Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Andén 9 y 3/4

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08/08/2012, 22:05
Director

Una vez todos los alumnos han hecho sus compras y se han preparado para ir a Hogwarts, deben pasar por el Andén 9 3/4, para coger el expresso de Hogwarts

Para coger el Expreso Hogwarts que les lleva hasta Hogwarts, los estudiantes deben llegar hasta el Anden 9¾ de la estación londinense King's Cross. El Andén no está visible para los muggles. Para entrar has de correr y atravesar la sólida barrera entre los andenes Nueve y Diez.

Pasando el muro, se encuentra el andén y una placa de metal que reza "Anden 9¾".

Una locomotora de vapor, de color escarlata, espera en el andén lleno de gente, Un rótulo dice "Expreso Hogwarts, 11 h.". Hay una arcada de hierro que parece ser la taquilla, con las palabras "Andén Nueve y Tres Cuartos". El lugar está lleno de brujas y magos que despiden a sus hijos, con lechuzas y gatos entre todo el tumulto. También hay un revisor que avisa del momento idóneo para que los magos crucen la barrera.

El Expreso Hogwarts es un tren de pasajeros que recorre la distancia entre la estación King's Cross de Londres y la estación de Hogsmeade, cerca de Hogwarts. Hace este recorrido cuatro veces al año, y probablemente más veces, si es necesario. Lo hace el 1 de septiembre a las 11 de la mañana, desde el Andén 9¾, King's Cross, hasta Hogsmeade (llega al caer la noche). Muchos estudiantes cogen el tren para volver a casa en Navidad y vacaciones de Pascua. También lleva el tren de vuelta al terminar el colegio, en junio.

Notas de juego

Continuamos con el tercer post de la partida. 

Este post lo haréis para todos los personajes, pero aquí tampoco habrá interacciones entre los personajes. Eso lo haremos ya en el siguiente post.

Aquí rolearéis vuestra llegada al andén y la despedida con vuestros padres, familiares o tutores.

A medida que vayáis posteando os iré abriendo una segunda escena, que corresponderá al vagón al que entréis. Ahí será donde podréis relacionaros, ir conociendoos y demás. Para evitar líos, permaneceréis en ese vagón el resto del viaje. Antes de llegar al castillo os pondré otro post, así que aquí podéis aprovechar para ir conociendoos e ir haciendo vuestros primeros amigos (o enemigos) del colegio.

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08/08/2012, 22:31

Caminaba silenciosamente al lado del mayor domo, mi tía no pudo ir a dejarme porque tubo que atender a sus negocios, aunque me resultaba difícil creerlo, me encontraba triste por eso, aunque no lleváramos la mejor de las relaciones, me sentía un poco desolada por ese inicio a mi formación mágica.

-Señorita Morgan – Decía ceremonialmente el hombre que andaba vestido completamente de terno y llevaba un monóculo, el llevaba toda la carga – Por favor siga las instrucciones de la maestra, evite hablar con extraños, evite comer cosas que no sean de su conocimiento, no vea fijam…

-Y que no respire también – Pensaba yo mientras me sumergía en mis pensamientos.

-¿Me ha entendido?... ¿Señorita?... – El mayor domo me miraba un tanto frustrado, había entendido que no lo estaba escuchando.

-Si… - Digo en con un hilo de voz que se pierde entre el viento.

Hacia bastante poco habíamos cruzado aquella pared mágica, lo cual me tomo al menos media hora creerle que había que hacerlo, y ahora me estaban sermoneando en frente al tren, aunque no duro mucho pues se fue a subir la carga.

Al terminar aquella misión, se acercó a mi y me quedo mirando de manera misteriosa, como si le recordara a alguien o algo, yo por mi parte desvié la mirada, no me gustaba que me mirasen fijamente. Sin decir ni una palabra mas, le di un abrazo el cual no fue respondido, pero si se sorprendió y me dirigí rápidamente al tren, buscando algún lugar donde sentarme. Me sentía temerosa, primera vez que andaba sola lejos del hogar y sabía que así, empezaba una nueva fase de mi vida. Finalmente encontrando un asiento, lo tomo de manera silenciosa y doy un suspiro.

Notas de juego

Primera? :3

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08/08/2012, 22:32
Out(H) - Oliver Blackwood

 

¡PAM!

¡Lo siento, señor!

Tan emocionado empujaba mi equipaje que había chocado con un pobre señor muggle que estaba esperando su tren en la estación de King’s Cross. Mamá se disculpó por mí mientras yo recogía la jaula del pobre Sr. Bigotes, que había sido catapultado dos metros adelante hacia los pies de una niña que lo miraba con ojitos.

Recogí al Sr. Bigotes e intercambié una rápida mirada con la niña, que seguía fijando su vista en MI gato. Temeroso de que me preguntase si lo podía acariciar traté de dar unos pasos atrás, pero entonces su penetrante mirada se fijó en mí y no me dejó ir.

- ¡Oliver! ¡Vamos a perder el tren! – se escuchó la voz de Papá, estricto como siempre.

Aquello me salvó, ¡gracias Papá! Encogiéndome de hombros y sonriendo con suficiencia a la niña me alejé para dejar al Sr. Bigotes en su sitio.

Llegados al momento de travesar la pared entre los andenes no tuve miedo alguno. Ya había hecho ese recorrido algunas veces cuando mis padres y yo habíamos acompañado a Zachary al tren. Pero esta vez era diferente, yo ya no acompañaba a Zachary sino que también era acompañado. ¡Por fin!

Una vez estuvimos en el andén 9 y ¾ Papá se puso sentimental y posó su mano sobre el hombro de Zachary. Le hizo una especie de discurso acerca de lo orgulloso que estaba de él y de que confiaba plenamente en sus capacidades y que sabía que sacaría unas notas excelentes. Él asintió enérgicamente y yo me sentí algo mal. Entonces Mamá se acercó a abrazarle y a darle besos mientras Papá se encaraba hacia mí. Su presencia imponente me hizo encogerme.

- Hijo – comenzó – Sé que esto es un gran cambio para ti, pero ahora vas a conocer a muchos otros niños que serán muy buenos en lo que hacen. Quizá no puedas brillar tanto como tu hermano, pero tu haz lo que puedas.

Las palabras de papá me sentaron mal, ¿por qué siempre me comparaba con él? ¡Ni que yo fuera inferior! Pude ver las caras de preocupación de Mamá y Zachary al mirarme cabizbajo. Mamá me abrazó y me besó, igual que a Zachary, y luego los dos nos fuimos hacia el tren.

- Oye, Oli. No le hagas caso a Papá, no sabe lo que dice – me consoló mi hermano mientras pasaba su brazo por encima de mis hombros – Seguro que llegarás a ser un mago increíble, no lo dudes.

G-gracias…

Llegado el momento nos separamos, ya que él iba a reunirse con sus amigos. Y yo me encontraba ahí, solo, sin saber bien dónde meterme. Ni siquiera llevaba conmigo al Sr. Bigotes, lo que me hacía sentir tremendamente solo. Pero yo no tenía vergüenza, nunca la había tenido, así que seguí avanzando dispuesto a conocer a alguien en aquel enorme tren.  

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08/08/2012, 22:35

¡No llegamos! Escucho gritar a mi padre mientras me quita el baúl de la mano según entramos a King Cross, para que pudiéramos acelerar un poco. Era una tontería, quedaba más de media hora para que el tren se fuera, pero como habíamos salido tarde de casa (debíamos haber salido con una hora...) para él íbamos muy tarde. 

Pero encima no servía de nada que me quitara el baúl. Mi madre le había echado tal cantidad de hechizos anti-peso y aumenta-espacio que no sabía ni cómo no explotaba. Había comprado un libro llamado "Cómo ser una buena madre maga: los 100 hechizos indispensables ahora que tu hijo empieza en Hogwarts" y se había puesto a practicar con todos en mi equipaje.

El problema vendría como se agotaran con el tiempo y a la vuelta me tuviera que apañar yo sólo con todos los trastos que me habían metido "por si acaso" y un baúl de tamaño normal. Además de eso, mi padre lleva mi mochila en la espalda (que en contra de sus deseos es de estilo muggle, aunque lleve otra en el baúl estilo mago "por si acaso") y a Nim en la otra mano, mi búho real.

Yo me encontraba detrás de él, ahora con las manos vacías y viendo como corría mientras mi madre y yo nos mirábamos y le seguíamos. Lo peor es que el que iba delante era el que no sabía cómo atravesar el andén.

Al final conseguimos entrar, y vemos el tren delante de nosotros. Era impresionante. Una locomotora como las de las películas, con su humo y todo. Y montones de niños de todas las edades. Los mayores que ya se conocían se saludaban unos a otros, contándose su verano. En cambio, los pequeños andábamos con nuestros padres, intentando hacernos a la estación. Los hijos de muggles eran los más graciosos, que muchos no sabían ni cómo funcionaba aquello.

- Sí, sí. Entran ellos solos. No te preocupes por nada que luego les ayudan allí. - escucho como le dice a una señora extraña mi madre*, con una niña pequeña pegada a ella, que tenía dudas sobre cómo funcionaba el tren. - No tienen que cargar con el peso. Aunque si quieres le echo un hechizo anti-peso a su baúl también. Solo tardo un momento, y el de mi hijo pesa lo mismo que si estuviera vacío.

¡Perfecto! Una manera de escaparme de mis padres antes de que empezaran con los abrazos, los besos y demás tonterías. Y como aquella niña tendría mi edad, no tendría ni que buscar amigos.

- ¡Ven, vamos adentro! - digo mientras tiro de la mano a la chica sin pudor. - Me ha dicho el hijo de los Stevenson que el mejor vagón es el último, que por algún motivo es más grande. Tenemos conseguirlo antes que él.

Papá, nos vamos a explorar, traednos el equipaje al último vagón cuando terminéis de hablar.

Notas de juego

*: Si algún hijo de muggle se da por aludido me vale. Si no es con una persona cualquiera.

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08/08/2012, 22:44

Entra en la estación de King's Cross junto a su madre y a su Tía Margaret para ir al andén 9 y 3/4. La estación está muy concurrida, más que el día que llegaron a londres para las compras. Y parece que hay niños empujando también carritos de equipaje, como ella, con equipaje raro como calderos o baúles. 

-Ahora cruzaremos una barrera mágica... tenemos que ir hacia ese muro de allí, con determinación. Iremos las 3 juntas.

Su madre y su tía empujan también el carrito para cruzar todas juntas la barrera. Cierra los ojos cuando van a chocar contra el muro que separa el andén 9  y 10 de la estación. Pero los abre temerosa al ver que no ha habido ningún golpe contra nada duro y que por poco no atropellan a algún chico algo mayor que también tira del carrito. Tía Margaret se disculpa y comienza a caminar hacia el tren.

-Ala... - susurra...

Tía Margaret se aleja un momento para saludar a una señora de su edad que seguro que acompaña a su nieto también y su madre se queda sola ante el peligro sin mucho que hacer salvo intentar mover el baúl. Le pregunta algo a una mujer que parece que sabe de que va la cosa y que va con un niño de su edad... al parecer. 

El niño sin previo aviso la coge de la mano y tira de ella, sin mucho esfuerzo, la verdad, hasta el último vagón sin tiempo a despedirse de su madre ni de su tía.

-Mamáaa...

Su madre sonríe mientras se acerca al último vagón junto a los padres del otro niño. Antes de que el niño consiga subirla al vagón consigue que su madre le de dos besos y se despida de ella deseándole lo mejor.

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08/08/2012, 22:45

Esa mañana Victor se despertó como si le hubieran tirado un balde de agua fria, si bien al principio se resistió un poco de ir a la escuela de mágia, o mejor dicho no se sintió comodo del todo, el viaje al Callejón Diagon lo había terminado de convencer.

Era una mañana como cualquier otra en King's Cross la gente se preparaba para ir al trabajo, o para viajar por todo el Reino Unido para visitar a sus familiares en otros puntos del país, pero cuando se miraba con delicadeza, varias se podían ver niños con baúles parecidos al de Victor, lechuzas, gatos, y algúnos tenían animales aún más raros como rátas.

Al llegar a la columna de marmol que separaba ambos andenes, su padre les explicó que debían darse contra el mismo para pasar al otro lado. Su madre fue la primera en hacerlo, y los ojos del joven no daban en credibilidad al ver como Mary Fisher desaparecía al chocar contra el andén.

Luego su padre lo miró, ambos agarraron el mango del carrito y corrieron hacia el andén, fue una milesima de segundo, porque cuando deberían haber sentido el choque la estación a su alrededor desapareció y apareció otro mundo ante sus ojos, lleno de mágos y brujas con sus hijos, muchos ya tenían las ropas del colegio, pero el joven para no levantar sospechas al principio seguía con los jeans y su buzo.

Luego se acercaron al tren, se pararon cerca de una de las entradas, y allí se despidió de sus padres.

Los voy a extrañar!

Los tres lloraban de la emoción, y de lo que se iban a extrañar los días siguientes, pero sus padres lloraban además por ver a su hijo cada día más grande, y porque sabían que lo que iba a vivir era único.

Nosotros tambien te vamos extrañar, pero también sabemos que vas a ser muy feliz en hogwarts, además siempre puedes escribirnos con las lechuzas del colegio, aunque eso no quita que enviemos al la pequeña Romm con algúna carta para ti.

Luego entre los tres subieron el baúl del joven al tren, y se dieron un beso de despedida, ahora Victor estaba empezando su aventura solo. El tren era de un pasillo chico, iluminado con lamparas antiguas, y a cada lado había como habitaciones separadas, el joven se acercó a una que estaba más libre y la abrió.

¿Buenas hay espacio para uno más?

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08/08/2012, 22:50
2ºH - Sara Lago

El profesor que me había llevado de compras se presento en el monasterio presentando unos papeles para mi adopción, ya me lo había dicho que esa sería mi tapadera en el mundo muggle y yo llevaba dos días que apenas dormia tratando de convencerme que no decirles la verdad a las monjas no era lo mismo que mentir... yo no quería mentirles en algo tan importante. Podía hacer travesuras pero nunca mentía deliveradamente y eso me estaba carcomiendo por dentro. No se si hago lo correcto al ir a la escula pero había otro asunto que incluso quería llamar todavía más mi atención, y eso era dificil, apenas sabía nada de mis padres pero ¿ellos tambien serían magos? solo sabía que me habían abandonado y nada más y quizás ahora podría averiguar algo más de ellos. ¿Como podía pasar por alto esa posibilidad? lo único que lamentaba era no poder hablar con las monjas para tomar una decisión pero el profesor había sido tajante sobre hablar con muggles de la escuela o la magia.

Una vez cruzo al anden con el profesor me indica que debo subir a un vagón para ir al colegio y se va por su lado ya que tenía cosas que hacer.

Miro a mi alrededor el bullicioso anden, vea donde vea niños con sus padres que me hacen sentir un poco más sola, cojo aire y me dirijo directamente a un vagón ya que no tengo nadie de quien despedirme.

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08/08/2012, 23:24
2ºR - Perry Ward

El día ha llegado, y en el andén, solo se ha presentado Perry con su padre, ya que aparentemente la madre tenía trabajo pendiente. -No se quien está más emocionado, tu o yo- dijo cuando miraba con curiosidad, buscando el andén indicado -Según tu madre, tenemos que atravesar la barrera entre el andén 9 y 10-

Gladius, el gato de Perry, iba en ese momento con un pelaje gris, quizas el viaje le emocionaba, o tal vez le daba nervios...muy de cerca a Perry, el gato iba caminando frente al carrito, donde el nuevo baúl del pequeño mago, y sus otras pertenencias, aguardaban a ser introducidas al expreso de Hogwarts.

Padre e hijo llegaron a la estación, y el vapor que salía de la maquina, adornaba el techo de un color gris claro. -Bien, supongo que no importa en que vagón subas, siempre y cuando estes arriba cuando marche la maquina- dijo el padre  con una sonrisa. El padre de perry lo ayuda a subir su baúl y una vez encima, padre e hijo se despiden con un abrazo. -Descuida, estaremos en contacto- dijo, y bajo del vagón. Para después esperan en el andén a el momento en que su hijo partiera a Hogwarts. Al sentarse, Gladius se acosto en su regazo, y por instinto Perry comenzó a rascarle detrás de las orejas, mientras por la ventana, sonreía a su padre, quien esperaba atento al momento en que su hijo partiera a Hogwarts

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08/08/2012, 23:59

Damian Vargadeen miró con una resplandeciente sonrisa bajo su mostacho a su sobrino.

-¿Verdad que es emocionante? -preguntó con su vozarrón.

El muchacho lo miró con cierta desaprobación. Su tío acostumbraba a comportarse como un chico hiperactivo, cosa que contrastaba enormemente con su espíritu calmado. Acababan de cruzar el muro entre los andenes nueve y diez sin problemas. Aquello no había sorprendido demasiado al muchacho pese a ser su primera vez. Estaba acostumbrado a los hechizos "llamativos" de su tío y a las pócimas de su tía. Solo se preguntaba qué ocurriría si algún muggle consiguiese cruzar la barrera.
 

-Querido, deberíamos ir dejando el equipaje de Arthur... -dijo Molly Vargadeen, su tía.

La señora y el señor Vargadeen hacían una peculiar pareja. Él, con su aspecto de leñador enorme y su vozarrón contrastaba enormemente con la mujer, bajita, delgada y con una voz suave y melodiosa. La señora Vargadeen tenía el cabello color avellana recojido en una coleta y los ojos de un azul pálido. Sin embargo, al igual que su marido, también tenía una actitud alegre y amable, aunque no tan escandalosa. Ambos habían dedicado su vida a la botánica ya desde su juventud (ya en Hogwarts fue en herbología donde consiguieron un T.I.M.O. cada uno).

-Claro, por supuesto -respondió el hombre cogiendo el enorme baúl con el equipaje del chico bajo un brazo como un tronco- ¡ánimo, Arty!, ¡va a ser fenomenal, ya lo verás!

Poniendo los ojos en blanco el jovencito siguió a su tío hacia el gran tren escarlata. Su mirada lo recorrió antes de plantarse frente a la escalinata. Aunque llegaba sin problemas, su tío lo aupó con tal ímpetu que casi lo hace caer. El matrimonio Vargadeen se turnó para abrazar y despedir a su sobrino, quien les correspondió sin mucho entusiasmo, pero igualmente sonriente. La verdad es que los echaría en falta durante las clases.

-No olvides mandar una lechuza de vez en cuando -dijo Molly con su encantadora voz- tenemos muchas ganas de saber cómo te van las clases.

-¡Y ten cuidado no vayas a perderte por los pasillos! -dijo su tío agitando la mano con fuerza.

Antes de que el muchacho pudiese retirarse a un vagón su tío sacó la varita y murmurando unas palabras mientras la golpeaba suavemente sobre el baúl hizo que este redujera su tamaño hasta equipararse al de una caja de cerillas.

-Toma, chico -dijo entregándosela- cuando llegues a la habitación solo tienes que decirle "mosquantum". Recuerda dejárla en el suelo antes no te vaya a aplastar, ¡jajaja!

Arthur la guardó en el bolsillo de su chaqueta y, tras un nuevo abrazo de su tía y bajo la sonriente mirada de su tío, por fin pudo retirarse a un vagón. Bajo el brazo llevaba algo de lectura para el trayecto. Buscó a lo largo del pasillo alguno que estuviese vacío. Quería un poco de tranquilidad.

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09/08/2012, 00:21
Out(R) - Colin Aldridge

 

Mamá me despertó ese día muy temprano por miedo a perder el tren. Ella y mi padre se pidieron el día de fiesta en el Ministerio de Magia para poder acompañarme en la estación. Eran alrededor de las diez de la mañana y ya estábamos allí, mi padre, mi madre, mi hermana y yo. Las maletas las hicimos el día anterior, entre mi madre y yo. Cuando estábamos entre el andén 9 y 10, mi padre señaló una pared. Yo le miré con cara de no entender nada, y vi cómo mi hermana desaparecía de repente al topar con la pared.

-Vamos Collin, lo haremos juntos –Me dice mi padre mientras me mira a los ojos sonriendo

Yo cojo bien fuerte el carro donde lo llevaba todo, miro a mi padre y nos dirigimos hacia la pared. Cuando me pensaba que nos íbamos a chocar contra la pared, aparecimos delante de una locomotora escarlata, y arriba en la pared había un número: 9¾ . Ese era nuestro destino. Había mucha gente allí, tanta que casi no podía pasar con mi carro, así que en cuanto vi un hueco me metí y me dirigí hacia una puerta para poder entrar en algún vagón. Antes de eso, solté el carro y me fui hacia mi familia a abrazarlos.

­-Todo irá bien pequeño­ – Me decía mi hermana. –No te preocupes cariño ya hablaremos por cartas – Dijo mi madre apunto de soltar una lagrima.

Tan solo faltaba despedirme de papá, y cuando iba a abrazarle y darle besos, se arrodilló un poco, para ponerse a mi altura y me dijo, con una mano en el hombro con confianza.

­-Hijo este momento es muy importante para mí. Mi padre cuando fui por primera vez a Hogwarts, me dio una reliquia de la familia. Es un pequeño reloj de bolsillo, con imágenes de tus padres y de tu hermana. – Mientras se saca el reloj del bolsillo y me lo va metiendo dentro de la palma de la mano. –Espero que lo cuides muy bien. Así te acordarás de nosotros siempre. - Termina con una sonrisa.

-Muchas gracias papá, lo cuidaré siempre. – Digo esas palabras mientras me guardo el reloj en el bolsillo y acto seguido lo abrazo con fuerzas.

Cuando ya estábamos despedidos, me levanté y empecé a cargar toda la carga en el vagón. Como no podía, mi padre utilizó un hechizo para que no pesara nada y poderlo llevar bien.

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09/08/2012, 01:05
Out(R) - Selena Green Lovegood

Selena apareció tras sus primos en el andén nueve y tres cuartos. Unos segundos más tardes, sus abuelos cruzaron. Los padres de la pequeña habían tenido que trabajar, pues ya eran muchos los magos que se habían pedido fiesta en el ministerio de magia.

En un principio avanzaron como un pack familiar, pero pronto los primos, que ya estaban en tercero y quinto, se dispersaron para reencontrarse con sus colegas, dejando a la niña con sus abuelos.

-Ahhh, te acuerdas de la primera vez que subimos al tren? Hizo memoria Elizabeth. Yo estaba impaciente por descubrir los secretos de Hogwarts y todo lo que lo rodeaba. La abuela bajó la vista hacia Selena y le sonrió al ver que tenía su misma expresión de hacía 40 años. Se agachó hasta ponerse a la altura de la pequeña y se desató el amuleto de madera que llevaba colgado. -Este colgante me lo regaló tu abuelo cuando empezamos ha salir. Me ha traído mucha suerte y me ha protegido durante largos años y ha llegado la hora de que lo lleves tu ahora.

La abuela le ató el colgante y la niña lo cogió con las manos y lo observó con mucha curiosidad. -Mu... muchas gracias, abuela Eli. Le dio un beso en la mejilla y un fuerte abrazo.

Seguidamente, se dirigieron al vagón que tenían más cerca y dejaron el equipaje listo. -Sobretodo no te metas en líos y estudia mucho! Le recordaba su abuela. -Toma, para el viaje y para que hagas buenas migas. El abuelo le tendió una bolsa con unas cuantas chucherías y ranas de chocolate.

Ambos se despidieron con la mano mientras la pequeña Selena subía al tren con dirección a Hogwarts.

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09/08/2012, 05:29
2ºG - Noah

Era momento de viajar y comenzar un nuevo capitulo de mi vida en hogwartz, esperaba que fuese tranquilo, ya habia tenido mucha emocion durante mi corta vida y ahora deseaba rodearme de libros y leer, una vida mas pacifica es la que encontraría ahora.
No fue difícil llegar, con mi mentor al lado fue todo muy sencillo, me explico como debo hacer y ambos cruzamos con total seguridad por aquella pared de ladrillos que termino siendo un manto de ilusiones y quedaba a un lugar lleno de brujos y magos, futuros también.
Se escuchaban las conversaciones de alumnos mas avanzados que estaban ansiosos por volver y la verdad eso me daba expectativas de que seria un buen lugar a donde me dirigía. Dando un rápido vistazo se podía ver alegrías, llantos y algunas amarguras, todas eran características de una situación por la que cual mago o bruja estaba pasando... y yo junto a mi mentor teníamos la misma cara de que nada nos sorprendía. Esperaba que este nuevo lugar renovara en mi los sentimientos de felicidad a pesar de que la conocí en pocas ocasiones.
Me despedi de mi mentor con un apreton de manos y me subi al tren sin mirar atras, ya me equipaje y todo estaba encima... Suspire un segundo y mire mi boleto buscando el lugar donde debia ir a sentarme para pasar unas cuantas horas mirando la nada o vaya saber que iba a suceder, ¿Hare mis primeros amigos? espero que si.

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09/08/2012, 08:44
Out(G) - Diana Salcedo García

Diana no había pegado ojo en toda la noche pensando en el viaje a Howgarts, había tenido varios sueños en los que llegaba tarde y el tren se iva sin ella, afortunadamente cuando se levantaba sobresaltada y miraba el reloj varias veces se daba cuenta de que aún tenía tiempo. Así que cuendo llegó la hora dió un brinco d ela cama se vistió en dos minutos y puso en revolución a toda su familia.

 En la estación repasó otras mil veces lo que llevaba de equipaje, para comprobar que efectivamente no le faltaba nada. En aquella ocasión le acompañaba no sólo su tía Angeles sino también toda su familia al completo, había sido imposible mantener a sus hermanas al margen, todos querían despedirse de Diana y ver el Anden mágico.

- ¿Donde está tía Angeles?- declaró nerviosa-No lo veo.

-Cariño, tranquilizate vamos muy bien de tiempo, mira-señaló un grueso muro entre el anden 9 y 10- está justo ahí.

La niña vio entonces a un hombre haciendo señas a una familia un tanto peculiar, cargada con una montaña de equipajes de lo más varipinto y una jaula con una lechuza coronando la cima, tenían que ser magos no cabía la menos duda. A continuación observó como cogían carrerilla y se abalanzaban sobre el muro, Diana estuvo a punto de emitir un grito de preocupación, pero sorprendentemente la familia al completo atravesó la gruesa pared.

- ¡Que guay!- exclamó su hermana Victoria- ¡Yo también quiero, vamos Diana!

En aquel momento el supervisor les hizo una señal para que fueran los siguientes. Sin dudarlo se dirigieron todos agarrándose unos a otros y tirándo del carro a la vez. Cuando atravesaron el anden y vieron el letrero  Anden 9 y 3/4 que indicaba que efectivamente habían entrado a otro mundo.

La familia Salcedo estaba encantada con aquella estación, todo rebosaba magia y era como estar en una película de época, con aquel tren echando humo por todos lados, sólo que mucho más exótica que cualquiera de las películas que Diana había visto, los magos vestían ropas muy vistosas y había artilugios y animales de lo más extraordinario.

 Cuando por fin llego la hora de subir al tren, Diana se despidió de toda su familia con tristeza y emoción al mismo tiempo, la más pequeña de sus hermanas se quiso ir con ella y se puso a llorar, pero consiguieron consolarla antes de que montara uno de sus berrinches más sonoros.

- Mucha suerte cariño, se prudente y aplicate en tus estudios- le aconsejo su madre- y escribenos de vez en cuando.

- Si mama- los besó a todos- cuidaros mucho.

Cuando Diana subió por fin al tren supo que ese fue el inicio de una emocionante nueva etapa de su vida.

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09/08/2012, 15:00

Fue un largo trayecto para llegar a destino, lo que produjo en el joven un poco de desazón, cosa que habitualmente sucedía cuando la ansiedad le atacaba por hacer, lograr o llegar a algún sitio y por razones ajenas a el, no podía avanzar mas rápidamente.

Su madre le acompañaba, algo distante, si expresión alguna del momento tan importante que estaba pasando por delante suyo. Edward acostumbrado a este tipo de actuaciones por ambos padres, no se preocupo mucho e hizo caso omiso a sus inquietudes para con ella, concentrándose en su lechuza la cual llamo Ébano, nombre contradictorio al color de la misma.

Al llegar al destino y cruzar al Anden 9¾, pudo observar asombrado la cantidad de estudiantes que allí habían, junto a sus padres, algunos le parecieron curiosos, otros un tanto comunes, pero ninguno le resultaba familiar, si conocía a uno u otro, no los recordaba.

Al terminar de observar la escena presente en dicho Anden, el joven volteo para despedirse de su madre, sorprendiéndole que esta ya le miraba fijamente a los ojos, le comento lo duro que podría ser esta experiencia, pero que también tiene muchas cosas buenas, pero lo que marco la conversación fue las preocupaciones de la misma sobre la forma en que debía contribuir a que la familia siga creciendo en la sociedad de magos y brujas.

Tras esto, Edward expresaba un aura ausente ya que sentía la tensión del deber y la obligación dejadas por su madre; subiendo al tren se volteo para mirar nuevamente a su madre en busca de algo de amor maternal, pero ya esta había desaparecido, lo que recordó su ultima frase -Hijo, debes llenar de honor y gloria con tus actos a la familia Malfoy- volteo nuevamente para continuar su entrada al tren y con aspecto ausente se esto en el primer asiento que pudo ver disponible.

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09/08/2012, 16:14
2ºH - Daphne Relish

Había muchos niños y niñas parloteando con sus familias y eso la incomodaba horrores

-Ten un buen curso y no nos avergüences-dijo su abuela con un tono dulce y afectado que contradecía la frialdad de sus palabras.

Lo suyo no eran las despedidas, y cuanto antes se colara en algún rincón todo sería mucho más fácil.

Besó a la señora Relish y ésta le ayudó a subir al primer vagon que pilló, donde se hizo un ovillito contra la ventana intentando no incordiar, intimidada por la cantidad de críos sueltos.

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09/08/2012, 17:35
Out(S) - Amon Engel

LLegamos a la estación de Kings Cross bien de tiempo, pero tampoco como para lanzar cohetes.

-Mira, a parte de los muggles, cuantos niños hay que van contigo- me dijo señalando a varios niños que iban "con disimulo" cruzando la pared entre los andenes 9 y 10.

Cuando llegamos, mi madre y yo nos lanzamos hacia la pared atravesándola, por mucho que estuvieras acostumbrado a la magia atravesar una pared siempre impresionaba, y al salir vimos ese tren espectacular que me llevaría mi colegio...

-Vamos, te ayudo con la maleta y cuando tengas un hueco te asomas- me dijo mi madre dándome un beso en la frente.

Comienzo a vagar por los vagones veo un compartimento en el que hay una niña con un libro tapándose la cara.

-¿Se puede?- al no responder, entro y me dirijo hacia la ventana y hago señas a mi madre, que se acerca.

-Bueno, ya sabes, esfuérzate y... ya te mandaremos tu escoba al colegio. Toma, para que te compres algo por el camino -dice mientras me da un poco de dinero- ahora siéntate, esperaré aquí al lado hasta que os vayáis.

-Vale- digo sentándome y viendo como mi madre me mira mientras habla con otras "madres", aunque algunas podrían ser bisabuelas o más.

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09/08/2012, 17:51

Nikolay miro el anden asombrado, con esos ojos que tenía, grandes y curiosos, su hermanoa le dio un golpe el la cabeza mientras se colocaba su bufanda de su "casa" y se despedía de su padre. Luego se dirigio al pequeño y se agacho.

- Estaré dentro, en algun vagon con los de mi clase, si necesitas algo avisame ¿vale? y buscate una novia, a ver si te quita esa timidez que tienes- Sonrió cuando Nikolay le enseño la lengua y le dio un tierno beso en la frente, era su hemanastra y la quería muchisimo igual que ella a él, permnecio viendo como entraba mientras su padre le ponía la mano en el hombro.

- Tu madre estaria orgulloso de verte aquí...- murmuro mientras me dejaba unas monedas- Para que compres algo dentro, y recuerda compartirlo, así se conocen buenos amigos. 

Un abrazo cariñoso y otro beso en la frente, Nikolay asintio a su padre y se dirigio hacia el vagoón, entrando en el primero que encontro y cargando con la maleta y la cesta en la que estaba Ulthen serpenteando.

Notas de juego

Notas:

la casa de su hermana dependera de en cual entre, tenía pensado que calleran en la misma, lo dejo a tu gusto master.

El dinero son unos no es demasiado, lo suficiente para algunas chucherias.

y una cosa, quizas podrias hacer tiradas y como somos tantos niños, hacer que algunos coincidames en algun vagon (posiblemente lo tendrias pensado es solo por opinar) así sera mas aleatorio con quien nos encontraremos

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09/08/2012, 20:29

Por fin el día había llegado, el 1 de Septiembre, que, marcado con un círculo rojo en el calendario de la cocina, marcaba el comienzo de una nueva (y emocionante) etapa en mi corta vida.

Al vivir en Cardiff, y aunque apenas era un viaje de 3 horas en tren, mis padres y mi abuela decidieron que nos hospedásemos la noche anterior en Londres, no fuera a ser que tuviésemos algún percance y yo no llegase a coger el tren. Así que ahí estábamos, a las 9 de la mañana, tras salir del hotel y apenas una hora después de que yo les despertase, nerviosa y exaltada, buscando un taxi que nos llevase a la estación de King's Cross, mientras yo no podía parar de dar vueltas sobre mí misma con la jaula de mi lechuza, Ozma, entre los brazos, en medio de la calle.
- ¡Es el día! ¡¡al fin es el día!! - a mi espalda, mi madre ponía los ojos en blanco mientras mi padre intentaba que no llamase tanto la atención, ya que la gente empezaba a mirarnos, sobretodo al verme con Ozma.

Finalmente una hora más tarde, pisábamos King's Cross, buscando, con mi baúl, mi mochila y la jaula de Ozma en un carrito, ése misterioso andén 9 y 3/4 que ponía en mi billete, y que no lográbamos ver en ningún sitio; aunque yo no paraba de pensar que era un fastidio que la abuela Elizabeth se hubiera olvidado de lo que le contó su madre al respecto, porque ¿y si llegaba la última? ¿y si no tenía asiento en ningún vagón? ¿cómo iría a Hogwarts? ¿vendría alguien a por mí?

Con ésas dudas, y tras haber hecho algo de tiempo, nos pareció ver como una familia, cargada con el mismo equipo raro que el mío, se dirigía hacia los andenes 9 y 10 y los atravesaba corriendo, a lo que yo miré a mis padres y encogiéndome de hombros, le dije a mi padre que fuéramos hacia allí. A ellos les había funcionado, ¿no?

Con algo de miedo, y todos juntos, mamá y yo con los ojos cerrados, corrimos hacia la pared de ladrillo, que atravesamos sin mucho esfuerzo, para nuestra sorpresa.
Tras cruzarla (acompañados de un respingo muy gracioso en la cara de mamá), llegamos al andén, donde una multitud de estudiantes con sus familias estaban despidiéndose o dándose la bienvenida, antes de dirigirse hacia un enorme tren de época (pero más bonito) que soltaba un humo blanco por su chimenea.

Entonces lo noté, la mano de mamá en mi hombro, aprensiva de dejarme ir, mientras papá le acariciaba la espalda para que se relajara y la abuela sonreía. Nerviosa, yo no podía parar de mirar alrededor, esperando no sabía bien a qué, y preguntándome si haría amigos en ése tren. Algunos otros estudiantes parecían igual de perdidos que yo, sin embargo, había otros que ya empezaban a relacionarse entre sí.
Tras abrazar a la abuela Elizabeth y prometerle que me portaría bien y que le escribiría todos los días, miré a mamá, que se agachó frente a mí y me estrujó en un fuerte abrazo, sin decir palabra, mientras intentaba no llorar.
Papá, por su parte, tras leerme la cartilla que mamá no me había leído, se rió y me cogió de la mano, mientras me decía guiñándome un ojo - Bueno, princesa, vamos a buscarte un vagón y a dejar éste baúl, que pesa muchísimo, no sé qué te habrá metido tu madre aquí... ropa para un regimiento por lo menos. -.

Subiendo al tren, y viendo, alarmada, que a pesar de que habíamos llegado pronto a la estación ya estaba casi lleno, dejamos mi baúl y antes de entrar en un vagón donde cupiese, se arrodilló para despedirse de mí, mientras me abrazaba y me daba un beso, antes de decirme, con la voz algo afectada - Cuídate mucho, y haz muchos amigos. Y escribe a menudo, que sabes que a mamá le gusta que le cuentes cosas de la escuela... ¡ah! y aprende mucho, que luego en Navidad tendrás que enseñarme todos ésos trucos que os enseñen... te queremos, princesa, ¿lo sabes, verdad? - a lo que yo, aferrándome a su chaqueta, sólo pude asentir, - bien, por si acaso... tú no te preocupes por nosotros y pásalo muy bien. Te he comprado algunas chucherías de las que te gustan, y algo de dinero de lo que sobró de tus compras, tu madre te preparó ayer una fiambrera con algo de tarta de manzana, y un par de sandwiches, por si te entra hambre... come algo, que apenas has desayunado. - y levantándose, me dio otro abrazo antes de ir con mi madre y mi abuela, que me despedían con la mano, cerca del tren.

Con tristeza, me quedé de pie un rato más contra la ventana, antes de entrar al vagón elegido.
- Hola, ¿queda algún sitio libre? -

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09/08/2012, 23:25
2ºS - Morpho Venom

Allí me encontraba...Mi padre me acompañó hasta la estación, pero nada más.

Así que ya sabes, baja ahí abajo, observas bien y te diriges hacia donde van todos los chicos y chicas de tu edad. Verás que desaparecen en un muro entre el andén 9 y 10. Es ahí donde tienes que ir. Notarás una sensación rara. Bueno, no me hagas perder más el tiempo. Te espero en Navidad...

Vale - le contesté, aunque él no sabía que mi intención sería de no regresar hasta el final del curso.

Me adentré en la estación. Estaba repleta de gente de todo tipo, trajeada, andrajosa, muy extravagantes...Pero me sorprendió que había muy pocos niños y niñas de mi edad...

Juraría que mi padre me había dicho todo lo contrario...

Miré el reloj de King's Cross y cuando marcaba las 10:50, entendí el motivo de que apenas hubiera gente de mi edad. ¿Mi padre me había traído tarde a propósito?

Corriendo cuanto pude, pues el baúl pesaba bastante, llegué hasta donde me indicó antes y, claro, como no había en ese momento nadie por allí, no pude ver cómo se adentraban por ese muro. Me armé de valor y corrí, apreté bien los ojos y cuando noté una angustia en el estómago que duró a penas 2 segundos, alcé la vista y me encontré ante el tren que me llevaría a Hogwarts.

Me monté en el primer vagón que ví y empecé a observar con cierta reticencia al resto de los que podrían ser mis nuevos compañeros del primer curso...

 

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10/08/2012, 02:06
Out(R) - Gwendoline Dacey

Cuando llaman suavemente a la puerta del dormitorio, Gwendoline tiene los ojos bien abiertos. A decir verdad, no ha dormido nada en toda la noche.
No es tanto por los nervios, sino porque desea aprovechar cada segundo antes de marcharse. Su madre parece leerle la mente cuando baja a desayunar:

No pongas esa cara, que no es el fin del mundo... — y le sirve tantas cucharadas de huevos revueltos que Gwendoline cree que podría compartir su desayuno con medio tren, de camino al colegio.

Por algún motivo a su padre le resulta gracioso todo aquello, pues no puede reprimir una sonrisa al beber un sorbo de café. Gwendoline frunce el ceño, malhumorada.
Ewan, fastidiado por tener que madrugar tanto en sus últimos días de vacaciones, no deja de pincharla de todas las formas que se le ocurren, hasta que su madre ha de poner fin a la guerra. Si no se dan prisa, acabarán perdiendo el tren.

Este es uno de los pocos momentos en los que la familia se permite utilizar la magia en casa. Su hogar está demasiado lejos de King's Cross como para llegar por otros medios, por lo que usan la red flu. Como su madre trabaja en el Ministerio de Magia y casi todo el mundo la conoce allí, tienen permiso para aparecer en ese lugar. Desde allí, se desplazan en uno de los dos coches de la familia hasta la estación.

La marea de gente que circula por los andenes, lejos de resultar un inconveniente, es perfecta para un mago que pretenda pasar desapercibido. Entre toda la confusión, nadie parece darse cuenta de aquellos que se lanzan hacia la pared de ladrillos entre los andenes 9 y 10.
Gwendoline creía que aquello de estamparse contra un muro para tener acceso al tren de Hogwarts era sólo una broma, así que no da crédito a sus ojos.
Sus padres quieren que pase ella en primer lugar, cuando le den la señal.

No puede evitar imaginarse chocando contra la pared y rompiéndose la nariz (o algo peor). No obstante, cierra los ojos, respira hondo...  con algo de decisión —y un empujoncillo de su padre— pasa al otro lado sin ningún problema.

La escena en el Andén 9 y ¾ no difiere demasiado de la del resto de la estación, salvo por la cantidad de chiquillos y jóvenes magos que se agolpan junto al tren, rodeados de baúles, escobas y jaulas con animales de diversas clases. Algunos de ellos llevan la varita en la mano y la exhiben con orgullo.
En este lugar pueden mostrarse tal y como son, no necesitan ocultarse entre los muggles, por lo que deben sentirse libres. No obstante, Gwendoline se siente como una extraña.

Mientras observa todo aquello, absorta en sus pensamientos, no se da cuenta de que está obstaculizando la entrada al andén, por lo que su madre consigue esquivarla por los pelos cuando cruza llevando a Ewan de la mano. Sonríe con indulgencia poniendo los ojos en blanco y le indica que deben apartarse si no quieren ser arrollados cuando su padre pase con todo el equipaje.

Una vez están todos reunidos y Gwendoline tiene su billete, llega el momento de las despedidas. Con Ewan es sencillo, puesto que parece contento de perderla de vista, o al menos no demuestra lo contrario.
Su padre le revuelve el pelo cariñosamente y ella finge que le molesta, aunque en realidad sabe que echará de menos estos gestos cotidianos.

Estamos orgullosos de ti, Gwen. Sé que ahora no estás demasiado ilusionada, pero me apuesto cincuenta cajas de grageas Bertie Bott a que a antes de navidades ya has cambiado de parecer —asegura su padre, guiñándole un ojo.

Gwendoline no está demasiado convencida de ello, pero asiente con una media sonrisa.

Trato hecho. Si gano la apuesta al menos podré atiborrarme de grageas hasta fin de curso. 

Su madre está haciendo un tremendo esfuerzo por contener las lágrimas cuando apoya las manos sobre sus hombros y le mira a los ojos. Quiere que le preste atención.

Gwendoline, probablemente ésta sea la mejor época de tu vida. Aprovecha cada segundo al máximo, porque estos años pasan mucho más rápido de lo que ahora crees, y lo digo por propia experiencia —le aconseja su madre, con una expresión extrañamente seria en ella. Después recupera su forma de ser habitual— Bueno... ¿seguro que llevas todo? Si te has dejado algo tendremos que enviártelo vía lechuza, y eso es un engorro.

Y después de que su madre enumere casi por completo todos los elementos de su equipaje para asegurarse de que no olvida nada, de abrazos, besos y recomendaciones, Gwendoline comprende que ya no puede demorar más su marcha. Con un suspiro de resignación, sube al tren.