Partida Rol por web

Pido a Nimay que me deje en el suelo, ya es demasiado lo que le he incomodado, pero sé que no le importa, sonrió a Olenna cuando me toca el hombro y luego junto a Wardjan me acerco a la osa y le acomodo de mejor forma junto a Roy, cubriendo mejor su rostro y el de linda con la chaqueta que una de las chicas le puso encima, haría lo mismo con el de Daeron, pero no tengo nada más con que cubrirle.

-Nimay, mientras el resto discute, podrías ayudarme con Haathee, creo que será mejor dejar los cuerpos a los pies del Ángel, si existe la posibilidad de traerlos de regreso como dicen, creo que él los custodiara mejor, ya decidirán que harán con los cuerpos cuando esto se torne más complicado, aunque la idea de la pila funeraria me parece más respetuosa que ser devorados por esos animales, es una lástima que por el otro hombre no podamos hacer más por sus restos-

Todos discutían teorías de lo que ocurría, todos desconfiaban de unos y otros y a mí me importaba poco, por ahora quería darles una despedida a los caídos, era una lástima que no tuviera flores para dejarles sobre sus pechos, mi madre siempre decía que a los muertos se les debe respetar.

Deidre se había acercado al falso anfitrión y la quede mirando, ¿se habrá molestado conmigo o Nimay?, me encogí de hombros respondiéndome a mí misma.

La chica extraña, se acerca, es bastante tímida, pero su aspecto me causa temor, si fuese mi muñeca, le arreglaría el pelo y le quitaría esas manchas de la cara, no entiendo por qué pregunta eso, es bastante evidente ¿no?... –No, fui hechizada por la bruja del oeste y mientras no encuentre a la bruja blanca no podré volver a ser la anciana que era- bromeo riéndome un poco de la situación y me alejo de ella.

-Como eran las palabras del chico ese….mmmm… ¡ah sí!...” Entre ellos seguro que se encuentras las nuevas semillas de la destrucción”…dijo “ellos”, así que eso confirma que son dos o más los culpables de la muerte de Roy, además…él fue atacado mientras dormíamos y que recuerde, no sé cómo me dormí ni en qué momento tras entrar a este lugar…¿pasara lo mismo esta noche?...¿nos quedaremos dormidos sin más y alguien más amanecerá muerto?...Roy era especial, no debió haber muerto, pero seguramente era una amenaza para quienes quieren destruir Oldland-

Busque con la vista a Nhydia* y me acerque hasta el límite del lugar, Wardjan no se alejaba ni un instante de mí y mi mano siempre posada sobre su lomo sin perder contacto, ellos nos observaban desde afuera.

-Ustedes, saben más sobre la historia y lo que aquí está ocurriendo, ¿Por qué no nos cuentan que paso en el pasado, quizás así podamos identificar a los perturbados y podamos ayudarles a mantener el equilibrio-

El vietnamita, apuro su cigarro liado antes de contestar a aquel nombre de la piel de ébano.
-Caza antes de que te cacen.-Dijo finalmente, dejando que el humo ocultara su cara marcada.-Según las historias y demás personas que lo cuentan, solo un bando sale ganador, es decir: solo cuando quienes quieren abrir la puerta son los que quedan o cuando aquellos que desean impedirlo. Nunca ambos bandos, al menos eso han repetido una y otra vez los textos. Aunque tal vez haya mas interesados, cada vez es distinto, amigo mio. Por eso esta vez somos nosotros y no otros.-Comento antes de parpadear y alejarse de Oliver.

De pie mirando la losa y los nombres, ahora que había una palabra mas iluminada. los contó y luego contó a los presentes.-22 marcas, 3 iluminadas. 22 Personas y 3 muertos. Si, esto sin duda nos representa.-Pensó en alto, al menos una de las dudas había sido respondida, la que quedaba era la razón de esa iluminación, aunque si lo que se decía era cierto, tenia una ligera idea, claro que el esperaba un guardia y no a 6 de ellos, así pues, el pasado puede que solo fuera eso, pasado y ahora todo fuera diferente.

Negó con la cabeza confundido y se rasco la nuca sin quitarse la gorra.-Esto es tan complicado... y me temo que se va ha complicar a cada día que pasemos.-Siguió hablando en alto hasta que la voz de una de las mujeres llego a sus oídos.-Si sentís la necesidad de hacer algo con los muertos y quemar o devorar no es parece correcto, podemos enterrarlos, ¿No estamos acaso rodeados de bosque? Y hay mucha gente fuerte, así el olor sera menor y la impresion tambien sera menor al no verles tendidos sin vida en el suelo.-Quiso zanjar el tema, pronto, porque la gente aun no parecían percatarse de lo importante que era esta empresa.

Siento el toque de una mujer que levita a mi lado y le miro con cierta curiosidad, las cosas parecen torcerse una tras otra dando una visión... peculiar, cuanto menos, cosa que confirmo cuando el portador de la peste me habla. Le miro enarcando una ceja.

No seré yo quien impida que tus compañeras o tú hagáis lo que deseéis, tan sólo pretendía advertirte.

Habla entonces una distinguida Fiona, ofreciendo su fuego para los cadáveres y, en cuanto a mí concierte, niego lentamente mientras explico.

Antes de ser pasto de las llamas, harán más bien a los carroñeros.

Pero ella se aleja, ofendida, y las palabras continúan desencadenándose, siendo difícil seguir el ritmo que está tomando, señalo con la cabeza hacia el dios sin trono, Alastor.

Estoy de acuerdo en que la discordia está sembrada... y crece rápido.

Concedo. Me llaman la atención muchas otras palabras, e incluso abro la boca como para hablar cuando siento que me rodean con los brazos. Miro a la mujer levitante un poco extrañado, pero asiento con la cabeza. He olvidado lo que iba a decir, sin embargo la niña pregunta, y yo escucho atento la respuesta que puedan darle, mientras, tanto hablar de comer...

Estoy comenzando a tener hambre. Tengo frutos secos, por si alguien gusta.

Ofrezco mientras con una mano saco una bolsa con diversos frutos secos en su interior y estiro el brazo, permitiendo que quien desee pueda tomar unos pocos. Sin embargo, las últimas palabras del oriental suenan... extrañamente sensatas en mitad de esta locura, le miro, y luego a los cadáveres, preguntándome cómo terminará esto.

Nora bufó, sintiéndose repentinamente cansada y saturada. Ella misma había intervenido en la discusión que se había generado entre sus acompañantes a causa de los cadáveres, pero aquello se alargaba demasiado. Y se insistía una vez y otra en lo mismo.

De pronto se sintió extraña, en medio de toda aquella gente desconocida, y sintiendo que necesitaba algo de espacio se alejó un poco del epicentro de la trifulca, aceptando el ofrecimiento de Dyehuty con un asentimiento de agradecimiento- Gracias. Sospecho que será una de las últimas cosas que comamos y es necesario conservar la energía en esta circunstancia.- dijo, mirando los frutos secos con una ligera desconfianza, para acto seguido descartar que alguien se atreviese a envenenarla de una forma tan descarada, llevándoselos a la boca, mientras notaba cómo Raksasha le daba un suave cabezazo, como si le pidiera algo importante- Lo sé. Pero no sabía que no habría carne para ti. Lo siento. Trataré de solucionarlo lo antes posible.-aclaró, mientras acariciaba su pelaje y le dedicaba una mirada preocupada, suspirando. ¿Era aquello similar a lo que había vivido su padre? ¿Qué habría hecho él en su lugar?

Se preguntó aquello, y tomó asiento sobre el suelo, notando que su compañera le cubría las espaldas. Y en silencio, escuchó. Era importante escuchar, y no abrir la boca si no había nada importante que decir- No sé si siempre ocurre exactamente lo mismo- dijo, de pronto, tras un breve intervalo- Supongo que los eventos sucederían de manera diferente en cada ocasión, pues cada vez han acudido personas diferentes, con ambiciones distintas a las nuestras. 

Vyka vio el gesto de Alastor con desagrado. Realmente era un insulto para su estirpe. Entonces vio cómo Deidre había dejado a un lado a Theora y se había dedicado a dejarse consentir por aquel hombre. Era curioso, los lobos que ella conocía eran muchos más esquivos que eso, a menos que...

Dejó de pensar en ello y escuchó a Smel quien le dijo que se encontraba bien, aunque parecía inquieta. Luego escuchó la respuesta de Fiona y le dijo con un tono neutro más con una mirada cansada - Si he mencionado cortar sus manos es para ser ilustrativa. Los compañeros de los Eve no son solo animales, son un solo ser, así como los Melknhar no somos Melknhar sin nuestro poder - le parecía increíble que tuviera que explicarla aquello a una mujer de esa edad. Tal vez tenía las marcas en la piel pero sin duda, carecía de la sabiduría.

- Los Grovehn no son seres completos sin su arma y los Eve sin su animal. Era una analogía. Su afán por incinerar los cuerpos o deshacerse de ello me parece abismal, como si ese fuera nuestro único problema - y miró a Sylvia - Es cierto, es posible que regresen - tomó una pausa.

- Las semillas de la destrucción están entre nosotros y su mayor y primordial preocupación es el olor a muerte. Tal vez siempre han vivido en la ciudad y no conocen lo que es el olor de la muerte - entonces, se acercó al lagarto de su compañera y le dijo - Seguro que al menos podemos cubrirnos las espaldas - dijo con un tono gentil.

Entonces Nói intervino y Vyka solo dijo - Recuerden que seguimos estando encerrados -. 

Miré a Dyehuty con desgana, la misma mirada que al resto de mi legado. Pero necesitaba quitarme el regusto amargo, especialmente tras otra demostración de otra sucumbiendo a los "encantos" del graaaaaaaaaaaaaan Alastor. Pereza, tanta que casi hacía buenos al resto de Grovehn que allí se encontraban. Así que acepté algunos frutos secos. Y bueno, había que reconocer que tenian sabor.

Escuche como a muchos no les importaba los cuerpos de los caídos e incluso parecía que se los Sorteaban para devorarlos, incluso la misma actitud de Alastor me dejaba inquieto:

- ¿acaso han perdido del todo la humanidad?, estamos hablando de personas, da lo mismo que nuestra naturaleza este mezclada entre demonios y humanos, pues nuestra primera madre, Joselinne siendo humana, hizo cambiar incluso a Caín nuestro padre que era un gran demonio- hago una pausa tratando de ver algo mas que desprecio y arrogancia, que en apariencia sobraba en esta reunión- incluso...- no terminé mi discurso cuando el hombre rata, a su modo, trató de inculparme

- si tuviera en mis deseos matar a alguien de aquí, te aseguro, por la vida de mi abuela!, que no te hubiera advertido antes y que me todos me verían hacerlo a plena luz del día con esta misma arma- dije mostrando a "Partealmas"- no soy de los que necesitan la oscuridad para matar- lo miré con enojo, pero respiré profundo calmándome- tus modales son de una bestia, no de un hijo de Eve, que mas que satisfacer solo sus necesidades, trata de estar en armonía, quizás los que mejor llevan la armonía con la naturaleza de todos los legados; no sé si tienes algo que ver con las muertes, solo sé que faltó alguien que te guiara y te enseñara algo de humanidad- moví mi cabeza en señal de negación y me acerqué a la pequeña sonriendo:

- no pierdas la inocencia que tienes con tu edad- comencé a hablarle- sabes?, durante mi vida, he podido ver muchas cosas horribles de nuestra naturaleza, pero también he visto nobleza y lo mejor de nuestra parte humana... el amor incondicional; no sé que nos depare en este lugar pequeña, no sé que pasará mas adelante, pero tu eres valiente, pues se necesita valentía para enfrentar a los demás cuando están por hacer algo incorrecto- la miré a los ojos- en lo que pueda te protegeré- terminé diciéndole.

Nimay siguió con la mirada a Deidre durante un instante cuando la joven se alejó, pero no dijo nada. En cambio, cuando la niña se vio más recompuesta la dejó en el suelo y le removió los cabellos, haciendo un esfuerzo por dedicarle una sonrisa en medio de tanta muerte y confusión. 

Asintió a su petición con la gravedad que merecía y Haathee la siguió para tomar los cuerpos con su trompa y dejarlos donde Theora le indicase. Nimay no creía que eso pudiera servir realmente, la misma idea de que un muerto pudiera volver a la vida en su propio cuerpo, sin pasar por la rueda del Samsara y reencarnarse en lo que su karma dictase, ya le resultaba demasiado extravagante. Pero tampoco a eso dijo nada. Si con ese pequeño acto la niña se sentía mejor, él la ayudaría. Además, mientras estuviese junto al elefante, él estaría protegiéndola.

Pensativo miró a Olenna, que había repetido sus palabras con una convicción que él no sentía tan firme, y cuando ella le explicó la gracia de esa especie de chiste macabro, enarcó las cejas, comprendiendo la ironía que le señalaba. Se preguntó si la extraña joven del bastón le explicaba todos los chistes que se le ocurrían porque lo creía un poco tonto, o si sería algún curioso gesto de camaradería. En todo caso, se cruzó de brazos y la contempló con cierta curiosidad.

—Sí, supongo que tiene su gracia. De una forma un poco retorcida.

Después escuchó atentamente al anciano melknhar y a la eve de piel oscura. Los dos parecían saber más sobre aquella situación, sobre aquellas reuniones anteriores, así que retuvo sus palabras y se quedó pensando en ellas. 

—«Caza antes de que te cacen.» —musitó, repitiendo para sí mismo las palabras del anciano. Una sonrisa se ladeó en sus labios. Llevaba toda la vida cazando a los que cazaban, así que esa premisa no le era ajena ni desconocida. Miró al hombre y asintió con la cabeza, creyendo comprender al menos en parte. 

Lanzo un último pestañeo a la mujer de los fuegos... ¡pero si acaban de morirse! – Así lo haré, señora – Resto total importancia dando un vuelco a mi cabello. No sé como se apellida la aburguesada dama para dirigirme a ella, pero me doy media vuelta ante todo esto.

Sobre el tema ya se dijo bastante a mi propio parecer. Y no desapruebo que el elefante mueva los cuerpos de nuevo, si no que se les hagan "cosas". Daeron acaba de morir, así como el hombre y su panda. Incluso el hombre que se descompuso por vete a saber que razones.

Por otra parte me asombra bastante el ímpetu de Vyka, a todos los niveles. Quón asimila la presencia de la chica dirigiéndose a él. Después de todo, como cuando soy yo quien abre las vallas de nuestro hogar a alguien, desde dentro, y no cuando alguien las abre desde fuera. En la cercanía es como si viviese en su eterna puesta.

¿Si espero quedarme tanto? ¿Cuanto? ¿lo qué? - No puedo esperar otra cosa, pero prefiero no desear lo contrarío – Respondo a Olenna, si es que llego a comprenderla. Es misteriosa esta mujer.

A continuación vuelvo a Quón y cruzo mis brazos – Tendremos que esperar un poco – para su comodidad. Y mejor ni hablar de como llegamos hasta Oldland. Aunque se escucha el paso del agua... y si se escucha, igual está dentro de los limites de esta plaza.

El debate sobre qué hacer con los cuerpos empezaba a taladrarme los oídos, era tedioso e incomprensible, pues tendríamos que estar más unidos para interceptar a los causantes. Puse un gesto amargo en mis facciones y me fijé en Fiona.

Ella se alejó y yo la seguí. Se sentó a fumarse su cigarro y una vez que estaba cerca, le sonreí. La sombra y el movimiento de aquel árbol, apartado del murmullo y las acusaciones infantiles de nuestros compañeros de legado, daba calma, en forma de aire y brisa - no deberías esconder tu rostro bajo ése maquillaje, hasta las grietas son belleza - dije despacio sentándome a su lado.

Fijé mis pupilas en sus ojos, cansados y furiosos - no creo que seas la causante, sólo tratabas de hacer lo mejor - con sinceridad en mis pupilas, traté de traspasarle el frescor y la niñez que aún albergaba mi ser.

- Por cierto, soy una maleducada...mi nombre es Yaiza - encogí los hombros y arrugé la nariz, en una nueva y delicada sonrisa, aniñada y simple. Me vendría bien desconectar por unos momentos de tanta muerte y pena.

Fiona se quedó mirando a Sargagas cuando esté le habló, unas palabras amables aunque vinieran de aquel hombre de apariencia tan desgradable, siempre eran bien venidas por lo que la mujer le correspondió con una sonrisa y un ligero cabeceo.

- Afortunadamente hay quienes tienes sentido común- contestó al Eve de las ratas.

Entonces el resto comenzó a increparla y a recprocharle el intento de dar un entierro a los cadáveres de los caídos, a lo que Fiona siguió fumando con tranquilidad, cuando se hubo terminado el cigarrillo exhaló el humo y sin llegar a levantarse de la roca en la que se hallaba cómodamente sentada, respondió.

- Vaya... parece que la que tiene toda la pinta de mala es una servidora- sacó un espejo de mano y se puso retocarse, no le gustaba que sus marcas de Melknhar estuvieran tan a la vista- y todo porque he accedido a la petición que me hizo Nimay de incinerar los cuerpos...- miró a todos cerrando el espejo de mano- os habéis apresurado a reprocharme la incineración de ambos, en la creencia de que puedan ser traídos a la vida... pero que yo sepa, no ha sido mía la idea de la cremación y dudo que una incineración sea obstáculo para que los muertos regresen. Dado que todos sois tan virtuosos y tan buenos- comentó con ironía- necesitáis a un chibo expiatorio y claro...- se encogió de hombros- yo doy el pego, ya he vivido bastante ¿verdad? sois todos unos necios- agrió el gesto- pero mirad... con el incidente de la pira funeraria algunos de vosotros ya se han manifestado y puede que se llegue a conclusiones, yo al menos ya he llegado a la mía.

Entonces Yaiza se sentó a su lado ante su sorpresa, Fiona le dedicó una sonrisa.

- ¿Tu crees?- se tocó el rostro ante el comentario de la Grovehn sobre su belleza, no pudo evitar volver a sonreirle- Fiona Blackwood... gracias encanto- le agradeció el gestó con una suave y rápida caricia en la mejilla.

Nimay estaba pensativo, pero al escuchar su nombre levantó la mirada y buscó a Fiona para negar con la cabeza.

—Disculpe —intervino, con voz suave y educada, pero también firme—, tal vez me entendió mal, pero yo no le pedí nada. Ella —dijo, haciendo un pequeño gesto hacia Aisha— me pidió que trajese árboles para hacer una pira funeraria y yo le dije que no podíamos salir, pero que si lo que quería era hacer fuego, los troncos no eran necesarios porque estaba usted. 

Cambió el peso de una pierna a la otra antes de añadir algo más.

—Yo no he dado mi opinión sobre qué hacer con esos cadáveres porque aquí hay gente muy dispar y cada uno tendrá sus creencias y su cultura. Los deseos de cada uno deberían ser respetados. Ellos ya no pueden hablar y tampoco sus familiares. Antes de que llegue la putrefacción deberemos hacer algo al respecto, pero como dijo Nora, todavía faltan días para eso. 

Se encogió de hombros, todavía hablando con la mujer melknhar.

—Pero si yo muero sí me gustaría que usted me incinerase, por favor —pidió, haciendo una leve inclinación con la cabeza hacia ella—. El Shmashana guiará mi alma en el camino de mi siguiente reencarnación hacia Brahma y así mi espíritu no quedará atrapado. No les voy a pedir que derramen mis cenizas en el Ganges o que se las den a mi esposa para que ella lo haga. Pero la cremación en mi cultura es la mejor forma de ayudar a quienes han fallecido.

Dio por terminado el asunto y miró a Noi y Nora, esperando por si aportaban alguna pieza más de información, todavía dándole vueltas a algo que se le antojaba más importante que el qué hacer con los cadáveres: qué hacer para no terminar convertido en uno. 

No comprendo la actitud del hombre rata, es como si estuviese buscando la muerte…

-El cauce de la naturaleza es dejarla actuar, no actuar sobre ella… Cuando mi búho sale de caza yo no se lo ordeno, dejo que ella actué.  Creo que hay una gran diferencia.

Los búhos no cazan bebes pero Blanca Noche lo haría si yo se lo ordeno, eso sería monstruoso por mi parte. Tras un silencio. –No quiero continuar más con esta conversación.

Ladeo la cabeza con incredulidad y sin dirigirme a nadie en concreto.- Que no podamos salir de este lugar no significa que no podamos coger madera. Señalo al cielo. Anoche dormimos bajo la luna y las estrellas, así que por hacer fuego no creo que nos asfixiemos.

Marcho hacia la linde de este lugar donde se encuentra el bosque invierto tiempo en reunir tocones para preparar una hoguera lo suficiente grande como para calentar al grupo durante todo el día y noche. Una vez he reunido la leña busco en mi petate un mechero y enciendo la hoguera. Me siento cerca de ella para calentarme mientras  observo sus hipnóticas llamas y sin apartar mi mirada de las llamas.- Al menos, esta noche dormiremos calientes, espero que nadie a estas alturas me culpe por encender un fuego. 

- Por cierto, mi nombre es Aisha, y ella es Blanca Noche ante su nombre el rapaz responde con un ulular… y no come bebes.

Tras su pregunta a la chica del lobo Olenna se queda esperando una respuesta, expectante y con una tesión suave en sus músculos. Sin embargo antes de que esta respuesta llegue lo hace la del hombre elefante, al que dedica una media sonrisa y el comienzo de un encogimiento de hombros con sus palabras.

Acto seguido otra mujer llama su atención, la que va flotando de un hombre a otro. Al ver que se dirige a Sylvia los dedos de Olenna agarran más firmemente su bastón, preparándose para actuar a la menor señal de peligro. Sin embargo no ve estas señas, o si las ve considera que la urgencia no es inmediata y se queda esperando, pendiente de lo que suceda.

Las palabras de la niña, sin embargo, acaban por capturar su mirada, y aunque su mente sigue pendiente de las otras ella ladea la cabeza con curiosidad, como si hubiera algo en lo que ha dicho que no le encajase del todo. Esta expresión llega cuando la cría usa de esa manera un sarcasmo tan impropio de alguien de su edad. Sin embargo no dice nada al respecto. En lugar de eso da un par de pasos en su dirección y habla de algo diferente.

—Es normal no recordar cómo se duerme —asegura con sequedad—. Cuando uno se duerme está dormido. —Tras esas palabras mira un momento los cadáveres y no tarda en hacer un gesto hacia el panda y su compañero—.  Los echas de menos aquí —dice a la niña llevándose una mano al pecho, y acto seguido lleva el índice de esa misma mano a la sien—. y también aquí. Sólo una pasará.

Con esas palabras y sin esperar respuesta vuelve a caminar. Observa de lejos los frutos secos del hombre del desierto, pero en lugar de tomarlos coge una de sus propias galletas. Deja otras dos en el suelo, a la vista y disposición de quien las quiera. Va escuchando las cosas que dicen unos y otros, y se plantea haber estado equivocada sobre la mujer de fuego cuando ve que maquilla las marcas de su piel.

Finalmente, cuando Nimay habla, le mira con una especie de solemnidad, respetando en silencio las palabras que dice. Ella no necesita pensar demasiado para saber lo que quiere que pase en caso de que ella muera. Con pasos graves se acerca hacia Sylvia y su serpiente, y con la naturalidad de quien no conoce el miedo se acerca a mirar al animal a los ojos, quedándose a sólo quince centímetros de ella.

—Fyas —la llama a pesar de la cercanía—. Si muero no estaré viva, pero me comes —dice, resumiendo así sus pensamientos. Entonces desvía un instante su mirada hacia Sylvia, y aunque sus siguientes palabras pueden sonar a imposición por su hosquedad es evidente que no son más que una oferta y una bendición—. Las dos.

Nimay, Deidre, Olenna y ahora Owen habían mostrado interés en protegerme, o al menos habíamos empatizado en cierta forma, pero comenzaba a sentirme extraña, más al ir comprendiendo lo que aquí ocurría, yo no había sentido ningún llamado, el destino trajo a mi familia a este pueblo, sin saber que terminaría aquí y lo más seguro es que mis padres estén bastante preocupados buscándome.

-Gracias…- dije al Grovehn de color e hice una reverencia, pues no sabía que más agregar, quería estar más cerca de Wardjan y concentrarme en su mirada para ver si podíamos percibir algo más que pasáramos por alto.

Puse atención mirando a Nimay, su solicitud de cremación de acuerdo a su religión era respetable, aunque desconocía más detalles de la religión que profesaba, sentí un deje de angustia en pensar que él podría morir, pero presentía que durante la noche, el letargo del sueño me cobijaría en la eternidad, sentí algo de nostalgia, pues era como si la misma tierra me dijera que no debía estar ahí, que había sido un error y que otro hijo de Caín habría sido el más adecuado.

Mientras estaba ensimismada en mis pensamientos, Olenna se acercó y me hablo, me saco una sonrisa su juego de palabras, pues tenía razón y asentí estando de acuerdo con ella, pero más curiosidad me causo su gesto, no dije nada, no sabía cómo responderle, pero era como si comprendiese lo que sentía, no deje de mirarla mientras se alejaba y en la distancia cuando volvió a cruzar su mirada conmigo, hice el gesto de llevarme la mano al corazón y luego a la mente y una leve reverencia con la cabeza, luego volví a centrar mi atención en Wardjan.

-Tu y yo no somos débiles y a pesar de ser una niña y quizás no imponer respeto para nadie, no dejare que nos subestimen, somos Hijos de Eve y nuestro vinculo es fuerte, y si se atreven a venir por nosotros mientras dormimos, lucharemos, por nosotros, por aquellos que han decidido protegernos- El can ladeaba la cabeza para terminar lamiendo mi rostro con gran aprecio.

Me permito recrearme en el contacto de la mano de Deidre con la mía sobre el pelaje de su bestia. Entre tanto sinsentido, ya puestos, añadamos algo de disfrute. Total, realmente ahora mismo no tengo ninguna potestad real, está claro que cada uno decide por libre, la mayoría basándose en un altercado bastante insulso a mi modo de ver. Ya no trataré más de poner orden, pues parece que muchos han tomado mis palabras y actos como una ofensa, por lo que terminaría creando el efecto contrario al que deseo. Así que a esperar y conversar, no hay drama.

- ¿Piensas entonces que esto es alguna clase de prueba por parte de esos seis que nos metieron aquí? ¿Que hay un motivo por el que nos hayan encerrado con estas... semillas de la destrucción como se les está llamando a quienes hagan esto? Mhm... - rasco mi barba con la izquierda mientras mi derecha se sigue moviendo en caricias - Yo me temo que solo lo puedo ver como un conflicto de intereses. Es obvio que hay algunos entre nosotros que precen querer obtener algo de esta ciudad, y que solo lo van a lograr con sangre. Por eso andan matando gente. El caso ahora es descubrir quien o quienes... y por qué, de paso, para satisfacer la curiosidad. Y cuanto antes mejor... 

Sonrió genuinamente a las palabras de Sylvia, al menos dentro todo lo que se escuchaba por la sala aquello era lo más cercano a un comentario optimista. “Ojala pruebe ser verdad y podamos verlo muy pronto. Ese poder aliviaría mucha de las tensiones que tenemos ahora.” Comento dirigiendo una mirada fugas a los fallecidos que por suerte habían dejado casi de ser un tema central.

Aunque se encuentra charlando con Sylvia puede notar alguno de los gestos del Árabe ante sus avances, sacándole una sonrisa divertida ante estos. Incluso la tienta a continuar con mayor profundidad pero se lo pensó mejor ya que parecía serle más difícil hablar si continuaba sin embargo se tentó con una última cosa. “Gracias.” Le susurro a unos cortos centímetros de su oído.

Uno de los frutos comienza a flotar en el aire dejando saber que su dueña lo reclamaba, pocos segundos luego lo tomo con su mano para llevárselo a la boca y masticarlo por un buen rato.

No tenía mucho más que agregar por lo que prefería quedarse callada mientras la noche se empezaba a imponer a ellos. Pero entonces las palabras de Olenna la dejaron sorprendida y luego divertida ante su seriedad. “Mira que suerte tienes al menos no tendrás que preocuparte por el hambre.” Bromeo mirando a Sylvia antes de volver su mirada a Olenna buscando si hablaba tan enserio como sonaba o era una broma macabra.

Nói rechazo el ofrecimiento de frutos secos, debido a su legado y pasado estaba acostumbrado a pasar dificultad de todo tipo, por lo que pensó que mejor seria que esa escasa comida fuera repartida en aquellos que usaban el físico como única defensa.

Alzo la mirada y quedo mirando al cielo, la noche llegaba inexorablemente sin remedio alguno. Bajo la mirada y negó ligeramente, casi sin que nadie pudiera apreciarlo, pues la gente aun no parecía tener claro lo que hacían allí o la razón real de aquella reunión, a pesar de haberlo intentando explicar.-Llega la noche...

Apareció a las espaldas de la mujer del cocodrilo.-Prepárate, si lo que en el pasado sucedió pasa hoy, sera mejor que todos estemos preparados, esto se va ha poner feo.-Miro a Nora esperando que ella negara sus ultimas palabras y que las peores historias no fueran reales, después coincidió con la mirada del hombre del elefante. Y decidio contestar a Alastor.

-Esto no es una prueba de ellos, la guardia simplemente esperaron por nosotros, esto es cosa de nuestra sangre y de la ciudad. Ni yo se mucho mas, pero algo me dice que pronto sabremos todo lo referente a este cónclave.-Intento tener la mente clara, olvidando por un segundo a los muertos y concentrándose en los vivos.

 ¿Cuántos hacen falta para que los que matan estén dentro?

Mientras continuaba con aquel tacto medido entre Alastor, el lobo y yo, escucho atentamente la pregunta de Olenna esbozando una media sonrisa. -No es cuestión de tiempo, ya están entre nosotros. Lo que intentaba decir que el grupo nos dejó aquí con un propósito entre manos, ahora solo es cuestión de que los roces se vuelvan cada vez más hirientes y las muertes surjan de la nada. Todo está premeditado y quien lo ha creado debe estar jactándose por ello. - afirmo en un tono serio sin tapujos ya que algunos ya se enfrentaron por nimiedades, no quiero imaginar cuando pase el tiempo lo que puede suceder después. 

No será fácil soportarse si éste ha sido el comienzo.  -pienso al dedicarle otra mirada y luego posarla en Fiona, aquella mujer se había ofrecido de buenas a colaborar pero algunos se olvidaban, de que nadie podía salir de aquí y que esos cuerpos necesitaban su merecido respeto antes de que se pudran. Cada cual lo toma como le viene en gana, no pensaba meterme. 

Luego de perderme en aquellos pensamientos, la mano de Alastor al rozar con la mía me devuelve allí, a Odland. - Lo que mencioné es el principio, ahora sigue lo que dices. Comparto el mismo interés que tú y desde aquí tenemos una buena panorámica, no le hacemos mal a nadie siendo unos meros observadores. - respondo dejando entrever una sonrisa amable al Grovehn mientras desvío la mirada hacia a Theora, esa niña jamás dejaba de enternecerme. 

-Theora, cuando podamos liberarnos de esto prometo llevarte junto a Nimay al lugar en donde estén tus padres. Esa promesa se mantiene pequeña. - me dirijo hacia la niña para demostrarle que a pesar de estar aquí sentada, no sólo la protegería sino que también la ayudaría para regresar con sus padres. 

Una vez dicho ello, continúo relajándome en el aquel sitio, tenía una buena y agradable compañía. No se podía pedir más sinceramente, además no soltaría aquel contacto a no ser que Alastor lo detuviera, ya que pasarlo un poco mejor entre tanto caos, ayuda. Aún así, mantengo mi atención puesta en todos, escuchando sus comentarios como así también sacando mis propias conclusiones.

Y fue entonces, cuando aquel hombre entrado en edad, estaba al tanto y por ello su última frase me dio mucho que pensar. -Que tire la primer piedra quien esté libre del pecado. -murmuré por lo bajo asintiendo a lo dicho por aquel hombre. 

Agradecí el gesto de Fiona encogiéndome de hombros y mordiéndome el labio inferior a la vez que sonreía.

Quité el arco y las flechas de mi espalda para colocarlas a la altura de mi cadera. Las conversaciones que el resto traía me daban a entender que iba para largo, pese a que la noche acechaba por aparecer en breve.

Al bajar la mirada, pude comprobar el paso de los años en sus manos. Con sobrecogimiento puse la mía al lado - tienes suerte, eres una mujer con experiencia que ha disfrutado la vida - rocé con la punta de mi dedo meñique el dorso de su palma - yo no creo que llegue a tu edad, por desgracia, pero me conformaré con ofrecerte mi arco, para que sigas teniendo anécdotas que contar el día de mañana - achiqué mis ojos en una muestra de empatía - puedo ver que eres fuerte, pero aquí hay mucha gente que ataca por las espaldas, cuando la guardia está baja... es una  lástima. Por ello, ya que eres la única con la que hablo...- desvié la vista hacia mis rodillas - te mereces mi apoyo - dije y casi instantáneamente, un fuerte color carmesí se encendió en mis mejillas, temiendo que no le gustara mi propuesta.

Agarrando con mis dedos una flecha, apreté, con la yema del índice, la punta de ésta. Rápidamente unas gotas de mi sangre teñían la hierva y las piedras. 

- No somos normales, y sin embargo...nuestra carne es tan débil como la de otra persona cualquiera- expresé respirando hondo.