Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15. Alba.

Loor había estado visitando cada día la tienda de heridos y, al ver despertar a Sabandija, aun cuando fuera gritando, sintió un profundo alivio. Suponía que no era a ella a quien el campamentero deseaba ver pero... Tras solo un instante de duda se acercó al lecho en donde ya estaba Plumilla

- Saludos Plumilla. Buenas Sabandija. Me alegra ver que despiertas. Estaba preocupada- el tono serio y adusto era el habitual pero había sinceridad en las palabras de Loor- Hubo un accidente, y el bastón de entrenamiento se partió. Pronto estarás recuperado. Yo... lamento mucho todo el dolor que has sufrido. Pero estos entrenamientos son necesarios. Y te recuperarás. Tú... ¿Estás bien?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17. Alba.

Como cada día Loor se acercó a la tienda de heridos preocupada por el estado de los campamenteros. Por eso pudo escuchar las preguntas de Cielo, y la respuesta de Plumilla, y como este volvía a insistir. Una franca risotada resonó en la tienda.

- Si no fueras un hermano, soldado Cielo, pensaría que destilas tanto veneno que debieran cambiarle a Serpiente el nombre, para poder llamarte así. ¿Acaso si Plumilla en algún momento se ve atacada por los enemigos vas a aparecer tú a salvarle? ¿o es que desconoces que vamos a enfrentarnos a un número muy superior de enemigos y que, por tanto, debemos entrenar a cada uno de nuestros soldados para poder resistir? Es verdad, el lugar de Plumilla no estará en primera línea. Pero ella deseaba entrenar en cuerpo a cuerpo, y es un deseo bueno, y justo, y que le servirá tanto a ella como a todos. Plumilla no es una servidora ni una seguidora. Es nuestra hermana. Una soldado. Como tú, o yo misma. Y aprenderá a combatir y matar aunque su lugar sea en una segunda fila para tratar de sanar a sus hermanos caídos. En todo caso... deberías empezar a dejar de hablar así de los campamenteros. No es propio de un buen hermano. Y por supuesto, entrenó conmigo.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17. Alba.

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Escuchó pacientemente a Loor.

- Tienes razón hermana, acepta mis disculpas por favor por mencionar a los hermanos Campamenteros.

Ha estado fuera de lugar. Solo decía que los sanitarios son un bien preciado, y sí,  si mi misión fuese protegerla, puedes dar por seguro que daría mi vida para que no sufriese daño alguno. De todos modos yo voy a cambiar mi política de entrenamiento cuando me recupere de las heridas de Derviche, no quiero correr el riesgo de dañar a un compañero de cara al asalto. Por supuesto hermana tu puedes seguir entrenando mientras no haya orden en otro sentido, por supuesto. Ahora , si me disculpas, debo descansar.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17. Alba

- Acepto tus disculpas, Cielo. De todos modos, no te falta razón. Aun cuando no hay señales que pronto vayamos a atacar, es algo que debemos empezar a preveer. No tengo pensado realizar más entrenamientos individuales a combate tan pronto termine el mes presente. Ni tampoco a primera sangre. Aun cuando haya algunos que opinen otra cosa... no es mi deseo causar daño a mis hermanos. Sólo prepararles para que cuando llegue el momento sus posibilidades de sobrevivir y de matar, sean las mayores. Tampoco dudo que tú, si pudieras, ayudarías a todo hermano. También yo. Pero ambos hemos estado en batallas, Cielo, y no podemos obviar la verdad: que muchas son las ocasiones en que, durante la batalla, nos vemos solos y caen aquellos de los que dependíamos. Y si por una falta de entrenamiento que pudiera ser subsanada, cayera Plumilla, no me lo perdonaría.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 26 por la mañana

Su sueño había sido agitado, marcado por las pesadillas y el dolor y ni siquiera la presencia de Khadesa pudo evitarlas. Cuando finalmente despertó, se sintió como si una manada de búfalos enestampida lo hubiera pisoteado y lo que quedara de su cuerpo, devorado por hienas, chacales y buitres. Profundas ojeras marcaban su rostro y el dolor seguía omnipresente.

Recordaba la operación. Al menos una parte de ella. Había mordido el cuero mientras Matagatos hurgaba en su pierna inmovilizada. El filo de su cuchilla sajaba la carne para repararla y volverla a coser. No gritó aunque su cuerpo y alma enteros bramaban y aquella tortura perduró hasta que la inconsciencia lo acogió como un manto oscuro y ya no supo más.

Había despertado cuando todo había concluido. Miró con temor su pierna, asustado ante la posibilidad de que aquella intervención hubiera fracasado y que su pierna fuera ahora pasto de los perros del Campamento. Vio el contorno de la misma bajo el fino lienzo que la cubría. No sin esfuerzo, alzó la tela y vio su extremidad vendada y manchada de la sangre que había seguido brotando tras la cura. Suspiró de alivio y no pudo evitar que se le formara un nudo en la garganta que no afloró.

No mucho después, Caracabra lo visitaba.

-Gracias por venir, hermano -dijo con voz cansada y entrecortada-. Y gracias por tu ofrenda -agradeció recogiendo aquel extraño collar-. Debo pedirte un favor. Me aguardan muchas semanas de recuperación. Será difícil. No podré forzar mi pierna pero debo seguir manteniendo fuerte m¡ cuerpo. ¿Me ayudarás en las semanas venideras? -cada vez le costaba más hablar y el esfuerzo era evidente.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMER MES DEL AÑO Y PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

Su presencia y compañía era lo único que hacía más llevadera su convalecencia, pero el hedor, los ruidos, el constante ir y venir de gentes agotaban su paciencia y lo asqueaban.

-Hembra mía, sácame de aquí. Consigue que Matagatos acceda a que vaya a nuestra tienda. Si sigo aquí, será como hundirme en arenas movedizas.

Vio entonces que hacía gestos a Romo que se mantenía a cierta distancia, mirándolos, para que se acercara. Gruñó por lo bajo.

-Acércate Enjoyado de las Dunas o te crecerán raíces -dijo al miembro de la escuadra Barril.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 17. Alba.

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El cansancio y la infusión de amapolas le hicieron escuchar las últimas palabras de Loor distorsionadas,en un duermevela.

- Hermana Loor habla sabia. Hay que...proteger a Plumilla, ...hay que,,, se lo diré a Lengua Negra...asignar un defensor,,hay que ...Sabandija, no , Sabandija no...hay.,,,,ZZZZZZZ.

Y los sonoros ronquidos inundaron la tienda de los heridos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

Veo a Desastre molesto y nervioso, y en parte no le falta razón, pero me acerco a él, sin quitarle ojo de encima a los leones, para intentar que entre en razón.

- Compréndelo. Nadie se ha atrevido a acercarse a ellos mientras has estado dormido, precisamente para que no pasara lo mismo que ha pasado con Matador. Si le han atacado a él que intentaba acariciarles, ¿qué le habrían hecho a quien intentara sacarle las flechas y tocarles las heridas?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

Asiento a las palabras del infante con paciencia, pero se me nota que no es de eso de lo que quiero hablar.

- Bueno, pero, ¿qué me dices de lo otro? ¿Has necesitado controlarte al ver su sangre?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

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Asintió , en silencio, con una mirada culpable, antes de beber un trago de agua, aclarar su garganta y empezar a hablar.

- Quise hacerlo, cuando se giró, quise atravesar su cuerpo con mi lanza, arrancarle el corazón del pecho y comérmelo allí mismo, el cuello se me tensó y los ojos se me salían de las órbitas, mordí tanto mi lengua que llene mi boca de sangre.

Pero he conseguido parar, Dedos. Y estoy trabajado con alguien para descubrir qué me pasa, y cómo controlarlo. Que te ha dicho el Cabo, ¿has hablado con él, siente necesidad de matar, pesadillas?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

- No... aún no he podido estar con él a solas. Es muy complicado con la tienda cada vez más abarrotada de heridos que necesitan su atención. Espero poder hacerlo pronto.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde.

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- Debes hacerlo hermana, a mi no me creerá ni me escuchará, ni me dirá lo que le ocurre. Sólo será sincero contigo. Tal vez te rehuye por eso, por no hacerte daño...¿ entrena contigo a primera sangre como a él le gusta?

Si sabemos qué le ocurre podremos ayudarle. Y, tal vez, tal vez no sea nada, y sea sólo la imaginación de Cielo, ojalá sea eso.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

-No lo sé. - dijo el soldado con sinceridad. - Pero si hay que tomar riesgos para salvar a un hermano de la compañía se hace. - añadió con la misma sinceridad. Se había hecho antes, con Sicofante entre otros. - Aquí estamos molestando y ensuciando, lo mejor es que nos vayamos. Ya intentaré hacer algo con las flechas... - 

Estaba claro que molestaban a la gente y que ensuciaban el lugar. Nadie le había tenido que pedir que se quitase de en medio cuando molestaba en el pasado y no iban a tener que empezar ahora. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

- Bueno... supongo que no todos consideran que sean lo mismo. No llevan capa, y no han jurado.

Hablo en tono de broma y sonrío a Desastre para animarle. La verdad es que me gustaría hacer algo por los animales, ya que han resultado ser útiles, pero era inevitable tenerles miedo.

- Escucha... - Bajo un poco la voz para que no se me oiga demasiado. - Creo que puedo convencer a Matagatos para que te ayude. No es lo mismo un león que una persona, pero no tengo claro de que nadie más sepa tratar esas heridas. Sin embargo, aunque tú pudieras controlarlos, sé que Matagatos se sentiría más seguro si pudiéramos sedarles. Además les ahorraríamos sufrimiento a ellos. Sé dónde puedo conseguir un somnífero para ellos, pero claro, quisiera tu permiso.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMER MES DEL AÑO Y PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

Asiento ante sus palabras y la prácticamente simultanea indicación de Khadesa.

Una vez al lado de los dos hablo en voz baja, no por querer esconder mis palabras sino por no molestar a los que requieren reposo para recuperarse de sus heridas.

– Saludos a los dos, no quería interrumpiros. Tengo unos sueños persistentes y querría consultarle sobre ellos a Khadesa. Pero es evidente, – mirando a Ponzoña, – que tu necesitas sus ánimos mucho mas ahora, espero que te encuentres mejor y pronto te den el alta.

Girando ahora la cabeza hacía Khadesa. – Sera la primera vez que consulto a una pitonisa. Mis disculpas si resulta que es una cosa que no es de las que os ocupáis. Ya me indicareis cuando podemos hablar siempre y cuando os parezca bien hacerlo.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15. Alba.

No era la persona a la que quería ver pero apenas podía hacer otra cosa que retorcerse en el suelo. 

- ¡Ay!Hmmmpf.- Sin decir ni una sola palabra más que gemidos ininteligibles, Sabandija logró girarse a un lado dando la espalda a la segunda al mando de los Campamenteros. Forzó a su entrecortada respiración a suavizarse para que creyeran que dormía y trato de que el pelo le cayera pro delante del rostro. Entrecerró los ojos y de vez en cuando comprobaba si Loor se había ido ya. Hasta entonces tendría que sufrir en silencio por mucho que le costase. Se quería morir. ¿No tenía suficiente con lo que le había pasado que encima tenía que soportar aquella humillación pública? Con lo atestada que estaba la tienda de los heridos...Escuchar las explicaciones que Loor daba a su Hermana de Capa hicieron que un sentimiento de rabia e impotencia inundaran al K´Hlata. Había conseguido entrenar en solitario, hasta había cazado un jabalí él solo, pero no había tenido valor para negarle a un superior una orden. Ojalá lo hubiera hecho pero era un pusilánime. Un gusano que se arrastraba por el suelo y que se merecía todo lo que le pasaba.

¡NO QUIERO ENTRENAR CONTIGO, ZORRA!- Eso es lo que le tenía que haber dicho y ahora no estaría así. Y si ahora tuviera fuerzas le diría todo lo que se guardaba y le carcomía por dentro.- ¡¡NO ESTOY BIEN, CASI ME MATAS, GRACIAS!! Esperaba que al menos a ella el entrenamiento le hubiera servido de algo. Para Sabandija iba a suponer ser de nuevo el hazmereír de la Compañía pues era imposible, por mucho que se esforzara Plumilla, que pudiera recuperarse. 

¿Dónde estaba Rastrojo?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.
MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).
DÍA: SEXTO DE MES, por la tarde.

Los días iban pasando y Sabandija seguía mal, muy mal, y no lo ocultaba, todo lo contrario. Sus gemidos y lamentaciones eran casi tan molestos como los leones de Desastre. Era muy incómodo estar en una tienda tan abarrotada de gente aunque, afortundamanete para el cazador, se pasaba en un estado de semi-inconsciencia que le aturullaba la mente y los sentidos. Aún así, en cuanto escuchó la voz de Rastrojo en el exterior de la tienda pidiendo permiso para entrar, abrió los ojos de par en par y dio un pequeño respingo en su rincón.

- ¡Ay!- Miró alrededor con rapidez, como cuando cazaba, para ver si Loor estaba allí. Se estaba arriesgando mucho pero llevaba esperando la visita del chamán demasiado tiempo. Al menos a él le había parecido mucho.

- _{Rastrojooo...-} Tenía la boca seca y una debilidad extrema. Reunió fuerzas para gritar más alto. Le daba igual molestar a los demás presentes allí.- ¡Rastrojo!- Por fin Plumilla se lo había traído.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.
MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).
DÍA: SEXTO DE MES, por la tarde.

Las voces de Desastre y Dedos le llegaban, así como un molesto graznido gutural proveniente de algún herido, sin que distinguiera más de una o dos palabras sueltas. Se mantuvo en el exterior de la tienda de los heridos, dudando en si entrar o no entrar.

Esto es una pérdida de tiempo. No voy a ganar nada por ayudar a esos estúpidos leones, y Matagatos aprovechará para imponerme dos castigos gratuitos más, como siempre que estoy a menos de treinta codos de él. Mejor me marcho...

Arrepentido, dió media vuelta y se alejó de la entrada de la carpa. Era un hombre con un tiempo demasiado valioso como para perderlo con estas tonterías.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMER MES DEL AÑO Y PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 15, por la tarde

Ponzoña, en medio de su hastío y asco, pintó algo parecido a una sonrisa ante las palabras de Romo.

-Coge una silla y siéntate. Y permiteme un consejo. Cuando encuentres a tu hembra y sepas que es tu auténtica hembra, sé consciente de que aunque no esté a tu lado por la razón que sea, no estarás solo ni te faltarán sus atenciones llegado el momento -su mano se posó un instante sobre la de Khadesa en un gesto breve pero lleno de intimidad y complicidad-. Estoy herido, sí, pero sanaré con tiempo y paciencia, algo que me escasea últimamente. Tus palabras me han intrigado. Nunca he visto a Khadesa en su labor de Quinta y no negaré que siento curiosidad. Me gustaría ser testigo de lo que ella vaya a decirte, pero también sé que podéis necesitar estar solos, así que idos tranquilamente. Yo no me moveré de aquí.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

De repente, aquellos leones mostraron su agresividad con Matador y todo se desató. Y aunque Dedos fue a hablar con él en privado, rápidamente Desastre se ofreció a irse. Pero lo que habría sido una petición que el sanador habría agradecido logró que se agriara su expresión cuando hizo mención a que no había sanado a las dos bestias.

-Perdóname, soldado Desastre, por estar ocupado recuperando tu vida casi de la muerte para ocuparme de tus leones. Y sí, no estoy dispuesto a que me despedacen por intentar curarles, y no quiero verme obligado a despedazarlos a ellos para defenderme. Por todos los diablos...-rezongó por lo bajo, decidiendo abandonar aquella tienda.