Partida Rol por web

VIGÉSIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 21, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: TRAS EL OCASO. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. HACE FRÍO.

Piojillo salió de la Tienda de Mando.

VIGÉSIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 21, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: TRAS EL OCASO. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. HACE FRÍO.

Al hablar de amor y belleza, Rastrojo pensó en las putas de la Compañía, todas muertas a esas alturas.

En el raro caso de existir un culto a Shelyn en Nidal, quizás se camufle de las autoridades a través de los lupanares. Es la aguja en el pajar.

El chamán miró al Cabo Barril. Si allí había alguien adecuado para cumplir esa misión, ese era el veterano Oscuro. Todavía especulaba con la posibilidad de que Barril fuese el hombre que visitó a Amapola Negra en el momento de la concepción de Rastrojo.

Papá...

En cualquier caso, Ernestol no habló lo suficiente de los tiempos antiguos como para dar a entender que es lo suficientemente viejo como para saber nada del difunto dios de los humanos, ya que en esos temas Piojillo fue el que tomó el mando. Que Ernestol no quiera abordar el tema o que lo ignore, no tiene diferencia a efectos prácticos: no podremos lograr esa información a través de él-dijo, decepcionado-. En cuanto a la guja dorada... Vimos a Zon-Kuthon antes de despertar en el lago verde. Era enorme y terrorífico. Un ser humano no tiene manos tan grandes como para blandirla.

Apenas dio cuenta de que Piojillo se retiraba de la tienda tras procesar las últimas palabras que se habían pronunciado en la tienda de mando. Usó uno de sus brazacos envueltos en acero para franquear el paso al menudo K'Hlata, dejando caer el toldo a continuación de vuelta a su lugar. A continuación se adelantó para coger algo su jarra y algo de comida de la mesa, para seguir dando vueltas al asunto.

La cabeza de Barril daba vueltas con la historia del espíritu-dios (¿el Tormentas?) que tenía dos hijos, de los cuales uno (¿Dou Bral?) se convirtió en un cabronazo con una guja (¿pollón?) dorada, para disgusto de su hermana (¿Shelyn?), que se apresuró a retirar tan fálico símbolo (¿para su autocomplacencia?) de las manos de su hermano, el cual era lo suficiente mente capullo como para seguir siendo un tipo indeseable. Joder, aquello parecía un drama de una novela de esas que leían los nobles de las ciudades. Pero al avispado Cabo no se le escapaba la relación de aquello con un folleteo, malo o bueno, relación que fue confirmada cuando Rastrojo habló de putas... Ay, los viejos tiempos. El fornido Oscuro no pudo reprimir un resoplido mientras sentía como su verga se endurecía, haciendo presión contra su placa de la coquilla de manera elocuente. Estaba a falta de follar, claro que sí.

— Sí, quizá esa Shelyn tenga algo que aportar a toda esta situación. Sería buena cosa hablar con unos de sus representantes, aunque eso nos coloque como herejes en este país de mierda.

Puede que esos varisios, si es que la adoran o viajan por este territorio, tengan en su poder información al respecto. —

O al menos tendrán idea de donde hay una condenada taberna, o incluso una buena casa de putas en este país lleno de sombras y jodienda, por todos los Infiernos...

No sabía muy bien si a los oscuros les pasaba, pero a él si: había crecido en un ambiente muy religioso, y sabía bien las sutilezas de la definición de herejía.

──Hablar con el enemigo de un dios no es herejía, señor. Creer en el dios es lo contrario de la herejía, aunque seas su enemigo.

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Suspiró y tomando ejemplo de Barril, una vez que Piojillo desapareció de la Tienda, cogió un plato de comida, rellenó su jarra de cerveza y se dispuso a comer tranquilamente, mientras escuchaba a unos y a otros.

-Interesante lo de los varisios. Tras lo de Seldocha, una lástima no haber acudido en su ayuda, aunque claro, hubiéramos muerto -dijo sarcástico-. Realmente, y en base a lo que en su día me dijo la mujer del alcalde, un grupo así de colorista y nómada no parece ser fiel devoto de la divinidad reinante en Nidal. Creo que puedes estar en lo cierto, Barril, y hablar con ellos puede ser una buena opción para obtener información siempre y cuando estén dispuestos a darla. En un país como este, uno no va diciendo que rinde culto a un dios que no es el oficial, salvo que quiera que lo despellejen vivo. Pero son caravaneros, nómadas en definitiva y, seguramente, una buena fuente de información -prestó atención a un rítmico sonido, que venía oyendo desde hacía un par de minutos-. ¿Oís eso? Suena como si un palo envuelto en un trapo estuviera golpeando un escudo de metal. 

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-Lord de Malar, ahora que recuerdo, dijo algo... Algo de supuestos grupos ocultos de desnianos. Y de bandidos, mercenarios, asesinos y asesinatos sin resolver. Seguramente, la clase de cosa para la que buscan nuestros servicios. No sé que será un desniano, pero a mi me suena a grupo de algo-añadió Capitán, mirando extrañado a Analista cuando dijo lo del palo. 

-Yo no oigo nada. 

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El sonido parecía haberse amortiguado y el que los demás no llegaran a escucharlo, hacia parecer que habían sido imaginaciones suyas. 

-Gracias Ballestero, pero no. Habrán sido imaginaciones mías. Tu presencia es mas importante aquí que ahí afuera. Además, el sonido parecía proveer del interior de la Tienda. Lo dicho, habrá sido una mala jugada de mis oídos. 

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Asintió. Pero permaneció intranquilo, mirando en derredor. Permanecer intranquilo e insomne le había salvado la vida muchas veces. Y sus dedos, le había salvado los dedos, o le había librado del mismo destino que había sufrido Piojillo en esa tierra maldita. Al menos eso sospechaba.

Jodido Lengua Negra y su agudo oído... Barril se esforzó en sorber ruidosamente de su jarra y masticar de tal manera que se produjera un eco metálico desde su casco mientras entrechocaba las mandíbulas, amortiguando cualquier otro ruido ambiente proveniente de su coquilla.

— Eso que has oído serán mis tripas, Analista. La verdad es que las gilipolleces me quitan el hambre, pero por suerte quien las provocaba se ha ido por el camino de las sombras con viento fresco y se me ha despertado el gusanillo de nuevo. No me suena eso de "desniano", Capitán, pero a lo mejor Gobladet "Soplagaitas" o Sabueso sí nos pueden aclarar algo al respecto. Ellos son de Nidal.

Por otro lado y hablando de esos "caminos de sombras", es algo que has visto y experimentado, Mago Serpiente. ¿Crees que podrías tratar de recrearlo? Usar atajos mágicos de esa manera nos daría una ventaja táctica en muchas situaciones. —

Barril terminó su corta alocución con un sonoro sorbo de cerveza que ayudó a pasar el bolo de comida que acababa de masticar apresuradamente.

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Entre los que veían murciélagos y los que escuchaban tamborilear sobre los escudos, aquel grupo había perdido completamente la razón. Rastrojo miró a Serpiente. La magia en este lugar funcionaba de una manera diferente. Desde que habían llegado aquí, el espeluznante mago había dejado de coleccionar dedos de cadáveres, por lo menos que supiera el chamán. Rastrojo dudaba que Serpiente pudiera hacer algo así, pero estaba lo suficientemente loco como para intentarlo.

Sin conocer la naturaleza de los senderos, mi consejo es que no exploremos esos atajos. Serpiente se dejó marcar en el altar del templo del lago. Si el plano de existencia de las sombras separa este mundo del de Zon-Kuthon, ese canalla podría localizar a Serpiente, y quizás controlarle. Nadie quiere que haya otro suceso como el de Keropis y Chamán Rojo, y menos cuando Zon-Kuthon podría dejarnos encerrados en los caminos de sombras para que nos perdiéramos para siempre. Si Seldocha pertenece a la Corte Umbral, los poderes para traspasar las sombras pueden provenir de su propio dios.

Aprovechando que los demás también comían, Rastrojo aprovechó para hacer lo mismo sin que eso fuera a llamar la atención. No tenía mucho interés en la cerveza, que al final siempre se acababa meando. No, el sabio chamán se centraba en la comida.

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Ya estaba Rastrojo metiendo baza y abriendo la boca más de lo que debería. Su habilidad para soltar mierda como hechos probados y escupir prejuicios como verdades era proverbial. No sabía hasta qué punto aquella habilidad era propia, resultado de los incesantes golpes en el vientre de la puta de su madre, por esnifar durante demasiado tiempo los vapores de las letrinas, o adquirida bajo la tutela del imbécil de Caratótem. Aunque bien podía ser el resultado de todas.

- Para no conocer la naturaleza de los senderos como tú mismo has dicho, Rastrojo, das por conocidas muchas cosas - repliqué sonriendo. - Pero supongo que decir “sin conocer la naturaleza de los senderos, mejor permanecer callado”, requiere de una prudencia y silencio incompatibles con el afán de protagonismo que tanto anhelas. 

No tenía intención de proporcionar a Rastrojo la satisfacción de la atención que tanto quería rebatiendo una a una sus absurdas afirmaciones. En su lugar me dirigí hacia el Cabo Barril que era el que había reclamado mi atención en un principio.

- Ahora no. Quizá algún día o quizá nunca. Los senderos de la magia son infinitos y el tiempo limitado. Se debe elegir un camino sabiendo que se corre el riesgo de no poder tomar otro, aunque puede que tras recorrerlo se descubra al otro lado un nuevo sendero mejor que el que en un principio nos atraía pero rechazamos.

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-Podrían saber algo, sí. En fin... Tras la fugaz visita de nuestra "querida" Seldocha, me temo que seguimos con una cantidad de información similar. Así que mi pregunta es, ¿qué vamos a hacer? ¿Esperamos con objeto de pulir nuestras capacidades y aceptar el contrato? ¿Esperamos para pulir nuestras capacidades y correr? ¿Esperamos para intentar sacar algo más en claro antes de decidir qué hacer? ¿O nos movemos ya mismo?

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- Se puede correr, pero hacerlo sin saber hacia dónde demuestra poco criterio - expuse. - Tenemos varios días por delante antes de que tengamos que hacer honor al contrato. Esperemos, actuemos con normalidad. Aprendamos y entrenemos. Devolvamos a la Compañía cierta sensación de normalidad. Después de todo no pocas desviaciones suelen tener por causa la excepcionalidad. Compartamos lo que aquí se decida, lo justo y nada más. Ejecutemos toda decisión. Digamos que tenemos un nuevo patrón, sin incómodos detalles pues no todos saben digerir la información. Cuando llegue el momento de partir lo haremos mejor preparados y sabiendo más, aunque quizá no todo lo que nos gustaría esperar. Aún así dispondremos de un objetivo y las mentes ociosas dejarán de imaginar. Además necesitamos responder a Seldocha de forma adecuada por su forma de actuar... - terminé, esbozando una sonrisa más afilada de lo normal.- Y huyendo no se podrá.

Había terminado su escudilla pero aún mantenía algo de líquido en su vaso de cerveza. La noche era fría y por suerte aún tardaría en calentarse. La situación con Seldocha había resultado un fiasco. Casi parecía que una mano invisible les empujara como en un vagón de una mina en una única dirección, el pacto con Lord Malar y su Inquisidor de las pelotas. Cierto es que Barril se hubiera atenido mejor a un trato con la mujer-joya, si bien su comportamiento no se correspondía para nada al de un profesional que comerciaba con información. Era más bien el de una mocosa malcriada con un caso de ofendiditis inventada.

Había algo en las palabras del Capitán que le dejaron descuadrado, no obstante.

— ¿Aceptar el trato? Ya está firmado, ¿no? En todo caso dedicar unos días aquí para entrenar y luego hacer el salto a Rocassone me parece un buen plan. Supongo que se debería echar un vistazo a las piedras esas que mantienen a los peligros a raya, así como dar una vuelta al asunto de la enfermedad que mató a todos los adultos.

Acabar los entrenamientos, recoger, movernos a Rocassone a establecer un nuevo Campamento y la visita al Inquisidor, parece un buen orden de acciones. Eso dará tiempo a Analista a leer su libro de marras para ver si arroja algo de luz a este sitio. También tengo planes de hablar con Sabueso en estos próximos días, para ampliar información sobre Nidal. —

El gigantón dio un corto sorbo a la cerveza, lo cual pareció dejarle algo pensativo. Creía que se dejaba algo, pero sin duda lo encontraría en el fondo de su vaso.

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Asintió.

-El entrenamiento vendrá bien y dará una sensación de normalidad. Y nos dará la ocasión para comentar a las escuadras los cambios definitivos y nuestro futuro más inmediato. Además, hay mucha energía que debe quemarse -dijo Ponzoña-. Tiempo tenemos para todo lo demás y quizás no podamos disfrutar de tranquilidad en mucho tiempo. 

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-Me parece bien la idea de contar con unos pocos días antes de lanzarnos a los caminos. Me dará tiempo a echar un vistazo al libro y comentaros lo que hay en él. Y entrenar. No sé vosotros pero necesito cansarme físicamente y dejar la cabeza vacía. Estoy cansado de que todo sean problemas. Unos días de falsa tranquilidad y auténtica alegría pueden ser mas que necesarios para la Compañía antes de enfrentarnos a nuestro nuevo destino. 

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HORA: TRAS EL OCASO. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. HACE FRÍO.

-Aunque esté firmado, diría que la mayoría no lo aprobáis, Barril. Y seguimos estando más ciegos de lo que es sensato-añadió Capitán, serio, pero bastante más calmado que hace unos minutos-en fin, sea, lamemos nuestras heridas y pongámonos en forma. Como poco, hasta los castigos y proclamaciones del 24.