Partida Rol por web

Con algo de vergüenza negué con la cabeza como afirmando que no asistiría.

La blonda pareció sopesar algo, y pareció desistir luego. Así como estaba se sentó enfrente del Slytherin cruzando elegantemente sus piernas...

-Creo que yo tampoco...la temperatura allí estaba agradable a pesar que afuera el frío de finales de octubre comenzaba a sentirse. -Y dime, como se te han dado las clases? mientras que observaba una chispa que saltaba juguetona. 

Morpho observó que Ludmila se ponía justo frente a él.
¿Qué pretenderá?,seguro que sabe que me pone nervioso.

Pues las clases, ultimamente regular,dado que tengo que aprender más conjuros de los que me gustaría. Odio tener que ir con gente patética,pero es lo que toca.
¿Y tú?, ¿no vas al baile por algo en concreto?, yo simplemente este año no tenía ganas.

Seguía mirando como transmutaba el color del fuego con alguna brisa que entraba por algún lado. -Se me ha hecho tarde, sino hubiera ido. Este tipo de eventos me divierte por alguna extrana y morbosa razón. Su mirada gélida denotaba un brillo juguetón. 

-Debe ser extenuante, pero puedes optar por ocuparte de tus propias cosas y no hacer caso a los bárbaros. Y si te molestan demasiado, hazle morder el polvo. Debe ser sencillo para tí. dice sopesando sus palabras mientras que miraba a su companero de Slytherin.

No te creas, hay alguno que otro que sabe defenderse bien - dije queriendo parecer humilde.

Por cierto, alguna vez te he visto leyendo un libro por aquí, ¿cuál es?, ¿es de los de clase?. Yo, cuando fui al callejón Diagon, me compré éste - le comenté enseñándole el mismo.

"Las fuerzas oscuras: una Guía para la Autoprotección"

Por cierto,habrá que ir yéndose a dormir ya.

Morpho no quería quedarse dormido como la otra vez, asi que se despidió de Ludmila y fue directo a dormir.

Sam llegó a la sala común de su casa. Se acercó hasta su dormitorio. Sabía que Negro estaba a salvo, pero quería saber dónde estaba.

Al cabo de unos 5 minutos, volvió y se sentó en una butaca junto al fuego. Negro no estaba, ni vivo ni muerto. No se había preocupado en buscar más o menos sangre. Simplemente, su gato no estaba allí. ¿Dónde estaría? Seguro que se había escapado del dormitorio a cazar a algún animal para comer.

Kendra entró corriendo en la sala comun, encontrando a Ludmilla alli sentada- ¡Ludmilla! ¡Han matado a todas las mascotas!- - exclamo la chica, sin detenerse, corriendo hacia el dormitorio de las chicas. Se cruzo con Sama a quien ni siquiera saludo, ofuscada como estaba.

Negué, con los ojos llenos de lagrimas y segui corriendo, en direccion a nuestra habitacion. A buscar a Socrates. O a lo que quedaba de el.

Asterope entró abrazada aún a su capa rosa, junto a un grupo de Slytherins que regresaba también del baile. Caminaba sin mirar por dónde iba. No se fijó en Ludmila, que estaba sentada allí y a la que no había visto durante la fiesta. Cruzó la sala común también sin fijarse en Sam, que había llegado antes que nadie y estaba tan tranquila. De haberla visto, la pequeña Bletchley habría pensado que nadie podía ser más sádico que ella, sin afectarle lo más mínimo lo que había ocurrido. Pero, como no la vio, su pensamiento siguió tan blanco como desde hacía un rato.

Subió las escaleras hasta el dormitorio sin abrir la boca.

Linc entró en la sala común a toda prisa, en cuando pisó la puerta salió disparado hacia la habitación caminando pero a buen ritmo, dejando atrás a todos los demás, ahora mismo no existían los amigos para Linc, solo el ir a ver a Aphrodita.

Cassius entró detrás de los de primero. No comprendía su prisa por garantizar o saber si era cierto lo que Green había dicho. Pues claro que es verdad. Pensó, sabiendo que quizás, otro no, pero Green siempre decía la verdad por dura que fuera. Pensó en Gwen, en como estaría en aquel momento y miró a las chicas subir corriendo a su dormitorio.

Negó con la cabeza, y subió hacia el dormitorio de los chicos.

Sam se levantó del sillón y se alisó el vestido. Ya había visto todo lo que tenía que ver, y decidió que era un buen momento para irse a la cama. Comprobó que su varita seguía en su lugar y caminó hacia los escalones que llevaban a la habitación.

-Pues ese es un libro bastante bueno. Dice a Morpho luego de que le mostrara el libro. -A veces me relajo leyendo algo diferente a los libros de texto de las clases. Paritcularmente me interesan algunos aspectos de la biología de las criaturas mágicas...

Sam entró. Ey Hola Sam, que tal ha ido todo?...dijo, pero al finalizar la frase, ve a Kendra que entra como una tromba lanzando aquella información...Que??? solo atinó a decir pero su amiga pasó directamente al dormitorio. Luego la siguió Asterope...

Sin pensarlo dos veces ella también se dirigió caminando presurosa a su habitacion

Linc bajó a la sala común con un cabreo considerable "Me cago en su puta madre..." pensaba una y otra vez mientras apartaba todo lo que encontraba a su paso, para finalmente acabar sentado en un sofá frente al fuego.

Colocó la cabeza apoyada en ambas manos y así se quedó a la espera de que algo le hiciera dejar de pensar en su serpiente o de una manera de explicarle a su padre lo que había sucedido.

James llegó a la sala común y posó su mano en el hombro de Linc.

¿Qué coño te pasa tío? Si no me dices lo que ha pasado no te puedo ayudar en nada y tu cabreo y rabia será en vano.

Unos minutos más tarde bajó Will aún con cara de sueño. Lo que vio terminó de despertarle. Linc parecía tener un cabreo monumental mientras James intentaba que se explicara por lo que decidió quedarse al pie de las escaleras, en silencio, esperando a que el rubio respondiera.

Era pronto, así que Asterope esperaba no encontrarse con nadie en la sala común. Estaba equivocada, pues mientras bajaba las escaleras rápidamente, se topó con un niño espiando a Linc y a otro chico desconocido. Estaba claro que ese no era el día para estar sola. Suspiró al pasar a su lado por los escalones.

Los dos le sonaban de haberlos visto en la sala común o en el comedor. El que estaba sentado, ocultándose, sabía que era de su curso, había oído alguna vez mencionar su nombre. ¿William, se llamaba? Eso creía recordar. Pero al que hablaba con Linc solo lo conocía de vista.

Se fijó en que su amigo tenía muy mala cara. Lógico. Asterope se había llevado un buen trauma al ver a su búho caer del techo destrozado; pero sabía que una buena cantidad de alumnos habían regresado a sus habitaciones para encontrarse con algo parecido. Aphrodita... Se acercó a él y se sentó en el sofá a su lado, sin saludarle ni a él ni al chico moreno que intentaba calmarlo. Simplemente se quedó mirando al fuego. Cuando le entrara hambre, ya iría a desayunar.

Kendra paso por la Sala Común, como una exhalacion, en direccion al Gran Comedor. Ni siquiera se dio cuenta de que sus amigos estaban alli. Iba demasiado ofuscada, demasiado preocupada. Demasiado dolida.

Y salio de la Sala, en el más absoluto silencio, aguantandose unas lagrimas que comenzaban a atenazarle la garganta.

Vió que había gente, pero no se detuvo.