Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

- Sí, desgraciadamente no controlé el último de los golpes- dice con tono avergonzado Loor mientras observaba como trabajaba Matagatos- ¿Os molesta que observe y espere hasta que se recupere?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

El último golpe fue brutal, casi como si Golkas me hubiera golpeado. Caí inconsciente al instante.

Unas horas después, desperté con un grito. Las pesadillas habían vuelto. Miro alrededor y veo que no estoy en mi tienda. ¿Dónde estoy?

Me toco el costado, reprimiendo un gesto de dolor. ¿Qué demonios pasó?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

- Tranquila hermana- la mano de Loor se puso de inmediato en el hombro de Niña de Oro- Estás en la tienda de los heridos. Un fallo de concentración por mi parte, en el último golpe, hizo que este golpeara en donde no debía. Son accidentes de los entrenamientos... dolorosos, sí, y peligrosos. Afortunadamente la Diosa no ha querido que fuera a mayores. Matagatos te está atendiendo. Vas a recuperarte sin problemas. Disculpa a tu hermana por ese último golpe.

Loor está sentada a la vera y junto a la cabecera donde reposa la campamentera. Hay preocupación en sus palabras, pero también seguridad.

- Dime, ¿puedes entenderme? Tómate tu tiempo. Has perdido la consciencia por más de diez vueltas al campo de entrenamiento.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

AAAAAaaaa un grito de puro terror, de miedo en su estado más básico, se pudo escuchar cuando me giro y miro a Loor. Por un momento, mis pesadillas han tomado cuerpo, forma. Muevo la cabeza, intentando despejarla.

Sus palabras me llegan, en medio de la neblina. Vuelvo a mover la cabeza, mi vista sé aclara. Y por fin veo donde estoy. Miro a mi acompañante, la seria, la insensible a juzgar de algunos, preocupada por mi, y una sonrisa asoma a mis labios. Loor a la Diosa por ello.

Empiezo a hablar, y mi voz se nota rara. El golpe en las costillas ha alterado mi habitual timbre. Ya estoy mejor, hermana, tranquila. Los accidentes ocurren. Ve, eres la segunda de los Campamenteros, seguro que tienes asuntos que tratar. Aquí estaré bien cuidada.... me recuesto en la camilla.

Para que comprendas la magnitud del chillido, estaba soñando con lo que pasó a Nareeta y al despertar en vez de a ti vio a su padre con el cuchillo de despellejar que usó con su amiga.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

- Tranquila. Ya pasó- Loor ha visto antes los efectos de perder la conciencia y las pesadillas que se producen al recuperarla, y no se inquieta (no en demasía, al menos, ante el grito de Niña de Oro). Al ver como, tras gritar, la joven parece recuperar la conciencia, asiente.- Sí, lo haré. Pero antes, escucha. En el combate, estos han sido tus errores fundamentales...

Tras las palabras, y por espacio de unos diez minutos, Loor va señalando paso por paso los fallos de la campamentera en colocación del cuerpo, momento de atacar, forma de actuar en el combate. Es evidente que se toma su tiempo. Al terminar, le mira.

- ¿Lo has comprendido todo? En un combate real, contra un adversario de menor categoria que la mía, estarías muerta. Debes poder mejorar aun más. Aunque es evidente lo mucho que lo has hecho ya. ¿De verdad te sientes mejor, Niña de Oro?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

-No hay problema con eso, Loor-respondió Matagatos, terminando tras un rato de tratar las heridas de Niña de Oro. Ahora sólo era cuestión de que se despertara, y dado que la antigua Hostigadora estaba vigilando a su compañera, el oscuro se alejó para atender otros asuntos. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

Escucho atenta sus explicaciones, intentando grabar en mi mente todas sus palabras. Lo he comprendido; lucharé por mejorar esos puntos en cuanto pueda. Supongo que hoy lo pasaré aquí, a menos que el cabo estipule otra cosa. Pero mañana seguro que ya estoy en mi tienda, y quizás rezando con vosotras. Ve tranquila, hermana, estoy bien. Que la Diosa te acompañe.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17. Por la mañana.

Al enterarse de las heridas de Niña de Oro, Derviche apareció tras su entrenamiento matutino por la tienda de los heridos. Vio que Loor estaba guardando a la campamentera, por lo que la visita de la fanática sería muy breve.

-Niña de Oro, no deberías de parar los golpes de Loor con la cabeza, o si no ya sabes que es lo que ocurre cuando haces eso- Su tono seco, pero no rabioso, denotaba calma.

-Tienes un espíritu de guerrera, como cuando te enfrentaste a toda la infantería en la tienda de Grog, te recuperarás pronto- Finalizó de pie, con los brazos cruzados y el gesto serio.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 Una hora después del alba.

- Entonces te dejo, Niña de Oro. Regresa tan pronto puedas. Hay mucho trabajo por hacer- el tono se hace firme y, al ver a Derviche, asiente, con cierta satisfacción interior al ver a la guerrera allí- Saludos también a ti, Derviche. Todo lo que has dicho, es cierto. Cabo Matagatos-  dice despidiendose igualmente del oficial antes de salir.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 (A media tarde).
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Al entrar a la tienda de los heridos, como cada tarde desde hace meses, comienzo con las rutinas de limpieza del lugar, jergones, esteras y cambio de mantas. Relleno recipientes de agua, atiendo los fuegos y reviso el nivel de leña, al que he añadido algo antes de venir. La ronda me lleva por los escasos, gracias a la Diosa, ocupantes del lugar a los cuales voy saludando y animando con palabras amables. Hasta que veo a la nueva ocupante. Niña de Oro. Me acerco a ella y la saludo afectuosamente.
- ¡Vaya!, ¿qué tal estás?, ¿qué ha pasado? - mientras me relata lo acaecido, reviso sus vendajes, y que no tenga ninguna piedra cerca del jergón que le pueda provocar alguna llaga.
Tras el relato, sacudo la cabeza. - Ya entiendo. Loor es una luchadora temible y los entrenamientos nos hacen beber de nuestros instintos. Los movimientos se encadenan y la mente pasa a un plano de movimientos y reacciones automáticos. Lo cual es peligroso, a pesar de ser uno de los fines últimos de la repetición interminable de movimientos en los entrenos. El arma de Loor es la que dejó al Último Inmortal sin ganas de pelear más, según nos han relatado. - sonrío mientras alzo una ceja.
Me pongo un cuclillas mientras me preparo para seguir la ronda. - Oí como hablabais el otro día en el campo de entrenamiento. Sobre el manejo del Bastón de Combate como arma doble. La explicación de Loor es soberbia. Pero te puedo enseñar un par de trucos. Combato con dos armas, y el entreno con un arma doble es la base para hacerlo. Es una de los primeros entrenos que depuré. Si lo deseas, cuando estés recuperada, búscame cualquier mañana en el campo de entrenamiento. - aprieto suavemente el hombro de Niña de Oro, y tras atender a sus siguientes palabras, continuo mis labores en la tienda de heridos.
- Mi Cabo... - saludo a Matagatos al cruzarme con él. El día está cerca.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 7 Por la madrugada.

Veía la tienda iluminada por la penumbra de las velas y dos siluetas que se acercaban la una hacía la otra. Una resplandecía con el brillo de una coraza y la otra, de aspecto sombrío, emanaba un almizcleño olor mezclado con el del cuero sudado. Ambas figuras pegaron sus frentes mientras sus manos acariciaban sus mejillas y acercaban sus labios. Grito tenía claro que se estaban besando, las dos figuras se besaban furiosamente mientras sus manos ahora iban despojando armadura y ropas por igual en un extraño frenesí. Había oido de hombres que compartían su lecho con otros hombres, pero no era propio de K'Hlatas sino de oscuros que incluso preferían niños como ese cabrón de Sedoso.

Mientras todo seguía sucediendo rápidamente delante suya, una de las figuras con una voz vagamente familiar le decía a la otra algo parecido a "ponte mirando a Khatovar" mientras la empujaba con algo calificable como ternura. Cuando ambas figuras estaban definitivamente unidas comenzaron a moverse con un ritmo frenético y alocado cuando un golpe de viento introdujo una hálito de luz de luna que iluminó las caras de ambos amantes. Grito solo pudo proferir una exclamación de sorpresa.

¡Lagrimita, tu no!. Dijo a la par que se erguía en la cama sudoroso, ya no se notaba febril o débil. Quizás fue la visión de ambos oscuros cuchicheando algo lo que generó el extraño sueño, quizás premonición de los espíritus o quizás simplemente la falta de grog jugando malas pasadas al débil León Hambriento. Tras tomar aire, con cierto alivio volvió a dormirse con la esperanza de no tener que ver a Matagatos ensartando a nadie más en sueños.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 7 Por la mañana.

Por la mañana se levantó perfectamente, aviso a alguien de que se volvía a su tienda, ya sin fiebre. Y se alejó de allí todo lo rápido que su cansado cuerpo podía. Se juró a si mismo no mirar a los oscuros a los ojos durante un par de semanas o al menos esperar a trasegar mínimo una docena de pintas de grog para olvidar el infausto recuerdo, aunque pensando en el sueño no pudo evitar recordar que una tercera figura observaba mientras acarizaba una maza. Con cierto repelús tembló de pies a cabeza, metió la cabeza en el primer barreño de agua tibia y se volvió a la tienda de la zona de infantería.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: DUODÉCIMO (MES DEL JAGUAR, TERCERO DEL OTOÑO).

DÍA: 22

Justo cuando la curandera estaba más liada cambiando vendas y transportando materiales de un lado a otro de la tienda de heridos apareció una nueva víctima. Guepardo entró en la tienda acompañado de Dedos y con una sangrante herida en el muslo. Si hubiera podido, la curandera habría lanzado un hondo suspiro, pero apenas tenía tiempo.

Los últimos días habían sido un ir y venir constante, de largas guardias en la tienda de los heridos y mucho trabajo. No entendía bien qué hacían en los entrenamientos aquellos chicos, pero cada día había nuevos pacientes y el lugar estaba cada vez más lleno.

Dedos se puso mientras Plumilla terminaba con lo que tenía que hacer. La pequeña k'hlata no estaba segura de que fuera una buena idea, pero en aquel momento se encontraba con las manos ocupadas, por lo que la dejó hacer. Por suerte, Matagatos fue a echar una mano y a guiar a la guerrera en la cura.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: DUODÉCIMO (MES DEL JAGUAR, TERCERO DEL OTOÑO).

DÍA: 22

- ¡No, no! - Me aparto rápidamente de Guepardo. - Por favor, mucho he arriesgado ya con lo mal que se me da. La herida es culpa mía, no quiero ser culpable de que pierda la pierna...

Desde una posición en la que no moleste pero pueda observar bien, veo cómo Matagatos trata la herida. ¿Llegaría yo a tener alguna vez tanta habilidad? Cuando veo que el oscuro ha terminado, me vuelvo a acercar a él. Veía la oportunidad de poder tener una conversación sobre algo que me rondaba la cabeza hacía unos días. 

- Me gustaría hablar contigo si tienes un momento, a solas. Creo que es importante. - Miro a mi alrededor y observo a la atareada Plumilla. - Intentaré no tardar mucho en volver a dejarte libre.

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: DUODÉCIMO (MES DEL JAGUAR, TERCERO DEL OTOÑO).

DÍA: 22

Guepardo escuchó incrédulo a Matagatos sobre permitir a Dedos tratar la herida principal. Una cosa era quitar esquirlas periféricas y otra extraer los fragmentos de madera que se hundían profundamente en su músculo. Afortunadamente la joven k'hlata tuvo la sensatez de negarse, sabiendo que podía y que no podía afrontar, y fue el oscuro quien terminó de sacar las grandes astillas, limpiar la herida, coserla y vendarla.

A pesar del dolor, el jaguar pudo dirigir una mirada a Dedos, encontrar sus ojos y asentirle con una dolorosa sonrisa, reconociendo su labor inicial.

- No te relajes, Dedos. Pronto volveré a ti a por una revancha... sin espadas quebradizas - le dijo con una sonrisa, antes que la hostigadora se apartara a un lado con el cabo - Alguien tendría que hablar seriamente con carpintero y sus endebles y letales creaciones.. - terminó de murmurar entre dientes.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 (A media tarde).

Cuando veo entrar a Derviche lanzo una significativa mirada a Loor, segura de que ella sabe lo que estoy pensando. Luego me giro a Derviche. ¿Y qué es más peligroso, parar los golpes de Loor con la cabeza o enfrentarnos a cinco infantes nosotras solas? No sé... Inicio un amago de carcajada que interrumpo casi antes de comenzar con un claro gesto de dolor.

Por fin, parece que la segunda de los campamenteros se marcha. Tranquila, esto es un simple moratón. En unos días volveré a molestaros. Que la Diosa esté contigo, hermana.

Lagrimita estaba colaborando con los cuidados de la tienda y me quedo observando sus movimientos, curiosa. No es que sea el más grande, pero Lagrimita tampoco es pequeño. Me resulta curioso el cuidado que pone en algunas tareas.

Se acerca a saludar. Un entrenamiento que terminó mal. Pedid a Gulg que os envíe algún recluta para que os ayude con los heridos de los entrenamientos. Está vez sólo sonrío, demasiado bien me he dado cuenta lo que puede ser una risa en mi estado.

Asiento a las siguientes palabras. Será un honor recibir clases tuyas... siempre que el entrenamiento no incluya un combate simulado. Caramba, Loor y Lagrimita ayudándome. Ya solo falta que Portaestandarte también me ofrezca su ayuda.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17 (A media tarde).

Matagatos despidió con un asentimiento a aquellos que se marchaban, mientras terminaba con la herida y escuchaba las conversaciones de unos y otros. Sin embargo, ante la mención de que la ayudara a entrenar Portaestandarte, no pudo evitar soltar una leve risa ácida.

-Créeme, no quieres que eso ocurra. 

AÑO: 201 DE KHATOVAR.

MES: DUODÉCIMO (MES DEL JAGUAR, TERCERO DEL OTOÑO).

DÍA: 22

-No te preocupes, no la perderá-dijo Matagatos con una leve sonrisa, inclinándose para tratar la herida, asegurándose de que estuviera limpia antes de cerrarla apropiadamente. Mientras se dedicaba a aquello, Dedos le solicitó hablar a solas, y Matagatos asintió sin mirarla, concentrado en la herida-de acuerdo, en cuanto termine esto.

Un rato después, terminó de vendar todo. A Guepardo le esperaba algún tiempo de recuperación, pero tampoco mucho. Se irguió, y tras limpiar sus manos, se acercó a la k'hlata. 

-¿Qué ocurre?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (MES UNO, PRIMERO DEL INVIERNO)

DÍA: DIA 6

-Ninguna orden de momento, Ponzoña. Todo "tranquilo", por decir algo. Matándonos entre nosotros en los entrenamientos, por lo que se ve-replicó Matagatos, con una leve e irónica sonrisa-supongo que no tardaremos mucho más en asaltar la Puerta de Galdan. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (MES UNO, PRIMERO DEL INVIERNO)

DÍA: DIA 6

Asintió ante sus palabras.

-Hay quien como el hipopótamo tiene demasiado tiempo para no hacer nada -señaló-. Llevo demasiado tiempo entrenando solo. Y debo mejorar. ¿Mi Cabo entrenaría conmigo? ¿O ya no soy enemigo para él? -dijo mirándolo directamente y con una media sonrisa.