Partida Rol por web

Esta vez el comedor estaba distribuido de la misma forma que en el Baile de Halloween; las mesas que separaban a los alumnos por casas se habían retirado para dejar todo el espacio para el evento. Se habían pegado a las paredes y se habían provisto de todo tipo de dulces y alimentos navideños.

La decoración estaba compuesta por grandes árboles navideños, guirnaldas de acebo, muérdago y témpanos de hielo que en lugar de generar frío, lo que hacían era calentar la gran sala.

Las velas decoraban la estancia haciendo que las estatuas de hielo y las bolas navideñas brillasen iluminando toda la estancia. Multitud de hadas volaban por la zona esparciendo una serie de polvos dorados y plateados. Los elfos domésticos iban paseando entre los alumnos entregando objetos navideños, así como dulces y grageas de todos los sabores. Las ranas de chocolate saltaban de lugar en lugar y otras incluso parecían volar junto a las hadas.

En el lugar que correspondía al estrado de los profesores estaba una de las bandas más famosas del momento. "El Mago Navideño". Un hombre de barba oscura, con un gorro atiborrado de estrellas plateadas, junto a tres gnomos y un centauro que tocaba el arpa. Su música inundaba la sala donde poco a poco los alumnos de todas las casas y todos los cursos iban llegando. También habían asistido todos vuestros profesores, la profesora Lovegood bailaba con el profesor Scammander, Longbottom parecía charlar amigablemente con el director Lupin, y el resto bailaban con unas u otros.

Al fondo de la sala, flotando con luces brillantes y sostenidos por unas pequeñas estrellas doradas estaba la clasificación general de los alumnos.

Durante algún determinado momento de la noche, el director Lupin hizo que la sala se silenciase. Tenía una cosa muy importante que decir. Tenía que entregar la Copa de la Casa. Así que señaló a los cuatro gigantescos relojes de arena que había en lo alto de la pared principal del Gran Comedor.

Cada uno de ellos había estado lleno de diferentes piedras preciosas, Rubíes de Gryffindor, topacios de Hufflepuff, zafiros de Ravenclaw y esmeraldas de Slytherin, por cada punto que ganaba y perdía un alumno, una piedra caía o se retiraba del reloj.

Buenas noches, queridos alumnos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, como bien sabéis, la Copa de las Casas es un premio anual de Hogwarts. Es dada al final del año a la casa con más puntos obtenidos. Los puntos son dados por los profesores y prefectos en todo el año por responder correctamente preguntas y por buenas obras, así que vamos a proceder al recuento total de los puntos de cada casa.

¡Así que me complace felicitar a la casa de nuestra querida subdirectora, Luna Lovegood, pues sus alumnos de Ravenclaw han sido los que más puntos han obtenido!

Está claro que "una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres", y en resumen que la inteligencia, curiosidad y sabiduría y una mente dispuesta. son las mejores armas para ganar la Copa. ¡Buen trabajo, sí señor!

Y como muestra de semejante hazaña, me gustaría nombrar a la mejor alumna de todo primero, nuestra querida Selena Green que junto a Diana Salcedo nos van a mostrar un espectáculo de duelo mágico. ¡Chicas por favor, mostradnos lo que habéis ensayado!

Perdida de la vida y por el caos que la aturullaba, Daphne llegó al Gran Comedor tirándose de lo que momentos antes había sido un bucle y  ahora no era más que un mechón ondulado. 

Miró a su alrededor y, discretamente, como quien no quiere la cosa se apoyó en la pared de uno de los laterales, disfrutando del ambiente e intentando desintoxicarse de malos sentimientos malrolleros.

Oliver estaba al pie de la escalera, vestido con su túnica de gala, dedicándose a enroscar sus dedos en la tela, de forma inconsciente. Lo cierto es que, por alguna razón, estaba nervioso. Llevaba un rato paseándose de un lado a otro de la entrada del Gran Comedor, resoplando de cuando en cuando, con un pellizco cogido en el estómago.

Menuda tontería Oli. Sólo es un baile, no entiendo por qué te pones así.

Hoy incluso se habia peinado y acicalado para la ocasión. Y lo cierto es que estaba muy contento con su aspecto en general. Le hacía parecer importante.

De cuando en cuando miraba hacia las escaleras, hacia la entrada, hacia todas partes, como si estuviera buscando algo... o a alguien. De hecho, estaba tan enfrascado en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que Daphne estaba allí, entre la gente que se comenzaba a agolpar en el Gran Comedor, y cuyo barullo lo invadía todo.

Resopló una última vez, impaciente. ¿Pero cuándo iba a llegar? ¿Y si había decidido dejarlo plantado?

Oli, cállate y deja de pensar.

Diana se había retirado unos minutos hacia la sala común de Gryfindor, en su casa tenían la costumbre de celebrar la Navidad llevando un accesorio rojo,de manera que cuando volvió al comedor se había cambiado de ropa. Eligiendo un vestido rojo y blanco a juego con una diadema roja en forma de mariposa que le había regalado su tía Angeles. Lo había estado reservando para un día especial y aquel día estaba perfecto, se encontraba en un castillo mágico, acababa de aprobar los exámenes, estaba rodeada de sus amigos ¿Que más podía pedir?

De manera que se dirigió a la mesa de Gryfindor para tomar un poco de zumo de calabaza y esperar a que el baile comenzara.

A Gwen se suponía que le daba todo igual... pero no era así. Le gustaba llamar la atención y que la adulasen por eso desapareció sin decir nada del Comedor y apareció vestida de un deslumbrante color esmeralda de pies a cabeza... añadiéndole unos tacones color crema y una chaqueta. Parecía tener más edad que al suya, pero eso a ella no le importaba mientras estuviese más deslumbrante que TODAS las demás.

Con altanería y andando con la elegancia de una gacela se fue hacia la mesa de Ravenclaf para esperar la inauguración de aquel baile.

Diana, mientras charlaba con sus compañeros de casa fue testigo de la repartición de puntos y las notas de los alumnos, al final no habían salido tan mal parados. Y sólo cuando el director comentó lo del duelo se acordó de que había acordado hacerlo con Selena.

- Vaya- dijo echándose las manos a la cabeza- es verdad, ya ni me acordaba...- se miró el vestido y arrugó el ceño- no tengo tiempo de volver a cambiarme... pero bueno no pasa nada- se levantó para coger el saquito que se había traído al principio lo abrió y le dijo a Eli- ¿Me echas una mano? Voy a ponerme esto por encima de la ropa.

Se trataba de un disfraz echo con papel, cartulina y pegamento coloreado de rojo.

Diana, tras forcejear con aquella manualidad consiguió ajustársela con la ayuda de su amiga a la que le tendió la diadema para poder ajustarse la cabeza del dragón, una vez conseguido sonrió a sus amigos y se dirigió hacia la mesa de Ravenclaf para buscar a Selena y comenzar la exhibición.

Selena estaba radiante. No por su vestido, que no desatacaba como el resto de chicas, sino por su estado de humor. Acababan de declarar que Ravenclaw había ganado la Copa de la Casa y ella era la primera del primer curso!

Estalló de alegría y abrazó a sus compañeros, tanto de primero como de cursos superiores, disfrutando de la victoria. Esa noche, comería muchos dulces para celebrarlo. Pero antes tenía que hacer una cosa que hacer.

Cuando Diana se acercó, la pequeña cogió su varita y ejecutó el Artifficus para cambiarse a su disfraz. Una gorrito azul con unos ojos exageradamente grandes apareció en la cabeza de la Ravenclaw, seguido por un vestidito con tentaculos colgando del mismo color que el gorro. Era un homenaje al calamar del lago de Hogwarts.

-Hey, pues sí que parece un dragón. Elogió el disfraz de la leona, a la que siguió al centro del Gran Comedor para tener espacio. Sacó su varita y asintió con la cabeza, sonriendo. -Cuando quieras.

-¿Te gusta?- dijo Diana orgullosa y más feliz que una perdiz cuando su amiga le alabó el disfraz que con tanto esfuerzo había elaborado en un tiempo record- pero el tuyo es mucho mejor vas a tener que enseñarme a hacerme uno para el año que viene- le sonrió mientras caminaba a su lado y se desprendía algún que otro resto de dragón escarlata al andar

Una vez en el estrado ambas niñas saludaron a los profes y Diana con su eterna sonrisa y tras colocarse bien la cabeza de dragón, que tenía la manía de caérsele sobre los ojos... sacó la varita y apuntó a Selena.

- ¡¡FLÁMATTE SELENA!!- exclamó al tiempo que la varita se iluminaba con un destello blanco que tenía como objetivo cegar a la niña calamar

Como era de esperar, Diana cegó a la Ravenclaw con sus "llamaradas". Sobreactuando, Selena se sacudió como si temblara de miedo, dejando que sus tentáculos fueran de un lado para otro.

Entonces se puso ella manos a la obra.

-Aquus Guinae. Gritó alzando la varita delante suya.

Saliendo de su varita , el agua se concentró en una esfera del tamaño de un orbe.

Una vez la esfera estuvo formada, Selena siguió arrojando agua a su interior con unos ligeros movimientos de muñeca, como si estuviera dibujando.

Cuando acabó con lo que estaba haciendo, la niña hizo un gesto con la mano libre a su compañera, para indicar que estaba lista.

La Gryffindor hizo el amago de volver a "lanzar" una llamarada pero antes de que ejecutara el hechizo, la pequeña Ravenclaw pinchó la esfera con su varita y de ella salió una ave hecha de agua que se abalanzó sobre el dragón.

Parado en las puertas dobles que daban acceso al Gran Comedor, aún vestido con el uniforme de clase y con el sombrero entre los brazos, Mircea ve como parejas mayores van entrando al recinto. Era curioso ver como los más pequeños entraban por separado y solo los más mayores se encontraban en la entrada para hacer su aparición juntos. Buscó a sus compañeros de casa y a los demás alumnos de primero, pero había tanta gente que le resultó imposible localizar a ninguno.

Esperó a escuchar lo que el director tenía que decir y ver como concedían la copa a los Ravenclaw. Al menos no habían quedado últimos... Parco consuelo para un niño al que no le gustaba perder.

Iba a irse cuando escuchó que Selene y Diana iban a hacer una demostración. Cuando acabara, se marcharía con dirección a la biblioteca a buscar libros para llevarse durante las vacaciones navideñas.

Diana abrió los ojos como platos cuando Selena realizó aquel conjuro, ¿Cómo demonios había aprendido a hacer eso? La niña fue consciente de que el agua en forma de águila caería inexorablemente sobre ella, pero ni echaría a correr ni se quedaría de brazos cruzados. De manera que se decidió pr realizar el único conjuro que dentro de sus posibilidades, podría ayudarle a mitigar el impacto de semejante exhibición.

-¡DISTTENDIO!-exclamó con toda la convicción que pudo reunir mientras el agua comenzó a cernerse sobre ella

Llegué al gran comedor de nuevo y todo estaba abarrotado, con mucha gente festejando y los profesores bailando. Había visto las notas en la Sala Común y no me podía quejar, todo aprobado aunque en realidad esperaba un poco de mejor nota en Encantamientos, en fin, otra vez sería.

Al llegar, con la túnica de gala pues era un baile y había que ir algo "arreglado" vi a la niña mimada de la directora haciendo hechizos de duelo. ¡DE DUELO! ¡Y ESTABAN PROHIBIDOS FUERA DEL AULA!

Negaba con la cabeza mientras miraba para ver si veía a alguien con quien soliera hablar y ahí estaba Daphne. Pasé junto a Diana saludándola con una sonrisa antes de dirigirme a la chica de Hufflepuff.

-Hola Daph -dije sonriendo. No iba a mentar las notas ni nada, pero podría intentar distraerla- ¿tomamos algo? -y la ofrecí el brazo como mi madre siempre me decía que tenía que hacer.

Daphne observaba arrugando ligeramente la nariz por el disgusto, los hechizos de duelo debían hacerse en duelo, recordaba como se habían quitado puntos a su casa por hacerlo en el exterior. ¡En el exterior! ¿No era más seguro hacerlo fuera que ahí en el Gran comedor? Negó con la cabeza sumida en sus pensamientos cuando una vocecilla extrañamente cercana la interrumpió, alzó la cabeza y ahí estaba Amon con su carita redondeada y feliz ofreciéndola el brazo como un minicaballero.

-Hola Amon- saludó tomando su brazo cortés. Si la vieran sus abuelos bien podrían estar orgullosos de la pequeña- Yo solo venía.. a mirar pero me vale- sonrió titubeando y miró el área donde las gotitas de agua caían como si estuviera lloviendo dentro del Gran Comedor- ^{_{mejor por ahí no-}} musitó a sabiendas de que acabaría besando el suelo si pisaba suelo mojado.

-Nada, tranquila -dije mientras la llevaba hacia un lugar lejos de las chicas que hacían hechizos de duelo- es la enchufada, así que no la dirán nada, ¿qué te apuestas? pero si es así iré a la Profesora Green de Encantamientos, que a ella no se le caen los anillos por quitar los puntos que se deberían de quitar y por imponer el castigo que sea pertinente.

La llevé hacia una de las mesas y cogí un par de vasos- ¿qué quieres beber?

-a mí esa profesora me da miedo...-admitió en voz baja la niña mientras acompañaba a Amon que, diligente y encantador tomaba unas copas para servir la bebida- ¿eso es cerveza de mantequilla? Dicen que en Hogsmeade se sirve la mejor de toda Gran Bretaña...

Después de ver las clasificaciones, de mis notas, y teniendo en cuenta que me pase mes y medio holgazaneando, y al menos otro mes y medio metiendo las narices donde no me habían mandado... Había salido bien parado en puntos, y en calificaciones. Así pues, después de los exámenes, había recogido mi bolsa de piel negra y había subido hasta la habitación, donde había dejado a Noah La Rata en su jaula, y me había deshecho de la vestimenta. No lo negaré, estaba nervioso, y contento, arreglándome para el baile, recordando todos y cada uno de los consejos que mi abuelo me había ofrecido para ocasiones como esta.

Y el ultimo de los detalles, era combinar la corbata con el vestido de tu pareja. Y yo, con la emoción de los exámenes, había olvidado preguntarle de que color llevaría el vestido Gwen. Así, ni corto ni perezoso, comienzo a coger docena y media de corbatas, de distintos colores, y todos con el mismo patrón que el traje que llevaba: Liso.

Unos zapatos lustrados, un pantalón de tela negro liso, cinturón de piel, camisa de un color perla impoluto, una chaqueta americana a juego con el pantalón, un buen peinado, mi mejor sonrisa y docena y media de corbatas que llevaba en la mano.

Bajé hasta el Gran Comedor, ensayando algunas de las frases que mi abuelo había inculcado para estas situaciones y que en la fiesta de Halloween no pude practicar. Y finalmente, asomo por al Gran Comedor, buscando a Gwen con la mirada, con cierto disimulo.

Entre otras, porque no quería que nadie me viera sin corbata.

Y al ver a Gwen, me quedo sorprendido. Parecía mas mayor que los demás... ¡parecía... de tercero como poco! Acierto total, Johnson Pensé, mientras me escondía tras una columna, y me anudaba la corbata con practica y estilo. No tarde en apretar el nudo contra la garganta, carraspeando y comprobando que aun no me había estrangulado.

El problema eran el resto de corbatas. Así que tras mirar a ambos lados del pasillo, deje el resto de corbatas sobre una repisa en alto, a escondidas. Ya las recuperaría después, mi pareja, me estaba esperando. Y hecho esto, entro en el Gran Comedor, alzando el mentón, orgulloso, con paso elegante que correspondería a alumnos más mayores que yo.

Me acerque a la mesa de Ravenclaw, parándome junto a Gwen, mirándola. Gwen. Estas increíble.  Le felicite, con una media sonrisa. ¿Te importa si me siento contigo? Le pregunto, para acabar de ver el duelo con ella.

Llego al Gran Comedor cuando Selena y Diana empiezan a lanzarse conjuros de forma misteriosa.

- Mujeres ...

Luego simplemente me siento cómodamente a ver el espectáculo que los alumnos van a ofrecerme pues sin duda alguno habrá que dé un auténtico espectáculo con pisotones y espero alguna caida o algo mejor.

Tras haber terminado todos los alumnos en hacer sus exposiciones y terminar con las recuperaciones, me fui a la sala común, junto con los de Ravenclaw, para cambiarnos y ponernos guapos para el baile que nos tocaría hacer dentro de poco. Fui a mi baúl y cogí un paquete bien plegado que mis padres me enviaron para esta ocasión. Era un traje elegante* y a su vez juvenil y por eso me encantó. Una camisa blanca, con una americana de color negro con un brodado de color blanco con la inicial de Ravenclaw y una C. C de Colin. Con unos botones negros perfilados con color blanco mate daba un poco de color en la parte de atrás. En la parte de abajo, unos pantalones tejanos largos que daban un toque juvenil a ese traje.

Salí de mi habitación y me fui hacia el gran comedor. Entonces los profesores lo remodelaron y pusieron cosas para el baile, algo más divertido que no la sala esa de recuperaciones. Estuvimos un rato charlando los de Ravenclaw excepto Selena, que junto con Diana hicieron el espectáculo que Diana me comentó que iban a hacer. Era muy bonito y les quedó fenomenal.