Partida Rol por web

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Dedos no había querido interferir en aquella trifulca. Sobre todo porque Matagatos ya había contestado a Derviche, y no quería menoscabar su autoridad. No quería generar rumores innecesarios de que ella no le daba importancia a sus palabras, o de que se creía una privilegiada. Pero las últimas palabras de Derviche la hicieron apretar los dientes- Parece que Plumilla no te apretó lo suficiente los vendajes. Aún puedes cacarear.- dijo, casi mascullando, enfadada, consciente de todos los cuidados que la menuda Plumilla les había proporcionado- Los espíritus te castigarán por ser tan malagradecida.-añadió.  

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Las palabras de Derviche volaron como dagas directas a la autoestima de Plumilla. La atacaba justo en lo que era bueno, casi lo único que sabía hacer. Curar a sus compañeros era prácticamente lo único que la mantenía en la compañía, y la sacerdotisa no sólo lo ponía en duda, sino que además la menospreciaba. La K'hlata siempre daba lo mejor de sí misma y la hería profundamente que menospreciaran sus atenciones.

Con una serena expresión en el rostro, la curandera se giró lentamente para encarar a Derviche. La miró a los ojos, sin asomo de duda ni de nerviosismo, pero tan tranquila que ni siquiera parecería que la estuviera atacando.

- Siento que lo veas así, Derviche, no sabes cómo lamenté aquel incidente, pero como humana no siempre me sale todo bien. ¿Acaso todos tus ataques alcanzan sus objetivos, Derviche? ¿Has rescatado a todos los compañeros que querías rescatar? ¿Has matado a todos los enemigos que te proponías matar? Antes de mirar los defectos de los demás y despreciar la ayuda que te brindan, deberías mirar tus propios defectos.

Tras estas palabras, se dio la vuelta y volvió a lo suyo, atender a los heridos. No había nada más que necesitara decir a alguien que no quería sus atenciones. Mientras lo hacía, dedicó una dulce sonrisa a sus compañeros por el apoyo prestado. Por ellos merecía la pena seguir en aquella tienda hasta no poder más.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

"Cabo Matagatos decide con todo... Sí, ya me gustaría..." pensó con cierta acritud al escuchar aquellas palabras, aunque decidió desechar esos pensamientos. 

-En ese caso, lleva todo eso a Lengua Negra, que reparta entre vosotros la mitad, y la otra mitad va a los mandos-dijo en K'hlata.

Por supuesto, la discusión en la tienda seguía. El oscuro suspiró, cansado.

-Ya basta, Derviche. Plumilla es de los pocos miembros de la Compañía que poseen conocimientos de sanación, y, como ha dicho, todos tenemos algún desliz. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Lombriz era ajeno a todos aquellos pensamientos y a unos cuantos acontecimientos a su alrededor, en su burbuja de feliz ignorancia. Asintió y volvió a envolver todo lo que había traído, como se le había dicho: llevarle todo a Lengua Negra, mitad para los Campamenteros, mitad para los mandos. No iba a preguntar por qué, sabía mejor que discutirle a los mandos; al menos, cuando no hacían lo que los últimos días.

Si nadie le detenía, saldría del lugar con su parsimonia.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Antes de que se fuera, Matagatos le repitió de manera más clara las órdenes, por lo que pudiera pasar.

-Recuerda, de la división que te he dicho, le das la mitad a los mandos, y el resto a cada Pelotón en función de lo que te dije. Es decir, una vez pases por los mandos, devuelve la parte de los Hostigadores. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: JIRAFA (MES NUEVE, TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO).

DÍA: CUARTO DEL MES. POR LA NOCHE

Volvió a girarse, sin cambiar la cara, y se agachó para dejar la mitad de las cosas que Matagatos había dicho a sus pies.

-Lombriz no sabe valor de botín. Sólo sabe de ganarlo como héroe -sacudió la cabeza- No sabe parte a los Hostigadores y parte a los Campamenteros de lo dado la mitad. Mitad a oficiales. Cabo ordena, dicen oficiales. Lombriz no quiere líos. Mucho trabajo.

AÑO: 201 de KHATOVAR

MES de la JIRAFA - NOVENO (TERCERO Y ÚLTIMO DEL VERANO)

DIA: 6 - ALBA

 Tienda de los Heridos 

Los días en la Tienda de los Heridos pasaban lentamente, arrastrándose como lombrices en un fangal durante la época de lluvias. El ambiente estaba cargado por el olor de los inciensos y las hierbas curativas, sin embargo el hedor dulzón y empalagoso de la sangre lograba atravesar la barrera hasta empapar las fosas nasales de Uro. La penumbra reinaba entre las paredes de lona, de tal modo que los camastros y sus ocupantes eran meros bultos de sombra apenas perceptibles en la oscuridad reinante. Quizás hubieran vencido la batalla, pero en ese lugar se respiraba derrota con cada bocanada de aire.

El antiguo Cazador de Cabezas despertó de un sueño intranquilo a tiempo de vislumbrar a Astado abandonando la tienda. El que fuera tiempo atrás un chamán, perdidos sus poderes en la lucha contra el Profanador de Mentes —o eso aseguraban los rumores—, pasaba buena parte del día correteando de un lado a otro entre los heridos, con más voluntad que eficacia. Uro le había apartado en más de una ocasión con un manotazo y un gruñido, pero con el paso de las monótonas jornadas se había ido acostumbrando —o resignando— a sus atenciones como un león se acostumbra al zumbar de las moscas sobre su melena.

El Guerrero de la Diosa izó su musculado cuerpo del jergón. Un dolor lacerante recorrió su espalda cuando la costra que empezaba a cubrir la herida se abrió en varios puntos. Con los ojos entrecerrados, siseó maldiciendo su tormento, escrutando la oscuridad a su alrededor para comprobar si alguno de su compañeros se había despertado. Por suerte la penumbra no le dejó distinguir nada, pues una mala mirada o una media sonrisa le hubieran costado los dientes a algún desgraciado. Con paso vacilante se acercó a la mesa que descansaba en el centro de la tienda: nada más que una tabla soportada por caballetes, donde se acumulaban gasas, vendas, hierbas varias, cuencos vacíos y un barreño de agua. Tomó uno de los cuencos y lo hundió en el agua, bebiendo de él con lentitud. La primera vez que sorbió algo de líquido —una espesa mezcla de hierbas preparada por Astado que sabía a heces de mandril—, el intenso ataque de tos que le provocó le hizo retorcerse hasta casi vomitar. El antiguo chamán había sido lo suficientemente inteligente como para apartarse rápidamente del brutal salvaje; si no lo hubiera hecho, quizás en esos instantes descansaría también en uno de los catres de la tienda. Mientras Uro tomaba el último sorbo de agua, un griterío llegó hasta él desde el exterior:

— ¡¡Campamenteros!! ¡¡Hostigadores!! ¡¡Exploradores!! —gritaba la voz de Astado en la lejanía— ¡Pueden tomar un descanso para ir con WEM! ¡Si no tienen monedas, ASTADO cubrirá la entrada! ¡Pero deberán retomar sus puestos cuanto antes!

Uro se acercó hasta el faldón de entrada para echar un vistazo al campamento. Varias personas iban juntándose tras los pasos de Astado, que recorría la zona central del campamento vociferando como un vendedor ambulante de las calles de Dadiz. ¿Qué pretender ese loco...?, se preguntó el Cazador de Cabezas. Irguiéndose tanto como le permitían sus vendajes, el Elegido de la Diosa salió de la Tienda de los Heridos para comprobar qué estaba sucediendo.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.
MES: ANTÍLOPE (MES 10, PRIMERO DEL OTOÑO).
DÍA: SEGUNDO. POR LA MAÑANA, CERCA DEL MEDIODIA.
UBICACION: Cho'n Delor

La noche de fiesta había sido memorable, al igual que la resaca posterior. Había salido a rebajarla con unos tragos de cerveza y un poco de "sociedad". Pero todo se había torcido en un callejón cuando acabo sufriendo un profundo corte en la mano con unos clavos oxidados. Tenía mal aspecto y decidió que lo mejor era tragarse el orgullo, visitar al matasanos de la compañía y rezar al león hambriento para que estuviese de buen humor. Era muy consciente de que el enfrentamiento de hacía unos días marcaba un hecho en el respeto mutuo, pero no le quedaba más remedio que ir o enfrentar una infección. No iba a dejar a sus compañeros atras por una mísera cuestión de orgullo.

Busco al Cabo Matagatos por la zona de enfermería que tenían en Cho'n Delor. Seguramente por allí andaría Desastre y quizás la sanadora de los campamenteros, pero prefería hablar con el Cabo y solucionar de paso los problemas de forma definitiva.

Señor, da usted su permiso. dijo cuando estaba a unos cinco pasos del oscuro He sufrido una herida y necesitaría su atención.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.
MES: ANTÍLOPE (MES 10, PRIMERO DEL OTOÑO).
DÍA: SEGUNDO. POR LA MAÑANA, CERCA DEL MEDIODIA.
UBICACION: Cho'n Delor

Matagatos se encontraba supervisando la recuperación de los heridos y revisando sus diversas lesiones, de cara a que todos estuvieran recuperados cuando fueran a la Puerta de Galdan. Y en ello llevaba ya tiempo, desde lo ocurrido al pobre Sicofante más o menos. Sin embargo, un nuevo herido apareció en aquel lugar aquella mañana. Un soldado con el que había tenido una agria discusión hacia apenas unos pocos días: Grito. Se giró ceñudo, valorando qué responder, aunque finalmente optó por ser práctico.

-¿Qué herida, y cómo te la has hecho?

AÑO: 201 DE KHATOVAR.
MES: ANTÍLOPE (MES 10, PRIMERO DEL OTOÑO).
DÍA: SEGUNDO. POR LA MAÑANA, CERCA DEL MEDIODIA.
UBICACION: Cho'n Delor

Se acercó a donde se encontraba, quedando mas apartado del resto y ambos hombres comenzaron a hablar mientras el Cabo examinaba la herida. Era un corte profundo que parecía sangrar lo suyo. Lo peor es que parecía sencillo que se infectara si no se atendía correctamente.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.
MES: ANTÍLOPE (MES 10, PRIMERO DEL OTOÑO).
DÍA: SEGUNDO. POR LA MAÑANA, CERCA DEL MEDIODIA.
UBICACION: Cho'n Delor

Ayudar con los heridos me permitía tres cosas: sentirme útil, seguir aprendiendo, y estar cerca de Matagatos.

Había aprendido mis límites y no intentaba arreglar nada por mí misma o sin supervisión. Más bien me dedicaba a tareas como mantener limpios a los heridos y la tienda, hacer recados a los curanderos para que no tuvieran que abandonar su puesto, y a observar. Sobre todo a observar.

Mantenía un bol de donde Matagatos cogía y dejaba lo que necesitaba para sus revisiones, cuando Grito hace notar su presencia. La forma de dirigirse al oscuro me hace darme cuenta rápido de que allí sobro, y dedicándole a Grito un gesto con la cabeza, respetuoso, pero nada más, sin aprecio ni hostilidad, tan sólo un reconocimiento de su presencia, me alejo de ellos a buscar otra cosa que hacer.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

El camino hasta el lugar dispuesto para atender a los heridos, se le hizo interminable. Se lo pasó echada de lado, sobre el costado sin herir, mientras a cada inspiración de aire, le acompañaba un silbido algo ruidoso. Si se movía más de la cuenta, las costillas rotas sonaban hasta el punto de ser audibles. Por no hablar del dolor, el cual era casi insufrible, aunque Derviche aguantaba como mejor podía.

Se sentía totalmente humillada, hasta el punto de que la rabia la había abandonado, y no podía si no taparse la cara de pura vergüenza personal. No quería que nadie viese sus lágrimas. Una sola pregunta merodeaba por su cabeza, martilleando su materia gris.

¿Por que?

Una pregunta que guardaba muchas connotaciones y sub-preguntas dentro de ella.

¿Por qué no habían terminado el castigo?

¿Por que un castigo doble, del cual solo se cumplió la mitad?

¿Por qué esa actitud tan falsa de Lengua Negra?

¿Por qué sus últimas palabras?

¿Por qué Peregrino le había mentido?

Cuando llegaron al lugar adecuado, justo al dejar la parihuela en el suelo, sobre la cual estaba Derviche, engurruñada y echa un ovillo, la fanática estiró un brazo, de manera débil y temblorosa, mientras que con el otro seguía tapándose la cara. Aquel brazo agarró sin fuerza a Plumilla.

-Llama a Desastre, por favor-

Aquella voz sonó a rota, a súplica, como un animal en un ruedo, al cual han desguazado y solo le queda morir de una manera rápida, para acortar el sufrimiento, la voz de alguien en horas muy bajas, tanto, que ni siquiera se sorprendió de pedir algo por favor, cuando aquella palabra le hubiese sonado a impronunciable unas horas atrás en el tiempo. Un silbido se entremezclaba con sus palabras, lo que daba aún más aire lastimero.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor (después del Mediodía)

Aún estoy haciéndome con la distribución de la tienda de los heridos, cuando entra Derviche, con la espalda completamente destrozada. La sangre mancha la parte inferior de sus ropajes y un escalofrío me recorre al oír su costosa respiración.

Cuando consigue a base de pura fuerza de voluntad exhalar unas palabras, miro a Plumilla y me señalo, asumiendo la petición de Derviche, tras lo cual salgo a la carrera en busca del infante. Prefiero que Plumilla esté en la tienda por si pasara algo. No sé si Derviche sobrevivirá a las laceraciones que presenta así que me apresuro en la búsqueda de Desastre.

Una vez lo hallo le miro con cara seria y apremiante – Sígueme Desastre, te necesitan urgentemente en la tienda de los heridos. Es Derviche. – vuelvo con él a la tienda a paso ligero. Ayudaré en lo que haga falta.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Matagatos apareció cuando escuchó movimiento, lo que sólo podía indicar una cosa: más heridos. Miró con gesto ceñudo a Derviche, agachándose para tratar las heridas de la campamentera. 

-¿Qué diablos ha pasado?-preguntó el oscuro, mientras examinaba a la mujer. El sonido al respirar no le gustaba nada, y era muy mala señal. Al menos estaba consciente, aquello ya era algo. Una vez tuvo una idea aproximada de las lesiones, se puso a ello. No es que aquel día estuviese especialmente inspirado, pero al menos parecía que la muchacha saldría adelante de aquello. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Grito salía de la tienda con mano vendada, acaba de terminar de recibir curas en la herida que se había hecho en la mano y ahora regresaba hacía su pelotón. Al contemplar el penoso espectaculo no pudo evitar sentirse totalmente indiferente, llevaba gran parte de la mañana fuera y la verdad, no se había enterado de nada... Campamenteros, seguro que a la chiflada esta le ajustaron las cuentas por bocazas, deberían disolverlos e integrarlos por separados en otros pelotones... Total, juntos parecen incapaces de convivir... Se encaminó hacia la salida, escuchó como buscaban a Desastre pero decidió que aquello no iba con él.

Compadezco al pobre Desastre ¿Qué podrá querer esta tarada de él?... Pensó mientras salía al exterior. Cuando tuviese tiempo hablaría con Lagrimita a ver si este se había enterado de algo.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Apenas Grito sale de la tienda cuando se vuelve a sentir que alguien entra en ella.

Hoy está el día movidito.

Esta vez es Derviche, que ni siquiera puede entrar por su propio pie, sino que presenta bastante mal aspecto. Es evidente que tiene las costillas fracturadas y algo le impide respirar con normalidad.

¿Pero qué...?

La pregunta queda sin pronunciar por mi parte ya que Matagatos se adelanta. Me dejo de tonterías y rápidamente busco los utensilios necesarios para limpiar y desinfectar las posibles heridas, y cualquier elemento que el cabo o Plumilla me pidan.

- ¿Puedo ayudar en algo?

Aún no quería atreverme a curar de forma directa, y Lagrimita ya había ido en busca de Desastre, y no sabía si existía alguna otra forma de ser útil.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Matagatos estaba ocupado tratando las heridas de Derviche, pero negó suavemente ante las palabras de Dedos.

-No será necesario, simplemente atiende si quieres aprender-dijo, con un tono seco debido a la concentración mientras trataba a la campamentera. El tratamiento avanzaba lento, pero constante, y poco a poco fue adecentando a la mujer, siendo lo más doloroso recolocar los huesos rotos. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor (después del Mediodía)

El infante Desastre había visto llegar a Lagrimita con gesto serio y aparente prisa y lo último que se esperaba es que fuese a buscarlo a él. Pero la vida a veces nos sorprende y Lagrimita parecía venir a por él. Las palabras que le dirige no ayudan a sacarlo de su sorpresa. El soldado comenzó a correr hasta la tienda de los heridos mientras en su mente las preguntas se sucedían. ¿Para que iban a necesitarlo a él en la tienda de los heridos?¿Que querría Derviche?

"Aquí estoy, ¿Que ocurre?¿Quien me necesitaba?" - preguntó Desastre recuperando el aliento mientras se dedicaba mirar el maltrecho cuerpo de Derviche y el trabajo que estaba haciendo Matagatos. - ¿Que diantres ha pasado aquí? - preguntó con cara circunstancias. Parecía que a Derviche le habían dado una verdadera paliza. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Tenía la certeza de que la cura iba a ser igual o más dolorosa que el golpe. Sus pensamientos obtuvieron respuesta cuando Matagatos comenzó a recolocarle los huesos rotos. El aullido de dolor puro que emitió su garganta, se pudo escuchar hasta por los pasillos. Pero no quedaba otra.

Tan solo cuando el dolor cedió un poco, y Matagatos pareció parar durante un instante, se aventuró a hablar, al notar la presencia de Desastre.

-Dejádnos solos un momento, no me voy a morir- Tosió por el esfuerzo, y en su saliva había un poco de sangre, producido sin duda alguna por las heridas causadas por las costillas rotas. 

-No ahora, aunque muchos estarían satisfechos con ello- Miró a Matagatos con los ojos ardiendo por lágrimas de vergüenza, como pidiéndoselo silenciosamente por favor.

Únicamente cuando tuvo la certeza de que ambos estaban solos, al menos lo suficientemente como para hablarle en susurros sin que nadie los escuchase, le hizo un gesto a Desastre para que sea acercara...

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: ANTÍLOPE (MES DÉCIMO, PRIMERO DEL OTOÑO).

DÍA: SEGUNDO DE MES

UBICACIÓN: Cho'n Delor

Le costaba mucho articular palabras, y aunque seguramente se recuperase, iba a pasar tiempo hasta el momento de su curación total. Habló a Desastre en susurros, en parte para que oidos indiscretos no escucharan, en parte porque le era más fácil y menos doloroso hablar así.

-Desastre, me dijiste que te llamase si...necesitaba...tu...ayuda- Las últimas palabras de cada frase parecía que caían lentamente y con trabajo por su boca.

-Ahora necesito tu ayuda, ayúdame a entender...y...respóndeme...a...una...cosa...vital- Tosió de nuevo, y la sangre volvió a salir mezclada con la saliva, la mujer no pareció darle importancia.

-Yo entré a la compañía para hacerme grande junto a ella...ademas...tu...eras...hermano de capa...de Peregrino...mi mentor aquí- Era imposible saber si había tristeza en su voz al nombrar a Peregrino, ya que el dolor era intenso y devastador.

-El me mintió, dijo que todos éramos iguales, y no es así, los...oscuros...son...favoritos...para todo...por mucho...que hagamos...los demás...¿Por qué?, sin embargo...Peregrino estaba...convencido de ello...me enseñó...pero era- Le falló la voz durante unos segundos.

-Mentira-

-He derramado mucha sangre por la compañía, y mi duelo con Guepardo, que fue por asuntos dentro de la compañía...no fue...resuelto del todo...un empate...¿Que hay de resolución...en ello?-

-Sin embargo, me castigan a mí, de manera doble y no contento con ello...Lengua Negra...no cumple con...su palabra...y castigo-

-Así que respóndeme...¿Que hago?...más de la mitad de mis compañeros me odia...y yo a ellos...son unos lloricas inútiles...y mi jefe...es...un- Tuvo un violento ataque de tos, esta vez la sangre ganó a la saliva

-Cobarde...traidor...mentiroso...desleal...dime que...debo hacer...para.....-

Volvió a parar, el dolor era intenso, pero tuvo que obligarse a continuar

-Para...no...matarlo...mientras....duerme...o en....mitad...del combate...-

-Respóndeme...Desastre, dime la...verdad...o esto...continuará...cuando...salga...de...aquí-

-Moriré...sí...pero antes...me comeré...el corazón...de ese...bastardo oscuro-

Se encontraba casi sin fuerzas, pero era su deber finalizar

-La vergüenza y la rabia se mezclan...respóndeme...por favor...Desastre...o habrá todavía...mucha...más...sangre...que...lamentar-

Prácticamente, le estaba pidiendo no un favor, si no una escusa para seguir adelante y no caer en el oscuro pozo de la desesperación.