Partida Rol por web

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

Me acomodo para que pueda acceder a la herida y curarla. 

- Estoy preocupada, hermano. Esos muertos tarde o temprano regresarán. Cuando su titiritero se haya hartado de aterrorizar el Reino Pastel. Además, está el hecho de que los antiguos moradores de la fortaleza conocerán cualquier resquicio de la misma. 

Guardo silencio, pues ahora que está tratándola, me duele como si mil infiernos se hubiesen desatado sobre mí. Cuando termina y he conseguido recuperar el aliento, le planteo mi propuesta.

- Tengo un sexto sentido para ver trampas y puertas ocultas. Puedo tratar de encontrar cualquier secreto que tenga este sitio maldito...

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 2. Por la noche.

La atrajo hacia su pecho, abrazándola protector. Una mano descansó en su níveo hombro. La otra acarició el cuello de la pitonisa con aire distraído. La mirada de Ponzoña se perdía en la oscuridad, meditando las palabras antes de hacerlas realidad.

-En toda hembra hay dos fuerzas. Una creadora. La otra destructiva. Nada hay más sublime que el amor de una mujer ni más terrible que su crueldad. Vuestra fuerza no reside en los músculos, sino en vuestra mente y esa arma es sumamente peligrosa según y para qué la utilicéis. Por qué tu madre negó a Portaestandarte su paternidad sobre ti lo ignoro. Puede ser una simple verdad o una cruel mentira. En una y otra, tú has sido su víctima. Y el dolor de cuanto dijo lo has hecho tuyo y lo has prolongado en el tiempo. Cuando una leona resulta herida, se lame para sanar. Nunca se araña para hacer que no cicatrice y me temo que tú te has arañado constantemente. Y que quizá lo sigas haciendo. Portaestandarte fue y es tu padre. Son sus actos los que mandan, no su semilla. Progenitor puede serlo cualquiera si derrama su simiente en el lecho adecuado. Padre... eso es otra cosa. Quizá Yamila sufrió por algo que le hizo tu padre. Tal vez otra mujer. Quizá su deseo de venganza la llevó a decir lo que dijo y vive encerrada en su mentira, incapaz de salir de ella, de perdonar, incluso si ello supone dañarte. Tal vez incluso su rechazo obedezca a que le recuerdas un tiempo en que lo amaba y la traicionó -dijo especulativo-. ¿Es importante, Khadesa? ¿Es algo vital para mi hembra saber el nombre de quien la engendró? Tú eres oscura. Tu piel y ojos hablan a gritos sobre tu ascendencia. Tu madre es mestiza, en cambio. ¿Qué oportunidades hay de que salieras oscura no siéndolo tu madre en puridad? -la mano que acariciaba el cuello sujetó el mentón de la Quinta para que esta elevara el rostro y lo mirara a los ojos-. No hay mentira que se sustente una vida. Si quieres saber quién es tu padre puede averiguarse. Y ahora dime, ¿por qué crees que no aceptaron tus visiones?

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

-No creo que regresen-dijo, tras meditar unos segundos, mientras trataba la herida-tienen muchas granjas desprotegidas, y tres ciudades de las que alimentarse, mientras que aquí tendrían que hacer frente a una resistencia en una fortaleza. Una resistencia que esta vez estará coordinada, o eso quiero pensar-añadió, con cierta amargura. Una vez terminó, y cuando su hermana le planteó su propuesta, respondió de manera contundente y clara.

-No-aunque, tras unos segundos, decidió matizar un poco-al menos, no hasta que la herida haya empezado a cerrar. Un tropiezo o caída de cualquier tipo, y no terminaría de curar bien, incluso podrías empeorar al sufrir algún desgarro o rotura. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: PIE (INICIO DE LA PRIMAVERA).

DÍA: 01. POCO ANTES DEL ANOCHECER, DESPUÉS DE LA BATALLA DE GALDAN.

Lugar: Tienda de los Heridos. 

Desastre estaba malherido los vendajes que le habían improvisado tras quitarle las dos flechas estaban manchados de sangre. La sangre traspasaba el vendaje, el vendaje como tal ya no existía era una masa de trapo sanguinolenta que había servido para cortar la hemorragia pero que debía de ser cambiado para que la herida no se infectara. Se le había quitado las dos flechas sin nada que combatiera el dolor. De hecho cuando miraron a Desastre estaba inconsciente, había perdido el conocimiento debido al dolor tan intenso que tuvo que soportar al extraerles las dos flechas. 

Cuando el Cabo Barril mandó ir a formar... Desastre estaba inconsciente lo único que le diferenciaba del hombre muerto era el color de sus mejillas y su respiración. Por lo demás podía pensar cualquiera que había muerto desangrado las flechas que le habían sacado habían dejado emanar una cierta cantidad de sangre y aunque se le vendó... el vendaje ya sólo era un trapo arrugado y rojo.

El Doloroso que quedaba vivo de su Pelotón lo llevó ante la escuadra Barril cuando llamó a formar. Lo traía en una camilla improvisada hecha con ramas y tela. Lo dejó allí como si fuera otro soldado más que estuviera en la formación cuando mandó romper filas el Doloroso lo condujo con los demás heridos hasta que recobrara la conciencia.

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

Después de nuestra última discusión antes de la batalla, prefiero guardarme mis opiniones para mí misma. Grandes males se habrían evitado si no hubiera decidido anteponer sus cerebrales deseos a mi instinto y mis premoniciones. No. Haré lo que considere apropiado. Sin embargo, lo tranquilizo.

- Está bien, hermano. Pero no podemos quedarnos todos encamados, ¿verdad? ¿O acaso tus heridas no corren el riesgo de abrirse? Pocos hay indemnes y hay que hacerse con el control de este maldito sitio- escupo las palabras prácticamente al referirme a la fortaleza-. Al menos, déjame echarte una mano con cosas sencillas aquí en la enfermería. Sabes que soy buena con las hierbas.

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

-No podemos quedarnos todos en cama, pero hay tareas que pueden realizar aquellos más sanos... Y otras que nadie más puede realizar, así que es irrelevante-replicó Matagatos-si quieres ayudarme con los heridos, adelante, eres más que bienvenida. Cualquiera que se preste a ello y tenga alguna idea de lo que hace cuenta con mi agradecimiento. 

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 2. Por la noche.

No puedo evitar un pensamiento al sentir el calor de su pecho contra el mío. Qué natural me parece cualquier contacto con él. Mi sitio parece ser estar a su lado, con él. Compartiendo todo. Nunca antes, ni siquiera con Matagatos me había sentido tan proclive a compartir mis pensamientos. La caricia en mi nuca es pura seda, un bálsamo.

- Tuve una conversación con Yamila. Al principio todo iba bien, incluso estuvo más receptiva de lo normal. Fue tras retornar de la escolta a Portaestandarte. Hablamos de él. Y fue muy comunicativa al respecto. Muchos lo tachan de loco por cómo se enardece, sobre todo ante una batalla. Pero lo que muy pocos saben es que, cuando algo le importa en sobremanera, se controla. A pura fuerza de voluntad. 

El Último Inmortal era ya para él una obsesión, al punto que hubiera hecho cualquier cosa, cualquiera, con tal de eliminarlo. Mi teoría es que nuestro patrón- escupo la palabra- lo sabía y lo usó para sus propios fines. Más allá de la barrera de monolitos está contenido un poder. Un poder antiguo, pura magia y caos. Un poder que arrasó imperios. Si Desastre no hubiera roto el ritual, lo hubiera hecho yo. Estuve en la mente de esa cosa, tan corrupta, malvada, retorcida que es difícil de explicar. 

Suspiro.

Y si yo puedo entenderlo es porque en mí existe esa misma magia. Y en Yamila. Esas tierras fueron holladas por Khadi. Pude conectar con él porque... ambos compartimos algo... No- pongo una mano en sus labios-, ya sé que piensas que yo no estoy corrompida. Pero debes entender y asumir que sí; que yo busqué tener esta magia, este poder. Y que lo hice voluntariamente. No quiero desprenderme de él, sino entenderlo y dominarlo. No ser absorbida por él como Serpiente. 

Continúo mi relato.

A Yamila le hablé de mis sueños durante el trayecto a la línea de monolitos. El Último Inmortal entró en mis sueños y me habló. Me habló de redimirnos, de que la Compañía dejará de servir al Señor del Dolor. Me habló de ciclos y de magia que rompe el equilibrio y es finalmente eliminada y el equilibrio restaurado. Deduzco que, en algún momento, lo que hay allí fue en su momento lo que es hoy nuestro contratador. Resulta turbador, sin embargo, nosotros somos mercenarios y no paladines. Vendemos nuestros brazos a cambio de la plata y los recursos para seguir viviendo. No obstante, me alegro de que no funcionara el ritual. Yamila me lo confirmó: ese ser hubiera ido a por todos sin concesiones.

Igual que los muertos levantados. Creo que Serpiente sólo fue usado para que el Señor del Dolor pudiera activar a su siervo. Que nunca estuvo llamado a ser el verdadero maestro titiritero. A día de hoy, no sé si no acudir al túmulo fue un acierto o un error. En cualquier caso, Yamila y yo vimos lo mismo pero a distintos niveles: los muertos se alzarían. Y en un año esta guerra habrá terminado. Sólo nos queda mirar adelante, la Compañía debe sobrevivir. Pero somos nosotros los que debemos conseguirlo. El futuro no está escrito, varía y fluctúa, pendiente de nuestras decisiones. 

Me detengo al recordar el final de nuestra conversación.

- Y confiada, pues nunca había sentido semejante conexión con la Primera, cometí el error de recordarle que soy su hija. Entonces me expulsó y cerró su tienda a mí usando su magia.

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

Me vuelvo a vestir, quedando todas mis heridas a cubierto. 

- Me alegro de que no haya habido nada raro, la verdad es que esos malditos muertos me alcanzaron por incompetencia mía. Cuando me vi frente a frente con ellos me paralicé... 

Siento que la piel se me pone de gallina al recordar lo que sentí al encararlos vez primera.

- No obstante, logré deshacerme yo sola de varios- le informo con un dejo de orgullo en la voz. Ya puede largarme la bronca si quiere: soy capaz de defenderme y me lo he demostrado a mí misma, principalmente. Ahora se lo demostraré a cualquiera. Quizá nunca sea una hermana de capa, pero no me importa. Sigo siendo parte de la Compañía.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

Cruzamos el patio como dos crías felices cuya única preocupación fuera los cotilleos susurrados en secreto. Tiro de la mano de Dedos para que vaya más despacio y al llegar junto al cubo que dejara abandonado antes, le pido un favor:

- Me alcanzaron en toda la espalda y si se me abre la herida mi hermano me largará un sermón... y con razón. En teoría sólo había salido a por el agua. ¿Podrías llevar tú el cubo?

Mi compañera no se hace de rogar y toma el cubo. Cuando accedemos a la enfermería del campamento, rápidamente localizamos a nuestros hombres y los llevamos a un aparte.

- Dedos tiene algo que comunicaros- anuncio solemnemente.

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 2. Por la noche.

Ponzoña era miembro de la Compañía Negra pero siempre arrastraría consigo la herencia de los Hiena y la magia siempre le provocaría un rechazo visceral. Pero en el equilibrio entre Khadesa y el origen de su poder y visiones, el fiel se inclinaba hacia ella. Escuchó en silencio.

-La magia es como una poderosa cascada. O así la veo. Quizá pueda llegar a entenderse. Dudo que pueda controlarse. Diría que si se preguntara a Serpiente, él nunca reconocería estar controlado por la magia, sino que es él quien la domina -dijo calmadamente-. Pero solo soy un K´Hlata estúpido que no entiende de estas cosas, igual que no sabe quién es Khadi. Pero sí sé quién es el Señor del Dolor y no confío en él. No somos sus mercenarios sino sus marionetas y somos sacrificables. Con gusto arrancaría su cabeza del cuerpo -afirmó-. En cuanto a Yamila, por lo que has dicho, es capaz de hablar contigo de igual a igual, de pitonisa a pitonisa. Es con su hija con la cual no desea hablar. ¿Quieres que hable con ella? ¿Me permitirías hacerlo incluso si no quieres? No lo haré si no me lo permites. Y prometo no recordarle que será mi madre política. Podría convertirme en un facóquero -dijo para comenzar a reír suavemente.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

Tras una noche de descanso, Ponzoña se acercó a la tienda de los heridos. Cruzado su umbral, frunció la nariz ante la pestilencia del lugar. Vio a Matagatos y se acercó a él.

-Cabo -saludó en voz alta, para ya en en un tono normal, pasar a hablar más coloquialmente con su superior-. Ayer resulté herido. Nada grave o por lo menos no demasiado grave. Necesitaría que me echaras un vistazo o me dijeras qué hacer. Pero veo -y una mirada en torno fue reveladora- que esto no es como te gusta trabajar cuando sanas. El aire es malsano, apenas hay corriente, ni agua cerca. Parece más un establo que una tienda de heridos. Dame instrucciones y en unas horas tendrás esto preparado.

Apenas dos minutos después, llegaban Khadesa y Dedos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

Recojo el cubo, tal como me pide, lo que no impide que siga tirando de ella hacia el barracón, aunque más despacio para no derramar el agua.

Al llegar, veo que Ponzoña ya está hablando con Matagatos. Perfecto. Khadesa me hace una introducción. La miro, pues pensaba que a ella le haría cierta ilusión comunicar la noticia, y sin embargo me da la palabra. El gesto de orgullo en mi rostro es evidente.

- Hemos encontrado algo. - La incluyo, ya que agradezco que me haya acompañado y haya sido testigo. - Las dependencias que parecían ser el comedor y las cocinas, daban a otra más. Hay una gran bodega con provisiones... ¡para varios meses!

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 2. Por la noche.

Mi rostro no puede evitar reflejar el alivio que me invade ahora que por fin le he explicado mi relación con la magia. No puedo negar que yo misma la busqué tras haberla negado durante años. Apoyo mis labios en su frente y murmuro contra su piel:

- Tus palabras son más valiosas para mí de lo que jamás podría expresar. Tienes mi permiso para hablar con Yamila si ése es tu deseo y tu voluntad. Gracias, amor mío.

Me separo ligeramente y enmarco el rostro amado entre mis manos. Observo el contraste entre su piel de ébano y mis dedos marfileños. Mezclados, como en la figurita que me regalo y que es mi tesoro más valioso.

- Me gustaría saber más de tu herencia hiena. Apenas conozco a las tribus de la sabana. ¿Cómo era tu hogar antes de que llegaras a mí?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

Devuelvo la sonrisa a Dedos al ver su intento de incluirme. Pero el mérito de este hallazgo es todo suyo, yo sólo he sido un testigo privilegiado.

- Yo sólo he constatado el hallazgo. La idea ha sido tuya. Han estado aquí años, así que supongo que estarían bien equipados de suministros. Hay una gran variedad de víveres preparados para aguantar meses. Habría también que comprobar el suministro de agua y que no se pueda acceder al mismo para que nos provoquen ningún tipo de envenenamiento. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Parece que el Oscuro ha terminado sus labores en la Tienda por la jornada. A pesar de la gran cantidad de heridos, el golpe fuerte de suturas, limpiezas y desinfecciones se dio en días posteriores, pasando ahora a un seguimiento y cambio de heridas y vendajes, aparte del reposo relativo. Todo el reposo que se puede tener en una fortaleza enemiga tomada en un país hostil.

El Cabo Barril había venido antes para el cambio de los vendajes. Debería venir todos los días, pero Barril a veces "se olvidaba" de venir y se había cambiado las vendas sólo dos veces en cinco días. Decía que estaba muy ocupado, si bien hoy parecía sentirse mejor. Había hablado con Lagrimita un rato, y finalmente había dejado a sus órdenes a uno de los Dolorosos. El gigantón llamado Dolor. El Cabo le había usado de "corre, ve, y dile" en los días en que su movilidad era reducida, pero parecía que había prescindido de él por el momento. Lagrimita asintió a sus explicaciones y se despidió de su primo.

Cuando la menuda K´Hlata penetró en la tienda, el Oscuro se mantuvo en un discreto segundo plano mientras conversaba con el Cabo Matagatos, pero cuando aparentemente finalizaron su charla, se acercó a la mujer.

- Saludos Dedos de los Hostigadores, heme aquí ya que el Cabo Barril me ha comentado que colaborar contigo en ciertos aspectos podría ser buena cosa. También me ha pedido que sea discreto al respecto. ¿Querrías comenzar mañana cuando salga el sol? -

Lagrimita viste una armadura de cuero negra típica en los Oscuros, parece que ha dejado de lado su habitual coraza en sus labores en la tienda de los heridos, si bien parece que el cinto con sus armas está muy a mano a su lado.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Preocupado entró en la zona de los heridos en silencio, intentando no llamar la atención. Ni siquiera estaba seguro de qué hacía allí, pero algo le había empujado hacia el lugar, probablemente los espíritus. No le gustaba aquel sitio y procuraba evitarlo lo máximo posible, ahora más que nunca. Su relación con Matagatos nunca había sido muy fluida, habían compartido alguna misión, coincidido en algún entrenamiento..., pero nada más. A todo eso había que sumar su relación con Dedos y la manera en que la había encubierto para que su opinión sobre el Oscuro cayera en picado. Le preocupaba las malas influencias que pudiera estar recibiendo y sobre todo la forma de pelear que tenía últimamente.

Cada vez se parece más a su padre y eso me preocupa.

Por todo aquello se encontraba mal agusto y fuera de lugar allí, en lo que se podían llamar los dominios de Matagatos, además no era extraño que Dedos o Khadesa aparecieran también por allí. Su única esperanza era ver a Lagrimita, su hermano le daría la seguridad y la confianza que necesitaba además de saber que no lo juzgaría por estar allí. Al fin y al cabo, Preocupado se preocupaba por todo y por todos ¿Que había de extraño? No había nada extraño, había que preocuparse por los heridos.

Pero solo vengo a ver a uno en concreto, quizás pueda engañar al resto, pero esto solo es por uno.

Se sintió nervioso, saludó a los primeros heridos que fue encontrando, les preguntó como estaban pero enseguida pasaba al siguiente, si hablaba con todos nadie sospecharía.
Llegó a un camastro con un cuerpo pequeño y menudo y ni siquiera miró o se giró hacia él, como si no fuera importante, simplemente lo pasó de largo y siguió con su ronda intentando no molestar, le preocupaba que alguien lo echara de allí y no sabía si reuniría el valor o el coraje suficiente para volver a intentarlo. Cuando terminó regresó hacia la puerta y se paró a unos metros del camastro que había evitado antes, como si no quisiera acercarse. Apretó el puño de la mano derecha y se hizo algo de daño con lo que llevaba encerrado en el.

Las mujeres siempre traen problemas, eso lo sabe todo el mundo. Estoy a tiempo de seguir mi camino.

Bueno, aquello era una gran verdad, o eso pensaba Preocupado, salvo que no podía estar seguro del todo de que fuera cierta. Su madre y su abuela habían sido mujeres buenas que siempre lo habían cuidado, su madre le había enseñado muchas cosas junto a su abuelo, a interpretar aquellos sueños que tenía. Estaba seguro que se sentiría orgullosa de él, de lo que había conseguido.

Si madre supiera que un espíritu vino a hablarme... ¡El abuelo siempre lo supo! y madre también, pero ella era una mujer, las mujeres no deben tener ese poder, no deben hablar con los espíritus.

Su madre también soñaba, como su abuelo, pero nadie lo sabía, tan solo lo habían compartido con Preocupado cuando él comenzó a tenerlos. Pero nadie en la tribu debía saberlo, era peligroso, podían castigar a su madre y ella era una buena mujer.
Hacía tantos años que la había dejado atrás que no estaba seguro si todavía estaría viva, pero fuera como fuera sabía que estaría orgullosa de su hijo.
Y luego también estaban los espíritus de otras madres, aquellos que los habían protegido durante la batalla de Galdan y que les habían salvado la vida.

Por eso yo estoy aquí, y ella.

Las mujeres eran peligrosas, quizás no todas, pero la mayoría. Sería mejor seguir guardando la distancia. Miró otra vez al camastro, estaba demasiado lejos, desde allí todo el mundo lo vería y lo escucharía, si quería hablar tendría que acercarse. Se quedó quieto unos instantes con la mirada fija en el pequeño bulto y se acercó, con pasos cortos, como queriendo retrasar lo que a esas alturas ya era inevitable. Volvió a pararse.

Creo que está inconsciente. Es mejor que me vaya, ya volveré otro día.

Dio un paso atrás, pero sabía que no volvería a hacerlo, le había costado demasiado decidirse.

Le dije que la ayudaría si me necesitaba, debo cumplir mi palabra. ¿Que tiene un hombre si ni siquiera puede cumplir con la suya? Debo hacerlo. La llamaré y si está inconsciente habré cumplido, alguien le dirá que estuve por aquí.

Volvió a acercarse, un pasito, dos, casi estaba llegando, tres, cuatro, sobrepasó la esquina y el pequeño bulto seguía inmóvil, cinco, seis, se paró, era suficientemente cerca, tampoco había que tentar a la suerte. Se agachó y con voz suave susurró.

-¿Plumilla? ¿Estás dormida? Puedo volver más tarde.

Ya lo había hecho, nadie podía decirle nada, los espíritus no podrían acusarle de romper sus promesas, había ido hasta allí y había intentado ayudarla. Además estaba en buenas manos, Matagatos podía ser muchas cosas pero era un buen médico, nadie podría curarla mejor. Sería mejor irse y dejarla descansar, los enfermos necesitaban mucho descanso y dormir, le preocupaba que no pudiera recuperarse bien.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: PIE (INICIO DE LA PRIMAVERA).

DÍA: 01. POCO ANTES DEL ANOCHECER, DESPUÉS DE LA BATALLA DE GALDAN.

Lugar: Tienda de los Heridos. 

Caracabra observó a sus hermanos. Las heridas sufridas habían sido numerosas pero, poco a poco, iba recuperándose. No pudo dejar de acordarse de Khadesa. Le había visto regresar, y eso era bueno. No había sido herida, y de alguna manera, el deforme jorobado estaba convencido que su buen estado de salud era esencial para la victoria de la compañía.

Y eso era todo lo importante.

Al ver como Desastre salía saludó a su compañero, sin incoporarse del todo del camastro.

- Saludos, Desastre. Me alegra verte. ¿Empiezas a estar mejor? - preguntó con sincera preocupación.

AÑO: 203 DE KHATOVAR.

MES: PIE (PRIMERO DEL AÑO, PRIMERO DE LA PRIMAVERA)

DÍA: 1. Por la noche.

Matagatos frunció levemente el ceño al escuchar a su hermana decir aquello, mientras terminaba de recoger aquello que no había usado, y apartaba el material usado para deshacerse de él.

-Me alegro de que pudieras defenderte, pero, ¿por qué saliste? Probablemente el campamento era más seguro, o al menos lo suficientemente seguro. Nosotros nos las hemos apañado para llevar adelante el asedio, aún a pesar del horrible plan de ataque y el fallo del ritual. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: SEGUNDO DEL MES. Poco antes del mediodía.

-Saludos, Ponzoña-respondió Matagatos, asintiendo ante la petición de asistencia, aunque le quitó importancia con un gesto al estado de aquel lugar-ya poco puede hacerse-dijo, mientras reunía lo necesario para tratar la herida de Ponzoña-si estas condiciones generan alguna complicación, ya habrá empezado, en caso contrario, de momento es lo que tenemos.

En ese momento, entraron Dedos y Khadesa, y escuchó lo que tenían que decir, gratamente sorprendido.

-¿Qué es esto? ¿Una buena noticia? Tened cuidado, no vayáis a acostumbrarme a ellas-dijo, con una sonrisa-diría que hay que comunicárselo al Capitán... Pero parece que, de momento, no tenemos uno. Vamos a necesitar un inventario, y sí, revisar si es posible el acceso a fuentes de agua, aunque parece que de momento las posibilidades de un ataque son mínimas. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL PIE (Cuarto del año, primero de la primavera)

DÍA: QUINTO DEL MES. Algo más tarde del atardecer.

Entro en la tienda buscando claramente a Matagatos, con la intención de contarle algo. Se me ve cansada y con los músculos doloridos, pero animada.

- Matagatos, vengo de estar con el Cabo Barril. Quise venir a buscarte primero pero decidí no molestarte. Estos días he seguido registrando la fortaleza, en busca de armas, armaduras, y cualquier cosa útil. Lo he guardado todo en una gran habitación que hay al final del pasillo al que se accede por la puerta que hay junto a la torre sureste. El Cabo Barril ya ha tomado nota de lo que hay, pero si luego tienes un rato, puedes ir a verlo.