Partida Rol por web

- Eso siempre suele pasar, hermanito. Es algo que forma parte de nuestras vidas desde que fuimos concebidos, es como el agua. Algunas veces te ahogas por una ola gigante que te ha pillado y te da un buen centrifugado o te pilla la lluvia y odias todo lo que se mueve a tu alrededor, pero no por ello vas a dejar de beber agua, ¿no? Del mismo modo tú también eres vital para mí.

- Y deja el tema de mis amigas, solo hacen eso para chincharte a ti y a otros que solo piensan en verlas besarse. Una está casada y tiene una hija y la otra tuvo varios novios. La etapa lesbi fue un punto en la vida de ellas donde se encontraron y fueron un apoyo una para la otra... y sexo, pero lo importante fue la parte del apoyo.

- Dejemos de hablar de todos o más bien todas las demás, ¿qué hay de ti? ¿Pensaste ya lo del trabajo ese que te ofreció Sam? En cuanto a las cosas que te puedo ocultar o no, soy tu hermana mayor y no deberías amenazarme, muchacho. Y no, nada que ocultarte algo, sería imposible. No se me da bien ocultar nada, recuerdo cuando papá me llevó a tomar un helado y me dijo que no te lo contara, para que no se te antoje porque estabas mal de la garganta. Lo primero que dije, nada más entrar por lo puerta, fue donde estuvimos y que tomamos cada uno.

- Voy a mandarle un mensaje a Sam y ver por donde anda. A ver si le apetece lo de Las Vegas. Mel miró su intercomunicador y vio la notificación de antes. Puede que este mensaje es de ella, voy a mirarlo.

No le dedicó más de un vistazo a los avisos del comunicador. Hasta que no empezaran a responder, o si se torcían las cosas, a ignorarlo, no podía hacer nada.

—¿Qué clase de director de hotel sería si no hubiera comprobando personalmente que todos los servicios cumplían los estándares de calidad exigidos? —Fadil levantó los brazos en un gesto de exasperación cargado de histrionismo—. No hay nada mejor que un hammam en un… hammam, valga la redundancia. Y los cocineros son tan buenos que hemos tenido que asignarles cocinas diferentes para que no se pisen el uno al otro.

Se acercó la taza a los labios y vació el café de un solo trago. Un pequeño placer, como siempre; fuerte y extremadamente amargo, justo como lo pefería. La cafetera era una pequeña maravilla que permitía seleccionar la cantidad de edulcorante, la intensidad del café e incluso la temperatura exacta a la que se deseaba el servicio. Todas las habitaciones disponían de una, que habían conseguido gratuitamente, a cambio de contratar un acuerdo exclusivo de suministro con Nestlé Egypt.

Fadil no pudo reprimir la sensación de que lo que estaban desarrollando en el despacho era una muestra, una maqueta, del espíritu del castillo de Arena. La perfecta fusión de comodidad otorgada por el avance tecnológico, lujo desmedido y retrospección histórica.

—Pero eso de que no tengamos competencia… —Fadil se rascó la sien—. Deberíamos visitar todos los spas, restaurantes franceses y egipcios del país para comprobarlo. Me pregunto si podría convencer al bufete para que lo asignaran a la cuenta de gastos de R+D.

Justo cuando iba a marcar el número de Charlotte, le saltó un breve mensaje instantáneo de ella:

Si has recibido un mensaje, no lo contestes hasta que lo hablemos, ¿vale? Esto no son los Yallow ;)

Bueno, parecía que también a su hermana le había entrado el prurito por ese correo y sus egipcios...

Divertido imaginándola, entonces sí la llamó.

No parecía que hubieran pasado ni un par de segundos desde que había enviado el mensaje instantáneo a Sean, cuando Charlotte recibió una llamada de éste, sin siquiera haber podido empezar a pensarse el correo en respuesta. La mano que sujetaba la taza le tembló con el sobresalto, y a punto estuvo de derramar el té ardiente por la mesa en la que el comunicador estaba zumbando.

Bueno, se había dado prisa en reaccionar, eso estaba claro. ¿Estaría tan perplejo como ella? Su hermano era tan distinto...

Una mensaje instantáneo de Charlotte a Sean, "Si has recibido un mensaje, no lo contestes hasta que lo hablemos, ¿vale? Esto no son los Yallow ;)", y una llamada casi inmediata de Sean a Charlotte.

Quizá la llamada ya estaba en marcha incluso antes del mensaje, por lo rápido de su llegada.

El comunicador se entretuvo un poco en su llamada antes de que el rostro siempre impecable, juvenil y atractivo de William Stevenson apareciera en la pantalla.

-¡Hola Oli! ¿Qué me cuenta mi compositor fetiche? ¿Todo preparado ya?

Cuando el comunicador comenzó a vibrar estuvo a punto de tirar la taza de té de la impresión. Pero el intervalo de tiempo entre la primera vibración y verse hablando con su hermano pasó tan rápido en su mente, que nunca sería capaz de recordar como consiguió que no se derramase todo el líquido hirviendo y contestar la llamada sana y salva.

-¿Sean? Lo has recibido, ¿verdad? -exclamó sin darle tiempo a contestar siquiera, ni a saludarse, ni nada de nada.

La emoción vibraba en su voz, los nervios a flor de piel y la ilusión envolviéndola desde la punta de los pies al último pelo de su cabeza. Era la emoción por saber que una nueva persona que entraba en sus vidas, quien era él, y, porqué no reconocerlo, la posibilidad de Egipto.

-Pero...¿por qué llamas? ¿sabes lo caro que sale a esta distancia? -preguntó al darse cuenta de que esa era la razón por la que ella no lo había llamado, pero ya que estaban allí hablando, ¡tenian que hablarlo!-Pero vale, vale... da da lo mismo... ¡Dime! ¿Lo has recibido? ¿Si o no? ¡No te hagas más de rogar y suéltalo!-exclamó, aunque bien era cierto que no le había dejado tiempo a Sean ni para decir esta boca es mia.

“Hola, me llamo Fadil, un nombre que seguramente no os diga nada. Soy tan desconocido para vosotros como vosotros lo sois para mí, aunque si en algo os parecéis a vuestros padres se podría decir que he oído hablar mucho de vosotros. De mí no lo podéis decir porque yo no me parezco al mío, soy bastante más guapo.

Os preguntaréis para qué os escribe este atractivo director de hotel de lujo que habla en tercera persona, además, por supuesto, de para alardear de que es director de un hotel de lujo -como si esta no fuera razón más que suficiente para mensajear a la gente…-, y él, como director de un hotel de lujo, siempre está dispuesto a responder las dudas de sus clientes. Sí, clientes.

Junto a este mensaje os adjunto documento con la confirmación de una reserva a vuestro nombre para una estancia de una semana coincidiendo con la Inauguración del hotel egipcio "Castillo de Arena", lugar del que estoy seguro que habéis oído contar muchas historias. ¿Pero cómo comprobar que lo que digo es cierto y no una elaborada treta publicitaria ayudada por photoshop y merecedora de ser desterrada a la bandeja de spam?

Muy sencillo.
- Primero: No he dicho gratis, aunque obviamente es gratis. Sí, vuestros ojos no os engañan… ¡Gratis!
- Segundo: Visitad la página web del SandCastle Hotel, llamad al teléfono que aparece en el Enter Site y confirmad que tenéis una reserva a vuestro nombre, o bien contactadme mediante el correo del hotel, que encontraréis en “Contact Us”, lo cual, al contrario que la llamada, es completamente gratis. ¡Gratis!

Lamentablemente no soy multimillonario –ni lo seré en un futuro cercano mientras siga regalando estancias en hotel a “desconocidos”-, así que me temo que el avión os toca pagarlo a vosotros. Eso y lidiar con vuestros jefes para que os den unas vacaciones. Yo no trato con jefes, son insoportables, o al menos eso dicen mis empleados.

Sin más me despido deseando veros pronto.

PD: Que no se me olvide deciros que junto a mí tengo a una hermosa señorita que también está deseando conoceros en persona. Ella tampoco se parece a su padre, no tiene barba. Oh, sí. Y su padre se llama Zahi... y al mío se le conocía por el nombre de guerra de Osiris".

-No deberías de tocar mis cosas si no quieres que yo toque las tuyas -refunfuñó Omar, al ver que la impúdica Estel trasteaba en su comunicador-. Bien, qué dice quien quiera que sea. ¿Nos ha tocado algún premio en algún sitio? ¿Vacaciones pagadas? ¿Tu madre va a venir a visitarnos? -la cara de Omar se desdibujó en una falsa muestra de pánico-. No, zafarrancho de combate. A limpiarlo todo -concluyó echándose a reír mientras esperaba a que Estel diera razones de aquel mensaje.

-¡Oh Si! ¡Lo de la ola gigante me pasó una vez haciendo surf! Creí que no iba a salir a la superficie y el invento de la tabla se enganchó en una roca. Después tuve que surfear el resto del día con el invento roto y eso es un verdadero fastidio, cada vez que me caía de la tabla tenía que ir nadando a recuperarla. Así que siguiendo tu símil del agua, los vasos, las olas y la lluvia, tu y yo somos como un surfista y su tabla, solo que nuestro invento es irrompible y siempre estaremos unidos. Pero claro, eso no quiere decir que tengamos que estar siempre juntos o vivir juntos, dejaré que te independices cuando quieras, al fin y al cabo esta casa es demasiado pequeña para tu poni rosa.

Mike se rió y revolvió el pelo a su hermana. En realidad le gustaba la idea de que hubiera vuelto a vivir con ellos, aunque solo fuera de manera temporal si pensaba independizarse como Sam.

-¡No es así! Protestó Mike. Yo nunca quise verlas besarse, ni siquiera sabía que eran lesbianas hasta que tu me lo dijiste el otro día. Yo quería que Michelle me besara a mi, no a Rosa, pero está claro que no soy su tipo. Espero que Rosa tenga claro lo que siente ahora, se ha casado y tiene marido e hija, sería muy fuerte que decidiera un día que le vuelven a gustar las mujeres. En cuanto a Michelle... la verdad es que ya no me importa si es lesbiana o no, no le intereso y ella a mi tampoco me interesa, ahora mismo no me interesa nadie, desde que rompí con Jess estoy bastante bien así y no he conocido a nadie que fuera minimamente interesante para compartir algo más que una aventura.

Mike negó con la cabeza, últimamente ni siquiera tenía "aventuras", podía quedar dos o tres veces con alguna chica, pero las citas no acababan ya acostándose con ellas. Quizás fuera un indicio de madurez, o que estaba desencantado después de sus últimas relaciones o simplemente no había cuadrado. Tampoco lo había intentado, simplemente no le apetecía acostarse con cualquiera ya.

-¿El trabajo? Creo que tiene muy buena pinta, pero no querría ser un problema para Sam. Si ella no trabajara en esa empresa seguramente habría aceptado el trabajo sin pensarlo, pero con ella allí y además siendo responsable de mi todo cambia, no se si estoy preparado para ese tipo de responsabilidad. Y si, recuerdo perfectamente lo mal que has mentido siempre, pero es uno de tus grandes encantos, al fin y al cabo mentir está mal, por eso yo tampoco lo hago nunca. Mintió Mike. Creo que papá aprendió la lección y no volvió a confiarte ningún secreto que tuvieras que guardarme...

Melyssa comenzó a escribir en su comunicador y Mike aprovechó para hacer lo mismo.

-Pues yo también voy a abrir el mail ese, a ver quien es.

No te preocupes por el dinero. Vivo con un Erasmus y tengo una hermana en el culo del mundo. Bastó con que el tercero en discordia perdiese una apuesta para pagar a escote entre los chicos del piso una tarifa plana en llamadas internacionales.

Sean se preocupó por tener a su hermana tan emocionada. Se supone que era la mayor, tendría que tener más sentido común para estas cosas. En vez de ello, actuaba como una niña al que el Ratoncito Pérez hubiese cambiado un diente por una moneda de un euro.

A ver... Si te refieres a la publicidad viral del hotel en Egipto... Aaaaah... Sí. Sí lo he recibido. Pensé que era un timo, y que al abrir el correo se habría reenviado a mis contactos. Piénsalo. ¿Cómo habría obtenido ese tal Fadil nuestras direcciones? ¿Y por qué nos manda un correo en el que no menciona ni una sola vez nuestros nombres? Ya sabes, si de verdad conociera a nuestros padres también sabría nuestros nombres.

Es un timo. Estoy seguro al ciento trece por ciento. El otro dos por ciento restante que me hizo dudar es Zahí, el padre de la mujer según el correo. Tú llevas más años aturando las batallitas de nuestros padres, por eso te llamo. ¿Recuerdas si alguna vez mencionaron a alguien llamado Zahí o a un hombre apodado Osiris? ¿Se supone que de verdad eran amigos de nuestros padres o podemos seguir suponiendo que es un caso de spam?

-¿Que apostasteis qué? -preguntó escandalizada- ¿Tú sabes lo que le puede costar vuestras llamadas? Ya os vale, no se os puede dejar solos... pero bueno, si aceptó, allá él, yo no soy nadie para meterme en vuestras vidas -zanjó el tema y se quedó callada escuchando el resto de la explicación de su hermano.

Vale, tenía razón, ella no se había percatado de eso, y saberlo deshinfló un poco su emoción. Sean le hizo bajar de nuevo al suelo y replantearse algunas cosas.

-La verdad es que a mi tambien me extrañó que tuviera mi contacto. Nunca hemos sabido de él, yo por lo menos, pero si lo piensas detenidamente no es complicado. Si ellos conocieron a nuestros padres, si estuvieron allí con ellos, saben sus apellidos. Ya sabes que se publicaron los nombres de todos los que tenían algún objeto relacionado con la Mastaba y que aparecieron en todos los medios de comunicación... sabiendo los apellidos de nuestros padres es posible llegar a nosotros -se quedó pensativa,¿era eso posible?¿habría sido capaz de localizar ella a los Yaddow simplemente sabiendo su apellido y su pais de origen... bueno, el caso era diferente, seguro que Shawn o Isabelle tenían el teléfono de papa Yaddow- Bueno, supongo que tendrías que tener algún contacto o preguntar, no lo sé, pero sabiendo los nombres de nuestros padres entiendo que se nos puede localizar. Además, no sé los demás, pero tu y yo cantamos si conocen a papá -no pudo evitar reirse, pero era cierto, cantaban más dos pelirrojos que el resto juntos- Y tal vez no pusiera nuestros nombres para no equivocarse. Lee el mensaje de nuevo, sabe lo que ocurrió. Nombra a nuestros padres y a las historias del Castillo de Arena que dice que seguro conocemos... No recuerdo el nombre de Zahí, por lo menos así ahora mismo, realmente, pero sí el de Osiris. Osiris es el dios egipcio de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo, y además los egipcios relacionaban a las estrellas más brillantes de la constelación de Orión con ese dios, bueno, va, que me voy por las ramas. Se me quedó grabado lo de la constelación de Orión y Osiris con el nombre de una de las personas que estuvieron con mamá y papá allí. No era uno de los Elegidos, era... a ver si recuerdo bien... el líder del grupo egipcio que quería recuperar las piezas.Creo.

¿Estaba recordando bien o se estaba dejando llevar por la emoción? Vale, solo había una forma de poner las cosas claras. Primero, olvidar todo eso del hotel y la estancia gratis, y segundo, y los más importante, información.

-Oye, se me ocurre una cosa. Le voy a contestar el mensaje y le haré una pregunta que solo pueda saber alguien que realmente sepa lo que ocurrió, y así sabremos si es o no quien dice ser y realmente conoció a nuestros padres. ¿Qué te parece?-y se le ocurrió algo más- Tú puedes llamar a papá y preguntar por Zahí directamente, el problema está en que les dará un pasmo cuando se enteren de lo que nos ha planteado el tal Fadil... -dijo dándose cuenta de la posible reacción que tendría su padre al conocer la noticia.

- ¡Hola Will! ¿Qué tal va eso? - no puedo negar que me sorprendió un poco escuchar su voz y no la de su secretaria.- Verás, he recibido un correo de un tipo... un momento que lo miro... Jannan, Fadil Jannan... dice que es el director de un hotel en Egipto. Bueno, hasta ahí todo bien, pero es que me parece raro como se dirigía a mi... bueno, a nosotros, porque el tipo hablaba en plural ¿Sabes? Quizás se refiera a mi y a Nat... El caso es que quería confirmar si ese es el hotel que nos has reservado o es algún tipo de correo basura como el de ese tipo que decía que era el Rey de un país africano y necesitaba una transferncia bancaria de... ehh, ya sabes... el hotel se llama SandCastle y parece un sitio genial, sólo quiero comprobar que es ahí dónde nos llevas.

Mike abrió el email y a medida que iba avanzando en la lectura su cara fue tomando un gesto entre sorpresa e incomprensión que si Melyssa se fijaba seguramente reconocería al instante. Estuvo a punto de borrarlo directamente.

Otra publicidad barata que se ha vuelto a colar en mi bandeja de entrada.

Algo en la forma como estaba escrito le animó a seguir leyendo un poco más, y sobre todo la mención a sus padres, aunque podía ser algo genérico, pues todo el mundo tenía padres. Lo que tenía claro es que no tenía ni idea de lo que decía allí, como si el email hubiera estado dirigido a otra persona y tan solo hubiera llegado a su bandeja por pura casualidad.
Miró a su hermana fugazmente que seguía aún entretenida con su comunicador y no dijo nada, volvió a mirar al email y enseguida comenzó a teclear en la pantalla.
Lo primero que hizo fue conectar con el servidor seguro que tenía arriba en su cuarto y desde el cual tendría acceso a la información que quería recopilar. Allí había demasiadas incógnitas y por supuesto el tenía otras formas de obtener información que una cuenta desconocida de email y un teléfono del que desconocía la procedencia. Aunque lo que más le intrigaba, a parte de la generosidad a medias del hotel, eran los supuestos remitentes del mail, ese tal Fadil y su hermosa compañera, al menos según él, claro que de ella ni siquiera tenía un nombre, pero eso hacía más interesante todo. Sonrió para si, hacía tiempo que no tenía delante un reto. Durante un instante echó de menos a Sam, le hubiera encantado que ella estuviera allí y le ayudara.

La negativa de su padre le cayó como un mazazo. Entonces... ¿todo era una invención? ¿Todo lo que sobrepasaba lo mundano, lo tocante al mundo onírico... lo que realmente hacían interesante y digna de ser contada a aquella historia era solo una invención? ¿Un producto de una alucinación colectiva... sugestión... auto-lisergia inducida por las "circunstancias"? No podía ser. ¿Cómo iba Nat entonces a encontrar la verdadera inspiración si sabía que todo estaba fundamentado en una patraña? ¿Cómo trascender con un trabajo realmente sublime si lo que se cuenta no es muy diferente a las mil y una noches ambientada en los albores del nuevo milenio?

El muchacho sonrió. La mueca ocultaba (o al menos lo pretendía) cierta amargura pero hasta cierto punto recompuso su pose con cierta habilidad. Quizá... quizá todo era más sencillo... más complejo pero simple como una brizna de hierba arrastrada por la brisa. Quizá aquella historia tenía unos propietarios... sus protagonistas... y nadie podría entenderla si no es que la hubiese vivido en primera persona. Quizá los términos de real e irreal no fueran aplicables. O siquiera importantes. Si uno ama pero no es correspondido, ¿acaso el amor que siente no es real?

- Vaya, papá... qué serio te has puesto de pronto. Yo simplemente quería que me inspirases. Es mi primer trabajo como coreografo profesional y esperaba alguna pincelada por tu parte. ¿Dónde ha quedado tu ímpetu creativo? Creo que redactar noticias está acabando con tu imaginación. - Espetó con sorna.

Nathan sabía que su padre había tenido varios conatos de escribir alguna novela que generalmente habían sucumbido a su enemigo mortal llamado autocrítica. Sin embargo eso no era impedimento para que desgranase a menudo historias o relatos en reuniones casi de cualquier tipo. De hecho al bailarín le hacía gracia que su padre acabase convirtiéndose con el paso de los años en algo similar al protagonista de aquella película antigua... ¿cómo se llamaba? Ah... Big Fish.

- ¿Lo echas de menos...? Egipto, quiero decir. Estaré allí unos días... con Oliver. Si quieres te puedo traer algo... ¿qué tal un poco de arena del desierto? - bromeó. - Se me había ocurrido que ahora que mi trabajo en el American ha terminado y estoy plenamente enfrascado en el asunto de Egipto, quizá cuando concluya vaya a casa un par de semanas. ME apetece descansar y disfrutar un poco de vosotros.

Cualquier padre bailaría de alegría si su hijo le dijese que iba a ir a visitarle. Tal vez esa cortina de humo bloquease la tristeza que el muchacho había hecho aflorar en su padre. Incluso puede que con ello su padre no descubriese realmente la sensación tan extraña que Nathan tenía al "invadir" algo que no le pertenecía. Era raro de explicar.

Mel se puso a leer el misterioso mensaje “GRATIS” y lo que leía era tan confuso como lo que le decía su hermano sobre el surf. Se dedicó a mirarlo un momento enarcando una ceja y a cambio recibió un nuevo “peinado” al que respondió con una mirada fea, sacando la lengua levantando la punta de la nariz con el índice.

- Si no cabe en ningún lugar, lo pondremos en tu cuarto. Quedaría muy bien al lado de las cosas frikis que tienes. Un poni rosa no destacaría para nada.

Escuchó a su hermano hablar sobre mujeres y no sabía que quería transmitir, ella entendía que lo estaba pasando mal por no tener pareja. Dejó de lado el mensaje que husmeaba y le acarició la cara mostrando ese amor fraternal que le tenía.

- Ya verás como te lo vas a pasar bien con mi amiga en Las Vegas. Cuando te abraza lo hace muy efusiva y es tan blandita. No sé cómo explicarlo... Ya hablaré con ella para que... ya sabes... para que te de una oportunidad... dio unas palmaditas en la espalda de su hermano.

- Sabes ya mi opinión sobre ese puesto de trabajo. Puede que ya es hora de madurar, hermanito, y de ser responsable. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Las temas de discusión llegaron al segundo lugar con el avance que la melliza hacía en la lectura del mensaje que le llegó hace un instante. Miró la pantalla de su hermano y vio que era el mismo. Eso quería decir que no era ella sola la que iba a ser el objeto de una broma.

- Esto... ¿qué es? Dijo preguntándose a sí misma más que a su hermano. Dice que se lama Fadil, es guapo, ha oído hablar mucho de nosotros, puso cara de miedo, somos sus “clientes”, puso más cara de miedo y sorpresa, que nos invita a su hotel “GRATIS, SI GRATIS”, dijo en voz alta a lo chica tontita de programa barato de la tele, que no nos paga el billete de avión y vuelve a mencionar a sus padres por alguna razón. Pues, ¿sabes qué? Me apetece hacer una broma telefónica, desde que éramos pequeños no hicimos ninguna así que... Sin esperar la confirmación de su hermano, Mel marcó en número de teléfono y esperó.

-¿En mi cuarto? ¡Ni loco! ¡No se te ocurra meter esa cosa en mi habitación si todavía sigues teníendole aprecio! O lo venderé por internet, pero despiezado. Y no son cosas frikis, son pequeños tesoros, aunque tu no notarías la diferencia, hay que ser un experto para apreciarlos.

Bueno, esa era la escusa oficial, en realidad la mayoría de cosas si eran baratijas frikis sin ningún valor, más que algún recuerdo.

-¡Ni se te ocurra decirle nada! Ahora mismo estoy bien así y desde luego no necesito que nadie me busque pareja, puedo buscármela yo solito y mucho menos mi hermana ¿Que quieres que piense de mi la gente? Tu en las Vegas centrate en Patrick, el resto deja que pase lo que tenga que pasar o que no pase nada mejor.

Sabía de sobra la opinión de Melyssa sobre el trabajo, así como la de Sam y sus padres, pero aún así seguía sin verlo claro.

-Sam es una de la mejores y está muy bien vista en las empresas por las que ha pasado, yo podría meter la pata y dejarla mal. Y no hablo del trabajo en si mismo, creo que puedo ser capaz de hacerlo, lo que me preocupa es mi forma de ser. No creo que pueda estar sentado seriamente en una oficina, o vestir de traje, ni siquiera puedo asegurar que me pueda pasar años haciendo lo mismo y al final quien crees que se llevaría la responsabilidad? Sería Sam y eso es lo que no quiero.

Estaba claro que el email que estaba leyendo Melyssa era el mismo.

-¿También te ha llegado este email? ¿Lo has leído? ¿Y que es eso de gratis? ¡Si hay que pagar el avión y además para ir a un desierto... Si este sitio está lleno de arena, debe de estar en el desierto de Las Vegas, a las afueras... Si quieres de la que vamos a ver a Patrick podemos parar allí, pero no se... no me fió mucho de esto, estoy haciendo alguna averiguación por mi cuenta. Mike vio como su hermana marcaba un número decididamente. ¿Que haces? ¿Vas a llamar? Espera, creo que estoy sacando algún dato... Mike no había parado de teclear en cuanto acabó la lectura del email. Fadil Hannan se llama. Mira, es este. Mike le enseñó una foto a su hermana. Y creo que tiene algo que ver con ese tema de la Mastaba, él no, su padre, pero dame más tiempo...

Los tres mosqueteros estaban en NY, dispuestos a comerse la gran manzana. Y sin embargo no había presionado en lo más mínimo a Mike sobre el trabajo, motivo por el que quería que viajara a la ciudad. Lo conocía demasiado bien para saber que eso era precisamente lo que debía hacer si quería alejarlo.

Se acordó de ello cuando salió de la reunión con Will, un hombre que a priori era de lo más agradable. Estaba contenta por la felicitación a su trabajo, y aunque ella sabía que hacía las cosas más que bien no le hacía menos a una recompensa para su ego. Pero, ¿quién iba a imaginar que la enviarían a El Cairo? Por no mencionar que el hotel estaba construido sobre la mansión de los Al Hassim.

Las alarmas internas sonaban en su cabeza. En cuanto se lo contara a los gemelos se iba a liar una, de eso seguro. Pero primero necesitaba un baño espumoso para relajarse, centrarse. Cuando hubo terminado, después de una sesión de cuidado personal, y aún envuelta en el suave albornoz, tomó el móvil y realizó una llamada a dos.

- Hola, chicos -Pudo apreciarse la falta de entusiasmo en su saludo-. Hace un rato me reuní con Will, mi jefe... -Se escuchó un suspiro-. Sobre mi trabajo nada que objetar, está muy satisfecho. Tanto que me envían a El Cairo -Durante unos largos segundos no dijo nada, pero no podía callar por más tiempo-. Voy a configurar el sistema informático del hotel SandCastle, parte del holding Stevenson. Y adivinad... es realmente una remodelación de la mansión de los Al Hassim -Volvió a dejar unos segundos para que procesaran la información-. ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? A mí se me debió quedar cara de pasmada, pero creo que no se dio cuenta. Tal vez pensó que estaba sorprendida por ir a El Cairo. Vamos, que lo estoy también...