Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Tierras del Reino Pastel.

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15/04/2012, 14:11
Campaña.

- No, Campaña quiere que Ponzoña tenga su moneda - dijo negando con la cabeza y cerrando la mano de su amigo sobre la moneda.- Campaña no necesita la moneda -sonrió.- Campaña entiende, ayudará a Ponzoña con las barcas.

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15/04/2012, 14:35
Compañía: Frontera, Tercer Pelotón, Exploradores.

Frontera está sentado en el embarcadero de Dadiz, fumando ociosamente hierbas en su pipa de fumar. Mira a Ojopocho con una plácida sonrisa:

- "Toma, fuma. Es un preparado especialmente potente. Si lo resistes, puede que te enseñe algo." -

Notas de juego

- Si Ojopocho acepta, tirada oculta: TS Fortaleza para no caer desmayado.

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15/04/2012, 14:38
Ojopocho.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Si fallo, ¿Dispongo de ocho días para re-intentarlo? Si es así, tal vez para el segundo día pueda llevar bebido un preparado de hierbas con el que resistir mejor el embite de sus drogas.

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15/04/2012, 14:51
Matagatos.

-Estamos mirando esa posibilidad, pero quiero formar un grupo lo suficientemente numeroso para que a nadie se le pase por la cabeza molestarnos. Aunque tengo ganas de entrar no me fío mucho de estas gentes, ya has oído lo que ha dicho Analista, prefiero mantener las precauciones por si acaso. Con la invitación a Khadesa mi cara realiza una mueca de desaprobación. No quería que mi hermana nos acompañara por lo que pudiera suceder y exponerla a algún peligro. Los miro a ambos para mostrar mi desacuerdo y luego me dirijo a ella. Puedes hacer lo que quieras, no te impediré acompañarnos, pero prefiero que te quedes aquí. Mi hermana ya no era una niña para que yo pudiera decidir lo que tenía que hacer, ni tampoco era oficialmente una hostigadora para poder darle órdenes.

Ponzoña se acerca al grupo. Estaba siendo un segundo muy eficiente y sin necesidad de pedírselo se adaptaba perfectamente a todas las situaciones. Su idea de quedarse a organizar la carga de las balsas era estupenda, pero me gustó mucho más que inmiscuyera a mi hermana en la tarea.

Eso me viene de perlas.

-Gracias, no se me ocurre a nadie mejor que tu para hacerlo. Luego me giro hacia Khadesa. Ponzoña tiene razón deberías asegurar toda la carga del carro antes de subirlo a la balsa.

Esperaba que mi hermana no nos acompañara, me daba igual si era porque no le gustaba la ciudad, por colocar las cosas del carro o por lo que fuera. Dicho esto espero a ver si mas hostigadores están dispuestos a ir a Dadiz. De momento estábamos Mentiroso, Guepardo, Lengua Negra y yo.

-Si alguien más está dispuesto a ir a la ciudad que lo diga. Quiero que vayáis armados.
No iba a meterme allí desarmado ni loco. Pero eso no significa que vayamos a ir en busca de bronca, todo lo contrario quiero que al ver nuestras armas nos dejen en paz. Sed respetuosos con la gente y no hagáis caso de ningún tipo de provocación. Tampoco os separéis del grupo, a no ser que queráis acabar como esclavos. Si el pueblo de los esclavistas tenía su peligro Dadiz prometía tenerlo multiplicado varias veces para un grupo pequeño o un hombre solitario. Y muy importante. Digo finalmente. Que nadie use sus armas a no ser como último recurso ante un ataque. Si en cualquier momento la situación se pone tensa dejaremos la visita y volveremos al muelle, no quiero que tengamos problemas nosotros, ni la Compañía.

Con eso debía de ser suficiente para tener una tranquila visita por la ciudad, aunque desconocía lo que nos podía esperar allí dentro.

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15/04/2012, 14:56
Guepardo.

Guepardo no pudo evitar sonreir cuando escuchó a Matagatos. Su lider era mucho menops prudente que él mismo. Llevar armas a una ciudad estaba claro que era una provocación y mucho más cuando iban a ir en grupo. No obstante, él era el que mandaba y el antiguo Jaguar no tenía problema en llevar su imponente lanza. Se acercó a sus cosas y la cogió. Estaba afilada. Preparada como siempre.

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15/04/2012, 15:07
Caracabra.

Caracabra ha estado trayendo algún que otro roedor para acompañar las gachas durante el viaje, las trampas no se le han dado especialmente bien, pero hay algo de carne. De forma que el grano, dejado por Khadesa, no se ha desperdiciado.

La discusión sobre ir o no ir a la ciudad se le antoja difícil, a Caracabra no le gusta la ciudad, parece construida por demonios, los muros son demasiado altos para haber sido construidos por humanos normales. Además están las palabras del Chambelán de las Cuchillas, que también tiene aspecto de demonio y no debería de temer a los de su misma especie, "Las calles de Dadiz no son nada seguras […] Avisados estáis”en el fondo sabe que no deberían de ir, pero Caracabra es demasiado tímido y obediente como para pronunciarse al respecto.

Por otro lado, el pequeño jorobado teme que si no va a la ciudad, el grupo le tomen por un cobarde, aunque otros ya han expresado su negativa; el es un guerrero y a de demostrar valor. De forma que Carracabra espera que el resto del grupo se pronuncie, si el grupo es lo suficientemente numeroso como Matagatos indica ira, y muy a su pesar, esto ocurre. Las piernas le tiemblan y casi no puede pronunciar las palabras, Yo también voy, grita finalmente con una tímida voz el pequeño jorobado.

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15/04/2012, 15:39
Dedos.

El camino hasta la ciudad de Dadiz había transcurrido sin incidente alguno, al menos que ella supiera. Como cualquier miembro activo de La Compañía cumplió sus deberes y aprovechó el tiempo libre del que dispuso para practicar un poco, o simplemente descansar. No se había olvidado de las lecciones de Khadesa, o las de Matagatos; e incluso echaba en falta unas del más idiota de los Hostigadores. Realmente necesitaba ocupar su tiempo porque se sentía muy ansiosa de conocer el Norte y los secretos que se cubrían a base de rumores que hablaban de peligros.

Finalmente llegaron, y no pudo más que maravillarse ante el espectáculo que ofrecía. Agua, abundante agua que hacía emanar una profusa y hermosa vegetación. ¿Y los animales? Había criaturas nuevas, extrañas y a veces intrigantes. ¿Y la ciudad? Apabullante, era realmente apabullante. Reconocía que se moría de ganas por entrar y recorrer aquellos enormes y, debía reconocerlo, hermosos edificios. Pero no, no iba a hacerlo pese a que se estaba formando un grupo para entrar.

- Me quedo –dijo al llegar junto a Ponzoña, Khadesa, Matagatos y el resto- No me gusta. Esperaré a Idon -lo diijo mientras miraba desconfiada la ciudad.

Tenía a buen recaudo la soldada que el mismo Ansia de Dominio había deposito en su mano. Había escuchado decir que "los novatos les caían especialmente bien”, dato difícil de asimilar pues si en parte sentía cierta fascinación por su apariencia mágica por otro debía ser cauta. Pero eso no importaba, no ahora.

- Tened mucho cuidado –se atrevió a decir cuando se dispusieron a partir.

Cuando los vio partir, y aunque pareciera una tontería, les dedicó una pequeña plegaria de buena augurio. Viniendo de Dedos era todo una rareza.

- Ponzoña, Señor… -llamó su atención- Tengo una cuerda que puede servir para amarrar el carro. Bueno, en parte…

Echó una ojeada al carro, a la balsa y al río. Su estómago se revolvió de repente, no para llegar a hacer una arcada pero sí para avisarla de que el viaje no iba a ser nada halagüeño. En su vida se había subido a algo parecido, ni grande ni pequeño.

- El agua es para los peces… -susurró.

"¡Que los Espíritus del río sean benevolentes con mi estómago! Creo que me voy a poner enferma”, no pudo más que soltar un suspiro de pura resignación.

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15/04/2012, 15:55
[RIP] Attar.

-Attar quedar, Attar ayudar-dijo el mestizo en tosco K'hlata. Aquello de cruzar el río no le hacía mucha gracia, y más ahora que lo veía frente a él. Demasiada agua, en la Gran Sabana no se veían estas cosas. Con el agua que fluía por allí, probablemente podrían sobrevivir muchas tribus, sin contar con lo que daría a los cultivos... 

Pero aún con todo, no se olvidaba de la parte negativa: debajo del agua no respiras. Se acordó brevemente de los espíritus y de los ancestros, esperando que aquello no le saliera caro a nadie de la Compañía. 

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15/04/2012, 16:37
Serpiente.

Espectacular. Simplemente espectacular. Comparar lo que hasta entonces había visto y conocido con la urbe en la que estábamos dejaba en muy mal lugar a los k’hlata. Tampoco es que las pobres y supersticiosas tribus sin inventiva ni ambiciones estuvieran en muy buen lugar desde un principio. Los únicos que se salían de la norma eran los Esclavistas y al coste de ganarse el desprecio del resto, aunque seguían estando a un nivel muy por debajo de lo que estaba viendo. Y tan solo era la primera ciudad que visitábamos desde nuestra salida de la sabana, así que por delante de nosotros todavía quedaba mucho que admirar.

Guardé la moneda que me acababa de dar Ansia de Dominio con sus hermanas.

- Te digo que sí- respondí a Mentiroso.- Conmigo ya somos seis, Matagatos. Y soy de la opinión de Lengua Negra- me dirigí a Khadesa-, deberías acompañarnos. Para mentir hay que saber y de lo único que sabrás si te encierras en tu carro es de lo que tienes allí guardado: madera, tela, recuerdos y grano.

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15/04/2012, 17:10
El Cráneo de Plata.

- Mentiroso, Guepardo, Lengua Negra, Matagatos, Caracabra y Serpiente se dirigen a la ciudad. Sus puertas están custodiadas por guerreros de aspecto K'Hlata, ornamentadas armaduras de bronce y ojos de demonio, que sonríen burlones a los extranjeros y les dejan entrar a la ciudad.

- El Sargento Gulg y la Cabo Rompehuesos organizan el embarque del Pelotón de Instrucción en las primeras balsas. Son los primeros en embarcar y en comenzar a descender río abajo. Parece que la corriente es rápida.

- A un lado del camino están sentados Frontera y Ojopocho riendo como bobos mientras comparten una pipa de sospechosas hierbas.

- Cochinillo y Piojillo organizan a los Campamenteros, pues van a ser los siguientes en embarcar en las balsas.

- Los seguidores de campamento están organizando los carros y la carga. Entre ellos van los dos carruajes de los de Cho'n Delor.

- Exploradores, Arqueros, Infantería y la Caballería mantienen la vigilancia.

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15/04/2012, 18:18
Compañía: Cresta, Pelotón de Infantería, Escuadra de Barril.

- Cresta conduce el carro de los Hostigadores hasta la balsa de seguidores de campamento en el que viajará. Ayuda a los demás a atarlo y asegurarlo.

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15/04/2012, 19:51
[RIP] Jabalí.

Jabalí cogió la moneda que le correspondía con fuerza en su mano y se apresuró a ponerla a buen recaudo. Para él, ahora, aquellos trozos de metal plateado habían aumentado su valor.

Vió como uno de los grupos se dirigía hacia la ciudad y el otro permanecía allí para ir organizando las cosas en los botes que los iban a llevar a través de las aguas. Arrugó el ceño, bueno, lo arrugó más aún puesto que lo había ido arrugando conforme empezó a ver tanta agua junta. Acostumbrado a los sitios secos aquello era más húmedo de lo que le gustaba y tenía claro que allí no se dormiría bien al raso, demasiada humedad por las noches.

Miró como el grupo se alejaba más de él, acercándose a la ciudad y resopló.

No, no se me ha perdido nada en una ciudad como esa... cuanto antes salgamos de aquí y pongamos tierra de por medio de tanta agua junta, mejor.

-Os ayudaré con esas cosas que flotan en el agua. Balsas hábeis dicho que se llaman -Jabalí las miró con desconfianza y se volvió hacia Ponzoña- Tú dices que tenemos que hacer para que esas cosas sean seguras y no nos tiren al agua. No me gusta el agua, así que si lo hacemos bien, iremos seguros.

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15/04/2012, 22:03
Rastrojo.

Psssst... Psssst...

Rastrojo se acercó para compadrear con Ojopocho y Frontera.

¿Queréis que os eche un ojo?-hizo el juego de palabras mientras miraba a Ojopocho, con quien no había compartido suficiente camadería antes como para tomarse esas libertades ahora-¡Qué haaay... exploradorrr! Déjame esa pipa, que tengo los labios desentrenados.

Se sienta con ellos, ríe y bromea. Y todo eso sin haber echado ni una calada. No es propio del mestizo mozo de cuadra estar tan alegre, pero ya sabe de que va el tema y se le han puesto los dientes largos con lo que está por venir. Es lo que se llamaría en cualquier otro campo, y también en el de fumador de hierbas, como un acoplado... un gorrón.

Toma la pipa y le da una buena calada.

- Tiradas (1)
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15/04/2012, 22:23
Pelagatos.

La compañía se encaminaba a su próxima misión, y yo deseaba con ansia poder tener por fin mi oportunidad y demostrar que yo era digno de ser un soldado de pleno derecho. Observé con la cabeza alta como el resto de Hostigadores que habían ascendido recibian su paga.

"Yo debería estar en esa linea y recibir mi moneda también."

No era por el dinero, pues no era un problema para mí, era el hecho de lo que significaba recibir esa moneda de plata. Pero mi momento lelgaría, pronto.

Observé cómo hablaban de la ciudad y cómo se formaba un pequeño grupo para ir a visitar Dadiz. No consideraba el lugar de especial interés ni sentía que se me hubiese perdido nada, así que simplemente me mantuve apartado mientras el resto del grupo enfilaba hacia las puertas. Tras eso, me acerqué a las balsas que debían ser preparadas para el avance de la compañía dispuesto - aunque me sorprendía a mi mismo- a ayudar si era necesario.

"Será el aburrimiento."

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15/04/2012, 22:25
Ojopocho.

Ojopocho siente que aquello que ha tomado entra en su mente como una riera creciente, golpea el fondo de su mente y hace que pierda el equilibrio hacia atrás cayendo de culo junto a Frontera... es entonces cuando Rastrojo se acerca.... curioso entrenamiento debe haber tenido... - Piensa en voz alta Ojopocho mientras parpadea exageradamente

Creo... que se me va la cabeza. - Comenta Ojopocho precediendo a su desmayo - Pero tened en cuenta, que yo las plantas las adoro... - continúa algo ido, esperando a ver, si superaba la "prueba" de Frontera

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15/04/2012, 22:31
Peregrino.

El viaje fue largo y por varios días no hubo más que la rutina de avanzar y llevar las cosas. A veces la guardia, a veces cavar letrinas. Sea como fuese, los tiempos de entrenamiento fueron cortos y dispersos, siempre en segundo plano. Pero había algo que me gustaba, algo que me causaba emoción: Por más que me alejara de mi hogar, hace tiempo sabía que no volvería a verlo, pero este camino era lo más alejado que jamás hubiese llegado alguien de los míos. Yo era el primero que salía de la Gran Sabana, si es que no fui realmente el primer Nyueng Bao en pisarla. Era algo increíble y me hacía sentir orgulloso. Por otro lado, La Compañía se aleja del delta del río, por lo que significa la seguridad que en parte mi misión buscaba para los míos.

Durante el viaje, me planteé el tema de aquel orgullo, pues no es sano. No va de acuerdo con mis creencias originales, de hecho, no va de acuerdo con nada que se crea en mi pueblo. ¿Será acaso que me he impregnado de ciertas costumbres y creencias de La Compañía el tiempo que he estado aquí? Puede ser, al fin y al cabo, ahora soy uno de ellos, pero no me gusta la idea de dejar de ser lo que era para pasar a ser algo nuevo. Tengo un orgullo y un deber con mis tradiciones, dejar todo de lado sin darme cuenta no es digno de mí.

Ahora llegamos a la ciudad de Dadiz y aunque nos mantenemos fuera por seguridad, se logra apreciar su grandeza y decadencia desde el exterior. Las palabras de todos los que algo saben de ella advierten de lo terribles que son las costumbres y las personas que conforman esa sociedad. A mí no me importa aquella ciudad, busco a Carpintero, a quien le pago la moneda recibida de nuestro nuevo patrón, en quien aun no confío nada, pero que evito provocar. Al pasársela al seguidor, le hago una reverencia y retiro la espada de entrenamiento que confeccionó para mí, manteniendo aun una deuda con él de dos platas, que pagaré apenas reciba, como he hecho hasta ahora.

Cuando vuelvo donde están los Hostigadores, noto que varios de ellos se han ido a la ciudad. Me lamento por su falta de sentido común, pero más lamento que no me llevasen con ellos:

"Serán todo lo insensatos que sean, pero son mis hermanos y es mi deber cuidarlos cuando más lo necesitan. Debería haber ido con ellos. ¿Por qué no me esperaron? Además fueron varios, pero ninguno muy diestro: Nuestro líder, su primo indefenso, un brujo cobarde, un mentiroso con más boca que fuerzas, un guerrero mediocre y un eunuco. De seguro podrán contra todo lo que les aparezca. Yo debería haber ido. ¿Que es esto que siento? ¿Acaso tengo curiosidad por esa ciudad? ¿Acaso deseo verla por mí mismo y sentirme orgulloso de ser el primero Nyueng Bao en pisarla? Debo alejar esos pensamientos de mí. Me concentraré en tareas rutinarias y luego entrenaré mi cuerpo para calmar mi mente."

Guardo mi arma de entrenamiento entre mis ropas en mi espalda y me acerco a Ponzoña y al resto de los que se quedaron cargando las cosas y organizando todo. Esa clase de trabajo me ayudará a despejarme y tranquilizar mis pensamientos y mi espíritu.

Notas de juego

Lo pongo privado porque es muy revelador para mi gusto.

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15/04/2012, 22:31
Peregrino.

Voy donde Carpintero, a quien pago mi plata y donde retiro el arma de entrenamiento diseñada para mí. Guardo mi arma de entrenamiento entre mis ropas en mi espalda y me acerco a Ponzoña y al resto de los que se quedaron cargando las cosas y organizando todo.

Una vez llego ahí, comienzo a ayudar a Ponzoña en lo que me indique, para así no ser un estorbo ni un inútil, sino que apoyar a mis hermanos en las tareas que haya que realizar, por más mundanas y rutinarias que sean, así como lo he hecho todo el tiempo que llevo aquí.

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15/04/2012, 23:36
Khadesa.

Khadesa se quedó mirando como el pequeño grupo se alejaba en dirección a las puertas de la ciudad. Su ánimo estaba dividido entre el lógico deseo de aventura, la curiosidad por conocer algo nuevo, aunque pareciera peligroso, y la prevención de ese mismo  peligro. Además, su hermano se había sumado al grupo, y hubiera estado más tranquila acompañándole que viéndole adentrarse en aquel lugar que le producía escalofríos.

Pero lo cierto es que no le habían dado tampoco elección, se habían ido antes de que pudiera reaccionar. Así estaban las cosas. De modo que intentó sacar de su cabeza esa sensación de temor, y giró dando la espalda a la mole de piedra con ventanucos, para encarar el río y las balsas.

Se acercó a Ponzoña, él le había pedido ayuda, se la daría. Le rodeaban ya un buen número de Hostigadores, dispuestos a arrimar el hombro. Cresta estaba también allí. Sonrió a Dedos, y a Jabalí. Y se dirigió al Hiena.

-Aquí estoy, veamos qué tal se puede asegurar el carro en esas balsas de madera. El río es enorme, será difícil navegar por él, nunca había visto uno tan grande.

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16/04/2012, 00:09
Compañía: Frontera, Tercer Pelotón, Exploradores.

- "No sé mucho de venenos, Ojopocho, pero conozco las plantas de las que sale el polen de la risa, y las hierbas que cuando las fumas te hacen sentir en paz con el mundo... Puedo enseñarte esas cosas y algunas más. Puede que saber eso te ayude a encontrar el conocimiento que buscas, o puede que haga que deje de importarte.

Has resistido bien la "patada" para ser tu primera vez.

Rastrojo aguanta más, pero en su caso no tiene mérito, él es un chamán..." -

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16/04/2012, 00:15
Carpintero.

- "Toma, Peregrino. Creo que es justo como la querías." -