Partida Rol por web

Kendra rió ante la actuación del monje- No se preocupe... La próxima vez intentaremos acabar con ese gusanillo... - dijo, incisiva, aunque de un buen humor inmejorable.

La Slytherin se volvio entonces hacia Enya, que acababa de unirse al grupo, en cuanto Ithan la llamo. Acabó por alzar una mano, esbozando una delgada sonrisa- Hola Enya, yo soy Kendra. Encantada. - dijo, mirando a Ithan de reojo un instante, y luego a Asterope y Linc- Estábamos probando suerte con el Fraile Gordo... ¿Te animas? - le ofreció, amable.

Y fue aquel comentario sobre Ithan y su buena relación con las serpientes el que consiguió arrancar una sonrisilla a Kendra- Bueno... en realidad de hace un par de semanas como mucho... Pero hemos congeniado bien... - dijo, aun con esa sonrisilla, pareciendo adrede imprecisa, aunque recordaba con total claridad cuál fue la primera vez que vio al Gryffindor y cuánto tiempo hacia de aquello. -Aunque seguro que Linc se alegra de escucharte decir eso... ¿A que si? - guiñó un ojo a Ithan, indicandole que bromeaba, esperando algun comentario  por parte de Linc, divertida. Hoy estaba siendo un dia redondo.

Antes de que Willow pudiese llegar a echar un buen vistazo al interior de la sala, dos elfas se pusieron en su campo de visión, dejándola perpleja durante lo que duró su discurso.

Eran elfas. ¡Elfas! ¡Que criaturas más fascinantes! -Miró los atuendos de cada una y tuvo ganas de preguntarles si era cosa suya o les habían obligado a vestir así (cosa que dudaba), pero estas se hicieron a un lado y vio todo lo que había preparado frente a sus ojos.

Abrió la boca sorprendida y sin saber qué decir, sus pies reaccionaron por ella, y cuando quiso darse cuenta estaba en la mesa de las bebidas, saludando a los allí presentes, presentándose y sirviéndose una copa de Ponche Festivo. Después se movió con rapidez y dando pequeños saltitos hasta la mesa que tenía Grageas Berttie Botts.

¡Jolin! -Colocó ambas manos encima del recipiente que las contenía, sin saber muy bien qué hacer, hasta que se decidió. Cerró los ojos y con una mano cogió la primera gragea que tocó, metiéndosela en la boca.

- Mmm... sopa de guisantes. ¡Que suerte! -El ruido que escuchaba proveniente de donde había visto anteriormente al Fraile Gordo hizo que se girase en dicha dirección, curiosa. Al ver que se trataba de un concurso, comenzó a tener un debate interno.

Grageas o concurso, grageas o concurso... -Miró a uno y a otro numerosas veces, hasta que sonriente volvió a girarse hacia el recipiente que contenía las grageas, metió las dos manos dentro y sacando ambos puños cerrados, metió cada uno en un bolsillo de la túnica.

¡Ambas cosas! -Y más feliz que una perdíz se dirigió junto al Fraile Gordo y el resto de alumnos.

- ¡Hola Ithan! -Le sonrió y a continuación saludó al resto.- Yo soy Willow. -No tenía muy claro si ya se había presentado ante los presentes, pero por si acaso lo hizo.

Linc se acercó al Kendra, Ithan y Asterope cuando empezaron a disparar -Es verdad Kendra, muy bien, pero no estás a la altura de Asterope jajajaja- Abrazó a ésta última mientras le reía a Kendra, esperaba que no le matara, pero mientras continuaba sonriendo, miró a su amiga y dijo -Enserio, muy bien Aste- la verdad Linc se sentía orgulloso de su amiga, no creía que ninguno de los ahí presentes pudiera vencerla en un Agottatem, así que ni se molestó en lanzar el suyo.

Acto seguido aparecieron Enya y Willow, Linc las miró y sonrió como pudo saludando -Buenas- "Una Gryffindor y una Raven... interesante" Volvió a girarse a Kendra justo cuando Enya habló sobre Ithan y los Slytherin -Sí... irradio alegría... lo bueno, es que Ithan acabará sentado en la mesa de los Slytherin, al menos durante una semana- Se gira a Kendra -De nada, por cierto- Sonrió a Ithan un momento, él sabía de que hablaba y volvió a girarse a Ithan -Por cierto ¿Dónde está Kelly?- Empezó a mirar a los alrededores y vio esas cervezas de mantequilla -Me apetece una ¿Venís?- Preguntó al grupo pero empezó a moverse y cogió a Asterope de la mano para que fuera él mientras la alejaba del grupo acercándose a la mesa de las cervezas -Enserio... te dije que podías lanzar un Agottatem bestial y míralo, vas a ganarles a todos, de éso no hay duda- Le guiñó el ojo y continuo hacia la mesa, cogió una jarra y la chocó con Ithan, como no chocarla con él, al fin y al cabo era su rival en casi todo.

Cuando Erzsébet se acercó a él, Árpád se encontraba observando de lejos en concurso de Agotattem que estaba teniendo lugar. Sin duda algunos, como Asterope, eran muy buenos. Él sentía ganas de acercarse, pero no podía evitar pensar que los de Gryffindor y Slytherin habían formado piña mientras él estaba demasiado ocupado con otras cosas.

Bueno, tampoco importa, ya recuperaré el tiempo perdido, pensaba mientras Erzsébet llegaba a la mesa en la que se encontraba. Al verla beber todos sus pensamientos desaparecieron con el bigotillo que se le quedó, y no pudo evitar soltar una risilla que casi le hizo escupir la cerveza de mantequilla que tenía en la boca.

Acto seguido se dejó arrastrar al bol de grageas, y cuando ella le retó con una de un sospechoso color verde la miró con cierto recelo durante sólo un segundo. Dejando la cerveza en la mesa cogió la gragea, buscando otra para ella y sacando una de un color anaranjado.

- ¡A la de tres! - Propuso divertido, preparándose para experimentar el que podía ser el peor o el mejor sabor de su vida.

Recibió a su compañera de casa con una sonrisa. Hola Enya, me alegro que hayas venido, comenzaba a pensar que sería el único en venir. Comentó, divertido, hasta que dijo que parecía un Slytherin, alzando una ceja, sorprendido. No era la primera persona que se lo decía. Acabó por reír, encogiéndose de hombros. Y afirmó las palabras de Kendra. Desde hace un par de semanas, sí. Pero no os libraréis de mi tan fácilmente ¿eh? Bromeo con Enya, entre risas.

¡Hola Willow! La recibió amable, saludándole con la mano inclusive. ¿Cómo estás? ¿Has venido sola? Le preguntó, al no ver mas Ravenclaw allí todavía. Señaló hacia atrás, hacia el Fraile Gordo. ¿Por qué no probáis suerte con el Fraile Gordo?

Y rio cuando Linc afirmó que acabaría en la mesa de Slytherin. Me sentaré en la mesa de Slytherin una semana cuando me invitéis. Pero... eso será la semana después a verte vestido de rojo y en la mesa de Gryffindor ¿Vale? Bromeó, recordando que aun tenían el duelo pendiente. Y miró a Kendra cuando el chaval le dijo el "de nada" a Kendra. ¿Por qué? Se preguntó, extrañado, y volvió a mirar a Linc.

¿Kelly? No lo sé, cuando me fui estaba en la sala común, pero no se había vestido para venir, ni nada. Luego le preguntaré, no te preocupes. Movió la mano de un lado a otro, sin darle más importancia. Cuando el Slytherin dijo que le apetecía, en principio no supo a que se refería. Miró a su alrededor, y siguió la línea de visión del Slytherin hasta la cerveza de mantequilla. Claro, por que no. Fue a la mesa de las bebidas, y no cogió una sola cerveza de mantequilla. Miró al grupo, y contó que Asterope cogería una para ella, Linc otra para él.

Lo que quedaban entonces cuatro. Dicho y hecho, cogió dos jarras con cada mano, y volvió al grupo. Tomad, una para cada señorita. Y le dio una a Enya, una a Willow, y otra a Kendra. Cuando Linc ofreció chocar la jarra, el Rubio acabó por sonreír, devolviendo el gesto, chocando la jarra con él y bebiendo algo de la cerveza de mantequilla.

Le dejó un bigote de espuma, que intentó mirarse con una pose extraña y graciosa, acabando por limpiárselo con la mano. Deberíamos brindar por el nuevo curso ¿No? Llevó la jarra al centro del grupo ¡Por nosotros! Alzó la voz, con una amplia sonrisa.

-Por lo menos he tenido el valor de lanzarlo... - devolvió la puya a Linc, con la mejor de sus sonrisas- Vamos, atrévete tu... venga, venga... - dijo, afilando la sonrisa en sus labios, señalando en dirección al Fraile Gordo.

Fue entonces cuando la chica de Ravenclaw saludo. No recordaba haberla visto nunca antes. Acabó por sonreirle, alzando una mano, amable -Encantada, Willow, yo soy Kendra. - se presentó. Parecía que Ithan conocia prácticamente a todo el colegio, algo que le pareció curioso. Nunca había conocido a nadie tan sociable.

E iba a decir algo mas a la Ravenclaw, cuando Linc volvió a hacer que subiera el pan. ¿Darle las gracias? Puso los ojos en blanco, y acabó por cruzar su mirada con la de Ithan. Solo que esta vez, en lugar de salir con algun tipo de evasiva, afilo su sonrisa, contestando al Slytherin sin dejar de mirar al Gryffindor- Linc, no necesito que Ithan pierda ninguna apuesta para invitarlo a la mesa de Slytherin. Sabe de sobra que puede venir cuando quiera. - una sonrisilla apareció en mis labios, una que se agudizó aun mas cuando vi como Linc se llevaba a Asterope de la mano.

Me acerqué ligeramente a Ithan, cabeceando en direccion a ellos- Definitivamente sí. - le dije simplemente, antes de que el rubio también fuera a por cerveza. Miré entonces a Enya y a Willow, cuando me quedé a solas con ellas dos- ¿Y vosotras de dónde sois? Muy chulo por cierto tu pelo, Enya... Lo vi el otro dia en clase... ¿Eres metamorfomaga? - comenzó a decirles, intentando entablar conversacion con ellas, educada y elegante.

Fue entonces cuando Ithan volvio con una jarra para cada una. Cuando le tendio la suya, Kendra le sonrio, asintiendo- Muchas gracias, Ithan. - dijo, alzando su jarra, cuando  el chico propuso el brindis, después de que Linc chocara su jarra con él.- Si, deberiamos brindar... Por nosotros chicos.

Unió su jarra a la de ellos y sonrió. Le estaba gustando aquella fiesta.

Asterope sonrió complacida, un tanto tímida por el abrazo de Linc y por los elogios del resto hacia su conjuro. ¡Gracias! La verdad es que me ha sorprendido lo bien que me ha salido. No esperaba para nada que fuera tan potente. Recordó que, cuando se lo lanzó a Linc en el lago, le salió bastante bien, pero nada comparado con ese. Se apartó a un lado para dejar paso al resto. Créeme, le dijo a Ithan, tengo tan mala suerte que si hubieras apostado conmigo me habría explotado en la cara, dijo riendo. Los hechizos me salen fenomenal cuando no me juego nada con ellos.

Ithan consiguió ejecutarlo también a la perfección, aunque había sido algo más débil que el suyo. ¡Bien hecho tú también!, le felicitó. Cuando la morena lanzó su Agotattem, también le dio la enhorabuena, pues había sido un hechizo espléndido. ¡Genial, Kendra! Tú y yo estamos muy igualadas. Aunque seguro que ahora viene Ludmila y nos deja por los suelos jajaja. Buscó a la rubia con la mirada y le hizo una señal para que se acercara. Había entrado con Anthony, aunque aún no se había unido a ellos.

Saludaron a la chica de Gryffindor. Le miró el pelo, esperando que volviera a cambiar de color. Le fascinaba ese poder y, si ella lo tuviera, estaría todo el día usándolo. Al instante se acercó otra niña, de Ravenclaw. Le sonaba de haberla visto en clase, pero no recordaba su nombre. Se presentó ante las dos. Hola. Yo soy Asterope. Encantada. Se dirigió a Enya: ¿Puedes hacer que cambie cuando quieras? ¿Lo controlas del todo? 

Entró en la conversación de la famosa apuesta entre los dos chicos. ¿Se aceptan apuestas externas? Yo apuesto una caja de grajeas a que Linc gana el duelo. ¿Quién se une? El combate estaría bastante igualado, pues ambos eran muy buenos duelistas. Miró a su amigo con cara de advertencia: Más te vale que ganes, no quiero perder mi caja de grajeas. Aunque, ahora que lo pienso, podría coger un montón de ese bol y apostarlas, dijo mirando a la mesa de dulces, donde estaban Árpád y la gemela menos bailona. Así no pierdo nada.

Luego se dejó arrastrar por Linc hacia la mesa de las bebidas. Bah, no sé. Aún queda mucha gente por lanzar. ¿Seguro que no quieres intentarlo? Aunque sea por divertirte. Cogió el vaso que había dejado antes, lo terminó y luego tomó una de las cervezas. Luego fueron al resto del grupo y brindó con los demás. ¡Salud! Estaba deliciosa y refrescante. 

Ludmila entró secundada por Anthony, cuando fueron recibidas por las elfas. Alzó una ceja sorprendida al escuchar sus nombres Bien hecho!!! Me gusta el humor de las gemelas... Su sorpresa pasó rápidamente al asco, por la imagen que ofrecían. Dos engendros pinturrajeados, que acentuaban aún más la fealdad inherente a dichas criaturas. No les contestó y se alejó de ellas. 

Admiró la sala y la puesta en escena. Todo parecía una broma, pero la gemela bailando con el oso le hizo recordar la pintura bizarra de Misha McCoy, un irlandés que pintaba situaciones incómodas y desopilantes donde incluía varios elementos inconexos. Se acerco luego a las vitrinas, interesada en las leyendas de aquellos estúpidos objetos expuestos, preguntándose qué sentido tenía siquiera conservar aquellas cosas. 

Vio a lo lejos a los chicos de Slytherin rodeados de Gryffindors y la chica rubia de Ravenclaw. Se acerca a la mesa, tomando un bollo de manteca y un vaso de cerveza de manteca. -Hola chicos, cierto que es una fiesta...interesante... mientras que escucha las palabras del resto. La música sonaba, no conocía a la banda pero lo ecléctico de aquel grupo no opacaba la calidad de la música, que ciertamente era buena. Casi sin darse cuenta, sentía que su cuerpo comenzaba a acompañar los vaivenes de las notas.

El fraile estaba siendo sometido a los Agottatem, con una magistral potencia de Asterope. Ludmila deja el vaso y se acerca a ellos. -Eres fantástica, te ha salido de pelos...dice felicitandola con una amplia sonrisa. Ustedes también lo han hecho genial...dice a Kendra y Ithan. -A ver como me va a mi....interesada más en practicar su hechizo. Toma la bolsita mientras se coloca en puntas de pie. Con un movimiento elegante y rígido de su varita apunta al fraile gordo. Agotattem mientras las hebras se consumían y el rayo salía disparado. Emite una media sonrisa al ver el resultado. 

Tras unos cuantos bailes, Orsolya se apeó de las zarpas del Oso. Le dio un fuerte achuchón, agarrando sus magras carnes peludas y disfrutando del cálido tacto y el peculiar aroma de oso recién duchado y acicalado con una mezcla de pachuli, sándalo, clavo y otras fragancias que le hacían expeler un aroma embriagador en cada movimiento que hacía.

Orsolya levantó un poco su túnica e hizo una reverencia. Muchas gracias señor Oso por bailar conmigo. Y dedicándole una gran sonrisa marchó hacia la mesa de dulces, donde estaba su hermana con Árpád.

Al pasar cerca del grupo formado por las lagartijas, los gatitos y un único pajarillo, se detuvo un instante. Me alegro que estéis aquí. Si pasa algo y no encontráis a las anfitrionas, se tapó un momento la boca para evitar que vieran que se reía. Mi hermana y yo podemos ayudaros. ¡Pasadlo bien!

Cuando llegó a la mesa de las golosinas, cogió un puñado de cucarachas de chocolate y se lo metió en la boca. El peculiar cosquilleo de sus patas consiguieron que casi los escupiera riendo, pero Orsolya consiguió aguantar y fue machacando a las cucarachas una tras otra con su dentadura. Localizó una tarrina de helado de sabor "Fauno" y se la apropió.

Por su parte, Erzsébet aceptó el reto de su amigo. ¡Vamos!, le animó cogiendo la gragea anaranjada y preparándose al pensar de qué podía ser. A la de tres, se la metió en la boca y masticó. Uhmmmm, murmuró apreciativa, al notar el sabor que se extendía por su boca. Bouillabaisse, consiguió decir con un leve acento afrancesado.

Metió la mano en el bol y sacó unos cuantos más de distintos colores. Se los metió a la vez en la boca. Llegó a adivinar el sabor de neumático quemado, el de morcilla y una de calcetín sucio antes de que todos se mezclasen y se convirtiera en una mezcla realmente asquerosa. Con cara de desagrado, Erzsébet siguió masticando hasta que pudo tragárselo. Ahgggg. Eso. Sí. Que. Ha. Sido. Asqueroso.

Cuando Orsolya se unió. La arrastró a ella y a Árpád hacia la zona frontal de la pista de baile, donde empezaba la tarima elevada donde estaba el grupo de música. Por el caminó saludó feliz a todos los asistentes de la fiesta. Alumnos de primero, fantasmas y elfos que debían estar a la sombra, acechantes. Hundiendo una cuchara en la tarrina de helado de su hermana, ambas se dedicaron a soltar energía en la pista de baile con su peculiares movimientos de idioma sordomuggle.

Imitando una a la otra, como si tuvieran los movimientos ensayados y realmente significase algo, se pusieron a hacer gestos con las manos, el cuerpo y los pies, gesticulando expresivamente con la cara, de forma que su baile resultaba bastante perturbador.Por los movimientos, podía más creerse que el significado era que tenían hambre, sueño y que las gustaba bailar. Además de nadar en pijama y correr sobre carbones al rojo vivo.

En cuanto Árpád se metió la gragea en la boca su gesto comenzó a torcerse en una mueca de desagrado. Sin embargo, no llegó a escupirla. En lugar de eso trató de terminar cuanto antes, mientras su cara dejaba claro que el sabor no era precisamente bueno. - Creo que es moco... - Dijo de una forma lastimera, antes de tragar. Acto seguido dio un largo trago a su cerveza de mantequilla, para quitarse el sabor de la boca, y se asombró de que Erzsébet fuera capaz de meterse tantas en la boca sin ningún tipo de reparo. Según fue enumerando los sabores una risita salió de la boca de Árpád, que creció al escuchar su veredicto.

Cuando Orsolya se unió a ellos y comenzó a llevarles a la pista de baile, Árpád se ruborizó por completo.

No, no, pensaba, a la pista no. Aquello nunca se le había dado demasiado bien, y el miedo a hacer el ridículo era demasiado grande. Árpád trató de pensar con rapidez alguna excusa, e incluso buscó a Neil, Matt o incluso Max con la mirada pidiendo auxilio.

Sin embargo, en cuanto vio cómo ellas empezaban a moverse, respiró aliviado. Aquello no se parecía en mucho a bailar, sino que era más como aquella cosa que había hecho Neil hacía un rato, antes de entrar. Eso sí podía intentarlo. Al menos, cuando metiera la pata, nadie sabría que no era a propósito.

Poco a poco fue intentando soltarse, moviendo los brazos y las piernas de una forma casi aleatoria. Si el baile de las chicas hablaba de hambre, sueño, y tantas otras cosas, el suyo era más bien una sucesión inconexa de No-sé-dónde-meterme, Espero-que-nadie-se-fije-demasiado-en-mí, y Que-alguien-me-ayude. Aún así sabía por la experiencia adquirida en las bodas y fiestas que negarse sería aún peor. No sólo haría que probablemente le agarrasen por las manos para obligarle a bailar, sino que además se convertiría en el centro de atención por completo.

Sin embargo, conforme los segundos pasaban iba sintiéndose más y más cómodo, como si aquella manera de bailar, si es que podía llamarse así, hubiera estado desde siempre hecha para él. Las cosas que uno descubría en Hogwarts. Así, casi sin querer, comenzó a disfrutarlo, y una sonrisa se dibujó en sus labios mientras acompañaba a las gemelas en su danza, amoldándose también a ella sólo por diversión.

Al entrar, Christopher se quedó alucinado. La decoración era muy buena, ¡y hasta había un grupo! Lo único que le pareció extraño eran esas elfas. ¿De dónde diablo han salido? pensó al verlas como si se hubieran caído a un cubo de basura y acabaran de salir.

Pero bueno, allí estaba. Empezó a moverse de un lado a otro, comiendo y bebiendo todo lo que podía mientras se reía y saludaba a la gente. Fue buscando a sus compañeros de casa, pero no había ningún chico, sólo estaba Willow. Se acercó a ella.

¡Hola Willow! se fijó en que estaba con otra gente, así que se presentó Ah, yo soy Christopher volvió a mirar a su compañera. Oye, ¿dónde están los demás?

Linc sonrió ante el comentario de Ithan -Yo puedo ir a la mesa de Gryffindor sin problemas, así te enseño como nos comportamos los Slytherin en el comedor- "Por suerte, nadie tiene ni idea de como la hemos llegado a liar en el comedor..." -Ya sabes, seriedad y estilo... que a alguno de tu casa no le iría mal, como al Weasly o al... imbécil de Noah- Se paró un segundo, la sonrisa le había desaparecido al recordar el viaje en el tren y apretó los dientes con fuerza "Hijo de puta... " No podía evitar pensar éso, pero en cuestión de milésimas de segundo reaccionó y volvió a mostrar la falsa cara de una sonrisa -Lo dicho, la diferencia es que yo iré a tu mesa invitado, tu... por obligación- Ésta vez si que sonrió de oreja a oreja pero al ver como Kendra el asesinaba lenta y dolorosamente con la mirada se paró, apreciaba demasiado su vida como para desperdiciarla así. -Bueno...- Le interrumpió la llegada de Ludmilla, pero no fue una mala interrupción se estaba quedando sin nada que decir y no sabía como salir de ésa.

-Buenas Ludmilla ¿Todo... bien?- Hizo esa pregunta levantando una ceja y mirando a ésta pero seguidamente a Anthony -¿Vas a probar suerte con el Agottatem? Jajaja no podrás ganar a nuestra campeona -Dijo señalando a Asterope, pero acto seguido Kendra le ofreció atacar a él -¿Yo? No, no merece la pena, mi ataque será mas débil que el de Asterope ¿Para que hacer el ridículo? mejor le animo a ella- Pasó el brazo por encima de los hombros de Aste mientras hablaba con kendra y decía la parte final.

Le asustó un segundo cuando Aste le dijo sobre su apuesta y que ella apostaría por él, pero al escuchar éso último las dos cejas de Linc se levantaron y los ojos de éste se abrieron de par en par -¿Cómo?... Quiero decir, pooor favor Aste, sabes que jamás te fallaré jajajajaja- Intento disimular la sorpresa y sonrió pero ni hizo nada mas, por suerte hoy era la noche para salvar a Linc y Christopher apareció saludando, lo recordaba de clase, igual que a Willow, pero seguía siendo un Raven, e iban primeros, por delante de ellos y éso no les gustaba -Hola- Dijo parándose de golpe y dejando las bromas por un momento, a todo éso miró a Anthony a lo lejos y le hizo un gesto para que se acercara, estar ahí alejado del mundo no le iba a ayudar a nadie.

Cuando otra de las niñas se acercó para tratar de probar su fuerza, el fraile se cuadró, tratando de aparentar una imagen feroz. El resultado resultaba más bien el de un fraile gordo con ardor de estómago...

Vamos, vamos, a ver qué tal se te da, animó a Ludmila.

El rayo salió bastante fuerte y el fraile ya empezaba a relamerse al pensar que su estómago recibiría una buena ración de magia. Pero cuando éste impactó, apenas lo notó.

¡Muy bien hecho!, él ya sabía quien iba en primera posición, pero debía dar opciones a todos. ¡Puede que vayas ganando!

Cuando Orsolya se bajó de las zarpas del Oso, éste aulló un pequeño lamento. Agachó un poco la cerviz en contestación a la educación de la pequeña dama.

Poniéndose de nuevo a cuatro patas, se movió bamboleante hacia una de las montañas de trofeos y seleccionó cuidadosamente unos cuantos. Volviéndose a enderezar sobre sus cuartos traseros, empezó a lanzar los objetos al aire y hacer malabares como solo un oso mágico sabía.

Helena Ravenclaw entró silenciosa a la Sala de las Recompensas. Vigilaba a los Ravenclaw y al ver que entre la Sala Común y el Comedor faltaban dos de los más pequeños, salió a buscarlos. Así es como ha acabado en una fiesta de la que había estado escuchando hablar durante la última semana y de la cual no se había interesado. Vagó de un lado a otro, deteniéndose delante de algunos de los expositores de los trofeos que hacía demasiado tiempo que no veía.

Un grupo de monjas sombrías iban en corro de un lado a otro. Como un grupo de gallinas, cuando una se movía, se movían el resto. Flotaban a baja altura y no se preocupaban en esquivar mesas o alumnos. Cuando llegaron a la altura del Oso, se escandalizaron de que hubiera un animal dentro de la escuela. Pero la alegría y la habilidad de la criatura fue lo que impidió que éstas se fueran de allí.

¿Campeona?, repitió el cumplido de Linc. Bueno, bueno, que todavía no ha participado todo el mundo... ¿Y me hablas a mí de ridículo?, dijo riendo. Yo me he caído delante de toda la clase, ¿pero tú no puedes arriesgar un Agotattem? Ay, Linc... Iba a seguir la frase cuando notó algo sobre su hombro. Efectivamente, ahí encontró la mano de su amigo. Incómoda y paralizada como se sentía ella ante el contacto físico, no supo qué hacer. No quería que Linc se ofendiera, el chico era de así de cariñoso y ella era fría como una piedra. Así que agradeció que Ludmila, con su excelente Agotattem, le diera una excusa perfecta para apartarse disimuladamente.

¡Fantástico, Lud, como siempre! Iba a dedicarle algunas palabras más, pero una de las gemelas se paró frente a ellos para saludar. Se rio de forma sospechosa cuando habló de las anfitrionas de la fiesta. Pero bueno... ¡se está burlando de las dos pobres elfas, seguro! Qué poca consideración. Claro, pásalo bien tú también. Estaba claro que diversión no le faltaba, ni a ella ni a su hermana, por la forma en la que empezaban a bailar. O, más bien, lo que Asterope supuso que era bailar.

Otro Ravenclaw se acercó a ellos. El grupo de gente aumentaba cada vez más y eso le ponía nerviosa. Por suerte, los nuevos allegados venían poco a poco así que no se sintió demasiado abrumada. Hola, le saludó. Yo soy Asterope. Preguntaba por el resto de su casa. La niña se fijó en que no había llegado ningún águila más. Y también faltaban bastantes Gryffindor y Aiden. Pero tenía la sensación de que ya no iban a aparecer.

Cuando terminó de comer, se acercó a los dulces y cogió unas cuantas grajeas que seleccionó cuidadosamente. Tenía bastante experiencia, aunque con esos caramelos uno nunca podía estar seguro. Volvió al grupo y probó una de color azul celeste. Mmmm, pastel de uvas. Le ofreció al resto. ¿Alguien quiere? La naranja clarita intuyo que puede ser pollo al romero y la verde con puntitos negros diría que es de lagarto, pero no estoy segura, hay colores muy parecidos. Y el resto... no tengo ni idea. Las grajeas siempre eran un riesgo, una aventura.

Justo entonces entraron un montón de fantasmas que vagaban sin apenas prestar atención a la gente. Ninguno era tan carismático como el Fraile Gordo, que se dejaba lanzar hechizos. Asterope pensó que aún no había conocido al famoso Barón Sanguinario, de la casa Slytherin, lo cual era una pena. Sería interesante comprobar cómo se veía la sangre en él. Sumida en sus reflexiones, tomó otra grajea que resultó saber a pienso de gato. Asqueada, la escupió en una servilleta y la dejó encima de la mesa.

Vaya Árpád, comentó Erzsébet sorprendida. No sabía que tu también hablaras sordomuggle. Se te entiende muy bien.

Debe ser algo del Este. Allí se nos da bien, aseveró Orsolya.

Así pues, las niñas siguieron moviendose al ritmo de la música. Tratando de complicarlo con movimientos imposibles y muecas aleatorias.

No llegaban a compenetrarse del todo, porque ellas solo eran capaces de hacer dualmente aquello que tenían ensayado, como los primeros pasos. Ahora que cada una improvisaba, resultaba algo divertido y humillante de ver, pero lo cierto era que se lo estaban pasando en grande.

Erzsébet bailó al ritmo de: volar en un colchón, hacerse pis y saltar un trampolín. Mientras, Orsolya menos creativa hizo movimientos al son de: montar a caballo, creerse un pato y mimo cantando.

Cuando hablo de los modales de Slytherin, la cara de Ithan mutó en una amplia y divertida mueca de sorpresa, y una represión a reirse en la cara de Linc. Lejos de eso, se acercó a él, susurrandole algo y cuando se aparto, lo hizo con la mejor de sus sonrisas. Pero, lejos de ser una de esas sonrisas alegres, fue una de esas de quien sabe que tiene la sartén por el mango. ¿No? Le preguntó, divertido con aquello.

Arnold es un buen pavo. Llamó la atención que no dijera nada sobre Noah. Tampoco profundizó sobre el tema de Arnold, en el fondo sabía que debía hacer algo para que espabilara. Y sobre Noah... desde el primer día, que no tuvo demasiados buenos modales, lo cierto es que estaba más de acuerdo con Linc de lo que le habría gustado admitir. Así que, como quien calla otorga, le dio la razón, sind ecir palabra, sobre las palabras que le había dedicado Linc a Noah.

¿Por obligación? Soltó una carcajada, divertido con aquello. No lo diras por ti ¿Verdad? Miró a Asterope, cuando dijo que cogería de aquellas grageas para apostarlas. Yo de ti cogería más, así te quedarán cuando pierdas. Bromeó con la chica. Fue a añadir algo más, cuando Linc soltó aquel "Bueno" ante la llegada de Ludmillla. Ithan sonrió a Ludmilla, saludandola. Buenas noches Ludmilla, y muchas gracias. Agradeció cuando le felicitó por el conjuro. ¿Por que no pruebas tu tambien? Le preguntó, haciendose a un lado cuando lanzó el conjuro. Guau, has estado genial, felicidades.

Sonrió, cuando Linc se dio por vencido antes de comenzar. Bueno, no todos podemos tener lo que hay que tener para lanzar un agotattem a un fantasma... kokokokoooo kooo. ¿Me saldrá tan bien la gallina como me lo imagino en mi cabeza? Nah... no creo. Desechó la idea, girandose hacia el chico de Ravenclaw cuando llegó. ¿Qué tal, Chirstopher? No te vi esta mañana en la mesa de Ravenclaw. comentó, al recordar que esta mañana cuando desayunó allí no lo vio.

Dame una, Asterope, por favor. Pidió, educado, cogiendo una de las que la chica ofrecía. Miró el color, de un marrón oscuro. Se encogió de hombros, y se metió la gragea en la boca, frunciendo el ceño. Ternera asada, genial. Comentó, con una amplia sonrisa. Miró a Asterope cuando escupió la suya. ¿De qué era? PReguntó, con curiosidad.

Mirad, parece que ahora hay mas fantasmas... ¿No es aquella Helena Ravenclaw? Preguntó, mirando hacia el fantasma de la mujer. Entonces vio al oso hacer malabares ¡Anda! ¡Mirad! Dijo, mirando hacia el oso, haciendo malabares. No se de donde habrá salido, pero hay que reconocer que sabe lo que se hace...

Miró a Kendra, durante un par de segundos, y volvió la vista al grupo de música que estaba tocando. Es una pena que tocaran ese estilo de música, él no sabía bailar ese tipo de música. Y a pesar de la forma de moverse de Árpád -digna del mejor bailarín- no tuvo claro si lo estaba haciendo en serio, o no. Tendría que pasar algun tiempo hasta que le pidiera a Kendra bailar... si es que ella sabía bailar, claro. Tampoco se lo había preguntado nunca.

Miró a Linc, cuando este comenzó a hacer aspavientos, y se giró hacia Anthony, imitando el gesto de Linc e invitandolo a acercarse. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la mayoría de gente estaba allí concentrada. Bebió algo más de su cerveza de mantequilla, limpiandose el bigote acto seguido, y miró en dos direcciones, hacia la pista de baile, y despues hacia los trofeos. ¿Os hace bailar o intentar imitar al oso?

Kendra saludo en primer lugar a Ludmila, dedicándole una amplia sonrisa- ¡Hola! Buen lanzamiento, sí señora... - le dijo, con una sonrisa satisfecha, asintiendo a su amiga. Y cuando Linc dijo que no probaría el conjuro, Kendra ladeó su sonrisa, divertida, negando- Bueno, tú verás... - le dijo, dandole un par de palmaditas en el hombro, mientras se acercaba al cuenco de grajeas.

En un primer momento las miró con extrañeza. Era la primera vez en su vida que estaba tan cerca de ellas. Y, aunque en otras circunstancias ni siquiera habria hecho el amago de probarlas, lo cierto era que allí mismo, en aquella situación, lo que más le apetecía era saber qué sabor le tocaría.

-Bueno... ahi voy... veamos... - dedicó una mirada a Ithan durante un instante. Él sabia, sin duda, que jamás habria probado una gragea. Y acto seguido tragó la gragea, cerrando los ojos, mientras la masticaba. Su cara fue un poema. -Coles.... - dijo, con una mueca de desagrado bastante cómica, que contrastaba con su habitual perfección- Que asco...

Dio un buen sorbo a su cerveza de mantequilla, intentando quitarse el sabor a coles de bruselas. Aquel trago coincidio con la llegada de Christopher, a quien saludo, aun con cierta mueca forzada, sonriendole, amable- Hola Christopher, encantada. Yo soy Kendra... - se presentó, mientras todos aquellos fantasmas iban llegando.

Miro al fantasma de Ravenclaw, cuando Ithan llamó su atencion sobre ella asintiendo- Si, si que lo es... Es tan guapa... - dijo, ladeando su sonrisa, observandola con una mezcla de curiosidad y fascinación.

Después miro al oso y rio, asintiendo de nuevo- Si, el oso tiene estilo... Podrias probar con los malabares, Linc... A lo mejor ahi deslumbras... - bromeo entonces, divertida.

Vio como Ithan la miraba durante algunos segundos, aunque no entendio el por qué del gesto. Sin embargo, cualquier duda por parte del chico, quedó disipada poco despues. En cuanto Ithan hizo mencion a la posibilidad de bailar, Kendra sonrio ampliamente y, sin dudarlo, cogió al chico de la mano, en un gesto espontáneo que, de haber pensado con más detenimiento, le habria sacado los colores.

-Qué preguntas... Bailemos, claro. -dijo, tirando del chico hacia la pista de baile, en un gesto cargado de improvisación, algo poco habitual en ella, que habitualmente basaba sus actuaciones en gestos total y absolutamente calculados.

Y, en cuanto se vio en la pista miro a Ithan un instante, aún sonriente, comenzando a moverse al ritmo de la música. Y hay que decir que, aún con aquella música, las cualidades de Kendra para el baile quedaban más que al descubierto. Llevaba el ritmo dentro- Venga Ithan, que no se diga... - lo animo, con una sonrisilla divertida. No podía creerse que estuviera haciendo aquello.

La amiga de Ithan fue la primera en presentarse.- No gracias, ya he visto suficientes hechizos hoy en clase de duelo. Poco después llegó una chica de Ravenclaw que parecía conocer a Ithan. ¿Debería conocerla de clase? Vaya memoria tengo. . Pensó para si mientras el rubio de Slytherin la saludaba.

- Tranquilo Ithan no iba a dejar solo a un compañero. - Dijo Enya sonriendo. - Si te vas nos dejas sin puntos - Contestó a Ithan entre risas.

- Yo soy de Irlandesa, quiero decir, de Gryffindor. - Enya dijo mientras sonreía un poco forzada para disimular el error. - Si, soy metamorfomaga, y no puedo controlarlo, depende de mis emociones. Pero cuando sea mayor podre transformarme en lo que quiera sin usar ninguna varita ni ningún hechizo. - Dijo Enya orgullosa.

Durante la conversa se mencionó la apuesta entre Ithan y Linc. Mas le vale ganar a Ithan, si se va una semana con los Slytherin me acabaré muriendo de aburrimiento. Enya iba a mostrar su apoyo a Ithan, pero decidió no hacerlo para evitar meterse entre Ithan y Kendra.

En ese momento Linc propuso tomar unas cervezas de mantequilla. ¡Que gran idea! Hace tanto que no tomo una. Pensó para si misma mientras Ithan acompañaba a Linc y Asterope a la mesa donde estaban las bebidas, y poco después Ithan ya tenía una para cada uno. - Gracias Ithan, por nosotros. - Repitió Enya mientras levantaba la bebida.

Poco después llegaron Ludmilda y un chico negro llamado Christopher, a los que saluda cuando llegaron mientras disfrutaba de su cerveza de mantequilla. Entonces fue cuando algunos empezaron a probar las grajeas pero Enya se quedó al margen, hacia mucho que no bebía una cerveza de mantequilla y no quería fastidiarla con su mala suerte con las grajeas.

Enya le entró la risa cuando vio que Kendra estaba arrastrando a Ithan a la pista de baile. Ojala pudiese grabarlo. Estoy segura de que me amenazará con congelarme como a Gabriela si esto sale de aqui. Pensaba Enya mientras se contenía la risa y su pelo empezaba a mostrar unos reflejos rubios.

Linc se hizo el longuis cuando Asterope se apartó, prefirió no decir nada, como si no se hubiera dado cuenta "Ni que hubiera hecho nada raro..." Para el chico, coger así era como coger a un amigo con fuerza, pero lo siguiente no tenía perdida, Ithan defendiendo al Weasly "Bueno, al fin y al cabo son Gryffindor, si no van en equipo no son capaces de superar a un Slytherin" Sonrió sin decir palabra alguna y siguió escuchando a los demás mientras todos hablaban de sus cosas, Asterope, Ithan y Kendra decidieron coger una gragea, pero Linc de pequeño ya tuvo sus problemas con ellas y estuvo vomitando durante tres días, así que ni siquiera hizo el gesto de ir a cogerlas, prefirió mirar hacia otro lado y evitar problemas inútiles.

Ithan se acercó para decirle algo al oído, Linc levantó una ceja y sonrió no dijo nada pero hizo un gesto afirmativo con la cabeza, la verdad es que ahí le había pillado y ésa ronda la había ganado él, pero se mantuvo en silencio todo el rato mientras se acababa la jarra, cuando todos hicieron el brindis Linc la levantó, realmente no sabía porque si la mayoría de ellos eran desconocidos, pero bueno, estaba en el grupo y haría lo que hacían, por ahora.

Pasaba el rato e Ithan y Kendra le vacilaron claramente con sus palabras sobre el hechizo Agottatem, Linc no pudo sino sonreír, "No tengo porque dar explicaciones de porque no me apetece tirar un Agottatem, si no quiero no lo hago y punto" Pensaba mientras falsamente continuaba sonriendo a los dos cuando Ithan dijo de ir a bailar todos, miró al grupo que se había formado y finalmente a Asterope, "Después de lo del brazo como para decirle algo" no le había sentado demasiado bien a Linc, así que con toda la tranquildad del mundo se negó -Yo no, voy a dar una vuelta por ahí "Quiero ver si le pasa algo a Anthony" luego vuelvo- Guiñó el ojo y se separó del grupo dirección a Anthony

Linc se acercó a Anthony tranquilamente, sin jarra de mantequilla ni grageas -Tío- Dijo mientras estaba cerca -¿Estás bien? Se que no es la mejor fiesta del mundo y que la mayoría de aquí te caen fatal, pero deberías unirte a nosotros, se está mejor que solo- Le dio un golpe en el hombro y sonrió -Va joder, ¿No me irás a dejar solo con todos esos?- Se paró un segundo al ver la cara que tenía Anthony -Por cierto ¿Has venido con Ludmilla?¿Hay algo que debas contarmeee? jajaja a y ¿Has visto a Aiden?- Intentó darle algo de conversación para ver si reaccionaba un poco, a Linc tampoco le hacía especial gracia estar con todos ahora mismo.