Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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26/10/2018, 15:38
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Enterrador escuchó lo que cada uno tenía que decir inspeccionó a la mujer pelirroja, a su haca maldita y caviló sobre la situación. No tardó mucho en llegar a conclusiones, dando su opinión.

- Opino como Requiem. Si el hacha está maldita por la maldición imperante en este lugar y el último ser es el que sustenta dicha maldición... la ecuación es sencilla: mata al bicho y libera a Sascha - dijo el enterrador ante las pesquisas de Anciano Sabio al respecto. Mientras observaba cómo el hacha estaba, más que agarrada, adherida a la mano de la luchadora y a la vez provocaba la ira frenética en ella, le pareció obvio sacar provecho de todo ello.

- Anciano, como bien dice el poeta no perdería tiempo en averiguar mucho más y le daría a la varita. Si Tormento cae y Sascha es llevada al otro lado, en su actual estado y como bien tú mismo dices, démosla por muerta - indicó apremiando al clérigo para que sanara a los presentes -. En cuanto despierte estoy de acuerdo con Gruñido: usemos su frenesí para soltarla ante el espectro, mientras el resto ayudamos. Opino como Alexei en cuanto al hacha, pudiendo ser letal para nuestro último oponente. O el vuestro. Lo que sea. Si tenemos éxito y ese espíritu es vencido probablemente la maldición desaparecerá, al igual que la sed de sangre de Sascha - opinó el vigilante.

- Así que, padre Moro, le aconsejo que se ponga a ello. Hay mucho que sanar y poco tiempo para ello.

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26/10/2018, 15:55
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El menor de los Mykephoros dio un paso al frente y asumió la responsabilidad del liderazgo, circunstancia con la que Sebastián Moro no podía estar más de acuerdo y por lo que decía Enterrador, no era el único que pensaba así. Tan pronto Alexei expuso el plan de acción, el anciano sacerdote se arremangó y se dispuso a hacer uso intensivo de la varita de curación.

- Alexei, ya antaño los Mykephoros nos han guiado con acierto en horas oscuras y es una suerte contar contigo para liderarnos.

- Acércate tú primero Gruñido, pues aunque tus heridas son leves, portas una espada mágica que espero sea capaz de dañar al último fantasma, así que tienes que estar al máximo de tus capacidades. - Cuando  el semiorco se aproximó la varita le devolvió toda la vitalidad perdida.

- Ahora tú, Anselmo, pues son tantas tus heridas que me sorprende que puedas tenerte en pie. Aunque quizá tu espada no dañe a nuestro enemigo, tendrás que estar preparado para tomar la de Gruñido si él cayese y concluir la tarea.

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27/10/2018, 20:16
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Anciano Sabio usó la varita de restablecimiento menor para devolver a Sascha la fuerza perdida. Luego preparó de nuevo la varita de curación y lanzó una mirada inquisitiva al bardo que se había establecido como líder del grupo.

- En el momento en que lo digas, comenzaré a canalizar la energía sanadora de la varita para restañar las heridas de Sascha. O si preferís moverla antes de que comience a sanarla, esperaré. No debemos olvidar que en el sanatorio Tormento está en combate, no deberíamos dilatar demasiado la sanación de Sascha ni tampoco confiar a ella todas nuestras opciones ya que ambos podrían intercambiarse en cualquier momento. Si eso ocurre es porque Tormento está al borde de la muerte y no supondrá ninguna ayuda a este lado.

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28/10/2018, 22:22
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Mientras Enterrador trataba de incorporar a la joven bárbara, Sebastián comenzó a canalizar energía de la varita, pero era tal su nerviosismo, temeroso como estaba ante la inminencia del combate y ante la posible violencia del despertar de aquella mujer  acostumbrada a una vida salvaje incluso antes de ser afectada por la maldición que realizó una canalización pésima y la mayor parte de la energía mística se dispersó reverberando entre las paredes de la estancia. Tanto Anselmo como él eran dos desconocidos para Sascha. ¿Y si pensaba que la estaban intentando forzar? Los mataría antes de preguntar siquiera.

Concentraté viejo estúpido. Ya solo te falta orinarte encima de miedo ante la visión de un fantasma. - se reprochó a sí mismo. Respiró hondo tratando de serenarse y aprovechar hasta la última gota de la energía sanadora de aquella varita. -Aún está muy herida, Sascha aún requiere más sanación.

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29/10/2018, 18:36
"Ansias de Morir".

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Los valientes héroes continuaron por las oscuras estancias y pasillos, decididos a terminar lo que habían comenzado. Pero los peligros eran numerosos e impredecibles, fue por eso que una precipitación del Doctor Querio le costó un ataque sorpresa que lo mandó al otro lado de las nieblas. Tampoco pudo librarse Konrad que fue arrastrado por primera vez al "otro lado". En su lugar aparecieron el ya conocido como Enterrador y alguien del que ya habían escuchado en los relatos de sus compañeros pero aún no habían visto en persona, Nigromante. A pesar de las pérdidas y el desconcierto los héroes siguieron luchando. Sascha seguía inconsciente de las heridas del combate anterior y eso dificultaba el poder destructor del grupo, pero Gruñido luchaba con decisión para proteger al grupo ante sus enemigos. No cejaron hasta acabar con aquel esqueleto llameante, aunque el precio había sido alto...

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30/10/2018, 22:21
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Después de algunos titubeos más, Sebastián Moro consiguió templarse y mentalizarse para lo que estaba por llegar de forma inminente. Requien y Enterrador habían dado a entender que aquel no-muerto era el último a desterrar del mundo de los vivos. Una vez lo consiguiesen estarían en mejor posición para ayudar a los del otro plano. El anciano sacerdote no comprendía la amenaza a la que se enfrentaban en aquel lugar, pero le parecía que el Hombre Andrajoso era una amenaza más importante, pues amenazaba el propio tejido de la realidad.

Su ánimo y su pulso se serenaron de modo que la canalización se hizo más efectiva y pronto la joven salvaje estuvo casi en plenas facultades. La pobre, apenas estaba recobrando el conocimiento y ya era conducida a un nuevo enfrentamiento donde bien podría perder la vida, sentía que la estaban tratando como un perro de pelea y sin embargo, ¿acaso no estaban todos juntos en esto? las circunstancias exigían combatir y tal vez morir.

- Sea pues, Sascha ya está en condiciones de combatir, proceded cuando estéis listos.

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01/11/2018, 00:27
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Cuando Nigromante accionó el mecanismo, el wright en que se había convertido el más sanguinario de aquellos criminales surgió del pozo y aunque la visión era capaz de helar la sangre a cualquiera, Sascha se lanzó hacia él con un vibrante grito de desafío que contagiaba valor. Sebastián Moro dejó pasar delante de él a los combatientes y mientras estos se adelantaban a entrar en la estancia, alzó el símbolo de Farasma que brillaba con más intensidad que nunca, y con voz sentenciosa exclamó:

- Hasta aquí has llegado abominación. En nombre de la Señora de las Lápidas te ordeno que abandones el mundo de los vivos y te arrodilles ante su presencia para recibir el juicio merecido. Ya no puedes postergar el veredicto que sin duda te enviará al infierno reservado para los autores de los crímenes más abyectos. La resistencia es inútil.

Elevando el símbolo sagrado de Farasma todo cuando daba de sí su brazo derecho y con la varita de curación en la mano izquierda, el sacerdote avanzó con decisión tras el resto.

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02/11/2018, 08:31
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Saltador emergió del pozo y con su descomunal hacha de protoplasma lanzó un tajo a Sascha abriendo una larga y profunda herida por la que la salvaje comenzó a perder sangre a un ritmo brutal. Sebastián Moro siempre había sospechado que la madera de la que estaba hecho no era especialmente heroica, de hecho tenía bastante más de ir cobardemente en la seguridad de la retaguardia y sin embargo al ver el maltrato que estaba recibiendo aquella pobre mujer, además de maldita, que por otro lado era la mejor opción que tenían de salir airosos, se dirigió hacia ella con una determinación y seguridad como si hubiese nacido en un campo de batalla. Se colocó a la espalda de Sascha y la tocó sutilmente con la varita transmitiéndole una potente energía vital que cerró todas su heridas al instante. La canalización fue tan intensa que erizó el lacio cabello de su barba así como la roja melena de la bárbara. De esta guisa miró fíjamente a Saltador y juntando ambas varitas le gritó:

-No nos puedes dañar.

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03/11/2018, 13:00
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

 PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El miedo se iba apoderando del noble bardo, la sensación de no haber terminado con los peligros era una carga que tenía que continuar sosteniendo en su delicado temple mental. Sin mucho reparo, después de llegar a la conclusión que debían de seguir, se dispuso a ayudar a Enterrador, sabía que ese hombre les iba a sacar del peligro, era un buen guerrero a tener en cuenta en primera línea de batalla.

Los ánimos de Anciano Sabio incrementaron un poco el ego del pequeño de la familia Mykephoros, allí, ordenó a ir a por el último enemigo con algo más de valor en su voz. Al tiempo que Sebastián Moro utilizaba su magia para restaurar a sus compañeros y a Sascha, el dramaturgo ayudaba a Anselmo Paddock con el transporte de la bruja.

Réquiem sujetaba escuchando las órdenes de Enterrador, allí mantenía a Sascha bajo su pequeño y maltrecho cuerpo. Aunque poco pudo hacer al tiempo que la bruja recuperó la consciencia, la dejó ir, como si fuera un animal furioso que iba a atacar a su presa. Pudo ver la furia de la mujer y allí, Alexei, se apartó para recular. El mecanismo dejó ver a su enemigo, otro espíritu con una gran hacha.

Sin perder tiempo, reculó colocándose en una posición defensiva, tenía miedo pero sacó algo de valor y empezó a recitar un macabro verso sobre la muerte y la destrucción; la agonía y el dolor de sus sentimientos iban a ser la causa de inspirar al valeroso grupo de guerreros que se iba a enfrentar a aquella atrocidad.

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03/11/2018, 14:07
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Una nueva flecha voló desde el arco de Cazador hacia aquella horrenda criatura. Y de nuevo volvió a fallar, igual que había pasado con el primer disparo a pesar del largo tiempo que había estado preparándolo. Todo sucedía muy deprisa a su alrededor. Sascha estaba ya trabada en combate, lo que dificultaba los disparos. No obstante, era la única formar de derrotar al espíritu. 

Cerca pudo oír la voz de Réquiem recitando versos de algún poema antiguo. Parecía fuera de lugar en medio de una contienda a vida o muerte, pero por alguna extraña razón sus palabras les inspiraron para llevar a cabo esta gesta.

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04/11/2018, 20:49
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El bardo seguía recitando esos versos macabros para inspirar a sus compañeros a continuar la lucha contra el maligno ente, mientras cantaba se iba colocando en la retaguardia, alejándose del peligro en una actitud claramente defensiva.

Réquiem pudo ver como Sascha y Gruñido lograban terminar con la vida de la aparición llamada El Saltador. Los ojos del noble demostraron cierta calma y paz al ver como el espíritu desaparecía y quedaba sellado en el arma que portaba la bruja. Las piernas de Réquiem temblaban por la tensión, miedo y desconocimiento de lo que vendría después.

Decidió cesar sus versos, aflojando la presión con la que agarraba el garrote tosco que demostraba el nerviosismo que sentía en esos momentos ante la hazaña que habían realizado.

- “Deberíamos volver para entregar el arma a Vesoriana” – informó Réquiem, que puso su atención en el estado de Sascha, estaba preocupado  por la reacción de la mujer al querer dejar esa arma maldita, solo esperaba que la maldición hubiera finalizado.

- “¿Estáis todos bien? ¿Heridos?” – dijo mirando a todos los integrantes, miró a Anciano Sabio para ver si estaba preparado para usar sus magias curativas ante los posibles heridos.

- “Vayamos a ver a Vesorianna, luego… si no pasa nada deberemos de volver al pueblo a informar a Kendra Lorrimor y dar un entierro digno a Gabriel Alarico” -

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04/11/2018, 20:56
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Aquella salvaje con pelo de fuego propinó una sucesión de golpes capaces de partir a un hombre que fueron debilitando a la aparición. Finalmente el semiorco terminó de derrotarla con un golpe de espada aún más letal.

Cuando fue evidente que habían acabado con El Saltador, Sebastián Moro se apolló en la piedra del borde del pozo para recuperar el aliento. No conocía la naturaleza de las nieblas ni de los vínculos por lo que no podía descartar que fuesen reclamados al otro lado en cualquier momento. Este pensamiento le llevó a usar la varita consigo mismo. Observó el hacha y constató que la tarea estaba incompleta por lo que cuando Requiem sugirió ver a aquella desconocida que parecía saber más, se mostró de acuerdo.

Pero cuando escuchó a Requiem hablar de enterrar a Gabriel Alarico, le vino una tos que casi se atraganta del espanto.

- Nooo. Nooo. Querio Vendel piensa que el intercambio puede ocurrir aún habiendo fallecido uno de los vinculados. Démosle tiempo por si averigua el modo antes de enterrar a nadie. No queremos que Gheorghe se intercambie cuando Gabriel está dentro de una tumba.

Tras decir esto se dispuso a seguir al Alexei Mykephoros.

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06/11/2018, 17:29
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.


Tras lanzar su enésimo conjuro de detectar magia e informar de lo localizado, Nigromante asintió ante las palabras de Anciano Sabio, dando por terminado un largo lapso de reconcentrado silencio.

- Anciano Sabio tiene razón. Es evidente que no sabemos como funciona la niebla y, por tanto, no es en absoluto descartable que vuelva a funcionar aun cuando uno de los "intercambiados" haya fallecido. Empíricamente hablando, hasta que la misma no se lleve nuevamente a varios de nosotros, no podremos saber si es o no seguro enterrar al bueno d Gabriel. Lo que me lleva a otro tema que quiero tratar antes que nos separemos como ya se ha comentado. Por lo que parece la situación en este plano está bastante controlada. Al menos, por ahora. Por el contrario en el asilo hay toda una serie de pobres personas atrapadas en un plano de pesadilla y nos enfrentamos a enemigos, al menos, tan poderosos como los que acabamos de eliminar. En su momento no tuve ningún problema en que las armas de Gabriel se usaran para combatir las amenazas de "este lado", por así decirlo, pero me gustaría volver con ellas cuando la niebla me haga regresar. Y de ser posible con alguna ayuda. Aunque... a fuer de ser sinceros si no logramos escapar del manicomio pronto temo que ni nosotros ni los otros habitantes vivos vayan a sobrevivir. No creo que falte mucho para que seamos convocados al otro lugar con lo que... agradecería tanto las armas como toda ayuda que podamos recibir.

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06/11/2018, 18:09
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Todo fue realmente rápido. En cuanto Sascha comenzó a convulsionarse fruto del retorno de su consciencia, hubo que hacer una gran fuerza para evitar que comenzara a atacar a todo lo que se moviese y estuviese a su rango. Requiem y él mismo sujetaron a la pelirroja maldita por el hacha y este último cogiendo su larga y fogosa cabellera alzó su cabeza para que mirara hacia su verdadero objetivo.

Anciano Sabio siguió sanándola y pronto la bruja recobró unas fuerzas desmesuradas quitándose de encima a los que la retenían. En ese momento Nigromante alzó la verja que separaba al grupo del temible espíritu y la mujer corrió adentrándose dentro de la celda donde moraba el no-muerto.

Uff. Gracias a los dioses, suspiró Enterrador, aliviado al ver que Sascha había elegido el objetivo correcto. Se levantó con premura y corrió en pos de la frenética compañera que con el hacha maldita se enfrentaba al monstruo. El enterrador no aportó demasiado en la derrota relámpago de aquel ser, ya que no logró impactar la forma incorpórea del enemigo. Pero de alguna manera molestó e importunó al oponente, logrando que la pelirroja ganara ventaja táctica sobre él e impactara con comodidad todos sus ataques. Con la ayuda de Gruñido, los cánticos de Requiem y las soflamas enfervorizadas del viejo sacerdote, el espíritu pronto pasó a ser historia.

- Caramba. Bien hecho todos - felicitó no sin antes ponerse en guardia ante Sascha al no saber si continuaría con su frenesí asesino, dominada por el hacha. Pero no. Caído el último aparecido, la sed de sangre había desaparecido en ella, pero no su mal genio ante el hecho de que el arma maldita seguía adherida a su mano.

- Si la tal Vesoriana puede finalizar con la maldición una vez liquidados los espíritus atormentados, vayamos a verla - dijo encogiéndose de hombros, estando de acuerdo con la proposición de Requiem -. Habéis comentado que habría que entregarle las armas de los cinco seres derrotados, o algo por el estilo. ¿Tenemos las otras cuatro? - preguntó confuso.

Con una velocidad pasmosa Gruñido se arrojó de cabeza al pozo de donde saliera el no-muerto y al poco salió con un par de objetos. Enterrador no pudo evitar mirar uno de ellos, una maza pesada, su arma favorita, con ojos golosos. Pronto meneó la cabeza y se quitó la idea de la cabeza tan pronto miró a la mano apresada de Sascha. Sin saber qué era exactamente no tocaría esa maza. Esperaría a que Nigromante las analizara primero.

Apareció el tema de enterrar al pobre Buscador. Él tenía unas cuantas ideas de cómo hacerle un entierro digno, deformación profesional, pero surgieron dudas al respecto: tal vez la muerte no impedía cambios de "lados". No sería nada agradable enterrar a Alarico y que Gheorghe, en determinado momento, apareciera sepultado en su lugar.

- Mejor ser prudentes. Soy de los que opina que a todo muerto hay que darle un entierro digno con relativa prontitud ya que eso puede evitar, en ocasiones, apariciones perturbadas. O no las evita pero sí las retiene - explicó, como si supiera sobre el tema -. Pero en este caso mejor ser prudentes y pacientes - admitió.

Lo siento, Gabriel. Espera un poco más, pensó con pesar.

- ¿Donde está su cuerpo? - quiso saber a la par que Nigromante preguntaba sobre las pertenencias de su excompañero.

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06/11/2018, 20:14
(CC) Cazador.

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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Cazador miró con asombro la proeza de Gruñido, y luego echó un vistazo rápido a los objetos que había traído. Pero lo único que llamaba su atención era la ballesta, y estaba rota.

-Igual se puede reparar...

No estaba acostumbrado a desperdiciar los escasos tesoros que había encontrado en su vida de cazador de monstruos. Las mejores armas, por lo que había dicho el Nigromante, deberían estar en poder de aquellos que podían verse trasladados hacia el otro lado.

Cuando Enterrador preguntó por el cuerpo de Gabriel Alarico, le contestó: -Lo saqué de una celda de agua, está en la sala anterior.

Los demás seguían hablando de armas malditas y de espíritus. Temas que iban más allá de la comprensión del joven cazador. Pero escuchaba con atención, por si podía aprender algo.

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06/11/2018, 21:44
"Ansias de Morir".

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Tras reponerse del combate anterior nuestros valientes aventureros siguieron adelante sabiendo que debían enfrentarse a un mal muy grande, probablemente el peor de todos hasta ahora, pero lejos de amilanarse enfrentaron con entereza su destino sabiendo que la gloria era para los audaces. Todos formaron un perfecta máquina de lucha en la que cada engranaje cumplía su función y hacía girar a los demás: Las flechas de Cazador, los versos de Requiem, los poderes de Nigromante, las curaciones de Anciano Sabio y los ataques de Enterrador, Sascha y Gruñido. Fue éste último quien terminó asestando el golpe final a la criatura que pareció desvanecerse y desaparecer atrapado por el hacha que portaba Sascha. Todos vieron como la sangre que siempre impregnaba el filo se ajustaba como recibiendo a su nuevo prisionero y con eso pareció como si la maldición que pesaba sobre Ravengo entrara en letargo, al menos por el momento. Era hora de tomar las decisiones que podían marcar el fin de la maldición y también de pensar en sus compañeros al otro lado, cada decisión podía ser decisiva.

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07/11/2018, 00:09
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El bardo observó a Sebastián Moro y allí afirmó, el anciano tenía mucha razón con sus palabras – “Bien es cierto, tiene usted toda la razón Sebastián” – no había pensado en que Gheorghe estaba en el otro lado, toda la adrenalina le había impedido caer de nuevo en la realidad y pensar en el otro grupo, en el lugar en el que él debería de estar, en el maldito asilo. – “Me parece perfecto, habrá que dar tiempo a enterrarlo.” – afirmó allí que se dispuso a reagruparse.  El bardo escuchó también las palabras de Dyonisius y las comprendió a la perfección – “Deberíamos ofrecerte todas las armas posibles y más si son las mágicas…” – intento corregir toda su intención, quería escaquearse pero era imposible – “Y… toda ayuda será bien recibida, yo… yo… bueno, aparecí allí y tendré que volver. Es más, quiero destinar todo mi tiempo una vez termine toda esta pesadilla de la prisión en ayudar al otro grupo.”

Las siguientes palabras fueron  hacia Enterrador – “Anselmo, todas las otras armas ya han sido entregadas a Vesoriana”- le respondió a su pregunta que allí volvió a mirar a los presentes. Lograron salir del agujero con algunos objetos más, se interesaron por el cuerpo de Gabriel y allí Réquiem describió como volver al piso de arriba.

 -“Si no me equivoco y voy mal encaminado, deberemos volver a la sala en la que está el cuerpo de Gabriel. Entonces, iremos hacia el este y allí hay una especie de balsa de agua, deberemos ascender hacia el piso de arriba por allí. Una vez arriba os guiaré hacia Vesoriana."

Se comprometió Réquiem en guiar al grupo hacia el espíritu de la esposa del Alcaide de la Prisión.  

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08/11/2018, 18:38
(CC) Gruñido.

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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

La serie de acontecimientos que se habían dado en el interior del lóbrego subterráneo en el que habían penetrado estaban siendo bloqueados por la mente del cochero. Él no aspiraba a estas aventuras más allá de ver algo de la zona conduciendo el carro del señor Konrad. De hecho creía que este tipo de andanzas estaban ya fuera del alcance de su no tan joven señor.

Por otra parte de haber alcanzado a entrever los peligros que aquí acechaban nunca hubiera dejado que Sascha entrara sin él a su lado. Si bien la mujer era indómita y peligrosa, a veces prescindía del sentido común (el menos común de los sentidos) y se metía en embolados de alto calibre.

Después de todas las luchas, carreras, deslizar, trepar, encuentros con muertos, viajes a través de la niebla y pérdidas recientes, Gruñido hacía trabajar sus músculos en un trabajo simple y cansado que le conectaba de nuevo con la realidad. Izaba a pulso a los menos acostumbrados a usar sus músculos y su mente se calmaba mientras observaba a una aún no recuperada Sascha por el rabillo del ojo. Ójala pudieran ayudarla.

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10/11/2018, 10:41
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Por fín habían subido todos ya fuese por medios propios o izados por la fuerza del brazo de Gruñido. Sebastián Moro esperaba que solo quedase caminar hasta ver a aquella mujer misteriosa con el conocimiento necesario para acabar con la maldición.

Se estaba tomando un respiro mientras terminaban de subir a Requiem cuando tuvo un presentimiento, una sensación casi física de peligro y urgencia desde el otro lado. ¿Habían conseguido derrotar a Zandalus y se enfrentaban al Hombre Andrajoso? Cruzó una mirada con Enterrador, Requiem y Nigromante, todos compartían el mismo semblante sombrío indicador de que ellos también lo habían sentido.

Solo esperaba que la salvaje no fuese reclamada desde el otro lado, esta vez no solo porque implicaría que Tormento estaba al borde de la muerte sino porque el hecho de que el hacha maldita fuera transportada al otro lado introducía un nuevo imponderable, ¿Podría acabarse con la maldición si el hacha ya no estaba en este plano? ¿y si el Hombre Andrajoso podía liberar al Saltador de su prisión una vez el hacha llegase al otro lado?

- Basta - Dijo en voz alta aunque dirigiéndose a sí mismo y sin darse tiempo para pensar más, se despojó de los brazales dejándolos caer al suelo, sin duda a Sascha acostumbrada al cuerpo a cuerpo le prestarían mejor servicio. Sostuvo la varita de curación en la izquierda y tendió la derecha vacía hacia Enterrador - Maese Anselmo, ahora que posee una maza, permita que porte yo una de sus dagas. Caballeros, debemos estar preparados para ser reclamados en el Sanatorio. Farasma nos observa, mostrémosle cuan grande es nuestro coraje. - Acostumbrado como estaba a dar sermones y y pronunciar palabras grandilocuentes, estas le salieron con naturalidad, pero por dentro tenía el corazón encogido de miedo, su mente estaba anegada en un gélido terror primario. Al fin y al cabo el Hombre Andrajoso ya le había matado una vez. Miró otra nuevamente a Nigromante, él había sido el único superviviente de aquel primer encuentro. ¿Acaso había sido un presagio?

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10/11/2018, 12:14
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Notó la musculatura lumbar tensa ante el esfuerzo de tirar de la gente hacia arriba adoptando una mala postura.

Si es que ya no tienes edad para hacer el bruto sin consecuencias, Anselmo, se dijo el enterrador llevándose las manos a los riñones.

Como fuere, y tal vez porque en el pasado ya lo había hecho aunque no lo recordara, el hombre dejó caer su torso hacia adelante, dejándolo colgar y que la gravedad hiciera el resto. Sintió los músculos lumbares, poco a poco y dolorosamente, se fueron estirando conforme sus manos se acercaban lentamente hacia el suelo. Tras un minuto de esta guisa, el hombre se reincorporó lentamente. El dolor persistía pero en una enorme menor medida. Mucho mejor, admitió.

En ese momento algunas personas se desvestían y se llevaba a cabo intercambios de objetos. Anciano Sabio se acercó y le pidió la daga, aduciendo que ya tenía una maza. Y era verdad. Pero no pudo evitar enarcar una ceja de extrañeza al no comprender para qué querría el arma el viejo sacerdote. No había blandido ninguna en todo el periplo y personalmente no lo veía especialmente capaz en su uso.

¿Para qué quieres un arma mágica?, le preguntó mentalmente. Aun así no dijo nada y finalmente se encogió de hombros.

- Como desees - dijo sacándola con la mano zurda con rapidez, haciendo una cabriola hábil con dicha mano y extendiéndola para que la cogiera, pero demostrando que podía manejar la daga perfectamente con la mano "torpe" y por ende con ambas a la vez, cosa que había estado haciendo durante el avance en el asilo: luchar con dos armas simultáneamente.