Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Andén 9 y 3/4

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20/10/2013, 23:34
1ºR - Willow Brontë

Junto a mi madre y mi padre (y Greeny, el cual estaba escondido en mi chaqueta), tomé el metro para llegar a King's Cross. No podía estarme quieta, eran una mezcla de sensaciones. Por un lado estaba el ir a Hogwarts, aprender magia, usarla a diario, y por otro tomar el metro rodeada de muggles... ¡Por no hablar de que en Hogwarts también podría haber alguno! Me acercaría inmediatamente y nos haríamos amigos. Y no sería difícil descubrirlo, simplemente con llevar conmigo un patito de goma y ver quién no reaccionaba poniendo una cara extraña todo estaría claro.

Mi imaginación volaba y volaba, y de esta forma el viaje en metro se me hizo más corto aún de lo que era... Una lástima.

Una vez en la estación llegamos rápido al andén nueve. Me habría gustado detenerme un poco más (al igual que a mi padre), pero mi madre parecía algo nerviosa y temía que si nos dejaba a nuestro aire no llegásemos. Les echaría de menos. A ambos por igual.

Crucé el andén 9 y 3/4 cuando nadie más rondaba por allí y me quedé boquiabierta, tanto por el gran número de gente que allí había como con el tren, y su humo. Que formas más bonitas dibujaba el humo...

- Escríbenos tan pronto como llegues. -Le oí decir de pronto a mi madre, tras lo cual me abrazó sin tan siquiera dejarme contestar. Luego se sumó mi padre al abrazo y añadiendo:
- No te metas en muchos líos... Y disfruta. Hogwarts será lo mejor que te ocurrirá nunca.

Sonriente, saqué a Greeny de dentro de mi chaqueta y me lo coloqué sobre la cabeza. Su varita (¡qué simpático había sido el señor Ollivanders) sin embargo la tenía yo guardada en el bolsillo de la chaqueta hasta más tarde. No podía arriesgarme a que Greeny hiciese magia fuera del colegio y por ello me expulsasen...

- ¡Os escribiré en cuanto sepa a qué casa pertenezco! -¡Era cierto, la selección de las casas! Ya no me acordaba. Ahora podía notar de nuevo las mariposillas en el estómago. ¿Cómo sería? ¿Qué tendríamos que hacer?

Abracé a mis padres una última vez, y tras darle un beso a cada uno subí sonriente al tren para buscar compartimento.

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21/10/2013, 01:56
Director

Notas de juego

Paso a informar que quedan aproximadamente unas 24 horas para que el Expresso de Hogwarts se marche...

¡Este aviso va para mayores y pequeños! Aquellos que pierdan el tren se verán obligados a buscarse las mañas para llegar al Colegio y es probable que se pierdan la ceremonia...

No hace falta que termineis las escenas que tenéis pendientes, podéis postear aquí sin que haya resuelto las otras (o sin que haya corregido vuestras fichas) si esperais perderéis el expresso...

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21/10/2013, 02:46
Out(S) - Aiden MacRae

Como aún tenian tiempo, y Aiden apenas conocía el mundo Muggle, Leana decidió ir hasta King´s Cross dando un paseo. Normalmente se tardaría poco más de media hora en llegar, pero como Aiden no dejaba de pararse en casi todos los escaparates y preguntar a su madre, tardarón una hora más de lo normal. Al final, a pesar de que iban bien de tiempo, fueron casi los últimos en llegar a la estación.

- Si lo sé venimos en Taxi como ha hecho tu hermano, casi no llegamos a tiempo y a ver como hubieras ido a Hogwarts sin el expreso. Venga, atraviesa la columna. Aiden sabía que su madre no le estaba riñendo, era más bien preocupación, asi que no le dió muchas vueltas a las palabras de su madre. Se colocó en frente de la columna y fué corriendo con decisión mientras empujaba el carrito con sus pertenencias. Al atravesarlo se quedó embobado mirando a todos los alumnos y a sus familias, pero sobre todo mirando el tren que le llevaria a Howarts.

- Es bonito ¿verdad? Yo puse la misma cara que tu cuando lo vi por primera vez. Vamos a buscarte un vagón y luego a ver si veo a tu hermano para despedirme. El medio enfado de su madre se le había pasado ya, se le notaba en el tono de voz que volvía a ser suave otra vez. Era lo bueno de su madre, casi nunca se enfadaba, y cuando lo hacía le duraban muy poco.

Después de buscar un poco, por fin encontraron un vagón que no estaba lleno y en el que iban chicos mas o menos de su edad.

- ¿Llevas todo? ¿La varita?

- Si Dijo Aiden mientras la sacaba para enseñarsela La llevaré conmigo, por si acaso se perdiera el equipaje.

- Muy bien, pero no te preocupes que no se perderá. Mientras hablaban, apareció Bhaltair, el hermano mayor de Aiden que iba a comenzar su cuarto curso.

- ¿Que tal enano? ¿Estás nervioso? Tu tranquilo que yo cuidaré de ti, a no ser que no entres en Slytherin, entonces estarás solo. Le dijo mientras le despeinaba con la mano. - Bueno madre, me subo a mi vagón que me están esperando mis amigos. Nos vemos en Navidades. Dijo a Leana mientras le daba un beso en la mejilla.

Cuando se quedaron solos, Leana peino un poco a Aiden. - No le hagas caso, te cuidará entres en la casa que entres. Ven, dame un abrazo

Madre e hijo se fundieron en un abrazo que duró un par de minutos. Aiden notaba como su madre lloraba mientras estaban abrazados, y no pudo contener un par de lágrimas de pena por separarse de su madre. Por fin se separaron y su madre sonrió con lagrimas en los ojos - Ya verás como todo va a ir muy bien. Te encantará Hogwarts. Quiero que me mantengas informada de lo que te ocurre, ¿Vale? ¡Te quiero!

- ¡Yo también te quiero! No te preocupés que te iré contando lo que me pase. Dale un beso a padre de mi parte. ¡Hasta Navidades!

Aiden subió al vagón mientras se despedia con la mano de su madre, preparado para afrontar su primer años en Hogwarts

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21/10/2013, 10:05
Out(R) - Selena Green Lovegood

La familia Green Lovegood apareció por el andén pocos minutos antes de que saliera el Expreso de Hogwarts. Esta vez, la pequeña Selena iba acompañada por sus padres, a diferencia del año anterior.

-Que bien que hayáis venido este año! Exclamaba la pequeña. -Claro, hija, para nuestra campeona lo que sea. Le respondió su padre, orgulloso. La verdad es que no esperaba que le fuera tan bien el primer curso y en casa todo el mundo estaba orgulloso de Selena. Esperaba no defraudarles este año y seguir estudiando mucho.

-Anda mira, la familia Mcgonagall. Señaló su madre. -Y también los Weasly. Ambas familias eran amigas de los Lovegood. Es más, si no fuera por la abuela Mcgonagall, los padres de Selena probablemente no se hubieran casado. -Luego iremos a saludarlos. Creo que también han puesto Selena a su hija. Dijo con una sonrisa graciosa.

Cuando por fin el baúl estaba cargado al tren, tras una espera por la cantidad de gente que había, la Ravenclaw se despidió finalmente de sus padres con abrazos y muchos ánimos para la pequeña. -Ah! Casi se me olvida! Millicet Lovegood sacó una bolsita con chuches y una caja de ranas de chocolate. -Ya sabes, de parte del abuelo. Selena sonrió y cogió las golosinas encantada. Seguidamente, se subió al tren destino a Hogwarts, saludando a su vez, a los alumnos que conocía por el camino.

 

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21/10/2013, 10:20
2ºR - Perry Ward

- ¡Ay mamá no seas pesada!- Su madre insistía e insistía en que podía arreglar el pequeño problema de la miopía con un sólo gesto de su varita.- Me gusta así ya te lo he dicho mil veces.- Le gustaba cómo le quedaban las gafas, le hacían parecer más intelectual y, además, cuando éstas se resbalaban por el puente de la nariz, podías volverlas a subir con un dedo, en un gesto que a Perry le parecía  arrebatador. No es que le interesara ligar, prefería concentrarse en sus estudios y formación como mago, pero había leído que la mirada de un miope tenía algo especial que encandilaba a la gente.

- No papá, tampoco las lentillas me agradan.- Sólo Edward le apoyaba en su cruzada a favor de las gafas. Iba a ser extraño tener a su hermano consigo en el colegio.  Le había ido bastante bien sin él el año pasado. Ravenclaw había quedado la primera en la clasificación y él,  bueno, no lo había hecho mal. ¿En qué casa estaría Edward? ¿Cómo se le darían las clases? ¿Cómo se llevaría con sus compañeros? ¡Cuántas incógnitas!. Su hermano no había demostrado ninguna aptitud para la magia mientras habían convivido juntos pero ahora estaba ahí con él, a punto de coger el expreso. Debía reconocer que tenía un poco de miedo de que Edward, el cual siempre había estado fascinado por la figura de su hermano mayor, acabara superándolo. No le culpaba, Perry era el hijo que todos padres querían tener. Pero era su hermano pequeño, lo quería, y por supuesto le ayudaría en todo lo posible.

Perry salió corriendo con el carrito tras despedirse de sus padres y atravesó la pared de ladrillos como si nada. Al poco rato apareció Edward con cara de espanto. 

- No te queda nada Ed, jeje.  Todo el primer año es fascinante. Recuerda lo que hemos hablado.- Poco más caso hizo a su hermano pues ya pudo ver a sus antiguos compañeros así que emocionado se puso a saludar a casi todo el mundo.  Allí estaba Colin, , Oliver, Diana,Selena y Gwen, era genial poder ver de nuevo a sus amigos.

- Vamos Gladius.- Azuzó a su gato para que saltara a sus brazos y se metió en el tren a buscar su compartimento.

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21/10/2013, 19:04
2ºH - Mircea Padurearu

Mircea había vuelto a madrugar. Su primer pensamiento al ver el reloj fue que en ese mismo instante su madre estaba en Rumania, siguiendo la pista de uno de los seguidores de Dracul; información que el chico no debía conocer.

Salio de su habitación para ver que su tío había vuelto a ganarle, y se encontraba sentado en un sillon, mirando la nada, con una copa de vino en la mano. ¿Era posible que ni siquiera se hubiera ido a la cama? Seguro que está preocupado por mamá, pensó el adolescente.

Ah, hola Mircea. ¿Preparado para volver a Hogwarts?

Sí, creo que sí, dijo dubitativo. Había recibido alguna que otra carta de sus amigos y había respondido a todas de forma que podía parecer poco interesada. Seguramente esa era la razón por la que las cartas habían ido haciéndose menos corrientes según avanzaba el verano.

Se encontraba con la cabeza metida en el frigorífico buscando las manzanas que sin ninguna duda sus hermanas habían escondido -ellas odiaban comer fruta, pero se divertían ocultando cada pieza que a la larga siempre acababa en el estómago de Mircea- cuando notó la mano de Petru sobre su hombro.

Lamento que tu madre no haya podido conseguir volver a tiempo. Sabes que deseaba poder estar con vosotros, pero le ha resultado imposible aplazar el trabajo.

No importa, sonó desde dentro de aquel trasto que su tío había instalado hace poco. La voz sonó fría. Imposible que fuera el frigorífico, ¿verdad?

Petru se apartó. Sabía cuando no debía presionar ni intentar razonar con su ahijado.

..................................

Mircea se encontraba sentado en un sillón cuando escuchó la puerta del baño abrirse y vio salir a las crías, bullangueras como siempre, gritando y mezclando versos totalmente irreconocibles de las canciones de moda. Iban con el cabello húmedo y el camisón aún puesto, cuando irrumpieron en la cocina sin darse cuenta que él se encontraba en el salón y casi tropezando con la jaula de Ferenc.

Apenas cinco segundos después, las vio salir y maldecir mientras volvían a su habitación. Habían olvidado que ese era el día H, el día que por fin conocerían Hogwarts. No pudo evitar una sonrisa, pero sí la ocultó tras el libro.

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Cuatro baúles... ¡Cuatro baúles! ¿Como era posible que pudieran llevar tanto equipaje? Su único baúl apenas iba lleno y eso sin contar el regalito de las pequeñas monstruitas tras haber conseguido enfadarle al revelar que ellas le habían robado la varita.

La estampa de ver a las niñas tan coloridas que parecían salidas de un cuadro de arte pop de Andy Warhol y su contraste  con la nobleza de las gatas que seguían su estela como si fueran las auténticas protagonistas resultaba cuanto menos curioso.

Cruzaron a continuación, empujando los carritos y accediendo al rincón mágico de King's Cross. En el andén, la algarabía tenía un sabor distinto ese año. Sus hermanas empezaban primero, él volvería a encontrarse con los amigos que había hecho y que quizás había perdido a esas alturas y quizás lo peor de todo: su madre no estaba allí para despedirle.

Cuando vio a las niñas desaparecer en uno de los vagones se giró hacia su tío. Cuidarás de ella, ¿verdad?

Sabes que sí. ¿Y tú podrás cuidar de las pequeñas?

Lo intentaré, pero no creo que se dejen. Es más fácil que ellas acaben cuidando de mi, dijo ladeando los labios en un amago de sonrisa.

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21/10/2013, 20:10
2ºH - Daphne Relish

Empujó su carrito chocando contra él en más de una y de dos ocasiones al tirar de él con todo su cuerpecillo para frenar y no atropellar a nadie por el camino. En consecuencia la jaula de Nimu se bamboleó peligrosamente y la lechucilla en miniatura se revolvió haciendo ruidos de evidente molestia acompañadas de plumas pequeñas de color crema que cayeron sobre la superficie del baúl y en el suelo.

-Perdona Nimu- su abuela, a su espalda acompañando a la madre de Amon y a la hermana pequeña de éste se adelantó varios pasos sujetando a su nieta por los hombros. La giró con la misma determinación que usaba para tratar con los enfermos de San Mungo, no muy fuerte, pero desde luego sí inflexible.

-haz el favor de comportarte este año...-se inclinó sobre su nieta y la besó en la frente haciendo que sus labios hicieran uno de esos ruiditos de cotorra al piar típico de los besos abueleros. Sus ojos se posaron en la familia de Mircea pero se abstuvo de acercarse. Daphne (que con todo el barullo no había visto a su amigo) ya le había hablado de su compañero de casa y recordaba perfectamente al pequeño que ahora era un proyecto de hombrecito que hablaba con un hombre pero de ese pequeño no quedaba más que el nombre en su memoria pues los rasgos del chico eran (obviamente) más maduros... y lo que le quedaría.- escribe, te estaremos echando de menos- susurró dándole unas palmaditas en la coronilla como si quisiera domar la cabellera rizada de su nieta, que para variar, había olvidado tomarse esa poción embellecedora que tanta ilusión le había hecho al principio para ir alisándose el pelo.

Se volvió hacia Amon y sonrió con genuino afecto. Sí, su pequeña no habría entrado en la casa de su familia pero sin duda sabía con quién debía mezclarse.

-Ten un buen curso, jovencito- inclinó la cabeza de forma ceremoniosa y se hizo a un lado para que la madre de Amon se pudiera despedir de él al igual que su hermana mientras los ojos índigo de la anciana se posaban en su nieta siguiéndola en su camino al expreso de Hogwarts.

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21/10/2013, 20:22
Out(S) - Amon Engel

Amon quería saber como era eso del transporte muggle, aunque siempre podría preguntar a su madre, sabía que no era el momento, ya la preguntaría más tarde- El placer es mío, señora Relish -dijo sonriente y, entonces su madre y hermana se pusieron al lado de la abuela de Daphne para que pudieran hablar.

Amon iba mirando a ver si veía a alguno de sus compañeros. Le pareció ver a Cassius y a James, pero no estaba seguro, había demasiado revuelo, ya los vería en la cena de inauguración de curso.

Amon quiso ayudar a Daphne cuando esta pareció perder el control del carrito, pero la señora Relish la ayudó. La dijo algo, pero Amon no era de escuchar conversaciones ajenas, por lo que volvió a observar el andén con la esperanza de ver algún compañero de Slytherin, pero no lo consiguió. Lo que si veía eran muchas caras nuevas, tanto de niños como niñas.

-Gracias, señora Relish -contestó a la abuela mientras la hacía una ligera reverencia.

-Ten cuidado y escribe más a menudo -le dijo su madre mientras lo abrazaba.

-Tranquila mamá, te escribiré -dijo devolviéndola el abrazo y pasando a su hermana- el año que viene recibirás la carta -dijo sonriente- espero que vengas conmigo y, si no, que te cojan en Drumstange.

Dio un beso en la mejilla a su hermana y siguió a su amiga al interior del vagón.

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21/10/2013, 20:41
2ºS - Sam Seeworth

Sam atravesó con paso decidido la pared mágica para entrar en el andén. Veía muy estúpido tener que correr. ¿Y qué si esos miserables de muggles veían ese fenómeno? Sería tan divertido desenfundar la varita y prender fuego a sus ropas.

El pitido del tren la sacó de esa perfecta ensoñación. Allí estaba su mayordomo, cargando su baúl y a su gato. Cargando, porque no le había permitido coger un carro. El pobre hombre, que ya tenía sus años, llevaba a cuestas las pertenencias de la niña.

Sam se cruzó de brazos delante de una de las puertas. Entra y busca algún vagón libre. Y que esté limpio de escoria añadió observando a las familias que se despedían de sus hijos. ¿Cuántos sangre sucia habría? Un escalofrío la recorrió la espalda imaginándose que otro de ellos la hablaba.

El mayordomo salió tras haber dejado sus cosas y, con las manos temblorosas, comenzó a hablar.

Señorita Seeworth... He dejado sus pertenencias en el primer vagón que parecía... libre de "escoria" dijo el hombre mirándola a los ojos. Sam observó este gesto y le dio una bofetada.

Sólo me mirarás a los ojos cuando yo te lo ordene, estúpido ingrato.

No se giró para despedirse del hombre cuando entró en el vagón. Cerró la puerta con fuerza y fue a buscar sus cosas.

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21/10/2013, 20:48
2ºH - Sara Lago

Sara atravesó la pared mágica tirando de Ardeen. La muchacha había invitado a Sara a pasar el verano en su casa, ya que su situación era un tanto... especial.

¡Ardeen, Ardeen! ¿Ves cómo nos iba a esperar? ¡Se lo he pedido a Dios y Él nos ha hecho caso!

La joven religiosa había ido a misa todos los días en Verano, ya que en el Colegio no había ni una pequeña ermita. ¡Ni un cura! Pero sentía que había hecho las paces con Dios, y eso le bastaba.

Soltó el brazo de Ardeen unos segundos y comenzó a caminar hacia el tren. Chocó con varias personas y casi cae al suelo, pero la sonrisa no se la borraba nadie.

He estado en una Iglesia y no he ardido... ¡No soy una bruja mala! pensó con gran ilusión mientras se le saltaban algunas lágrimas por aquel recuerdo.

El sonido de un par de carritos hizo que la niña volviera la cabeza. Los padres de Ardeen cargaban con las cosas y acababan de entrar.

¡Oh, que maleducada soy! Después de todo este verano... ¡Señor y señora Ardeen, muchas gracias por su hospitalidad! Los padres suspiraron mientras sonreía. Se había pasado todo el verano llamándoles "señores de Ardeen", no habían conseguido ni que les llamara por su apellido ni por sus nombres.

Se acercó a ellos y le dio un abrazo a cada uno.

Han si-sido muy buenos conmigo... Rezaré para que sus almas encuentren el camino del Señor las lágrimas aparecieron en sus ojos. Aunque caían como un grifo, ella no quería que la vieran llorar, así que cogió su carrito y salió corriendo, metiendo malamente y gracias a un revisor su maleta en el vagón.

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21/10/2013, 20:58
1ºR - Christopher Jamal

Christopher llegó de la mano de su madre al andén. Dieron unos pasos adelante y su padre pasó con el carrito. El padre se apartó uno poco y entraron sus tíos...

Pocos segundos después, la gran familia de Christopher Jamal al completo estaban en el andén. La gente que se paraba a contarlos, podía llegar a los 20 sin problema, aunque era muy probable que hubiera más.

Todos miraron el andén de un lado a otro. Todos pusieron una mueca y arrugaron la nariz.

Aquí no hay negros pensó Christopher imitando el gesto de toda su familia, pero acompañándolo de un suspiro. Se encogió de hombros mientras daba unos pasos y se plantaba delante de su familia.

Papá, mamá, tíos, tías, yayos, yayas, primos, primas, vecinas Segismunda y Beniplácita, vecinos Troy y Jermeino...

Miró hacia el tren y tragó saliva para deshacer el nudo que se estaba formando en la garganta. Inspiró hondo y se volvió con una sonrisa gigante.

¡Cuando me volváis a ver, ya seré todo un mago! ¡Aprenderé un montón de conjuros y sacaré muy buenas notas!

Toda la familia se puso a gritar y a aplaudir mentras se abalanzaban sobre él y le daban besos, achuchones y más besos.

Ay mi niño guapo, cuidate mucho, no dejes que te traten mal ni se rían de ti.

¡Se orgulloso, chico, tu puedes con todos!

¡Recuerda la llave que te enseñé si alguien te dice algo!

¡Busca a la niña más bonita, aunque no sea negra!

Christopher empezó a dirigirse hacia el tren, con su padre tras él que llevaba el baúl. Le ayudó a meterlo en un vagón y miró por la ventanilla para despedirse

¡Adiós a todos! ¡Escribidme y enviarme regalos! ¡Yo también os escribiré!

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21/10/2013, 21:26
1ºH - Maxwell Alden

—Así que recuerda—

Siempre lo mismo. Recuerda, recuerda. No por decirme esa mierda voy a acordarme más o menos, joder. Cuéntame algo interesante si quieres que preste atención.

—De tus resultados no solo dependes tú, como cuando eras pequeño, sino también el nombre de tu familia—

Y si no dejas en buen lugar el nombre de la familia, piensa en tu padre y tu madre. Por mí pueden pudrirse los viejos, y tú también, aunque me hayas comprado ropa y libros nuevos, y me hayas sacado de esa casa de mierda. Todos viejos cabrones, podríais caeros muerto de una vez, joder.

—No olvides lo que debes decir cuando te pregunten—

Me lo has repetido cada día, cincuenta millones de veces. Pero no puedes evitar que diga lo que me dé la gana y te deje en ridículo a ti y a la puta familia.

—Y te preguntarán, porque todos estos niños… no todos, pero sí los que importan, saben de la verdadera importancia de la familia, la han aprendido desde antes de empezar a hablar—

Una mierda, menos que una mierda, menos que una mierda de perro pisoteada. Eso es lo que he aprendido yo que importa la familia desde antes de empezar a hablar. Y no me has enseñado nada diferente.

—Ve. Está a punto de salir.

El viejo le puso las manos sobre los hombros, apretó con firmeza y le dio la vuelta para encararlo con la pared que lo separaba del andén donde debía subir al expreso de Hogwarts, que le llevaría a su nueva vida.

Maxwell escapó de las garras del viejo. No apreciaba ese gesto en ese hombre. Lo había sacado de esa casa de mierda y le había dado un nuevo techo, comida, y lo había encaminado hacia un nuevo comienzo. Pero no lo había hecho por él. Ninguno de los viejos le quería.

—Nos mantendremos en contacto.

Suena como una amenaza.

El viejo había terminado. Maxwell tragó saliva y agarró las dos maletas. Todo lo que tenía en el mundo estaba allí dentro; más de lo que había poseído jamás, pero no demasiado como para no poder cargarlo con su propio cuerpo.

Se lanzó hacia la pared, un salto, y se detuvo con la nariz pegada al ladrillo. Miró hacia atrás. El viejo permanecía todavía en el mismo lugar, inmóvil, clavando su mirada azul en él. ¿Qué coño miras? Maxwell dio un paso atrás. Te están mirando, si eres débil se te van a comer. Apretó los párpados hasta que le empezó a doler la cabeza, contuvo la respiración, uno, dos, tres, se abalanzó contra la pared.

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21/10/2013, 23:39
Out(H) - Ardeen Colden

Ardeen atravesó la pared mágica corriendo enganchada por Sara, estaba tan alegre y tan feliz que no podía parar de reírse de forma nerviosa.

Sara espera- dijo cuando se soltó y la sujetó para que no se cayese al chocar con la gente.

Había sido un verano espectacular, había llevado a Sara a su casa y sus padres, parecían otros. La relación con ellos había cambiado desde que se enteraron de que no era una squib. Cuando recibió la carta apenas tuvo tiempo de hablar con ellos pero la vuelta, parecía que jamás hubieran estado más orgullosos de ella, ni la habían regañado por suspender dos asignaturas.

Y Sara, cuando la comentó su situación en el dormitorio, Ardeen la obligó a ir con ella a pasar el verano, y había sido una idea genial. Y sus padres habían aprendido a quererla, la trataban como si fuera una más de la familia. Al principio les sonó raro lo de llevarla a la iglesia todos los días, pero obedecieron sin más, no podían negarse a la cara angelical de Sara.

¡Sara! Basta ya, por última vez, llámame Locke, y a él Charles.- dijo su madre, por enésima vez. Y seguidamente endulzó el rostro- Cuidaos mucho, mis dos niñas.- y les dio un fuerte abrazo.

Vamos querida que las estás asfixiando.- pero él tampoco pudo resistirse y las dio un fuerte abrazo a las dos.

Corre Sara, que perdemos el tren- dijo terminando de cargar las maletas.

Árdeen buscó con la mirada a sus compañeros y hasta que no encontró a alguno no paró.- ¡Mir! ¡Oliver! ¡Daphne! - gritó cuando les vio, e intentó alcanzarles dentro del tren.