Partida Rol por web

Héroes y Profecías

La Última Batalla

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19/01/2012, 01:49
Director

Dos dagas siguen volando alrededor del avatar como si tuvieran vida propia, y en ocasiones uno de sus giros coje con la guardia baja a la criatura - atenta a muchos objetivos - y consigue herirle. Dos de los puñales que Merlivert clavó hace unos segundos en el ser, por otro lado, se adentran más y más en la carne, demostrando también cierto tipo de voluntad propia y retorcida. Por si no fueran suficientes cosas en las que pensar, hay otros cinco puñales que a veces vuelan desde las manos de Merlivert y a veces golpean en ellas. Ninguna herida es grave, pero la velocidad a la que se mueve el pícaro y la velocidad a la que pequeños cortes sangran hace pensar que el avatar no podrá resistir mucho.

En ese momento, los conjuros de Roerkas le azotan. Los conocimientos del Mago Rojo son vastos, y sabe golpear donde más duele. El choque sónico encuentra pocas defensas, y maltrata el musculoso cuerpo de la abominación.

Imbatible, perpetuo e inamovible, el enorme hombre-jabalí ruje con los ojos inyectados en sangre, y entonces comienza a crecer aún más... Mientras los conjuros estallan y las armas le golpean, el ser con la chispa divina de Erythnull crece  aún despues de superar el tamaño de una casa, hasta que incluso el gran hombre oso Daern, mágicamente agrandado por si fuera poco, parece pequeño en comparación. Daern ahora no sobrepasa el abdómen del avatar, y los demás, diminutos humanos, escasamente llegan a su rodilla. La cabeza de la maza de piedra asciende, como una enorme luna amenazante, y entonces baja con la velocidad de un meteorito.

Cada vez que el arma golpea el suelo, un enorme cráter se crea. El suelo tiembla, y la roca se rompe con la misma facilidad que los huesos. El gigantesco brazo deja de castigar la tierra solo cuando la polvareda creada impide ver a sus objetivos. Cuando el polvo empieza a disiparse no hay rastro de Daern, y los restos mortales de Hagen son terribles de contemplar. El grácil Merlivert tiene varios huesos rotos, dando la impresión de un pajarillo con un ala destrozada, pero el acero de sus dagas y de sus ojos sigue reluciendo, y su barbilla está alta, mirando a la descomunal criatura aún con desafío.

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31/01/2012, 19:43
Merlivert el de los 9 Puñales

- Arggg...

Notaba dolor en el pecho, seguramente un par de costillas rotas. También notaba una punzada en un codo. Notaba bailando un par de dientes y el ferroso sabor de la sangre en mi boca. Un ojo estaba borroso, un reguero de sangre me corría del cráneo, y al menos había dejado de sentir dos dedos de la mano dolorida. En dos palabras: estaba molido. Pero no estaba muerto, tal y como el dolor atestiguaba.

Aun tenía guerra que dar...

- ¡¿Eso es todo?! -mis palabras salían cargadas de desprecio y las escupía junto con sangre- ¡¿ESO ES TODO?! ¡Eso es todo cuanto puedes crecer?! ¿Es esa la grandeza que quieres demostrar? ¡Hasta una Tarasca la tiene más gorda que tu cabeza! ¡Perdonanme divinidad! ¡Olvidaba que no estais dotado! ¿Daern volverá en un instante al ruedo y te lo recordará con un suave toque de su martillo! ¡He observado cuanto lo has disfrutado! ¡¿Tan pronto olvidas que eres el único díos en la historia del mundo al que unos gusanos le han echo morder el polvo, como su de un eunuco sodomita que muerde su almohada se tratara! ¡DEMUESTRAME LO QUE SABES HACER, HASTA DONDE PUEDES LLEGAR, O LÁRGATE A QUE TE FORNIQUE UN , IMPOTENTE DEIDAD DE TRES AL CUARTO! ¡PORQUE EL CIELO SEGUIRÁ ESTANDO POR ENCIMA DE TI, OBSERVÁNDOTE! ¡¡¡SIEMPRE!!!

Esperaba que mis palabras hubierna continuado enfureciendo a la divinidad para que contuara creciendo. TEnía un último plan loco, dentro del plan loco en el que nos habíamos metido. Aun así, me lo estaba pasando de miedo.

- Roerkas... amigo... -gemí a mi arcano amigo- ...Hazme pequeño... Aun tenemos una oportunidad... desde dentro... Déjame ser el vírus que le provoque la mayor infección de su eterna vida...

Y manosee de nuevo a mis pequeñas, sabiendo que, pasara lo que pasara, me quedaba muy poco tiempo para estar junto a ellas...

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01/02/2012, 23:23
Director

El viento redobla su fuerza, el cielo truena, y el suelo cruje como si los golpes recibidos de la maza colosal y los conjuros hubieran sido demasiado. La estructura del plano mismo parece temblar. Mientras un plano se tambalea, dos héroes yacen muertos — Camus y Hagen — y otro está desaparecido. Solo dos leyendas vivas, Roerkas y Merlivert, resisten alzándose contra la criatura-dios. Las dagas del pícaro vuelan rebosantes de magia, la energía arcana acude a las manos del Mago Rojo, y parece que cualquier objeto o criatura debía desbordar poder bruto para resistir en un entorno así... cosa seguramente cierta.

El avatar tiene el orgullo de una deidad y poco más que la inteligencia de un animal; si tiene algún punto débil, podría parecer que Merlivert ha dado con él. El enorme demonio jabalí crecre y crece, a la vez que Merlivert disminuye y disminuye. Hay pocos medianos más bajitos que el tamaño que toma el pícaro de afilada lengua, pero al lado del colosal infernal parece un insecto, una brizna de hierba.

De repente todas las dagas y puñales, que flotaban y volaban, convergen a la velocidad del rayo en su dueño, y un parpadeo más tarde Merlivert simplemente no está. Haría falta un ojo agudo para verlo reaparecer a la altura de la cabeza del demonio para luego ¿volar? hacia su cara. Sea por magia de Roerkas o por sus propios talentos, Nueve Puñales se convierte en el mosquito más molesto que haya sufrido una deidad jamás.

El colosal monstruo-jabalí reacciona como la bestia que es, y lanza un bocado al aire, acertando a la primera a tragarse al diminuto Merlivert.

Tras unos cortos segundos para llorar la pérdida de otro héroe, mientras la abominación dirige su atención hacia el Mago Rojo, algo ocurre. Un súbito silencio, una súbita comprensión en los estúpidos ojos del avatar, y entonces la explosión.

Nueve puñales salen volando a la vez desde el centro de la cabeza del monstruo, como radios partiendo de la mandíbula y atravesando carne, hueso y piel. Cuatro de los cuchillos salen en las cuatro direcciones por la parte baja de la cabeza, volando hacia el suelo; dos atraviesan los ojos desde el interior; otros dos abandonan la parte trasera del cráneo. El último puñal, la que el pícaro loco llama Tajaviles, sale justo por la parte superior de la frente.

Apenas hay sangre, las heridas en la piel son poco mayores que las que haría un mosquito sobre la piel de un hombre. El cuerpo gigantesco se derrumba sin vida, como si hubiera sido todo este tiempo tan solo una marioneta y ya nadie la sujetara.

De una boca enorme sale el herido, babeado y cansado pícaro demente. Poco después el cuerpo del monstruo comienza a decrecer y se evapora en una nube de arena que se dispersa con el fuerte viento. Solo entonces, bajo unos cascotes, comienza a moverse algo que se parece al magullado Daern. Sin duda un golpe debió dejarle inconsciente, recuperando su discreto tamaño humano y pasando desapercibido entre los restos humanos y las ruinas del plano devastado.

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02/02/2012, 01:06
Daern el Matadragones (by Akin)

Lo siento amigos, os fallé. No he venido aquí para morir tan pronto, pero habría muerto de no ser por vosotros. Necesitaré unos minutos para recuperarme si no os importa. Y espero hacerlo mejor la próxima vez. Eso sí, cuando veáis nacer un enemigo ante vuestros ojos, no esperéis a que crezca para atacar.

No había recriminación alguna en el tono, al contrario de lo que pudieran parecer sus palabras. La parte que más había enfatizado era la primera frase. Caer moribundo bajo los escombros era fallar. 

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03/02/2012, 22:26
Roerkas

Palabras sabias, viejo amigo.

Reconoció Roerkas, quien miraba con gesto preocupado hacia el cielo. Daern estaba malherido y Merlivert no estaba mucho mejor, pero el Mago Rojo no había sido nunca alguien que se prodigara en atenciones, y por propia experiencia sabía que ambos se recuperaban rápidamente. 

Hemos hecho un buen trabajo y demostrado de qué estamos hechos, y aún así nos ha costado muy caro. 

Parthalan, Camus, Hagen y Folcard... cuatro de los mayores héroes de los que disponía la humanidad, y solo han sido un sacrificio para acceder a la antesala del Múltiple

El Señor de la Matanza por primera vez tiene razón para preocuparse, y ahora estará lamiendo sus heridas. Recuperando las energías que invirtió en su marioneta.  Aun con todo, el desafío final será mucho más complicado que esta batalla. Hemos venido a luchar contra un dios...

La idea de un ser más poderoso que el avatar resulta incómoda. La tarea por delante, agotadora.

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03/02/2012, 22:38
Bohemond

Bohemond sale de entre unos cascotes, herido y agotado pero vivo, y se acerca al grupo. Hace mucho ya que no viste su temible armadura negra, y la cadena en sus manos se hace demasiado pesada. Sin su impresionante coraza ceremonial, magullado y exhausto, el comandante de los Caballeros de la Redención es solo un hombre más bien bajo y ancho, de piel morena y una espesa barba manchada de sangre. No muy impresionante, pero manteniendo un perfil bajo y combinando suerte con habilidad ha logrado ser el último superviviente de los caballeros de Berfôska. El poder de doblegar mentes inferiores es de poca ayuda cuando tus enemigos son dioses y su calaña.

Sanaré vuestras peores heridas. Dice al fin el caballero, esforzándose por superar la conmoción.

Queda aún un largo camino.

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03/02/2012, 22:46
Daern el Matadragones (by Akin)

-  No te esfuerces con las mías viejo amigo, curo con facilidad, salvo que me maten por supuesto. Y esta vez parece que todavía no era mi hora. De todos modos sólo nos hemos enfrentado al avatar del Múltiple, si los dioses no nos ayudan, no creo que tengamos ninguna oportunidad ante él en persona. Aún así, moriré con el martillo en la mano antes que rendirme. Sólo espero que tantos sacrificios no sean en vano.

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06/02/2012, 20:11
Merlivert el de los 9 Puñales

Cubierto de materia osea, carne y pegotes sanguinolientos, me puse de pie, vacilante, como saliendo de una borrachera. Mis pequeñas regresaron a mi, como mis amantes y amigas fieles. Ya no estaba acelerado, ni la adrenalina bullía por mis venas. Ya no había más ruido ni destrucción. Ya no hacía falta.

Habíamos alcanzado una victoria. Más moral que eficiente, pero victoria a fin de cuentas. Y sabía de maravilla...

- ¿Lo hemos hecho, Roerkas? -comenté dubitativo- ¿Lo hemos hecho realmente o esto es una alucinación que mi mente me está jugando...? -unos lagrimones gordos comenzaron a rodar por mis mejillas, barriendo la cochambre divina- ¿Hemos hecho lo impensable...? ¿Lo imposible hasta ahora...? ¿Han muerto en verdad nuestros amigos para... esto...?

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06/02/2012, 20:30
Roerkas

Lo hemos hecho dice Roerkas, con una expresión triste al mirar hacie el suelo siniestramente decorado con cuerpos de héroes y amigos. Cambia de actitud, tratando de ser constructivo y de levantar la moral.

Daern le ha dado a base de bien; juraría que vi a ese avatar todopoderoso gritar "ay" más de una vez.

Por una vez, el Mago Rojo se entrega a las bromas y el buen humor. Vuelve a dirigirse a Merlivert.

Y el toque final con tus dagas ha sido precioso. Pero me temo que queda un mundo por delante. Nuestro enemigo final es tan superior al avatar que hemos matado como él lo era al hombre-montaña que Daern destrozó.

Se encoge de hombros, como diciendo "¿y qué?".

¿Seguimos?

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07/02/2012, 21:00
Merlivert el de los 9 Puñales

Me agache tras una roca mientras Roerkas hablaba. Era la roca tras la que había dejado a Camus.

- Adios amigo... Ya nos veremos... -dije secándome las lágrimas que ahora corrían junto a una triste sonrisa. Mis manos pasaron sobre los párpados de Camus. Había muerto. Ahora estaba con su dios y sus antepasados. Le desee lo mejor y me incorporé, volviendo al presente.

- Me da igual lo duro que sea el camino que hay ante nosotros, Roerkas... -mi tono de voz era más fuerte que antes. Más firme. Más sereno. Más desafiante- Ya hemos ganado, amigo. El miedo se ha instalado en su negro corazón. El miedo y la vergüenza. Ambos aumentará como un parásito, como un cancer, que irá creciendo y devorándole por dentro. Porque ahora, a pesar de nuestras pérdidas, somos más fuertes que antes. Sabemos que podemos vencerle. Y el sabe que puede caer. Ya ha hincado la rodilla una vez. Ya conoce el sabor de la derrota. Y ahora, con todo el universo de testigo, una idea palpita y rebota en ese cráneo que ya la he hecho estallar una vez gracias a ti Roerkas... "¿Y si esos gusanos me derrotan...?" -miré a Daern, que tras el enfrentamiento había quedado algo compungido. Mi voz iba cobrando fuerza y pasión según fluían las palabras- Jamás me has fallado, Daern. Hiciste lo que tenías que hacer y punto. Tu martillo saboreó su sangre y todos nos deleitamos con la sinfonía del crujir de sus huesos. Además, alégrate. Gracias a tu "fallo", tienes una nueva oportunidad de reventarle. Daern el Matadragones nunca ha sido tan admirado como lo ha sido hoy. Roerkas nunca has sido tan admirado como lo ha sido hoy. Los caballeros aqui presentes, vivos o muertos, nunca han sido admirados como lo han sido hoy. Mi hermano...

No pude aguantarlo. Recordé a mi hermano. Caí de rodillas y me tapé el rostro. Lloré como un niño al evocarle. Pero no fueron lágrimas amargas, pues no todos los llantos son de pesar.

Sabía que él lo había visto todo. Estubiera donde estubiera. Que me vería y sonreiría, alegre de saber que la misma sangre de nuestras venas había continuado lo que él empezó. Volví a alazarme. Me sequé las lágrimas. Sonreí, amplia, desquiciadamente.

- ¡Has perdido, Erythnul! ¡Ya has perdido! ¡YA HAS PERDIDO!

Y mis carcajadas sonaron claras y limpias en aquel páramo desolado, siendo arrastradas por aquel viento infernal por todos los confines del plano.

Apostaría oro contra mierda a que en aquel momento Erythnul se arrepentía de haber creado aquel viento que todo lo arrastraba hasta sus oídos...

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07/02/2012, 21:18
Merlivert el de los 9 Puñales
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- Tiradas (1)

Notas de juego

Un poco de labia para levantar la moral de los que quedan y minar la del que escucha... La hago secreta pa que el resto no sepa que "juego" con su psicología...

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10/02/2012, 23:59
Director

Las risas y lágrimas quedan atrás, ahogadas por el viento y por el pensamiento de la tarea aún por terminar. La memoria de los caídos se honrará vertiendo sangre divina. Las victorias pasadas pueden exaltar los ánimos, pero los más cautos o realistas siguen sin ver la visita a este plano más que como una misión suicida; el éxito es mantener ocupado a Erythnull lo suficiente como para que su favorito sea mortal. 

El cielo nocturno en el plano material está plagado de estrellas. En Pandemonium los vientos aullantes parecen ser el único rasgo, pero lo cierto es que hay también retazos de luz lejana. Brillos de fuego o magia, imposible saberlo, pero ahora parpadean y tiemblan. Tal vez la deidad de la matanza sí tenga miedo, después de todo. Tal vez lo imposible solo sea improbable y manos mortales puedan ser para los dioses lo que la Justicia Divina es para los mortales.

El camino continua, pues muerte o vida están en la misma dirección. La Ciudadela de la Matanza, el campo de batalla perpetuo de Erythnull, ya no está lejos.

El paisaje, ya duro y estéril, se vuelve cada vez más rocoso. Los héroes pronto hollan un pedregal negro que huele al interior de un volcán, su monotonía ocasionalmente rota por roques afilados como cuchillas. Los guijarros crujen bajo los pies a cada paso. En este lugar el viento ha amainado. Una mirada al cielo revela que las tormentas y los huracanes continúan, pero a mil pies del suelo. Sobre sus cabezas, las nubes giran con el ritmo frenético de un tornado. En algún lugar del firmamento hay una violenta corriente de aire que arrastra grava y arena, como si fuera un río terroso en el cielo. Roerkas habla entonces: esa corriente de aire desemboca en la Ciudadela de la Matanza. El origen de todo el mal del plano; el destino de todos los vientos malditos.

Mientras avanzan cautos hacia la meseta que es su destino, los héroes notan movimiento a su alrededor. Una criatura humanoide se asoma tras un risco, para poco después salir a plena vista. Otra figura igual aparece en el lado opuesto, y luego otra y otra más. Hienas a dos patas, ojos dementes, armadura de cuero y armas con filos crueles... Gnols. Otro puñado de las alimañas aparece delante y unas cuantas más detrás. Siguen apareciendo a derecha e izquierda, en todas las direcciones, pero siempre a cierta distancia. Caminan paralelas al grupo, se alejan o solo miran fijamente a los humanos, pero ninguna se acerca. No se atreven. No son criaturas cobardes pero tampoco del todo estúpidas. Algunos de los gnols son bastante más grandes de lo normal y otros tienen claros rasgos demoniacos. Ninguno se interpone en el camino, pero empiezan a inspirar una mala sensación.

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19/02/2012, 10:25
Daern el Matadragones (by Akin)

- Supongo que estarán esperando a juntarse los suficientes para atacar, o quizás esperan la llegada de enemigos de verdadero nivel para apoyarles después en la batalla... quizás deberíamos atacarlos nosotros antes de que una de las dos cosas suceda.

Sin embargo, la voz del bárbaro no sonaba demasiado convencida.

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24/02/2012, 01:19
Bohemond

Bohemond contesta al bárbaro, sin quitarle ojo a las alimañas.

No es frecuente ver simples gnols por aquí. Hay algun semiinfernal, pero la mayoría son las mismas sabandijas que encontrarías en el plano material. ¿Qué las habrá traído hasta aquí?

La forma en la que Bohemond mira a los gnols tiene más curiosidad que alerta.

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24/02/2012, 18:28
Merlivert el de los 9 Puñales

- ¿Que tal si probamos a espantarlos...? -dije, dirigiendo mi comentarío a Daern- Me resultan tan sumamente patéticos que me da lástima acabar con ellos. Enséñales a quien deben temer más, si a ti o su jefe sobre cuyo trasero acabamos de patear...

Lo cierto era que podíamos acabar con ellos, pero a los ojos del oscuro señor, sería mucho más humillante que sus hordas huyeran sin remedio frente a sus enemigos. Sobre todo sería duro ver, para una deidad de la matanza y el miedo, que tus tropas temen más a tus enemigos que a ti mismo...

Aun así, mis manos palparon las empuñaduras de mis pequeñas. Nunca perdía la oportunidad de sacarlas a danzar cuando surgía la ocasión. Sobre todo aquellos de naturaleza semiinfernal. A esos les tenía el ojo puesto desde que empezaron a rodearnos...

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04/03/2012, 16:56
Yeenoghu

Una figura alta y patizamba se acerca, destacando incluso entre los gnols más altos, a los que sobrepasa por tres cabezas. En su mano derecha lleva un cruel mangual de tres cabezas, y trozos de armadura cubren su piel sarnosa y casi calva.

No másss lejos, héroesss. Si tenéis algo de ssseso daréis la vuelta y os largaréis, pero sssi no me encantará ilussstraros con los horrores que os esperan en la Messseta de la Ciudadela.

A pesar de las grandes palabras, del no más pequeño mangual y del ejército de gnols que se ha congregado ya a su alrededor, el demonio-gnol no parece tener muchas más ganas de entrar en combate que sus inferiores.

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04/03/2012, 17:07
Roerkas

Yeenoghu escupe Roerkas, como si fuera un insulto.

Cuando las nubes se congregaron creí que al fin tu amo en persona iba a enfrentarse con nosotros, pero me equivoqué. Después nos mandó un avatar... y ahora un Príncipe Demoniaco.

¿Qué será lo siguiente, un simple tanar'ri? Si seguimos descendiendo en la jerarquía tendremos que prepararnos para un grupo de gibados...

Roerkas sonríe, pero no se conforma con eso. Ríe a carcajadas cuando comprueba que ni siquiera esas palabras animan al Señor de los Gnols a atacar. No hace falta ser una hiena para oler su miedo, de forma que el Mago Rojo se pregunta qué baza traerá para intentar convencerles.

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12/03/2012, 13:54
Yeenoghu

Gruñendo por lo bajo, el demonio-hiena vuelve a hablar.

Lo habéisss querido. Mi amo ha convocado sus ejércitos, que os esperan en la meseta. Todos los sssacerdotes del amo en todos los planos y quizá la mitad de todos losss demonios del multiverssso os esperan. El Señor de la Matanza es muy popular entre los tanar'ri...

Ríe con voz ronca mientras sus ojos rojos brillan y no dejan de analizar a los héroes.

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12/03/2012, 14:27
Merlivert el de los 9 Puñales

- A ti, te voy a destripar y luego bailaré un jiga... -susurré a un infernal de los muchos que les rodeaban, mientras mostraba una sonrisa confiada y cruel, sahiriéndoles alternativamente a uno u otro, según cruzaran su asquerosa mirada con la mía. Me divertía ver como pretendían mostrarse confiados, cuando era evidente que estaban nerviosos y temblorosos como una brizna de hierva ante un huracán.- A ti voy a convertirte en la novia de un giralón... Con tus ojos y entrañas voy a engrasar mi carro... A ti voy a hacerte tragar tus pelotas con un tenedor de postre... A ti te voy a mandar prisionero a los cielos de Celestia... A ti, voy a meterte la cabeza de ese otro por el culo...

Aquella escoria solo entendía ese lenguaje.

Entonces Yeenoghu quiso replicar a Roerkas con una salida ingeniosa. Como si puediera competir con el intelecto de mi amigo. Se suponía que sus palabras pretendían amedrentarnos.

- Oh, vaya Yeenoghu... ¿Así que es muy popular entre LOS tanar'ri...? -dije, conteniendo una carcajada y remarcando el artículo masculino de su frase con evidente tono de burla- Hummm... No sabía que los tanar´ri erais taaaaan leales al trasero de vuestro señor, Yeenoghu... Dime, ¿es el miedo o la lujuria que despierta su impotencia lo que hace que os pongais tras él a... cubrirle las espaldas...? Caray Yeenoghu... Creo que tu y tu señor sois unos chicos muy maaaaaloooos... Ahora ya se para que quiere el cetro del universo, pillines...

Y entonces le guiñe un ojo, señalandole con el índice, y meneándolo, componiendo a la par una expresión falsamente escandalizada a modo de burla.

Moriría antes o después en este asqueroso agujero. Pero me lo pasaría en grande.

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13/03/2012, 11:44
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern rió, con aquella risa alegre y contagiosa que tenía.

Así que tu señor ha llamado a todos sus ejércitos para escudarse tras ellos. No está mal, ha elevado mi autoestima, se ve que le hemos metido el miedo en el cuerpo. En todo caso, un montón de mundos serán ahora mismo un poco más libres, con sus enemigos retirándose de sus planos para venir aquí a protegerlo. Sólo por eso ya ha merecido la pena.