Partida Rol por web

No quedaba ningún Fantasma en pie, y tanto la alabarda de Campaña como la katana de Peregrino estaban completamente empapadas de oscura sangre. La montaña de cuerpos entre la que se movían habría conseguido asustar al más intrépido de los enemigos, pero los que quedaban aún en pie no iban a rendirse tan fácilmente.

Campaña retrocedió lentamente, volviendo a su posición inicial, pero sin apartar la vista de aquella bestia que se acerca hacia él rodeando la pila de cadáveres. La mujer estaba a punto de presentar batalla, pero Campaña y Peregrino aún tenían un enemigo más al que abatir primero. Mientras Peregrino desataba de nuevo su frenético baile de cortes, Campaña se giró para acompañarle. Descargó la alabarda con fuerza, hiriendo gravemente al hombre y rompiendo sus defensas. Apenas pudo hacer nada contra el segundo ataque, que atravesó la armadura y el pecho del pobre desgraciado.

En mitad de aquel surtidor de sangre la mujer hizo al fin su aparición consiguiendo herir a Peregrino. Por suerte, la bestia no fue lo suficientemente rápida como para cogerle. Ante la que parecía la batalla final, Campaña no dudo un instante y avanzó hacia la mujer atacándola con fiereza. Casi parecía poseído por el arma que llevaba entre las manos.

SÉPTIMO ASALTO: RESULTADOS:

TABLERO.

1) Segadora [Sin Armadura. Espada Larga (mano derecha). Lagarto Gigante]: El lagarto intenta darle un topetazo a Peregrino, pero éste lo evita con un hábil movimiento. Segadora lanza dos terribles tajos contra Peregrino. El daño es 20 (crítico) y 6. El primero sobrepasa el Umbral de Daño Masivo de Peregrino, por lo que existe la posibilidad de que le mate directamente: Tiene que tirar una TS Fortaleza a dificultad 14, con su salvación de Fortaleza actual, que se ha quedado en -1. Si falla por más de cinco sufre 1 Herida Grave. - En cualquier caso, Peregrino se queda en 0 puntos de golpe y además ha sufrido 5 Puntos de Daño de Constitución. Está agonizando y muriéndose. Cada asalto, empezando por este, en su iniciativa Peregrino debe superar una TS Fortaleza (que, con su Constitución actual, ha quedado reducida a -1), para ver si sigue agonizando un asalto más, si muere o si pasa a Estable. La dificultad de esta tirada es 10 en el primer asalto, +1 cada asalto sucesivo. Si falla la tirada, muere. Si la pasa por menos de 5 sigue agonizando un asalto más. Si la pasa por más de 5 (es decir, dificultad 15 en el primer asalto de agonía), entonces pasa a Estable (las siguientes tiradas serían una por hora en vez de una por asalto). - Daños sufridos: 18+13.

2) Peregrino [Sin Armadura. Katana (empañada con ambas manos)]: Cae agonizando al suelo y suelta la katana. Debe hacer las tiradas de Salvación de Fortaleza indicadas más arriba. - Daños Sufridos: 5+9+20+6 puntos de daño.

3) Fantasmas [Sin Armadura. Lanza 2M (empuñadas en ambas manos)] (10):

3.1) Campaña [Semiplacas de Bronce. Alabarda Svraisse (empuñada con ambas manos)]: Avanza un paso gratuito de una casilla hacia el Sudoeste. Ataca dos veces contra la Segadora, impactando las dos veces, para 18 y 13 puntos de daño, un total de 31 puntos de daño. Eso ha debido de doler, pero la Segadora parece muy lejos de estar derrotada. Ha gastado 1 Punto de Acción. - Daños sufridos: 6+12+8.

3.2) Fantasma 2: Muerto por Campaña.

3.3) Fantasma 3: Muerto por Peregrino.

3.4) Fantasma 4: Muerto por Campaña.

3.5) Fantasma 5: Muerto por Peregrino.

3.6) Fantasma 6: Muerto por Campaña.

3.7) Fantasma 7: Muerto por Peregrino.

3.8) Fantasma 8: Muerto por Campaña.

3.9) Fantasma 9: Muerto por Campaña.

3.10) Fantasma 10: Muerto por Peregrino.

4) Veterano [Escamas. Escudo Pesado Madera (Embrazado Brazo Izquierdo). Lanza Corta (Escudo). Espada Larga (Mano Derecha)]: Muerto por Campaña.

5) Fantasma 1: Muerto por Campaña.

Me preparo para dar un par de rápidos golpes a la guerrera, quizás no capaces de matarla pero si lo suficiente para que se replantee su estrategia. Entonces el lagarto intenta dar con un topetazo pero consigo evitarlo fácilmente. Voy a lanzar mis cortes cuando ella, con una velocidad muy superior a la mía, me impacta con un profundo corte a la altura del pecho. El dolor es horrible y hace que mis piernas se tambaleen mientras mis ojos se abren de par en par.

Caigo de rodillas mientras recibo otro corte en el brazo cuyo dolor ni siquiera siento ante el shock de ver mi sangre brotar y manchar el suelo. Siento el sabor de la sangre en mi boca y el carmesí me inunda la vista mientras el mundo comienza a dar vueltas a mi alrededor. De pronto la imagen de todo comienza a fundirse en una amalgama repulsiva que se oscurece a cada momento hasta volverse en un negro profundo.

Mis ojos se cierran y mi cuerpo cae de lado mientras mi sangre sigue brotando con violencia.

Campaña soltó un gruñido tras herir a la mujer. Estaba haciendo un gran esfuerzo para tratar de eliminarla lo más rápido posible, pues sabía que se trataba de un enemigo poderoso y no estaba seguro de si Peregrino y él serían capaces de vencerla. La sangre lo cubría todo, la sangre de la mujer, la de Peregrino, la del resto de enemigos masacrados y la suya propia.

Se preparaba para una nueva embestida cuando vio caer a Peregrino ante los ataques de la mujer. Se tambaleó un instante para, finalmente, caer al suelo empapado en sangre. A pesar de la violencia del ataque, la caída de Peregrino fue suave, grácil, y apenas produjo sonido alguno. Aunque no mostró emoción alguna, pues estaba demasiado concentrado en el combate, Campaña sintió angustia durante unos instantes. Juntos habrían tenido una posibilidad, pero ahora que se enfrentaba solo a la mujer Campaña no estaba tan seguro de la victoria. Confió en que Peregrino siguiese vivo aún, al fin y al cabo, no podía hacer nada para salvarlo mientras el combate no hubiese terminado.

Decido a vencer, Campaña continuó su movimiento alrededor de la bestia y volvió a arremeter contra la mujer, empleándose al máximo para imprimir toda la fuerza posible en cada golpe.

PEREGRINO:

- Esa regla dejé de usarla en la primera partida casi al principio.

OCTAVO ASALTO: RESULTADOS:

TABLERO.

1) Segadora [Sin Armadura. Espada Larga (mano derecha). Lagarto Gigante]: El lagarto le da un tremendo Topetazo con el morro a Campaña, para 6 puntos de daño. Campaña logra, sin embargo, no ser embestido (con lo que evita llevarse un peligrosísimo Atatque de Opprtunidad de Segadora). Segadora ataca dos veces con su espada a Campaña en sendos reveses. El daño es casi fatal y Campaña se queda de pie a duras penas, casi al borde mismo de la derrota. - Daños sufridos: 18+13. - Este asalto: +22+18.

2) Peregrino [Sin Armadura. Katana (empañada con ambas manos)]: Está en el suelo, Agonizando y Muriendo. Ha sufrido una Herida Grave (la 11). Se mantiene Agonizando este asalto, pero pese a que gasta 1 Punto de Acción no consigue pasar a Fuera de Peligro. Debe hacer una nueva Tirada de Salvación de Fortaleza, esta vez a dificultad 11, para comprobar si muere, si sigue Agonizando un asalto más, o si pasa a Estable. - Daños Sufridos: 5+9+20+6 puntos de daño.

3) Fantasmas [Sin Armadura. Lanza 2M (empuñadas en ambas manos)] (10):

3.1) Campaña [Semiplacas de Bronce. Alabarda Svraisse (empuñada con ambas manos)]: Campaña se niega a morir y caer. En lugar de eso gasta un Punto de Acción para lanzar contra Segadora los dos tajos más terribles de alabarda que ésta haya sufrido en su vida, siendo el segundo el que separa su cuerpo de su abdomen a la altura de la cintura, en un devastador corte horizontal. - Daños sufridos: 6+12+8.

3.2) Fantasma 2: Muerto por Campaña.

3.3) Fantasma 3: Muerto por Peregrino.

3.4) Fantasma 4: Muerto por Campaña.

3.5) Fantasma 5: Muerto por Peregrino.

3.6) Fantasma 6: Muerto por Campaña.

3.7) Fantasma 7: Muerto por Peregrino.

3.8) Fantasma 8: Muerto por Campaña.

3.9) Fantasma 9: Muerto por Campaña.

3.10) Fantasma 10: Muerto por Peregrino.

4) Veterano [Escamas. Escudo Pesado Madera (Embrazado Brazo Izquierdo). Lanza Corta (Escudo). Espada Larga (Mano Derecha)]: Muerto por Campaña.

5) Fantasma 1: Muerto por Campaña.

Bueno, fallo estrepitosamente. :(

Saludos.

- Una vez muerta la Segadora, su montura reptiliana revierte a un estado completamente manso. No cabe duda de que es un herbívoro pacífico, y con poquísimo cerebro.

- Por una vez Campaña respira aliviado, está tan sumamente herido y fatigado, que otro cabezazo de esa mole verde con escamas podría matarle.

Tras la grotesca escena protagonizada por el torso volador de la heroína del Triplete (y una cantidad apreciable de su sangre), parecía que el combate tocaba a su fin. El lagarto gigante, que se había mostrado anteriormente como una criatura amenazadora, no era más que un cachorrito sin su amo para darle órdenes. Se sacudió ligeramente, con una mirada tan transparente que dejaba ver su ausencia casi total de intelecto. El movimiento hizo que las piernas de la mujer se deslizaran lentamente por el lomo del animal hasta precipitarse finalmente contra el suelo. Alguien tendría que hacer un gran esfuerzo para encontrar todos los trozos de la mujer y corroborar que se trataba de ella, y ese alguien no sería Campaña, al menos no en el estado en el que se encontraba.

Apoyado en el mango de su mortífera alabarda, Campaña se tomó un instante para recuperar el aliento. Nunca antes había estado tan herido, salvo quizás aquella vez que se desmayó en los páramos de la Gran Sabana y Ponzoña tuvo que arrastrarle de vuelta al campamento. No sentía dolor alguno, pero si notaba que la cabeza se le iba a otro lugar y que no podía pensar con claridad. De hecho, en aquel instante, se quedó mirando fijamente a la bestia, que removía la tierra con el morro buscando algo que llevarse a la boca. Campaña ladeó la cabeza y después señaló el lagarto con el dedo.

- Querías jugar con Campaña ¿eh? - dijo, sonriendo.- Pero Campaña no puede... no puede jugar ahora...

La bestia continuó con su tarea, ajena completamente a lo que ocurría a su alrededor. Tenía un aura de inocencia y estupidez que a Campaña le resultó adorable. Sin embargo, aquella anacrónica escena, que nada tenía que ver con la carnicería que acababa de acontecer y que sólo el entrañable bobalicón de Campaña podría protagonizar, duró apenas unos segundos. Enseguida Campaña recuperó la cordura y se dirigió a toda prisa a donde se encontraba su compañero Peregrino.

Guardó su arma y se arrodilló junto a él. No tenía la más remota idea de qué hacer con él, aunque no tenía duda alguna de que si no estaba muerto no le quedaba mucho tiempo de vida. Se esforzó al máximo por sobreponerse a la fatiga de la heridas y recordó que había un pelotón de la Compañía que parecía perseguir a los enemigos que acababan de aniquilar. Se puso de nuevo en pie y observó el horizonte, buscando a los refuerzos.

Justo cuando acababa de ponerse en pie, Campaña comenzó a escuchar un tenue silbido. Miró a Peregrino instintivamente y se dio cuenta de que parecía temblar, mientras una brizna de aire se escapaba lentamente de sus pulmones. Volvió a arrodillarse junto a su compañero y se puso tremendamente nervioso. Peregrino se estaba muriendo, eso era evidente incluso para su abotargado cerebro, pero no sabía qué hacer. Se sentía tan torpe que tenía miedo de equivocarse y que Peregrino muriese por su culpa.

Decidió que no haría nada, pero las heridas de Peregrino no dejaban de sangrar y el ruido del último aliento abandonando su cuerpo se le quedó grabado a fuego en la mente. Aquel sonido tenía que parar, necesitaba que parase, así que intentó recordar las cosas que hacía su primo Matagatos cuando curaba a los heridos. Primero puso una manaza en una de las heridas, pues recordaba que era importante hacer que las heridas dejasen de sangrar cuanto antes. Las heridas de Peregrino eran innumerables, así que Campaña puso su otra mano en otra de ellas. Es cierto que consiguió disminuir el flujo de sangre, pero no tenía manos suficientes para pararlo del  todo.

La situación no mejoraba y Campaña estaba tan nervioso que comenzó a sudar como un cerdo. En ese preciso instante Peregrino empezó a agitarse, lo que era un leve temblor se convirtió en fuertes convulsiones, y aquel horrible sonido no paraba de taladrar la cabeza de Campaña. Aquello tenía que parar, de modo que Campaña puso en práctica otra de las cosas que le había visto hacer a su primo, e intentó golpearle el pecho para que pudiera respirar. Al principio lo hizo con cuidado, porque tenía miedo de hacerle daño, pero no funcionaba en absoluto. Las situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas, de modo que Campaña juntó las manos y golpeó con fuerza el pecho de Peregrino. Al primer golpe las convulsiones pararon, y al segundo se escuchó un terrible crujido...

- ¡No, no, no, no, no! - susurró Campaña, horrorizado.- Peregrino no muere... no puede... no...

Campaña sacudió el cuerpo inerte de Peregrino, zarandeándolo por los hombros, pero no consiguió más que ver como su cuello cedía y su cabeza de movía de una forma macabra. Sintió terror por lo ocurrido y dejó a Peregrino en el suelo, para después levantarse a toda prisa y alejarse unos pasos del cuerpo de su compañero.

- Esto no está bien... no está bien - decía mientras se movía de un lado a otro.- ¡No asustes a Campaña! Deja de jugar, Peregrino, a Campaña no le hace gracia... ¡Levántate!

Gritarle al cuerpo de Peregrino no sirvió de nada, sólo para hacer que Campaña se diera cuenta de que estaba muerto, aquello no era un juego. Pero el proceso de aceptación aún llevaría unos minutos más. Campaña se quedó petrificado, ya no miraba al horizonte por si venían los refuerzos, ni siquiera le prestaba atención a sus heridas que continuaban sangrando, ni al animal que seguía buscando algo entre la arena... Su mirada quedó fija en el cuerpo de su compañero Peregrino, mientras unas amargas lágrimas escapaban de sus ojos y se mezclaban con el sudor y la sangre que poblaban sus mejillas.

EL ANFITEATRO DE LOS HUESOS:

- Se cierra por ahora el Anfiteatro de los Huesos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Todos los Exploradores, encabezados por el Cabo Ridvan, salieron del Campamento Principal en busca del rastro de Desastre para tratar de averiguar lo ocurrido con el miembro de la Infantería.

El Cabo Ridvan no tarda en encontrar el rastro. Los leones no se han molestado en ocultarlo, y ambos animales han transportado a Desastre desde una zona situada a unos kilómetros del campamento. Es una zona un tanto apartada, idónea para cazar presas de pequeño tamaño. Probablemente Desastre estaba cazando con sus leones.

Al llegar a un determinado punto Ridvan detiene la marcha de los Exploradores. Cuatro cadáveres yacen despedazados en el suelo. Parece a todas luces que Desastre sufrió una emboscada.

Tres arqueras están despedazadas en el suelo, con marcas de arañazos y mordiscos descomunales, probablemente asesinadas por los leones de Desastre. El cuarto cuerpo está vestido como uno de los Cabos del Triplete. También tiene marcas de garras y mordiscos, además de un par de heridas de lanza bastante profundas en una pierna y en el pecho.

No parece haber supervivientes cerca. Aunque Ridvan encuentra pisadas que delatan que hubo más personas, al menos una docena, quizá más.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Pipo se intenta ocultar en lo alto de un árbol cercano. El músico y explorador se mueve como un fantasma, sin producir el más mínimo ruido; aunque su idea de ocultarse es sentarse en una de las ramas bajas del árbol con las piernas colgando. Por supuesto el resto de su escuadra le puede ver claramente.

El rastro de los supervivientes está muy frío, pero Escudo parece tener un talento innato, o quizá un golpe de suerte, y encuentra un rastro claro que los Exploradores podrían seguir. Por lo menos hay cuatro personas... un hombre y tres mujeres, ya que las huellas de ellas tres son claramente menos profundas que las de él. Aunque las cuatro casi pasan desapercibidas.

Parece que el rastro se aleja de aquella zona y del Campamento Principal, y los fugitivos iban con mucha prisa.

El rastro se dirige hacia el Sur, hacia la Fortaleza de la Puerta. El terreno parece algo más variado, con algo de vegetación, pantanos, llano árido, e incluso alguna ruina.

Por lo que dilucidáis parece que transportan heridos por lo que, aunque el rastro es frío, creéis que acabaréis dando con ellos. Y tras casi dos horas de marcha así es. En plena noche detectáis unas ruinas algo más adelante donde parecen haber acampado.

Os agacháis y escondéis entre le vegetación ante una señal de Ridvan. Y justo en ese momento una lluvia de flechas se abate sobre vosotros desde vuestra izquierda y vuestra derecha.

Tenéis enemigos al frente y en ambos flancos, ocultos en las ruinas y la vegetación y al amparo de la noche. Aunque aun no habéis divisado a ninguno.

Las nubes se apartan, desvelando una espectacular luna que lo ilumina todo con su refulgente brillo plateado.