Partida Rol por web

Diana llegó a la clase y saludó al centauro era uno de los profesores que más le llamaban la atención.

- Pues no se profesor, creo que Noah debería de venir... Vaya hola Gwen.

Saludó también a la pelirroja, entonces apareció Vicky y se puso a rebolotear inuieta alrededor de la pelirroja de Ravenclaf. Diana sacó su vsrita y apuntó a su mascota.

- Vicky se buena... ¡Ammanssus Vicky!

Gwen entro llegó tras Diana, cuando estuvo a punto de saludar al profesor la bola de plumas que era la mascota de la gryfindor se puso a rebolotear a su alrededor como su fuera una mosca.

La pelirroja trató de ahullentarla con la mano.

-Oye... deberías enseñarle modales a tu pollo...

-Vicky, conmigo...- dijo cuando terminó el conjuro que parecía haber tenido éxito.

Para regocijo de Diana, la lechuza fue a su lado.

Gwen sacó su varita cuando la lechuza de Diana se fue, sacó una caja donde la pelirroja guardaba sus pendientes y otros abalorios, la depositó en el suelo y apuntó.

- Alohomora caja...

¡Buena chicas, parece que no sois las únicas, parece que Colin también viene a la recuperación!

-¿Llego algo tarde? Lo siento, pero me entretuve leyendo en la sala común. - Dije algo arrepentido. 

Me temo que sí, jovencito. Te has presentado demasiado tarde ya. Tendrás que presentarte ya en el examen del lunes. Confío en que al menos hayas aprendido el conjuro.

En cuanto a ti, jovencita, dijo mirando a Diana, has hecho un buen trabajo y se nota que has practicado durante la semana. ¡10 puntos extra para Gryffindor! Y tú, preciosa pelirroja, dice ahora a Gwen, ese conjuro tendrías que habérmelo enseñado la semana pasada, ahora ya es demasiado tarde. Veo que te sale y no tendrás problemas, pero tendrás que venir al exámen de Diciembre. Lo lamento.

Por lo demás, espero que tengais un buen día y nos vemos en el comedor.

Algo cabizbajo me sentí algo mal. - Bueno... nos veremos mañana. - Entonces me fui lentamente hacia la sala común.

¡Disculpe, Sr. Aldrige! Ha sido fallo mío, aún puedes presentarme el conjuro que quieres mostrarme.

ya cuando justo me estaba marchando me volvió a llamar. Al parecer si podía recuperar. Entonces me acerqué hacia allí y saqué mi varita. Vi el fuego y exclamé. - ¡Extendio! - Entonces el fuego se apagó. Entonces sonreí.

¡Excelente trabajo, jovencito! ¡10 puntos más para Ravenclaw!

¡Hola jovencito! Aún es pronto para entregar el trabajo, ¿en qué puedo ayudarte?

-Hola profesor.-Saludo con tono amable.-La verdad es que venía por otro asunto.-Dicho lo cual me pongo rojo como un tomate. No estoy acostumbrado a ser yo quien confiese cuando no he hecho algo bien.-Se que las normas no lo permiten, pero tengo una mascota mágica que adquirí en la tienda antes de empezar el colegio.-Digo finalmente avergonzado.-Se trata de un fénix. En principio iba a comprarme un gato, pero lo vi y... no pude resistirlo. Era tan hermoso, tan majestuoso, y parecía tan lleno de vida y tan aburrido en aquella jaula...

Pensé que cualquiera podía comprarlo y preferí hacerlo yo. El problema es que ahora no se muy bien como cuidarlo. Quiero decir, he investigado en la biblioteca lo que comen y se lo llevo cada día, pero no se si necesita más cuidados. ¿Podría enseñarme a cuidarlo como se merece aunque sea en horas libres? Me encanta cuidar y aprender sobre todo tipo de criaturas y creo que podría ser una buena forma de empezar a tener más contacto con criaturas mágicas.

Entiendo... dice el centauro pensando en lo que iba a decir.

La verdad, el fénix es un animal muy dificil de cuidar, y ahora tan solo es un pequeño polluelo, pero en cuanto aprenda a desaparecerse, me temo que tendrás que olvidarte de él. Muy pocos son los magos que han sabido domesticarlos, son una bestia mágica libre e independiente, come siempre plantas y los magos de intenciones oscuras han tratado siempre de atraparlo porque muchas partes de su cuerpo son mágicas y poderosas.

Lo más lógico es que cuando te lo vendieran estuvieran tratando de engañarte. Estas criaturas no duran prácticamente nada en cautividad, así que lo mejor es que lo dejes libre y que él venga cuando quiera. En cuanto a sus cuidados, realmente no son muy dificiles, pues si se te murieran, no habría por qué preocuparse, ya que renacen de sus propias cenizas.

Me quedo algo frustrado por las palabras del centauro. ¿Realmente me han engañado? Un sentimiento de tristeza me asalta y se me caen un par de lágrimas. La decepción que siento es la mayor de mi vida. Me hacía tanta ilusión tener un fénix...

-Algo había oido acerca de su renacer.-Digo finalmente.-Aunque me gustaría aprender a cuidarlo lo mejor posible para que no tenga que hacerlo a menudo. Por lo menos mientras no huya de mi.

Libre ya está. Lo solté en la sala común en cuanto llegamos, pero me asusta que pueda pasarle algo si se escapa o desaparece.

- Pues si te ocupas de que tenga comida y le dejas siempre libre, no veo que deba necesitar más cuidado. Como te digo es una bestia salvaje e independiente, así que, al no ser doméstica, no necesita los cuidados que un humano pueda ofrecerle.

-De acuerdo, muchas gracias.-Digo alegre.-Me preocupaba no estar a la altura de los cuidados que necesita, pero ya veo que no son tan importantes como esperaba. Con su permiso, voy a estudiar para la redacción y a clase.