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Icewind Dale: Una Guerra Inicia

Parte I: Muelle de Targos

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11/10/2019, 00:36
Lyanna Deleron

El combate terminó antes de que mi espada tocara enemigo alguno, habiendo acabado mis compañeros con los trasgos que se encontraban más cerca de nosotros. El tercero había salido corriendo, seguramente tratando de evitar la misma suerte, aunque no me fiaba de lo que aquella criatura pretendiera hacer tras su huida; tendríamos que haber terminado con él.

Dejé escapar un mudo suspiro y bajé mi arma, girándome hacia el semielfo al mismo tiempo que comentaba cómo habían ido las cosas.

- Será mejor que la próxima vez te posiciones tras Ronud. - le dije con seriedad, teniendo en cuenta la superioridad que había demostrado el semiorco frente a los demás. - Has dicho que no iba a perderte tan pronto, ¿no? - terminé por añadir con media sonrisa, aludiendo a aquella chanza previa al combate, antes de que Amordil pusiera rumbo hacia el soldado con aquella llamativa aura azulada.

Mientras Ronud y Snorri charlaban sobre su apuesta y se preocupaban por los muertos y los alrededores, yo me aproximé despacio hacia el lugar en el que Amordil hablaba con el guardia. Al parecer la mayoría de soldados se encontraban en las empalizadas, desde donde no se había recibido aviso alguno.

Al darles alcance observé el terreno a nuestro alrededor, preguntándome si los trasgos no habrían alcanzado la ciudad o si se las habían ingeniado para que aquel aviso no sonara. Devolví mi mirada hacia el grupo cuando el semielfo preguntó por el acceso a la ciudad, escuchando tras ello su propuesta.

Aquella me pareció una muy buena opción, así que asentí con convicción, escuchando tras ello a los enanos.

- No disponemos de los escudos más adecuados para algo así, creo que de vernos en esa tesitura, sería preferible ir acabando con los trasgos que traten de ascender por las escaleras a medida que llegan. Entre todos podemos cubrir un espacio como ese. - comenté ante las palabras de Isadora. - Pero para averiguar si han llegado a la ciudad, tendremos que entrar en esta primero, ¿no? - pregunté cuando Snorri se pronunció, confusa, terminando por mirar a Amordil en busca de una respuesta.

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11/10/2019, 13:17
Ronud

Ronud abrió su bolsa del dinero y depositó en ella las veinte monedas de oro que había obtenido. Acto seguido, recogió las armas, la pequeña armadura utilizable, los escudos y el colgante con camafeo. Él era el más grande de los seis, por lo que se cansaría menos si llevaba aquellos objetos.

-Sugiero que vayamos recogiendo lo que encontremos para vendérselo a algún comerciante -indicó el semiorco, en tono seco-. Si alguien prefiere quedarse alguna de las armas o armadura, que me lo diga y se la doy. Yo me basto con esta -señaló su hacha de batalla, que ya había probado la sangre del primer trasgo.

El piel-verde hizo un gesto de negación a las palabras de sus compañeros, quienes habían propuesto avanzar hasta las escaleras que daban acceso a la ciudad. Tal vez fuera una buena estrategia a la hora de hacer frente a un grupo de invasores bien organizados, pero no era precisamente eso lo que había visto en aquel trío de trasgos. Más bien le había parecido una avanzadilla enviada para explorar los muelles.

-Si les esperamos en esas escaleras, no tenemos la garantía de que los trasgos vayan a terminar subiendo por allí hasta que los muelles sean cenizas -razonó el semiorco, pensativo-. Creo que lo primero que harán será saquear los muelles, casa por casa y edificio por edificio para prevenir que posibles soldados y milicianos les rodeen por ambos flancos. Matarán y quemarán todo lo que vean en los muelles antes de ascender.

Ronud echó un vistazo a su alrededor, escrutando los muelles con la mirada. Permaneció en silencio durante unos instantes y luego carraspeó ligeramente.

-Los muelles están situados a los pies de un acantilado, todo rodeado de roca. La única vía de entrada es por el río, a través de los muelles. Quedando soldados vivos, es raro que no se diera la voz de alarma en los muelles. -Tal y como el semiorco lo veía, había algo extraño en aquella incursión de trasgos-. Habrían visto a los trasgos llegar en barcas desde lejos. Y habríamos visto cuerpos en el puerto, habría habido una mínima defensa... -se dirigió al soldado superviviente, con la idea de que le proporcionase más información-. ¿Desde qué llegaron esos tres? Si eran una avanzadilla como creo, el grueso de las fuerzas trasgas aún debe seguir en los muelles.

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12/10/2019, 09:00
Izmael

El combate fue rápido, esas pobres criaturas no eran rival para mis robustos compañeros. Recojí mi virote caído en el suelo mientras mis compañeros registraban a los trasgos y hablaban con el pobre soldado asustado. A cierta distancia se oían gritos y signos de lucha, el chocar del acero contra el acero. Me acerqué al soldado y le hablé para traquilizarle.

-"Tranquilo muchacho, yo rezaré una plegaria a Tyr por tu amigo Arten. ¿Cómo te llamas? Yo soy Izmael, acólito de la ley. Puedes responder a mis compañeros por favor, es de suma importancia tener la mayor información posible."

Como bien decían mis compañeros, resultaba extraño que no hubiera sonado la alarma si habían venido la avanzadilla de trasgos por el lago, los habrían visto. Tal vez tuvieran a alguien compinchado dentro de la ciudad...

-"Amigos, todavía hay trasgos delante nuestra. Oigo gritos a lo lejos, creo que deberíamos subir a la ciudad y echar una mano, matando a estas viles criaturas. Tenemos que dar la voz de alarma para que los soldados de la empalizada salgan y luchen. Acabada la contienda será el momento de investigar cómo han logrado infiltrarse."

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14/10/2019, 06:13
Soldado

-Parrish, señor.- Contestó el soldado a Izmael. Luego al hechicero. -Cuernos. Se da la alarma con cuernos. Las escaleras son la única forma de ir del muelle a la ciudad...-

Su mirada se fijó en el semiorco. -N-n-no estoy seguro, señor. Ibamos de camino a la taberna cuando escuchamos los gritos; nos separamos para ver que estaba ocurriendo cuando esos trasgos cayeron sobre nosotros.- Su expresión pareció mas asustada. -¿V-v-vais a iros? ¡N-no resistiremos solos!- Dijo, notando como el grupo parecía decantarse por abandonar el muelle a su suerte.

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14/10/2019, 06:39
Narradora

Las palabras de Ronud parecían proféticas. Habían llegado al muelle bajo luz de las estrellas, pero el humo cubría en ese momento gran parte del cielo y se filtraba por las calles como una neblina oscura. Los gritos seguían escuchándose a distintos niveles, algunos mas lejanos, acompañados de esos sonidos extraños que eran el lenguaje trasgo.

Hacia la izquierda, en una de las casas mas cercanas a los aventureros, comenzaron a escucharse agudos gritos de mujer, y la voz de un hombre.

-¡NO! ¡DEJADLA EN PAZ, MALDITOS! ¡NORA! ¡¡NORA!!-

Podían ver la casa desde aquella posición, pasando los muros de los que al parecer era la taberna de la que había hablado el capitán del Pícara Mozuela. Los cristales de la ventana estaban rotos, pero parecía que seguía en pie... de momento.

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14/10/2019, 10:20
Snorri Gurmersson

-Nos ocuparemos de los muertos más tarde.
Preparado para el siguiente combate me dirijo tan rápido como puedo al lugar de donde vienen los gritos.

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14/10/2019, 19:53
Amordil

El comentario de la semielfa me dejó descolocado durante unos instantes. Abrí mis ojos como dos cuencos de arroz, me giré a mirar al semiorco de arriba a abajo, y terminé frunciendo el ceño mientras negaba con la cabeza.

Esa es una idea realmente horrible, encanto. Y de muy mal gusto. -Renegué volviendo a mirarla- Creo que seguiré con mi plan inicial, al menos hasta que se te ocurra una idea mejor que podamos... compartir. -Afirmé de forma sugerente, guiñándole un ojo.

Sin embargo, ya ocupados con aquel joven soldado, Parrish, las cosas resultaban mucho menos alentadoras. Mi idea de acudir a las escalinatas de acceso a la ciudad para comprobar si los trasgos habían ascendido hasta ésta, o impedírselo en caso contrario, fue bien recibida por una parte del grupo, a excepción de Ronud que proponía... no sabía muy bien qué. ¿Deambular por los muelles, atacando a todos los trasgos que viéramos? No me parecía realmente un "plan" como tal, aunque ¿qué sabía yo de esas cosas? La única planificación a la que estaba acostumbrado era a trazar una ruta de escape para salir por piernas lo antes posible.

En cualquier caso, daba igual. Antes de poder alcanzar un consenso, y comprobando el horror que aquel plan producía en Parrish sin que entendiera del todo el motivo, los gritos que sonaron más adelante evidenciaron que no iríamos precisamente hacia las escaleras. Bastaba un rápido y fugaz vistazo a los rostros que me rodeaban, tanto como para poner los ojos en blanco y suspirar con resignación. Estaba claro que íbamos a acudir hacia aquellos gritos como las polillas a la luz de una vela.

¡Vaya! Cómo corre para tener las patas tan cortas... -Comenté al ver al enano salir corriendo como alma que llevaba el diablo- Supongo que habrá que ir, ¿no? Y rapidito, o se acabará la diversión antes de que lleguemos... -Comenté con un aire jocoso que enmascaraba el temor que todo aquello me producía- Izmael, ¿te quedas en retaguardia conmigo? -Propuse al clérigo, mostrándole mi propia ballesta para dejar claro que ambos podíamos cubrir a nuestros compañeros a distancia a base de virotes. Lo cierto es que siempre era bueno mantener cerca a un sanador- ¡Vamos, rubita! ¡Te sigo bien de cerca...

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14/10/2019, 23:12
Izmael

Estaba claro que había más trasgos por los alrededores. Unos gritos cercanos nos reclamaban inmediatamente.

-"De acuerdo Amordil, te acompañaré en retaguardia. Nuestros amigos se las apañan mejor que nosotros en vanguardia, por lo que hemos apreciado. Deberíamos de limpiar esta zona antes de subir a la ciudad, no me gustaría tener enemigos delante y detrás nuestra. Parrish, si estás en condiciones, deberías subir a la ciudad y dar la voz de alarma si no han llegado allí los trasgos. Si no te atreves, tienes dos opciones: o venir con nosotros o retirarte al barco en el que hemos venido, allí estarás a salvo."

Avanzo detrás del grupo con la ballesta preparada. Mirando atrás y a los lados para que no nos sorprendan los trasgos.

- Tiradas (1)
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15/10/2019, 11:42
Ronud

A Ronud le sorprendió que sus compañeros pensaran en abandonar los muelles tan a la ligera, más aún cuando los cuernos no habían sonado en la parte alta de la ciudad, por lo que la intrusión se estaba produciendo únicamente en la zona baja. Aguardar una, dos o doce horas vigilando las escaleras sólo supondría que los trasgos pudieran arrasar todo cuando hallasen en los muelles y dar muerte a los civiles que aún quedasen en aquella zona, por no mencionar que estarían dando a los trasgos la oportunidad de organizarse bien.

Replegarse hacia la parte alta de la ciudad no era una opción para el semiorco. No cuando aún quedaban personas con vida en los muelles.

Entonces escuchó la voz de un hombre, y los gritos de una mujer, que seguramente estuviera siendo atacada por los trasgos. Observó que Snorri había ya echado a correr en dirección a los gritos, dispuesto a ayudar y a quebrar seguramente el cráneo de algún medio-metro de piel verdosa. Ronud sonrió, pensando en que tenía una competición que ganar, y escuchó a correr tras su compañero de armas.

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15/10/2019, 21:35
Isadora Darkbeard

Isadora, con su escudo verdoso y semitransparente ya apagado, siguió al semiorco y al enano. No había tiempo que perder.

Notas de juego

Arreglado

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16/10/2019, 00:36
Lyanna Deleron

La respuesta de Amordil a mi idea de que se resguardara tras Ronud me resultó totalmente inesperada. No sabía qué me desconcertaba más, si el que dijera que mi idea era de mal gusto, o que me llamara encanto. ¿Estaba bromeando nuevamente? El semielfo me tenía realmente confundida.

Mi ceño, que se había fruncido, se relajó cuando tras decir que continuaría con su plan inicial; se mostró abierto a futuras sugerencias que pudiera hacerle. Continuaba sin entender por qué era tan mala idea lo propuesto, pero me alegró ver que no se cerraba en banda.

El determinar qué haríamos a continuación, se volvió un completo caos. Me sentí realmente perdida durante unos momentos, llegando a preguntarme incluso qué hacía allí. Pero la realidad era que lo sabía perfectamente. Estaba allí en gran parte porque no tenía a dónde ir.

De pronto, justo después de que el soldado se mostrara aún más desesperado, escuchamos gritos en una casa cercana. Aquello nos ofrecía un nuevo objetivo, teniendo que acudir a ayudar a aquellas personas, pero no se trataba más que de un parche; no podíamos estar corriendo sin ton ni son hacia donde escucháramos un grito.

La mitad del grupo se dirigió de inmediato a aquel lugar, preguntándome si les empujaba su deseo de ayudar a aquellas personas o aquella competición que habían establecido entre ellos. El resto no tardaríamos en seguirles. Vi necesario prepararme antes de ello, empuñando la espada bastarda lista para atacar en cualquier momento y alzando ligeramente el escudo para cubrirme mejor. El hechicero y el clérigo también habían visto oportuna la preparación, organizándose para el probable combate.

Miré hacia el mar una milésima de segundo antes de disponerme a decirle al resto que nos diéramos prisa, pero Amordil se me adelantó; espoleándome para que yo también echara a correr.

- ¿No te estás tomando demasiadas confianzas? - ¿Y qué diablos es eso de seguirme bien de cerca? - le pregunté y me pregunté, confusa, mientras comenzaba a correr en dirección al lugar desde el que provenían los gritos que nos habían alertado. - ¿Creéis que los trasgos han podido usar algún tipo de magia para llegar sin ser vistos? - pregunté a Armordil e Izmael poco después, mientras avanzábamos.

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17/10/2019, 20:40
Narradora

El soldado asintió nervioso a las palabras del clérigo, y vio al grupo de aventureros alejarse en dirección a la casa de donde provenían los gritos. Dieron hacia una calle más amplia, rodeados de neblina, humo, y gritos. Por un momento, la mirada de los héroes se detuvo en la entrada de la taberna, la cual no parecía haber sido tocada por el caos que había invadido el muelle. Más sería algo para después, pues los gritos en la casa eran cada vez más desesperados.

La puerta de la entrada se encontraba destrozada, y en el umbral estaba el cuerpo despedazado de alguna mascota, era difícil distinguir si había sido un gato o un perro pequeño antes de acabar de aquel modo. A través del agujero de la puerta y las ventanas rotas, el grupo sería testigo del terrible acto que ocurría en el interior de aquel lugar. Sostenido contra la pared por uno de los trasgos usando una lanza, la desesperación y el horror pintados en su rostro, un hombre gritaba con lágrimas de impotencia. -¡¡DIOSES, NO!! ¡¡NORA!! ¡¡AYUDA!! ¡¡SALVADLA!! ¡¡¡NORA!!!- A unos tres metros de él, sobre el suelo de piedra, otros dos trasgos violaban y sodomizaban a una mujer entre risas y claqueos, las ropas de ella hechas trizas por sobre su cuerpo.

El tercer trasgo parecía mas entretenido en ver lo que hacían sus compañeros, al parecer esperando que fuera su turno. Seguramente sólo cuando hubieran acabado de satisfacer su lujuria darían muerte al marido, hermano, o padre, de la desdichada, y decidirían si hacer lo mismo con ella o llevársela como botín.

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19/10/2019, 09:54
Izmael

Según íbamos avanzando veíamos los estragos del ataque. Pasamos por la taberna, la cuál parecía no haber sufrido ningún ataque. Al llegar a la entrada de la casa dónde se escuchaban los gritos, lo que vi me enfureció sobremanera. Apunté con mi ballesta al goblin que tenía la lanza y estaba reteniendo al hombre contra la pared. Apreté el gatillo y disparé.

- Tiradas (3)
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19/10/2019, 12:45
Snorri Gurmersson

Avanzo tan rápido como puedo en dirección hacia el enemigo, con la intención de abrirme paso con el hacha hasta poder liberar a los lugareños.
La apuesta con Ronud ya no me parece tan importante.

- Tiradas (3)
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19/10/2019, 19:54
Amordil

La semielfa no tardó en replicar a mis palabras tan descaradas, aludiendo a que me estaba tomando demasiadas confianzas. Aquella era la respuesta habitual, antes o después, pero era parte del juego. Aunque comprobar lo que vendría después sería determinante para continuar o no jugando, o buscar otro tablero al que dedicar mis movimientos.

Sólo serán demasiadas cuando así lo decidas, encanto. -Le dije con una sugerente sonrisa- Si te molesta, basta con decirlo. No suelo perder el tiempo donde no soy bien recibido.

Sin embargo, espoleados por la premura de aquellos gritos, no tuvimos ocasión de disfrutar demasiado de aquella ingeniosa conversación, y bien que la eché de menos. Porque nuestros pasos nos llevaron a un dantesco espectáculo que me dio ganas de salir corriendo de nuevo hacia el barco en que habíamos llegado, para solicitar salir de aquel lugar lo antes posible. Los repugnantes trasgos mantenían retenido y herido a un hombre, mientras abusaban sexualmente de inconcebibles formas de una mujer, ya fuera su esposa, hija, o cualesquiera la relación que los unía. Mis labios comenzaron a temblar al verlo, tanto como mis manos y las rodillas que me sostenían en pie. Nunca había sido testigo de una violación, aunque la vida en las calles me había permitido conocer a más de una pobre desdichada que había padecido un abuso tan repulsivo, el más denigrante y odioso de los que alguien pudiera cometer.

C-cabrones...

Nadie, nadie, NADIE se merecía algo semejante, y deseé fervientemente ser tan poderoso como suponía que llegaría a ser cuando gobernase completamente el poder que discurría por mi cuerpo. Derretir los cuerpos de aquellas bestias, congelarlos en vida, hacerlos pasar por mil y una penurias en un tormento eterno para que supieran lo que habían hecho padecer a otros. Pero todo lo que alcancé a hacer fue apuntar débilmente con mi ballesta y disparar a uno de los trasgos que se cernían sobre la pobre desdichada, esperando que más la fortuna que mi escasa habilidad me permitiera acertar a aquel desgraciado. Un milagro, vamos.

- Tiradas (2)
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19/10/2019, 20:34
Isadora Darkbeard

Horrorizada ante tal acción, Isadora cargó contra el trasgo que estaba con Nora báculo en mano.

-¡Muerte a los trasgos!

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dudo que lo haya tocado, no?

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20/10/2019, 15:16
Ronud

Ronud observó pasmado la escena que tenía ante sus ojos: un par de trasgos estaban abusando de una pobre mujer, violándola y sodomizándola, mientras un tercero de aquellos goblinoides retenía contra una pared con una lanza a un hombre humano que, a juzgar por su rostro lleno de lágrimas, lo más probable es que se tratase de su esposo, padre, hermano o cualquier otro tipo de familiar cercano.

A diferencia de sus compañeros, el semiorco se había quedado paralizado. A lo largo de su corta vida había visto todo tipo de escenas truculentas, tanto en los suburbios de las ciudades como en su estadía en las tribus bárbras. Sin embargo, nunca antes había visto a una mujer siendo violada. Y lo que era peor: violada por seres de piel verdosa, no muy distintos a él. Al mirar esa escena, Ronud no sólo estaba viendo una violación sobre una mujer indefensa, sino que tenía la sensación de que aquella imagen no era muy diferente de la que debía haber vivido y sufrido la mujer que le había engendrado poco más de dos décadas atrás.

-No... No... -comenzó a murmurar, horrorizado, con voz temblorosa. "No dejaré que haya más monstruos como yo" se dijo, con todo su cuerpo en tensión.

El semiorco estuvo a punto de sentir que la furia le embargaba, pero trató de dejar sus sentimientos a un largo. Iracundo, tomó su hacha de batalla y se lanzó sobre uno de los dos trasgos que se encontraban sobre la mujer, buscando descargar su arma sobre la testa del monstruito verde antes de que este tuviera tiempo de reaccionar.

-¡Perros sarnosos! -vociferó, con un rugido.

- Tiradas (3)
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20/10/2019, 19:20
Lyanna Deleron

No hubo tiempo para hablar mucho más antes de que alcanzáramos aquella casa en cuya entrada había alguna especie de animal muerto. Amordil respondió a mi primera pregunta, de un modo que todavía me desconcertó aún más. Cada vez daba más muestras de qué tipo de intenciones podía tener, pero lo que me dijo me hizo pensar.

¿Sólo serán demasiadas confianzas cuando yo decida que lo son?

Aquello no funcionaba así, no era adecuado decirle ciertas cosas a una mujer que acababas de conocer. No era educado, y eso si que no era de buen gusto. Pero el semielfo obviaba aquellas reglas de conducta, haciendo que me preguntara en qué entorno había crecido, y por qué la educación que a mi me habían dado tenía que ser mejor; teniendo en cuenta que me habían estado mintiendo toda mi vida.

Turbada, no acerté a responder, y continuamos con nuestra apresurada carrera; terminando por alcanzar el umbral de aquella casa en cuyo interior se desarrollaba la escena más horrible que había presenciado jamás. Ya desde fuera fuimos testigos de lo despiadados que podían ser aquellos seres de color verde, mientras los gritos del hombre que era retenido por un trasgo retumbaba en mis oídos. Una mujer era violada por dos de aquellas crueles criaturas, haciendo que sintiera un intenso escalofrío de inmediato, al mismo tiempo que un fuerte nudo en el estómago. Había tenido la suerte de no padecer nada parecido, pero habían sido varias las veces que había recibido amenazas de aquella índole. Ser ultrajado de aquella manera se me antojaba una de las más viles vejaciones que podía sufrir alguien.

A pesar de la impresión que me causó tal escena, no me detuve ni un instante. Estaba decidida a entrar en esa casa y ayudar a acabar con aquellas criaturas, con todas y cada una de ellas. No iba a permitir que ninguna se escapara. Así que entré y me dirigí hacia uno de los seres que cometía tan terrible acto, dispuesta a terminar con aquel horror haciendo uso de mi espada.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Acción estándar: Ataque con Espada bastarda a uno de los trasgos que se encuentra con la mujer.

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21/10/2019, 04:37
Trasgo

El ataque llegó de sorpresa sobre los trasgos que abusaban de la mujer; Isadora y Ronud no llegaron a acertar a las escurridizas criaturas; el bastón de la maga no tuvo suficiente fuerza como para mover al trasgo contra quien se había lanzado, mientras que el semiorco no había logrado apuntar bien al querer evitar herir a la mujer sin querer.

El hacha de Snorri y la espada de Lyanna, en cambio, atravesaron los cuerpos de los trasgos, que apenas pudieron gritar antes de derrumbarse sobre el suelo, la sangre verdosa salpicando el cuerpo de la mujer, quien al verse liberada del horror, se encogió en posición fetal, cubriéndose el rostro con las manos.

El último de los trasgos, al ver la aparición de los héroes, siseó con rabia. Dos virotes le habían pasado muy cerca de la cabeza, pero no le habían herido. Se giró para enfrentarse hacia los enemigos, y en aquel movimiento la lanza hizo un corte en el brazo del hombre, quien cayó de rodillas, pegado a la pared.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Orden de Iniciativa:

Snorri

Amordil

Izmael

Trasgo

Ronud

Isadora

Lyanna

 

Turno de Snorri

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22/10/2019, 12:32
Snorri Gurmersson

Enfurecido por el comportamiento de tan viles criaturas les maldigo en mi lengua materna, antes de descargar un tajo horizontal contra el último trasgo.

- Tiradas (2)