Partida Rol por web

     Sentimientos encontrados se agolpaban en mi mente haciendo latir mis sienes. El cuerpo de Erik descansaba roto en el suelo y sus asesinos bien podrían ser los mercenarios caídos en el pasillo o seguir sueltos. El verdadero cerebro del ataque seguro que estaría sonriendo en aquellos momentos pensando en la reliquia que caería en sus manos. Ira, odio, pesar, todo a un tiempo. Nada podía hacer ya por nuestro amigo, nuestra familia, salvo intentar darle un final digno en la medida en que las circunstancias lo permitían. Con presteza tomé una lámpara de uno de los apliques de la habitación. Una chispa para alimentar el fuego de una pira funeraria improvisada. Tomé la espada del chico mientras le colocaba la mía entre sus manos. - Llévate algo de mi y yo me llevaré algo de ti. Cuando empuñe ésta espada contra tus asesinos será como si fuera tu brazo el que la esté blandiendo. Contuve las lágrimas que pugnaban por salir. No era momento para ello... ese momento ya llegaría.

     Mientras me acercaba hacia la puerta, me giré para echar un último vistazo. Una silenciosa despedida mientras lanzaba con fuerza la lámpara. Se estrelló contra el suelo, lanzando cristal caliente y aceite en llamas en todas direcciones. Un funeral para un amigo, un fuego que consumiría el escenario de aquel suceso y una venganza que aniquilaría a los que quedaban allí si alguien aun se ocultaba en aquel lugar. Con suerte aquel fuego borraría de la faz de la tierra aquella posada, aquella ciudad, aquel destino y sobre todo a todos los que habían atentado contra nosotros.

     Con el calor de las llamas ya a mi espalda, así con firmeza la improvisada cuerda y comencé el descenso apoyando los dos pies sobre el muro y bajando a pulso. Mis compañeros me esperaban en la calle para emprender la huida.

Alfred descendió por la cuerda resbalando por ella con un agil movimiento y llegó junto a sus compañeros, que ya esperaban en la calle. Parecía desierta, escepto por unos cuantos bultos tendidos en la calle, meros ropajes rellenos por masas imposibles de reconocer.

Lazár, sin moverse ni un milímetro, pensó que aquel cobarde estaba durando demasiado. En ese momento escuchó que algo raro ocurría en el patio pero no pudo más que imaginarse lo que ocurría. El demonio debe estar devorando a su presa.

Esa va a ser una bonita hoguera, con demonios y cazadores de brujas quemados por igual. Que las llamas hagan su trabajo.

Me vuelvo a mirar a Alfred. Jefe, necesitamos descansar y vendarnos las heridas. Ya se que quieres cazar a esos perros pero, si mal no recuerdo, querían ir a Altdorf. Podríamos emboscarlos por el camino... 

     Mi cara era un poema con el ceño fruncido y demás. Estaba realmente cabreado pero Mannfred tenía razón. Aquí ya no hacíamos nada. - Me molesta mucho dejar las cosas a medias pero creo que esa es la mejor opción a nuestro alcance en éstos momentos. Y diría mas. Deberíamos salir de la ciudad ahora mismo. Si cierran las puertas lo tendremos mucho mas difícil. Creo que ahora que no se ha dado la alarma aun ni se sabe muy bien lo que ocurre sería un buen momento.

Maldicion hermana musito Heinrich bajando el bisturi ante la vista de la hermana Katherine en el umbral de la puerta ¿que ha pasado?, estoy buscando a la alimaña del brujo pero aqui no hay forma alguna de encontrar nada, ¿cual es la situacion abjo en la posada?

El inquisidor estaba empezando a hartarse de no encontrar nada y solo ir pista vacia tras pista vacia...

Thalber, mirando hacia el techo pues no podía cerrar los ojos, hacía juramentos mientras sus ojos se secaban, incapaces de parpadear. Juro que como salga de esta, por Sigmar, voy a matar a esa rata de Artzmann yo mismo, lo juro, lo juro.

El gran lobo duró en pie lo mismo que una sabrosa jarra de cerveza en manos de un enano sediento: Un suspiro, en el cuál ni siquiera encontró su momento para descargar la rabia contenida durante tanto tiempo de encierro. En un abrir y cerrar de ojos, el licántropo cayó pesadamente al suelo y ya no volvió a levantarse. Los rasgos bestiales comenzaron retroceder entonces de a poco, dejando paso nuevamente a la forma humana del miserable Marcus.

................................lobo grande..................oh mierda........................

Ese seria el resumen mas o menos editado de la sarta de juramentos que permeaban la cabeza de Maul mientras trataba de resistirse todo lo que podia a ahogarse en el moco verde que les rodeaba y cada vez empezaba a estar mas peligrosamente cerca de taparlo entero...no importaba la fuerza de voluntad de pusiera su cuerpo se negaba a responder el maldito..

Katherina suelta un bufido parecido al alivio uando ve que es Heinrich quien anda merodeando cual rata por el piso superior. Y al parecer no hay nadie más por allá arriba. ¿Dónde han ido todos los que estaban combatiendo cuando entramos en la posada? se pregunta.

- Herr, abajo una mole de putrefacción ha cobrado vida en la sala común y está acabando con la vida de muchos de los que han presenciado su asquerosa creación. Si el brujo ya no está aquí, no puede haberse ido hace mucho. Está claro que esa aberración ha sido creada por él. - le digo nerviosa y sin dejar de andar mirando aquí y allá.

El demonio hizo precisamente lo que cabía esperar de él. Una vez tendidos todos los palos de carne que se habían enfrentado a él en aquel espacio de los hombres, centró su atención en el más próximo. Aquel ser, que había transformado su cuerpo de manera extraña y que ahora volvía a su forma de humano, y que se encontraba tendido frente al demonio nada pudo hacer. Desde su indefensión, paralizado totalmente pero consciente de lo que iba a pasar, no logró articular ni una palabra mientras el ser de la disformidad se ensañaba con su carne, golpeándola y agrediéndola, una y otra vez en una rápida sucesión. Los golpes se sucedieron uno tras otro, pero todos los que fueron tras el primero resultaron inútiles. Con el primer golpe las garras de la bestia hundieron el cráneo de Marcus con fatales resultados.

Por si la presencia de un demonio no fuera suficiente problema, hasta los hombres tendidos en el suelo debido a la parálisis llega un penetrante olor. Denso y que se superpone al de la criatura, todos los presentes huelen algo que no augura nada bueno. HUMO. Se ha iniciado un incendio en algún punto, probablemente en la planta superior. Pero... ¡¿Cómo?! Los problemas comenzaban a multiplicarse.

No, no, no. ¡Humo! ¡Maldición, algo se quema! Este no es mi final, no puedo morir aquí, tengo que salir -pensó Lazár mientras que, usando toda su fuerza de voluntad, trataba de arrastrarse lejos. Por desgracia no se movió ni un milímetro.

Pero que?...barboto heinrich olvidandose de rebuscar por la posada sino que salio disparado hacia las escaleras de bajada del piso inferior para ver con sus propios ojos de lo que estaba hablando la hermana de Sigmar, si habia un demonio era que el brujo debia de estar por algun lado cerca. uno no invoca a esas cosas asi tan facilmente..¿donde diablos estaba el maldito?.,.

Thalber recitaba en su cabeza los preceptos de su orden mientras su vida se apagaba con el crujir del demonio al desplazarse y el olor del humo. 

Obedezca las órdenes.
Ayuda siempre al pueblo de los Enanos.
Trabajar para mantener la unidad e integridad del Imperio incluso a costa de libertad individual.
Muestra la verdadera y fiel obediencia a Su majestad imperial el Emperador.
Erradica y destruye a los pieles verdes, los servidores del Caos y todo aquel que practique magia corrupta donde quiera que se oculte.

El cazador hizo un rápido resumen de su vida, con todos sus fallos, sus errores, sus faltas, sus asesinatos para completar sus objetivos. Y no se arrepintió de nada, ni de los asesinatos de inocentes tratando de cazar a un brujo, ni la quema de un poblado entero para eliminar un culto ni siquiera el haber dejado escapar el amor de su vida. Pero en algo si se arrepentía. Debía haber matado a Artzmann.

Todo había acabado para Marcus. No sentía otra cosa más que resignación y hastío. Su viaje hasta allí había sido demasiado largo, y había estado plagado de todo clase de penurias y terrores. Todo aquello por demás en vano, pulverizado hasta la insignificancia por el miserable abandono de su amo, y por la estúpida muerte que pronto sufriría a manos de una bestia que jamás hubiera podido derrotar, aunque sí evitar.

Al menos para él habría un final rápido, un golpe brutal que le ahorraría mayores desgracias. Todo un lujo en su miserable existencia, un piadoso guiño fatal de su malograda suerte. Hubiera sonreído ante aquella curiosa dádiva, pero su estupor era tal que ni siquiera en la hora de su muerte hubo una mueca distinta en su estoico rostro.

Luego todo se redujo a la nada misma. La sentencia que marcaba su muerte se había completado al fin.  

Si salgo de esta patron juro que esmochare personalmente al mago detras de esta potingada...ahora se quien era el lobo bestia ese de los demonios, se han estado riendo de nosotros todo el jodido tiempo..malditas sean sus almas, les cazare, juro que les cazare y los hare pedacitos muy pequeños que quemare en una hoguera bien gorda...

Maul rabiaba en su mente, dado que su cuerpo estaba completamente paralizado; lleno de una furia atroz contemplaba al demonio de las narices moverse dejarlo el legamo all por donde fuera...

Katherina se temía que poco podían hacer ya con los compañeros que luchaban abajo, y si aquella cosa seguía tan viva como parecía tal vez el artífice de su creación aún estuviera en alguna de las habitaciones sin explorar.
A pesar de que Heinrich salió corriendo en dirección a las escaleras de bajada, Kat decidió dar un rápido vistazo a las habitaciones que quedaban cerradas. No le hacía gracia hacerlo sola, pero su intuición femenina le exigía indagar a fondo en aquel piso antes de dirigirse a una muerte segura.

La criatura de Nurgle acabó con la vida de Marcus, o eso pensaba ella, en verdad quedaba un hilo de vida en el, tan débil y leve, que fue pasado por alto u ocultado debido a la necesidad de matar de la criatura. No taba otras formas de vida, estaban cerca, en la otra sala. Las recordaba. Estaban a su merced, y se aprovecharía de ello. La criatura se lanzó corriendo mientras desprendía horrendos fluidos a por Lazar, pero era torpe y no acertó su ataque cuando llegó hasta el.

Lazár tembló de terror al ver al demonio acercarse a por él para darle fin a su vida. Pero ni siquiera consiguió hacer ese mínimo movimiento. Por suerte el Dios Sigmar escuchó sus plegarias y cegó a la bestia, haciendo que fallara sus ataques.

Sigmar, protégeme.