Partida Rol por web

Héroes y Profecías

La Última Batalla

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03/11/2011, 02:58
Director

Según Camus y Parthalan concluyen su conjuración, unas runas plateadas aparecen en la piel rocosa de la enorme criatura. Solo unos pocos de los más poderosos clérigos del continente, sabrían identificar esos glifos, mucho menos conjurarlos. El único efecto visible para los demás consiste en una serie de grietas concentricas a las runas que empiezan a formarse y, poco a poco, crecer.

Bohemond, mientras tanto, quien ya se considera a distancia suficiente, alza el puño y comienza a utilizar su poder. Todos los presentes se maravillan al ver crecer al ya impresionante Daern en forma híbrida hasta practicamente duplicar su tamaño. Las mandíbulas de oso y el gigantesco martillo se alzan ahora unos 30 pies del suelo, y aunque sigue siendo un enano en comparación con la montaña viviente, la visión de su ferocidad debe ahora de ser temible hasta para la deidad enemiga. Nadie tiene tiempo de contemplar con atención el cambio, sin embargo, porque el truco ha significado apenas un latido de tiempo para Sir Bohemond, y aún menos esfuerzo. Con el puño cerrado señalando al suelo, convoca fuerzas divinas que se creían perdidas en esta era y un terremoto comienza a agitar el suelo. El temblor rodea al comandante de los Redentores, alejándose de él hacia la montaña viviente, y trepa por el cuerpo del enemigo provocándole las mismas grietas y rupturas que en el suelo que pisa. Enormes cascotes caen, y mientras el gigante parece perder su piel externa como haría una serpiente, el resto de contendientes tiene que estar atento para no perder pie. El suelo continúa moviéndose aún cuando el enorme ser terroso dedica su atención a intentar aplastar al molesto humano de las dagas.

Uno y después otro, sus puños se estampan contra el escudo arcano conjurado por Roerkas. A escasos diez pies por debajo de la construcción mágica, Merlivert mira caer las extremidades, sin molestarse en moverse, y ríe. El suelo moviéndose no parece molestarle más que el viento o la mirada furibunda de un dios, ahí arriba.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Turno de Daern otra vez. Puedes aplicar los efectos de un aumento en una categoria del tamaño, como el hechizo de nivel 1

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03/11/2011, 19:59
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern seguía golpeando con su martillo, con un aspecto todavía más aterrador en su nueva forma crecida. Y quien sabe si por eso o por pura cuestión de suerte, volvió a impactar. Y esta vez debió golpear en algún punto importante, si es que las montañas podían tener eso, porque todo aquel monstruo tembló de arriba a abajo como si la montaña se hubiese asentado sobre un terreno incapaz de contenerla.

Cuando terminó de golpear, era difícil de ver a Daern, estaba prácticamente enterrado entre los enormes cascotes que su martillo había ido arrancando de aquel impresionante enemigo.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Ataques: 

1) +59 y 64 de daño.

Mordisco) +58 y 21 de daño.

2) Crítico (supongo) que al ser x4... 253 de daño (creo que el otro día conseguí un crítico y sólo lo multipliqué x2, pero es x4). Si fuese un constructo tengo un cristal de demolición que me permite hacerle críticos, aunque ahora no sé si declaré que lo usaba. Si la cosa es maligna, no tengo que tirar confirmación de crítico por ser el martillo bendito.

3) Supongo que fallo: +42 y 63 de daño.

4) 47 y 63 de daño.

(Si entrasen todos, 464 puntos de daño... :D)

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05/11/2011, 01:33
Director

La enorme criatura, que parecía debilitada con el temblor de tierra y con las runas plateadas, recibe un martillazo y su pierna entera se transforma en polvo y cascotes que vuelan en todas las direcciones. Falta de un punto de apoyo, la montaña viviente se desploma hacia Daern, amenazando con aplastarle con toda la fuerza y la inevitabilidad de incontables toneladas. El colosal tamaño de la estructura hace que la caída parezca ocurrir muy lentamente. Mientras la forma se dobla sobre sí misma y se precipita, el bárbaro semioso tiene tiempo de alzar el martillo con las dos manos sobre su cabeza. Cuando la montaña llega sobre Daern, el martillo ha oscilado y el golpe está en su máximo fuerza para recibir a la masa rocosa.

Lo que ocurre entonces no se parece a nada más que a una enorme explosión. La deflagración de un alquimista pero con roca en lugar de fuego. La lluvia de enormes trozos de piedra rebota en el escudo arcano de Roerkas, protegiendo a los héroes. Para cuando el polvo se disipa, Daern el Matadragones está enterrado hasta la rodilla en gravilla y tierra, y sus compañeros intactos aunque algo polvorientos. Los restos del enemigo, esparcidos por la inmensa llanura ya no tienen forma ni vida.

Los dos ojos-nube flotan y se retuercen, justo sobre sus cabezas. El tono verdoso de los relámpagos nunca se ha parecido tanto a un par de pupilas cargadas de odio.

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05/11/2011, 16:57
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern se rió, al principio contenidamente, pero después soltó una larga carcajada de puro regocijo.

Tú, cosa -dijo mirando al cielo-, me tenías encerrado en un infierno de batalla eterna. Pero ya ves, me han liberado, nos han liberado, y ahora voy a devolver el favor. Vivir o morir ya me da igual, si te soy sincero. Esto es mucho más divertido que aquello. Por ahora ya nos has servido el aperitivo de los pajarracos y el primer plato a base de mucha piedra, y como ves todavía no has conseguido ni tocarnos, y tus juguetes no nos han durado ni un minuto. Espero que tengas comida más sabrosa para el segundo plato, porque si no, tú serás el postre.

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06/11/2011, 01:31
Director

Animado por la risa de Daern y sus palabras desafiantes, Folcard comienza también a reir. Pronto Hagen se une también, en un tono más discreto que su compañero pero rebosante buen humor. El optimismo se contagia rápidamente después de haber visto al coloso caer, y durante un momento ni siquiera esas nubes parecen tan amenazadoras.

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11/11/2011, 14:42
Merlivert el de los 9 Puñales

Con las risas de fondo del grupo, derrotada la montaña viviente, algo en mi interior me dice lo que tengo que hacer en ese momento.

La roca caída representa una derrota, por encima de quien era quien movía los hilos. Con deliverada lentitud, me acerqué hasta los ruinosos restos, dando la espalda a mis compañeros. Una vez allí, me puse con las piernas abiertas, me desabotoné los cierres delanteros de mi pantalón, me saqué discretamente mi virilidad, y comencé a silvar una alegre tonada mientras orinaba sobre los restos de nuestro enemigo.

Un chorrito humeante cayó sobre las piedras, levantando un desagradable siseo que rebotaría en aquel abismo y en la cabeza del dios de la masacre más fuerte que cualquier viento que él pudiera desatar. Y sobre todo sería una imagen que él no podía olvidar. Cuando terminé de aliviarme, me volví a abotonar los cierres y me giré de vuelta a mis compañeros.

Alguno de los caballeros me miraba con expresión adusta, como preguntándose si realmente estaba en mis cabales. Una sonrisa lobuna acudió a mis labios mientras me echaba un poco de agua de un odre en las manos y luego las agitaba para secarlas.

- ¿Que pasa? -dije con inocencia falsamente fingida, encogiéndome de hombros- ¿Acaso no somos todos humanos con necesidades básicas...? No me mireis así. Se que estas cosas no aparecen en los relatos èpicos, pero dejaré de limpiarme el culo el día que me convierta en un angel inmune a las mundanidades fisiológicas... Hasta entonces... -me encogí de nuevo de hombros con frivola indiferencia- En fin, tomémonos diez minutos de parada técnica para beber algo, recuperar el aliento.. o lo que necesiteis... Luego seguiremos camino.

Y continuando con mi tonada silvante y mi actitud descarada me senté en una piedra y comencé a sacar lustre a mis puñales...

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13/11/2011, 02:12
Director

Las risas llegan a apagarse, y el ambiente parece relajarse tras la victoria. Incluso la perspectiva de un descanso bien merecido resulta alentadora.

Entonces el ruido de los truenos vuelve, y su imitación de una risa, profunda y macabra, resulta notable. Todos miran hacia arriba, hacia las nubes malignas, y entonces la tormenta empieza.

Varios relámpagos verdes caen a la vez, el suelo se fractura y se chamusca al contacto con la energia preternatural, y cuando el primer rayo golpea en uno de los compañeros, queda claro que la furia de un dios llueve sobre sus cabezas. La energía verdosa impacta en Parthalan, y su cuerpo se transforma en ceniza negra, manteniendo la forma humana solo un segundo antes de descomponerse por el dañino y perpetuo viento. Los restos del Maestro de los Discípulos Divinos, el más alto clérigo de Berfôska, se esparcen por el Pandemonium, toda la sabiduría y poder de ese hombre aplastadas por un solo retazo de voluntad divina.

No es el único héroe abatido. Media docena de relámpagos han hecho diana casi a la vez, y mientras Camus se retuerce de dolor, en el suelo, Merlivert solo consigue esquivar a medias el golpe y queda abrasado y horriblemente desfigurado. Folcard es un amasijo de carne quemada en posición fetal, aún vivo pero rendido a las heridas y la locura. Hagen grita de dolor y se deja caer al suelo, muerto o moribundo, y Daern ruje desafiante mientras su pelaje se chamusca volviéndolo aún más terrible a la vista.

Otros relámpagos más han chocado con el suelo, una descarga vacía de rabia, pues resulta poco creible que Erythnull que la tormenta de muerte falle en su puntería. Algunos llegan a ver cómo Roerkas conjura un enorme muro de fuerza horizontal en un intento de proteger a sus compañeros, pero la magia humana es inútil contra las deidades. Los escudos arcanos del mago rojo no son más obstáculo que el aire para una espada. El borde de la túnica carmesí se chamusca con uno de los rayos, y Roerkas entiende el mensaje: márchate, o el siguiente no fallará. En el borde de la zona asediada por la ira divina, Bohemond se ha arrodillado y parece rezar. Si pide ayuda a sus dioses o misericordia a Erythnull, es difícil de decir, pero por el momento no resulta dañado.

El dolor, caos y pánico inicial deja al fin pensar a los héroes, al menos a los supervivientes. No hay lugar donde ponerse a cubierto, y los rayos siguen azotando la zona. Parece que de un momento a otro cualquiera de los moribundos será rematado, y los que siguien vivos no lo estarán por mucho tiempo...

- Tiradas (6)
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18/11/2011, 17:45
Merlivert el de los 9 Puñales

- Ouch...

Aquellos rayos me habían pillado de refilón, y solo sentía un dolor agudo e intenso. Sabía, por como habían caído los rayos, que había compañeros que no habían tenido tanta suerte como yo. Podía ver, pues al menos la electricidad no me había reventado ningún globo ocular, pero no quise mirarles directamente. Sabía que a ellos les había impactado de lleno, algo a lo que no sobrevivirían, y quería mantener en mi mente el recuerdo vivo y entero de aquellos hombres generosos y valientes. Casi podía sentir las lágrimas aflorando en mis ojos al pensarlo.

Era triste. Era cierto. Y era real.

No tenía un espejo, pero sabía que la electricidad había dañado mi carne. Quizás de manera irreparable. Me encogí de hombros mentalmente mientras apretaba las mandíbulas por el dolor, resistiendo un grito acerado de impotencia. Jamás le daría ese placer. Nunca.

- Rayos... -gemí, poniéndome en pie, incando una rodilla en el suelo para levantarme con la firmeza que mi cuerpo apenas podía darme- ¿Rayos...? ¡¿Te ocultas tras los rayos como si fueras una simple ramera elfa con un arco?! -mi voz, a pesar de destilar dolor, estaba cargada de fuerza y determinación, así como la mayor de las armas con las que herir al Múltiple: desprecio- ¡A pesar de carecer de tantos atributos, pensaba que al menos el dios de la matanza tendría lo que hay que tener para presentarse abiertamente y librar sus luchas! ¡Nunca creí semejante infamia semejante, pero supongo que la verdad es esa! -mi tono y mi apostura eran cada vez más fuertes y más firmes, el cuerpo estirado y humeante por la acción del rayo caído, y la voz poderosa y potente, plena en convicción- ¡Eres un acojonado de mierda, Erythnull! ¡Un cobarde y un triste despojo que el olvido hará desaparecer cuando te meta mis dagas por tu elevado culo! ¡Y lo mejor es que no te mataré, pero sentirás infinitamente el aguijonazo de mi herida durante toda la eternidad! ¡Yo, Merlivert el de los 9 Puñales..., hijo de Alessa y Falquián..., hermano de sangre de Alivert, el que de tí se carcajeó mientras caía..., hermano de armas de Daern el Matadragones, Roerkas el Rojo y Camus el Íntegro...! ¡Yo escupo sobre tu nombre y te reto en tu propia casa! ¡PRESENTATE ANTE NOSOTROS SI TIENES HUEVOS!

Y tal como mi hermano había muerto, lancé aquel desafío con una sonrisa en los labios. Era el momento de sentenciar aquello... Era la hora...

...Era el final...

Notas de juego

Juer... Vaya fatality que te has marcado, jefe...

Si consideras que hace falta tirada de algo, dilo ;)

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20/11/2011, 00:01
Daern el Matadragones (by Akin)

No os lamentéis por los caídos, hemos venido a morir el la batalla si es necesario, la gloria los acompañará por la eternidad. Pero curad a los heridos, hemos de proseguir, ahora tenemos una razón más para la venganza.


Daern estaba dolorido, cualquiera alcanzado por aquellos rayos mortales lo estaría, pero había pasado una eternidad de dolor y este sólo era uno más. Notaba además como su propio cuerpo se estaba curando, y no tardaría demasiado en estar totalmente recuperado. Más allá de sus propias palabras, lamentaba la muerte de los suyos, preguntándose si sus almas encontrarían el camino a su verdadero hogar desde ese plano creado por el dios de la matanza. En todo caso, nada se podía hacer ahora para ayudarles, así que sólo cabía continuar.

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20/11/2011, 00:15
Director

El silencio y la calma permiten evaluar los daños. Parthalan ha muerto, y los Héroes Antiguos temen que Camus tampoco haya resistido el rayo. La furia de Erythnull parece haber sido especialmente cruel con los sacerdotes de dioses del bien. Mientras Bohemond acude a comprobar el estado del clérigo, Hagen consigue ponerse en pie y varias miradas se posan en Folcard. El Caballero del Cáliz aún respira, pero su cuerpo y su mente se han roto a la vez. Puede ser contado como una baja más.

La quietud parece haber sido conjurada por el desafío de Merlivert, y todos se dan cuenta de que incluso el viento huracanado propio del plano ha arreciado hasta convertirse en una mera brisa. Los ojos-nube en el cielo se disipan, y Merlivert está a punto de redoblar sus puyas cuando la mirada de Roerkas le hace contener su afilada lengua. El Múltiple no está huyendo, dicen los ojos del Mago Rojo, de alguna forma ha aceptado el desafío y está a punto de estallar otra tormenta.

Bohemond entona una plegaria curativa que hace que todos se sientan algo mejor. Roerkas conjura una protección arcana sobre el grupo y a la vez una de las dagas de Merlivert cambia, pareciendo convertirse en hueso y palpitando con poder mágico.

Una de las piedras que antes formaban parte de la montaña viviente comienza a palpitar y crecer. Un asqueroso pelaje oscuro brota de la superficie de la roca, y las partes calvas parecen una asquerosa piel quemada. La piedra está aumentando de tamaño y transformándose en algo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Podéis narrar o realizar acciones de un tiempo equivalente más o menos a 2 asaltos.

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20/11/2011, 02:10
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern no sabía que iba a salir en aquella roca, pero sí sabía que no sería un aliado. ¿Por qué esperar a que naciese?

Con la rabia que aún duraba en su cuerpo cargó contra aquella cosa, fuese lo que fuese, a la que golpeó sin piedad alguna.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Tiradas malas, espero que a medio nacer no tenga protecciones y entren todos los golpes. 

Ataques: 56, mordisco 39, 55, 47, 38. Daños: 59, 26, 65, 64, 61, 71.

 

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20/11/2011, 17:03
Bohemond


Bohemond continúa el salmo curativo, y quien sea el dios o fuerza que le escucha, parece otorgarle su bendición. La espesa barba negra del comandante oculta sus rasgos, pero los ojos llenos de fiereza son bien visibles. Los músculos de su torso, solo cubierto por las ropas ligeras desde que abandonó su armadura negra, se ponen en tensión cuando se prepara a poner a prueba los poderes que tantos recelos causan entre las otras órdenes de Berfôska.

Viendo a Daern cargar contra esa masa de carne y roca, el maestre de los Redentores prepara también la inminente batalla. Dirige una significativa mirada a Hagen y con apenas un gesto reúne el poder para un sortilegio de llamada que trae a un gran diablo de aspecto draconianco, con enormes alas de murciélago y púas oseas y cuernos por todo su cuerpo. La conjuración que Bohemond realiza de forma casi innata es un hechizo peligroso, usado por magos solamente en largos rituales, con preparación para formar una trampa, pues los infernales atraídos por la magia no están de ninguna forma sometidos por el conjuro, y acostumbran a ser hostiles hacia el lanzador. Sin embargo, Bohemond hace un gesto y dice una sola palabra en idioma infernal, esclavizando al ser justo antes de que se abalance sobre él.

- Tiradas (3)
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25/11/2011, 01:00
Director

Notas de juego

Espero a Merlivert!

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25/11/2011, 14:40
Merlivert el de los 9 Puñales

(ver abajo)

Ha empezado.

Bohemond ha lanzado magia curativa sobre todos nosotros, restañando el daño del rayo sobre aquellos que hemos sobrevivido... casi de milagro. Noto como como la carne de mi rostro y de mi cuerpo, abierta por la electricidad, se cierra deja a su paso una cicatriz. Mi mano acaricia allí donde el cielo ha descargado su poder e imagino la imagen, cicatrizada, de mi rostro. Seguramente mi aspecto a partir de ahora impresione aún más. Pero eso no es importante. Porque es muy posible que no salga de aquí.

Sonrío ante tal cuestión.

No es nada que no supiera ya...

Me había resistido a mirar a los caídos, pero finalmente paseé mi mirada por entre los afectados. Parthalan y Folcard están ya más allá de cualquier cuidado, en brazos de sus dioses. Hagen parece haber resistido mejor. Pero Camus no. Camus... Mi pasos me llevan hasta él. Le paso una mano por el rostro, con gesto amigable, como un padre o un hermano que da consuelo. Como al hermano que me hubiera podido consolar en una hora tan triste.

- Lo has hecho bien amigo... -le susurro con una sonrisa el los labios, sabiendo que sus heridas si no son mortales, poco le faltan- Ahora nos toca a nosotros. Tranquilo, no tengas pesar en el corazón... Descansa y en seguida estarás al lado de tus padres, en cuya presencia no has de sentir vergüenza alguna... Como ya sabías al venir aquí, el final sería feliz, de un modo u otro... Eres un buen hombre. Y tu Díos, esté donde esté, está orgulloso de su hijo más fiel... Descansa amigo. Esto es cosa nuestra...

Entonces, aquella masa, gris, quemada, bulbosa, con calvas y mechones de pelo de aspecto grimoso comienza a crecer, a tomar forma. Algo crece en el interior de ese montón de rocas derruidas. Algo nace. Algo que nace precedido de muerte. Algo que marchará dejando atrás muerte...

Apoyé a mi amigo en el suelo, detrás de una roca grande, pretendiendo aislarle del estallido de poderes que en un momento se iba a desatar. Como si eso fuera a servir de algo... Bueno, a mí me servía.

- Nos vemos en un rato, amigo... -le susureé, divertido, antes de dejarle con una sonrisa y un guiño, como si todo fuera una broma privada y nada hubiera que temer. Porque la verdad era aquella. Nada había ya que temer.

Me alcé y acaricié con gesto ausente mis dagas. Mis numerosas y fieles dagas. Eran como familiares, amigas, o amantes; partes de mi que llegaban donde yo no lo hacia. Una de ellas, la fina Sajamales, vibró en mi cinto. Me sususrraba excitada que ahí había un infernal, algo para lo que ella había sido creada para combatir. Su razón en la vida. La acaricié cariñoso, mientras veía como, adelantándose a todos, Daern se lanzaba contra el recién nacido. Era su decisión lanzarse, y yo no iba a quitarle el placer de ser el primero en intentar golpear al Múltiple.

- Tranquila Sajamales... Es importante tener estilo... -dije en un susurro- ...En seguida actuaremos... Por última y grandiosa vez... Y será un final que rubricarán los libros de historia de los dioses.

Así pues me quedé observando, acariciando a mis pequeñas, fieles y afiladas compañeras de viaje, mientras mis ojos observaban el nacimiento del Fin y un viento invisible movía mis cabellos que ondeaban orgullosos como el pendón de una bandera en la proa de un velero.

Era el viento del destino. De mi destino.

- Ya voy, hermano... -susurré, y el viento se llevó mis palabras...

Notas de juego

Pero joder, que despiste tengo... ¡Un despiste épico!

Como que pensaba que aun tenía que postear alguien... :P

PD1: Poned esto de fondo. ¡Que hay que meterse en situación, nenes ;P !

http://soundcloud.com/marceau84/two-steps-from-hell-protectors

PD2: ¿Cuanto he perdido y cuanto he recuperado? ¿Se ha contabilizado o es solo interpretativo como supongo...?

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01/12/2011, 02:46
Director

La masa parece adquirir su máximo tamaño y algunas extremidades brotan. Pelaje, garras y colmillos sobresalen, y el apestoso hedor a azufre de los infernales se confunde con la peste a tierra y sudor de una bestia muy grande, olores apenas sofocados por el continuo viento. Un fragmento interno de la roca no ha cambiado de consistencia ni color, sino que forma una enorme maza que uno de los brazos esgrime.

La criatura es realmente grande, y cuando su cuerpo se despliega, incluso Daern retrocede un paso, preparándose para balancear su martillo de nuevo pero dudando contra qué lo esgrime.

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01/12/2011, 02:53
Roerkas

Un avatar... dice Roerkas en un susurro. Parece hablar consigo mismo más que con cualquier otro. Convencerse de lo que ve.

Vida creada por un dios a su imagen y semejanza. Piedra animada por la sangre y voluntad del Múltiple.

A pesar del tono reverente, el mago rojo mira a sus compañeros y no disimula una breve risotada.

Se acabaron los enemigos menores. Esto es Erythnull...

Al menos parte de él.

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01/12/2011, 03:29
Director

La bestia se ha terminado de formar: una masa hipermusculada humanoide cubierta de un negro pelaje corto, con la cabeza de un jabalí terrible y ojos de demonio. Por su fisionomía podría ser algún tipo de híbrido entre un gigante demoniaco y un cerdo salvaje.

Mide tan solo unas pulgadas menos que Daern en su poderosa forma de oso, pero la criatura es mucho más ancha, y la maza de piedra hace sombra en tamaño al arma del Matadragones. En su cuerpo se pueden ver al menos dos heridas ligeramente sangrantes, fruto de los golpes de Daern. Quizá los primeros martillazos solo dieran en piedra, pero alguno hizo daño. Aún con todo, los cortes en el musculoso pecho desnudo de la bestia parecen hacer poca mella en él, y si acaso contribuyen a darle un aspecto más feroz.

Con una velocidad increible para su tamaño, el avatar se lanza al combate, aprovechando el leve titubeo de los héroes.

- Tiradas (1)
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01/12/2011, 03:30
Director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiradas de iniciativa, y si superáis su 18 podéis actuar.

Estoy llevando los puntos de golpe de forma orientativa, cuando haga falta un recuento exacto lo haré. Por el momento Merlivert está en torno al 60% de sus PG máximos y Daern en el 75% más o menos. Estoy contando curación rápida y contaré cualquier otro efecto aplicable, que desde el inicio del combate me vuelvo más preciso en esto.

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01/12/2011, 09:22
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern estaba listo. Viendo como su enemigo nacía con un par de rozaduras suyas sonrió.

La furia continuaba corriendo por sus venas, lo que convertía aquella sonrisa en algo salvaje, en una macabra mueca. Pero era auténtica. Daern no aspiraba a tener un poder comparable al de un Dios, así que seguramente el poder de aquella cosa (avatar, lo habían llamado) era muy superior al suyo e iba a morir en breve. No importaba. La muerte era deseable aunque fuese ante el mismísimo dios de la muerte. ¿Y si no? ¿Qué más daba? ¿Qué podía ser peor? ¿Una eternidad de dolor en un plano del que jamás podría escapar? Bueno, ya había pasado por eso. Al menos los héroes de este tiempo le habían concedido un tiempo de paz y una oportunidad, por ínfima que fuese, de cambiar su propio futuro.

Y aquí estamos amigo, al final de todos los caminos ¿Preparado para morir? -Y aunque parecía hablar consigo mismo alguien le contestó, alguien que compartiría su destino, y su fiel martillo que era todavía más antiguo que el propio Daern, vibró en sus manos, deseoso de golpear aquella encarnación del dios de la matanza.

Y Daern golpeó, no tenía ningún truco nuevo que mostrar porque en él todo era franco y directo, incluso la lucha. El final lo cazaría haciendo lo único que sabía hacer, golpear con todas sus fuerzas.

- Tiradas (7)

Notas de juego

Ataques: 59, 59, 57 (y crítico si golpea) , 42 y 58 de mordisco.

Tiro todos los daños, aunque me da que no le toco.

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13/12/2011, 13:00
Merlivert el de los 9 Puñales

Merlivert piruetea y finta logrando colarse bajo los brazos del enorme bruto, de forma que se pone en un lateral cerca de su espalda. Merlivert sostiene un par de sus puñales matainfernales con dos dedos de cada mano mientras desenvaina dos dagas y las hace girar sobre sí mismas antes de lanzarlas contra el ser. Los filos parecen tener vida propia, y se mantienen en el aire girando y azotando al gigantesco demonio-jabalí.

- Tiradas (7)