Partida Rol por web

- ...aun no abrí las cartas de mis padres y mis hermanos. - Acabó por decir en cuanto entró por la puerta, hablando con el grupo que le acompañaba. - Ni los paquetes. Como se enteren... - Acabó por decir, frunciendo el ceño, mientras pensaba. Luego pasaría a por ellos, y se los llevaría al exterior para poder leerlos con tranquilidad. Había llevado el grupo como quien no quería la cosa hasta la puerta de la sala común de Gryffindor, había hablado con la Señora Gorda y tras coger y dejar unas cosas, habían llegado a la clase de duelo. Por el trayecto, Linc y Asterope los abandonaron, despidiéndose para ir a descansar un rato, para venir más tarde.

Al entrar, dejó la mochila junto la pared, quitándose la palestina roja, abandonándola sobre la mochila y arremangándose la sudadera negra que llevaba, dejando a la vista los dos brazaletes de cuero negro que llevaba. - Hola chicos. - Saludó a los presentes con una sonrisa. No conocía a los chicos de Segundo de Hufflepuff. - Me llamo Ithan, encantado. - Se presentó, con su habitual simpatía y buenas maneras. Y levantó la mano para saludar entonces a Aiden que estaba apoyado en la pared. - ¡Hola Aiden, me alegra verte! ¡Hola Noah! No me digas que has venido aquí y no te has bajado al lago... - Señaló con la cabeza hacia la puerta, indicando el camino al lago. - Ha sido genial, te lo habrías pasado bien. - Acabó por decirle. No quiso molestarlos más, ya que estaban practicando.

Entonces, se giró hacia los alumnos de primero, y espero a que Gabi se acercara a ellos cuando acabara de hablar con Oliver.. - Bueno... veamos... - Ithan mostró su varita. Al contrario que la inmensa mayoría, la varita de Ithan estaba ligeramente curvada hacia adelante, como si recordara vagamente, a la garra de algún animal. - Tenéis que coger la varita así. ¿Vale? Comenzaremos por el Flamine Fulminis, que las dos lo tenéis pendiente... - Carraspeó, y se puso en guardia. - Y trazais un pequeño arco.. y acabáis apuntando a la chimenea diciendo... fla-mi-ne ful-mi-nis. - Pronuncio lento, remarcando la entonación.

- Ahora fijaos, que lo haré rápido. - Y movió la mano, haciendo un pequeño arco y finalmente, apuntando hacia la chimenea. - ¡Flamine Fulminis! - Y un rayo rojo apareció de su varita, encendiendo una de las chimeneas del aula. - Venga, ahora probad vosotras. - Animó a Enya y Gabi a que probaran con las chimeneas. 

Retrocedió un paso, para dejarles más libertad de movimiento, y mirando a Kendra y Arnold. Y al ver que Aiden no se movía, le invitó a acercarse hacia ellos, con un gesto de la mano.

Sara no pudo decir que no a su amiga Daphne. Intentó mostrarse fría, pero no pudo. Habían pasado muchas cosas juntas, ¡hasta habían dormido en la misma cama! Cuando la muchacha la abrazó, Sara solo pudo llorar.
¡Buaaaa! Que susto me has dado, ¡pensé que ya no querías volver a hablarme! Y justo ahora que Ardeen se ha marchado... Sara siguió llorando unos instantes más apoyando su cabeza en el cabello rizado de Daphne. Cuando se acordó de Noah, se separó rápidamente de Daphne, permitiéndose darla un beso en la mejilla. Se acercó al muchacho y escuchó la explicación, varita en mano.
Muy bien, allá vamos... ¡Ettamálf! gritó, pero no sirvió para nada. El conjuro de Noah era muy potente y Sara no tenía mucha idea de qué hacer para defenderse. Terminó en el suelo, sin ver, cegada por la luz.

Kendra ni siquiera fue consciente de la cantidad de vueltas que dieron hasta llegar a duelo... O quizás si, pero iba tan animada hablando con Ithan y con el resto que no parecio importarle lo más minimo-Eso me recuerda que tengo que escribir la disculpa a mis padres y enviarles la carte... Madre mia, que desastre... - dijo, torciendo ligeramente los labios. Lo cierto era que, alli, en aquel momento, una parte de ella parecia incluso reticente a escribir ese mensaje. No era que se hubiera olvidado de ellos, o que no los quisiera. Nada que ver con eso. Sin embargo, despues de aquella fiesta, de lo sucedido con Ithan la semana anterior y de todo lo que estaba viviendo en el colegio, no llegaba a entender cómo podian haberla engañado de aquella forma, diciendo que todo aquello era malo, que no estaba bien relacionarse con los demas estudiantes de otras casas. Era cierto que habia personas que le caian mejor que otras pero, en general, relacionarse con los demas habia sido algo divertido... y positivo.

Ese, precisamente, era el problema. Una parte de ella no sabia qué decirles en aquella carta. Sabia que se enfadarian, que le dirian que los habia decepcionado, en especial a su abuelo, cuya reaccion era la que mas temia sobre todas las cosas. Y, sobre todo, no sabia si debia hablarles de Ithan o no. Tenia claro que su opinion no influiria en ella pero saber que el unico motivo por el que aceptarion al chico era saber que provenia de una estirpe como la Trace- Rosier y que no serian capaces de valorar su inteligencia, su valor, su simpatia o su arrojo le hervia la sangre.

Aquel pensamiento ensombrecio el rostro de Kendra durante unos instantes y pensó que quizás lo mejor seria hablar con el despues, contarle todo aquello que sentia y pedirle opinion y consejo sobre cómo actuar con ellos, ahora que se habia dado cuenta de que, en todo aquel tiempo, no habian dejado de manipularla y de inculcar en ella ideas estupidas.

Sin embargo, aquel pensamiento se vio interrumpido por la llegada a clase de duelo. Ella tambien alzó la mano, saludando a los chicos que estaban alli, a los que tampoco conocia. Solo identificó al chico de segundo del que Cassius habia hablado como "la rata" y a quien dedico una mirada cargada de reticencia- Hola, yo soy Kendra. - se presentó a todos, mientras se hacia a un lado, esperando a ver qué era lo que los demas tenian que recuperar. -¡Hola Aiden! Te echamos de menos en la fiesta... - dijo al chico de su casa, que parecia haber ido solo a practicar duelo, invitandole a acercarse a ellos.

-¿Que conjuros os faltan?-pregunto entonces, en general- Si queréis yo tambien puedo ayudaros... Asi tardamos menos...

Y asi, desenfundó su varita, esperando para ver a quien podia ayudar.

A Daphne le salió una luminosa sonrisa cuando Sara la perdonó por su comportamiento hacía unos minutos. Recibió su beso y le devolvió otro bien sonoro-. ¡Muuuuak! ¡Gracias por perdonarme, Sara! Suerte con tu hechizo -Se apartó para dejar a su amiga practicar con Noah. Entonces se fijó en un niño de primero que se había quedado sentado en una pared.

Decidió darse prisa y volver a practicar el Confundus antes de que llegara más gente. No le apetecía fallar delante de medio colegio. Se acercó a Mircea, que estaba mirando la escena desde su puesto en la pared-. Mir, gracias por ayudarme. Con el hechizo y porque, de no ser por ti, habría vuelto a atacar a Sara –Qué paciencia estaba teniendo el chico con ella: Después de tanto tiempo pasando de él, se había ofrecido a ayudarla; estaba ocupando su tarde del domingo en ella; y ahora había tenido que aguantar su rabieta. Santo Mircea, patrón de los pacientes, podrían apodarle.

Entonces vio cómo Sara había fallaba su hechizo. Daphne sintió compasión por la niña; ella mejor que nadie sabía cómo era intentarlo e intentarlo y no conseguir nada. Luego iría a darle ánimos, ahora tenía que practicar ella. Así que volvió a hablar a Mircea.

- ¿Te parece bien si vuelvo a intentarlo contigo? A ver si ahora me sale, jo, que me cuesta una barbaridad –Mucha suerte tenía que tener para no repetir Duelo al próximo año-. El Envertestatil lo dejo para diciembre, creo. Porque ni siquiera me lo sé y tendrías que explicármelo toooodo desde el principio. Y no saldríamos del aula en siglos. Así que el Confundus de nuevo, ¿sí?

Se colocó en posición. Cuando el rumano le dio la señal de que estaba listo, levantó la varita y, concentrándose fuertemente, pronunció el hechizo que tantos problemas le estaba dando-. ¡Confundus! –Pero, igual que antes, no pasó nada. Pero ¿por qué? ¿Qué hago mal?

Entonces se fijó en el grupo de gente que había entrado. No sabía cuánto tiempo llevaban allí, pero seguramente un rato pues ya había un chico explicándoles a otros un conjuro. Se presentó educadamente, igual que hicieron ellos, mientras reprimía un sollozo-. Hola... Daphne... –Se secó los ojos con la manga y les dio la espalda. En otro momento habría tenido ganas de conocer a los nuevos y de hablar con los de su curso, pero no entonces.

Cuando Elisabeth llegó ya había muchos alumnos practicando. Muchos habían decidido, como ella, practicar en domingo... sin duda los profesores estarían orgullosos.

Cuando llegó Oliver se puso a hablar con Gabi, la chica de primero de la misma casa que ella. Esperó a que terminaran para hablarle a Oliver.

-Cuando estés preparado te ayudo a lanzar cunfundus. Primero tienes que despejar tu mente y concentrarte, para apuntar a aquel que sea tu objetivo. La mano si está firme, mejor, y las palabras se han de decir de forma ligera pero clara, sin precipitarse.

Ella misma se prestó para ser "confundida" si el hechizo de Oliver salía bien. Aunque esperaba que no le pasara lo que la otra vez que se lo lanzaron, que casi ataca a todos los alumnos.

Dejó que las chicas arreglaran sus diferencias, él no tenía nada que hacer ahí; si estaba esperando era porque había venido con Daphne a ayudarla con sus conjuros.

Contestó al agradecimiento de su amiga con una ligera sonrisa: No es bueno hacer cosas que uno no quiere, dijo. ¿Podía tener aquello algún doble sentido? Si atacas a alguien es mejor hacerlo con la mente despejada...

Si hubiera tenido que explicarle el Envertestatil, lo hubiera hecho, al fin y al cabo para eso estaba. Pero la decisión más acertada era seguir con el que habían estado durante la anterior hora, el Confundus.

Se descruzó de brazos y avanzó un poco alejándose de la pared. No necesitaba la varita para rechazar aquel conjuro, así que la mantuvo guardada. Le dio la señal a la chica y esperó el impacto del hechizo, que no llegó. Quizás fuera la llegada de los de primero que rompió su concentración...

Miró fijamente a los que entraban y saludaban. ¿Qué manía tenía la gente con estar encantada por conocer a los demás? No les conocían, ¿como podían estar encantados? Quizás estaban conociendo a alguien que preferirían no volver a ver, así que para qué esa fingida amabilidad. Aunque callado y huraño, al menos era educado en las presentaciones: Mircea, fue su única palabra de saludo, acompañada por un ligero asentimiento con la cabeza en calidad de reconocimiento. Seguidamente se olvidó de ellos.

Daph, comenzó acercándose a la chica, sin llegar a ocupar su espacio personal, ven conmigo, ya llevamos demasiado tiempo aquí. Te enseñaré un sitio que quizás no conozcas. No sabía si aquello serviría para aplacar el desconsuelo de la chica, que había demostrado en demasiadas ocasiones que su habilidad para el duelo brillaba por su ausencia.

Esperó hasta que su amiga se decidiese, antes de marcharse de allí.

Daphne agradeció el interés de Mircea y que quisiera sacarla de ahí. De hecho, si él no lo hubiera propuesto, ella habría acabado largándose sin más. No quería seguir ahí, viendo a todo el mundo sacar sus respectivos hechizos mientras que ella no conseguía nada-. Vale... vamos –No dijo más. Ni siquiera había escuchado bien adónde quería llevarla, pero le daba igual. Sabía que su amigo era de lugares tranquilos y eso era justo lo que necesitaba en ese momento.

Se acercó a Sara un momento antes de salir-. Qué mala pata tenemos... Voy a dar una vuelta con Mir antes de cenar y de las recuperaciones. Luego nos vemos, ¿sí? Y ya hablamos –Recogió sus cosas y siguió a Mircea.

Enya llegó con todos los demás a la clase de duelo. Había mucha gente a la que no conocía.

- Hola. Me llamo Enya. Encantada. Qué vergüenza. Practicar delante de tantos desconocidos.

Observó a Ithan atentamente cómo explicaba y cómo preparaba el hechizo de "Flamine Fulminis" que tantos disgustos ya le había acarreado por no ir a clase antes. Se fijó en sus movimientos concentrada. Imaginó que era uno de esos ejercicios que practicaba en el grupo de teatro muggle en el que había participado durante años. A ella la actuación no se le daba mal y en parte los hechizos tenían un poco de "actio", además de concentración y buena pronunciación. No se me va a resistir más. Esta vez tengo que conseguirlo sí o sí.

- Perfecto Ithan. Ahora lo entiendo bastante mejor. Gracias también a ti Kendra por tu ofrecimiento. Y agradeció su ayuda con una sonrisa. Venga, allá voy. Se concentró. Visualizó cómo lo había hecho Ithan. Apuntó a la misma chimenea ¡Flamine Fulminis! Entonces un rayo salió de su varita impactando en la chimenea y haciendo que el fuego se avivara y creciera un poco más. ¡Lo he conseguido!

Enya estaba muy alegre porque, por fin, había conseguido sacar el hechizo. Miró a Ithan y a Kendra y les dedicó la más amplia de sus sonrisas. De verdad, muchas gracias por la ayuda. Su pelo se había puesto rubio por la alegría, como le pasaba siempre que no lo controlaba. Agarró un mechón de pelo, lo miró. Es verdad, tengo que cambiar de color, este no me queda muy bien. Se concentró para cambiarlo a morado y le salió una especie de azul-morado brillante. Bueno, no está mal. 

Miró a Gabi también con una sonrisa. Venga, que seguro que tú también lo consigues. 

- Hola Ithan. - respondo cuando este me saluda mientras me acerco a Sara. Si, vine aquí a practicar.

- Sara, ¿estás bien? - le pregunto llegando hasta ella y ayudándola a levantarse. ¿Que ha pasado?

- Vamos a intentar una cosa. - le digo. Hagámoslo al revés y así ves como se hace exactamente el conjuro. ¿Que te parece? Luego lo volvemos a intentar.

- Venga, lanza tú el Flámatte y yo me defenderé. - comento con un guiño de ojo.

Mientras observaba a los alumnos mayores, Aiden vió como entraba gente de su curso, entre ellos Ithan y Kendra - Hola Ithan, ¿Qué tal Kendra?

Entonces Kendra le preguntó la razón por la cual no había acudido a la fiesta, y Aiden se echó la mano a la cabeza por el despiste - ¡Ostras! Se me había olvidado la fiesta, lo siento. Dijo a modo de disculpa

- Vine a ver si alguien iba a practicar el Eleccella Fulminis, que me perdí la clase.

Diana entró en la clase de Duelo para recuperar el conjuro que había tenido que volver a ensallar, la chica solía ser buena en aquella clase, pero eso no significaba que fuera infalible, de manera que tras buscar al profesor procedió a mostrale el conjuro.

- Buenas tardes profesor. He estado estudiando mucho, a ver que le parece. ¡Envertestatil!

- ¡Muy bien! - Felicitó a Enya en cuanto vio que le había salido el conjuro. Le sonrió ampliamente, Levantando el pulgar de la mano derecha como gesto de aprobación. - Sabía que podrías. - Acabó por decirle, contento de ver que le había salido bien. Y alzó una ceja cuando dijo que el rubio no le quedaba bien. - Pues a mí me parece que el rubio te queda genial. - Acabó por decirle. A él si le gstaba como le quedaba el rubio a Enya.

Esperó a Gabi, que aun no había lanzado el conjuro, cuando Aiden se acercó y les saludó. - ¿No lo has practicado aun? - Pero si aquí hay un montón de chavales de segundo... ¿Nadie le ayudó? - Estas de suerte... el otro conjuro que tenía que practicar Enya era ese. Así que vente, que os echaré un... - En ese momento, Diana entró, como siempre, como un torbellino. Y sin más saludó a un profesor que no estaba, alzando la varita y lanzando un conjuro.

Ithan ya conocía aquel conjuro, es aquel que Noah había usado contra él la semana anterior, por lo que en cuanto vio el gesto, se agachó y dejó pasar el rayo de largo. - ¡Di! - Se quejó, poniéndose en pie con los ojos como platos. - ¡Tía! -  Se encogió de hombros, sin saber por qué había lanzado el conjuro. - Esperad un momento... - Le pidió a Enya y Aiden, acercándose a su prima. - Di... el despacho del profesor es la siguiente puerta... - Y tras saludarla con un beso en la mejilla, tiró de ella para señalarle, en el pasillo, la puerta del profesor.

- Es esa puerta. Anda que... lo de perderse no es solo cosa mía... - Bromeó con ella, despidiéndola, y volviendo a entrar en la clase. - Perdonad... ¿Por donde íbamos? ¡Ah, sí, eleccella! - Se situó junto a sus compañeros. Le pareció extraño estar ayudando a Aiden, principalmente porque él estaba acostumbrado a enseñarle a los Gryffindor, y que el recordara, sería el primer Slytherin al que le enseñaba un conjuro. - Bien... atentos... tenéis que coger la varita así. Alzáis la varita, y entonces estiráis el brazo hacia adelante, apuntando a vuestro objetivo mientras decís e-lec-ce-lla ful-mi-nis.  - Pronunció lentamente remarcando la pronunciación.

- Fijaos, ahora lanzaré el conjuro contra esas cajas. - Acabó por decir. Uhm.... fue con el Eleccella con el que envié a Ed a la enfermería. Sí, mejor se lo lanzo a las cajas, no quiero enviar a nadie al a enfermería y perder la tarde allí. - ¡ELECCELLA FULMINIS! - Alzó la voz, lanzando un seguido de rayos contra la caja, destrozándola. - Bueno... venga, probad ahora vosotros. - Acabó por invitar, tanto a Enya como a Aiden a que probaran de hacer sus conjuros.

Se puso junto a Kendra, observando a los demás haciendo sus conjuros. - ¿Qué le dirás a tus padres? También tengo que escribir a los míos... si quieres vamos mañana al a lechucería juntos. - Le ofreció a la morena, mirándola de reojo.

Apoyada en unas cajas, y en vista de que nadie parecia necesitar su ayuda de momento, Kendra se dedicó a mirar cómo Ithan ayudaba al resto, con una media sonrisa en los labios. Aplaudió la actuacion de Enya, al ver que habia conseguido realizar el conjuro a la primera- ¡Bien, Enya! Bien hecho. - le dijo, asintiendo, con un gesto de aprobacion.

Entonces Aiden se acercó y, ante su explicacion sobre por qué no habia acudido al picnic Kenya abrio mucho los ojos, con un gesto de sorpresa- Claro que era hoy... ¡Pero si deje un mensaje en todas las mesas comunes esta mañana! Te has perdido una buena... Ha ido un monton de gente de primero y de segundo... - dijo, con una sonrisa.- Bueno, no te preocupes, ya haremos otro picnic... Seguro que a la gente le hace ilusion. -añadio, poniendo una mano en el hombro del chico, apretandolo ligeramente- Dime, Aiden, ¿necesitas ayuda? - dijo, varita en mano, dispuesta a ayudarle. Sin embargo, Ithan se adelantó, y se llevo a Aiden con el y con Enya a practicar el segundo conjuro de duelo.

Asi pues, Kendra volvio a apoyarse en aquellas cajas, observando al rubio, con esa mirada con la que una mira al chico con el que esta saliendo cuando tiene once años. Y, cuando se acercó a ella, le sonrio, asintiendo, como gesto aprobatorio por lo que estaba haciendo. Sin embargo, cuando iba a decir algo al respecto, Ithan le sorprendio con aquella pregunta. La sonrisa se borro ligeramente entonces de sus labios, y miro al chico, con la preocupacion cruzando aquel rostro que intentaba disimularla- Si te digo la verdad... Queria hablar contigo de eso... No sé que ponerles y estoy hecha un lio. Ni siquiera sé si decirles que quiero decirles o lo que ellos quieren oir... - aquella afirmacion, desde luego, dejaba claro que ahi habia algo mas que una falta de inspiracion. - Pero si. Claro que podemos ir juntos a la lechuceria mañana... - le dijo, con un amago de sonrisa, asintiendo mientras lo miraba por el rabillo del ojo.

Tras un corto trote por el castillo, Gabi alcanzó a sus compañeros en el pasillo, antes de entrar al salón de duelo. Con ellos iban algunos chicos de segundo y uno rubio que ella no conocía se acercó a presentarse.

-Hola, yo me llamo Gabi, mucho gusto.- Respondió cordialmente a la presentación del chico. Tras algunas palabras Oli la tomó por el brazo, sorprendiéndola con el gesto, que la apartó un poco del grupo.

Por un momento se asustó y casi aguantó la respiración hasta que el chico finalmente lo soltó, la invitó al baile. Su sorpresa era evidente en el arco de sus cejas y su mandíbula abierta, que recogió de inmediato para responder.

-¡Claro! ¡Claro que sí!- En un tono quizás algo más alto de lo que le habría gustado y sin pensárselo por más de un segundo. -Ahí vas, como siempre de impulsiva.- Le dijo una voz en su mente, curiosamente muy parecida a la de su madre.

-Aunque, bueno. Un segundo, es que... ahora mismo había quedado con algunos chicos de Ravenclaw que íbamos a ir en grupo y disfrazados de algo terrorífico.- Le pareció justo decirle al otro chico, ya que le había dicho que sí, no podía ahora negarse a ir con él, a pesar de que apenas lo estuviera conociendo.

-¿Te parece bien?- Le preguntó dubitativa. Tras la sorpresa inicial se había hecho un manojo de nervios.

Gabi observó atenta cada uno de los movimientos de Ithan, frunciendo levemente el ceño. -Esta vez no fallaré.- Pensó.

Decidió primero repetir la trayectoria de la varita varias veces, mientras Enya lanzaba el conjuro con éxito. -Felicidades.- Le dijo con una sonrisa. Entonces dio un paso al frente y apuntó con su varita la chimenea.

-¡Flamine Fulminis chimenea!- Dijo en voz alta, imitando los movimientos de Ithan y observando con muchísima alegría cómo las llamas comenzaban a danzar dentro del agujero.

-¡Sí!- Exclamó sonriente. -Graaacias.- Le dijo al rubio. -Y a ti también por ser tan paciente.- Comentó a Kendra. Dio un par de brinquitos de alegría, ahora que había aprendido el conjuro no tenía miedo de recuperarlo al final. La emoción del momento la hizo olvidar toda la ansiedad que había sentido a lo largo del día. Ahora todo estaba bien.

Se sentó junto a Kendra para observar la ejecución de los otros niños, con una pequeña sonrisa que reflejaba el triunfo que sentía. El hecho de que la parejita estuviera ahora hablando a su lado no le molestaba, pero como tampoco quería incomodarlos se alejó un poco, revolviendo entre los bolsillos de su túnica, para sacar la carta que había recibido esta mañana. La desdobló con cuidado, sintiendo el perfume atenuado de su madre sobre el pergamino. Al leerla hizo algunas muecas enternecida y la guardó, pronto les respondería para contarles lo maravilloso que se le estaba dando el colegio.

-¿Siiii? ¡Genial! -exclamo Oliver, con una sonrisa radiante, ante la respuesta de Gabi. Y asintio, ante la pregunta de Gabi, sin poner demasiados problemas- Si, si, claro. No hay problema... Nos disfrazaremos con ellos. Me parece una idea estupenda... - dijo el chico, amable y cordial. Lo cierto es que costaba trabajo imaginar a alguien mas alegre y más amable que Oliver.

Entonces sonrio a la chica, cabeceando hacia el resto- Bueno... pues... ¡vamos a practicar! Si necesitas ayuda con cualquier conjuro de primero, sólo dimelo. Te ayudaré en todo lo que pueda. - se ofrecio, justo antes de tirar de la chica hacia el resto.

Oliver estaba pletórico. Por fin podria ir al baile. Y ademas, ya tenia pareja.

Oliver llego junto a Gabi, despues de intercambiar unas palabras con ella que habian dibujado una enorme sonrisa en el rostro del chaval. Nada mas llegar, vio como Daphne y Mircea salian de alli sin cruzar una sola palabra con el, lo que hizo que la sonrisa del chico se borrara paulatinamente. ¿Que sucedia? ¿Por que ni siquiera lo saludaban?

Afortunadamente, Eli llegó en medio de aquel profundo chasco, instandole a practicar con ella aquel hechizo que no le habia salido y que tenia que recuperar.

El subidon por la conversacion con Gabi se mezclo con la decepcion por lo ocurrido con sus amigos, y todo ello se convirtio en una mezcla explosiva que se plasmó en la varita de Oli, cuando fue su turno de ensayar:

-Bien... veamos ahora... Preparate... -dijo, apuntando a Eli con la varita- ¡Confundus! - exclamo, y el hechizo salio, certero y potente, en direccion a la chica.

Ojala pueda pararlo... si no me sentire fatal... Eh...¡Pero al menos me ha salido!

Y asi, la sonrisa volvio paulatinamente a los labios del Huffie. Si, definitivamente hoy parecia que la cosa se iba arreglando. Fue entonces cuando vio a Sara, y Oli alzo una mano hacia ella, saludandola- ¡Hola Sara! No te habia visto.. - dijo, sonriendo a su compañera de casa.

Por suerte para Aiden, Ithan tenía que enseñar ese conjuro a Enya ¡Que suerte! La verdad es que Ithan es muy buen compañero. No se yo si un Slytherin ayudaría a un compañero de otra casa Aunque Aiden pensaba que los Slytherin no ayudarían a otros compañeros de casas rivales, él por su parte no tendría ningún problema en ayudarles

Escuchó atentamente las explicaciones de Ithan, pese a la interrupción de una alumna de segundo llamada Diana, y se fijó bien en el movimiento de la varita. Después, repasó mentalmente las palabras y el movimiento hasta que lo tuvo claro - Creo que ya lo tengo, voy a probar

Se colocó en frente de las cajas y realizó el movimiento de varita a la vez que decía en voz alta el conjuro - ¡ELECCELLA FULMINIS! Acto seguído, un rayo impactó contra las cajas

Aiden se quitó un peso de encima cuando le salió el conjuro, ya que ahora estaba al día con todos los conjuros, aunque todavía quedaba enseñarselo al profesor para que contara de cara al colegio - ¡Muchisimas gracias Ithan! Estoy en deuda contigo

Sara se levantó con la ayuda de Noah. Ay... dijo frotándose los ojos No he conseguido defenderme nada bien. Y tu flámatte era muy poderoso. ¡Ni la manga de la túnica me ha servido de nada!

Todavía veía puntitos negros por todas partes, pero le gustó la idea de Noah.

¡Muy bien! ¡A entrenar! Prepárate... ¡Flámatte!

La chica parecía no tener buenas experiencias con este conjuro. La última vez que se lo echaron casi ataca a todos, y ahora siente pánico de que todos le ataquen a ella. Comenzó a correr de un lado para otro. Apunto estuvo de salir de la clase de duelo cuando el conjuro comenzó a disiparse.

-Pues vaya...- dijo tímidamente- aunque me alegra que te saliera el conjuro. Por cierto, ¿aprendiste el Asetate Grassium et Solem? Es que me queda pendiente.

Miró a Oliver pero luego a los demás. Si había alguien dispuesto a enseñarle ese conjuro no iba a decir que no.