Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Andén 9 y 3/4

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10/08/2012, 02:51
Out(G) - Joseph (Joey) Stone

-Woah, qué genial. ¡Vamos papá! ¡Venga! –Exclamé, maravillado. Era la primera vez que cruzaba aquella inexistente pared. Tanto mi hermano como yo nos pusimos a saltar como si hubiéramos ganado el europeo de baloncesto con la selección inglesa –¡Bart, mira! ¡Vamos para allá! ¡No, para allá! ¡Venga, corre! - Señalábamos a todos lados, y dejé mi carrito para ir con él.


Nuestro padre, que llevaba el carrito de Bart, intentaba calmarnos, sin ningún tipo de éxito. Estábamos eufóricos, fuera de nosotros. Corríamos hacia arriba y hacia abajo revisando todos los recovecos del andén, yendo sin ningún tipo de aprecio por la seguridad hacia nosotros mismos o la de los demás. Bart, incluso, estuvo a punto de caer a las vías del tren, demasiado cerca de la locomotora, cuando conseguí tirar de él hacia atrás.

-Ahora me debes un gran favor, hermanito –Dije con sorna.

Volvimos rápidamente a donde teníamos nuestros bártulos. Papá estaba bastante mosqueado, porque no estábamos actuando de una forma responsable. Sin embargo, un par de segundos más tarde empezó a reírse (cosa que a mamá, por cierto, no le gusta), mientras comentaba que él cuando empezó se sentía exactamente igual de eufórico que nosotros.
Y, cómo no, empezó la charla: que si cuidarse, que si estudiar mucho, no trastadas… papá era exactamente igual de pesado que mamá, pero más directo (y encima hacía magia… preocupante).

-…Y como veo que Bart se está aburriendo, vamos a buscaros un compartimento y a esperar a que el tren os llame -Papá sonreía, orgulloso. Los dos íbamos a seguir sus pasos, y eso le alegraba mucho.

Definitivamente, cogí mi carrito con el baúl y la jaula, y empujé fuerte. Empecé a fijarme mejor, en todas las familias que se iban despidiendo, tantos padres con sus hijos y sus hijas que no se verían durante tanto tiempo… eso significaba…

-¡Eh, Guapa! ¡Búscame en los vagones del cen…! ¿Bart? ¡¿Pero qué demonios haces?! -La risa malévola de mi hermano justo mientras estaba entretenido me hizo mirar. Y, cómo no, se acercó hacia mí, varita en ristre, y diciendo en alto:
-Carabirurí, Carabirurá, dentro de poco, la puerta de Spike se abrirá -Con una floritura, unos aspavientos y un par de onomatopeyas salidas de la boca de Bart, abrió con la “Varita” (que resultó ser un palo de regaliz) la puertita de la jaula donde estaba Spike, mi pequeño amigo y peludo amigo. El hurón, asustado, echó a correr, dirigiéndose hacia el final del tren.
-¡Bart, eres un idiota! ¿¡Pero qué estás haciendo!? ¡Lleva mis cosas hacia atrás para ir a buscar a Spike! –Estaba furioso con mi hermano, pero ahora me preocupaba más mi mascota.

Fui corriendo tras él dando grandes zancadas, y casi choqué con una pobre muchacha que subía con cara larga al tren. Aminoré un poco el paso y le solté:

-¡Eh, guapa! ¡Quita esa cara larga y ven a buscarme al final y así me ayudas a buscar a Spike!

Luego me dirigí hacia los vagones finales, cuando lo vi subiéndose a las últimas escaleras. “Tengo que ir a por él”. Me dirijo hasta allí cuando entra a una de las cabinas. Esa era la mía. Me acerqué poco a poco hacia adentro, y con un rápido movimiento, abrí la puerta e intenté agarrar al hurón.
Absoluto éxito, pero me di cuenta de que no estaba solo. Un chico y una chica estaban sentados allí. Una rápida disculpa y la búsqueda de un sitio cercano hicieron que me quedara en alguna cabina próxima.

-Eh, Bart, aquí hay dos huecos libres –Le dije a mi hermano, mientras metía mi equipaje.
-Espero que ya no te deba nada, Joey. Esto pesa un quintal.
-No haber dejado que Spike se escapara. Yo no le abrí la puerta a tu lechuza.
-Al menos Lim está bien enseñada y no se escapa.
-¿Cómo has dicho? –Mientras decía esto, ya estaba empujándole hacia el suelo.

Nos peleamos hasta que llegó papá, que volvió a regañarnos por preparar un escándalo ya desde el primer día (<> dijo), y nos dio una colleja a cada uno. Además, nos mandó a hacer las paces, y a darnos un abrazo, que aceptamos a regañadientes.
Al calmarnos, sonó un silbato: quedaban cinco minutos. Papá salió del vagón, y desde la ventana, nos despedimos de él, y le dijimos que saludara a mamá. Cerramos la ventanilla, y nos miramos el uno al otro, primero serios, luego sonrientes, y por último, de nuevo eufóricos, contentos y riendo a carcajadas.
Empezaban las clases, empezaban las lecturas, empezaban las bromas. Empezaba la aventura. Empezaba la magia.

Notas de juego

Lo que está en negrita y cursiva es lo que dice mi hermano Bart

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10/08/2012, 18:25
Out(S) - Cassius Johnson

Había llegado el día, por fin se iba a Hogwrts. Cassius no dejaba de sonreír mientras empujaba el baúl. Su abuela iba a su lado, y un par de pasos detrás, su abuelo, maldiciendo a los Muggles.

Cassius.-Dijo su abuela.- Esta detrás de ese muro.
Cassius asistió y se dirigió hacia el muro, traspasándolo y llegando al andén. Detrás de él pasaron sus abuelos.
No hace falta que esperéis hasta que salga el tren, seguro que el abuelo tiene cosas mas importantes que hacer.
Como lo sabes chico…-Dijo con tono brusco.- De hecho, no te importa que os deje, ¿no cariño?- dijo mirando a la abuela y con un tono lo suficientemente alto como para que los mas cercanos se enterasen añadio.-Odio este sitio repleto de Sangre Sucia
No querido, yo me quedaré con Cassius.
Señor.- Dijo Cassius y asintió a modo de despedida.
Sin esperar a que se fuera, ambos se acercaron al vagón mas cercano, Cassius miraba a los demás, ¿padres y madres llorando por que se iban sus hijos? ¿Acaso no era motivo de alegría que fuera a Hogwarts?
Recuerda lo que me dijiste hijo.-Dijo la abuela sacándolo de sus pensamientos.- Estoy muy orgullosa de ti.- Le dio un beso en la frente.
Descuida abuela, el verano que viene lo estarás aun mas con mis progresos.- Sonriendo subió al tren y guardo el baúl. Se sentó y se despidió de su abuela moviendo la mano.

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10/08/2012, 19:46

tras apretar fuertemente la mano de mi madre al momento de entrar a la plataforma 93/4, segundos después quedo con la boca abierta, maravillado por lo que pasaba, una gran antidad de personas iban y venían chicos de todas las edades correteando de un lado a otro, además de todos los adultos cargando los carritos lleno de valijas y jaulas.

-WhOOAAA!!- repito una y otra vez al ver al tren que echaba vapor a diestro y siniestro, nunca había visto, o por lo menos no de cerca, un tran como ese...

-Arus...- me toma fuertemente de la mano mi madre en el momento en que quería acercarme a la locomotora.-creo que lo mejor seria que carguemos el equipaje, ya casi es la hora- me dice.

-querida... quieres llevarlas tu hasta el tren, quiero hablar un momento con Arus- la interrumpe mi padre, al momento que me aparta de ella y de la multitud.

atonito por toda la multitud a mi alrededor, apenas me doy cuenta lo que pasa con mis padres, hasta que el se agacha a hablarme -Arus...toma, se que mama no quiere que comas esto todo el dia, pero el viaje es largo- me da una bolsa llena de cajita de grajeas y ranas de chocolates...
mientras lo guardaba para que mama no lo viera comenzó a silvar el silbato del tren. y se asoma el maquinista a llamar a la multitud de chicos.

encontramos a mama junto a una de las entradas a los vagones -apúrense apúrense, el tren no los esperara a ustedes... - dice ayudándome a subir al vehiculo... no sin darme un fuerte abrazo y un gran beso.-acuérdate de mandar una lechuza con las noticias, si?-

asiento con una gran sonrisa en mi rostro... Me despido y salgo en búsqueda de un compartimento libre.

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11/08/2012, 01:32
2ºG - Elisabeth Henman Suarez

Cuando a Elisabeth, sus padres la dicen que el anden se encuentra atravesando la pared, al principio les mira extrañada, pero pensandolo bien despues de ver todo lo que vio en el callejon Diagon ni siquiera la extraña, asi que se lanza junto a ellos sin dudarlo, aunque en el ultimo momento intenta recular, estan tontos o que se va a partir los dientes, un fuerte tiron de su padre la hace pasar.
Una vez en el anden, se queda absorta mirando el tren solo dice:
Papa si es como el de las peliculas antiguas que bonito a lo que Tim responde:
si cariño es precioso y yo aun recuerdo este dia como si fuera ayer
Cuando se empieza a acostumbrar al bullicio, Elisabeth empieza a mirar a los demas niños, los mayores se estan contando el verano y juntandose rapidamente en grupos, los que van como ella por primera vez estan mas nerviosos, hasta que repara en un par de gemelos que estan liandola por el anden, Elisabeth se rie al verlos y piensa para siestos los quiero como amigos que majetes en ese preciso momento Enzo su gatito gordo maulla nervioso nunca le ha gustado ir en el transporting y su madre dice:
Creo que Enzo tiene razon es hora de ir subiendo el equipaje
Elisabeth se pone rigida ahora si que si, ahora cambiara su vida para siempre entre lloros y abrazos se despide de sus padres, los 3 lloran tanto que no se entienden mucho, pero Elisabeth promete escribir ser buena y estudiar mas que hasta ahora.
En el pasillo del tren se asoma corriendo a la ventana y grita a su madre:
Mama jurame que me has metido todo de los aussieboys y mi guitarrasu madre asiente desde lejos; Elisabeth ya mucho mas tranquila busca el vagon donde van los gemelos y al encontrarles les dice:
Hola soy Elisabeth, hay sitio para miy pone su mejor sonrisa

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11/08/2012, 04:15
2ºH - Mircea Padurearu

1 de Septiembre. Los Padurearu volvían a madrugar, tal y como dictaminaba la costumbre familiar. Los niños se revolvían contra sus sábanas en un futil intento por conseguir unos minutos de tregua, pero Ilona, inflexible ante cualquier mohín o súplica, se las apañaba para separarlos de la colcha a la que trataban de asirse como si su vida dependiese de ello.

Mientras su madre llevaba a los pequeños a la cocina, donde les esperaba un frugal pero completo desayuno, Mircea y Petru se encargaban de revisar los detalles de última hora. El primogénito de la línea principal de la familia sostenía una lista entre sus pálidas manos y iba tachando las entradas recogidas en el papel al son que su tío, con su inseparable copa de vino matutina en mano, realizaba las comprobaciones pertinentes.- Todo listo. Bajemos a desayunar, Mircea. - anunció tras cerrar la última de las maletas cargadas de ropa para todo el trimestre y revolverle el cabello con cariño.

Salieron a las nueve y media, utilizando el automóvil de Petru y un encantamiento para incrementar el tamaño del maletero. Ferenc, la lechuza color noche y una línea horizontal blanca que le atravesaba la frente, pululaba nerviosa en su jaula, aunque las atenciones de Mircea lograban contener los chillidos del ave. Parecían haber conectado a la primera, y al muchacho le gustaba el tono amarillo que predonimaba en sus grandes ojos. Gábor, adormilado, trataba de luchar contra el sueño por permanecer despierto como evidenciaba el oscilante movimiento de su cabeza; mientras sus hermanas discutían acaloradamente con su madre los motivos por los cuáles ellas también tendrían que acompañar a su hermano mayor.

Aunque llegaron a las diez en punto a la estación de Kings's Cross, la gran multitud de viajeros consiguió retrasarlos algo más de lo esperado, pero gracias a las amables indicaciones de una familia de magos lograron alcanzar la plataforma del andén 9¾ tras atravesar una barrera instalada para que únicamente las personas de sangre mágica fuesen capaces de introducirse a través de ella. El amplísimo número de pasajeros asombró a Mircea, quien asistía con ojos muy abiertos tanto a la estructura arquitectónica del complejo, como al viejo ferrocarril que aguardaba pacientemente calentando sus motores.

- Ia revedere, draga mea. Cuídate y diviértete. Nos mantendremos en contacto.- se despidió su madre, propinándole un abrazo y sendos besos en la mejilla tras haber asistido con la mirada triste, aunque no por ello menos enternecedora, del "adiós" entre sus retoños. El benjamín se había mostrado receloso, aunque con los ojos verdes cristalinos y acuosos por la emoción. Erzsébet y Orsolya, por su lado, no lograron controlar el llanto y le abrazaron como si fuese la última vez que lo vieran. Mircea depositó sus labios suavemente sobre sus cachetes, apretándolas con cariño entre sus brazos al son que dejaba escapar alguna que otra palabra de despedida.- Cuando llegues a tu habitación, ya en Hogwarts, échale un vistazo a tus pertenencias. Te he preparado una sorpresita. - Petru le guiñó el ojo al mismo tiempo que le ayudaba a subir al vagón, una vez introducido el equipaje en el interior del tren.- Estaremos esperando tu regreso, Mircea. Disfruta de tu estancia en el colegio ¡y cuidado con las chicas! - su risa junto a las últimas frases de despedida de su madre y hermanos fue lo último que el primogénito de los Padurearu escuchó una vez el expreso se puso en marcha.

Y con algunos galeones en su bolsillo por si apetecía de alguna golosina durante la travesía, se dispuso a encontrar algún vagón que estuviese lo más desocupado posible.

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11/08/2012, 10:58
Out(H) - Ardeen Colden
Sólo para el director

Lo primero que había comprendido Ardeen aquella mañana era que los muggles se vestían de manera muy rara. Y que gritaban mucho, como si estuvieran constantemente en un mercado y tuvieran que llamar la atención sobre su mercancía.

La segunda fue que no sabían contar. Apenas necesitó un vistazo para ver que no existía el anden 9 y 3/4.

- Súbete al carrito - le dijo su padre, que era el que lo llevaba- y entraremos juntos.

Ardeen asintió levemente con la cabeza y se subió a una pequeña balda. Su padre la abrazó por detrás y comenzó a dirigirse, sin ninguna clase de duda, hacia la pared que dividía el anden 9 y el anden 10. Ardeen quiso protestar pero ninguna palabra salió de su boca.

Confiaba en su padre. Así que simplemente cerró los ojos y esperó a que algo pasara.

Lentamente fueron perdiendo velocidad.

- ¡Pensé que nunca volvería a atravesar la barrera- jadeó la voz de su madre a uno de sus lados.

Cuando abrió los ojos, Ardeen se encontró con una una gran cantidad de magos, apiñados. Sombreros puntiagudos, túnicas llamativas, varitas que se agitaban, gente vestida rara susurrando apartada... Y un gran tren lacado de color rojizo.

Su padre la ayudó a subir su baúl al tren y, entre abrazos y susurros de aliento Ardeen entró al expreso Hogwarts. Se quedó en la entrada durante un par de segundos más de lo normal, despidiéndose con la mano. Después, tragó saliva y se volteó en busca de un compartimento. Su nueva vida estaba a punto de empezar.

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11/08/2012, 12:49

Por un instante lamentó haber cruzado el muro de ladrillos que le llevó al andén 9 y 3/4. Seth no podía aguantar tanto bullicio, el trajín de los carros llevando maletas, chicos dando gritos despidiéndose de sus padres, el infernal ruido del tren...  Cogió aire y se tranquilizó.

- Ese es el tren que te llevará a la escuela, la fama de esa escuela a mermado mucho tras el incidente, pero espero que sepan tratarte como mereces. Al mínimo problema, ya sabes, ponte en contacto con nosotros. - Le dijo su padre Eldräk Räjel.

- Cariño, si alquien te molesta sólo tienes que... - Dedaliah se interrumpió al darse cuenta de que alrededor había demasiada gente.

Seth no sabía como habría acabado la frase su madre, pero tampoco necesitaba saberlo. "Yo se cuidar muy bien de mi mismo, no creo que tenga problemas más allá de tener que aguantar algún que otro bullicio como este". 

- Venga Seth que eres de los últimos, sube al tren. Nosotros ya nos vamos. Busca tu asiento.

- Adios padre, adios madre - les dijo Seth, sus padres se giraron y se fueron.

Mientras un operario del tren le ayudaba a subir el equipaje, Seth se quedó mirando la estampa de aquellas familias que se daban un abrazo al despedirse. No se imaginaba a él con sus padres haciendo lo mismo.

Subió al tren, buscó su asiento en el vagón y se sentó.

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12/08/2012, 23:59

Vamos Filipp, cruza el muro -  le dijo su padre. Filipp acababa de ver como lo cruzaban otros magos, y estaba impresionado. No quería golpearse contra los ladrillos. Iremos los dos juntos - le dijo su madre. Ella colocó su bolso en el carrito, con las maletas y la lechuza y agarró a su hijo del brazo. Id primero, yo iré después - dijo Alexey, su padre.

Filipp y su madre cogieron carrerilla y se lanzaron contra el muro. Suavemente lo atravesaron. Esto era también nuevo para los padres de Filipp, pues si bien eran magos, no se habían criado en Inglaterra y nunca habían ido al andén 9 y 3/4.

En un momento apareció su padre detrás, atravesando el muro que acababan de cruzar ellos. Yuuuuu - exclamó riéndose. Magnífico - les gritó. Disfrutaba como un niño. Se acercó a ellos y les dijo - Ése debe ser el tren que has de coger, hijo. Svetlana asintió y añadió - Compórtate bien, Filipp. No hagas travesuras, y estudia mucho - mientras le daba tres sonoros besos en las mejillas.

Los tres se acercaron al tren, observando absortos la multitud, los cristales de la hermosa estación y la cantidad de magos y brujas que allí había. Filipp estaba nervioso, pero a la vez estaba emocionado. Descargó las maletas con la ayuda de su padre y las metieron en el tren. Tras despedirse de ellos se subió al tren por donde un estudiante mayor les indicó.

Había una multitud de niños magos increíble para él. Había conocido algunos, pero dónde él vivía eran casi todos muggles, por eso le sorprendió ver a tantos niños magos juntos. Vió que algunos tenían cromos de la sranas de chocolate. A lo mejor podría cambiar algunos de los que tenía repetidos con ellos. Tambión vió gatos, sapos, perros, etc... eso le encantó.
Buscó un compartimento libre y se sentó, dejando a su pequeña lechuza enfrente

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13/08/2012, 17:24
2ºS - Sam Seeworth

Sam estaba situada entre el anden 9 y 10, esperando que el revisor le hiciera la señal para poder pasar. Tras ella, no iban sus padres, si no uno de los mayordomos, con su maleta, su gato y lo necesario para empezar el colegio.

El revisor empezó a hacer gestos para que corriera para entrar por la pared. Sam arqueó una ceja y le dieron ganas de reirse de él. Sam no iba a correr hasta allí. Pasaría andando lentamente. Y así lo hizo, al igual que su mayordomo.

Al entrar vio muchísima gente, todos despidiéndose con abrazos, besos y lágrimas

Qué asco pensó mientras se obligaba a no hacer muecas de desagrado ante los demás. Muchos de ellos serían sus compañeros, no podía despreciarlos... No, no tan pronto.

Chascó los dedos y su mayordomo empezó a buscar un vagón libre, en el que subió las cosas mientras ella se quedaba en la puerta esperando que saliera. Cuando éste salió, Sam hizo un esfuerzo por sonreír.

Muchas gracias... No se cómo te llamas. Has sido un mayordomo decente. Como si hubieras sido un padre

Ante la cara de asombro del hombre, Sam no pudo aguantar las carcajadas, y entró en el tren, en el vagón donde estaban sus pertenencias, viendo qué compañeros de tren le había preparado esta situación

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15/08/2012, 14:11
Director

Todos los familiares de los magos despiden a sus hijos que van a viajar hacia Hogwarts. El tren por fin arranca en dirección hacia la Escuela de Magia y Hechicería y una sensación recorre el estómago de todos los chavales.

Por primera vez iban a visitar aquel castillo, un lugar lleno de emociones, de magia, de cultura y de muchas cosas por descubrir. Una escuela donde les enseñarían a ser poderosos magos y que les convertiría en unos grandes magos del futuro.

Finalmente el Exrpresso partió dejando a cualquier alumno que no se hubiera subido ya en tierra.

Notas de juego

Lo siento, pero os habéis quedado en tierra:
Asgard, James, Neil y Offiure. 

Así que os la tendréis que apañar para ver como llegáis hasta el castillo.

El resto podéis ir terminando de poner turno en los vagones. Y os voy a ir poniendo turno ya en el Sombrero Seleccionador.

Esta escena queda cerrada.

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17/10/2013, 05:17
Director

Una vez todos los alumnos han hecho sus compras y se han preparado para ir a Hogwarts, deben pasar por el Andén 9 3/4, para coger el expresso de Hogwarts

Para coger el Expreso Hogwarts que les lleva hasta Hogwarts, los estudiantes deben llegar hasta el Anden 9¾ de la estación londinense King's Cross. El Andén no está visible para los muggles. Para entrar has de correr y atravesar la sólida barrera entre los andenes Nueve y Diez.

Pasando el muro, se encuentra el andén y una placa de metal que reza "Anden 9¾".

Una locomotora de vapor, de color escarlata, espera en el andén lleno de gente, Un rótulo dice "Expreso Hogwarts, 11 h.". Hay una arcada de hierro que parece ser la taquilla, con las palabras "Andén Nueve y Tres Cuartos". El lugar está lleno de brujas y magos que despiden a sus hijos, con lechuzas y gatos entre todo el tumulto. También hay un revisor que avisa del momento idóneo para que los magos crucen la barrera.

El Expreso Hogwarts es un tren de pasajeros que recorre la distancia entre la estación King's Cross de Londres y la estación de Hogsmeade, cerca de Hogwarts. Hace este recorrido cuatro veces al año, y probablemente más veces, si es necesario. Lo hace el 1 de septiembre a las 11 de la mañana, desde el Andén 9¾, King's Cross, hasta Hogsmeade (llega al caer la noche). Muchos estudiantes cogen el tren para volver a casa en Navidad y vacaciones de Pascua. También lleva el tren de vuelta al terminar el colegio, en junio.

Notas de juego

Este post lo haréis para todos los personajes, pero aquí tampoco habrá interacciones entre los personajes. Eso lo haremos ya en el siguiente post.

Aquí rolearéis vuestra llegada al andén y la despedida con vuestros padres, familiares o tutores.

A medida que vayáis posteando os iré abriendo una segunda escena, que corresponderá al vagón al que entréis. Ahí será donde podréis relacionaros, ir conociendoos y demás. Para evitar líos, permaneceréis en ese vagón el resto del viaje. Antes de llegar al castillo os pondré otro post, así que aquí podéis aprovechar para ir conociendoos e ir haciendo vuestros primeros amigos (o enemigos) del colegio.

Los alumnos de primero decir que si aún no han completado las fichas, o no han posteado en las otras escenas que se den prisa. Si alguno de vosotros no postea antes del día 22, perderá el Expresso y tendrá que vérselas para poder llegar al castillo.

Los alumnos de segundo, recordaros que tenéis que "subir de nivel" a vuestro personaje y cambiarle el avatar a uno que se le parezca y que parezca que tiene un año más. Y os recuerdo que debéis avisarme por la escena adecuada de que ya habéis hecho los cambios pertinentes en vuestra ficha. Si esto no está hecho antes del día 22, perderéis el Expresso.

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17/10/2013, 08:37
1ºR - Byron Maxwell

Byron se acercó al andén acompañado de nuevo por el hombre alto, en sus brazos llevaba a puppy su nuevo cachorro de boxer que ahora dormía. Se había formado algo de cola, un par de familias habían llegado justo antes que él y ahora Byron observaba cómo pasaban uno a uno los integrantes de cada familia por el muro que le daría paso al andén 9 y 3/4. Emocionado y nervioso, allí conocería a otros niños con quien hacer amistad, o posiblemente le repudiaran como en todos los colegios por ser el listillo. Esperaba poder encontrarse a más como él. Miró al hombre y este le respondió:

- Tu primero, Byron. Voy detrás de ti.

Byron cogió carrerilla y corrió hacia el andén intentando contener la impresión que correr contra una pared siempre le daba. Por muy mágica que fuese. También puso la mano delante instintivamente. Pero nada pasó, como era de esperar, había pasado de un lugar a otro. Lo único que había pasado, es que puppy se había despertado con la velocidad. El andén 9 y 3/4 se mostraba ante él con gran multitud de familias despidiéndose. Byron observaba el Hogwarts Express con ilusión y asombro, tanto, que de no haber sido por unos reflejos muy buenos por parte de su acompañante, éste le hubiera arrojado al pasar por el muro.

- Byron! Casi te mato, no te pongas delante del muro, puede ser peligroso. Dijo mientras lo apartaba.

Byron asintió avergonzado. Era algo de cajón, pero se había emocionado tanto al verlo todo, que se había olvidado. El corazón le daba palpitaciones. Se acercó al tren y su acompañante le dió el equipaje. Se despidió con un simple:

- Espero que te vaya todo muy bien en la escuela Byron, si tienes algún problema, sabes como contactar conmigo.

Byron asintió y agacho la cabeza para despedirse, tenía en un brazo a puppy y en el otro el equipaje, así que no pudo siquiera darle la mano.

-Adiós.

Byron subió al express ilusionado.

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17/10/2013, 09:17
Out(H) - Árpád Fekete

Al llegar a la estación y ver que un gran número de los estudiantes llevaban consigo mascotas, Árpád se arrepintió un poco de haber decidido no comprar ninguna, pero era lo suficientemente orgulloso como para no decirle nada a Imara, su hermana.

Bien, ahora toca correr hacia la pared. Aunque... ¿Y si me equivoco de pared y no es esa? ¿Y si me choco? Ah, no, mira: acaban de entrar un niño y su padre por ahí, debe de ser esa. 

—¿Qué pasa? ¿Vamos o no vamos? Cualquiera diría que no te atreves —dijo su hermana en una voz demasiado alta para el gusto de Árpád.
—¿Cómo no voy a atreverme? —Árpád temía más que sus futuros compañeros de clase pensaran que era un cobarde a atravesar aquel muro, así que las palabras de Imara funcionaron como un interruptor muggle y el muchacho corrió sin pensárselo dos veces aquella pared. Justo cuando estaba a punto de atravesarla cerró muy fuerte los ojos y... ¡allí estaba! ¡Frente al expreso a Hogwarts! Segundos más tarde también Imara estaba allí.

 —Ojalá yo también hubiera podido venir a este colegio —dijo con un suspiro y algo de envidia sana—. Tienes mucha suerte, ¿sabes? En mi colegio en Eslovaquia los prof...
—Los profesores no se enteraban de nada y no se sabían bien los hechizos, me lo has dicho un millón de veces 
—interrumpió Árpád sonriendo—. ¡Y al final has terminado mejor que todos los demás hermanos!
—Te echaré de menos, hermanito 
—dijo mientras se le saltaba una lagruimilla. Se abrazaron, y finalmente Árpád entro en el tren, despidiéndose con la mano.
 

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17/10/2013, 12:14
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope caminaba muy erguida acompañada por sus padres, su abuelo y su buho Hefesto. El viejo Slytherin iba quejándose de su nieta por primera vez en la vida. ...mi vieja escoba. Yo no sé cómo la dejasteis que saliera de la tienda sin una Saeta de Fuego mínimo. A ver cómo entrará ahora en el equipo. 

El padre de Asterope, Adrien, un hombre con aspecto estrafalario y ojos saltones, iba a lo suyo, explicándole a su hija todo. Y ya verás ahora, hija. Tu primer viaje es importante. Conocerás a mucha gente que, quizá en un futuro, sean compañeros de trabajo o te ayuden a subir escalones. Hay mucha gente de buena familia, no lo olvides. Aaah, aquí estamos. El acceso al andén.

Asterope estaba aburrida por las continuas charlas de su padre y abuelo. Su madre evitaba hablar. El tumulto y el ruido no le sentaban bien a sus dolores de cabeza. La niña ya conocía todo lo referente al andén, aunque nunca había pasado por él. Miró divertida a un niño raro que no se atrevía a atravesarlo.

La familia Bletchley cruzó el muro y se encontraron en el andén. Asterope no dejaba de mirar a todo el mundo, aunque muy disimuladamente. Desde luego, era más interesante eso que escuchar a su abuelo y a su padre.

Y estudia, hija, estudia. Aunque tampoco mucho, no te conviertas en una ratoncita de biblioteca. Al final ya sabes que son más importantes las conexiones que hagas que lo que hayas aprendido. Asterope miró avergonzada a su padre. ¿Cómo podía decir esas cosas? Como no quería pasar más vergüenza, se despidió con un beso de su familia.

Madre, padre, abuelo. Os echaré de menos. Y rápidamente entró en el tren.

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17/10/2013, 12:38
Out(G) - Selena Mcgonagall

Selena llego a la estacion de Londres mediante un Traslador que habia hecho su padre desde su casa en las afueras hasta un lateral cercano a la estacion. Los coches muggles le parecian muy complicados decia aunque a veces los tenia que usar para pasar desapercibido en las investigaciones. Selena ya habia usado el traslador y le parecia una magia increible y divertida. La sensacion de ser agarrada por una cuerda y tirada hacia arriba era emocionante a la vez que unica. Al caer al suelo... aun no era capaz de aterrizar de pie como su padre tenia los brazos y piernas temblando aun por la experiencia. Por suerte esta vez su equipaje no salio volando y pudo mantenerlo en su mano.

Entraron a la estacion con los dos carros con equipaje, una lechuza, un fenix, su padre, su hermano, ella y un gato que iba subido encima de uno de los carros. En el suyo la lechuza iba haciendo ruido pero el fenix de su hermano tuvo que ser tapado para no alarmar a los muggles o eso decia su padre. Aunque la lechuza ya atraia mas de una mirada divertida y curiosa. Selena no podia mas que responder con una sonrisa amplia pues pensaba que ellos tenian envidia de su lechuza.

Llegaron al muro y vieron como iban entrando gente de Howards entre los andenes 9 y 10. Esperaron pacientemente y cuado no habia nadie por delante selena sin esperar y sonriendo de oreja a oreja se lanzo para delante - WIIII - Grito al llegar al muro, por desgracia habia tenido que cerrar los ojos pues fue algo instintivo. Estaba al otro lado mirando con cara tonta aquel espectaculo cuando entraron su padre y su hermano. Muchas otras familias se estaban despidiendo mientras los jovenes iban entrando en el tren. Habia de todas las edades y muchos tipos distintos de animales que habian visto en la tienda de mascotas. - Bueno chicos portaos bien y tened cuidado. Sabed que si haceis algo me lo diran pues tengo amigos aun entre los profesores. Dijo su padre con voz seria mirando directamente a Selena - no te metas en lios jovencita y estudia mucho. Intenta aprender algo de tu hermano si no quieres quedarte fuera del colegio y perder tu varita. - Selena le miro, siempre era ella la traviesa, su hermano listo y perfecto no. No la gustaba la idea de perder la varita asi que asintio en silencio. - Si papa, adios - dijo mientras daba un beso a su padre y luego un abrazo y un beso a la gata.

- Escribid pronto contandonos lo que haceis y aprendeis - Dijo su padre mientras subian las maletas al tren. Feliz comenzaron a buscar un hueco libre entre los vagones.

Notas de juego

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17/10/2013, 13:54
Out(R) - William Pollock

Después de una emotiva despedida en casa, en la que su madre había preparado una comida con sus cosas favoritas y una tarta de melaza, William se alejó de aquella pequeña casa donde había vivido siempre sin saber de la existencia de la Magia con un sabor agridulce. Por un lado estaba excitado, pero pensaba en los meses que pasaría sin ver a su familia, hasta Navidad al menos, y sentía un nudo en el estómago. Pero en los pasados casi dos meses había aprendido a tener confianza en su tía Etta; de alguna manera, ella inspiraba confianza. Y sus padres confiaban mucho en ella, y a pesar de que se les rompía el corazón al dejar de ver a William durante meses, sabían que el futuro que le esperaba era el más adecuado, y que la Magia podría ayudarle a tener una vida más cómoda que la que ellos podían darle. Al menos, en Hogwarts no tendría que estar contando el dinero para llegar a fin de mes. Su tía Etta se encargaba de eso: tenía unos ahorros para algún familiar que pudiera necesitarlo como le hizo falta a ella en su día; y eso recayó en Will.

Llegaron a King's Cross en un taxi, y la tía Etta se había vestido de la forma más convencional posible para evitar problemas, aunque siempre en sus tonos blancos, grises y violetas. Allí, con ayuda del taxista, pusieron su pesado arcón en un carrito y se dirigieron entre la multitud de gente hacia el muro entre los andenes 9 y 10.

Ya sabes cómo hacerlo, ¿verdad, cariño? —preguntó la tía, que se colocaba los guantes que tenía puestos.

¿Seguro que no hace falta nada más? 

La mujer negó con la cabeza y una sonrisa.

¿Y si me ven? 

Pensarán lo que tú habrías pensado hace dos meses. Que se han equivocado. Si no fuera seguro, no dejarían usar este sistema a niños de tu edad, cariño.

S- supongo... —acabó aceptando el pequeño primerizo, y miró hacia aquellos ladrillos. Respiró profundo y se dijo a sí mismo que ya había visto demasiadas cosas evidentemente mágicas como para dudar de una sola palabra de la tía Etta. Aunque era imposible quitarse esa pizca de amor propio que le gritaba que no hiciera el ridículo ni se abriera una brecha en la cabeza contra una pared de ladrillos obviamente sólida y duradera, empezó a correr con decisión, llevando el carro con su arcón lo más recto posible. No pudo evitar un pequeño gemido de dolor anticipado cuando estuvo a punto de contactar con la pared, pero la sensación de vacío y desorientación que tuvo al verse tras dos segundos, completamente indemne, y en aquel andén mágico, el 9¾, le cortó aquel sonido y le hizo marearse un poco mientras miraba alrededor.

Escasos segundos más tarde, la tía Etta estaba detrás de él, posando una mano sobre su hombro. 

Ya estamos aquí... —declaró la mujer, con una amplia sonrisa—. Mira cuántos niños que vienen con sus amigos y familiares.

William asintió, maravillado. Buscaba insistentemente niños de su edad. Esos serían sus compañeros de curso, aunque según le había contado la tía Etta, serían separados en cuatro casas según su forma de ser. Su tía miró el reloj enorme que había y se dio cuenta de que el tren partiría en breve, y aún tendría que buscar un sitio donde sentarse, y quizás tardara un poco.

Vamos, cariño —le dijo, y lo fue llevando hacia la puerta. Ahí, lo paró con un toque en la cabeza que se convirtió enseguida en una caricia que envolvió su cara. William esbozó una sonrisa algo triste y la miró mientras se acuclillaba frente a él—. William. No tengas miedo... Has nacido en una época muy buena para ser Mago, sobre todo para ser un Mago como eres tú, o como he sido yo. No tienes nada que temer. Idiotas habrá en todos lados, te aviso —apuntó, con el índice en alto y una sonrisa cómplice—, pero ignóralos. Tú eres tan Mago como todos los que están aquí, y quien te diga lo contrario solo tiene envidia de que tú tengas lo mejor de los dos mundos... lo cual es una tontería, porque yo creo que solo hay uno. No olvides eso, cariño —él asintió, pero por dentro se planteaba si podría verlo como ella en algún momento, realmente—. No te lo he dicho muchas veces, William, pero te quiero mucho. Y tu madre y tu padre te quieren muchísimo, ya lo sabes. Recuerda escribirnos cartas y mandárnoslas con las lechuzas de la lechucería, ¿eh?

Una lágrima empezaba a escaparse por cada ojo de la mujer y William se contagió. Sus ojos estaban vidriosos y las lágrimas empezaban a arremolinarse sobre sus párpados inferiores.

Te quiero, tía Etta. Dile a mamá y papá que no me olvidaré de ellos en Hogwarts. Tengo su foto conmigo, y la tuya también. Ésa en la que saludas —sonrió—. Me gustan las fotos que se mueven... Son mejores que las de siempre... —dijo, mientras una lágrima caía sobre sus labios.

Oh, cariño... —explotó la tía, abrazándolo fuertemente y hablando con la voz llorosa—. No digas tonterías. Claro que sabemos que no te vas a olvidar de nada. Son solo unos meses, y en Navidad estarás de nuevo con nosotros, ¿vale? Te mandaré más fotos, e intentaré hacerle una en movimiento a tus padres, pero no sé si se dejarán —dijo antes de posar un beso en su mejilla—. Tienen miedo de romper la Magia. Fíjate qué tontería. Pero todos sabemos que esto es lo mejor para ti... no te arrepentirás. Nos echarás de menos, eso sí te lo aviso. Yo lo pasé fatal el primer año y pensaba en irme, pero valió la pena quedarme. Recuerda eso, ¿vale?

El niño asintió.

Si os echo mucho de menos os mando mil lechuzas —dijo, y se echó a reír nerviosamente, pero algo más relajado. La tía respondió riéndose también y revolviéndole el pelo.

Venga, pequeño, ¡al tren!

William asintió, mirando a los ojos de su tía. ¿Cómo una mujer tan buena podía haber estado tan alejada de ellas todos estos años? Para protegerlos de la Magia, suponía; de saber cosas que no sabrían explicar y que no entenderían del todo si no lo vivían en primera persona, o aunque fuera a través de un hijo en el que confiaban ciegamente. Se dio la vuelta y empezó a caminar, pero se dio cuenta de algo.

¡El equipaje! ¡Pesa muc- ! —no terminó su frase. La tía ya lo había encantado para que lo siguiera y sonrió. Dio un último vistazo a Londres, a su tía, a su vida de siempre y se despidió con la mano. No solo de Etta, sino de todo a la vez, de sí mismo como un niño muggle con pocos amigos. Esperaba que abrazar su naturaleza mágica le ayudara a encontrar un lugar más cómodo en el mundo. Eso era lo que le hacía no salir corriendo, no caer en el dolor de esa despedida, lo que le permitía sonreír mientras subía los escalones del Hogwarts Express mientras un pesado arcón flotante iba tras su estela. En cuanto estuvo dentro echó el último vistazo a su tía Etta y no pudo evitar gritar.

¡Os quiero a todos! ¡Gracias! ¡Muchas gracias, mamá, papá, tía Etta! —dijo, llorando pero con aquella sonrisa, y su tía giró los ojos con esa expresión de incredulidad cada vez que William daba las gracias por lo que ella creía que era una obligación familiar. Pero no contestó, sabía que el niño lo necesitaba, que estaba lleno de emociones, y que así se sentiría menos culpable de dejarlos a todos atrás al ir a Hogwarts. William giró la cabeza. Solo pasillo, solo podía ir adelante. Y fue adelante.

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17/10/2013, 15:36
Out(S) - Lincoln Siral "Linc"

Lincoln bajaba las escaleras con Adolf mientras murmuraba -Malditos Muggles...- Se giró a Adolf -¿Que idiotas eh? no saben nada de lo que ocurre a su alrededor- Sonrió mientras les miraba, estaba claro que Linc se sentia superior a todos ellos, pero con razón, pues lo era y la varita que le había elegido era una muestra de ello...

Llegaron al muro entre los andenes 9 y 10, observaron que nadie les mirara y con un poco de impulso traspasaron el muro para llegar al famóso andén 9 y 3/4 -Por fín...- Fueron las palabras que salieron de la boca de Linc -Vamos, venga- Dijo sonriendo, sin duda le gustaba todo esto y por fin, mas magos y no tanto muggle, era lo que él quería, ser mas poderoso que los demás y en Hogwarts podía llegar a serlo.

Una vez en frente del tren cogió las malestas y el baúl para guardarlos en un lugar adecuado -Ya lo hago yo, que sino aún lo perderás- dijo burlandose una última vez de Adolf, éste no hizo gesto alguno a parte de apartarse y dejarle, Linc cogió las grageas que le quedaban y se dispuso a subir al tren pero un instante antes su guardaespaldas le paró -Señor Lincoln, disculpe- Dijo en un tonto serio, eso alertó a Linc que dió media vuelta en seguida mirándole con cara de no entender nada -Em... ¿Que pasa Adolf?- Adolf le miró y dijo -Su madre me dijo que le recordara que le mandara una lechuza cada día y que se acuerde de lavarse los dientes- La cara de Lincoln no tenía desperdicio -Tío... ¿enserio? mi madre es... aaaahh- Dijo poniendose las manos en la cara -si si... dile que le escribiré 1 vez a la semana y me lavaré los dientes, que esté tranquila- Rápidamente respondió Adolf -Cada dos días- Lincoln le miró anonadado -Cada 5 ¡y no bajo mas!- -Señor, cada 4 y ni para usted ni para su madre- Lincoln bajó la mirada pensativo... volvió a subirla y dijo -Si no fuera por los años que llevas en mi familia como guardaespaldas... vaaale vaaale, cada cuatro días- Dijo mirando con los ojos medio cerrados a Adolf -Bueno, me voy, nos vemos a la vuelta Adolf, cuidateee ¡y aprende a reir para cuando vuelva!- Mientras reía se metió en el tren buscando un lugar dónde sentarse, éste iba a ser su primer año en esta escuela, no sentía nervios, pero si ansias por conseguir el poder que tanto anhelaba.

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17/10/2013, 22:14
1ºH - Matthew Williams

Sali de Ollivanders con mi nueva varita más que satisfecho, jugueteaba con ella, y mi hermano enseguida me dijo que la guardara, así que le hice caso de mala gana.
No nos preocupamos de buscar a mi hermana, pues seguro que iría por su cuenta, era un tanto independiente, así que enseguida llegamos a la estación de King's Cross, esperamos pacientemente hasta que el revisor nos dio vía libre para pasar. Ya había ido un par de veces a despedir a mis hermanos, pero aquella vez era diferente, esta vez me iba yo.

Un sentimiento de tristeza me recorrió el cuerpo al ver a las familias despedirse, mamá tenía demasiado trabajo, así que no había podido venir, pero ojalá lo hubiera hecho... Tim debió notármelo en la cara, porque enseguida me revolvió el pelo como solía hacerlo y me animó un poco. Me dijo que era mejor que fuera conociendo a chicos de mi edad, así que me despidió al subir al vagón mientras él se dirigía a otra sección del tren.
Era un momento un tanto triste, pero estaba demasiado emocionado con el viaje para que la tristeza me durara demasiado, total, estaba acostumbrado a quedarme solo en casa. Así que corrí ansioso a ver a quien conocía en aquel vagón.

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18/10/2013, 09:37
2ºG - Noah

Un nuevo año empieza en Hogwarts y al igual que el año pasado llegué al andén 9 3/4 con tiempo de sobra para coger el tren.

Observo como algunos padres van a despedir a sus hijos mas al igual que el año pasado nadie vino a despedirme.

- Mejor, menos estorbo y menos vergüenza que pasar. - pienso al ver como algunas madres rompen a llorar como si sus hijos fueran a la guerra y no fueran a regresar.

Miro a Sinuhe, el cual va tumbado sobre mi maleta y le acaricio la cabeza.

- Allá vamos. - digo mientras me dirijo a la columna atravesándola nuevamente.

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18/10/2013, 10:57
2ºS - Morpho Venom

Cada vez notaba más el sudor de la mano de mi padre.

¡Qué asco! - pensé. ¡Encima no deja de apretarme más y más!

No creas que te voy a permitir que este año vuelvas con unas notas tan bajas como en primero, ¿me has oído?. Asentí sin decir nada. Más te vale estudiar más y jugar menos, de lo contrario te sacaré de esa escuela y te pondré a trabajar en un trabajo de esos que los muggles llaman contrucción, como un albañil, así, al menos, te dejarás la piel de tus manos.

Tenía que cerrar la boca y no replicar a mi padre, aunque deseaba poder decirle tantas cosas de desagrado...

Ya sabes por dónde tienes que pasar, no voy a acompañarte a ese dichoso tren, me das vergüenza - concluyó y se fue alejando.

Cuando sabía que no podía oírme ya:

Tú sí que me das vergüenza ajena, si mamá estuviese viva te habría dicho varias cosas - y una lágrima se deslizó por mi mejilla. Cuando crezca más seré yo el que... - hablé en un murmullo cerrando levemente los ojos, como fijándome en su espalda.

Me dí la vuelta y con paso decidido atravesé el muro y me monté en el tren.