Partida Rol por web

Malamente se ha quedado quieto. Su respiración es un estertor casi inaudible. Sus brazos y sus piernas están fríos. Los ojos han perdido lustre: no le quedan fuerzas para seguir luchando.

Por fin te he encontrado, madre. Dejaremos de escuchar ese parloteo incesante, solamente nos llegará la música del viento, del sol, de la niebla por la mañana. Ya no deseo ser el mejor guerrero. He decidido que me marcharé contigo, madre, sin tribu, sin nada más.

Olvido (el verdadero nombre del llamado Malamente) hace que se cumpla su destino y, poco a poco, desciende a lo que siempre quiso del mundo de los hombres: que le dejaran en paz consigo mismo. Tras un leve estremecimiento, muere.

- Malamente muere en las manos de R'Gaa, sin que ésta pueda hacer nada por evitarlo.

Escuché la sugerencia de Chamán Rojo, pero en este momento estaba ocupada con R'Gaa. No obstante, no era mucho lo que podía hacer, asique me acerqué a donde estaba, junto con Malamente, quien, como de costumbre, no se movía demasiado. Me preocupé, pero no me había dado cuenta de su muerte, asique no le hice mucho caso y le pregunté a R'Gaa.

-¿Necesitas más ayuda? Es cierto lo que dice Chamán Rojo, los que estamos bien deberiamos ocuparnos de otras cosas, pero, si me necesitas, no dudaré en seguir aquí.- Obviamente, no me daba cuenta como debía estar R'Gaa en esos momentos, ya que su discipulo acababa de morir.

Caracabra es uno de los que está de guardia, a pesar de sus heridas.

CARACABRA:

- Te parece escuchar algo y te pones en guardia.

- Una figura sigilosa aparece en vuestro campamento improvisado.

- Caracabra es el único que reacciona y se pone en guardia.

Caracabra reacciono rápidamente y apunto con la lanza a la figura sigilosa, ¿QUIÉN VA? Grito, esperando una respuesta. El jorobado duda si atacar a la sombra o no: podría ser un aliado, o podría ser un enemigo. Pero que aliado en su sano juicio se acercaría al grupo sin identificarse. El tiempo pasaba mientras dudaba, si hubiera sido un león ya estaría muerto.

El jorobado prepara la lanza y el escudo, tratando de visualizar mejor la figura. La herida del brazo se resintió al levantar la lanza, pero aguanto el dolor.

R'Gaa escuchó a su alrededor como algunos hablaban de hacer guardia, pero ella estaba demasiado ocupada como para dar su opinión. Solo se tomó tiempo para hacerle una señal a Codorniz, dándole a entender de que se podía ir.

Su mente empezó a dar vueltas mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Si tan solo no se hubiera puesto mala, si hubiera tenido más tiempo para entrenarlo.

Porque lo he dejado adentrarse en la batalla, porque no he ido a su lado a ayudarlo, porque... porque...

Quiso gritar pero ningún sonido salio de sus labios. Cogió uno de los trapos mojados que tenía con ella y, mientras lloraba desconsoladamente, le empezó a limpiar la sangre que escupió hace unos momentos.

-Sabes, te voy a limpiar esto, seguro que te incomoda. Se secó las lágrimas, pero otras tomaron posesión de sus mejillas. No entiendes, no puedo dejarte, te he tomado bajo mi protección y te he fallado. Te he llevado a la muerte, te he matado... Sí, te he matado...

Después de limpiarlo le colocó las dos manos sobre el pecho. Pero hace un momento estaba vivo..., te he fallado..., como tutora y como curandera..., te he matado... te he matado...

Como si de un sueño se tratara, escuchó a Caracabra gritar. Empezó a negar con la cabeza e intentó proteger a Malamente.

¡No!, gritó con todas sus fuerzas, ¡no me lo van a quitar!, ya lo habéis matado, ¿no os basta con eso? Desenfundó su daga y se puso en posición de ataque.

Cuando Guepardo abrió los ojos estaba sudando como un cerdo. No era la primera vez que le sucedía, tras la batalla de Tres Castores le pasó lo mismo, cuando lo hirieron. Se levantó despacio y miró a un lado y a otro...estaba solo. Unos momentos antes allí había habido una gran batalla, contra los bandidos. Habían usado su plan, y él había sido el primero en caer. Quizás todo había terminado y lo habían dado por muerto, y por eso lo habían dejado allí. No pensó más en ello...decidió que debía marcharse, volver a su hogar.

Echó a andar colina abajo. El día era claro y el sol refulgía en el despejado cielo. Algunas nubes almidonadas lo perlaban como pecas en una tez blanquecina. Camino largo rato, lo que parecía una bajada interminable. Cuando pasaron lo que le parecieron horas, vio una figura tirada en el suelo. Al principio se detuvo y estuvo pensando unos instantes, hasta que se percató de que quizás fuera alguien que necesitara ayuda.

Cuando llegó donde estaba el cuerpo se quedó boquiabierto: era Malamente. Se quedó mirándolo y al minuto abrió los ojos de golpe y empezó a llorar sangre. De su boca surgió un grito estremecedor y, tras él, salieron disparadas miles de serpientes. De repente, enfrente de él, vio a Sacorroto de nuevo. Le señalaba con el dedo.

— Tú...tú lo has matado.

Tras ello todo se nubló y se sumió en un profundo sueño.

Avanzo en silencio hasta que reconozco a Caracabra como uno de los hombres que hacen guardia. Suspiro de alivio al ver que finalmente he llegado y salgo de mi escondite para mostrarme. Una vez estoy fuera, envaino mi espada que traía presta y me acerco al jorobado, al que doy un suave palmetazo en el hombro en signo de que puede descansar.

Luego camino por entre los miembros de mi grupo y miro el estado en el que están. Es obvio que han sufrido un ataque y es obvio también que hay pérdidas. Me acerco a Guepardo y le veo durmiendo, pero R'Gaa está despierta, con una daga en la mano lista. Le miro el rostro y parece menos cuerda que cuando me fui, por lo que con cautela, me acerco a ella de frente y le hablo:

 - "Informame"

Me quedo frente a ella y espero su respuesta mientras miro alrededor y chequeo cuantos quedan vivos de los que originalmente conformaban el grupo y cuantos daños materiales hemos sufrido. También evalúo la necesidad de la fogata, pues su humo delata nuestra posición a gran distancia, única razón por la que he podido llegar de vuelta.

PEREGRINO:

- Ves claramente el cadáver de Malamente, muerto en brazos de R'Gaa sin que ésta haya podido hacer nada por salvarlo.

- También hay tres miembros del Pelotón de Exploradores muertos: Marcado, Mirada y Vivo.

- Quedan Pipo y Lejana, ambos parecen gravemente heridos.

- Los demás parecen todos heridos, menos la niña Codorniz. Guepardo y Derviche están inconscientes por las heridas.

Al jorobado le dio un vuelco el corazón al comprobar que la sombra sigilosa era Peregrino, había estado a punto de haberlo atravesado con la lanza, que aun sujetaba en posición de combate.

Caracabra iba a criticar la actuación de peregrino, acercarse sigilosamente a un grupo en estado de alerta, no era una maniobra muy juiciosa. Pero Peregrino era su superior, y no le correspondía a él poner en duda sus acciones, eso le correspondía a otro mando superior, siguiendo la cadena de mando.

Finalmente se dio a la vuelta y se puso otra vez en alerta, se ocultó un poco entre maleza, y permaneció atento a cualquier movimiento y sonido procedente del sector que estaba vigilando.

Pipo observó las escenas de dolor con curiosidad. Vió a R'gaa enloquecida, e hizo un gesto de comprensión. Se acercó a una distancia prudencial, con la precaución que se tiene cuando uno se acerca a la camada de un halcón. Encogido como estaba, con sus ojos inexpresivos, que miraban al infinito, dijo:

Pipo tocará una canción muy bajito para Los Que No Se Mueven. Sonrió, mostrando sus encías.

R'Gaa sujetó con firmeza su daga mientras observó a la figura que se estaba acercando. Poco a poco, entre lágrimas y sollozos pudo distinguir una figura conocida. Se frotó los ojos para despejar un poco más la vista. Al ver al líder de su grupo, dejó caer la daga que llevaba en la mano y se le acercó ladeando la cabeza. Soltó un largo suspiro y luego empezó a contarle.

-Al poco tiempo de salir tú y Pelagatos, he visto a un grupo numeroso de bandidos que venían medio escondidos hacia nuestro grupo. Guepardo ideó un plan, suspiró y se secó las lágrimas que no paraban de caer. Mandó a dos a prender fuego para distraer a los enemigos hacia ese lugar mientras íbamos a atacarles por sorpresa. Lo que pasó a continuación ya no importa, lo que tienes que saber es que los hemos matado a todos, ninguno ha escapado con vida, aunque lo han intentado.

Mantener su mente ocupada resultaba beneficioso para la exploradora, pensando en todos los detalles la ayudó a olvidar por unos instantes la perdida de su pupilo.

-Después de la pelea yo me he dedicado a curar... a curar a... nuestros heridos. Los que estaban en mejor estado han traído hasta aquí a los que están inconscientes y han dejado en ese otro lugar a los que no han sobrevivido. R'Gaa le enseñó los lugares correspondientes y aunque en los últimos minutos parecía estar mejor, un silencio raro se apoderó de ella. Se quedó mirando a Malamente. Él estaba en el grupo de los heridos... Sacudió la cabeza coma para alejar algún pensamiento y volvió a mirar a Peregrino.

-Caracabra, Manta, Chamán, Mera, Codorniz, Jabalí, Lejana y Pipo han quedado conscientes después del combate, alguno esta en mejor estado que otro. Derviche y Guepardo no tienen muchos golpes, pero los que han recibido los han dejado fuera de combate. Por desgracia Mirada, Vivo y Marcado han muerto en el campo de batalla.

-Malamente... él estaba... ahora ya no... Le costó mucho contar el caso de su protegido, suspiró mientras se secaba las lágrimas que caían más que nunca y con voz temblorosa siguió hablando, Malamente estaba herido de gravedad, ha tenido varios episodios de delirio y al final... miró sus manos que aun estaban manchadas de su sangre y luego al cuerpo sin vida de él, al final dejo de luchar y yo no pude hacer nada por salvarlo.

Se acordó del botín que han saqueado de los atacantes y empezó a enumerar. Creo que eran diez lanzas cortas, cinco escudos de los Chacales, cinco cuchillos tribales, diez machetes, diez cuchillos de muy mala calidad, 25 monedas de plata y algunos abalorios. El fuego ya lo hemos apagado hace un rato. Se encogió de hombros y miró a Peregrino con los ojos llorosos. No pudimos hacer más, lo siento mucho... lo siento...

Escuchó las palabras de Pipo y asintió ante sus palabras. No le vendría nada mal distraerse un poco de todo aquello.

Las palabras y expresiones de la exploradora me llegan expresando fielmente su sentir. Entiendo su dolor y entiendo como intenta soportarlo y mostrarse más fuerte de lo que en realidad es. Admiro su intento de superación y la manera en que lucha sabiendo que va a perder, pero nada puedo hacer con lo sucedido. Sé que si yo hubiese estado aquí el resultado no habría sido muy distinto pues yo soy un asesino, no un protector. Sea como sea, todos los ataques parecen haber sido brutales serví allá lo que no hice acá.

Escucho el relato de lo sucedido, escucho de los heridos, de los muertos y del botín. Escucho todo lo sucedido y mantengo una expresión serena en mi rostro a medida que las palabras se sitúan unas a continuación de las otras hasta terminar con toda la información que necesitaba saber.

Me acerco a ella y le pongo una mano en el hombro, intentando calmarla:

 - "Hiciste lo que pudiste. También hubo muertos en el otro grupo, fue un ataque duro."

Veo que todo el botín está junto y eso está bien pues hay que hacerle entrega a Matagatos para que cumpla con la cuota que La Compañía exige para el Mando. Luego se distribuirá el resto entre los Hermanos Juramentados que lo consiguieron.

Una Oscura se me acerca y me habla. Le miro sin ninguna expresión y sin mucho respeto pues es solo una recluta, pero asiento a sus palabras pues hoy es un día triste y es bueno dar y buscar calor entre quienes quedamos vivos.

La Mujer-Medicina ha dado permiso a Pipo, así que Pipo tocará muy flojito, no sea que la música de Pipo atraiga a más Hombres Malos...

Pipo comenzó a tocar su Kena con delicadeza y suavidad. Abría los ojos enormemente cuando lo hacía y gesticulaba con el cuerpo exageradamente, acompañando el fluir de una melodía muy sencilla y muy tranquila. Le molestaban algo sus propias heridas, pero no era nada.

Observé a Peregrino que hablaba con R'Gaa, esta última le informaba como había ido la batalla. Me pregunté cuan diferente habría sido de estar él ahí. ¿Habrían muerto menos? ¿o más? No importaba ya demasiado. Otra pregunta se me vino a la cabeza, un poco más urgente en mis prioridades: Peregrino llegó aca a pie. Me acerqué a él y lo saludé militarmente. -Señor, ¿puedo hacer una pregunta?

Quería preguntarle dónde estaba Pelagatos. Esperaba que no haya muerto o herido de gravedad. Eso era lo único que faltaba para convertir este día en un desastre total.

Peregrino se limitó a mirarme más que responderme, como quien miraba a un perro callejero. Eso me molestó un poco, pero no dije nada. En lugar de eso, continué con mi duda. -¿Le ha pasado algo a Pelagatos, Señor?- Le pregunté. -¿Era una batalla la polvoreda que se veía a lo lejos?

- Malamente esta muy mal herido, por hacer un mal juego de palabras, esta malamente herido. - R´Gaa le atiende lo mejor que puede, pero su estado parece sobrepasarla, esta muy afectada y mira nerviosa alrededor, mientras Malamente tose sangre, y finalmente deja de respirar. R´Gaa se satura, llora y grita, todos estamos centrados en ellos dos. No sé que hacer o que decir, miro al suelo apesadumbrado. - En una compañía mercenaria es el único final posible... Nadie llega a viejo.

Caracabra da el alto a alguien, alarmado miro en su dirección y me levanto con la ayuda de mi muleta. Aliviado veo como Peregrino entra al campamento y saluda a Caracabra palmeandole el hombro.

Viene solo y a pie. - ¿Y su montura? Y mas importante aun. ¿Y Pelagatos? - Le pide a R´Gaa que le informe, pero esta tan alterada que dudo que vaya a ser capaz, todos lo estamos, Malamente ha muerto medio segundo antes de que Caracabra viera acercarse al jefe de la unidad. Y Guepardo sigue inconsciente Me acerco cojeando apoyado en mi rudimentaria muleta, no me han preguntado, pero me preparo por si tengo que hablar en lugar de R´Gaa.

Finalmente encuentra algo de templanza y le comunica a Peregrino lo que todos sabemos. Justo después Codorniz pregunta lo que todos queremos saber. - ¿Y Pelagatos y la montura?¿Que ha pasado cuando estaban fuera?

Una sensación de deja vú me asalta durante el transcurso de los últimos minutos, como si todo esto ya lo hubiera soñado... - Probablemente así ha sido, solo que estaba tan enfermo que lo olvide. Pero no ellos a mi, los espíritus de los muertos nunca me olvidan y menos aun en mis pesadillas.