor pongámonos en las filas traseras. Necesito saber realmente en lo que estamos metidos... esto no me gusta nada.- Espeto a mis primos mientras me levanto y comienzo a relajarme poco a poco.

-En donde se han metido? Pues en una escuela, dónde más?- Alguien oyó a Yuri detrás de él y le responde.

-Tengan calma pichones, nadie los va a comer.- Un adulto con camisa hawaiana y un delantal de cocina por encima, lleva bermudas y sandalias, venía caminando cerca de ustedes. -Si quieren conseguir esos asientos deberían darse prisa, y recen para que les toque un tutor que les permita sentarse donde les guste.

Dicho esto se aleja, y ven que lo sigue un perro de tamaño considerable, al menos el doble que un perro grande normal. Este tipo era uno de los que estaban en la tarima, pero es la primera vez que notan al perro.

El camino hasta el salón transcurre sin contratiempos, es fácil ubicarlo ya que en la entrada reparten folletos para los nuevos con un sencillo plano del lugar y algunos datos útiles como los horarios de la biblioteca y la lista del personal. No les suena ningún nombre, así que no proporciona información útil sobre quienes serán sus profesores ni su tutor.
Lo que ven son nombres de diferentes culturas mezclados, algunos parecen venir de Varja al igual que ustedes.

Una vez allí ven que ya hubo alumnos que se adelantaron y han tomado la mayoría de los asientos del fondo, se ve que varios hay que piensan igual que ustedes.
Por desgracia Yuri trae demasiada parsimonia encima y Hanako simplemente no puede reaccionar a tiempo, por lo tanto el primero en hacerse con el asiento que queda en el fondo es Ethien, que se da prisa antes de que otro ocupe ese lugar.

Yuri se sienta junto a la ventana en el penúltimo lugar, y cae dormido nada más colocarse en la silla.
Detrás de Yuri, a la izquierda de Ethien, hay otro chico más, que se encuentra leyendo un libro sin prestarle atención a su alrededor. Es un libro de bolsillo de historia de Goldar, más precisamente trata sobre las guerras de clanes allí.
En este momento está sentado, pero puede notarse que no lleva mucha estatura y probablemente esté por el metro sesenta y algo. Cabe destacar que tiene unos ojos azules muy bonitos.

Hanako consigue sentarse más adelante, en la primera fila, aún nadie ha ocupado ninguno de esos sitios.

El salón se va llenando, y ya cuando entra el tutor solo queda un asiento libre a la derecha de Hanako. -Bueno, han sacado la lotería chicos.- Habla el profesor que acaba de entrar, que es por cierto aquél tipo que les habló al terminar el discurso.

-Mi nombre es Osvaldo.- El perro entra con él al salón. Muchos ponen cara de sorpresa y otros de disgusto, pero nadie se atreve a decirle nada. Es un bicho de aspecto... raro. No jadea, ni le ladra a nadie, parece pasar por completo de los alumnos.

Cuando su dueño se pone detrás de la mesita y apoya las manos en ella para empezar a hablar, el perro se queda a su lado, sentado sobre las patas traseras, con los ojos bien abiertos y la mirada perdida en algún horizonte, totalmente quieto. -Y él es Tobe. Es un placer conocerlos a todos.

-Soy profesor de biología, y seré su tutor este año.- Se le nota un poco de cansancio en su tono de voz, pero tal vez sea así siempre.
Se pone a hablar de los detalles del instituto, los métodos de aprobación de curso, explica la biblioteca, las salas de los clubes, cafetería y demás cosas. -Ah, en cuanto a sus lugares...- Una alumna le hace la pregunta, así que responde. -Pueden ponerse donde quieran, pero traten de permanecer allí, así es más fácil recordar sus nombres.
...
-Bueno, y ahora con el poco tiempo que queda deberíamos elegir al delegado de la clase, no? Estos diez minutos serían suficientes.- Se empiezan a oír murmullos, nadie parece atreverse a postularse.
...
-No sé por qué me lo esperaba.- Ríe. -Tendré que elegir yo?- Unos cuantos se lo quedan mirando nerviosos.

La verdad es que fue todo un puntazo que consiguiera una plaza en la parte finald e la fila puesto que estaba ocupada ya, la suerte me sonrió y fui el más rápido en coger el sitio, dejando a mi hermano durmiendo una fila más adelante, me acomodé y observé a los compañeros de al lado, la verdad es que el que estaba a mi lado no estaba nada mal, tenia unos ojos muy bonitos y un físico nada desdeñable, así que me apoyé un poco inclinandome hacia su lado.

---¿es un libro interesante?- pregonto exibiendo mi mejor sonrisa, sabia que tenia cierta aura hipnotizadora y eso me habia servido en muchas ocasiones para cosas como esta, ignoré completamente al profesor y seguí hablandole en voz baja- Soy Ethien Ishikawa, mi hermano y yo acabamos de mudarnos aqui ¿como e llamas?

Al acercar la vista al muchacho puedes ver lo que realmente está haciendo: tras el libro trae su celular, y está mirando un video... del que puedes suponer que se trata de un hombre gordo comiendo hamburguesas, parece como si las analizara en profundidad. Había bajado un poco el libro cuando el profesor empezó a hablar.

-Ah, hola.- Pausa el video y te mira de soslayo. -Gracias entonces por concederle a Ilmora nuevos habitantes.- Sonríe. -Soy Tryggvason Sveinn Muspellsmegir. Me llaman Sveinn algunos.- Pero sonríe solamente usando la boca y no el resto del rostro y habla arrastrando las palabras. -Tu hermano es este de acá?- Señala al que está delante suyo. -Se lo ve contento.

Finalmente me había sentado en la primera fila, como era mi deseo, parecía que mis primos, por el contrario cuando había hablado de conseguir buenos sitios ellos pensaban que me refería al final de la clase.  Cuando el mismo hombre que nos había indicado el camino entro en clase la suposición que se había creado en mi mente se confirmó. Realmente era un profesor. Su forma de vestir era tan estrambótica que al verlo en el salón por primera vez había tenido dudas. Empezó a presentarse, a él y al perro.
 Aún estaba distraída mirando al perro cuando el profesor empezó a hablar sobre elegir al delegado de clase. Mis pensamientos sobre aquello eran bastantes enfrentados, siempre me había gustado la idea de que la responsabilidad estuviera sobre mí, pero aquello también traía miradas, unas miradas con las que yo no me sentía cómoda para nada. Cuando el profesor amenazo con elegir el, me puse aún más nerviosa y empecé a recoger nerviosa mi cuaderno y otros materiales que había dejado sobre la mesa. En ese mismo momento mi vista distinguió algo extraño y dirigí mi mirada hacia el perro, junto a él, Remiel se estaba acercando dando pequeños pasitos. Más de forma curiosa que molesta. Al verlo no pude reprimir un gritillo que hizo alertar a toda la clase de mi presencia y atrajo las miradas de todos incluso la del profesor. Gracias a dios el gritillo además de hacer que todos dirigieran la mirada hacia mi había hecho que Remiel entrara en su forma invisible. Quizá a ella no la hubiesen visto pero aquello había ocasionado que todo el mundo me mirara, incluido el profesor. Me quede medio congelada sentada en mi asiento con la vista hacia abajo.

Finalmente empecé a murmurar de forma muy baja. Solo había una solución para salir de aquello.-Yo…si nadie más quiere…

El perro ni se inmuta cuando Remiel se le acerca, permanece rígido como una estatua sin siquiera mover los ojos. Al gritito de Hanako la sheele se vuelve invisible y afortunadamente -tal vez- nadie se había fijado en ella.

-Hm, tenemos un voluntario.

En este momento todas las miradas están fijas en Hanako, y el salón se hunde en un silencio incomodante y denso. -Tu nombre? Dada la poca cantidad de postulantes no habrá que ponerse muy exquisito, si todos están de acuerdo serás delegada.- Se cruza de brazos y la mira con decisión. -No te preocupes, si necesitas ayuda o te sientes abrumada puedes consultarme, de acuerdo?

Allá atrás, Ethien se había puesto a hablar con el chico de al lado, que a la vez está acercando peligrosamente un lápiz a Yuri dormido que tiene delante, y lo pincha en el cuello. Esto hace que Yuri despierte.
Ethien puede jurar haber visto un pequeño destello salir del lápiz, pero fue tan fugaz que quizás se trataría del reloj o la pantalla del celular de Sveinn.

-Qué pasa?- Le pregunta a Ethien mientras se pone a dibujar distraídamente en su cuaderno.
Ethien ve como su prima allí delante está nerviosa con la mayoría de los alumnos fijándose en ella, y Yuri, con los ojos entrecerrados, estornuda.
-Salud.- Le dice desinteresadamente Sveinn sin levantar la vista de su mesa.