Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Tierras de Cho n Delor: Grupo II.

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02/02/2013, 13:34
Analista.

- "La orden del Capitán es acampar aquí." - Dice Analista haciendo extensiva la orden a los seguidores de campamento y a todos los recién llegados.

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02/02/2013, 13:50
Ponzoña.

-Sí, Capitán -respondió el Hiena que había adoptado la posición de descanso. Cuando le vio retirarse, miró a Piojillo-. Sígueme -le dijo acercándose a Analista-. Analista, hemos dado con un buen botín. Mucha comida y armas diversas. Fuimos atacados en nuestra anterior posición y aunque se dieron bajas, la victoria fue nuestra. Enviamos a por los heridos y cuanto quedó allí y veo que Campaña y Sicofante han regresado, posiblemente con todo. Esta jornada puede ser un buen momento para que se haga cargo de la parte que les corresponde -dijo mirando a Analista. Por su parte, era un guerrero y el cómputo y reparto eran cosas que le costaban un gran esfuerzo-. En nuestro ataque a este campamento, en mi pelotón hubo un solo herido -sus palabras no mostraban arrogancia. Ni siquiera jactancia-. Pero hay más heridos, como Enmascarado, que estaba siendo quemado vivo. Nuestro Chamán lo salvó de morir en las llamas. Nuestra sanadora ha hecho cuanto ha podido ayudada por Rastrojo, pero tal vez entre sus filas haya quien pueda ayudarnos a recuperarnos de nuestras heridas con mayor rapidez -las palabras del K´Hlata trataban de seguir el protocolo de la Compañía, pero aquella actiutud deferente en el lenguaje se le hacía tan ardua como escalar una pared de piedra.

Miró hacia Campaña y Sicofante y les hizo un gesto para que se acercaran. La fatiga y el dolor seguían acompañándolo como una sombra, pero su voz y gestos seguían siendo firmes.

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02/02/2013, 14:07
Sicofante.

Sicofante hizo lo que le ordenaban y se acercó a Ponzoña. A pesar de sus heridas se mantenía allí como si estuviera perfectamente sano. La fortaleza de aquel hombre era impresionante, no cabía duda alguna. 

Señor- le dijo nada mas verle- en el carro traemos a Sabandija, que es el que peor esta. Por otro lado, nos han informado de que Masutsu partió a la mañana en nuestra búsqueda. Nosotros no lo vimos por el camino y no se si ha llegado aquí- mira a Ponzoña para saber su respuesta.

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02/02/2013, 14:14
Usurero.

Usurero llega a lomos de un magnífico caballo de monta tagliano y mira a los miembros del Grupo II con una sonrisa.

- "Vaya, parece que habéis conseguido un buen botín aquí." -

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02/02/2013, 14:16
Campaña.

Campaña escuchó la sugerencia de Piojillo, que le pareció inncesaria. Para él lo más adecuado era arrancarle la cabeza al tipo y colgarla de una pica, o quemarlo vivo como había intentado hacer con Enmascarado, pero cómo a él no le habían preguntado pues tampoco dijo nada al respecto. Cuando Ponzoña le dije que se acercara se apresuró a acudir a la llamada.

- ¿Qué pasa, Hermano? - dijo Campaña, impaciente.

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02/02/2013, 14:20
Ponzoña.

El Hiena asintió ante las palabras de Sicofante.

-Es lo que quería saber. El estado de los nuestros -dijo. Se volvió hacia Campaña-. ¿Habéis traído nuestras posesiones y el botín recaudado? Debemos sumarlo a lo hallado aquí. Sicofante, encárgate del traslado de Ojopocho y Sabandija a donde Plumilla tiene a Odio. Campaña, hermano, tengo que hablar contigo. ¿Podrás esperar a que acabe con algunos asuntos?

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02/02/2013, 14:26
Analista.

- "Bien, Ponzoña. En cuanto podamos, haremos inventario. Respecto a los heridos, Zina, la Segunda, ha venido con nosotros. Le pediré personalmente que les atienda." -

Analista se va en busca del carromato en el que viaja la Segunda Pitonisa.

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02/02/2013, 14:32
Sargento Vientos.

- "Debió ser una buena batalla, Ponzoña. Me hubiese gustado luchar aquí." -

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02/02/2013, 14:34
Compañía: Cabo Lemur, Segundo Pelotón, Infantería.

- "Mi Sargento, la posición parece segura. La Sargento Falce y sus hombres montan guardia." -

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02/02/2013, 14:35
Sargento Vientos.

- "Bien, descansad ahora y por la tarde les relevaréis para que los Exploradores puedan descansar." -

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02/02/2013, 14:46
Seguidores de Campamento de la Compañía.

- Han llegado algo menos de un centenar de seguidores de campamento, con casi veinte carros y una gran cantidad a animales, principalmente mulos y asnos.

- Están montando campamento en estos momentos, junto al campamento del derrotado Grupo Operativo del Triplete. Utilizan los carros como parte del lugar de acampada, desplegando toldos y postes a partir de ellos.

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02/02/2013, 14:51
Ponzoña.

-Gracias Analista -dijo el Hiena, con un muy leve deje de alivio en su voz-. Y lo fue, sargento Vientos, lo fue. La Sargento Falce y los suyos junto a los reservas hicieron un gran trabajo. Murió Daga. Ahora estará con la Madre. Y estoy orgulloso de los míos, de mi pelotón. Lucharon como los leones que son. Sin cobardía y con fiereza, pese a que nos superaban en número. Solo Odio cayó, pero nuestra sanadora hizo su trabajo y creo que vivirá. Es un Hiena. Es fuerte.

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02/02/2013, 20:30
Sicofante.

Sicofante asiente ante las nuevas órdenes. Con la conversación con Ojopocho, estuvo apunto de dejar sus posesiones en el campamento como si tal cosa. Al tagliano le pareció algo vergonzoso que fuera Campaña el que tuviera que recordárselo cuando el enorme guerrero fue a por las mismas personalmente. Su mente estaba en otro lugar. 

Quizás Campaña pueda ayudarme a transportar a Sabandija- dice- no le llevará mucho tiempo*.

Volvió al carro, donde oyó los quejidos de Sabandija, el cual pedía agua. Tenía su pellejo con algo de agua por lo que se acercó para darle un pequeño sorbo.

Tranquilo, te vamos a llevar para que te sigan atendiendo- cuando vio que había bebido lo suficiente para quitarse la sed, el tagliano se acercó a Ojopocho- te llevaré ante Plumilla. Monta en el carro.

Notas de juego

*Entiendo que llevo a Sabandija en el carro y luego que lo baje Campaña. Sino es así cambió el post.

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02/02/2013, 21:05
Plumilla.

Plumilla se tambaleó de puro sueño y agradeció interiormente que se establecieran en el campamento, aunque, y sin poder evitarlo, también maldijo el bullicio que traían los seguidores. El sueño la volvía irritable y rezongaba la amenaza que profirió al  noble del triplete que pretendía sobornarles.

-Con permiso- dijo escabulléndose hasta Odio, que tan pronto parecía despertar como volvía a caer en la inconsciencia. No parecía tener fiebre, si bien no estaba curado del todo, obviamente había mejorado.

-No te vayas- le dijo de nuevo, como había hecho cuando se encargó de sus heridas. En su fuero interno disentía con Ponzoña sobre la evaluación de daños en el grupo, ella añadiría  no solo a Odio, pues era evidente que Ponzoña había recibido heridas suficientes como para desmayar a cualquiera pero parecía mantenerse en pie por cabezonería. Sicofante y Loor habían recibido también, sobretodo ella, que, herida aún del encuentro anterior, no solo había sobrevivido sino que había abatido a unos cuantos.

Plumilla se restregó un ojo suspirando y preguntándose qué diría su familia si la vieran cuidando de hienas y preocupándose por su estado. Frunció levemente el ceño y apretó los labios.

-Ellos no tienen la culpa-dijo levantando la cara al cielo con evidente abatimiento- ellos no estaban allí-añadió con un murmullo ronco mientras una duda le venía a la mente.

¿Y si habían estado allí?

Turbada, intentó acallar ese pensamiento que se mantuvo ahí pese a su esfuerzo. Cuando todo se hubiera calmado, hablaría con ellos. Lo que pasara después ya lo pensaría.

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03/02/2013, 00:29
Rastrojo.

¿Zina?

Cofcof, cofcof. Uhacof, cofcofcof... cof.

El repentino ataque de tos tenía que ver con las pitonisas, y la manera tan desagradable que tienen de quedársele en la garganta a uno y no dejarle respirar.

Estoy... glups... bien...-se sujeto la nuez con la mano intentando que ese mal trago le bajase al estómago-¡Cofcofcof!

Mejor me quedo con los heridos y no le quito un ojo a esa prostituta blasfema. Ni un ínfimo criollo de gato me fio yo de las artimañas de las brujas. Con lo que me costó salvar al tipo de la careta, como para que ahora me lo rematen.

Aún iba a haber suerte, y de estar tan atento Rastrojo conseguiría quedarse con algo y aprender a sanar los cuerpos heridos.

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03/02/2013, 11:44
Campaña.

- Si, Hermano, Campaña ayudará a Sicofante mientras tú acabas - respondió Campaña.- A Campaña no le gustan tus heridas, debes ir a ver a Plumilla.

Dejó a Ponzoña con sus asuntos y se fue junto al carro para comenzar a descargar las cosas que habían traido.

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03/02/2013, 12:12
Piojillo.

Piojillo aun seguía a Ponzoña de aquí para allá y escuchaba las órdenes que este daba como el que escucha llover. Aun no tenía claro si lo que había echo sería visto con buenos ojos o castigado.

Se pasaba la mano por entre las rastas indómitas una y otra vez, pensando y dando vueltas al asunto. Por encima del hombro echaba de vez en cuando alguna mirada a los prisioneros, atados aun al poste donde los había dejado.

Su expresión era vacua y su mirada bovina, digno reflejo de la estupidez. Aunque en realidad no paraba de pensar como loco las posibles repercusiones para él mismo.

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03/02/2013, 12:53
Ponzoña.

-Ya he visto a Plumilla, Campaña. Solo necesito descansar. De todos modos, luego haré que la Segunda revise mis heridas -dijo a su amigo-. Piojillo, ven. Quiero hablar contigo un momento -señaló a su pupilo. Comenzó a andar, buscando un lugar donde su conversación fuera privada. Al hallarlo y por unos minutos, se puo ver cómo ambos conversaban.

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03/02/2013, 12:56
Ponzoña.

El Hiena se detuvo y se rascó una ceja. Parecía cansado y por un segundo, dejó que su rostro trasluciera el dolor que su cuerpo experimentaba. Cerca, algún tipo de barrilete ofrecía un lugar para sentarse, cosa que hizo.

-Quiero hablar contigo de tu iniciativa con el Caballero del Triplete. No voy a decirte si hiciste bien o mal, si cometiste un acierto o un error. Quiero que tú mismo lo decidas. Hablaré. Escucharás. Te haré preguntas y responderás. Y no te juzgaré, decidas lo que decidas acerca de tu comportamiento. Piojillo eres el segundo de Cochinillo, líder de los Campamenteros. Y quizás, puede que a estas alturas seas el líder de los Campamenteros en el caso de que haya caído en la batalla. Ni tú ni yo lo sabemos, pero son las cosas que siempre debemos tener en mente -comenzó diciendo. Su mirada oscura como el carbón, brillaba bajo el sol del mediodía-. Por eso es tan importante que nuestras decisiones sean meditadas, marcadas por la astucia, pero siempre pensando en el bien de todos nuestros guerreros, de todos aquellos que dependen de una orden correcta. Sus vidas pueden acabar por el filo de una mala orden -añadió-. He visto entre los míos y los tuyos algo que no comprendo. Un hambre de individualidad que lleva a cuestionar órdenes, a actuar de forma irresponsable ante un mando, a no respetar la cadena... Somos miembros de la Compañía. Muchos fuimos hasta ellos porque quisimos. No nos obligaron. Por ello hay que cumplir con su forma de hacer. Mi ley personal es la de la sabana en la que crecí. Veo la naturaleza, sus normas y son las que hacen que vivamos o muramos. Por eso la manada es importante. El león joven que caza en solitario normalmente muere de hambre. Y si se enfrenta a un enemigo poderoso, como un búfalo, puede resultar herido de muerte antes siquiera de sacar sus zarpas.

Calló un instante, mirando a Piojillo. Creía saber que su pupilo sentía la necesidad de demostrar su valía. Lo que Piojillo parecía no darse cuenta es que ya la había demostrado en el campo de batalla y que, pronto, sería un hermano juramentado.

-Has negociado con el enemigo, por tu cuenta, saltando por encima de mí. Y de la Sargento Falce. ¿Crees que es lo correcto? ¿Qué crees que hubiera ocurrido si se lo hubieras planteado a la sargento o a mí antes de lanzarte en solitario a una cacería donde tratabas de abatir a todo un rebaño y no a un solo animal? Piénsalo -señaló tras formular aquellas preguntas-. Y dime, ¿crees que el Caballero del Triplete te creyó? ¿Que te vio como a un líder con capacidad para negociar cuando rindió su espada ante la propia Sargento Falce? -la mirada, aunque seria, no era dura. Trataba de que su pupilo viera todo el horizonte de posibilidades-. De otra parte, ¿con qué autoridad habrías convencido a los Exploradores de seguir al soldado, cuando ni siquiera la Sargento Falce sabía lo que hacías? ¿Cómo crees que hubiera reaccionado ella ante tu iniciativa cuando las órdenes de la Sargento eran claras? Dejar que Sedoso extrajera de ese trozo de excremento toda la información posible.

Carraspeó. Tomó su pellejo de agua y dio un largo trago. Tras ello ofreció a Piojillo el pellejo por si deseaba beber.

-Por último. ¿De verdad piensas que el líder de los enemigos hubiera tragado ese trozo de carne emponzoñada que le ofrecías? ¿Pagar oro para que la Compañía cambie de bando? ¿Una propuesta que no partiría del Capitán sino de un K´Hlata desconocido y transmitida oralmente por un soldado menor que ha sido vencido en batalla? ¿Piensas siquiera que ese soldado te hubiera conducido hasta el hígado de nuestro enemigo para que se lo devoráramos? Piojillo, ¿cómo ha reaccionado el Capitán ante tu mensaje? -concluyó-. Son muchas preguntas. Medita y piensa tu respuesta.

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03/02/2013, 13:43
Piojillo.

Piojillo movió la cabeza hacia un lado, intentando digerir todo lo que escuchaba. Y aunque reconocía la sabiduría de la experiencia en cuanto escuchaba, había cuestiones en las que no estaba de acuerdo. Suspiró de nuevo y habló con toda la sinceridad de la que podía hacer gala, aunque su tono fuera, como habitualmente, dubitativo.

Ponzoña, estoy de acuerdo en cuanto dices. Pero creo que hay algunos matices que se han entendido mal. Yo no he negociado con el Oficial del Tridente. Le he aconsejado que cuando Sedoso le interrogue, que le haga la propuesta que yo le he indicado. Pero en la argucia y si ha salido bien, el Noble cree que los mandos de La Compañía no saben nada de esto. Pues él entiende que no puede negociar conmigo, como bien has indicado, yo no soy nadie para hacerlo.

El joven K´Hlata se pasa la mano por las rastas alborotadas y cambia el peso de un pie a otro.

El Oficial me eligió a mi por que parezco débil, idiota y sobornable, pero eso es una ventaja. Si no me ve como una amenaza, ni como un  rival, es más propenso a creer cuanto le diga y es el truco de todo timador, créeme que se de qué hablo.

En ningún momento he actuado por mi propio benficio ni buscando mi grandeza. Lo primero es que ese hombre me ofreció mucho dinero, tanto como para empezar en otro sitio, mientras que aquí ni siquiera tengo derecho a botín. Si buscase mi beneficio le hubiera liberado y hubiera escapado. En segundo lugar conté contigo en todo momento, por eso te informé antes de la llegada del Capitán, pero no sabía que iba a venir. ¿Por qué no lo hice antes de hablar con el Noble? sencillo, por que no iba a hacerlo esto fue improvisado, pero se presentó la oportunidad. Las leonas cazan en manada, pero si una se encuentra una gacela sola y herida, ¿no la abate, o se va a buscar al resto con el riesgo de que huya? En tercer lugar ni siquiera tenía que haber rendido cuentas a nadie pues si salía mal la estrategia sólo tendría que negar haber hablado con el Noble, pues nadie nos escuchó y es mi palabra contra la suya. De hecho si hubiera buscado méritos podría haber ido a la Sargento o incluso al Capitán, pero sólo te informé a ti y podrías haber decidido contar aquello como si fuese un plan tuyo y yo no hubiera dicho nada. Te informé por que te respeto y te admiro y cuanto hice es con la intención de ayudar a La Compañía.

Y lo mejor de este plan, es que si no ha salido bien, no vincula a nadie. Por que todo cuanto el Noble habló lo hizo con un recluta. Tanto si el Noble no se lo ha creído, como si no quieren seguir al soldado o aceptar el dinero, no tiene repercusión alguna. El plan tiene pocas probabilidades de salir adelante, lo sé, pero es una flecha lanzada al bulto. Si da, hace mucho daño. Si no da, es solo una flecha perdida.