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La Compañía Negra 2: La Puerta de Galdan.

La Compañía Negra: Tienda de los Heridos.

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24/11/2015, 18:49
Guepardo.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

 

La noche había sido ajetreada para la mayor parte del campamento. Los gritos de alarma y fuego lo despertaron de un febril sueño. Jadeante tuvo que hacer un gran esfuerzo para incorporarse. Hacía falta ayuda y Guepardo respondería. Andando torpemente se dispuso a salir de la tienda, cuando una implorante Plumilla le rogó que se quedara, apelando a su indisposición. El jaguar dudó un instante, mirando sus ojos ámbar, pero finalmente abrió la tela de la entrada. La visión lo paralizó: un caballo envuelto en fuego corrió desbocado pasando a escasos metros de la tienda y se perdió internándose en el campamento.

Hombres, mujeres y Sombríos corrían por doquier, intentando apagar diversos focos de llamas y tomando posiciones en el perímetro del campamento. La oscuridad y tinieblas contrastaban con las fantasmagóricas sombras bailantes, fruto de los reflejos de los incendios. Antes de poder reaccionar, un grupo de sombras y hombres trajeron con rapidez a dos mujeres ensangrentadas hacia la tienda. Guepardo reculó dentro y les dejó pasar de inmediato. Creyó reconocer a Yumma, una de las Pitonisas, y a una prostituta, de nombre desconocido para él.

El resto de la noche se quedó observando y ayudando en lo que pudo a Matagatos, junto con Plumilla y Khadesa, para intentar salvar la vida de las mujeres. El que el oscuro lograra conservar la vida de la pitonisa le pareció una gesta, dado el estado en que trajeron a ambas.

Por la mañana, su usual pesadilla fue interrumpida por nuevos gritos de alarma y llamada al combate. Pesadamente se levantó y torpemente se dispuso a salir. La pequeña Plumilla esperaba junto a la puerta. No abrió la boca pero su mirada decía todo. Él la sonrió en señal de gratitud por su interés, pero salió.

El sol del nuevo día lo golpeó y su calor le resultó gratificante. Renqueando se acercó a una de las tiendas de campaña de los hostigadores. Entró y buscó en el desorden. En una esquina halló lo que buscaba: su lanza.

Salió de la tienda asiéndola con fuerza. Miró la venda que cubría todo su torso y esperó que las heridas no se reabriesen. Posteriormente buscó a Ponzoña, pese a los dolores abdominales que sentía. Pudo verle, un poco alejado, entrar en la tienda de mandos. El jaguar se acercó a las inmediaciones de la tienda y esperó, apoyado en su lanza, a que su superior saliera. Tal vez tuviera ordenes para él.

Notas de juego

Paso al Campamento principal.

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24/11/2015, 20:52
[RIP] Loor.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.


Las palabras de Ponzoña hacen que Loor, aun herida pero más recuperada, se levante sin decir palabra. La guerrera K´Hlata, aun cuando había apoyado en lo esencial las palabras del Cabo Matagatos al reprender a Rastrojo, y había mostrado interés por Campaña y preocupación por sus heridas, se había mantenido en silencio, sin participar de las alabanzas a Campaña que, al cabo, sólo habían sido vitoreadas por los dos cabos oscuros y por Ponzoña. Tampoco la noche segunda, con el ataque, estando como estaba en la tienda de heridos, había logrado intervenir antes que todo terminase. 

Ahora, sin embargo, no iba a dejar la oportunidad. Tomando sus armas, sale de la tienda de los heridos, siguiendo a Matagatos, en dirección al campamento principal.

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25/11/2015, 22:22
Dedos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Dedos escuchó, alarmada, las palabras de Ponzoña, y observó, con suma preocupación, cómo Matagatos, aún considerablemente herido, abandonaba la tienda, acompañado seguidamente de Guepardo y Loor.

La pequeña K'halata se dijo que ya era suficiente. Había pasado demasiado tiempo anquilosada. Demasiado tiempo sin derramar sangre por la Compañía. Y Matagatos... Sencillamente no podía dejarle solo. Apretó el puño con rabia, y recogió sus armas. Si iba a bailar sobre los cadáveres de quienes habían matado a Peregrino y se habían llevado a Sicofante, iba a necesitarlas.

Notas de juego

Al campamento principal

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26/11/2015, 12:41
Sabandija.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Aunque tenía miedo por el ataque que parecía sufrir el campamento de la Compañía al menos así parecía vaciarse la tienda de los heridos. Se suponía que aquel lugar debía ser de lugar de descanso de los heridos y no uno de reunión y donde montar algarabía por el escarnio de un chamán. ¿Y si el ataque era algo generado por los espíritus ofendidos por el trato que se le daba a su afín? La herida del brazo empezaba otra vez a doler enormemente. Así no había quien luchara. Sería más un estorbo que otra cosa.

-¡Ay!- ¡Qué impotencia no poder mostrar su valía llevándose pro delante la vida de sus enemigos! Si tan sólo  estuviera en plena forma se iban a enterar.

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26/11/2015, 14:41
Capitán Matagatos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Matagatos apareció al poco, con la armadura a medio poner y el cinto con las armas en la mano. Le dolían las heridas, desde luego, pero tendría que aguantarse y luchar. Especialmente dadas las circunstancias. Había que salvar a Sicofante, si es que aún tenía salvación. No podía seguir perdiendo hombres de este modo, o acabarían luchando con reclutas inexpertos contra las tropas del Triplete. 

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26/11/2015, 15:40
Dedos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Dedos había buscado a Matagatos, fuera de la tienda de los heridos. Lo había perdido de vista, y no se había percatado de que había ido a buscar su armadura.

Cuando lo vio regresar, con la armadura a medio poner, dudó un instante, pero finalmente, decidida, y con la intención de evitarle más dolores, se acercó, y posó las manos sobre las piezas a medio ensamblar- Déjame ayudarte, por favor- le dijo, preocupada, y casi temerosa, con la idea de un posible rechazo sobrevolándole la cabeza.

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26/11/2015, 15:48
Capitán Matagatos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

El oscuro dudó unos instantes, pero finalmente asintió ante las palabras de Dedos, dejando hacer a la k'hlata.

-Gracias por ayudarme-dijo, sintiéndose algo nervioso por la cercanía de la mujer. O más que nervioso, puede que la palabra correcta fuera agitado. Sin embargo, procuró disimularlo. No era el momento ni el lugar, además de que las cosas eran algo más complicadas que simplemente eso. 

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26/11/2015, 17:15
Pelagatos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

El estruendo en la tienda me despertó y me giré gruñendo. Esta entumecido por el poco movimiento que podía permitirme y desearía poder dormir en mi propia tienda, pero no se me permitía. Aún necesitaba demasiados cuidados, lamentablemente.

Cuándo mi cerebro procesó lo que estaba ocurriendo, Ponzoña ya había abandonado la tienda. Había un ataque - o estaba cerca - en nuestro campamento, y además, Sicofante había sido capturado (o incluso estaba muerto). Recibí esa noticia con un sabor agridulce. Habíamos retomado nuestra "amistad" tan sólo para que un entrenamiento estúpido me dejase en cama de nuevo. Aún estaba resentido con el Tagliano, pues me seguía pareciendo que se había dejado llevar por la rabia y frustración de estar siendo apalizado de manera apabullante. ¿Cómo sino atravesaba el pecho de alguien con una espada de madera en un entrenamiento? 

Miré a mi alrededor para ver un panorama caótico: heridos que iban a batallar, heridos que seguían quejándose, cuentistas que se hacían pasar por heridos.

Empecé a incorporarme poco a poco. No podía ignorar todo , darme la vuelta y ponerme a dormir. Tampoco podía salir a combatir, pero si el enemigo llegaba aquí, no iba a matarme postrado. Gruñi por el esfuerzo de sentarme y el sudor empezó a aglomerarse en mi frente. Respiré hondo varias veces antes de alcanzar mi espada, usándola para apoyarme en ella y poco a poco incorporarme. Tras mucho esfuerzo, conseguí ponerme depié, apoyado en mi espada cual anciano en su bastón. Realicé el último esfuerzo para ponerme recto y dejar de apoyarme en la espada. Sabía que no podía -ni me dejarían - ir a combatir, pero si debía morir lo haría de pie y con mi espada empuñada.

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03/12/2015, 19:04
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Plumilla caminaba entre los camastros, prestando su ayuda, cuidando o cambiando los vendajes a los heridos. La mayoría de los heridos de la batalla del fuerte Chuda se encontraban ya recuperados o en mejores condiciones. Aún algunos permanecían en el la tienda de los heridos bajo su cuidado y la de aquellos que prestaban su ayuda para cuidar a sus compañeros. Después del incidente con Campaña y Rastrojo, la tranquilidad había vuelto a la tienda, mas había quedado una silenciosa tensión que se respiraba en el aire.

Se dirigía a comprobar cómo iban las heridas de Guepardo, cuando Ponzoña entró en la tienda con malas noticias. La pequeña K´Hlata se acercó a la puerta de lona para mirar fuera. Matagatos pasó por su lado, probablemente hacia la tienda de mando. El rostro de Plumilla se giró para mirar a Guepardo. Él también se había levantado, al igual que Dedos y Loor, y la curandera no pudo evitar lanzar una mirada de preocupación. A pesar de haber mejorado de sus heridas, aún no se encontraban recuperados del todo y su valentía podría costarles algo más que unas cuantas heridas.

Sin embargo, el corazón de un guerrero seguía siendo el corazón de un guerrero, no abandonarían a un hermano. Con una sonrisa insegura, les deseó suerte. Plumilla habría seguido ella también sus pasos, pero todavía había heridos que requerían de sus cuidados. Una poco convincente queja a sus espaldas, le confirmó que Sabandija seguía allí. Caminó hacia él, para comprobar cómo se encontraba, cuando Pelagatos intentó incorporarse. 

El estado del hostigador era más preocupante que la de los demás guerreros que habían salido por la puerta. Su entrenamiento no había salido muy bien y ahora estaba pagando las consecuencias. La curandera corrió hacia él cuando vio que pretendía ir él también.

- No deberías levantarte en tu estado, creo que no estás en condiciones de poder pelear - le dijo apoyando su mano en la espalda del hombre, con la esperanza de convencerlo.

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04/12/2015, 17:45
Pelagatos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Plumilla se acercó a mí en cuánto conseguí levantarme del todo. Muchos habían abandonado ya la tienda y escuchaba gritos fuera de ella, pero yo no podía ir tan deprisa. Me movía con esfuerzo y lentamente, sudando a cada movimiento que provocase un ligero estiramiento de la herida de mi pecho. Di un paso, lentamente, cómo cuándo estás en un sueño y todo el mundo parece ir más deprisa que tú. Luego otro...

Y entonces Plumilla se acercó a mí. No me gustaba que me tocase - de hecho no me gustaba que me tocasen en general -, pero poco podía hacer para apartarla. Además, sabía porqué lo hacía, y sabía qué debía morderme la lengua.

La miré mientras una gota de sudor recorría mi mejilla y caía al suelo.

No voy a luchar. - le expliqué lentamente. - Sería un estorbo. Pero no puedo quedarme tumbado. - era realista, pero también tenía mi orgullo. - Quiero ver qué está ocurriendo con mis propios ojos. - "y si vienen hacia aquí se encontrarán con mi espada. Será la espada de un tullido, pero una espada al fin y al cabo."

Con lentitud y ayudándome de mi espada llegué a la puerta. Descorrí la lona y me asomé. Poco a poco el campamento se había ordenado para el ataque y escuchaba órdenes y gritos por todas partes. Desde mi posición no podía ver realmente nada, pero podía visualizarlo en mi mente si escuchaba con atención los comentarios. 

Ataque. Triplete. Sicofante. Peregirno. Defensa.

El tiempo iba pasando e iba juntando las piezas del rompecabezas con lo que oía. No íbamos a atacar. Debíamos defender el campamento. Miré hacia atrás, al resto de heridos y curanderas. No quería que me contasen cómo defendían el campamento, o cómo moría uno u otro. Quería verlo. Necesitaba formar parte de La Compañía, en lo bueno y en lo malo.

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05/12/2015, 10:05
Khadesa la Quinta.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: OCHO (MES DE LA CEBRA, SEGUNDO DEL VERANO).

DÍA: VEINTITRÉS DEL MES.

HORA: A MEDIA MAÑANA. TRAS HABLAR CON ANALISTA.

Siento que Campaña se relaja y deja de murmurar. Bendita inocencia. La irrupción de Lengua Negra en la tienda me deja un sabor agridulce pero mi grandullón por fin se olvida de las venenosas palabras de Rastrojo y se incorpora con una sonrisa.

Me retiro, uniéndome a los vítores. Luego continúo atendiendo a los que siguen necesitando curas y sanación. Miro a Ponzoña y le dedico una sonrisa, pues al haber estado centrada en tranquilizar a Campaña para evitar que su temperamento fuese por derroteros equivocados, apenas si he sido consciente de su gesto. Últimamente ha cargado sobre sus hombros la responsabilidad de la asignación y gestión de los Hostigadores. Y sé que Matagatos también acusará el golpe. Pero eso es más adelante. Ahora es el turno de mi primo.

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05/12/2015, 20:22
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES.

POR LA MAÑANA.

Plumilla retiró la mano mientras el guerrero seguía su camino. Sostenido por su orgullo y su necesidad de saber qué ocurría, Pelagatos fue hacía la puerta con pasos lentos y retiró la lona para observar fuera. Indecisa y preocupada, la curandera no supo qué responderle. No podía detenerlo si así lo quería, pero no podía evitar mirarlo inquieta. 

Desde fuera se podía oír mucho ruido que nada bueno presagiaba. El resto de heridos que habían salido también estaban allí. Imitando el gesto de Pelagatos, ella también miró atrás, hacia los pocos heridos que quedaban y los otros curanderos. Su lugar estaba con la tienda, con los heridos, atendiéndolos, pero ella también quería saber qué ocurría. Sus heridas hacía tiempo que habían sanado, por lo que no sería una molestia.

Tras unos segundos de duda, hizo un gesto tranquilizador a los que allí estaban, como diciéndoles que todo iría bien, y se dio la vuelta, caminando decidida hacia la puerta ella también.

Con pasos ligeros como una pluma, Plumilla se colocó al lado del soldado y observó lo que pasaba, antes de mirar por el rabillo del ojo a Pelagatos - de acuerdo, pero yo también iré. Estoy preocupada por los heridos, y quiero asegurarme de que no hacen nada que empeore su condición, incluido tu - le dedicó una amable sonrisa echando a andar hacia el bullicio de fuera.

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09/12/2015, 17:34
Pelagatos.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES

Acepté lo que dijo Plumilla en silencio sólo porque era lo que debía hacer.  Poco a poco fui acercándome más a dónde se había aglomerado la mayor parte del campamento, guiándome por los sonidos, junto a la recluta de la escuadra de Lengua Negra.

No tardamos en acercarnos lo suficiente para poder presenciar con nuestros propios ojos lo que ocurría. El ataque, la captura... la quema. Vi a Sicofante en lo alto de la estaca y noté un sabor agridulce en la boca que poco a poco se convirtió en pura amargura. Por una parte había odiado a Sicofante por lo que me había hecho. Había tenido demasiadas horas a solas con mis pensamientos para intentar comprender por qué y, herido y frustrado, había concluido que había sido una maniobra en parte premeditada por parte del Tagliano. Se había querido vengar porque le estaba humillando golpe tras golpe y esquiva tras esquiva. Tal vez no había querido matarme, pero había querido invalidarme y quitarme la oportunidad e valerme. Al parecer, haciendo eso, me había salvado la vida. El que se quemaba vivo podría haber sido yo. Pero eso era una mínima parte. La mayor parte de mi estaba de hecho lamentando el no poder hacer nada, el ver a un hermano -a un amigo - siendo torturado de aquella manera inhumana. Cerré el puño con fuerza alrededor de la empuñadura de la espada, que una vez más usaba para recostar mi peso.

Y entonces empezaron las órdenes, los gritos, la desobediencia, la locura... Soldados saliendo del fuerte encabezados por mi tío Barril mientras yo miraba inútilmente desde mi posición todo lo que ocurría. Los reproches, las frustraciones, la batalla, los caídos... Nunca me había sentido tan inútil. 

Todo tiene un fin, por suerte o desgracia. Finalmente el enemigo huyó, pero había nuevos heridos en nuestras filas. Ya no tenía nada más que hacer ahí aparte de estorbar, así que lentamente volví arrastrándome a la tienda de heridos. Ni siquiera me percaté si Plumilla me seguía, pues en mi cabeza no dejaba de ver y oír a Sicofante. No podría olvidar nunca lo que había visto. 

Entré de nuevo en la tienda de heridos, con la mirada ida y la expresión seria y dura. Dentro de poco llegarían más heridos, mi tío incluido. La tienda se llegaría y muchos estorbarían dentro. Plumilla tendría que sacarlos de ahí.

Me acerqué a mi lugar de reposo las últimas semanas y arrastré mis cosas hacia una esquina aún más apartada. Con esfuerzo y dificultad me senté y fijé mi mirada en la puerta de la tienda. Dentro de poco vendrían nuevos heridos, sí. Lo que no sabíamos eran cuántos volverían a salir por esa puerta aun respirando. Inevitablemente, pensé en mi tío Barril.

Notas de juego

Aclaración:

A pesar de que una parte debería suceder en la escena de campamento principal, los tiempos se están sobreponiendo en dicha escena, por lo que me parece más fácil hacer un sólo post en esta escena debido a que mi personaje empieza y acaba en ella.

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11/12/2015, 01:39
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, FINAL DEL VERANO).

DÍA: TERCERO DEL MES

Plumilla llegó en medio del caos detrás de Pelagatos y lo que vio encogió su corazón. Todo el mundo parecía tener algo que hacer o decir, peleas terminaban otras que parecía que no acababan. Sin embargo, decidió hacer lo que había ido a hacer, preocuparse por los heridos. Personas más capaces se encargarían de otros menesteres. Centrando su atención en los heridos, acompañó primero a los más graves a la tienda de los heridos y allí comenzó a ocuparse de sus heridas con ayuda de algunos compañeros.

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13/12/2015, 01:36
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA, MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DE LA ESTACIÓN DEL VERANO.

DÍA: CUARTO DEL MES.

MEDIODÍA.

Caminaba entre los camastros que ocupaban toda la tienda de los heridos. Desde el día anterior había sido un continuo ir y venir entre el campamento y la tienda, y atender a todos los heridos, comenzando por los más graves. Plumilla apenas había tenido tiempo para preocuparse de nada más que atender a sus compañeros. Y realmente, lo prefería así, la ayudaba a no pensar en todas las bajas que habían sufrido el día anterior. 

La tienda se había llenado con los nuevos heridos, algunos de los que allí aún permanecían tuvieron que ser trasladados para que dejaran el lugar a heridos más graves. Un grupo de curanderos y voluntarios que ayudaban en aquel momento de necesidad recorrían igual que ella los pasillos entre los camastros, atentos a cualquier quejido a reclamo. De vez en cuando, algún soldado iba a ver cómo estaban los heridos o a preocuparse por algún amigo. En ocasiones, incluso se quedaban a ayudar cuanto podían.

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15/12/2015, 01:18
Derviche.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

 

Derviche había despertado justo cuando la transportaban en camilla, desde la batalla hasta la tienda de los heridos. Lo había hecho bien. Luchó con rabia, hizo sangrar a enemigos y sangró por sus propias heridas. Teniendo en cuenta la desesperada, estúpida y finalmente heroica carga, estaba satisfecha. Aunque esperaba con prontitud la sanción o castigo a recibir. Como tantos otros, había desobedecido el código de los oscuros, aquel del que tanto se jactaban y que sin embargo, muchos de ellos habían roto en aquella pelea.

Cuando fue atendida por Plumilla, la agarró del brazo, aún débil por las heridas recibida.

-Plumilla, tengo que salir de aquí, y presentarme a Lengua Negra, a rendir cuentas de mis actos, dame algo para poder irme, y no ocuparé más esta cama, date prisa- 

Sea como sea, quería salir de allí.

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15/12/2015, 23:57
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Plumilla vio como traían a Derviche a la tienda de los heridos, mientras ayudaba a atender al cabo Barril. Viendo que otros curanderos se estaban ocupando del cabo, corrió a atender a la sacerdotisa. No tenía buen aspecto, pero al menos estaba consciente. La curandera cogió varias vendas, agua y algunas medicinas por el camino y llegó hasta la paciente. Mojó un paño en el agua para lavar las heridas, pero antes de que pudiera hacerlo, Deviche la tomó del brazo para hacerle una petición que Plumilla consideró toda una imprudencia.

Con una sonrisa calmada, la pequeña curandera se arrodilló a su lado y comenzó a limpiar sus heridas.

- No puedo permitir eso, Deviche, no en tus condiciones. Aunque pudiera darte algo, eso sólo empeoraría tu estado de salud. Si tienes que hablar con Lengua Negra, yo misma comunicaré al cabo que quieres hablar con él.

Notas de juego

¿Doy por hecho de que todos los que han sido heridos en la batalla han sido llevados a la tienda de los heridos? Es que no sé quienes han sido llevados, hasta ahora me han quedado claros el cabo Barril y Deviche.

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17/12/2015, 14:32
La Compañía Negra.

HERIDOS:

- Cabo Barril (extremadamente grave).

- Casi todos los miembros del Pelotón de Infantería, en mayor o menor medida: La mayor parte se les considera heridos moderadamente graves.

- Matagatos (ya se vale por sí mismo): Moderado-leve.

- Derviche: Moderada.

- Guepardo: Moderadamente grave.

- Pelagatos: Bastante grave.

- Campaña: Muy grave.

- Odio y Uro: Moderados.

- Rastrojo: Moderadamente grave.

- Sabandija: Moderadamente grave.

- Loor: Moderadamente leve.

Notas de juego

// Entran en escena: Odio, Uro. - Tras la batalla en la que participaron sin permiso. Al igual que Derviche y León Anciano.

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22/12/2015, 12:56
Sabandija.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Con ojos entrecerrados observaba Sabandija la reacción airada de Derviche. Nadie parecía entender que la tienda de los heridos era un lugar de reposo y descanso para recuperarse sin tensiones. Cuando no eran discusiones eran gritos, pero el caso era no dejar descansar a los que lo necesitaban. Hubiera chistado a la loca mujer pero no se atrevía pues, de todos era conocido, su carácter era impredecible. Le parecía ridícula su intención de hablar con Lengua Negra para recibir un castigo por una insubordinación, y menos una como esa. Puestos a insubodirnarse, Sabandija lo hubiera hecho pero con el fin contrario, para evitar verse en medio una batalla y no para meterse de lleno en ella. Se removió incómodo en el catre de tanto estar tumbado y se incorporó un poco para pedir agua a Plumilla.

- ¿Hay algo de agua?- Inquirió a la joven y dulce curandera. Estaba preocupado pro el viaje que iba a hacerse para la ceremonia de juramento de los nuevos hermanos de la Compañía. Estaba muy cómodo allí, en la tienda, siendo cuidado pro Plumilla y los demás como para hacer un largo viaje en un carro de mala muerte.

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23/12/2015, 19:15
Plumilla.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

En espera de la respuesta de Deviche, Sabandija llamó mi atención para pedir un poco de agua. Sin perder de vista a la guerrera, no fuera a hacer alguna locura, sonreí a Sabandija y me alejé un poco para volver poco después con una pequeña jarra de agua fresca.

- Aquí tienes, Sabandija - le dije, acercándoselo a la boca - bébelo despacio, no vaya a sentarte mal - le ayudé a incorporarse más para que pudiera beberlo mejor y le dejé la jarra para que bebiera cuando quisiera.